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Presentándome Para Mi Tratamiento - 02

La Enfermera me pegó una suave palmada en el glúteo y rió suavemente mientras giraba y empezaba a juntar objetos de los cajones alrededor del Consultorio. Organizó el instrumental sobre una bandeja y caminó hacia un rincón para acercar una extraña máquina y ubicarla entre mis piernas. La máquina tenía tres grandes recipientes de vidrio transparentes llenos de un líquido blanquecino que se conectaban por tubos a un recipiente más grande conectado a una gran cánula anal de goma amarilla. Ella buscó un nuevo par de guantes de látex y se los puso con habilidad.
- Tengo que confesar que realmente quería conocerte... - dijo mientras se ajustaba los guantes - Hablé por teléfono con tu Ama y las dos coincidimos en que sos un esclavito muy sucio y desobediente. Cómo se te ocurre autosatisfacerte tres veces al día sin permiso?
Ella de repente me pellizcó fuerte una tetilla y yo grité detrás de la mordaza y ella se inclinó para acercarse, su rostro con el barbijo a centímetros del mío.
- Éso sin mencionar el hecho de que te descubrieron oliendo sus bombachitas! Las dos decidimos que necesitás un tratamiento extremo y tenés que saber que sean cual sean los resultados de los exámenes que te voy a hacer yo le voy a recomendar a la Doctora que te mantengamos internado permanentemente.
La Enfermera me pellizcó más fuerte provocando que me sacuda contra mis ataduras.
- No te preocupes, le vamos a mandar a tu Ama otro esclavito para su casa, ahora vos pertenecés a la Clínica!
Me soltó la tetilla y empezó a prepararme para el tratamiento que me había prescrito. Me cubrió con una manta de goma con una abertura que dejaba al descubierto mi pubis y mi ano. Luego ella tomó una jeringa y la apoyó contra la cabeza de mi pene que seguía estando totalmente erecto.
- Un poco de lubricante para el catéter - me explicó con voz juguetona - Ahora te quedás bien quietito y relajado.
La Enfermera presionó el émbolo de la jeringa y el lubricante llenó mi pequeño orificio, la sensación provocó que emitiera un gemido. Antes de poder procesar la sensación la Enfermera ya sostenía el catéter.
- Respire hondo Paciente!... Esto a lo mejor te resulta un poco molesto...
Yo jadeaba y mis manos se apretaban en puños mientras el catéter me invadía, la sensación de presión y de opresión eran al mismo tiempo dolorosas y placenteras. Pronto el catéter estuvo dentro mío por completo y ella usó otra jeringa para llenar el pequeño globo que asegura mantenerlo en su lugar. Conectó el tubo a la bolsa de recolección y sentí el alivio de ser drenado.
- Muy bien - dijo orgullosa la Enfermera mientras se aseguraba que la bolsa estaba bien conectada y se cambiaba los guantes de látex - Llegó la hora de conectarte a la máquina de enemas.
Agarró la cánula y la cubrió de lubricante quirúrgico asegurándose todo el tiempo de que permaneciera dentro de mi campo visual.
- Vas a recibir tres enemas para estar seguras de que quedes bien limpito. La máquina te va a bombear y drenar automáticamente así no tenemos que andar limpiando tu caca, es un equipo genial!
Yo traté de protestar y suplicar bajo la mordaza pero mis apagados balbuceos sólo parecían divertir a la Enfermera.
- Ah, mi Paciente está quejándose?... seguí quejándote - me dijo sonriendo - Me encanta cuando mis pacientes me dan motivos para castigarlos.
Observé con creciente temor cómo se cubría sus dedos enguantados con lubricante y sin advertencia alguna empezó a trabajar sobre mi ano, al principio con suaves movimientos circulares antes de insertar uno por uno tres de sus dedos dentro mío. Yo jadeaba y gemía cada vez que un dedo me penetraba, la sensación era intensa y casi abrumadora pero antes de poder acostumbrarme ella retiró su mano y sin más ceremonia me introdujo la cánula de goma en el ano! Una vez más grité bajo la mordaza.
- Oh... qué le pasa a mi Paciente? Estás haciendo mucho lío y caprichitos! Esperá a que te llevemos a cirugía para ocuparnos de tus asquerosos problemitas.
La Enfermera nuevamente se cambió los guantes de látex frente a mis ojos y encendió la máquina. Sentí cómo el tibio líquido empezaba a llenar mis intestinos y mi cuerpo reaccionó poniéndose tenso.
- Ah mi Paciente no tiene que asustarse... ya te vas a acostumbrar, relajate y dejá que la máquina haga su trabajo. Vas a ver que media hora pasa volando!
La Enfermera acercó una baqueta y se sentó junto a mi cabeza, yo la observé mientras se sentaba con mi historia clínica y un bolígrafo. Para mi sorpresa ella dejó sus piernas levemente abiertas y pude ver su deliciosa bombachita roja bajo su guardapolvos blanco. Cuando ella me descubrió mirando, se sonrió debajo del barbijo.
- Mi Paciente resulta ser un pendejito degenerado! Vamos a tener que dejar registrado que sos incapaz de controlar tus impulsos - y empezó a escribir en la historia clínica - "El paciente desobedece permanentemente y protesta innecesariamente durante tratamientos básicos".
Ella le echó una rápida mirada a la bolsa recolectora.
- "La muestra de orina parece aceptable, considerar su utilización en futuros tratamientos correctivos".
La mueca malvada que se dibujó en el rostro cubierto por el barbijo mientras escribía los datos en mi historia clínica provocaron que un escalofrío recorriera mi cuerpo.
- Bueno, como te expliqué el ciclo de enemas completo demora media hora y yo tengo que discutir tu tratamiento con la Doctora y con tu Ama, ella va a querer leer estas notas para asegurarse que te estamos cuidando como corresponde. Así que relajate y disfrutá, yo vuelvo en seguida!
La Enfermera se quitó los guantes, el barbijo y el delantal y me dejó solo.
Después de los que parecieron los treinta minutos más largos de mi vida la Enfermera volvió. Yo me las había arreglado para acostumbrarme a la máquina de enemas y el rítmico bombeo y drenado pero sentía mi ano irritado, dilatado y frustrado. Sin mencionar el catéter que permanecía en mi pene firmemente erecto.
- Mi Paciente disfrutó del tratamiento? - me preguntó la Enfermera parándose a mi lado con las manos en los bolsillos de su guardapolvos blanco y en un tono de voz entre dulce y sadístico, yo sólo pude responder con un gemido.
- Me imaginaba... Ahora te voy a sacar todos ésos tubitos de goma que te metí en la pija y en el culo, estamos listas para empezar tu programa de tratamientos y no tiene sentido perder más tiempo. No te preocupes prontito la Doctora te va a explicar los primeros pasos y las reglas de la Clínica, ya está decidido que vas a quedar internado con nosotras, vos no volvés a casa... nunca más!
Yo me retorcí y luché contra mis ataduras pero la Enfermera simplemente me ignoró. Apagó la máquina de enemas, se puso un nuevo barbijo y se calzó nuevos guantes de látex y se dedicó a retirar el catéter. La sensación de percibir cómo se deslizaba lentamente saliendo de mi delicado pene fue extrema y todo lo que pude hacer fue gritar durante todo el tiempo. La cánula anal fue retirada enseguida y el alivio fue instantáneo para que mi torturado ano se relajara por un momento. Yo estaba respirando pesadamente mientras la ví acercar una silla de ruedas, enseguida ella me quitó la mordaza. Mi mandíbula estaba tiesa y palpitante después de haberla forzado a mantenerse abierta durante tanto tiempo, yo comencé a intentar cuidadosamente revivirla pero antes de lograrlo la Enfermera quitó la cinta que sujetaba mi cabeza y me cubrió la cabeza con una capucha de goma negra! Todo mi mundo instantáneamente se oscureció, no podía ver ni escuchar absolutamente nada. Todo lo que podía hacer era percibir y yo estaba seguro que no importaba qué fuera a hacer conmigo la Enfermera yo estaba completamente indefenso. Sentí cómo me liberaban de las cintas de sujección una a una y luego mis piernas siendo quitadas de los estribos antes de que suavemente me sentaran en la camilla. Sentí las frías manos cubiertas por los guantes de látex ayudándome a sostenerme en mis débiles piernas antes de que lentamente me giraran y me dejaran caer en la expectante silla de ruedas.
Con algo que se sintió como si me colocaran esposas en las muñecas percibí el movimiento mientras la Enfermera me sacaba del Consultorio y me llevaba al corazón de la Clínica.

2 comentarios - Presentándome Para Mi Tratamiento - 02

jadaf
Excelente
MRjoses
Me preguntó si alguna vez los pobres sumisos terminarán con una ama dulce y amable
martinesmax
mmmm.... en mis historias, no creo