Al lunes siguiente cuando vino Benito a comer, fue directamente a buscar a Julia, mi tía le estrechaba la mano pero él se anticipo y la abrazó, ella se quedó extrañada pero le correspondió el abrazo, el médico le agradecía la gran cena que nos había obsequiado y que hizo que la reunión se animara desde el principio, Benito no sabía cómo mostrarle su agradecimiento y la volvió a abrazar, mi tía sabiendo que él me proporcionaba su consulta para ayudarle y que como consecuencia de esto había aliviado a la alcaldesa y de rebote le había solucionado su engorroso problema de papeleo, también le abrazó con el mismo agradecimiento o más, le quitó importancia a lo de la cena y cuando se separó volvió a abrazarlo pegándose a él.
Yo me di cuenta del alcance del abrazo al notar que la polla de Benito le llegaba a más arriba de la cintura y eso era señal de algo.
Julia también estaba un poco sofocada, por su mente debían pasar innumerables sensaciones.
Benito se fue directo a agradecer a Ricardo su detalle con las bebidas, lo cierto era que nos hizo un buen detalle, luego se asomó por la puerta de la cocina y sin entrar felicitó a la cocinera, esta poco acostumbrada a reconocimientos se quitó el gorro y le dio un beso, luego pasó por la barra, mi madre lo miraba divertida, viéndolo tan contento antes de ir hacia su mesa.
Antes de sentarse me dijo que me tenía que decir una cosa, creí que era respecto a Alba, pero simplemente era que le había llamado el farmacéutico y le había dicho que el sacaleches eléctrico que le había dejado se había estropeado y que hiciera el favor de acercarse o de mandarme a mí para ver si tenía solución.
Como el caso apremiaba fui esa misma tarde, me pasé por la farmacia creyendo que el sacaleches estaría allí, pero me dijo que lo tenía en su casa, que se le había olvidado traerlo, pero vivía cerca y lo podía ver allí mismo, me dio la dirección, estaba bastante cerca de la farmacia, cuando llegué me abrió su mujer, llevaba en brazos al pequeño llorando, al parecer tenía hambre, la chica se alegró de verme pues ya tenía el problema otra vez y más sin poder usar el sacaleches, me quiso enseñar lo mal que lo estaba pasando y dejó el niño en la cuna un momento y fue a buscar el aparato, cuando lo trajo se dispuso a dar de mamar al niño, pero no se cubrió como la primera vez que la vi, con un pudoroso pañuelo sobre el pecho, sino que se quitó el sujetador empapado en leche allí mismo frente a mí, las tetas estaban a reventar, se le notaban las venitas azules recorriendo toda las mamas, mientras cogía al niño y le acercaba el pezón a la boquita, el se lo tragó ávidamente y empezó a chupar.
Yo me centré en localizar la avería del aparato, la verdad es que no tenía mucho mecanismo por lo que primero busque fue en la clavija del enchufe, posiblemente fue que se había soltado un cable, cuando lo desmonté vi que uno de los cables estaba cortado, pero no deshilachado sino cortado perfectamente, no dije nada mientras miraba como la chica se apretaba la teta para que le saliera a más presión la leche al niño.
Le daba resultado pues el bebé tragaba casi sin esfuerzo los chorros que le salían del pezón, la chica se apretaba también el otro, manando la leche que se escurría sobre toda su tetas, la pedí si tenía unas tijeras para pelar el hilo eléctrico.
Quiso levantarse y buscarlas pero con el niño en brazos se lo impedí, en el cajón que me dijo no estaban y me insinuó que podían estar en el de más abajo, lo abrí y tampoco lo encontré, estaba lleno de ropa, me dijo que estaba segura de que estaban allí, metí el brazo entre las prendas para buscarlas pero no encontré nada, me volví hacia ella, sobre sus rodillas en niño se había dormido y dejado el pezón libre perdiendo leche, cuando miré hacia arriba para preguntarle si estaba segura me dijo que me fijara bien, al mismo tiempo separó las piernas y bajo su falda fui viendo sus muslos cada vez mas separados hasta que pude distinguir sus labios envueltos en una capa de vello rizado, me quedé mirando como incrédulo y ella cogiendo el niño en brazos lo levantó y acabo de separar las piernas abriendo los muslos y los labios del coño.
Con el niño en brazos siguió hasta que yo me acerqué a ella gateando, mi cara entró entre sus muslos, cada vez se hacía más oscuro, pero a mí no me hacía falta luz, con el aroma del coño que emanaba me guiaba como la estrella polar, la chica dejó el niño en la cuna que estaba a su lado con cuidado, sin cerrar las piernas, yo le subí la falda hasta la cintura y ella sacó el culo a la orilla del asiento, mis dedos acompañaron a mi lengua, mientras yo lamía el clítoris de la chica dos dedos entraban en la vagina, su culo estaba a punto de salirse de su silla pero se cogió para no caerse, mi dedo índice lubricado con el flujo que manaba se introdujo en el ano de la mamá, quiso protestar pero como ya estaba dentro no lo consideró necesario.
Sujeta con las manos al asiento de su silla soportó su orgasmo, casi no movió el culo pero su cabeza se agitaba de un hombro a otro cerrando los ojos con fuerza.
Las rodillas me dolían de estar en el suelo duro, por lo que me levanté antes de que se repusiera de su corrida, me quite los pantalones y le puse mi polla depilada frente a ella, la vi mamar con más ganas que su bebé, parecía que se la quería tragar mientras me llenaba de leche las manos apretándole las tetas llenas, las gotas caían hasta el suelo, pero no le importaba, me aferré a su pezón todavía lleno y me metí hasta la areola en la boca, chupe y chupe con fuerza, los chorritos de leche me llegaban a la campanilla, cuando lo solté parecía que la areola era más grande que la otra de la marca de la mamada.
Preparó sobre la cama un empapador que usaba para cambiar al niño, lo extendió en la orilla y se tumbó sobre el boca abajo, sus piernas colgaban hasta el suelo, sus manos separaron sus nalgas y me dijo que le echara un poco de su leche, le apreté un pezón y me mojé los dedos hasta gotear, unté su culo y con el dedo de antes lo repartí alrededor incluso por dentro, no pude resistirme a la tentación de meterle la polla antes en el coño, ella se sorprendió pues tenía ya su culo abierto pero no se quejó en absoluto, después de varias metidas mi polla se incrusto en su culo y se perdió en él, caí sobre su espalda, por sus lados sobresalían sus tetas rellenas de leche que seguían manando, las apreté con la tranquilidad de que no manchaba la ropa de la cama.
Se volvió a correr con mi polla en su culo, sin ninguna queja, solo unos gemidos, con las manos agarradas a la sabana estuvo soportando los temblores hasta que desaparecieron, me iba a correr, pero ella me dijo que no, que quería mamar más todavía, se dio la vuelta y se metió la polla en la boca, no dejó de chupar hasta que los borbotones de semen se le salían por la comisura de sus labios.
Miré el reloj, casi era hora de cerrar la farmacia, la chica sin decir nada sacó las tijeras de debajo de un pañal que tenía sobre el mueble, siempre había sabido que estaba allí, y yo sabía que el cable había sido cortado intencionadamente con aquellas tijeras, reparé en un momento el cable y me vestí, y cuando comprobé que giraba el motor se oyó la puerta de la calle, era su marido, ella me cogió el aparato y se lo puso en la teta que no le había mamado el bebé, estaba a rebosar y no tardaron los chorros de leche en llenar el recipiente, con la otra mano mecía la cuna del bebé, el marido lo miraba admirado, me dio una palmada en la espalda y me dijo que estaría siempre agradecido conmigo y que le diera recuerdos a Benito de su parte.
El niño seguía durmiendo con una sonrisa.
Cuando llegué a casa me duché, la polla me olía a coño pero la cara me olía a leche materna, luego bajé al bar.
Hacía días que le notaba algo raro a Raquel, no siendo en absoluto una chica seria tenía la mirada triste, le pregunté en un momento de descanso, me dijo que su abuela no se encontraba muy bien, que estaba acostada varios días y que ella iba a cuidarla, su madre le preparaba las comidas y le hacía la compra, al parecer era un problema de reúma que no le dejaba andar.
Me ofrecí a ayudarle para cualquier cosa, ella me dijo que se apañaba bien, le hacia la limpieza de la casa y le cambiaba la ropa de la cama, insistí al acordarme del perro, al fin y al cabo Thor era mío y mi responsabilidad, entonces accedió y quedamos para la tarde.
Cuando acudí Raquel ya estaba hacía un rato, había fregado el suelo y quitado el polvo de los muebles, la casa estaba en orden, su abuela estaba orgullosa de Raquel, me llamó desde su cuarto en cuanto oyó mi voz, apenas tuve tiempo de abrazar a Raquel detrás de la puerta, me gustaba la chica aunque llevaba el pelo un poco revuelto y la cara colorada de trabajar duro, estaba un poco sudada y le hacía parecer más mujer luchadora.
- Manu! Eres tú?, ven que te vea, ya hacía tiempo que no venías a verme, pensaba que ya no te acordabas de esta vieja.
- Ni pensarlo, señora Encarna, le pregunto muchas veces a su nieta por usted.
- Seguro que me acuerdo yo más de ti que tú de mí, y todos son muy buenos recuerdos, pero ahora estoy aquí desde hace unos días sin poder levantarme.
Raquel entró con unas sabanas en sus brazos.
- A ver abuela, voy a cambiarte la ropa para que esté más cómoda.
- Otra vez Raquel?, si yo estoy cómoda mujer.
- Nada, veras como estas fresquita y te duermes toda la tarde.
No pudo rechistar la abuela, Raquel se las arreglaba muy bien cogió la sabana de la cama y la levantó con la abuela dentro y la giró a un lado, me dijo que la aguantara de lado mientras ella desplegaba la sabana limpia y la extendía bajo de ella, luego se pasó a mi lado de la cama y repitió la operación, la giró al otro lado y le sacó por debajo la sabana limpia, con un estirón quitó la sucia y la abuela se quedó sobre la sabana cambiada, yo estaba admirado de la habilidad de la chica, lo hacía ya maquinalmente, con los giros el camisón de Encarna se le había subido, me di cuenta del cutis tan fino que tenía, después de todo aunque era abuela era más porque tenía una nieta que por edad, no llegaba a los 70 años y muy bien llevados, le pasé la mano por las piernas para notar su cutis suave, ella instintivamente separó las piernas y yo seguí hasta las rodillas, Raquel me miraba de reojo sonriendo, cuando acariciaba los muslos de Encarna la abuela de Raquel me susurró…
- Por favor Manu, no me martirices más.
- Abrió lo que pudo las piernas, el pubis canoso quedó abierto y con la mano fui pasando por encima con suavidad, ella no dejaba de decirme.
- Por favor, por favor, sigue.
Cuando le pasé los dedos entre los labios, la mujer suspiró y todavía abrió mas las piernas dentro de sus limitaciones, la vagina no desprendía flujos todavía apero con mis dedos fui a su encuentro, los encontré pronto, su vagina empezaba a reaccionar, pero cuando le acaricié el clítoris sentí como mis dedos se empapaban de humedad, con la otra mano descubrí su camisón hasta las tetas, se balanceaban como flanes pero los pezones se marcaban duros, me cogió la mano y me hizo que la agitara más rápido, le metí tres dedos y no pudo esperar más, se corrió agitadamente su vientre, su estomago y sus tetas vibraban mientras yo seguía agitando mis dedos dentro de ella, solo me dijo suavemente.
- Gracias Manu.
Y se quedó dormida.
Salí de la habitación después de cubrirla con una sabana limpia y busqué a Raquel, la chica me besó un piquito preguntándome como se había quedado su abuela, le dije que tranquila y durmiendo, me abrazo pegándome sus hermosas tetas a mi pecho mientras me besaba ardientemente, note un roce en mi pierna, era Thor que me saludaba, pronto me lamía la mano y quería jugar.
Me tuve que separar de Raquel a mi pesar pues mi perro no me dejaba, la chica se resigno y me dejó para seguir con sus tareas, parecía que el encanto del momento se había desvanecido.
El perro no sabía qué hacer para jugar, ya grande podía conmigo, le pregunté a Raquel quien se ocupaba del perro mientras que su abuela estaba en la cama, ella desde la cocina me dijo que una vecina que tenía otro perro pequeño lo sacaba a pasear todos los días, me alegré pues era un problema para todos, pero viendo la alegría que le había dado me ofrecí a sacarlo yo en ese momento.
El perro vino con la correa en la boca a esperarme a la puerta de la casa, era de lo más convincente, salimos a la calle, él tiraba de la correa y me guiaba al parque donde solía pasear y jugar, estuvo un rato conmigo tranquilo y lo solté.
Mientras yo miraba a los otros perros jugar y procurando que no riñera con nadie no me di cuenta que salía corriendo donde había otro perro igual que él un bóxer, era atigrado, precioso, pero iba atado, lo llevaba una señora, tendría unos cuarenta años más o menos, pero me llamó la atención lo bien vestida que iba, con sortijas y collares, me pareció un poco rara la indumentaria para sacar el perro a pasear y me acerque a separar los perros que no molestaran y vi que en realidad estaban jugando entre ellos, ya más tranquilo me presenté a la señora, me miró con cierta displicencia pero me explicó que ella no solía sacar el perro pero su hija había ido a la ciudad y le había encargado pasearlo.
Me di cuenta que Thor no dejaba de oler por detrás al otro que en realidad era una perra, la señora me dijo que su hija le había dicho que tuviera cuidado porque estaba en celo la perra, Thor por supuesto lo sabía seguro y todo era intentar subirse por detrás a la perra.
La señora no dejaba de estirar de la correa para que no se acercara mi perro, pero Thor tenía otras ideas y se subió por detrás y sacó el pene de su funda e intentó metérselo a la perra, la señora se tapó los ojos y dijo…
- Por diosss, que cosa, tan roja, tan mojada, tan fea.
- Pues si señora, los perros la tiene así, deduzco que no le había visto el pene a ningún perro.
- Pues no, la verdad, no me lo imaginaba así y tan grande y tan grueso, parece la de mi difunto esposo o quizá más grande, desde entonces no había visto ninguna y de eso ya hace tres años, pobre, un accidente de coche, ahora vivimos mi hija y yo solas con la perra, todas mujeres, hasta el jardinero es mujer.
- Y su hija no tiene algún novio que traiga a casa?
- Qué va! Si solo tiene 17 años, a sus amigos no los trae nunca, solo va del instituto a casa, le gustan mucho los animales, quiere ser veterinaria como su tía, precisamente me dijo que quería criar algún bóxer más si encontraba un buen candidato.
- Pues me da una idea, porque no se queda con mi perro unos días, parece que congenia mucho son la suya y podrían tener crías.
- Pues no es mala idea, la verdad de que tu perro es precioso, seguro que le gustará a Pilar.
- Pues le voy a dar mi teléfono y me llama si le convence la idea a su hija.
- Muy bien, pero porque no me dejas el perro para que lo vea y así no haces otro viaje.
- Me sabría mal darle molestias, señora.
- Por favor no me llames de usted, me llamo Carmina.
- Encantado Carmina, yo me llamo Manu.
Me abracé a Thor para despedirme, Carmina también me había dado su dirección, estaba muy cerca era un chaletito con un pequeño jardín, allí estaría bien Thor con la perra y le quitaba un poco el problema a Encarna.
Le até la correa a Thor y acompañe a Carmina a su casa, me hizo entrar y me enseño sobre todo el jardín, donde retozarían los perros, al quitarse la chaqueta que llevaba me sorprendió la elegancia que vestía, pero sobre todo el tipazo que escondía bajo las holgadas ropas.
No quise molestar más y me marche a casa de Encarna.
La mujer todavía dormía, se había quedado con las piernas abiertas y roncaba como un tronco, Raquel ya había terminado, estaba recogiendo algunas cosas y se alegró cuando le conté lo del perro, de todas formas no podía acompañar a Encarna, era una buena solución de momento.
Abracé a Raquel, quería continuar las caricias que habíamos iniciado y llevarla a la cama grande, pero ella miró el reloj y dijo que Elvira su madre estaba a punto de llegar para hacer la comida a Encarna, como compensación me dejó que le chupara los pezones.
Cuando llegue a casa al poco rato recibí una llamada, era de Carmina, la dueña de la perra bóxer, su hija la había visto y le había gustado mucho, quería que habláramos del tema.
Por la tarde me presenté en casa de Carmina, me abrió una chica de mi misma edad poco más o menos, era muy delgada y tenía las facciones muy dulces, rubia con el pelo lacio, ojos azules, parecía la clásica chica nórdica, también se notaba la influencia de su madre, tan sofisticada, fue muy amable conmigo y me hizo pasar al salón, era muy espacioso y estaba decorado con muebles minimalistas, a mi me parecía muy frio y sin personalidad, pero allá cada cual, lo que me encantó era el ventanal que llegaba al techo, era toda la pared de cristal y daba a un porche y al jardín, muy bien cuidado, tenía flores por todas partes, me ofrecieron café y pastas, yo les estuve contando un poco sobre mi perro, tenía muy buen pedigrí y podían hacer una buena camada, la hija me preguntó tímidamente que pensaba hacer con los cachorros, yo no había pensado en esto y no supe que responder, al fin Carmina aportó una idea.
- Si queréis os quedáis alguno y si hay más los puede vender la tía Feli.
A mí me pareció una ida perfecta, pues para mí la idea de tener más perros no me ilusionaba por el plan de vida que llevaba, ahora de invitado en casa de Julia y dentro de muy poco tiempo volvería con Ana y sería más problema aún.
- Pues se lo diremos a la tía, cuando venga, por cierto ya está tardando.
Al momento se oyó la puerta cerrarse y una voz dijo desde dentro.
- Ya estoy aquí chicas, perdón por el retraso.
Cuando llegó al salón yo me quedé helado pero ella también, entonces mi cerebro a toda velocidad fue atando cabos, Carol, la hija quería se veterinaria, la tía se llamaba Feli, y yo conocía y bien a una veterinaria que se llamaba Feli.
La chica tampoco se esperaba nunca verme allí y después de unos segundos de tensión me saludó.
- Hola Manu, que tal? Que haces aquí?, soy la hermana de Carmina.
Carol y su madre se miraron, no comprendían nada, intente explicarme.
- Pues como sabéis me llamo Manu y soy ayudante del doctor Benito y conozco un poco a Feli de las reuniones en casa de doña Francisca.
Feli, aliviada me siguió la conversación y pronto derivo hacia los perros, la propuesta de tener los cachorros en su clínica para venderlos no tuvo inconveniente y nos dijo que nos repartiría el dinero que ganáramos, a mi me pareció perfecto.
En un momento que estuvimos solos Feli me dijo.
- Me alegro de verte Manu, es una casualidad que hayas conocido a mi familia y me alegro por dos motivos que ya te contaré.
- Y como te encuentras de tus dolencias?
- Pues si te dijera que mal te mentiría, pero lo cierto es que no estoy bien del todo.
- Pues ya sabes, el día que quieras te podemos ver otra vez.
- Bueno, pero no hace falta que me veáis los dos, para lo poco que me molesta creo que tú solo me puedes curar y además pienso que tampoco es necesario ir a la consulta, si te pasas por mi casa, me podrías examinar, pero acuérdate de las pomadas y geles que me han hecho mucho bien.
Cuando se reunieron madre e hija con nosotros ya poco había que tratar, Feli estuvo hablando con su hermana mientras Carol me contaba la ilusión de tener un cachorro, le dije que se quedara el más bonito, a ella le dio mucha ilusión y me abrazó levemente.
Feli se despidió enseguida, solo venía de visita, yo aproveche la ocasión para irme también, eche a andar por la acera cuando un coche se paró a mi lado, la cabeza de Feli se asomó por la ventanilla y me dijo.
- Puedo llevarte a algún sitio?
- Pues no sé, no tengo ningún plan.
- Sube! Iremos a mi casa.
La chica conducía velozmente, más de lo aconsejable dentro del pueblo, pero demostraba un gran dominio de su pequeño pero caro coche, a mí siempre me ha gustado que la chica condujera, y esta lo hacía de maravilla.
Pasamos por la calle de la farmacia, le dije a Feli si podía parar un momento para comprar las cremas que necesitaba.
Cuando entré me atendió el farmacéutico en persona, me dijo que pasara a la rebotica para invitarme a un café de la cafetera que tenía en su despacho, yo no quería entretenerme pues Feli me esperaba con el motor encendido en la calle.
El farmacéutico insistió tanto que tuve que tomarme el café mientras le metía prisa para darme las cremas y los geles, él me incluyó un paquete de condones por si algún día me hacían falta, guiñándome el ojo me señalo en la etiqueta que eran rugosos, de máximo placer, se lo agradecí y le quise pagar, el se negó a cobrarme además de agradecerme lo que hacía por su mujer, me dijo que se había quedado muy relajada después de irme yo, también me preguntó si le duraría mucho el tratamiento que llevaba, pues apenas le dejaba follar y con muchos cuidados, le tuve que decir que el proceso era largo y que valía la pena el sacrificio, pues luego gozaría mucho más, se quedó esperanzado haciéndome prometer que no tardaría en volver a visitar a su mujer, para ver cómo iba su curación.
Feli seguía en el coche en marcha cuando salí, corriendo me metí en el coche y salió disparada, tuve que contarle que estaba tratando a la mujer del farmacéutico, ella sabía por las reuniones que compartían, que tenía problemas en casa pero no sabía que era de salud, le dije que no era realmente de salud, sino propios de la época de lactancia del pequeño y sus limitaciones.
Cuando llegamos a su casa entramos directo al garaje, por el ascensor llegamos a su piso, mientras le estuve contando la casualidad que me había llevado a conocer a su hermana y sobrina, me dijo que algún día me contaría unas cosas sobre ellas, yo me callé discretamente.
El ascensor nos llevó justo a su casa, se abría con llave y entramos en un recibidor muy bien decorado, no tenía nada que ver con el de su hermana, al entrar ya daba sensación de calidez, se notaba que le gustaban los animales, por todas partes tenía fotografías artísticas de animales exóticos, la chica echó el bolso sobre un sillón y se metió en su habitación, me dijo que esperara un momento, yo me entretuve viendo las fotos que colgaban por todas partes, algunas habían ganado premios internacionales.
Me fijé en la puerta del dormitorio de Feli, sobre la cama estaba la ropa que acababa de quitarse y se oía el choro del agua corriendo en la ducha, tuve curiosidad y me asomé, a través del cristal de la mampara se traslucía el cuerpo de la chica, se estaba enjabonando toda, tenía unas tetas hermosas, les repartía la espuma por todas ellas desde debajo rodeándolas y sobre todo los pezones, me di cuenta que en los pezones se recreaba más de lo normal, incluso se los pellizcaba y los estiraba, luego sus manos fueron bajando hasta llegar al sexo, lo enjabonó todo abriéndose los labios, se frotaba con la esponja natural los labios desde el pubis hasta el ano, al pasar por el clítoris lo hacía más despacio incluso repasaba varias veces, con los dedos se repasó los labios menores y la vagina, cuando se enjuagó el agua tibia estuvo corriendo un rato sobre sus tetas, la repartía entre las dos sobre todo en las areolas y por bajo de las tetas, cuando llegó al coño dejó fija la alcachofa mientras el agua le daba con fuerza, le graduó el agua más caliente y con dos dedos se separó los labios y con la otra mano se pellizcó el clítoris hasta que empezó a gemir, en sus estertores se apoyó contra el cristal aplastando sus tetas en el, los pezones quedaron pegados como tatuajes en el cristal mientras ella con la cara ladeada se concentraba en sus caricias.
Despacio volví sobre mis pasos y cuando pasé por su cama cogí sus bragas, las olí y tenían un fuerte olor a flujo, estaban húmedas.
Me senté en un sofá a esperar leyendo una revista de naturaleza, la chica salió corriendo excusándose de que necesitaba urgente una ducha, y que tenía todos los músculos agarrotados, venía envuelta en un albornoz de rizo y me preguntó si podía reconocerla ahora.
Yo me había subido el paquete con las cremas y geles en previsión y por supuesto me preparé, me levanté del sofá para reconocerla, tampoco necesitaba mucho espacio pero ella me dijo que sería más cómodo en su cuarto.
Al entrar alabé lo acogedor que era, como si fuera la primera vez que lo veía, sobre la cama ya no había nada de ropa, todo lo contrario, había destapado la colcha y estaba la sabana sola, pero cuando le enseñe las cremas y aceites me dijo que esperara y sacó de un cajón una sabana impermeable, la extendió y subió a la cama, cuando estuvo arriba se quitó las zapatillas que aún llevaba y se abrió el albornoz totalmente ofreciéndome la visión de todo su cuerpo desnudo duchado y perfumado, saque las cremas y demás frascos y los puse alineados por orden de uso, pero al ver que la zona a tratar no era la específica de la dolencia cambié su orden y puse primero los aceites de masaje.
Cuando destape el primer frasco e hice mención de echarle un chorrito sobre las piernas me hizo esperar y se quitó del todo el albornoz para que no se manchase.
Yo desde la orilla de la cama procuraba que no salpicara el aceite y me manchara yo también, cuando le dije que primero se pusiera boca abajo aproveche para quitarme la ropa excepto el bóxer, presentía que me iba a manchar todo.
La piel se le ponía de gallina cuando recorría sus pantorrillas y pero cuando llegue a sus muslos fue abriéndolos suavemente para facilitarme el masaje, le estuve masajeando uno hasta llegar a la ingle, en ningún momento pasaba de ahí aunque ella se abría más, los labios de su coño estaban brillantes y no era de mi aceite, cuando pasé al otro muslo también pasó lo mismo, llegaba justo a la ingle y volvía, ella levantaba el culo cada vez, pasé por las caderas hasta la cintura bajando por las nalgas, las repasé varias veces incluso las reparé controlando que la inflamación que tenía ya había desaparecido, ahora en su ligar solo estaba la piel un poco más oscura como era normal y el agujero del ano perfectamente cerrado y arrugado.
Subí sobre ella sentado sobre sus muslos pude masajear los riñones, y cuando subía hacia la espalda mi polla hacía el recorrido entre sus muslos, sus nalgas y vuelta atrás, yo todavía levaba el bóxer que aunque mojado de aceite retenía a duras penas mi polla en su sitio.
Llegue hasta el cuello, ella se recogió el pelo y se lo subió hasta encima de la cabeza, con mis manos pasé por los lados de su cuerpo, al tener los brazos en alto sus tetas se salían lo suficiente para que cada vez que pasaba las manos se asomaran un poco más, insistí hasta que los pezones quedaron fuera, estaban aceitados y brillantes pero sobre todo duros, se hundían en la sabana.
En el cuello y la nuca me entretuve más, noté que debía ser una zona especialmente erógena para ella, pues nada más acercar mis manos a los hombros no dejó de mover el cuello buscando mi contacto, lo máximo fueron las orejas, los lóbulos le causaron el primer orgasmo, la tensión acumulada se expandió como una piedra en un estanque, una serie de temblores nacieron desde la nuca hasta los pies, se agitaba toda, las espalda contagiaba las sacudidas a las tetas que le sobresalían por los lados y después de agitar el culo le llegaban a los tobillos.
La dejé un momento relajada y baje al suelo, la observaba como le temblaban los muslos y las nalgas, cuando se calmó le susurré que se diera la vuelta, sin abrir los ojos se giró quedando con los brazos caídos, las piernas juntas, las tetas separadas y terminadas en punta.
Repartí aceite directamente de la botella sobre su cuerpo, el goteo sobre su piel le provocaban escalofríos, le eche entre las tetas, en el estomago hasta el ombligo, su vientre acusó un estremecimiento, los hombros redondos los masajee bien hasta la nuca, ella elevaba la cabeza y la giraba cuando las pasé por su cuello, con las manos mojadas de aceite le recorrí los brazos desde las axilas hacia abajo al pasar por el nacimiento de sus tetas noté la dureza que ya tenían pero seguí hasta las manos y sobre todo los dedos, ella sentía un placer especial cuando mis dedos se enredaban con los suyos, luego le dejé los brazos pegados a su cuerpo, del cuello bajé hacia el pecho, Feli respiraba agitada pero no abría los ojos, mis manos pasaron entre sus tetas, ella hizo mención de girarse un poco para que las acariciara pero preferí pasar sin rozarlas, entre ellas había un espacio considerable, se repartían hinchadas, duras y elevadas pero separadas, las areolas que en otras chicas quedaban redondas siguiendo la curva del pecho en ella seguían puntiagudas hasta hacer un todo con el pezón que las coronaba.
Cuando llegue al estómago su cabeza rozaba mi bulto bajo el bóxer, noté como sus manos tenían intención de moverse, pero se mantuvieron quietas, las mías al subir hacia arriba pasaron a los lados de las tetas, las rodearon y pasaron por debajo, en círculos hasta llegar a pasar las palmas sobre sus pezones.
Feli no pudo aguantar más, sus manos saltaron como liberadas de unos grilletes y buscaron mi calzoncillo, mientras una cogía mi polla por el tronco desde fuera la otra bajaba el elástico hasta descubrir el glande, estiró de él y mi verga quedó sobre su frente, vi su mirada fija mirando a la vez mi capullo, a la siguiente vez que pasé las manos sobre sus pezones los pellizqué y los estiré, ella levantó la cabeza y se metió mi capullo en la boca, el bóxer cayó al suelo, mis manos recorrían sus tetas hasta su estomago ella con la boca abierta admitía en mi movimiento de vaivén la entrada y salida de mi polla en su boca con la cabeza estirada, se notaba en su garganta la llegada de mi glande hasta dentro.
Cuando ya le daban arcadas, fui avanzando sobre ella a la vez que regaba con aceite su pubis su cabeza volvía a la posición normal pero sin soltar mi polla.
Feli no esperó que le indicara nada, abrió sus piernas encogiéndolas para que llegara a sus labios abriéndolos y dejando las ingles, cuando los separé con los dedos la chica ya se había apoderado de mis huevos y me liberaba del prepucio para que el glande entrara limpiamente en su boca.
El clítoris de Feli estaba solitario entre los labios, se notaba como palpitaba y se movía, lo estaba mirando cuando él vino hacia mí, Feli había levantado el culo hacia mi cara, mi boca lo atrapó en el aire, y no lo dejó hasta que entre mis dientes se endureció, Feli gemía cuando soltaba mi polla para poder respirar, le levanté las piernas dejándole las nalgas abiertas y elevadas, con la lengua recorrí el trayecto desde el clítoris al ano, deteniéndome un momento en la vagina, ella no se esperaba que llegara al ano, estaba traumatizada aún por su inflamación, yo ya la había visto curada y le pasé la lengua alrededor, alargué la mano y cogí el gel que daba calor y rocié toda la raja, en un principio la frescura del espray le hizo cerrar las piernas pero al momento un ardor inundó su coño y su culo, enseguida soltó mi polla y me dio la vuelta dejándome bajo de ella, no tardó nada en subirse sobre mi, se lamió los dedos y se lubricó la vagina inútilmente porque ya estaba chorreando y quiso quitarse la calentura que sentía entre las piernas, se sentó sobre mi nada mas notar mi polla en su coño, sus tetas casi se le salían por debajo de sus brazos de tan separadas que las tenía, pero las cogí y las junté, le ofrecí un pezón a su boca y ella lo alcanzó sacando la lengua, lo lamió varias veces mientras se descargaba sobre mí, cuando se tumbó completamente aplastándome mi verga le entraba como un embolo, me mordió en el hombro y se corrió, ya no fue un temblor controlado, fue un terremoto que tuve que sujetar para que no se cayera con mi polla dentro, al fin se ladeó y cayó a mi lado boca abajo con los brazos abiertos.
Estuvo casi un minuto vibrando sobre la sabana mientras yo me incorporaba y me ponía detrás de ella subiendo mi polla entre sus muslos, esperé a que terminada de gozar su orgasmo, pero cuando notó que yo me apoyaba sobre su espalda notando mi glande entre sus nalgas quiso darse la vuelta para impedirlo.
Intenté convencerla pero no quería, la mala experiencia la había traumatizado, pero le prometí y le juré que no lo notaría, tuve que recurrir a la crema más refrescante que tenía, poco a poco fue separando las piernas pero las nalgas seguían apretadas, le puse un almohadón bajo de su pelvis doblado en dos y elevé el culo gasta hacer que su cabeza se apoyara en las sabanas, para darle más confianza le dije que se abriera ella sola las nalgas, y estuve un rato paseándole el capullo entre la vagina y el ano, ella siempre guardaba la esperanza de que me decidiera por el coño pero cuando apoye el glande puntiagudo en su engrasado agujero negro ya se tensó, sabía que iba en serio, le dije que cogiera aire en los pulmones y apreté suavemente,
Tan dilatado estaba y lubricado que el glande entró sin apenas esfuerzo, ella misma me dijo cuando ya tenía media polla dentro…
- Puedo respirar ya?
- Si Feli, ya puedes respirar.
Cuando soltó todo el aire de sus pulmones yo apreté hasta dentro, no se dio cuenta hasta que se sintió llena.
- Tenías razón Manu, no me has hecho daño, ya puedes meterla toda.
- Eso quisiera yo, tener otro tanto para seguir metiendo polla, la tienes toda dentro de ti.
- Con la mano entre sus piernas se aseguró y se convenció cuando cogió mis huevos pegados a sus nalgas.
- Muévete Manu, muévete y hazme tener otro orgasmo, por el culo, este lo voy a disfrutar de verdad.
Me apoye con los codos a su lado, mis manos atraparon a las tetas que asomaban y sin dejar caer mi peso sobre ella empecé a follarle el culo, solo sentía tres puntos de referencia y los tres le daban placer, mi polla y mis manos en sus tetas, todos sus sentidos se centraron en ellos y volvió a pasar, cuando le besé detrás de la nuca, un escalofrío que recorrió todo su cuerpo la hizo temblar, sus tetas se endurecieron y su culo se apretó bloqueando mi polla, no me dejó moverla hasta que no terminaron sus espasmos, cuando pude sacarla me dijo.
- Ya puedes correrte en mi culo.
- Prefiero correrme en tus tetas, pero antes mámamela.
Ya estaba yo sentado en su estomago y adelantándola la polla para que llegara con la boca, le puse la almohada bajo de la cabeza y cómodamente se le fui metiendo, ella no tenía más ocupación de que sus dientes no me rozaran el frenillo, fui acelerando cuando iba a más velocidad de lo que ella podía soportar me cogía los huevos y los acariciaba, estuve a punto de seguir y llenarle la garganta de leche pero lo prometido eran las tetas, así que se la saqué de la boca, ella juntó las dos cogiéndolas de los pezones, entre las dos mamas se escurrieron los chorros de semen hasta desaparecer en el canalillo que se había formado.
- Gracias Manu, me has hecho recuperar la confianza en los hombres, qué te ha parecido la recuperación?
- Gracias a ti por confiar conmigo, del reconocimiento te puedo asegurar de que estás totalmente recuperada, te doy el alta.
Nos abrazamos y nos tumbamos un buen rato, estuvimos hablando de naderías hasta que salió el tema del perro, me dijo que era bueno que la perra de su hermana pariera y en voz baja me dijo.
- Y a mi hermana también le hace falta una buena polla.
- Me volví sorprendido hacia ella por el comentario y me lo confirmó.
- Mi hermana no ha vivido nada, se casó y solo la tocó su marido y por desgracia murió de repente y al parecer, según deduzco por mi hermana que no era muy activo sexualmente.
- Ya comprendo, cuando se sorprendió al ver sacar la polla de mi perro, parecía que había visto un milagro.
- Claro, para ella es una obsesión, sabes una cosa?, cuando me cite con aquel chico ella me confesó de que no podía dormir si no se masturbaba antes y me preguntó si mi chico no tendría un amigo para salir las dos juntas, estaba loca por follar, pero cuando le enseñe como me había dejado el culo el muy bruto, se asustó, pero sigue con la obsesión, cuando vio al perro con la facilidad que se la iba a meter a la perra, se puso muy cachonda, al tenerte a ti a su lado pensó en llevarte a casa y follarte allí mismo, pero al final se reprimió, luego vino mi sobrina y para colmo fui yo, me confesó que de no haber venido nosotras te habría seducido, y la creo, mi hermana está muy buena, mucho mejor tipo que yo y apenas “usada”
- Y tu sobrina Carol?
- Mi sobrina tiene amigos en el instituto pero no se le ve ganas de pareja, mi hermana toda es insistirle a ver si lleva a alguien a casa y se lo folla, pero no tiene suerte, no sé qué hacer para ayudarla. Había pensado hasta hablar con Benito y que le hicierais una cura de urgencia.
- No estaría mal del todo no, en lo poco que me fijé tu hermana me gustó, como tú dices está muy buena y por lo que cuentas se merece una buena polla, estoy dándole vueltas a la cabeza para ver si le encuentro una solución, déjame a mí unos días y ya te contaré.
Antes de salir de casa de Feli, nos duchamos juntos, nos enjabonamos mutuamente, la ducha era bastante grande para los dos y me pidió que me sentara en el suelo, mientras nos caía el agua caliente encima se sentó sobre mi, estuvo saltando metiéndose mi polla hasta que nos corrimos, juntos sentimos las mismas sensaciones y cuando se levantó el agua me enjuago la polla de leche y flujos.
Se ofreció a llevarme a casa, pero preferí ir andando, no estaba demasiado lejos y tenía que pensar que se podía hacer para ayudar a Carmina.
Continuará
Agradecería sus comentarios.
Gracias.
:Calibri; mso-fareast-font-family:Calibri;mso-hansi-font-family:Calibri;mso-bidi-font-family: Calibri'>- Quien folló mejor contigo de las dos?
Estuve a punto de quitarme la ropa una vez más, pero me contuve y besándolas de nuevo me fui.
Continuará
Yo me di cuenta del alcance del abrazo al notar que la polla de Benito le llegaba a más arriba de la cintura y eso era señal de algo.
Julia también estaba un poco sofocada, por su mente debían pasar innumerables sensaciones.
Benito se fue directo a agradecer a Ricardo su detalle con las bebidas, lo cierto era que nos hizo un buen detalle, luego se asomó por la puerta de la cocina y sin entrar felicitó a la cocinera, esta poco acostumbrada a reconocimientos se quitó el gorro y le dio un beso, luego pasó por la barra, mi madre lo miraba divertida, viéndolo tan contento antes de ir hacia su mesa.
Antes de sentarse me dijo que me tenía que decir una cosa, creí que era respecto a Alba, pero simplemente era que le había llamado el farmacéutico y le había dicho que el sacaleches eléctrico que le había dejado se había estropeado y que hiciera el favor de acercarse o de mandarme a mí para ver si tenía solución.
Como el caso apremiaba fui esa misma tarde, me pasé por la farmacia creyendo que el sacaleches estaría allí, pero me dijo que lo tenía en su casa, que se le había olvidado traerlo, pero vivía cerca y lo podía ver allí mismo, me dio la dirección, estaba bastante cerca de la farmacia, cuando llegué me abrió su mujer, llevaba en brazos al pequeño llorando, al parecer tenía hambre, la chica se alegró de verme pues ya tenía el problema otra vez y más sin poder usar el sacaleches, me quiso enseñar lo mal que lo estaba pasando y dejó el niño en la cuna un momento y fue a buscar el aparato, cuando lo trajo se dispuso a dar de mamar al niño, pero no se cubrió como la primera vez que la vi, con un pudoroso pañuelo sobre el pecho, sino que se quitó el sujetador empapado en leche allí mismo frente a mí, las tetas estaban a reventar, se le notaban las venitas azules recorriendo toda las mamas, mientras cogía al niño y le acercaba el pezón a la boquita, el se lo tragó ávidamente y empezó a chupar.
Yo me centré en localizar la avería del aparato, la verdad es que no tenía mucho mecanismo por lo que primero busque fue en la clavija del enchufe, posiblemente fue que se había soltado un cable, cuando lo desmonté vi que uno de los cables estaba cortado, pero no deshilachado sino cortado perfectamente, no dije nada mientras miraba como la chica se apretaba la teta para que le saliera a más presión la leche al niño.
Le daba resultado pues el bebé tragaba casi sin esfuerzo los chorros que le salían del pezón, la chica se apretaba también el otro, manando la leche que se escurría sobre toda su tetas, la pedí si tenía unas tijeras para pelar el hilo eléctrico.
Quiso levantarse y buscarlas pero con el niño en brazos se lo impedí, en el cajón que me dijo no estaban y me insinuó que podían estar en el de más abajo, lo abrí y tampoco lo encontré, estaba lleno de ropa, me dijo que estaba segura de que estaban allí, metí el brazo entre las prendas para buscarlas pero no encontré nada, me volví hacia ella, sobre sus rodillas en niño se había dormido y dejado el pezón libre perdiendo leche, cuando miré hacia arriba para preguntarle si estaba segura me dijo que me fijara bien, al mismo tiempo separó las piernas y bajo su falda fui viendo sus muslos cada vez mas separados hasta que pude distinguir sus labios envueltos en una capa de vello rizado, me quedé mirando como incrédulo y ella cogiendo el niño en brazos lo levantó y acabo de separar las piernas abriendo los muslos y los labios del coño.
Con el niño en brazos siguió hasta que yo me acerqué a ella gateando, mi cara entró entre sus muslos, cada vez se hacía más oscuro, pero a mí no me hacía falta luz, con el aroma del coño que emanaba me guiaba como la estrella polar, la chica dejó el niño en la cuna que estaba a su lado con cuidado, sin cerrar las piernas, yo le subí la falda hasta la cintura y ella sacó el culo a la orilla del asiento, mis dedos acompañaron a mi lengua, mientras yo lamía el clítoris de la chica dos dedos entraban en la vagina, su culo estaba a punto de salirse de su silla pero se cogió para no caerse, mi dedo índice lubricado con el flujo que manaba se introdujo en el ano de la mamá, quiso protestar pero como ya estaba dentro no lo consideró necesario.
Sujeta con las manos al asiento de su silla soportó su orgasmo, casi no movió el culo pero su cabeza se agitaba de un hombro a otro cerrando los ojos con fuerza.
Las rodillas me dolían de estar en el suelo duro, por lo que me levanté antes de que se repusiera de su corrida, me quite los pantalones y le puse mi polla depilada frente a ella, la vi mamar con más ganas que su bebé, parecía que se la quería tragar mientras me llenaba de leche las manos apretándole las tetas llenas, las gotas caían hasta el suelo, pero no le importaba, me aferré a su pezón todavía lleno y me metí hasta la areola en la boca, chupe y chupe con fuerza, los chorritos de leche me llegaban a la campanilla, cuando lo solté parecía que la areola era más grande que la otra de la marca de la mamada.
Preparó sobre la cama un empapador que usaba para cambiar al niño, lo extendió en la orilla y se tumbó sobre el boca abajo, sus piernas colgaban hasta el suelo, sus manos separaron sus nalgas y me dijo que le echara un poco de su leche, le apreté un pezón y me mojé los dedos hasta gotear, unté su culo y con el dedo de antes lo repartí alrededor incluso por dentro, no pude resistirme a la tentación de meterle la polla antes en el coño, ella se sorprendió pues tenía ya su culo abierto pero no se quejó en absoluto, después de varias metidas mi polla se incrusto en su culo y se perdió en él, caí sobre su espalda, por sus lados sobresalían sus tetas rellenas de leche que seguían manando, las apreté con la tranquilidad de que no manchaba la ropa de la cama.
Se volvió a correr con mi polla en su culo, sin ninguna queja, solo unos gemidos, con las manos agarradas a la sabana estuvo soportando los temblores hasta que desaparecieron, me iba a correr, pero ella me dijo que no, que quería mamar más todavía, se dio la vuelta y se metió la polla en la boca, no dejó de chupar hasta que los borbotones de semen se le salían por la comisura de sus labios.
Miré el reloj, casi era hora de cerrar la farmacia, la chica sin decir nada sacó las tijeras de debajo de un pañal que tenía sobre el mueble, siempre había sabido que estaba allí, y yo sabía que el cable había sido cortado intencionadamente con aquellas tijeras, reparé en un momento el cable y me vestí, y cuando comprobé que giraba el motor se oyó la puerta de la calle, era su marido, ella me cogió el aparato y se lo puso en la teta que no le había mamado el bebé, estaba a rebosar y no tardaron los chorros de leche en llenar el recipiente, con la otra mano mecía la cuna del bebé, el marido lo miraba admirado, me dio una palmada en la espalda y me dijo que estaría siempre agradecido conmigo y que le diera recuerdos a Benito de su parte.
El niño seguía durmiendo con una sonrisa.
Cuando llegué a casa me duché, la polla me olía a coño pero la cara me olía a leche materna, luego bajé al bar.
Hacía días que le notaba algo raro a Raquel, no siendo en absoluto una chica seria tenía la mirada triste, le pregunté en un momento de descanso, me dijo que su abuela no se encontraba muy bien, que estaba acostada varios días y que ella iba a cuidarla, su madre le preparaba las comidas y le hacía la compra, al parecer era un problema de reúma que no le dejaba andar.
Me ofrecí a ayudarle para cualquier cosa, ella me dijo que se apañaba bien, le hacia la limpieza de la casa y le cambiaba la ropa de la cama, insistí al acordarme del perro, al fin y al cabo Thor era mío y mi responsabilidad, entonces accedió y quedamos para la tarde.
Cuando acudí Raquel ya estaba hacía un rato, había fregado el suelo y quitado el polvo de los muebles, la casa estaba en orden, su abuela estaba orgullosa de Raquel, me llamó desde su cuarto en cuanto oyó mi voz, apenas tuve tiempo de abrazar a Raquel detrás de la puerta, me gustaba la chica aunque llevaba el pelo un poco revuelto y la cara colorada de trabajar duro, estaba un poco sudada y le hacía parecer más mujer luchadora.
- Manu! Eres tú?, ven que te vea, ya hacía tiempo que no venías a verme, pensaba que ya no te acordabas de esta vieja.
- Ni pensarlo, señora Encarna, le pregunto muchas veces a su nieta por usted.
- Seguro que me acuerdo yo más de ti que tú de mí, y todos son muy buenos recuerdos, pero ahora estoy aquí desde hace unos días sin poder levantarme.
Raquel entró con unas sabanas en sus brazos.
- A ver abuela, voy a cambiarte la ropa para que esté más cómoda.
- Otra vez Raquel?, si yo estoy cómoda mujer.
- Nada, veras como estas fresquita y te duermes toda la tarde.
No pudo rechistar la abuela, Raquel se las arreglaba muy bien cogió la sabana de la cama y la levantó con la abuela dentro y la giró a un lado, me dijo que la aguantara de lado mientras ella desplegaba la sabana limpia y la extendía bajo de ella, luego se pasó a mi lado de la cama y repitió la operación, la giró al otro lado y le sacó por debajo la sabana limpia, con un estirón quitó la sucia y la abuela se quedó sobre la sabana cambiada, yo estaba admirado de la habilidad de la chica, lo hacía ya maquinalmente, con los giros el camisón de Encarna se le había subido, me di cuenta del cutis tan fino que tenía, después de todo aunque era abuela era más porque tenía una nieta que por edad, no llegaba a los 70 años y muy bien llevados, le pasé la mano por las piernas para notar su cutis suave, ella instintivamente separó las piernas y yo seguí hasta las rodillas, Raquel me miraba de reojo sonriendo, cuando acariciaba los muslos de Encarna la abuela de Raquel me susurró…
- Por favor Manu, no me martirices más.
- Abrió lo que pudo las piernas, el pubis canoso quedó abierto y con la mano fui pasando por encima con suavidad, ella no dejaba de decirme.
- Por favor, por favor, sigue.
Cuando le pasé los dedos entre los labios, la mujer suspiró y todavía abrió mas las piernas dentro de sus limitaciones, la vagina no desprendía flujos todavía apero con mis dedos fui a su encuentro, los encontré pronto, su vagina empezaba a reaccionar, pero cuando le acaricié el clítoris sentí como mis dedos se empapaban de humedad, con la otra mano descubrí su camisón hasta las tetas, se balanceaban como flanes pero los pezones se marcaban duros, me cogió la mano y me hizo que la agitara más rápido, le metí tres dedos y no pudo esperar más, se corrió agitadamente su vientre, su estomago y sus tetas vibraban mientras yo seguía agitando mis dedos dentro de ella, solo me dijo suavemente.
- Gracias Manu.
Y se quedó dormida.
Salí de la habitación después de cubrirla con una sabana limpia y busqué a Raquel, la chica me besó un piquito preguntándome como se había quedado su abuela, le dije que tranquila y durmiendo, me abrazo pegándome sus hermosas tetas a mi pecho mientras me besaba ardientemente, note un roce en mi pierna, era Thor que me saludaba, pronto me lamía la mano y quería jugar.
Me tuve que separar de Raquel a mi pesar pues mi perro no me dejaba, la chica se resigno y me dejó para seguir con sus tareas, parecía que el encanto del momento se había desvanecido.
El perro no sabía qué hacer para jugar, ya grande podía conmigo, le pregunté a Raquel quien se ocupaba del perro mientras que su abuela estaba en la cama, ella desde la cocina me dijo que una vecina que tenía otro perro pequeño lo sacaba a pasear todos los días, me alegré pues era un problema para todos, pero viendo la alegría que le había dado me ofrecí a sacarlo yo en ese momento.
El perro vino con la correa en la boca a esperarme a la puerta de la casa, era de lo más convincente, salimos a la calle, él tiraba de la correa y me guiaba al parque donde solía pasear y jugar, estuvo un rato conmigo tranquilo y lo solté.
Mientras yo miraba a los otros perros jugar y procurando que no riñera con nadie no me di cuenta que salía corriendo donde había otro perro igual que él un bóxer, era atigrado, precioso, pero iba atado, lo llevaba una señora, tendría unos cuarenta años más o menos, pero me llamó la atención lo bien vestida que iba, con sortijas y collares, me pareció un poco rara la indumentaria para sacar el perro a pasear y me acerque a separar los perros que no molestaran y vi que en realidad estaban jugando entre ellos, ya más tranquilo me presenté a la señora, me miró con cierta displicencia pero me explicó que ella no solía sacar el perro pero su hija había ido a la ciudad y le había encargado pasearlo.
Me di cuenta que Thor no dejaba de oler por detrás al otro que en realidad era una perra, la señora me dijo que su hija le había dicho que tuviera cuidado porque estaba en celo la perra, Thor por supuesto lo sabía seguro y todo era intentar subirse por detrás a la perra.
La señora no dejaba de estirar de la correa para que no se acercara mi perro, pero Thor tenía otras ideas y se subió por detrás y sacó el pene de su funda e intentó metérselo a la perra, la señora se tapó los ojos y dijo…
- Por diosss, que cosa, tan roja, tan mojada, tan fea.
- Pues si señora, los perros la tiene así, deduzco que no le había visto el pene a ningún perro.
- Pues no, la verdad, no me lo imaginaba así y tan grande y tan grueso, parece la de mi difunto esposo o quizá más grande, desde entonces no había visto ninguna y de eso ya hace tres años, pobre, un accidente de coche, ahora vivimos mi hija y yo solas con la perra, todas mujeres, hasta el jardinero es mujer.
- Y su hija no tiene algún novio que traiga a casa?
- Qué va! Si solo tiene 17 años, a sus amigos no los trae nunca, solo va del instituto a casa, le gustan mucho los animales, quiere ser veterinaria como su tía, precisamente me dijo que quería criar algún bóxer más si encontraba un buen candidato.
- Pues me da una idea, porque no se queda con mi perro unos días, parece que congenia mucho son la suya y podrían tener crías.
- Pues no es mala idea, la verdad de que tu perro es precioso, seguro que le gustará a Pilar.
- Pues le voy a dar mi teléfono y me llama si le convence la idea a su hija.
- Muy bien, pero porque no me dejas el perro para que lo vea y así no haces otro viaje.
- Me sabría mal darle molestias, señora.
- Por favor no me llames de usted, me llamo Carmina.
- Encantado Carmina, yo me llamo Manu.
Me abracé a Thor para despedirme, Carmina también me había dado su dirección, estaba muy cerca era un chaletito con un pequeño jardín, allí estaría bien Thor con la perra y le quitaba un poco el problema a Encarna.
Le até la correa a Thor y acompañe a Carmina a su casa, me hizo entrar y me enseño sobre todo el jardín, donde retozarían los perros, al quitarse la chaqueta que llevaba me sorprendió la elegancia que vestía, pero sobre todo el tipazo que escondía bajo las holgadas ropas.
No quise molestar más y me marche a casa de Encarna.
La mujer todavía dormía, se había quedado con las piernas abiertas y roncaba como un tronco, Raquel ya había terminado, estaba recogiendo algunas cosas y se alegró cuando le conté lo del perro, de todas formas no podía acompañar a Encarna, era una buena solución de momento.
Abracé a Raquel, quería continuar las caricias que habíamos iniciado y llevarla a la cama grande, pero ella miró el reloj y dijo que Elvira su madre estaba a punto de llegar para hacer la comida a Encarna, como compensación me dejó que le chupara los pezones.
Cuando llegue a casa al poco rato recibí una llamada, era de Carmina, la dueña de la perra bóxer, su hija la había visto y le había gustado mucho, quería que habláramos del tema.
Por la tarde me presenté en casa de Carmina, me abrió una chica de mi misma edad poco más o menos, era muy delgada y tenía las facciones muy dulces, rubia con el pelo lacio, ojos azules, parecía la clásica chica nórdica, también se notaba la influencia de su madre, tan sofisticada, fue muy amable conmigo y me hizo pasar al salón, era muy espacioso y estaba decorado con muebles minimalistas, a mi me parecía muy frio y sin personalidad, pero allá cada cual, lo que me encantó era el ventanal que llegaba al techo, era toda la pared de cristal y daba a un porche y al jardín, muy bien cuidado, tenía flores por todas partes, me ofrecieron café y pastas, yo les estuve contando un poco sobre mi perro, tenía muy buen pedigrí y podían hacer una buena camada, la hija me preguntó tímidamente que pensaba hacer con los cachorros, yo no había pensado en esto y no supe que responder, al fin Carmina aportó una idea.
- Si queréis os quedáis alguno y si hay más los puede vender la tía Feli.
A mí me pareció una ida perfecta, pues para mí la idea de tener más perros no me ilusionaba por el plan de vida que llevaba, ahora de invitado en casa de Julia y dentro de muy poco tiempo volvería con Ana y sería más problema aún.
- Pues se lo diremos a la tía, cuando venga, por cierto ya está tardando.
Al momento se oyó la puerta cerrarse y una voz dijo desde dentro.
- Ya estoy aquí chicas, perdón por el retraso.
Cuando llegó al salón yo me quedé helado pero ella también, entonces mi cerebro a toda velocidad fue atando cabos, Carol, la hija quería se veterinaria, la tía se llamaba Feli, y yo conocía y bien a una veterinaria que se llamaba Feli.
La chica tampoco se esperaba nunca verme allí y después de unos segundos de tensión me saludó.
- Hola Manu, que tal? Que haces aquí?, soy la hermana de Carmina.
Carol y su madre se miraron, no comprendían nada, intente explicarme.
- Pues como sabéis me llamo Manu y soy ayudante del doctor Benito y conozco un poco a Feli de las reuniones en casa de doña Francisca.
Feli, aliviada me siguió la conversación y pronto derivo hacia los perros, la propuesta de tener los cachorros en su clínica para venderlos no tuvo inconveniente y nos dijo que nos repartiría el dinero que ganáramos, a mi me pareció perfecto.
En un momento que estuvimos solos Feli me dijo.
- Me alegro de verte Manu, es una casualidad que hayas conocido a mi familia y me alegro por dos motivos que ya te contaré.
- Y como te encuentras de tus dolencias?
- Pues si te dijera que mal te mentiría, pero lo cierto es que no estoy bien del todo.
- Pues ya sabes, el día que quieras te podemos ver otra vez.
- Bueno, pero no hace falta que me veáis los dos, para lo poco que me molesta creo que tú solo me puedes curar y además pienso que tampoco es necesario ir a la consulta, si te pasas por mi casa, me podrías examinar, pero acuérdate de las pomadas y geles que me han hecho mucho bien.
Cuando se reunieron madre e hija con nosotros ya poco había que tratar, Feli estuvo hablando con su hermana mientras Carol me contaba la ilusión de tener un cachorro, le dije que se quedara el más bonito, a ella le dio mucha ilusión y me abrazó levemente.
Feli se despidió enseguida, solo venía de visita, yo aproveche la ocasión para irme también, eche a andar por la acera cuando un coche se paró a mi lado, la cabeza de Feli se asomó por la ventanilla y me dijo.
- Puedo llevarte a algún sitio?
- Pues no sé, no tengo ningún plan.
- Sube! Iremos a mi casa.
La chica conducía velozmente, más de lo aconsejable dentro del pueblo, pero demostraba un gran dominio de su pequeño pero caro coche, a mí siempre me ha gustado que la chica condujera, y esta lo hacía de maravilla.
Pasamos por la calle de la farmacia, le dije a Feli si podía parar un momento para comprar las cremas que necesitaba.
Cuando entré me atendió el farmacéutico en persona, me dijo que pasara a la rebotica para invitarme a un café de la cafetera que tenía en su despacho, yo no quería entretenerme pues Feli me esperaba con el motor encendido en la calle.
El farmacéutico insistió tanto que tuve que tomarme el café mientras le metía prisa para darme las cremas y los geles, él me incluyó un paquete de condones por si algún día me hacían falta, guiñándome el ojo me señalo en la etiqueta que eran rugosos, de máximo placer, se lo agradecí y le quise pagar, el se negó a cobrarme además de agradecerme lo que hacía por su mujer, me dijo que se había quedado muy relajada después de irme yo, también me preguntó si le duraría mucho el tratamiento que llevaba, pues apenas le dejaba follar y con muchos cuidados, le tuve que decir que el proceso era largo y que valía la pena el sacrificio, pues luego gozaría mucho más, se quedó esperanzado haciéndome prometer que no tardaría en volver a visitar a su mujer, para ver cómo iba su curación.
Feli seguía en el coche en marcha cuando salí, corriendo me metí en el coche y salió disparada, tuve que contarle que estaba tratando a la mujer del farmacéutico, ella sabía por las reuniones que compartían, que tenía problemas en casa pero no sabía que era de salud, le dije que no era realmente de salud, sino propios de la época de lactancia del pequeño y sus limitaciones.
Cuando llegamos a su casa entramos directo al garaje, por el ascensor llegamos a su piso, mientras le estuve contando la casualidad que me había llevado a conocer a su hermana y sobrina, me dijo que algún día me contaría unas cosas sobre ellas, yo me callé discretamente.
El ascensor nos llevó justo a su casa, se abría con llave y entramos en un recibidor muy bien decorado, no tenía nada que ver con el de su hermana, al entrar ya daba sensación de calidez, se notaba que le gustaban los animales, por todas partes tenía fotografías artísticas de animales exóticos, la chica echó el bolso sobre un sillón y se metió en su habitación, me dijo que esperara un momento, yo me entretuve viendo las fotos que colgaban por todas partes, algunas habían ganado premios internacionales.
Me fijé en la puerta del dormitorio de Feli, sobre la cama estaba la ropa que acababa de quitarse y se oía el choro del agua corriendo en la ducha, tuve curiosidad y me asomé, a través del cristal de la mampara se traslucía el cuerpo de la chica, se estaba enjabonando toda, tenía unas tetas hermosas, les repartía la espuma por todas ellas desde debajo rodeándolas y sobre todo los pezones, me di cuenta que en los pezones se recreaba más de lo normal, incluso se los pellizcaba y los estiraba, luego sus manos fueron bajando hasta llegar al sexo, lo enjabonó todo abriéndose los labios, se frotaba con la esponja natural los labios desde el pubis hasta el ano, al pasar por el clítoris lo hacía más despacio incluso repasaba varias veces, con los dedos se repasó los labios menores y la vagina, cuando se enjuagó el agua tibia estuvo corriendo un rato sobre sus tetas, la repartía entre las dos sobre todo en las areolas y por bajo de las tetas, cuando llegó al coño dejó fija la alcachofa mientras el agua le daba con fuerza, le graduó el agua más caliente y con dos dedos se separó los labios y con la otra mano se pellizcó el clítoris hasta que empezó a gemir, en sus estertores se apoyó contra el cristal aplastando sus tetas en el, los pezones quedaron pegados como tatuajes en el cristal mientras ella con la cara ladeada se concentraba en sus caricias.
Despacio volví sobre mis pasos y cuando pasé por su cama cogí sus bragas, las olí y tenían un fuerte olor a flujo, estaban húmedas.
Me senté en un sofá a esperar leyendo una revista de naturaleza, la chica salió corriendo excusándose de que necesitaba urgente una ducha, y que tenía todos los músculos agarrotados, venía envuelta en un albornoz de rizo y me preguntó si podía reconocerla ahora.
Yo me había subido el paquete con las cremas y geles en previsión y por supuesto me preparé, me levanté del sofá para reconocerla, tampoco necesitaba mucho espacio pero ella me dijo que sería más cómodo en su cuarto.
Al entrar alabé lo acogedor que era, como si fuera la primera vez que lo veía, sobre la cama ya no había nada de ropa, todo lo contrario, había destapado la colcha y estaba la sabana sola, pero cuando le enseñe las cremas y aceites me dijo que esperara y sacó de un cajón una sabana impermeable, la extendió y subió a la cama, cuando estuvo arriba se quitó las zapatillas que aún llevaba y se abrió el albornoz totalmente ofreciéndome la visión de todo su cuerpo desnudo duchado y perfumado, saque las cremas y demás frascos y los puse alineados por orden de uso, pero al ver que la zona a tratar no era la específica de la dolencia cambié su orden y puse primero los aceites de masaje.
Cuando destape el primer frasco e hice mención de echarle un chorrito sobre las piernas me hizo esperar y se quitó del todo el albornoz para que no se manchase.
Yo desde la orilla de la cama procuraba que no salpicara el aceite y me manchara yo también, cuando le dije que primero se pusiera boca abajo aproveche para quitarme la ropa excepto el bóxer, presentía que me iba a manchar todo.
La piel se le ponía de gallina cuando recorría sus pantorrillas y pero cuando llegue a sus muslos fue abriéndolos suavemente para facilitarme el masaje, le estuve masajeando uno hasta llegar a la ingle, en ningún momento pasaba de ahí aunque ella se abría más, los labios de su coño estaban brillantes y no era de mi aceite, cuando pasé al otro muslo también pasó lo mismo, llegaba justo a la ingle y volvía, ella levantaba el culo cada vez, pasé por las caderas hasta la cintura bajando por las nalgas, las repasé varias veces incluso las reparé controlando que la inflamación que tenía ya había desaparecido, ahora en su ligar solo estaba la piel un poco más oscura como era normal y el agujero del ano perfectamente cerrado y arrugado.
Subí sobre ella sentado sobre sus muslos pude masajear los riñones, y cuando subía hacia la espalda mi polla hacía el recorrido entre sus muslos, sus nalgas y vuelta atrás, yo todavía levaba el bóxer que aunque mojado de aceite retenía a duras penas mi polla en su sitio.
Llegue hasta el cuello, ella se recogió el pelo y se lo subió hasta encima de la cabeza, con mis manos pasé por los lados de su cuerpo, al tener los brazos en alto sus tetas se salían lo suficiente para que cada vez que pasaba las manos se asomaran un poco más, insistí hasta que los pezones quedaron fuera, estaban aceitados y brillantes pero sobre todo duros, se hundían en la sabana.
En el cuello y la nuca me entretuve más, noté que debía ser una zona especialmente erógena para ella, pues nada más acercar mis manos a los hombros no dejó de mover el cuello buscando mi contacto, lo máximo fueron las orejas, los lóbulos le causaron el primer orgasmo, la tensión acumulada se expandió como una piedra en un estanque, una serie de temblores nacieron desde la nuca hasta los pies, se agitaba toda, las espalda contagiaba las sacudidas a las tetas que le sobresalían por los lados y después de agitar el culo le llegaban a los tobillos.
La dejé un momento relajada y baje al suelo, la observaba como le temblaban los muslos y las nalgas, cuando se calmó le susurré que se diera la vuelta, sin abrir los ojos se giró quedando con los brazos caídos, las piernas juntas, las tetas separadas y terminadas en punta.
Repartí aceite directamente de la botella sobre su cuerpo, el goteo sobre su piel le provocaban escalofríos, le eche entre las tetas, en el estomago hasta el ombligo, su vientre acusó un estremecimiento, los hombros redondos los masajee bien hasta la nuca, ella elevaba la cabeza y la giraba cuando las pasé por su cuello, con las manos mojadas de aceite le recorrí los brazos desde las axilas hacia abajo al pasar por el nacimiento de sus tetas noté la dureza que ya tenían pero seguí hasta las manos y sobre todo los dedos, ella sentía un placer especial cuando mis dedos se enredaban con los suyos, luego le dejé los brazos pegados a su cuerpo, del cuello bajé hacia el pecho, Feli respiraba agitada pero no abría los ojos, mis manos pasaron entre sus tetas, ella hizo mención de girarse un poco para que las acariciara pero preferí pasar sin rozarlas, entre ellas había un espacio considerable, se repartían hinchadas, duras y elevadas pero separadas, las areolas que en otras chicas quedaban redondas siguiendo la curva del pecho en ella seguían puntiagudas hasta hacer un todo con el pezón que las coronaba.
Cuando llegue al estómago su cabeza rozaba mi bulto bajo el bóxer, noté como sus manos tenían intención de moverse, pero se mantuvieron quietas, las mías al subir hacia arriba pasaron a los lados de las tetas, las rodearon y pasaron por debajo, en círculos hasta llegar a pasar las palmas sobre sus pezones.
Feli no pudo aguantar más, sus manos saltaron como liberadas de unos grilletes y buscaron mi calzoncillo, mientras una cogía mi polla por el tronco desde fuera la otra bajaba el elástico hasta descubrir el glande, estiró de él y mi verga quedó sobre su frente, vi su mirada fija mirando a la vez mi capullo, a la siguiente vez que pasé las manos sobre sus pezones los pellizqué y los estiré, ella levantó la cabeza y se metió mi capullo en la boca, el bóxer cayó al suelo, mis manos recorrían sus tetas hasta su estomago ella con la boca abierta admitía en mi movimiento de vaivén la entrada y salida de mi polla en su boca con la cabeza estirada, se notaba en su garganta la llegada de mi glande hasta dentro.
Cuando ya le daban arcadas, fui avanzando sobre ella a la vez que regaba con aceite su pubis su cabeza volvía a la posición normal pero sin soltar mi polla.
Feli no esperó que le indicara nada, abrió sus piernas encogiéndolas para que llegara a sus labios abriéndolos y dejando las ingles, cuando los separé con los dedos la chica ya se había apoderado de mis huevos y me liberaba del prepucio para que el glande entrara limpiamente en su boca.
El clítoris de Feli estaba solitario entre los labios, se notaba como palpitaba y se movía, lo estaba mirando cuando él vino hacia mí, Feli había levantado el culo hacia mi cara, mi boca lo atrapó en el aire, y no lo dejó hasta que entre mis dientes se endureció, Feli gemía cuando soltaba mi polla para poder respirar, le levanté las piernas dejándole las nalgas abiertas y elevadas, con la lengua recorrí el trayecto desde el clítoris al ano, deteniéndome un momento en la vagina, ella no se esperaba que llegara al ano, estaba traumatizada aún por su inflamación, yo ya la había visto curada y le pasé la lengua alrededor, alargué la mano y cogí el gel que daba calor y rocié toda la raja, en un principio la frescura del espray le hizo cerrar las piernas pero al momento un ardor inundó su coño y su culo, enseguida soltó mi polla y me dio la vuelta dejándome bajo de ella, no tardó nada en subirse sobre mi, se lamió los dedos y se lubricó la vagina inútilmente porque ya estaba chorreando y quiso quitarse la calentura que sentía entre las piernas, se sentó sobre mi nada mas notar mi polla en su coño, sus tetas casi se le salían por debajo de sus brazos de tan separadas que las tenía, pero las cogí y las junté, le ofrecí un pezón a su boca y ella lo alcanzó sacando la lengua, lo lamió varias veces mientras se descargaba sobre mí, cuando se tumbó completamente aplastándome mi verga le entraba como un embolo, me mordió en el hombro y se corrió, ya no fue un temblor controlado, fue un terremoto que tuve que sujetar para que no se cayera con mi polla dentro, al fin se ladeó y cayó a mi lado boca abajo con los brazos abiertos.
Estuvo casi un minuto vibrando sobre la sabana mientras yo me incorporaba y me ponía detrás de ella subiendo mi polla entre sus muslos, esperé a que terminada de gozar su orgasmo, pero cuando notó que yo me apoyaba sobre su espalda notando mi glande entre sus nalgas quiso darse la vuelta para impedirlo.
Intenté convencerla pero no quería, la mala experiencia la había traumatizado, pero le prometí y le juré que no lo notaría, tuve que recurrir a la crema más refrescante que tenía, poco a poco fue separando las piernas pero las nalgas seguían apretadas, le puse un almohadón bajo de su pelvis doblado en dos y elevé el culo gasta hacer que su cabeza se apoyara en las sabanas, para darle más confianza le dije que se abriera ella sola las nalgas, y estuve un rato paseándole el capullo entre la vagina y el ano, ella siempre guardaba la esperanza de que me decidiera por el coño pero cuando apoye el glande puntiagudo en su engrasado agujero negro ya se tensó, sabía que iba en serio, le dije que cogiera aire en los pulmones y apreté suavemente,
Tan dilatado estaba y lubricado que el glande entró sin apenas esfuerzo, ella misma me dijo cuando ya tenía media polla dentro…
- Puedo respirar ya?
- Si Feli, ya puedes respirar.
Cuando soltó todo el aire de sus pulmones yo apreté hasta dentro, no se dio cuenta hasta que se sintió llena.
- Tenías razón Manu, no me has hecho daño, ya puedes meterla toda.
- Eso quisiera yo, tener otro tanto para seguir metiendo polla, la tienes toda dentro de ti.
- Con la mano entre sus piernas se aseguró y se convenció cuando cogió mis huevos pegados a sus nalgas.
- Muévete Manu, muévete y hazme tener otro orgasmo, por el culo, este lo voy a disfrutar de verdad.
Me apoye con los codos a su lado, mis manos atraparon a las tetas que asomaban y sin dejar caer mi peso sobre ella empecé a follarle el culo, solo sentía tres puntos de referencia y los tres le daban placer, mi polla y mis manos en sus tetas, todos sus sentidos se centraron en ellos y volvió a pasar, cuando le besé detrás de la nuca, un escalofrío que recorrió todo su cuerpo la hizo temblar, sus tetas se endurecieron y su culo se apretó bloqueando mi polla, no me dejó moverla hasta que no terminaron sus espasmos, cuando pude sacarla me dijo.
- Ya puedes correrte en mi culo.
- Prefiero correrme en tus tetas, pero antes mámamela.
Ya estaba yo sentado en su estomago y adelantándola la polla para que llegara con la boca, le puse la almohada bajo de la cabeza y cómodamente se le fui metiendo, ella no tenía más ocupación de que sus dientes no me rozaran el frenillo, fui acelerando cuando iba a más velocidad de lo que ella podía soportar me cogía los huevos y los acariciaba, estuve a punto de seguir y llenarle la garganta de leche pero lo prometido eran las tetas, así que se la saqué de la boca, ella juntó las dos cogiéndolas de los pezones, entre las dos mamas se escurrieron los chorros de semen hasta desaparecer en el canalillo que se había formado.
- Gracias Manu, me has hecho recuperar la confianza en los hombres, qué te ha parecido la recuperación?
- Gracias a ti por confiar conmigo, del reconocimiento te puedo asegurar de que estás totalmente recuperada, te doy el alta.
Nos abrazamos y nos tumbamos un buen rato, estuvimos hablando de naderías hasta que salió el tema del perro, me dijo que era bueno que la perra de su hermana pariera y en voz baja me dijo.
- Y a mi hermana también le hace falta una buena polla.
- Me volví sorprendido hacia ella por el comentario y me lo confirmó.
- Mi hermana no ha vivido nada, se casó y solo la tocó su marido y por desgracia murió de repente y al parecer, según deduzco por mi hermana que no era muy activo sexualmente.
- Ya comprendo, cuando se sorprendió al ver sacar la polla de mi perro, parecía que había visto un milagro.
- Claro, para ella es una obsesión, sabes una cosa?, cuando me cite con aquel chico ella me confesó de que no podía dormir si no se masturbaba antes y me preguntó si mi chico no tendría un amigo para salir las dos juntas, estaba loca por follar, pero cuando le enseñe como me había dejado el culo el muy bruto, se asustó, pero sigue con la obsesión, cuando vio al perro con la facilidad que se la iba a meter a la perra, se puso muy cachonda, al tenerte a ti a su lado pensó en llevarte a casa y follarte allí mismo, pero al final se reprimió, luego vino mi sobrina y para colmo fui yo, me confesó que de no haber venido nosotras te habría seducido, y la creo, mi hermana está muy buena, mucho mejor tipo que yo y apenas “usada”
- Y tu sobrina Carol?
- Mi sobrina tiene amigos en el instituto pero no se le ve ganas de pareja, mi hermana toda es insistirle a ver si lleva a alguien a casa y se lo folla, pero no tiene suerte, no sé qué hacer para ayudarla. Había pensado hasta hablar con Benito y que le hicierais una cura de urgencia.
- No estaría mal del todo no, en lo poco que me fijé tu hermana me gustó, como tú dices está muy buena y por lo que cuentas se merece una buena polla, estoy dándole vueltas a la cabeza para ver si le encuentro una solución, déjame a mí unos días y ya te contaré.
Antes de salir de casa de Feli, nos duchamos juntos, nos enjabonamos mutuamente, la ducha era bastante grande para los dos y me pidió que me sentara en el suelo, mientras nos caía el agua caliente encima se sentó sobre mi, estuvo saltando metiéndose mi polla hasta que nos corrimos, juntos sentimos las mismas sensaciones y cuando se levantó el agua me enjuago la polla de leche y flujos.
Se ofreció a llevarme a casa, pero preferí ir andando, no estaba demasiado lejos y tenía que pensar que se podía hacer para ayudar a Carmina.
Continuará
Agradecería sus comentarios.
Gracias.
:Calibri; mso-fareast-font-family:Calibri;mso-hansi-font-family:Calibri;mso-bidi-font-family: Calibri'>- Quien folló mejor contigo de las dos?
Estuve a punto de quitarme la ropa una vez más, pero me contuve y besándolas de nuevo me fui.
Continuará
1 comentarios - Mi timidez y mis tías 40