Cuando llegamos a casa todos dejaron de hacer lo que tenían entre manos, nos miraron y pronto notaron que el cumpleaños había salido completo, mi madre no pudo esperar y llamó a todos, les anunció abrazada a Benito que le había dado el sí.
Todos vinieron a felicitarla, mi tía la primera y luego abrazó al médico, todos demostraron su alegría que aunque esperada ahora se confirmaba oficialmente.
A mi tía y a mi prima no se le escapaba la alegría de Alba viendo la escena, estaba abrazada a mí y me alborotaba el pelo uniéndose a la fiesta.
Ya en la habitación mi madre mientras deshacía la maleta sonreía sin decir palabra, de vez en cuando suspiraba, se notaba que rebosaba felicidad.
Me di una ducha dejando a Clara arreglando la ropa y cuando volví estaba ya en la cama, me metí en la mía pero sentí que ahora era yo quien tenía que apoyarla, en la oscuridad de la habitación me colé bajo su sábana, mi madre debía estar esperándome pues inmediatamente me abrazó.
No me dijo nada sólo me rodeaba con sus brazos sentía el calor de su cuerpo pegado al mío y su respiración pausada.
- ¿Eres feliz Clara?
- Sí mucho ¿se nota?
- Bastante, me alegro mucho por ti.
- ¿Y tú qué piensas?
- Pienso que te mereces a un hombre como Benito, creo que ha demostrado su cariño hacia ti.
- Y también hacia ti, estoy tan contenta por mí como porque te ha considerado como un amigo y el detalle de pedirte permiso para salir conmigo…
- Es verdad, me ha sorprendido y creo que a todos, sólo espero que te haga muy feliz, te mereces un buen hombre a tu lado.
- Y… ¿no podrían ser dos? A ti también te quiero a mi lado.
- Ya lo sé, y me tendrás siempre pero Benito será tu pareja.
- Yo quiero que seas también mi pareja, no sabes lo feliz que me haces estando pegado a mí, siento el calor de tu cuerpo en mi piel, cuando estoy contigo tengo un sentimiento especial, y no estoy hablando de madre a hijo, eso es aparte, es un hormigueo que recorre mi cuerpo, que me electriza, que me hace desear que no te vayas de mi lado.
- Es curioso, yo siento algo parecido, estos días he estado con Alba muy unido que si no fuera por la diferencia de edad que nos separa también le hubiera pedido su mano a su padre, es una chica que podría hacerme feliz pero cuando estoy contigo me invade una paz que no siento con nadie más.
- ¿Te digo un secreto?, me gusta hacer el amor contigo, me gusta mucho, no es comparable con nadie más, lo he pensado varias veces cuando tengo la polla de Benito dentro de mí, me hace muy feliz, noto como me quiere y yo también le quiero a él, me llena en todos los sentidos, tu lo has visto pero contigo es una sensación que me arrastra hacia ti, mis manos se me van para acariciarte como ahora, sé que tú también estás esperando que te acaricie ¿ves?, ya tienes la polla preparada para mí, y es una polla que me vuelve loca, dentro de mí me hace sentir como en una nube y cuando tu leche me inunda es como un premio que me das.
- Clara es inevitable que se me ponga dura la polla contigo, la sensación de tenerte cerca me hace bullir la sangre, el calor de tu piel, el olor y tu suavidad me enerva, ya tienes los pezones duros Clara y estoy seguro que el sexo estará húmedo también, no me he equivocado tampoco, me gusta separar los labios como ahora, este clítoris que tengo entre los dedos que responde como mi glande entre los tuyos, me gusta descubrirlo y dejarlo como una almendra brillante y sensible.
- Manu, ya no puedo más, por favor fóllame, hazme sentir una mujer feliz, lléname con tu barra de carne caliente y dura, como tú lo haces a veces despacio y dulce o imperioso y vigoroso, estoy a tu voluntad, dispón de mi como quieras, mi boca es tuya y mi coño y mi culo también, fóllame hasta que no podamos más, te necesito dentro.
Clara era todo sensualidad, tan ardiente que con sólo sus palabras me enervaba, sus manos recorrían mi cuerpo apoyando a sus palabras que derretían mis oídos.
Esta vez fui yo quien busqué su boca, la besé con todo mi sentimiento puesto en mis labios y mi lengua, absorbí su saliva mezclándola con la mía mientras me deslizaba sobre su cuerpo diminuto, ella me guiaba suavemente para que me acoplara entre sus piernas sin dejar de besarla, facilitaba que mi polla subiera entre sus muslos abiertos presionando mis nalgas, mientras la besaba pasé las manos por debajo de sus hombros y me sujeté en su cuello para que no se moviera y cuando estuve en la entrada de su vagina encogí los codos y fui entrando en ella despacio pero sin parar hasta el final, la abundante humedad de Clara me permitió resbalar sin asperezas, sus besos no cesaron cuando me sentía avanzar como un ariete.
- Así Manu, así me gusta notarte, dentro de mí siento tus palpitaciones, tus venas hinchadas y tus huevos pegados a mi culo, no te salgas aún déjame saborear esta sensación que es única.
- Yo también te noto, tus músculos me acarician como tu lengua cuando me comes la polla, me exprimes pidiéndome toda mi leche y tus labios me rodean la polla como los de tu boca cuando me aspiran hacia tu garganta.
Mi madre iba en busca de mí con sus caderas, nos encontrábamos a mitad de camino cuando metía la polla hasta el fondo de su coño, se abrazaba a mi cuerpo pegando su cara a mi pecho concentrada en el placer que sentía pero a mí me gustaba más ver su cara reflejando en cada momento las sensaciones que vibraban en su cuerpo, me senté en mis talones frente a sus piernas abiertas al acercarme a ella el capullo resbalaba entre sus labios mojados, los acunaba casi totalmente hasta que mi polla salía entre ellos y subía por su pubis, a su paso arrollaba al clítoris que se defendía con ardor obligando a deformarse el glande a su paso.
Clara me miraba suplicante, estaba ansiosa porque entrara en ella otra vez, con las manos en la cintura la atraía hacia mí mientras la excitaba con mis rozamientos, cuando Clara no pudo más con dos dedos obligó al capullo a forzar la entrada a la vagina, con el tacto de mi polla entre sus labios menores me rodeó con sus piernas en la cintura y se escurrió por la sábana hasta meterse ella misma toda mi polla.
Dejó los brazos sobre su cabeza, se sentía a gusto mientras yo lentamente la llenaba, vi en sus ojos como le llagaba un suave pero largo orgasmo, ladeo la cabeza y apretó los puños en la almohada, las convulsiones que le sacudían movían cada músculo de su cuerpo, con la mirada extraviada suspiraba y gemía a los impulsos de mis caderas, mi polla mojada de espuma blanca entraba y salía impertérrita hasta que dio señales de vida, aflojó sus piernas cruzadas en mi espalda y las subió hasta casi tocar con sus pies en sus hombros, mi polla se salí al elevarse sus nalgas pero al ver que se quedaba esperándome volvía adelantarme entre sus labios, le caían unas gotas de flujo que llegaron a su culo.
Clara notó el paso de la humedad y separó con las manos las nalgas, movió la cintura hasta pegar su culo a mi capullo y respiró profundamente, cuando me adelanté casi no se movió, sólo gimió entre dolor y placer, la lubricación natural demostró su eficacia y su esfínter no tuvo ningún rechazo y me permitió enterrar hasta los huevos todo mi miembro.
Notaba en su vagina el abultamiento de mi capullo cuando entraba por el vecino conducto, la suavidad del recto no me trasmitía el placer que le daba a mi madre y podía seguir empujando sin correrme.
Vi que Clara volvía a estar amenazada por otro orgasmo, nunca había disfrutado de dos tan seguidos pero esta noche estaba especialmente motivada y cuando sus gemidos llenaban la habitación de su coño salió como una fuente, la corrida más grande que le había visto nunca, ella misma se sorprendió, al impulso de las contracciones expulsó los flujos líquidos que mojaron la cama un poco, ante esa visión mi resistencia se desmoronó, me abracé a sus muslos y me vacié dentro de ella.
Clara cuando se repuso tuvo que cambiar la sábana pero viendo que estaba húmedo hasta el colchón se vino a mi cama, no tardamos en dormirnos abrazados.
Por la mañana bajé al bar a desayunar como todos los días, las camareras ya estaban sirviendo a los clientes más madrugadores, mi madre como siempre agobiada frente a la cafetera, en el restaurante Ricardo atendía a una mesa, me llamó desde allí y cuando me acercaba reconocí a Irene la veterinaria, con la excusa de desayunar estaba conversando con el camarero animadamente, nos saludamos y pronto la conversación derivó a la posibilidad de hacerle una visita a su hermana, a mi me convenció enseguida al recordarme a Thor mi perro que había cubierto a la perra de su sobrina y la había preñado, me gustó la idea de pasar la tarde con su sobrina, era una chica estupenda en todos los sentidos, claramente las intenciones de Irene eran juntarse con Ricardo y su hermana en una tarde fogosa, al camarero no le parecía nada mal y casi se concretó una cita, yo dejé claro que me interesaba por su sobrina a lo que Irene no puso objeciones pues así la polla de Ricardo sería para las dos hermanas.
Cuando se fue la veterinaria Ricardo me dijo que quería hablar conmigo de un asunto serio, imaginé que era que quería que le acompañara a la cita con las hermanas, su polla era enorme pero las dos hermanas eran unas fieras y no estaba seguro de aguantar el ataque, pero no era eso me dijo que me esperaba cuando hubiera un hueco de trabajo en su habitación. La verdad que me intrigó, no tenía idea de tanto secretismo.
Después de comer las chicas se fueron a descansar hasta la cena, mi madre se quedó de guardia por si entraba alguien a tomar café y mi tía y mi prima subieron a casa, cuando subía a la habitación de Ricardo me crucé con mi tía que salía mudada a la calle.
- ¡Qué guapa vas Julia!
- Y tú que galante, no está mal que mi sobrino me diga piropos y Ricardo se quede helado mirándome.
- Oh, perdona Julia pero me has dejado maravillado, estás preciosa.
- Sí, ahora arréglalo, está visto que ya no te gusto.
- Vamos Ricardo deja a mi tía, tiene ganas de picarte.
Subimos a la habitación y me hizo sentar muy serio.
- Mira Manu, te voy a pedir una cosa, sé que es un poco delicada pero me interesa mucho.
- Tú dirás, me estás intrigando, si es por la veterinaria…
- No, nada de eso, es por tu tía.
- ¿Por mi tía, mi tía Julia?
- Claro, ¿quién si no?, cuando vinisteis ayer me emocionó ver a tu madre tan feliz por la petición de Benito, he estado toda la noche sin dormir pensando…
- ¿Y qué pensabas?
- Pues… ejem… que me gustaría pedírselo también a Julia, me gustaría que me admitiera como pareja oficial pero no sé si me aceptará, sólo soy su camarero.
- Ricardo, tú mejor que nadie sabrás lo que Julia y tú os lleváis entre manos, si sólo folláis o hay algo más.
- Al principio sólo follábamos, a Julia no le caí mal desde el principio pero reconozco que mi polla ha sido decisiva, pero de eso a ser pareja… me gustaría que me dirás tu opinión y de paso si me autorizabas a acercarme a ella.
- Jajaja, Ricardo, no me digas que quieres pedirme la mano de Julia también, con una tengo bastante y si acaso lo mejor es que se la pidas a Lisa, es su hija y parte interesada.
- ¿Tú crees, Lisa me aceptará?
- Lo mejor es preguntárselo, y creo que ahora es un buen momento, se ha subido con Julia pero ahora estará sola.
Casi tuve que bajar a rastras a Ricardo, cuando llamé a la habitación de Lisa reconoció mi llamada.
- Pasa Manu, estoy desnuda pero es igual.
- Ejem… perdona Lisa, pero es que vengo con Ricardo, queríamos hablar contigo.
Ricardo me miró y me encogí de hombros.
- Vale, ahora me pongo algo.
Lisa abrió la puerta de par en par, se había puesto una toalla de baño por encima, había salido de la ducha un momento antes.
- Pasad, sentaros donde podáis, me iba a cambiar para salir un rato.
- Si te molestamos nos vamos, solo era una pregunta, Manu me ha dicho que igual tú me puedes orientar.
- Nada de eso, sólo quería despejarme, contarme lo que queráis.
- Pues nada Lisa es que Ricardo tiene unas inquietudes que no lo dejan dormir y me ha preguntado si tú aceptarías.
- Bueno… la verdad es que yo también lo había imaginado, de hecho cada noche me duermo soñando con lo mismo, desde que me lo contaste no pienso en otra cosa.
- ¿De verdad? Pues a mí me pasa igual, Manu lo sabe, me gustaría mucho conseguirlo.
- Pues no tienes más que pedírmelo, ¿qué te parece ahora?
Lisa se había acercado a Ricardo con paso provocador, cuando estuvo delante de él dejó caer la toalla que la cubría y se dio la vuelta para que la viera toda desnuda.
- ¿Qué te parece lo que ves, te lo imaginabas así o mejor?
- Oh! Lisa estas buenísima, la verdad es que no aparentas el cuerpo que tienes, esas tetas, ese culo, te pareces mucho a tu madre, pero más joven, claro.
- ¿De verdad, y cual tenemos mejores tetas y mejor coño? Aunque solo conoces el de mi madre pero eso se puede arreglar, estoy deseando probar esa polla que dicen que tienes entre las piernas.
- Pues me lo estás poniendo fácil, no sé si será conveniente para lo que quería preguntar pero…
- Mmm déjame que despierte yo a la fiera, Manu no te quedes ahí parado, ya sabes que me encanta que me folles, hoy podría ser un día especial para los tres, está claro que lo mejor sale sin proponérselo.
Lisa empujó a Ricardo que estaba sentado en la cama y se abalanzó a despasarle el cinturón, cuando le bajó los pantalones lo hizo cogiéndole también el elástico de los calzoncillos del camarero, de dos tirones los pantalones salieron por los tobillos de Ricardo, Lisa se quedó asustada, me abrazó buscando cobijo a la vez que no apartaba la vista de la verga de Ricardo, en el breve instante que me estrechaba con sus brazos mi polla reaccionó bajo el bóxer, mis manos rodearon su cuerpo y fueron a reunirse con sus tetas, Lisa no se dio por aludida y me señaló a aquella polla que dando saltos iba tomando altura, yo ya la había visto varias veces actuando y sabía que aún iba a crecer mucho más por eso acompañe a Lisa a los pies de Ricardo, entre sus piernas se arrodilló y alargó sus manos para atrapar aquella verga que iba apuntando al techo lentamente.
Puso una mano en la base y la otra encima pero sobre las dos aún sobre salía un trozo que cada vez se iba alargando más mientras sus dedos eran obligados a separarse forzados por el grosor del falo.
Mi prima separó las piernas al notar que mis manos le palpaban el culo, olía muy bien a gel de baño y pasé mi lengua por la rabadilla hasta la cintura para luego seguir hasta la nuca, con mi cuerpo le empujaba y ella cada vez se acercaba más al capullo rojo que palpitaba frente a sus ojos, tímidamente lo lamió y después de calcular su diámetro chupando el glande se lo intentó meter en la boca, tuvo que intentarlo varias veces, acostumbrada a mi polla en punta el capullo chato de Ricardo no le cabía con los labios abiertos al máximo, tuvo que hacer la cabeza a los dos lados para metérselo de canto, cuando lo consiguió los ojos le lloraban, le tuve que susurrar al oído.
- No te confíes Lisa, aún no le ha engordado del todo, luego no lo podrás sacar de la boca.
El aviso le llegó justo a tiempo con su lengua tuvo que empujar hacia fuera para que saliera sin tener que marcarlo con los dientes.
Se subió sobre Ricardo, no se atrevió a metérselo y estuvo restregándose sobre él, con sus labios lo cogía apenas, desde los huevos hasta el glande paseaba el clítoris que vibraba al rozar las venas y el frenillo de la verga, el meato de Ricardo se abría y cerraba como un pez buscando aire cuando lo forzaba el clítoris de Lisa, no tardo den cubrirlo de flujo blanco y decidió probar, sabía que le iba a costar pero confiaba con la elasticidad de su vagina y la convicción que su madre lo había conseguido y no solo una vez, estaba segura que se lo clavaba cada noche.
Yo intentaba que no pensara en cosas dolorosas y por detrás le acariciaba las tetas, los pezones me aclaraban que estaba deseosa de follar a Ricardo y éste lo estaba esperando.
Se levantó lo suficiente para que el capullo del camarero estuviera a la altura del sus labios, los fue abriendo con el cabezón, en varias ocasiones estuvo a punto de ponerlo a la entrada y dejarse caer pero no se arriesgaba, tuvo que ser Ricardo que cuando se lo dejó un momento entre los labios menores empujara un poco para meterle solo el capullo, gimió pero no se retiró, ya animada notó que era soportable y fue dejándose caer, centímetro a centímetro iba bajando sobre Ricardo, con la mirada fija en sus ojos se iba introduciendo aquella estaca, aún le faltaba un tercio cuando se dejó caer de golpe lanzando un gemido fuerte.
Me cogió las manos por detrás buscando apoyo, la sujeté mientras flexionaba las piernas e iba saliendo o entrando aquella herramienta gigante.
Cuando ya su coño iba dilatando lo suficiente fue aumentando la cadencia, incluso se permitió buscar mi polla y masajearla para ponerla en el máximo nivel.
Ricardo ya me había sustituido en sus tetas cuando Lisa se inclinó sobre él, ya saltaba con normalidad metiéndose aquella tranca, al separarse las nalgas me insinuó lo que estaba deseando, la vista de aquel agujero oscuro y rugoso me hizo pasarle la lengua e intentar meterle la punta, a pocos centímetros de mi barbilla la polla de Ricardo bombeaba en el coño haciendo un ruido de chapoteo, escupí sobre las regata de sus nalgas y luego sobre mi glande, cuando lo apoyé Lisa deseaba con todo su alma sentir aquellas pollas dentro de ella por lo que colaboró al máximo, relajó tanto el esfínter que apenas tuve que presionar, la punta del capullo desapareció y aprovechando el ir y venir de Ricardo sincronicé mis movimientos y entraba junto a él.
La fantasía de Lisa se había cumplido, ahora tenía dos pollas dentro de ella, la de Ricardo era un sueño hasta ahora deseado y la mía la seguridad de una buena follada.
Tuve que abrazarme a su espalda para que no me doblara la polla dentro de ella cuando se corrió, Ricardo la tenía empalada por el coño pero su culo se movía descontrolado, las tetas bailaban sobre la cara del chico que intentaba cazarlas con la boca.
Noté las palpitaciones de Ricardo y su mirada preguntándome donde se corría, yo sabía que Lisa se tomaba la píldora y le dije que siguiera, lo hizo y separados por una estrecha pared noté como le trasegaba una cantidad importante de leche, mi prima se dejó caer queriendo que no se le escapara nada en el momento que yo le llenaba el recto, los dos estuvimos dando empellones intentando darle hasta la última gota de semen y ella lo recibió encantada.
Cuando pude me levante de la espalda de Lisa, ella a su vez de Ricardo y un burbujeo de leche se esparció desde el culo y el coño de Lisa, se dejó caer al lado de Ricardo y yo a su lado, las pollas fueron doblándose simultáneamente mientras nos relajábamos, Ricardo con voz suave dijo.
- Me ha encantado Lisa, follas como los ángeles pero no era esa la pregunta que quería hacerte.
Mi prima se volvió hacia él sorprendida mientras se incorporaba sobre los codos.
- Yo también he disfrutado, gracias a los dos, ¿entonces qué querías preguntarme?
- Te quería preguntar si te parecería bien que le propusiera a tu madre ser su pareja, creo que ya todo el mundo sabe que dormimos juntos casi todas las noches y me gustaría dar un paso más.
- Vaya con Ricardo, qué sorpresa, bueno lo que dormíais juntos era evidente, mi madre bajaba cada mañana con la cara de haberle tocado la lotería, estaba bien follada, pero la idea de tener pareja no sé si le gustará.
- Bueno todo es proponerlo, a Ricardo le parece buena idea ya sienten algo más que deseo por la cama y tu madre parece feliz con él, ¿a ti personalmente qué te parecería?
- Pues a mí no me parecería mal, sólo pondría una condición.
- Por mí la acepto antes de saberla.
- La condición sería que me siguieras follando con esa impresionante polla aunque estuvieras con mi madre, ahora que la he probado me apetece seguir degustándola de vez en cuando.
- Jajaja creo que podré hacer ese sacrificio, ¿qué te parece Manu?
- Me parece justo, así todos contentos.
Cuando salimos de la habitación Ricardo me pasó la mano por el hombro, ahora éramos “casi” familia, la próxima vez que Julia subiera a su habitación se lo propondría con un anillo en la mano.
Al poco rato de estar en el restaurante volvió mi tía del centro, según vio a mi madre al pasar le guiño un ojo.
- Clara luego te enseñaré unos trapitos que me he comprado, a alguien les va a gustar.
Miraba a Ricardo cuando decía esto, al subir se cruzó con Lisa, su hija estaba bellísima, se había maquillado como si fuera de boda, y llevaba el vestido que más le favorecía cuando pasó junto a mi me hizo un gesto, se notaba que estaba satisfecha.
- Vaya hija, no me digas que sales a estas horas, te has puesto guapísima.
- No, esta tarde pensaba salir pero al final me he quedado en mi cuarto.
- Pues parece que no te has aburrido, estas radiante.
- Sí, he tenido una buena tarde, estoy muy a gusto.
Ni a Ricardo ni a mí se nos pasó que Lisa quería mandar un mensaje a navegantes, sobre todo a Ricardo, quería demostrarle que era una buena opción reservarle la polla para más adelante, cuando pasó por su lado el camarero en voz baja le dijo.
- Sabía “por referencias” que estabas muy buena pero que eras una belleza lo acabo de ver, no se lo digas a nadie pero la polla se me está alborotando.
- Mmm ¿lo dices de verdad, te gusto? No me lo creo, esa polla que se levanta tiene mejor vista que tú, jajaja.
- Eso ya lo sabía, por eso quiere volver a follarte otro día.
- Espero que no sea muy tarde, bombón.
Debía ser cierto lo que decía Ricardo pues se cogió la polla bajo el pantalón y se la enseño a Lisa, ésta se mordió el labio al imaginarla.
Ya habían salido los primeros platos cuando sonó el teléfono, lo cogió Lisa y se puso a hablar alegremente, mi madre a su lado estaba expectante pues dedujo enseguida de quien era la llamada, cuando le pasó el teléfono enseguida fue al grano.
- ¿Cómo estás Cris? ¿Va todo bien? ¿de verdad? ¿mañana?, lo que quieras, sino coge un taxi y va volando… bueno pues, mañana sin falta estará contigo, besos, cuidaros.
En el bar todos estábamos expectantes a que acabara de hablar, Lisa ya me había dicho que era mi tía Cris, había ido a ver a su hermana Ana y le había contado que estaba un poco molesta con el inminente parto, su marido no estaba en la ciudad, era un viaje relámpago y volvería en dos días pero Cris no quería dejarla sola y nos llamaba para que yo fuera a quedarse con ella, de momento esta noche lo haría Cris.
Mi madre me dijo que me preparara para salir en el primer tren, aunque no había motivo aparente era conveniente que estuviera con ella.
Vi a Ricardo hablar con un cliente, se dedicaba a la joyería, esperé a que terminara de hablar y le comenté que los planes que teníamos con la veterinaria y su hermana debía atenderlos él sólo, me hizo gracia cuando miró hacia su bragueta y le hizo una cruz, le daba la extremaunción, sabía que estaba en peligro de muerte, nos reímos los dos y cuando Lisa nos preguntó por el motivo de las risas tuvimos que contarle una historia inverosímil.
Fui a hablar con Reme, tenía intención de ir a ver a Encarna, su abuela volvía a estar delicada de las piernas, además me habría gustado pasar la tarde “merendando” con ella, le prometí que volvería pronto ahora ya estaba próximo el comienzo de la universidad y debía estar en la ciudad más tiempo pero procuraría pasar cuando tuviera ocasión, la chica estaba seria pero no quiso hacer más difícil la situación y para quitar hierro al momento se acercó a mí y con disimulo me apretó la polla.
- No te preocupes, ya sabes que mi coño estará esperándote, ya le diré a mi abuela que vendrás pronto, seguro que a ella también se le mueve la sangre pensando contigo jajaja.
Cuando subí a la habitación mi madre ya estaba preparándome la maleta, sobre mi cama estaba la ropa más necesaria, tampoco tenía tanta y en cualquier momento podía volver a recogerla.
Ya estábamos en pijama dispuestos para acostarnos cuando mi tía asomó la cabeza por la puerta, mi madre me miró alegrándose de que no estuviéramos en actitud amorosa, Julia estaba nerviosa, en la mano llevaba unos paquetes.
- Mirad lo que me he comprado, es precioso.
Clara y yo nos sentamos en una cama esperando la exhibición prometida.
Rápidamente se quito la blusa y se quedó con un sujetador de blonda, yo siempre había admirado el buen gusto de Julia con la lencería, mi madre me miró imaginando lo que nos quería enseñar, su hermana tenía un cuerpo muy bien conservado y le gustaba enseñarlo.
Con toda naturalidad se quedó en sujetador, yo creí que se habría comprado algún modelo de lo más sexi pero no se lo quitó, lo que si se quitó fue la falda, bajo llevaba las bragas que le hacían conjunto con la prenda de arriba pero esa sí que se las quitó, el coño bien depilado como era su costumbre y los labios carnosos, mi madre me miraba de reojo, yo me removía buscando la mejor postura porque la polla me pedía espacio, mi tía sacó unas medias y subiendo la pierna a mi lado sobre la cama se fue estirando por la pierna arriba hasta el muslo donde quedó tensa y ajustada, en la siguiente además de la pierna tenía frente a mí el coño abierto de Julia, los labios rosados se frotaban uno contra el otro con sus movimientos retorciendo al clítoris que pugnaba por salir.
Mi madre me observaba y sabía por el tormento que estaba pasando, el fino pantalón del pijama ya no podía ocultar la erección y por la bragueta mal abrochada asomaba el capullo descubierto de piel.
Julia sin bajar la pierna se volvió a recoger el paquete, los labios se retorcieron más aún y se abrieron dejando salir al bulto sensible, Clara con la mano sobre mi polla me tapaba la ya evidente dureza, se había salido del todo entre la tela y bajo su mano palpitaba.
Mi tía se puso un liguero, no nos lo enseño hasta que se lo abrochó a su espalda, con las pinzas que llevaba se sujetó las medias ajustándolas tirantes, yo esperaba que se pusiera otra vez las bragas pero lo que hizo fue plantarse frente a nosotros y separando las piernas me preguntó.
- A ver Manu, tú que eres hombre ¿crees qué estoy sexi?
- Si hacemos caso a la polla de mi hijo te puedo asegurar que sí que lo es.
- Oh! ya me doy cuenta, es que dudaba si ponerme bragas o no, como ves tengo un clítoris muy curioso y siempre se asoma demasiado.
Mientras me lo decía se había separado totalmente los labios dejando al proyecto de polla, con la piel también descubierto y brillando, completamente a la vista.
Mi madre ya no podía esconder más mi polla se le salía entre los dedos por lo que optó por cogerla con las dos manos.
- Por dios Manu que sensible que eres, si lo llego a saber no te enseño el liguero.
- No Julia, el liguero me encanta pero el coño que tienes abierto me pone la polla como una estaca.
- Pobrecito, no quiero que por mi culpa lo pague mi hermana, túmbate y bájate el pantalón te voy a dar una mamada de consolación.
La encargada de abrirme el pantalón fue Clara, sin soltar mi polla con una mano con la otra fue desabrochando los dos botones que cerraban escasamente la bragueta, mi tía arrodillada se metió en la boca el trozo de polla que dejaba disponible mi madre, mientras me lo sujetaba le quedaban las dos manos libres para acariciarme los huevos y los muslos, mi madre me acercó sus tetas para que ocupara mis manos, le puse los pezones duros y ásperos, y cuando le rocé su pierna me hizo el regalo de sentarse sobre mi cara, el camisón corto que llevaba se abrió a mi alrededor y sólo vi las dos nalgas abiertas encerrando el coño y el culo, mi lengua recorrió sus labios por entero y las encogidas de su pubis la sacudían cuando le lamía el clítoris mojado.
Mi tía quiso gozar también y se soltó el cierre de su sujetador cayendo sus tetas entre mis muslos, rozaba sus pezones contra ellos y los endurecía, con mi pierna busque entre las suyas hasta que mi pie siguió subiendo ellas hasta notar la humedad que ya salía de su vagina, con el dedo gordo le fui abriendo los labios hasta que encontré la entrada y pude meter hasta la falange del dedo, al moverlo iba abriendo las piernas dejándome más sitió para mí.
Mi madre fue la primera, se apoyó contra mi pecho temblando, se agachó sobre mí hasta quedar su cara junto a la de su hermana, creí que quería comerme la polla a la vez de Julia pero cuando notaron que me iba a correr me rodearon con los labios de la boca el tronco y esperaron a que los chorros de leche les mojaran a las dos.
Julia se corrió en mi dedo del pié, por la planta me corrían los jugos que salían de su vagina pero su cara aguantó sobre mis huevos hasta que se le pasó la corrida.
Clara se levantó con dificultad, el orgasmo la había agotado, no se había excitado lo suficiente y el choque fue brutal, mi tía fue dejando moverme, en su cara estaban las huellas de mi semen, un ojo apenas lo podía abrir cegado por un goterón, mi madre había tenido más suerte aunque el pelo lo llevaba lleno de espuma.
- No ha estado mal para ser improvisado, espero que nos echarás de menos un poco a los que nos quedamos aquí, a tu prima y todos los demás seguro y qué decir de tu madre, pero sé que no tardarás en venir a vernos, dale recuerdos a mis hermanas Cris y Ana y pórtate bien con ellas, aunque estoy seguro que lo harás con gusto.
Las dos hermanas me dieron un beso, me mancharon de semen pero mi madre viéndolo me lamió quitándome los restos. A la mañana siguiente me iría a ver a mi futuro primo Manuel.
Continuará
Todos vinieron a felicitarla, mi tía la primera y luego abrazó al médico, todos demostraron su alegría que aunque esperada ahora se confirmaba oficialmente.
A mi tía y a mi prima no se le escapaba la alegría de Alba viendo la escena, estaba abrazada a mí y me alborotaba el pelo uniéndose a la fiesta.
Ya en la habitación mi madre mientras deshacía la maleta sonreía sin decir palabra, de vez en cuando suspiraba, se notaba que rebosaba felicidad.
Me di una ducha dejando a Clara arreglando la ropa y cuando volví estaba ya en la cama, me metí en la mía pero sentí que ahora era yo quien tenía que apoyarla, en la oscuridad de la habitación me colé bajo su sábana, mi madre debía estar esperándome pues inmediatamente me abrazó.
No me dijo nada sólo me rodeaba con sus brazos sentía el calor de su cuerpo pegado al mío y su respiración pausada.
- ¿Eres feliz Clara?
- Sí mucho ¿se nota?
- Bastante, me alegro mucho por ti.
- ¿Y tú qué piensas?
- Pienso que te mereces a un hombre como Benito, creo que ha demostrado su cariño hacia ti.
- Y también hacia ti, estoy tan contenta por mí como porque te ha considerado como un amigo y el detalle de pedirte permiso para salir conmigo…
- Es verdad, me ha sorprendido y creo que a todos, sólo espero que te haga muy feliz, te mereces un buen hombre a tu lado.
- Y… ¿no podrían ser dos? A ti también te quiero a mi lado.
- Ya lo sé, y me tendrás siempre pero Benito será tu pareja.
- Yo quiero que seas también mi pareja, no sabes lo feliz que me haces estando pegado a mí, siento el calor de tu cuerpo en mi piel, cuando estoy contigo tengo un sentimiento especial, y no estoy hablando de madre a hijo, eso es aparte, es un hormigueo que recorre mi cuerpo, que me electriza, que me hace desear que no te vayas de mi lado.
- Es curioso, yo siento algo parecido, estos días he estado con Alba muy unido que si no fuera por la diferencia de edad que nos separa también le hubiera pedido su mano a su padre, es una chica que podría hacerme feliz pero cuando estoy contigo me invade una paz que no siento con nadie más.
- ¿Te digo un secreto?, me gusta hacer el amor contigo, me gusta mucho, no es comparable con nadie más, lo he pensado varias veces cuando tengo la polla de Benito dentro de mí, me hace muy feliz, noto como me quiere y yo también le quiero a él, me llena en todos los sentidos, tu lo has visto pero contigo es una sensación que me arrastra hacia ti, mis manos se me van para acariciarte como ahora, sé que tú también estás esperando que te acaricie ¿ves?, ya tienes la polla preparada para mí, y es una polla que me vuelve loca, dentro de mí me hace sentir como en una nube y cuando tu leche me inunda es como un premio que me das.
- Clara es inevitable que se me ponga dura la polla contigo, la sensación de tenerte cerca me hace bullir la sangre, el calor de tu piel, el olor y tu suavidad me enerva, ya tienes los pezones duros Clara y estoy seguro que el sexo estará húmedo también, no me he equivocado tampoco, me gusta separar los labios como ahora, este clítoris que tengo entre los dedos que responde como mi glande entre los tuyos, me gusta descubrirlo y dejarlo como una almendra brillante y sensible.
- Manu, ya no puedo más, por favor fóllame, hazme sentir una mujer feliz, lléname con tu barra de carne caliente y dura, como tú lo haces a veces despacio y dulce o imperioso y vigoroso, estoy a tu voluntad, dispón de mi como quieras, mi boca es tuya y mi coño y mi culo también, fóllame hasta que no podamos más, te necesito dentro.
Clara era todo sensualidad, tan ardiente que con sólo sus palabras me enervaba, sus manos recorrían mi cuerpo apoyando a sus palabras que derretían mis oídos.
Esta vez fui yo quien busqué su boca, la besé con todo mi sentimiento puesto en mis labios y mi lengua, absorbí su saliva mezclándola con la mía mientras me deslizaba sobre su cuerpo diminuto, ella me guiaba suavemente para que me acoplara entre sus piernas sin dejar de besarla, facilitaba que mi polla subiera entre sus muslos abiertos presionando mis nalgas, mientras la besaba pasé las manos por debajo de sus hombros y me sujeté en su cuello para que no se moviera y cuando estuve en la entrada de su vagina encogí los codos y fui entrando en ella despacio pero sin parar hasta el final, la abundante humedad de Clara me permitió resbalar sin asperezas, sus besos no cesaron cuando me sentía avanzar como un ariete.
- Así Manu, así me gusta notarte, dentro de mí siento tus palpitaciones, tus venas hinchadas y tus huevos pegados a mi culo, no te salgas aún déjame saborear esta sensación que es única.
- Yo también te noto, tus músculos me acarician como tu lengua cuando me comes la polla, me exprimes pidiéndome toda mi leche y tus labios me rodean la polla como los de tu boca cuando me aspiran hacia tu garganta.
Mi madre iba en busca de mí con sus caderas, nos encontrábamos a mitad de camino cuando metía la polla hasta el fondo de su coño, se abrazaba a mi cuerpo pegando su cara a mi pecho concentrada en el placer que sentía pero a mí me gustaba más ver su cara reflejando en cada momento las sensaciones que vibraban en su cuerpo, me senté en mis talones frente a sus piernas abiertas al acercarme a ella el capullo resbalaba entre sus labios mojados, los acunaba casi totalmente hasta que mi polla salía entre ellos y subía por su pubis, a su paso arrollaba al clítoris que se defendía con ardor obligando a deformarse el glande a su paso.
Clara me miraba suplicante, estaba ansiosa porque entrara en ella otra vez, con las manos en la cintura la atraía hacia mí mientras la excitaba con mis rozamientos, cuando Clara no pudo más con dos dedos obligó al capullo a forzar la entrada a la vagina, con el tacto de mi polla entre sus labios menores me rodeó con sus piernas en la cintura y se escurrió por la sábana hasta meterse ella misma toda mi polla.
Dejó los brazos sobre su cabeza, se sentía a gusto mientras yo lentamente la llenaba, vi en sus ojos como le llagaba un suave pero largo orgasmo, ladeo la cabeza y apretó los puños en la almohada, las convulsiones que le sacudían movían cada músculo de su cuerpo, con la mirada extraviada suspiraba y gemía a los impulsos de mis caderas, mi polla mojada de espuma blanca entraba y salía impertérrita hasta que dio señales de vida, aflojó sus piernas cruzadas en mi espalda y las subió hasta casi tocar con sus pies en sus hombros, mi polla se salí al elevarse sus nalgas pero al ver que se quedaba esperándome volvía adelantarme entre sus labios, le caían unas gotas de flujo que llegaron a su culo.
Clara notó el paso de la humedad y separó con las manos las nalgas, movió la cintura hasta pegar su culo a mi capullo y respiró profundamente, cuando me adelanté casi no se movió, sólo gimió entre dolor y placer, la lubricación natural demostró su eficacia y su esfínter no tuvo ningún rechazo y me permitió enterrar hasta los huevos todo mi miembro.
Notaba en su vagina el abultamiento de mi capullo cuando entraba por el vecino conducto, la suavidad del recto no me trasmitía el placer que le daba a mi madre y podía seguir empujando sin correrme.
Vi que Clara volvía a estar amenazada por otro orgasmo, nunca había disfrutado de dos tan seguidos pero esta noche estaba especialmente motivada y cuando sus gemidos llenaban la habitación de su coño salió como una fuente, la corrida más grande que le había visto nunca, ella misma se sorprendió, al impulso de las contracciones expulsó los flujos líquidos que mojaron la cama un poco, ante esa visión mi resistencia se desmoronó, me abracé a sus muslos y me vacié dentro de ella.
Clara cuando se repuso tuvo que cambiar la sábana pero viendo que estaba húmedo hasta el colchón se vino a mi cama, no tardamos en dormirnos abrazados.
Por la mañana bajé al bar a desayunar como todos los días, las camareras ya estaban sirviendo a los clientes más madrugadores, mi madre como siempre agobiada frente a la cafetera, en el restaurante Ricardo atendía a una mesa, me llamó desde allí y cuando me acercaba reconocí a Irene la veterinaria, con la excusa de desayunar estaba conversando con el camarero animadamente, nos saludamos y pronto la conversación derivó a la posibilidad de hacerle una visita a su hermana, a mi me convenció enseguida al recordarme a Thor mi perro que había cubierto a la perra de su sobrina y la había preñado, me gustó la idea de pasar la tarde con su sobrina, era una chica estupenda en todos los sentidos, claramente las intenciones de Irene eran juntarse con Ricardo y su hermana en una tarde fogosa, al camarero no le parecía nada mal y casi se concretó una cita, yo dejé claro que me interesaba por su sobrina a lo que Irene no puso objeciones pues así la polla de Ricardo sería para las dos hermanas.
Cuando se fue la veterinaria Ricardo me dijo que quería hablar conmigo de un asunto serio, imaginé que era que quería que le acompañara a la cita con las hermanas, su polla era enorme pero las dos hermanas eran unas fieras y no estaba seguro de aguantar el ataque, pero no era eso me dijo que me esperaba cuando hubiera un hueco de trabajo en su habitación. La verdad que me intrigó, no tenía idea de tanto secretismo.
Después de comer las chicas se fueron a descansar hasta la cena, mi madre se quedó de guardia por si entraba alguien a tomar café y mi tía y mi prima subieron a casa, cuando subía a la habitación de Ricardo me crucé con mi tía que salía mudada a la calle.
- ¡Qué guapa vas Julia!
- Y tú que galante, no está mal que mi sobrino me diga piropos y Ricardo se quede helado mirándome.
- Oh, perdona Julia pero me has dejado maravillado, estás preciosa.
- Sí, ahora arréglalo, está visto que ya no te gusto.
- Vamos Ricardo deja a mi tía, tiene ganas de picarte.
Subimos a la habitación y me hizo sentar muy serio.
- Mira Manu, te voy a pedir una cosa, sé que es un poco delicada pero me interesa mucho.
- Tú dirás, me estás intrigando, si es por la veterinaria…
- No, nada de eso, es por tu tía.
- ¿Por mi tía, mi tía Julia?
- Claro, ¿quién si no?, cuando vinisteis ayer me emocionó ver a tu madre tan feliz por la petición de Benito, he estado toda la noche sin dormir pensando…
- ¿Y qué pensabas?
- Pues… ejem… que me gustaría pedírselo también a Julia, me gustaría que me admitiera como pareja oficial pero no sé si me aceptará, sólo soy su camarero.
- Ricardo, tú mejor que nadie sabrás lo que Julia y tú os lleváis entre manos, si sólo folláis o hay algo más.
- Al principio sólo follábamos, a Julia no le caí mal desde el principio pero reconozco que mi polla ha sido decisiva, pero de eso a ser pareja… me gustaría que me dirás tu opinión y de paso si me autorizabas a acercarme a ella.
- Jajaja, Ricardo, no me digas que quieres pedirme la mano de Julia también, con una tengo bastante y si acaso lo mejor es que se la pidas a Lisa, es su hija y parte interesada.
- ¿Tú crees, Lisa me aceptará?
- Lo mejor es preguntárselo, y creo que ahora es un buen momento, se ha subido con Julia pero ahora estará sola.
Casi tuve que bajar a rastras a Ricardo, cuando llamé a la habitación de Lisa reconoció mi llamada.
- Pasa Manu, estoy desnuda pero es igual.
- Ejem… perdona Lisa, pero es que vengo con Ricardo, queríamos hablar contigo.
Ricardo me miró y me encogí de hombros.
- Vale, ahora me pongo algo.
Lisa abrió la puerta de par en par, se había puesto una toalla de baño por encima, había salido de la ducha un momento antes.
- Pasad, sentaros donde podáis, me iba a cambiar para salir un rato.
- Si te molestamos nos vamos, solo era una pregunta, Manu me ha dicho que igual tú me puedes orientar.
- Nada de eso, sólo quería despejarme, contarme lo que queráis.
- Pues nada Lisa es que Ricardo tiene unas inquietudes que no lo dejan dormir y me ha preguntado si tú aceptarías.
- Bueno… la verdad es que yo también lo había imaginado, de hecho cada noche me duermo soñando con lo mismo, desde que me lo contaste no pienso en otra cosa.
- ¿De verdad? Pues a mí me pasa igual, Manu lo sabe, me gustaría mucho conseguirlo.
- Pues no tienes más que pedírmelo, ¿qué te parece ahora?
Lisa se había acercado a Ricardo con paso provocador, cuando estuvo delante de él dejó caer la toalla que la cubría y se dio la vuelta para que la viera toda desnuda.
- ¿Qué te parece lo que ves, te lo imaginabas así o mejor?
- Oh! Lisa estas buenísima, la verdad es que no aparentas el cuerpo que tienes, esas tetas, ese culo, te pareces mucho a tu madre, pero más joven, claro.
- ¿De verdad, y cual tenemos mejores tetas y mejor coño? Aunque solo conoces el de mi madre pero eso se puede arreglar, estoy deseando probar esa polla que dicen que tienes entre las piernas.
- Pues me lo estás poniendo fácil, no sé si será conveniente para lo que quería preguntar pero…
- Mmm déjame que despierte yo a la fiera, Manu no te quedes ahí parado, ya sabes que me encanta que me folles, hoy podría ser un día especial para los tres, está claro que lo mejor sale sin proponérselo.
Lisa empujó a Ricardo que estaba sentado en la cama y se abalanzó a despasarle el cinturón, cuando le bajó los pantalones lo hizo cogiéndole también el elástico de los calzoncillos del camarero, de dos tirones los pantalones salieron por los tobillos de Ricardo, Lisa se quedó asustada, me abrazó buscando cobijo a la vez que no apartaba la vista de la verga de Ricardo, en el breve instante que me estrechaba con sus brazos mi polla reaccionó bajo el bóxer, mis manos rodearon su cuerpo y fueron a reunirse con sus tetas, Lisa no se dio por aludida y me señaló a aquella polla que dando saltos iba tomando altura, yo ya la había visto varias veces actuando y sabía que aún iba a crecer mucho más por eso acompañe a Lisa a los pies de Ricardo, entre sus piernas se arrodilló y alargó sus manos para atrapar aquella verga que iba apuntando al techo lentamente.
Puso una mano en la base y la otra encima pero sobre las dos aún sobre salía un trozo que cada vez se iba alargando más mientras sus dedos eran obligados a separarse forzados por el grosor del falo.
Mi prima separó las piernas al notar que mis manos le palpaban el culo, olía muy bien a gel de baño y pasé mi lengua por la rabadilla hasta la cintura para luego seguir hasta la nuca, con mi cuerpo le empujaba y ella cada vez se acercaba más al capullo rojo que palpitaba frente a sus ojos, tímidamente lo lamió y después de calcular su diámetro chupando el glande se lo intentó meter en la boca, tuvo que intentarlo varias veces, acostumbrada a mi polla en punta el capullo chato de Ricardo no le cabía con los labios abiertos al máximo, tuvo que hacer la cabeza a los dos lados para metérselo de canto, cuando lo consiguió los ojos le lloraban, le tuve que susurrar al oído.
- No te confíes Lisa, aún no le ha engordado del todo, luego no lo podrás sacar de la boca.
El aviso le llegó justo a tiempo con su lengua tuvo que empujar hacia fuera para que saliera sin tener que marcarlo con los dientes.
Se subió sobre Ricardo, no se atrevió a metérselo y estuvo restregándose sobre él, con sus labios lo cogía apenas, desde los huevos hasta el glande paseaba el clítoris que vibraba al rozar las venas y el frenillo de la verga, el meato de Ricardo se abría y cerraba como un pez buscando aire cuando lo forzaba el clítoris de Lisa, no tardo den cubrirlo de flujo blanco y decidió probar, sabía que le iba a costar pero confiaba con la elasticidad de su vagina y la convicción que su madre lo había conseguido y no solo una vez, estaba segura que se lo clavaba cada noche.
Yo intentaba que no pensara en cosas dolorosas y por detrás le acariciaba las tetas, los pezones me aclaraban que estaba deseosa de follar a Ricardo y éste lo estaba esperando.
Se levantó lo suficiente para que el capullo del camarero estuviera a la altura del sus labios, los fue abriendo con el cabezón, en varias ocasiones estuvo a punto de ponerlo a la entrada y dejarse caer pero no se arriesgaba, tuvo que ser Ricardo que cuando se lo dejó un momento entre los labios menores empujara un poco para meterle solo el capullo, gimió pero no se retiró, ya animada notó que era soportable y fue dejándose caer, centímetro a centímetro iba bajando sobre Ricardo, con la mirada fija en sus ojos se iba introduciendo aquella estaca, aún le faltaba un tercio cuando se dejó caer de golpe lanzando un gemido fuerte.
Me cogió las manos por detrás buscando apoyo, la sujeté mientras flexionaba las piernas e iba saliendo o entrando aquella herramienta gigante.
Cuando ya su coño iba dilatando lo suficiente fue aumentando la cadencia, incluso se permitió buscar mi polla y masajearla para ponerla en el máximo nivel.
Ricardo ya me había sustituido en sus tetas cuando Lisa se inclinó sobre él, ya saltaba con normalidad metiéndose aquella tranca, al separarse las nalgas me insinuó lo que estaba deseando, la vista de aquel agujero oscuro y rugoso me hizo pasarle la lengua e intentar meterle la punta, a pocos centímetros de mi barbilla la polla de Ricardo bombeaba en el coño haciendo un ruido de chapoteo, escupí sobre las regata de sus nalgas y luego sobre mi glande, cuando lo apoyé Lisa deseaba con todo su alma sentir aquellas pollas dentro de ella por lo que colaboró al máximo, relajó tanto el esfínter que apenas tuve que presionar, la punta del capullo desapareció y aprovechando el ir y venir de Ricardo sincronicé mis movimientos y entraba junto a él.
La fantasía de Lisa se había cumplido, ahora tenía dos pollas dentro de ella, la de Ricardo era un sueño hasta ahora deseado y la mía la seguridad de una buena follada.
Tuve que abrazarme a su espalda para que no me doblara la polla dentro de ella cuando se corrió, Ricardo la tenía empalada por el coño pero su culo se movía descontrolado, las tetas bailaban sobre la cara del chico que intentaba cazarlas con la boca.
Noté las palpitaciones de Ricardo y su mirada preguntándome donde se corría, yo sabía que Lisa se tomaba la píldora y le dije que siguiera, lo hizo y separados por una estrecha pared noté como le trasegaba una cantidad importante de leche, mi prima se dejó caer queriendo que no se le escapara nada en el momento que yo le llenaba el recto, los dos estuvimos dando empellones intentando darle hasta la última gota de semen y ella lo recibió encantada.
Cuando pude me levante de la espalda de Lisa, ella a su vez de Ricardo y un burbujeo de leche se esparció desde el culo y el coño de Lisa, se dejó caer al lado de Ricardo y yo a su lado, las pollas fueron doblándose simultáneamente mientras nos relajábamos, Ricardo con voz suave dijo.
- Me ha encantado Lisa, follas como los ángeles pero no era esa la pregunta que quería hacerte.
Mi prima se volvió hacia él sorprendida mientras se incorporaba sobre los codos.
- Yo también he disfrutado, gracias a los dos, ¿entonces qué querías preguntarme?
- Te quería preguntar si te parecería bien que le propusiera a tu madre ser su pareja, creo que ya todo el mundo sabe que dormimos juntos casi todas las noches y me gustaría dar un paso más.
- Vaya con Ricardo, qué sorpresa, bueno lo que dormíais juntos era evidente, mi madre bajaba cada mañana con la cara de haberle tocado la lotería, estaba bien follada, pero la idea de tener pareja no sé si le gustará.
- Bueno todo es proponerlo, a Ricardo le parece buena idea ya sienten algo más que deseo por la cama y tu madre parece feliz con él, ¿a ti personalmente qué te parecería?
- Pues a mí no me parecería mal, sólo pondría una condición.
- Por mí la acepto antes de saberla.
- La condición sería que me siguieras follando con esa impresionante polla aunque estuvieras con mi madre, ahora que la he probado me apetece seguir degustándola de vez en cuando.
- Jajaja creo que podré hacer ese sacrificio, ¿qué te parece Manu?
- Me parece justo, así todos contentos.
Cuando salimos de la habitación Ricardo me pasó la mano por el hombro, ahora éramos “casi” familia, la próxima vez que Julia subiera a su habitación se lo propondría con un anillo en la mano.
Al poco rato de estar en el restaurante volvió mi tía del centro, según vio a mi madre al pasar le guiño un ojo.
- Clara luego te enseñaré unos trapitos que me he comprado, a alguien les va a gustar.
Miraba a Ricardo cuando decía esto, al subir se cruzó con Lisa, su hija estaba bellísima, se había maquillado como si fuera de boda, y llevaba el vestido que más le favorecía cuando pasó junto a mi me hizo un gesto, se notaba que estaba satisfecha.
- Vaya hija, no me digas que sales a estas horas, te has puesto guapísima.
- No, esta tarde pensaba salir pero al final me he quedado en mi cuarto.
- Pues parece que no te has aburrido, estas radiante.
- Sí, he tenido una buena tarde, estoy muy a gusto.
Ni a Ricardo ni a mí se nos pasó que Lisa quería mandar un mensaje a navegantes, sobre todo a Ricardo, quería demostrarle que era una buena opción reservarle la polla para más adelante, cuando pasó por su lado el camarero en voz baja le dijo.
- Sabía “por referencias” que estabas muy buena pero que eras una belleza lo acabo de ver, no se lo digas a nadie pero la polla se me está alborotando.
- Mmm ¿lo dices de verdad, te gusto? No me lo creo, esa polla que se levanta tiene mejor vista que tú, jajaja.
- Eso ya lo sabía, por eso quiere volver a follarte otro día.
- Espero que no sea muy tarde, bombón.
Debía ser cierto lo que decía Ricardo pues se cogió la polla bajo el pantalón y se la enseño a Lisa, ésta se mordió el labio al imaginarla.
Ya habían salido los primeros platos cuando sonó el teléfono, lo cogió Lisa y se puso a hablar alegremente, mi madre a su lado estaba expectante pues dedujo enseguida de quien era la llamada, cuando le pasó el teléfono enseguida fue al grano.
- ¿Cómo estás Cris? ¿Va todo bien? ¿de verdad? ¿mañana?, lo que quieras, sino coge un taxi y va volando… bueno pues, mañana sin falta estará contigo, besos, cuidaros.
En el bar todos estábamos expectantes a que acabara de hablar, Lisa ya me había dicho que era mi tía Cris, había ido a ver a su hermana Ana y le había contado que estaba un poco molesta con el inminente parto, su marido no estaba en la ciudad, era un viaje relámpago y volvería en dos días pero Cris no quería dejarla sola y nos llamaba para que yo fuera a quedarse con ella, de momento esta noche lo haría Cris.
Mi madre me dijo que me preparara para salir en el primer tren, aunque no había motivo aparente era conveniente que estuviera con ella.
Vi a Ricardo hablar con un cliente, se dedicaba a la joyería, esperé a que terminara de hablar y le comenté que los planes que teníamos con la veterinaria y su hermana debía atenderlos él sólo, me hizo gracia cuando miró hacia su bragueta y le hizo una cruz, le daba la extremaunción, sabía que estaba en peligro de muerte, nos reímos los dos y cuando Lisa nos preguntó por el motivo de las risas tuvimos que contarle una historia inverosímil.
Fui a hablar con Reme, tenía intención de ir a ver a Encarna, su abuela volvía a estar delicada de las piernas, además me habría gustado pasar la tarde “merendando” con ella, le prometí que volvería pronto ahora ya estaba próximo el comienzo de la universidad y debía estar en la ciudad más tiempo pero procuraría pasar cuando tuviera ocasión, la chica estaba seria pero no quiso hacer más difícil la situación y para quitar hierro al momento se acercó a mí y con disimulo me apretó la polla.
- No te preocupes, ya sabes que mi coño estará esperándote, ya le diré a mi abuela que vendrás pronto, seguro que a ella también se le mueve la sangre pensando contigo jajaja.
Cuando subí a la habitación mi madre ya estaba preparándome la maleta, sobre mi cama estaba la ropa más necesaria, tampoco tenía tanta y en cualquier momento podía volver a recogerla.
Ya estábamos en pijama dispuestos para acostarnos cuando mi tía asomó la cabeza por la puerta, mi madre me miró alegrándose de que no estuviéramos en actitud amorosa, Julia estaba nerviosa, en la mano llevaba unos paquetes.
- Mirad lo que me he comprado, es precioso.
Clara y yo nos sentamos en una cama esperando la exhibición prometida.
Rápidamente se quito la blusa y se quedó con un sujetador de blonda, yo siempre había admirado el buen gusto de Julia con la lencería, mi madre me miró imaginando lo que nos quería enseñar, su hermana tenía un cuerpo muy bien conservado y le gustaba enseñarlo.
Con toda naturalidad se quedó en sujetador, yo creí que se habría comprado algún modelo de lo más sexi pero no se lo quitó, lo que si se quitó fue la falda, bajo llevaba las bragas que le hacían conjunto con la prenda de arriba pero esa sí que se las quitó, el coño bien depilado como era su costumbre y los labios carnosos, mi madre me miraba de reojo, yo me removía buscando la mejor postura porque la polla me pedía espacio, mi tía sacó unas medias y subiendo la pierna a mi lado sobre la cama se fue estirando por la pierna arriba hasta el muslo donde quedó tensa y ajustada, en la siguiente además de la pierna tenía frente a mí el coño abierto de Julia, los labios rosados se frotaban uno contra el otro con sus movimientos retorciendo al clítoris que pugnaba por salir.
Mi madre me observaba y sabía por el tormento que estaba pasando, el fino pantalón del pijama ya no podía ocultar la erección y por la bragueta mal abrochada asomaba el capullo descubierto de piel.
Julia sin bajar la pierna se volvió a recoger el paquete, los labios se retorcieron más aún y se abrieron dejando salir al bulto sensible, Clara con la mano sobre mi polla me tapaba la ya evidente dureza, se había salido del todo entre la tela y bajo su mano palpitaba.
Mi tía se puso un liguero, no nos lo enseño hasta que se lo abrochó a su espalda, con las pinzas que llevaba se sujetó las medias ajustándolas tirantes, yo esperaba que se pusiera otra vez las bragas pero lo que hizo fue plantarse frente a nosotros y separando las piernas me preguntó.
- A ver Manu, tú que eres hombre ¿crees qué estoy sexi?
- Si hacemos caso a la polla de mi hijo te puedo asegurar que sí que lo es.
- Oh! ya me doy cuenta, es que dudaba si ponerme bragas o no, como ves tengo un clítoris muy curioso y siempre se asoma demasiado.
Mientras me lo decía se había separado totalmente los labios dejando al proyecto de polla, con la piel también descubierto y brillando, completamente a la vista.
Mi madre ya no podía esconder más mi polla se le salía entre los dedos por lo que optó por cogerla con las dos manos.
- Por dios Manu que sensible que eres, si lo llego a saber no te enseño el liguero.
- No Julia, el liguero me encanta pero el coño que tienes abierto me pone la polla como una estaca.
- Pobrecito, no quiero que por mi culpa lo pague mi hermana, túmbate y bájate el pantalón te voy a dar una mamada de consolación.
La encargada de abrirme el pantalón fue Clara, sin soltar mi polla con una mano con la otra fue desabrochando los dos botones que cerraban escasamente la bragueta, mi tía arrodillada se metió en la boca el trozo de polla que dejaba disponible mi madre, mientras me lo sujetaba le quedaban las dos manos libres para acariciarme los huevos y los muslos, mi madre me acercó sus tetas para que ocupara mis manos, le puse los pezones duros y ásperos, y cuando le rocé su pierna me hizo el regalo de sentarse sobre mi cara, el camisón corto que llevaba se abrió a mi alrededor y sólo vi las dos nalgas abiertas encerrando el coño y el culo, mi lengua recorrió sus labios por entero y las encogidas de su pubis la sacudían cuando le lamía el clítoris mojado.
Mi tía quiso gozar también y se soltó el cierre de su sujetador cayendo sus tetas entre mis muslos, rozaba sus pezones contra ellos y los endurecía, con mi pierna busque entre las suyas hasta que mi pie siguió subiendo ellas hasta notar la humedad que ya salía de su vagina, con el dedo gordo le fui abriendo los labios hasta que encontré la entrada y pude meter hasta la falange del dedo, al moverlo iba abriendo las piernas dejándome más sitió para mí.
Mi madre fue la primera, se apoyó contra mi pecho temblando, se agachó sobre mí hasta quedar su cara junto a la de su hermana, creí que quería comerme la polla a la vez de Julia pero cuando notaron que me iba a correr me rodearon con los labios de la boca el tronco y esperaron a que los chorros de leche les mojaran a las dos.
Julia se corrió en mi dedo del pié, por la planta me corrían los jugos que salían de su vagina pero su cara aguantó sobre mis huevos hasta que se le pasó la corrida.
Clara se levantó con dificultad, el orgasmo la había agotado, no se había excitado lo suficiente y el choque fue brutal, mi tía fue dejando moverme, en su cara estaban las huellas de mi semen, un ojo apenas lo podía abrir cegado por un goterón, mi madre había tenido más suerte aunque el pelo lo llevaba lleno de espuma.
- No ha estado mal para ser improvisado, espero que nos echarás de menos un poco a los que nos quedamos aquí, a tu prima y todos los demás seguro y qué decir de tu madre, pero sé que no tardarás en venir a vernos, dale recuerdos a mis hermanas Cris y Ana y pórtate bien con ellas, aunque estoy seguro que lo harás con gusto.
Las dos hermanas me dieron un beso, me mancharon de semen pero mi madre viéndolo me lamió quitándome los restos. A la mañana siguiente me iría a ver a mi futuro primo Manuel.
Continuará
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