Nunca fui muy fachero, la verdad. Nunca tuve mucha guita, niun super auto. Tampoco un chamuyo descomunal. Pero tuve una época de oro conlas mujeres. No sé, me sentía ganador… y ganaba! Si bien ya venía desinhibidocon las mujeres, con una actitud de ganador total, con la ayuda del alcohol mesentía realmente imparable en los boliches que frecuentaba. Agarré de la mano auna de las compañeras de mi primo, que estaba en la pista con un grupo deamigas de la facu, y no llegamos a bailar medio tema que ya le estaba comiendola boca. Una actitud avasallante, no dejaba lugar a dudas. Si te quería besarte besaba. No sé, eso les encanta a las mujeres. Sienten tu seguridad y nooponen resistencia alguna. O por lo menos así fueron mis experiencias. La cuestión es que nos besamos un rato, y ladejé seguir bailando con sus amigas y mi primo. Me acodé en la barra, a esperara mis amigos. En eso mi primo me dice:
-Dale boludo, sos un hijo de puta!
-Qué pasó Rodri?
-Dice Débora que por qué te transaste a Cari y a ella no? Dice si no te gustaella.
Qué? Esto estaba pasando en verdad!? Le pregunté cuál era. Me la mostró. La máslinda de las tres, un caramelito de 19 años. Morocha de pelo corto, ojosverdes, bastante alta, como 1,70 (no iba a quedar tan abajo de mi 1,90), buenlomo, unas tetitas y un culito hermosos.
Le pregunté de nuevo cómo se llamaba. "Débora boludo" me dijo. Nonecesité más nada. Me acerqué y le dije:
-Cómo no me vas a gustar Débora!? Si sos hermosa!
No esperé ningún tipo de contestación. La empecé a besar contra la pared en laque ella estaba apoyada. Me besaba muy bien la pendeja, me paró la pija altoque. Le bajé la mano por la espalda y le agarre el culo. Tenía un jeansajustadísimo. Ella me agarraba de la nuca con una mano, y con la otra recorríami espalda. Yo me la quería coger ahí mismo, se partía de buena la hija deputa. Le dije:
-Vamos a tomar algo a mi casa, vivo acá nomás.
-No, estoy con mis amigas, no las puedo dejar.
-Vamos y venimos, ni se van a enterar.
-No, no da- me dijo.
No tenía ganas de insistir, era temprano, había tiempo todavía. La besé un ratomás y volví para la barra, a tomar algo con los pibes. Al rato me tocan lasespalda. Era Débora.
-Mira Teté, me gustás, quiero estar con vos, pero con una condición.
Una condición!? Con qué mierda me va a salir esta pendeja!?
-Una condición? Qué condición?- dije y me reí.
-Mirá, Cari es virgen, y quiere debutar con vos. Si estás con ella después vasa poder estar conmigo.
Quéeeeeeeeeeeee!? De repente era el tipo más afortunado del condado?! Tanto mequería Dios!? Más sorete era con las mujeres, más beneficios tenía!?
-Decile a tu amiga que venga y preparate. En 1 hora vengo por vos- solté.
Llevé a Carina a mi casa. En ese entonces vivía arriba de mis viejos. Tenía unquincho reconvertido en una especie de loft. Cocina, comedor, cama, sala deensayo (soy baterista). Todo en el mismo ambiente. Me senté en una silla, ellaquedó parada de frente a mí. La empecé a besar. Era más bajita que Débora. 1,60calculo. Al lado de ella no podía competir, pero tenía lo suyo. Algo másrellenita, tenía unas tetas impresionantes. Le saqué la campera de jeans sindejar de besarla. Le saqué el pullover. Quedó en corpiño, y pude apreciartodavía mejor las grandes tetas que tenía. La iniciativa era completamente mía,ella me dejaba guiarla paso a paso. Le desprendí el corpiño con una mano. Sustetas asomaron en todo su esplendor. Dos tetas realmente hermosas, enormes,redondas. No resistí ni un segundo, empecé a chupárselas. Le chupé bien lospezones, parados, duros, oscuros. Jugué con mi lengua en ellos un buen rato. Ledesabroché el jeans y le bajé los pantalones y la bombacha. No era mi primeravirgen, pero siempre son especiales. No quería chuparle la concha, ni pajearla,ni que ella me chupe la pija a mí. Quería cogerla rápido. Quería volver porDébora. A ella sí le iba a destinar todas mis atenciones.
Me puse el forro y la hice sentar arriba mío. No quería manchar la cama desangre (ya me había pasado un par de veces con otras vírgenes). No pude cogerlaasí, tenía la conchita muy estrechita.
-Hay Tete, me duele así- me dijo.
-Vení abajo, vas a estar más cómoda- le respondí.
La hice acostar en la alfombra en que tenía armada la batería. Me puse arriba yla penetré lo más despacio que pude. Fue difícil. Yo tenía la pija queexplotaba y ella no estaba ni húmeda siquiera.
-Ay, ay, me duele!- repetía a cada rato.
-Relajate- es lo único que atiné a decirle.
Mi cabeza no estaba ahí, estaba con Débora. La cogí como pude, a ella le dolíamucho, no la cuidé ni un poco. Hoy en día lamento que su primera vez haya sidoesa mierda. Nos higienizamos y volvimos al Boliche. La encaré a Débora.
-Bueno pendeja, ahora te toca a vos.
Habló con Carina un par de minutos, no escuché de qué, y volvió.
-Dale, vamos- me dijo.
Llegamos a casa. Débora no era virgen. Ni mucho menos...
Débora era hermosa. 19 años, morocha de pelo corto, ojosverdes. Unas tetitas preciosas y un culito bien paradito. Apenas entramos en midpto. empezamos a besarnos vorazmente. Lo primero que cayó al piso fue sucampera, seguida de la mía. Mientras mi lengua se enroscaba con la suya, lamanosee toda. El culo, las tetas, su entrepierna. Todo sobre la ropa, meencanta. Su suéter y su remerita siguieron el mismo camino que su campera. Ellame sacó la remera. Yo su corpiño. Si hay algo que me excita es ver una mujer enjeans y en tetas. Más con las tetas de Débora. Chiquitas, paraditas, con unospezones hermosos. Le chupé las tetas. Le lamí los pezones. Ella parada contrala puerta, me agarraba del pelo con las dos manos. Fuimos besándonos hasta elcomedor. Le saqué las zapatillas y el jeans. Tenía una tanguita blanca dealgodón. Me volví loco, me fascinan. Le saqué la tanga y la subí a la barra queseparaba el comedor de la cocina. Tenía una conchita hermosa, cerradita. Se lacomí con muchísimas ganas, me encanta chupar concha. Mi lengua recorrió toda suconchita, de arriba a abajo, hasta llegar a su clítoris. Un botoncito diminutotenía, casi inexplorado. Se lo lamí en círculos, suave primero y más bruscodespués, a medida que se le ponía duro. Ella empezó a emitir gemiditos demanera entrecortada. Eso me pierde, me vuela la cabeza. Le chupé la concha un buen rato, me paré y me saqué el resto de la ropa. Mepuse el forro y la cogí ahí mismo, sentada en la barra. Ella me besaba y pasabasus manos por mi espalda, mis brazos, mi pecho. Yo la embestía cada vez con másfuerza. Sus gemidos ahora eran constantes. No aguanté mucho más, y toda micalentura explotó dentro de ella.
Le dije que se pusiera cómoda en mi cama. Me lavé, y descorché un espumanteblanco. Lo tomamos recostados desnudos en la cama, mientras fumábamos un pucho.Además de hermosa era muy piola. Hablamos un rato, que aproveché parareponerme. Cuando terminamos de fumar hice que dejara su vaso sobre la mesa deluz y nos empezamos a besar con las ganas renovadas. Mi mano buscó suentrepierna en seguida. Me escupí en la mano y sin dejar de besarla empecé apajearla. Su clítoris empezó a pararse al instante, al tiempo que se mojabatoda. Usaba sus jugos para mojarme los dedos y seguir pajeándole el clítoris encírculos. Empezó a perder el control.
-Dame lengua por favor! No pares!-me dijo
-Te gusta putita?
-Si, si, no dejes de chuparme la lengua
-Bueno, y de pajearte dejo puta!? No te gusta?- la provoqué
-Nooo, noo, seguí pajeándome! Por favor, no pares!- me dijo entre gemidos
La pajee un par de minutos más, mientras ella gemía cada vez más fuerte y letemblaban las piernas. Cuando sentí que estaba en el clímax, le apreté más elclítoris y le dije al oído:
-Acabame todo puta!
No terminé de decirlo que todo su cuerpo se estremeció, arqueó la espalda paraatrás y gritó tres veces seguidas
-Ahhhh... aaahhhh... aaaaaahhhhhhhhhh!... Sos un hijo de puta! me dijo
-No pensabas lo mismo recién!- respondí.
-Acostate- me pidió.
No tuvo que repetírmelo. Bajó y empezó a chuparme la pija, que estaba durísima.Se metía toda la cabeza en la boca, y la rodeaba con su lengua. No me pajeabani me chupaba los huevos, era pendeja. Pero verle esos ojitos verdes y laboquita llena de mi pija me volvía loco. La agarré e hice que se sentara sobremi pija, de frente a mí, que me había sentado en el borde de la cama, con lospies en el piso. La cogí un rato así, mientras nos besábamos otra vezapasionadamente. Así como estábamos me paré, ella agarrada a mi cuello, yo lasostenía por debajo de las piernas, y la cogí de parado contra el ropero. Ellame rasguñaba suavemente la espalda mientras me gritaba
-Siii, cogeme toda Tete, dame más fuerte!
-Te gusta pendeja!? Te voy a llenar de leche por puta!
Y llegué al tercer orgasmo de la noche, el mejor de todos. Nos cambiamos yvolvimos al Boliche. Estaba por cerrar ya. La estaban esperando sus amigas. Medio un beso ella, un beso Cari, y se fueron. Mi primo me miró como diciendo"qué pedazo de hijo de puta!". Me fui a la barra a tomar el últimoFernet de la noche, con la banda.
A Cari no la vi nunca más. Con Débora cogimos un par de meses...
-Dale boludo, sos un hijo de puta!
-Qué pasó Rodri?
-Dice Débora que por qué te transaste a Cari y a ella no? Dice si no te gustaella.
Qué? Esto estaba pasando en verdad!? Le pregunté cuál era. Me la mostró. La máslinda de las tres, un caramelito de 19 años. Morocha de pelo corto, ojosverdes, bastante alta, como 1,70 (no iba a quedar tan abajo de mi 1,90), buenlomo, unas tetitas y un culito hermosos.
Le pregunté de nuevo cómo se llamaba. "Débora boludo" me dijo. Nonecesité más nada. Me acerqué y le dije:
-Cómo no me vas a gustar Débora!? Si sos hermosa!
No esperé ningún tipo de contestación. La empecé a besar contra la pared en laque ella estaba apoyada. Me besaba muy bien la pendeja, me paró la pija altoque. Le bajé la mano por la espalda y le agarre el culo. Tenía un jeansajustadísimo. Ella me agarraba de la nuca con una mano, y con la otra recorríami espalda. Yo me la quería coger ahí mismo, se partía de buena la hija deputa. Le dije:
-Vamos a tomar algo a mi casa, vivo acá nomás.
-No, estoy con mis amigas, no las puedo dejar.
-Vamos y venimos, ni se van a enterar.
-No, no da- me dijo.
No tenía ganas de insistir, era temprano, había tiempo todavía. La besé un ratomás y volví para la barra, a tomar algo con los pibes. Al rato me tocan lasespalda. Era Débora.
-Mira Teté, me gustás, quiero estar con vos, pero con una condición.
Una condición!? Con qué mierda me va a salir esta pendeja!?
-Una condición? Qué condición?- dije y me reí.
-Mirá, Cari es virgen, y quiere debutar con vos. Si estás con ella después vasa poder estar conmigo.
Quéeeeeeeeeeeee!? De repente era el tipo más afortunado del condado?! Tanto mequería Dios!? Más sorete era con las mujeres, más beneficios tenía!?
-Decile a tu amiga que venga y preparate. En 1 hora vengo por vos- solté.
Llevé a Carina a mi casa. En ese entonces vivía arriba de mis viejos. Tenía unquincho reconvertido en una especie de loft. Cocina, comedor, cama, sala deensayo (soy baterista). Todo en el mismo ambiente. Me senté en una silla, ellaquedó parada de frente a mí. La empecé a besar. Era más bajita que Débora. 1,60calculo. Al lado de ella no podía competir, pero tenía lo suyo. Algo másrellenita, tenía unas tetas impresionantes. Le saqué la campera de jeans sindejar de besarla. Le saqué el pullover. Quedó en corpiño, y pude apreciartodavía mejor las grandes tetas que tenía. La iniciativa era completamente mía,ella me dejaba guiarla paso a paso. Le desprendí el corpiño con una mano. Sustetas asomaron en todo su esplendor. Dos tetas realmente hermosas, enormes,redondas. No resistí ni un segundo, empecé a chupárselas. Le chupé bien lospezones, parados, duros, oscuros. Jugué con mi lengua en ellos un buen rato. Ledesabroché el jeans y le bajé los pantalones y la bombacha. No era mi primeravirgen, pero siempre son especiales. No quería chuparle la concha, ni pajearla,ni que ella me chupe la pija a mí. Quería cogerla rápido. Quería volver porDébora. A ella sí le iba a destinar todas mis atenciones.
Me puse el forro y la hice sentar arriba mío. No quería manchar la cama desangre (ya me había pasado un par de veces con otras vírgenes). No pude cogerlaasí, tenía la conchita muy estrechita.
-Hay Tete, me duele así- me dijo.
-Vení abajo, vas a estar más cómoda- le respondí.
La hice acostar en la alfombra en que tenía armada la batería. Me puse arriba yla penetré lo más despacio que pude. Fue difícil. Yo tenía la pija queexplotaba y ella no estaba ni húmeda siquiera.
-Ay, ay, me duele!- repetía a cada rato.
-Relajate- es lo único que atiné a decirle.
Mi cabeza no estaba ahí, estaba con Débora. La cogí como pude, a ella le dolíamucho, no la cuidé ni un poco. Hoy en día lamento que su primera vez haya sidoesa mierda. Nos higienizamos y volvimos al Boliche. La encaré a Débora.
-Bueno pendeja, ahora te toca a vos.
Habló con Carina un par de minutos, no escuché de qué, y volvió.
-Dale, vamos- me dijo.
Llegamos a casa. Débora no era virgen. Ni mucho menos...
Débora era hermosa. 19 años, morocha de pelo corto, ojosverdes. Unas tetitas preciosas y un culito bien paradito. Apenas entramos en midpto. empezamos a besarnos vorazmente. Lo primero que cayó al piso fue sucampera, seguida de la mía. Mientras mi lengua se enroscaba con la suya, lamanosee toda. El culo, las tetas, su entrepierna. Todo sobre la ropa, meencanta. Su suéter y su remerita siguieron el mismo camino que su campera. Ellame sacó la remera. Yo su corpiño. Si hay algo que me excita es ver una mujer enjeans y en tetas. Más con las tetas de Débora. Chiquitas, paraditas, con unospezones hermosos. Le chupé las tetas. Le lamí los pezones. Ella parada contrala puerta, me agarraba del pelo con las dos manos. Fuimos besándonos hasta elcomedor. Le saqué las zapatillas y el jeans. Tenía una tanguita blanca dealgodón. Me volví loco, me fascinan. Le saqué la tanga y la subí a la barra queseparaba el comedor de la cocina. Tenía una conchita hermosa, cerradita. Se lacomí con muchísimas ganas, me encanta chupar concha. Mi lengua recorrió toda suconchita, de arriba a abajo, hasta llegar a su clítoris. Un botoncito diminutotenía, casi inexplorado. Se lo lamí en círculos, suave primero y más bruscodespués, a medida que se le ponía duro. Ella empezó a emitir gemiditos demanera entrecortada. Eso me pierde, me vuela la cabeza. Le chupé la concha un buen rato, me paré y me saqué el resto de la ropa. Mepuse el forro y la cogí ahí mismo, sentada en la barra. Ella me besaba y pasabasus manos por mi espalda, mis brazos, mi pecho. Yo la embestía cada vez con másfuerza. Sus gemidos ahora eran constantes. No aguanté mucho más, y toda micalentura explotó dentro de ella.
Le dije que se pusiera cómoda en mi cama. Me lavé, y descorché un espumanteblanco. Lo tomamos recostados desnudos en la cama, mientras fumábamos un pucho.Además de hermosa era muy piola. Hablamos un rato, que aproveché parareponerme. Cuando terminamos de fumar hice que dejara su vaso sobre la mesa deluz y nos empezamos a besar con las ganas renovadas. Mi mano buscó suentrepierna en seguida. Me escupí en la mano y sin dejar de besarla empecé apajearla. Su clítoris empezó a pararse al instante, al tiempo que se mojabatoda. Usaba sus jugos para mojarme los dedos y seguir pajeándole el clítoris encírculos. Empezó a perder el control.
-Dame lengua por favor! No pares!-me dijo
-Te gusta putita?
-Si, si, no dejes de chuparme la lengua
-Bueno, y de pajearte dejo puta!? No te gusta?- la provoqué
-Nooo, noo, seguí pajeándome! Por favor, no pares!- me dijo entre gemidos
La pajee un par de minutos más, mientras ella gemía cada vez más fuerte y letemblaban las piernas. Cuando sentí que estaba en el clímax, le apreté más elclítoris y le dije al oído:
-Acabame todo puta!
No terminé de decirlo que todo su cuerpo se estremeció, arqueó la espalda paraatrás y gritó tres veces seguidas
-Ahhhh... aaahhhh... aaaaaahhhhhhhhhh!... Sos un hijo de puta! me dijo
-No pensabas lo mismo recién!- respondí.
-Acostate- me pidió.
No tuvo que repetírmelo. Bajó y empezó a chuparme la pija, que estaba durísima.Se metía toda la cabeza en la boca, y la rodeaba con su lengua. No me pajeabani me chupaba los huevos, era pendeja. Pero verle esos ojitos verdes y laboquita llena de mi pija me volvía loco. La agarré e hice que se sentara sobremi pija, de frente a mí, que me había sentado en el borde de la cama, con lospies en el piso. La cogí un rato así, mientras nos besábamos otra vezapasionadamente. Así como estábamos me paré, ella agarrada a mi cuello, yo lasostenía por debajo de las piernas, y la cogí de parado contra el ropero. Ellame rasguñaba suavemente la espalda mientras me gritaba
-Siii, cogeme toda Tete, dame más fuerte!
-Te gusta pendeja!? Te voy a llenar de leche por puta!
Y llegué al tercer orgasmo de la noche, el mejor de todos. Nos cambiamos yvolvimos al Boliche. Estaba por cerrar ya. La estaban esperando sus amigas. Medio un beso ella, un beso Cari, y se fueron. Mi primo me miró como diciendo"qué pedazo de hijo de puta!". Me fui a la barra a tomar el últimoFernet de la noche, con la banda.
A Cari no la vi nunca más. Con Débora cogimos un par de meses...
7 comentarios - Débora fiestera, Cari virgen, zona sur