Esta noche mi madre procuró terminar en seguida en el bar y se subió pronto, yo me quedé al cargo de la cafetera por si surgía algún servicio de última hora, cuando terminé subí a casa, al entrar en la habitación había un desorden total, por encima de las camas o las sillas o donde fuera encontraba ropa de mi madre, ella iba y venía del armario sacando más y más, le pregunté por tanto ajetreo, estaba completamente desnuda, la lencería la había sacado y estaba en un montón, como no me contestaba me senté en un rincón, estaba tan abstraída que creo que ni me había visto, iba hablando consigo misma, me decidí a ver en que quedaba todo aquello, era curioso ver a mi madre toda nerviosa, su piel blanca que solo cambiaba en los grandes pezones y en el pubis más oscuro, el resto era como la leche, las caderas estaban muy bien, el culo ideal, estuve calificándola, las tetas… en fin no eran su punto fuerte, más que nada porque simplemente no tenía, eran apenas dos puñaditos que sobresalían del pecho, apenas visibles, lo compensaba con los largos pezones eso si, pero acostumbrado a los que acababa de ver y morder no tenían comparación, pero de todas formas yo prefería los de mi madre.
Clara tenía no sé qué que enamoraba, no me extrañaba que Benito estuviera colado por ella, con la de mujeres que habría follado, de todas las categorías, todas las del pueblo habían pasado por lo menos por sus manos, y muchas de ellas por sus polla también, había que reconocerle el arte que tenía de transformar una tímida consulta en una follada con toda regla y además con la promesa de repetir, no había para Benito ningún tabú, ni secreto simplemente que les daba a cada una lo que necesitaba, en el momento preciso y de la forma más convincente, tanto que prácticamente ninguna se le resistía.
Clara por supuesto lo sabía, y eso le daba más valor a mi madre, sabía separar una cosa de otra, contaba con el afecto, cariño o quizá más del médico aunque sabía que su polla en la consulta era de la ciencia, por supuesto de la ciencia vista según Benito, y lo cierto es que no le iba mal y en el pueblo se le apreciaba muchísimo, sobre todo por las pacientes femeninas.
Estaba yo con mis pensamientos mirando sin ver a mi madre deambular desnuda por la habitación cuando me despejó un sujetador que me echo encima.
- Toma, sepárame esto.
Y siguió buscando, poco a poco me fueron llegando prendas por vía aérea, bragas, medias, vestidos, faldas etc. Al final parecía yo un maniquí.
Mi madre guardó el resto cuidadosamente otra vez y cuando estuvo despejada la habitación me sentó en una silla y me dijo.
- Ahora te toca a ti, opina que me pongo para la cena del cumpleaños.
De entre los sujetadores que me llegaron elegí uno de blonda con un talle muy bajo, para esa noche me gustaría que mi madre fuera lo más sexi además de elegante, ella lo aceptó sin mirarlo, pero yo me quíse asegurar y le hice que se lo pusiera, aunque no lo llenaba para nada a mí me gustaba que luciera una lencería bonita y prefería que le estuvieran lisos a no ponerles rellenos que en el mejor de los casos se notaba que no eran de ella, ella se dio dos vueltas ante el espejo y me dio el OK. Las bragas no fue nada difícil, tenía dos opciones un tanga escueto o un tipo bikini, me gustó más el bikini, los hilos del tanga no le realzaban las curvas de las caderas.
El vestido ya fue más complicado, tenía para hacerse unas combinaciones de faldas y blusas o camisas, pero había que rendirse a la evidencia de que el que le había cosido Elvira le quedaba de maravilla, hay que decir que lo adapté yo mismo al sujetador que precisamente habíamos elegido, la única pega es que ya lo había llevado el día que fuimos a comer pero la convencí de que no había tanto protocolo y a los demás les sería igual, eligió unas medias de verano que llegaban hasta media pierna, se sujetaban con una banda elástica y le hacían unas piernas maravillosa, y con la braguitas bikini mucho más largas. Cuando lo tuvo todo elegido lo separó y lo colgó todo junto en una percha, se había quitado todo otra vez, ya con la habitación ordenada me dijo?
- Vamos a la cama?
Dijo bien a la cama, no a las camas, pues se vino a la mía, yo aunque la había visto innumerables veces desnuda siempre sentía un escalofrío cuando se metía en mi cama y me rozaba piel con piel.
- Manu, crees que hacemos bien proyectando el cumpleaños de Alba con tanto ceremonia? Quizá una reunión con unas pastas sería más adecuado, me da miedo que la chica se vea agobiada o crea que tenemos intereses ocultos hacia Benito.
- Se nota que no conoces a Alba, es una chica especial, además Benito la ha educado desde muy pequeña para que sea una mujer con una sensibilidad y un corazón inmenso y lo ha conseguido, puedes estar tranquila, siempre ha vivido un poco aislada, y eso le ha afectado en algunas cosas, pero yo estoy demostrándole que la vida es muy diversa y debe vivirla a tope.
- Muy bien hijo, ya sabes que siempre contarás conmigo, con lo que me has dicho quedo tranquila, pero como siempre te recomiendo que tengas las ideas muy claras.
Como ya era costumbre, en nuestras conversaciones las manos nunca estaban quietas y cuando me cogió la polla como quien le coge la mano a otra persona sin darnos cuenta apenas pudo cerrar la mano alrededor de ella.
- A esto es a lo que me refiero Manu, que tu polla no nuble tu pensamiento, sé que no lo haces, pero es mejor que lo recuerdes siempre.
- No te preocupes Clara, para que veas lo claro que lo tengo te voy a contar donde he estado esta tarde.
La conté con todo lujo de detalles la tarde con las dos amigas y Ricardo, cuando terminé se apretó a mí poniéndose mi polla entre sus muslos.
- No sabes cómo me gusta lo que me has contado, siempre he temido que estas chicas te liaran, te volvieran loco entre las dos y perdieras el norte, como ves hay muchas clases de personas y a todas hay que respetar y tratar como quieren, pero sin desviarte de tu camino, de todas formas me habría encantado veros a los cuatro, sobre todo a Carmen cuando Ricardo le metió la polla, te lo digo porque cuando me la metió a mí no lloré por vergüenza y porque no quería dejar pasar una ocasión de tener una verga de ese calibre dentro, pero cuando dices que se la metió en el culo, eso sería para estar sentado en primera fila viéndolo, y fíjate el detalle, que te sirva de lección, por mucha polla que tengas si no tienes otras cosas más importante no te apreciarán, Isa, y Carmen lo saben y te valoran, la polla de Ricardo es como una fantasía que todas tenemos, aunque a tu tía Julia no parece que se sienta mal con ella dentro.
Nos reímos a carcajadas los dos, nos abrazamos y rodé sobre mi madre, cuando estaba sobre ella solo tuvo que abrir las piernas un poco para que mi polla se metiera entre sus labios buscando su vagina, ella la centró y con dos movimientos la tuvo dentro, como tantas veces empezábamos a follar de una forma cariñosa, casi como un juego hasta terminar sudorosos, procurando hacerle gozar al otro al máximo, mi madre se corría siempre y tenía la virtud de poder esperarme, así conseguíamos unos orgasmos juntos que nos dejaban exhaustos.
El día del cumpleaños llegó y Benito vino a por nosotros, había lavado el coche por dentro y por fuera, ya no hacía olor a alcohol y medicinas, entre los dos metimos las carrachos con la cena, la cocinera se había esmerado en preparar un manjar, Ricardo en el último momento nos trajo una caja con botellas de vino, dos de Albariño, dos de Rioja y dos botellas de champan, en secreto me dijo que por su cuenta las había cambiado por dos de la mejor marca, era su aportación al cumpleaños.
Cuando llegamos a casa de Benito ya nos sorprendió que en toda la entrada estaba ornada con macetas llenas de flores, ya predisponía a que iba a ser un buen festejo.
A la puerta había salido Alba, estaba preciosa, pese a no ir maquillada ni pintada tenía una belleza virginal, llevaba un vestido largo, parecía una vestal griega, era blanco y atado con un cordón a la cintura, la parte de arriba era holgada, me gustó que llevara sujetador, me pareció un avance, nos besamos y Benito aparcó por la puerta de atrás a la cocina, bajamos todas las bandejas de la cena, luego Alba nos llevó al salón donde íbamos a cenar, lo había engalanado ella misma y ciertamente le quedó muy bonito, había una mesa de comedor y al lado dos sofás encarados con una mesita auxiliar entre los dos.
Mi madre se llevó a Alba mientras nosotros preparábamos las bebidas, cuando volvieron las mujeres no las conocíamos, mi madre estaba muy elegante con su vestido, pero lo que más nos llamó la atención lo guapa que se había maquillado, detrás de ella entró Alba, su padre y yo nos caímos sentados en un sofá al verla, mi madre le había regalado un lote de cosméticos para maquillaje con el que se podía transformar completamente.
Tenía los ojos, las pestañas, las cejas perfiladas y sobre todo los labios, había escogido colores pastel que hacía una mezcla de inocencia y sensualidad, no pude menos que besar a mi madre en agradecimiento.
Nos sentamos a la mesa, mi madre ayudada por todos sirvió la magnífica receta que había hecho la cocinera, tuvimos desde marisco, carne y postre, lo regamos con los vinos que nos había dado Ricardo, pero la sorpresa final fue el champan, francés por supuesto y de la mejor marca.
Nos lo tomamos en los sofás después de brindar por Alba, mi madre frente a nosotros junto a Benito, Alba conmigo en el otro.
La conversación pronto se animó, los mayores se querían burlar de nosotros por nuestra juventud contando anécdotas desde que éramos pequeños, salió el tema de la educación, mi madre comenzó a contar.
- Desde pequeño siempre nos hemos bañado juntos y no nos hemos privado de vernos desnudos desde entonces, no hemos tenido problemas nunca y nuestra confianza es completa, le he inculcad el respeto y la comprensión por los demás, nos contado todos nuestros secretos y somos totalmente liberales, recuerdo que cuando tenía unos doce años cuando nos bañábamos, sea por el agua caliente de la bañera o por su naturaleza empezó a ponérsele la polla dura, la verdad es que para su edad estaba bastante desarrollado, yo le limpiaba el glande retirándole el prepucio con cuidado, hasta entonces siempre se quejaba que le hacía daño, pero yo insistía por higiene y para acostumbrar al prepucio a dilatarse para el futuro, lo cierto es que ese día le retiré como siempre la piel del capullo, la pollita empezó a crecer en mis manos y llegó a ponerse dura del todo, él intentaba evitar que le lavara bien pero yo insistía, como no se estaba quieto y estábamos dentro de la bañera, lo puse pegado de espaldas a mí y le cogí la polla con una mano haciéndole la piel hacia atrás, mientras con la esponja le rodeaba todo el glande, su polla sobresalía del nivel del agua como el periscopio de un submarino, cuando más confiada estaba frotándole el levantó el culo y lanzó varios chorros de leche al aire, alguno de ellos cayeron en mi pelo y en mis tetas, el se asustó y para que viera que no era nada malo recogí con los dedos la que tenía en los pezones y la chupé, eso le convenció y quiso probar él, tanto se empeñó que tuve que dejarle que me chupara su leche de mis pezones.
Todos se echaron a reír a carcajadas, yo me hacía el tímido pero asentía.
- Pues no os he contado lo mejor, al poco tiempo se cayó de su bicicleta…
- Vale mamá, ya está bien no cuentes eso.
- Como que no, si estamos en armonía y no es nada malo, fue divertido… Pues como os decía se cayó de la bicicleta, con tan mala suerte de que se rompió la clavícula y una muñeca, al final no fue tan grave pero tuvo que estar un mes inmovilizado, cuando lo traje a casa me di cuenta de lo que significaba el vivir día a día así, tenía que darle de comer, de beber, pasarle la servilleta para limpiarle después, pero llegó lo que tenía que llegar, tuvo que hacer pis, al principio no hubieron demasiados problemas igual que cuando eran aguas mayores, tantas veces lo había lavado de pequeño que era más o menos igual, los cambios vinieron cuando le tenía que lavar la polla, yo como y tenía la experiencia de la otra vez procuraba no insistir con el roce en el glande y pasaba rápidamente sobre él, pero a los pocos días al quitarle la ropa para levantarlo por la mañana vi el bulto que tenía bajo el calzoncillo, creí que era una arruga y le di un manotazo, pero bajo la arruga estaba la polla de Manu dura como un palo, le miré preguntándoselo, me miró con cara de lástima, lo volvía a tapar y me fui sofocada a la cocina, a la mañana siguiente pasó poco más o menos, al levantarlo seguía con el bulto pero esta vez le polla se le había salido por la bragueta y ya no tuve ninguna duda, estaba totalmente empalmado, yo procuré quitarle las revistas que podían excitarlo, hasta me vestía mucho más recatada para que no se fijara en mí, pero era igual, por las mañanas su polla estaba como una bandera, y tengo que decir que con su edad era una hermosa polla, ya era como la de su padre. Al final tuve que convencerme que era la naturaleza que removían las hormonas y que cada día sería más si no le daba alguna solución, tampoco conocía a ninguna chica que pudiera visitarle, lo pensé todo hasta que un día sin más me dirigí a él y le pregunté que le pasaba todas las mañana igual, tímidamente me confesó que normalmente se hacía una paja antes de levantarse, pero con las manos escayoladas no llegaba, le miré los brazos y calculé, efectivamente si no llegaba para comer pues para lo demás… cerré los ojos y le bajé los calzoncillos y le dije que se relajara, le cogí la polla con una mano y empecé a movérsela, el cerró los ojos y separo las piernas, murmuraba que no parara, lo hice, seguí meneándosela, luego me pidió que con las dos manos, también lo hice, se la cogía con las dos manos y aún me sobraba polla, cuando se corrió me llenó todo el suéter y la cara, me moría de vergüenza cuando lo dejé encima de la cama despatarrado y con la polla todavía dura chorreando semen, me fui al cuarto de baño a limpiarme de leche, al apoyarme en el lavabo sentí un alivio entre mis piernas, seguí frotándome hasta que me puse caliente, me subí la falda y me bajé las bragas, la porcelana estaba ya caliente y suave, cuando me corrí bajo lavabo estaba el suelo lleno de gotas de mis flujos. A partir de ese día hasta que se curó estuve aliviándole la polla todas las mañanas y masturbándome en el lavabo a continuación.
- Mamá y tenías que contarlo? Y con todo detalle?
- Claro manu fue muy importante para mí y hace tanto tiempo que me ha gustado recordarlo.
Benito le cortó a mi madre.
- Pues nosotros también hemos tenido un trato parecido, desde pequeña me tuve que ocupar de su educación y todo lo demás, al principio no pasaba nada pero pronto empezó a preguntar por qué yo tenía colita y ella no, según iba creciendo le daba más información proporcional a su edad pero siempre veraz, cuando iba creciendo cada vez que me veía mi polla me preguntaba, el problema lo tuve cuando nos estábamos duchado, a ella ya le estaban saliéndolas tetas y ese día no sé porqué tuve una erección bastante importante, me acribillo a preguntas, le tuve que explicar la verdad y a partir de ese día ya no me preguntaba si me veía la polla dura, solo me hacía algún comentario como, papá ya se te ha puesto la polla preparada para tener hijos.
Yo procuraba disimular siempre, el día más curioso fue cuando tuvo la primera regla, yo ya le había advertido lo que le iba a pasar, y porque iba a sangrar, ella ya sabía toda la teoría pero cuando estábamos viendo una película en el sofá me dijo que se estaba haciendo pis, se tocó sacó la mano llena de sangre, se asustó, pues no esperaba tanta, yo la tranquilice cogiendo una gasa y limpiándole con cuidado, le fui explicando que era normal y que lo tendría a menudo, ella me preguntó si con mi polla dura y su coño sangrante podríamos tener hijos los dos y le tuve que decir que si, pero cada uno con otra persona, pues había peligro de que nacieran con taras. Alba siempre ha sido muy consciente y lo ha asimilado todo a la primera.
Cuando fue creciendo sus pechos se desarrollaron y tuve que acompañarle a comprarse un sujetador pero ella no se dejaba aconsejar por la dependienta y tuve que ser yo quien se lo probara y lo eligiera, ya de adolescente dormíamos muchas veces juntos y ella nunca lleva sujetador, afortunadamente no le hace falta y yo no uso pijama, pero nunca hemos tenido problemas.
El champan estaba haciendo efecto y nos estábamos desinhibiendo.
Alba interrumpió a su padre.
- Bueno papá hoy te lo puedo decir, no lo había dicho hasta ahora, pero un día tenía frio y cuando estábamos acostados te pusiste a roncar.
Nos reímos todos con la ocurrencia de los ronquidos. Pero Alba siguió animada.
- Pues como decía, estaba aterida de frio y tu no dejabas dormir, me pegue a ti y al momento estaba calentita a tu lado, no me moví por temor a pasar frio, pero al rato te volviste hacia mí tus manos se quedaron sobre mis tetas, yo las iba a quitar pero era agradable tu tacto, además entre mis piernas noté como tu polla se ponía dura, y se curvó hacia el vientre, nunca la había visto tan dura, me asuste un poco y la cogí para ayudarte, pero no quería despertarte y estuve obligándole que volviera a estar tranquila, insistí bastante pero en un momento empezó a salir un liquido espeso y blanco, con las manos haciendo copa estuve recibiendo todo lo que salía pero si separaba las manos se me caería por lo que no se me ocurrió otra cosa que bebérmelo, las manos se me quedaron pegajosas y las chupe hasta dejarlas limpias pero de tu polla seguía saliendo un hilillo de semen, y con la lengua te lo estuve limpiando hasta que dejó de salir y la polla se quedó blanda, luego te volviste del otro lado y seguiste roncando como antes.
Benito no sabía que decir, ahora se enteraba que su hija a la que siempre había alejado de sus pensamientos le había hecho una paja y le había chupado la polla.
Mi madre salió al rescate del silencio que se hizo.
- Pues eso no es nada, Alba, yo tengo tres hermanas más, Manu las conoce bien, y la más mayor Julia ha sido siempre la más avispada y se fijaba cuando los chicos se sacaban la polla para mear, algunos ya la tenían bastante grande y alguna vez la sacaban dura, como mi madre tomaba pastillas para dormir decidimos averiguar la verdad y dirigidas por Julia las cuatro le pusimos dos pastillas en el agua a mi padre cuando se fue a dormir, mi madre dormía como un tronco y mi padre más aún, nos subimos a la cama y le destapamos de cintura para abajo, mi padre era muy peludo, pero no nos importó, le buscamos entre los calzoncillos largos que llevaba hasta descubrirle entre la melena de pelo basto una pollita enana, nos quedamos decepcionadas, incluso nos disgustamos pues los chicos de la escuela tenían la polla mas grande, ya nos íbamos a ir tapándolo como estaba cuando mi hermana pequeña Cris le estiró de la piel, el caso es que nos llamó y nos dijo que estaba creciendo, volvimos a sentarnos a su lado mirando fijas a la polla crecer, al principio nos ilusionó ver como crecía, pero cuando superó el tamaño de los chicos de la escuela ya empezamos a preocuparnos, cuando ya duplicaba la de los chicos y sobre todo era más gruesa que nuestros antebrazos nos asustamos, creímos que iba a parar de crecer poniéndole las manos encima, pero la polla de mi padre no dejaba de hacerse más larga y más gorda, la cogimos con las manos apretándole el tronco las cuatro manos seguidas, y aún le sobraba por la punta, le cambiábamos las manos, o sea la que tenía la mano bajo la subía arriba y así la íbamos corriendo, la polla por fin dejó de crecer de larga pero no de gruesa, la apretábamos con las manos hasta que se puso muy roja, nos asustó y más cuando empezó a salir leche como una fuente los chorros salían sin parar, no podíamos dejar manchado nada, mi hermana Julia como siempre tomo la iniciativa y la rodeo con su boca, cuando la tenía llena me avisó a mí y cuando me la llenó a mí se lo dije a Ana, Cris termino de lamerle para que no se ensuciaran las sabanas, estuvo chupándole el glande y el tronco hasta los huevos, no le djó rastro, mi madre a su lado no se enteró y él tampoco y esto no lo hemos vuelto a hablar entre nosotras nunca.
La carcajada fue general, estábamos todos callados esperando el final y nos gustó a rabiar.
- Bueno vamos a brindar por el cumpleaños de mi hija. Alba por ti, porque seas muy feliz.
- Ella levantó la copa con los ojos húmedos y se la bebió de un trago.
- Bueno es el momento de los regalos, dijo Benito. Alba espero que te guste, esta elegido especial para ti.
- La chica destapó el paquete cuidadosamente plegado y cuando vio el gato de cristal de swarovsky se emocionó, era muy lino y encima era de un gato.
- Yo saque el paquete mío y lo abrió con cuidado, cuando, lo vio me besó y lo enseño a todos, le encantó y también las braguitas, todos aplaudimos, pero ella dijo.
- Me encanta, lo voy a estrenar,
Esperábamos que saliera a su habitación pero se subió el vestido por la cabeza después de desatarse el cordón de la cintura.
Nos quedamos mirándonos todos callados, Alba contra todo pronóstico no llevaba sujetador, y sus tetas estaban tan duras y firmes que no se movieron, mi madre me miró admirada pero las caderas de la chica no eran menos atractivas, tampoco llevaba bragas, se había depilado toda, sus labios perfectos apenas enseñaban el clítoris rosado, su padre intentó desviar la irada pero no lo pudo resistir y se vio como en su bragueta se marcaba la dureza de su polla.
Cuando se lo puso me dijo que le regulara los tirantes y cuando lo hice comprobé que las copas se le adaptaban perfectamente, no le sujetaban sino que le moldeaban adornándole las dos maravillas, el coño se marcaba en la braguita dejando verse los labios, me dio un beso en la boca entre los aplausos de los mayores.
Nuestros padres también se besaron a la vez que Benito le regalaba a mi madre el perfume que le había comprado yo, ella le besó apasionadamente,
Benito se excitó con aquel beso mientras le metía la mano por el escote de mi madre pellizcándole el pezón, la polla empezó a crecerle, Clara se dio cuenta y le puso la mano encima para que no se notara, pero fue inútil, creció tanto que tuvo que desistir.
Aba que seguía con el conjunto de lencería le aconsejó a mi madre.
- Clara no te esfuerces, cuando le crece no para, más vale que se la saques fuera y se sienta libre.
- Mi madre animada por Alba se la sacó ya doblada hacia arriba, la descapulló y nos la enseño a nosotros
Alba como mi madre ya la había visto muchas veces me la sacó a mí, estaba a 45º y me la cogió con los dos manos, se la llevó a la boca directamente.
Benito ya había despasado el vestido de mi madre y se lo había bajado, también le había bajado los tirantes del sujetador, salieron sus pezones erectos, negros y duros.
Yo le solté el sujetador a Alba, se sentía más libre y las tetas apenas marcadas por el tejido suave, me las puso delante de la boca y se las chupé, mi madre se admiraba de la dureza de aquellas tetas, le saqué los pezones y miré a mi madre, en eso mi madre le aventajaba, la mano de Benito se perdía bajo la falda de Clara y cuando la sacó llevaba cogida las bragas, mi madre quiso que viéramos los avances de Benito y se subió la falda al cuello, se vio su coño con unos pelitos depilados cortos.
Benito no lo pudo resistir se arrodilló delante de ella y le puso la boca en el coño, la polla seguía pegada a su vientre.
Alba me chupaba la polla desde el nacimiento al glande mientras yo le acariciaba las nalgas, me puso el coño frente a la boca pero no quise comérmelo, lo quería hacer en privado solo le acaricie por encima los labios y el clítoris.
Mi madre ya se había sentado sobre Benito, su polla curvada estaba tocándole la matriz, solo se le veían los huevos pegados al culo de Clara, se comían la boca desnudos sobre el sofá.
Alba me rogaba que la penetrara pero la cogí de la mano y me la llevé a su habitación, en su cama había puesto flores, debía ser un simbolismo porque iba a desflorarla ya, le puse la polla a la entrada de su tierna vagina, en el último momento le dije.
Alba vas a perder la virginidad, a partir de entonces vas a ser ya mujer del todo, si quieres puedes hacerlo tú y dejarte caer sobre mí.
De ninguna manera llevo mucho tiempo soñando que seas tú quien me desvirgue, quiero que seas tú el que empuje tu polla hasta hundirla dentro de mí, quiero que me hagas tuya.
No quiero que seas mía, quiero que seamos solo una cosa, un solo cuerpo fundido.
La chica se tumbo y abrió sus piernas, yo le puse un almohadón en la espalda y otro en el culo, estaba elevada y su vagina a la altura justa de mi polla, le comí los labios del sexo haciendo primero que su vagina destilara jugos y luego le chupé el clítoris hasta ponerlo duro, era muy tierno pero cuando se descubrió brillaba, cuando me acerque a ella con la mano me dirigió al centro de su coño, mis manos se apoderaron de sus tetas y mi boca de la suya,
Me cogió de las nalgas, me quiso ayudar y me atrajo hacia ella a la vez que empujaba yo, el himen fue muy considerado, apenas un poco de resistencia y me dejó pasar, y pasé hasta dentro del todo me pidió que no parara y mientras sollozaba preguntándose cómo había podido resistir sin haber follado conmigo desde el primer día.
Entre sollozos se corrió y lo hizo con una dulzura tal que parecía una liberación , pero su vagina destiló abundantemente, apenas el flujo salió rosado, por el himen, me dijo que quería correrse otra vez, procure dosificarme para durar, lo conseguí y el segundo orgasmo fue explosivo, toda la tensión se liberó de golpe, todo ella era sacudidas y estertores, cuando se calmó me pidió que siguiera desflorándola, no le comprendí de momento, ya lo acababa de hacer, pero ella levantó las piernas y con el almohadón bajo el culo me dejó su agujero preparado.
Lubrique abundantemente el aro oscuro rogándole que no era preciso hacerlo, pero insistió que quería que le llenara por todos lados, aunque que si podía ser que no me corriera en su culo, quería mi leche en su boca como siempre.
Mi glande puntiagudo ayudó a abrir el esfínter y el gel el resto, con todo el cuidado fui buscando la ruta para no dañarle el recto y prácticamente no le dolió, se alegró de estar llena de mí y me rogo que la metiera como quisiera, lo hice despacio al principio y rápido después, cuando noté que mis huevos reclamaban relajarse saque la polla y le llené la boca, rodeó con los labios herméticamente no dejando perderse nada de mi semen.
Se lo trago todo y me besó, el sabor era de néctar.
Nos tumbamos uno al lado del otro y reposamos mientras nos acariciábamos las zonas más sensibles.
En el mismo momento en la habitación de Benito
Mi madre fue la primera que se dio cuenta que ya habíamos desaparecido a nuestra habitación.
Benito dentro de ella, le dijo.
- Esta noche es muy importante para Alba, tu hijo la va a desflorar, le he rogado que sea delicado.
- Lo será, te lo puedo jurar.
Benito desnudo como estaba cogió a Clara y la llevó en brazos a su cama, no hubieron preliminares, mi madre abrió sus piernas y Benito entró rozándole el punto G y alguno más por el efecto que le hizo, se corrió nada más recibirlo dentro.
Benito no se aceleró, simplemente se mantuvo en un movimiento regular hasta que ella se recuperó, entonces volvió a acelerar, Clara a mitad le pidió que le comiera el coño y que volviera a metérsela.
Benito la complació, le lamió el clítoris con vigor, ella ya gritaba que se la metiera y que se corriera dentro,
Lo hicieron al unísono, mi madre era una virtuosa para dominar sus orgasmos.
-------------------------------------------------------------
En el silencio de la noche solo se oían los ronroneos de los gatos y los gemidos de las dos mujeres, Alba me sorprendió pues después de ser asexual había tenido un despertar apoteósico, yo estaba orgulloso por haber contribuido a ello.
La chica quiso probar la mayoría de posiciones que había visto desde la ventana cuando follábamos a las clientas, le gustaron varias sobre todo cuando le ponía a cuatro, me decía que notaba mucho más mi polla dentro de ella, pero prefería sentarse sobre mis piernas y abrazarme mientras ella se metía mi polla y yo le acariciaba sus tetas, yo no podía estar más de acuerdo.
Cuando nos dormimos yo estaba pegado detrás de ella con la polla metida en su coño entre sus piernas, al despertar ella se había duchado y me había puesto su coño sobre la boca para despertarme, el sabor a coño tierno me despertó suavemente y me lo comí todo, su orgasmo fue tan liquido que llegué a bebérmelo.
Alba cumplió su mayor deseo, se bebió mi leche directamente de mi polla, sin intermediarios.
Nos volvimos a duchar, esta vez intentamos follar en la ducha pero era muy incómodo y preferimos salir y acabarlo sobre la alfombra, luego por supuesto tuvimos que volver a ducharnos.
Cundo salimos al salón mi madre más madrugadora ya había recogido todo, solo llevaba las braguitas que había encontrado entre el sofá.
Benito salió al momento con una toalla rodeando la cintura, acababa de ducharse, cuando vio a Clara por el nudo de la cintura en la toalla asomaba su glande cabezudo.
Mi madre se dio cuenta y se agacho y le dio un besito en el capullo, nosotros nos reímos, los dos.
Con la mirada nos preguntaron, Clara a Alba y Benito a mí como se había desarrollado la noche, como toda respuesta Alba me dio un beso apasionado en la boca.
Había quedado claro.
Después de almorzar dijimos que íbamos a descansar, los padres ya sabían lo que íbamos a hacer y decidieron imitarnos,
Alba se había puesto el conjunto que le había regalado, era una pena ver como el sujetador cumplía su labor pero en aquel caso innecesario, y las braguitas tapaban solo lo justo, sus labios estaban perfectamente definidos y los lamí hasta que los aparté con la legua misma haciendo que se abriera toralmente el clítoris parecía que me iba conociendo y cada vez se ponía más duro y sobresalía más.
Le lamí el culo, ella seguía insistiendo que quería que la follara lo mismo por delante que por detrás, la verdad que como iba con el máximo cuidado no notaba apenas la diferencia, yo sí, el culo tenía un roce sedoso y el coño vibraba con sus pliegues, pero me hacía correr igual.
Cuando volvíamos a casa en el coche mi madre nos enseñó que en el bolso llevaba su sujetador y sus bragas, Benito mientras conducía le acariciaba el coño al mismo tiempo que ella le había abierto el pantalón y le tenía la polla en el puño.
Alba se tumbó en el asiento de detrás apoyando su cabeza sobre mí regazo, mi mano se metió entre sus piernas y su boca atrapo mi polla, ya muy cerca del pueblo mi madre se corrió en la mano de Benito, este ya lo había hecho sobre su pantalón.
Alba había manchado el asiento con sus jugos y yo había salpicado el respaldo de delante con mi corrida.
Nos dejaron en la puerta y después de lanzarnos unos besos al aire se volvieron a su casa.
Cuando entramos en el bar mi madre y yo éramos el centro de las miradas, entramos cogidos del brazo y con cara de felicidad.
Ya en nuestra habitación Clara dejo caer su vestido al suelo y se fue a la ducha directamente, yo la esperé y con una toalla me crucé con ella en el pasillo.
Cuando volví a mi habitación, mi madre estaba en la cama, pero no en la suya, sino en la mía.
Continuará
Clara tenía no sé qué que enamoraba, no me extrañaba que Benito estuviera colado por ella, con la de mujeres que habría follado, de todas las categorías, todas las del pueblo habían pasado por lo menos por sus manos, y muchas de ellas por sus polla también, había que reconocerle el arte que tenía de transformar una tímida consulta en una follada con toda regla y además con la promesa de repetir, no había para Benito ningún tabú, ni secreto simplemente que les daba a cada una lo que necesitaba, en el momento preciso y de la forma más convincente, tanto que prácticamente ninguna se le resistía.
Clara por supuesto lo sabía, y eso le daba más valor a mi madre, sabía separar una cosa de otra, contaba con el afecto, cariño o quizá más del médico aunque sabía que su polla en la consulta era de la ciencia, por supuesto de la ciencia vista según Benito, y lo cierto es que no le iba mal y en el pueblo se le apreciaba muchísimo, sobre todo por las pacientes femeninas.
Estaba yo con mis pensamientos mirando sin ver a mi madre deambular desnuda por la habitación cuando me despejó un sujetador que me echo encima.
- Toma, sepárame esto.
Y siguió buscando, poco a poco me fueron llegando prendas por vía aérea, bragas, medias, vestidos, faldas etc. Al final parecía yo un maniquí.
Mi madre guardó el resto cuidadosamente otra vez y cuando estuvo despejada la habitación me sentó en una silla y me dijo.
- Ahora te toca a ti, opina que me pongo para la cena del cumpleaños.
De entre los sujetadores que me llegaron elegí uno de blonda con un talle muy bajo, para esa noche me gustaría que mi madre fuera lo más sexi además de elegante, ella lo aceptó sin mirarlo, pero yo me quíse asegurar y le hice que se lo pusiera, aunque no lo llenaba para nada a mí me gustaba que luciera una lencería bonita y prefería que le estuvieran lisos a no ponerles rellenos que en el mejor de los casos se notaba que no eran de ella, ella se dio dos vueltas ante el espejo y me dio el OK. Las bragas no fue nada difícil, tenía dos opciones un tanga escueto o un tipo bikini, me gustó más el bikini, los hilos del tanga no le realzaban las curvas de las caderas.
El vestido ya fue más complicado, tenía para hacerse unas combinaciones de faldas y blusas o camisas, pero había que rendirse a la evidencia de que el que le había cosido Elvira le quedaba de maravilla, hay que decir que lo adapté yo mismo al sujetador que precisamente habíamos elegido, la única pega es que ya lo había llevado el día que fuimos a comer pero la convencí de que no había tanto protocolo y a los demás les sería igual, eligió unas medias de verano que llegaban hasta media pierna, se sujetaban con una banda elástica y le hacían unas piernas maravillosa, y con la braguitas bikini mucho más largas. Cuando lo tuvo todo elegido lo separó y lo colgó todo junto en una percha, se había quitado todo otra vez, ya con la habitación ordenada me dijo?
- Vamos a la cama?
Dijo bien a la cama, no a las camas, pues se vino a la mía, yo aunque la había visto innumerables veces desnuda siempre sentía un escalofrío cuando se metía en mi cama y me rozaba piel con piel.
- Manu, crees que hacemos bien proyectando el cumpleaños de Alba con tanto ceremonia? Quizá una reunión con unas pastas sería más adecuado, me da miedo que la chica se vea agobiada o crea que tenemos intereses ocultos hacia Benito.
- Se nota que no conoces a Alba, es una chica especial, además Benito la ha educado desde muy pequeña para que sea una mujer con una sensibilidad y un corazón inmenso y lo ha conseguido, puedes estar tranquila, siempre ha vivido un poco aislada, y eso le ha afectado en algunas cosas, pero yo estoy demostrándole que la vida es muy diversa y debe vivirla a tope.
- Muy bien hijo, ya sabes que siempre contarás conmigo, con lo que me has dicho quedo tranquila, pero como siempre te recomiendo que tengas las ideas muy claras.
Como ya era costumbre, en nuestras conversaciones las manos nunca estaban quietas y cuando me cogió la polla como quien le coge la mano a otra persona sin darnos cuenta apenas pudo cerrar la mano alrededor de ella.
- A esto es a lo que me refiero Manu, que tu polla no nuble tu pensamiento, sé que no lo haces, pero es mejor que lo recuerdes siempre.
- No te preocupes Clara, para que veas lo claro que lo tengo te voy a contar donde he estado esta tarde.
La conté con todo lujo de detalles la tarde con las dos amigas y Ricardo, cuando terminé se apretó a mí poniéndose mi polla entre sus muslos.
- No sabes cómo me gusta lo que me has contado, siempre he temido que estas chicas te liaran, te volvieran loco entre las dos y perdieras el norte, como ves hay muchas clases de personas y a todas hay que respetar y tratar como quieren, pero sin desviarte de tu camino, de todas formas me habría encantado veros a los cuatro, sobre todo a Carmen cuando Ricardo le metió la polla, te lo digo porque cuando me la metió a mí no lloré por vergüenza y porque no quería dejar pasar una ocasión de tener una verga de ese calibre dentro, pero cuando dices que se la metió en el culo, eso sería para estar sentado en primera fila viéndolo, y fíjate el detalle, que te sirva de lección, por mucha polla que tengas si no tienes otras cosas más importante no te apreciarán, Isa, y Carmen lo saben y te valoran, la polla de Ricardo es como una fantasía que todas tenemos, aunque a tu tía Julia no parece que se sienta mal con ella dentro.
Nos reímos a carcajadas los dos, nos abrazamos y rodé sobre mi madre, cuando estaba sobre ella solo tuvo que abrir las piernas un poco para que mi polla se metiera entre sus labios buscando su vagina, ella la centró y con dos movimientos la tuvo dentro, como tantas veces empezábamos a follar de una forma cariñosa, casi como un juego hasta terminar sudorosos, procurando hacerle gozar al otro al máximo, mi madre se corría siempre y tenía la virtud de poder esperarme, así conseguíamos unos orgasmos juntos que nos dejaban exhaustos.
El día del cumpleaños llegó y Benito vino a por nosotros, había lavado el coche por dentro y por fuera, ya no hacía olor a alcohol y medicinas, entre los dos metimos las carrachos con la cena, la cocinera se había esmerado en preparar un manjar, Ricardo en el último momento nos trajo una caja con botellas de vino, dos de Albariño, dos de Rioja y dos botellas de champan, en secreto me dijo que por su cuenta las había cambiado por dos de la mejor marca, era su aportación al cumpleaños.
Cuando llegamos a casa de Benito ya nos sorprendió que en toda la entrada estaba ornada con macetas llenas de flores, ya predisponía a que iba a ser un buen festejo.
A la puerta había salido Alba, estaba preciosa, pese a no ir maquillada ni pintada tenía una belleza virginal, llevaba un vestido largo, parecía una vestal griega, era blanco y atado con un cordón a la cintura, la parte de arriba era holgada, me gustó que llevara sujetador, me pareció un avance, nos besamos y Benito aparcó por la puerta de atrás a la cocina, bajamos todas las bandejas de la cena, luego Alba nos llevó al salón donde íbamos a cenar, lo había engalanado ella misma y ciertamente le quedó muy bonito, había una mesa de comedor y al lado dos sofás encarados con una mesita auxiliar entre los dos.
Mi madre se llevó a Alba mientras nosotros preparábamos las bebidas, cuando volvieron las mujeres no las conocíamos, mi madre estaba muy elegante con su vestido, pero lo que más nos llamó la atención lo guapa que se había maquillado, detrás de ella entró Alba, su padre y yo nos caímos sentados en un sofá al verla, mi madre le había regalado un lote de cosméticos para maquillaje con el que se podía transformar completamente.
Tenía los ojos, las pestañas, las cejas perfiladas y sobre todo los labios, había escogido colores pastel que hacía una mezcla de inocencia y sensualidad, no pude menos que besar a mi madre en agradecimiento.
Nos sentamos a la mesa, mi madre ayudada por todos sirvió la magnífica receta que había hecho la cocinera, tuvimos desde marisco, carne y postre, lo regamos con los vinos que nos había dado Ricardo, pero la sorpresa final fue el champan, francés por supuesto y de la mejor marca.
Nos lo tomamos en los sofás después de brindar por Alba, mi madre frente a nosotros junto a Benito, Alba conmigo en el otro.
La conversación pronto se animó, los mayores se querían burlar de nosotros por nuestra juventud contando anécdotas desde que éramos pequeños, salió el tema de la educación, mi madre comenzó a contar.
- Desde pequeño siempre nos hemos bañado juntos y no nos hemos privado de vernos desnudos desde entonces, no hemos tenido problemas nunca y nuestra confianza es completa, le he inculcad el respeto y la comprensión por los demás, nos contado todos nuestros secretos y somos totalmente liberales, recuerdo que cuando tenía unos doce años cuando nos bañábamos, sea por el agua caliente de la bañera o por su naturaleza empezó a ponérsele la polla dura, la verdad es que para su edad estaba bastante desarrollado, yo le limpiaba el glande retirándole el prepucio con cuidado, hasta entonces siempre se quejaba que le hacía daño, pero yo insistía por higiene y para acostumbrar al prepucio a dilatarse para el futuro, lo cierto es que ese día le retiré como siempre la piel del capullo, la pollita empezó a crecer en mis manos y llegó a ponerse dura del todo, él intentaba evitar que le lavara bien pero yo insistía, como no se estaba quieto y estábamos dentro de la bañera, lo puse pegado de espaldas a mí y le cogí la polla con una mano haciéndole la piel hacia atrás, mientras con la esponja le rodeaba todo el glande, su polla sobresalía del nivel del agua como el periscopio de un submarino, cuando más confiada estaba frotándole el levantó el culo y lanzó varios chorros de leche al aire, alguno de ellos cayeron en mi pelo y en mis tetas, el se asustó y para que viera que no era nada malo recogí con los dedos la que tenía en los pezones y la chupé, eso le convenció y quiso probar él, tanto se empeñó que tuve que dejarle que me chupara su leche de mis pezones.
Todos se echaron a reír a carcajadas, yo me hacía el tímido pero asentía.
- Pues no os he contado lo mejor, al poco tiempo se cayó de su bicicleta…
- Vale mamá, ya está bien no cuentes eso.
- Como que no, si estamos en armonía y no es nada malo, fue divertido… Pues como os decía se cayó de la bicicleta, con tan mala suerte de que se rompió la clavícula y una muñeca, al final no fue tan grave pero tuvo que estar un mes inmovilizado, cuando lo traje a casa me di cuenta de lo que significaba el vivir día a día así, tenía que darle de comer, de beber, pasarle la servilleta para limpiarle después, pero llegó lo que tenía que llegar, tuvo que hacer pis, al principio no hubieron demasiados problemas igual que cuando eran aguas mayores, tantas veces lo había lavado de pequeño que era más o menos igual, los cambios vinieron cuando le tenía que lavar la polla, yo como y tenía la experiencia de la otra vez procuraba no insistir con el roce en el glande y pasaba rápidamente sobre él, pero a los pocos días al quitarle la ropa para levantarlo por la mañana vi el bulto que tenía bajo el calzoncillo, creí que era una arruga y le di un manotazo, pero bajo la arruga estaba la polla de Manu dura como un palo, le miré preguntándoselo, me miró con cara de lástima, lo volvía a tapar y me fui sofocada a la cocina, a la mañana siguiente pasó poco más o menos, al levantarlo seguía con el bulto pero esta vez le polla se le había salido por la bragueta y ya no tuve ninguna duda, estaba totalmente empalmado, yo procuré quitarle las revistas que podían excitarlo, hasta me vestía mucho más recatada para que no se fijara en mí, pero era igual, por las mañanas su polla estaba como una bandera, y tengo que decir que con su edad era una hermosa polla, ya era como la de su padre. Al final tuve que convencerme que era la naturaleza que removían las hormonas y que cada día sería más si no le daba alguna solución, tampoco conocía a ninguna chica que pudiera visitarle, lo pensé todo hasta que un día sin más me dirigí a él y le pregunté que le pasaba todas las mañana igual, tímidamente me confesó que normalmente se hacía una paja antes de levantarse, pero con las manos escayoladas no llegaba, le miré los brazos y calculé, efectivamente si no llegaba para comer pues para lo demás… cerré los ojos y le bajé los calzoncillos y le dije que se relajara, le cogí la polla con una mano y empecé a movérsela, el cerró los ojos y separo las piernas, murmuraba que no parara, lo hice, seguí meneándosela, luego me pidió que con las dos manos, también lo hice, se la cogía con las dos manos y aún me sobraba polla, cuando se corrió me llenó todo el suéter y la cara, me moría de vergüenza cuando lo dejé encima de la cama despatarrado y con la polla todavía dura chorreando semen, me fui al cuarto de baño a limpiarme de leche, al apoyarme en el lavabo sentí un alivio entre mis piernas, seguí frotándome hasta que me puse caliente, me subí la falda y me bajé las bragas, la porcelana estaba ya caliente y suave, cuando me corrí bajo lavabo estaba el suelo lleno de gotas de mis flujos. A partir de ese día hasta que se curó estuve aliviándole la polla todas las mañanas y masturbándome en el lavabo a continuación.
- Mamá y tenías que contarlo? Y con todo detalle?
- Claro manu fue muy importante para mí y hace tanto tiempo que me ha gustado recordarlo.
Benito le cortó a mi madre.
- Pues nosotros también hemos tenido un trato parecido, desde pequeña me tuve que ocupar de su educación y todo lo demás, al principio no pasaba nada pero pronto empezó a preguntar por qué yo tenía colita y ella no, según iba creciendo le daba más información proporcional a su edad pero siempre veraz, cuando iba creciendo cada vez que me veía mi polla me preguntaba, el problema lo tuve cuando nos estábamos duchado, a ella ya le estaban saliéndolas tetas y ese día no sé porqué tuve una erección bastante importante, me acribillo a preguntas, le tuve que explicar la verdad y a partir de ese día ya no me preguntaba si me veía la polla dura, solo me hacía algún comentario como, papá ya se te ha puesto la polla preparada para tener hijos.
Yo procuraba disimular siempre, el día más curioso fue cuando tuvo la primera regla, yo ya le había advertido lo que le iba a pasar, y porque iba a sangrar, ella ya sabía toda la teoría pero cuando estábamos viendo una película en el sofá me dijo que se estaba haciendo pis, se tocó sacó la mano llena de sangre, se asustó, pues no esperaba tanta, yo la tranquilice cogiendo una gasa y limpiándole con cuidado, le fui explicando que era normal y que lo tendría a menudo, ella me preguntó si con mi polla dura y su coño sangrante podríamos tener hijos los dos y le tuve que decir que si, pero cada uno con otra persona, pues había peligro de que nacieran con taras. Alba siempre ha sido muy consciente y lo ha asimilado todo a la primera.
Cuando fue creciendo sus pechos se desarrollaron y tuve que acompañarle a comprarse un sujetador pero ella no se dejaba aconsejar por la dependienta y tuve que ser yo quien se lo probara y lo eligiera, ya de adolescente dormíamos muchas veces juntos y ella nunca lleva sujetador, afortunadamente no le hace falta y yo no uso pijama, pero nunca hemos tenido problemas.
El champan estaba haciendo efecto y nos estábamos desinhibiendo.
Alba interrumpió a su padre.
- Bueno papá hoy te lo puedo decir, no lo había dicho hasta ahora, pero un día tenía frio y cuando estábamos acostados te pusiste a roncar.
Nos reímos todos con la ocurrencia de los ronquidos. Pero Alba siguió animada.
- Pues como decía, estaba aterida de frio y tu no dejabas dormir, me pegue a ti y al momento estaba calentita a tu lado, no me moví por temor a pasar frio, pero al rato te volviste hacia mí tus manos se quedaron sobre mis tetas, yo las iba a quitar pero era agradable tu tacto, además entre mis piernas noté como tu polla se ponía dura, y se curvó hacia el vientre, nunca la había visto tan dura, me asuste un poco y la cogí para ayudarte, pero no quería despertarte y estuve obligándole que volviera a estar tranquila, insistí bastante pero en un momento empezó a salir un liquido espeso y blanco, con las manos haciendo copa estuve recibiendo todo lo que salía pero si separaba las manos se me caería por lo que no se me ocurrió otra cosa que bebérmelo, las manos se me quedaron pegajosas y las chupe hasta dejarlas limpias pero de tu polla seguía saliendo un hilillo de semen, y con la lengua te lo estuve limpiando hasta que dejó de salir y la polla se quedó blanda, luego te volviste del otro lado y seguiste roncando como antes.
Benito no sabía que decir, ahora se enteraba que su hija a la que siempre había alejado de sus pensamientos le había hecho una paja y le había chupado la polla.
Mi madre salió al rescate del silencio que se hizo.
- Pues eso no es nada, Alba, yo tengo tres hermanas más, Manu las conoce bien, y la más mayor Julia ha sido siempre la más avispada y se fijaba cuando los chicos se sacaban la polla para mear, algunos ya la tenían bastante grande y alguna vez la sacaban dura, como mi madre tomaba pastillas para dormir decidimos averiguar la verdad y dirigidas por Julia las cuatro le pusimos dos pastillas en el agua a mi padre cuando se fue a dormir, mi madre dormía como un tronco y mi padre más aún, nos subimos a la cama y le destapamos de cintura para abajo, mi padre era muy peludo, pero no nos importó, le buscamos entre los calzoncillos largos que llevaba hasta descubrirle entre la melena de pelo basto una pollita enana, nos quedamos decepcionadas, incluso nos disgustamos pues los chicos de la escuela tenían la polla mas grande, ya nos íbamos a ir tapándolo como estaba cuando mi hermana pequeña Cris le estiró de la piel, el caso es que nos llamó y nos dijo que estaba creciendo, volvimos a sentarnos a su lado mirando fijas a la polla crecer, al principio nos ilusionó ver como crecía, pero cuando superó el tamaño de los chicos de la escuela ya empezamos a preocuparnos, cuando ya duplicaba la de los chicos y sobre todo era más gruesa que nuestros antebrazos nos asustamos, creímos que iba a parar de crecer poniéndole las manos encima, pero la polla de mi padre no dejaba de hacerse más larga y más gorda, la cogimos con las manos apretándole el tronco las cuatro manos seguidas, y aún le sobraba por la punta, le cambiábamos las manos, o sea la que tenía la mano bajo la subía arriba y así la íbamos corriendo, la polla por fin dejó de crecer de larga pero no de gruesa, la apretábamos con las manos hasta que se puso muy roja, nos asustó y más cuando empezó a salir leche como una fuente los chorros salían sin parar, no podíamos dejar manchado nada, mi hermana Julia como siempre tomo la iniciativa y la rodeo con su boca, cuando la tenía llena me avisó a mí y cuando me la llenó a mí se lo dije a Ana, Cris termino de lamerle para que no se ensuciaran las sabanas, estuvo chupándole el glande y el tronco hasta los huevos, no le djó rastro, mi madre a su lado no se enteró y él tampoco y esto no lo hemos vuelto a hablar entre nosotras nunca.
La carcajada fue general, estábamos todos callados esperando el final y nos gustó a rabiar.
- Bueno vamos a brindar por el cumpleaños de mi hija. Alba por ti, porque seas muy feliz.
- Ella levantó la copa con los ojos húmedos y se la bebió de un trago.
- Bueno es el momento de los regalos, dijo Benito. Alba espero que te guste, esta elegido especial para ti.
- La chica destapó el paquete cuidadosamente plegado y cuando vio el gato de cristal de swarovsky se emocionó, era muy lino y encima era de un gato.
- Yo saque el paquete mío y lo abrió con cuidado, cuando, lo vio me besó y lo enseño a todos, le encantó y también las braguitas, todos aplaudimos, pero ella dijo.
- Me encanta, lo voy a estrenar,
Esperábamos que saliera a su habitación pero se subió el vestido por la cabeza después de desatarse el cordón de la cintura.
Nos quedamos mirándonos todos callados, Alba contra todo pronóstico no llevaba sujetador, y sus tetas estaban tan duras y firmes que no se movieron, mi madre me miró admirada pero las caderas de la chica no eran menos atractivas, tampoco llevaba bragas, se había depilado toda, sus labios perfectos apenas enseñaban el clítoris rosado, su padre intentó desviar la irada pero no lo pudo resistir y se vio como en su bragueta se marcaba la dureza de su polla.
Cuando se lo puso me dijo que le regulara los tirantes y cuando lo hice comprobé que las copas se le adaptaban perfectamente, no le sujetaban sino que le moldeaban adornándole las dos maravillas, el coño se marcaba en la braguita dejando verse los labios, me dio un beso en la boca entre los aplausos de los mayores.
Nuestros padres también se besaron a la vez que Benito le regalaba a mi madre el perfume que le había comprado yo, ella le besó apasionadamente,
Benito se excitó con aquel beso mientras le metía la mano por el escote de mi madre pellizcándole el pezón, la polla empezó a crecerle, Clara se dio cuenta y le puso la mano encima para que no se notara, pero fue inútil, creció tanto que tuvo que desistir.
Aba que seguía con el conjunto de lencería le aconsejó a mi madre.
- Clara no te esfuerces, cuando le crece no para, más vale que se la saques fuera y se sienta libre.
- Mi madre animada por Alba se la sacó ya doblada hacia arriba, la descapulló y nos la enseño a nosotros
Alba como mi madre ya la había visto muchas veces me la sacó a mí, estaba a 45º y me la cogió con los dos manos, se la llevó a la boca directamente.
Benito ya había despasado el vestido de mi madre y se lo había bajado, también le había bajado los tirantes del sujetador, salieron sus pezones erectos, negros y duros.
Yo le solté el sujetador a Alba, se sentía más libre y las tetas apenas marcadas por el tejido suave, me las puso delante de la boca y se las chupé, mi madre se admiraba de la dureza de aquellas tetas, le saqué los pezones y miré a mi madre, en eso mi madre le aventajaba, la mano de Benito se perdía bajo la falda de Clara y cuando la sacó llevaba cogida las bragas, mi madre quiso que viéramos los avances de Benito y se subió la falda al cuello, se vio su coño con unos pelitos depilados cortos.
Benito no lo pudo resistir se arrodilló delante de ella y le puso la boca en el coño, la polla seguía pegada a su vientre.
Alba me chupaba la polla desde el nacimiento al glande mientras yo le acariciaba las nalgas, me puso el coño frente a la boca pero no quise comérmelo, lo quería hacer en privado solo le acaricie por encima los labios y el clítoris.
Mi madre ya se había sentado sobre Benito, su polla curvada estaba tocándole la matriz, solo se le veían los huevos pegados al culo de Clara, se comían la boca desnudos sobre el sofá.
Alba me rogaba que la penetrara pero la cogí de la mano y me la llevé a su habitación, en su cama había puesto flores, debía ser un simbolismo porque iba a desflorarla ya, le puse la polla a la entrada de su tierna vagina, en el último momento le dije.
Alba vas a perder la virginidad, a partir de entonces vas a ser ya mujer del todo, si quieres puedes hacerlo tú y dejarte caer sobre mí.
De ninguna manera llevo mucho tiempo soñando que seas tú quien me desvirgue, quiero que seas tú el que empuje tu polla hasta hundirla dentro de mí, quiero que me hagas tuya.
No quiero que seas mía, quiero que seamos solo una cosa, un solo cuerpo fundido.
La chica se tumbo y abrió sus piernas, yo le puse un almohadón en la espalda y otro en el culo, estaba elevada y su vagina a la altura justa de mi polla, le comí los labios del sexo haciendo primero que su vagina destilara jugos y luego le chupé el clítoris hasta ponerlo duro, era muy tierno pero cuando se descubrió brillaba, cuando me acerque a ella con la mano me dirigió al centro de su coño, mis manos se apoderaron de sus tetas y mi boca de la suya,
Me cogió de las nalgas, me quiso ayudar y me atrajo hacia ella a la vez que empujaba yo, el himen fue muy considerado, apenas un poco de resistencia y me dejó pasar, y pasé hasta dentro del todo me pidió que no parara y mientras sollozaba preguntándose cómo había podido resistir sin haber follado conmigo desde el primer día.
Entre sollozos se corrió y lo hizo con una dulzura tal que parecía una liberación , pero su vagina destiló abundantemente, apenas el flujo salió rosado, por el himen, me dijo que quería correrse otra vez, procure dosificarme para durar, lo conseguí y el segundo orgasmo fue explosivo, toda la tensión se liberó de golpe, todo ella era sacudidas y estertores, cuando se calmó me pidió que siguiera desflorándola, no le comprendí de momento, ya lo acababa de hacer, pero ella levantó las piernas y con el almohadón bajo el culo me dejó su agujero preparado.
Lubrique abundantemente el aro oscuro rogándole que no era preciso hacerlo, pero insistió que quería que le llenara por todos lados, aunque que si podía ser que no me corriera en su culo, quería mi leche en su boca como siempre.
Mi glande puntiagudo ayudó a abrir el esfínter y el gel el resto, con todo el cuidado fui buscando la ruta para no dañarle el recto y prácticamente no le dolió, se alegró de estar llena de mí y me rogo que la metiera como quisiera, lo hice despacio al principio y rápido después, cuando noté que mis huevos reclamaban relajarse saque la polla y le llené la boca, rodeó con los labios herméticamente no dejando perderse nada de mi semen.
Se lo trago todo y me besó, el sabor era de néctar.
Nos tumbamos uno al lado del otro y reposamos mientras nos acariciábamos las zonas más sensibles.
En el mismo momento en la habitación de Benito
Mi madre fue la primera que se dio cuenta que ya habíamos desaparecido a nuestra habitación.
Benito dentro de ella, le dijo.
- Esta noche es muy importante para Alba, tu hijo la va a desflorar, le he rogado que sea delicado.
- Lo será, te lo puedo jurar.
Benito desnudo como estaba cogió a Clara y la llevó en brazos a su cama, no hubieron preliminares, mi madre abrió sus piernas y Benito entró rozándole el punto G y alguno más por el efecto que le hizo, se corrió nada más recibirlo dentro.
Benito no se aceleró, simplemente se mantuvo en un movimiento regular hasta que ella se recuperó, entonces volvió a acelerar, Clara a mitad le pidió que le comiera el coño y que volviera a metérsela.
Benito la complació, le lamió el clítoris con vigor, ella ya gritaba que se la metiera y que se corriera dentro,
Lo hicieron al unísono, mi madre era una virtuosa para dominar sus orgasmos.
-------------------------------------------------------------
En el silencio de la noche solo se oían los ronroneos de los gatos y los gemidos de las dos mujeres, Alba me sorprendió pues después de ser asexual había tenido un despertar apoteósico, yo estaba orgulloso por haber contribuido a ello.
La chica quiso probar la mayoría de posiciones que había visto desde la ventana cuando follábamos a las clientas, le gustaron varias sobre todo cuando le ponía a cuatro, me decía que notaba mucho más mi polla dentro de ella, pero prefería sentarse sobre mis piernas y abrazarme mientras ella se metía mi polla y yo le acariciaba sus tetas, yo no podía estar más de acuerdo.
Cuando nos dormimos yo estaba pegado detrás de ella con la polla metida en su coño entre sus piernas, al despertar ella se había duchado y me había puesto su coño sobre la boca para despertarme, el sabor a coño tierno me despertó suavemente y me lo comí todo, su orgasmo fue tan liquido que llegué a bebérmelo.
Alba cumplió su mayor deseo, se bebió mi leche directamente de mi polla, sin intermediarios.
Nos volvimos a duchar, esta vez intentamos follar en la ducha pero era muy incómodo y preferimos salir y acabarlo sobre la alfombra, luego por supuesto tuvimos que volver a ducharnos.
Cundo salimos al salón mi madre más madrugadora ya había recogido todo, solo llevaba las braguitas que había encontrado entre el sofá.
Benito salió al momento con una toalla rodeando la cintura, acababa de ducharse, cuando vio a Clara por el nudo de la cintura en la toalla asomaba su glande cabezudo.
Mi madre se dio cuenta y se agacho y le dio un besito en el capullo, nosotros nos reímos, los dos.
Con la mirada nos preguntaron, Clara a Alba y Benito a mí como se había desarrollado la noche, como toda respuesta Alba me dio un beso apasionado en la boca.
Había quedado claro.
Después de almorzar dijimos que íbamos a descansar, los padres ya sabían lo que íbamos a hacer y decidieron imitarnos,
Alba se había puesto el conjunto que le había regalado, era una pena ver como el sujetador cumplía su labor pero en aquel caso innecesario, y las braguitas tapaban solo lo justo, sus labios estaban perfectamente definidos y los lamí hasta que los aparté con la legua misma haciendo que se abriera toralmente el clítoris parecía que me iba conociendo y cada vez se ponía más duro y sobresalía más.
Le lamí el culo, ella seguía insistiendo que quería que la follara lo mismo por delante que por detrás, la verdad que como iba con el máximo cuidado no notaba apenas la diferencia, yo sí, el culo tenía un roce sedoso y el coño vibraba con sus pliegues, pero me hacía correr igual.
Cuando volvíamos a casa en el coche mi madre nos enseñó que en el bolso llevaba su sujetador y sus bragas, Benito mientras conducía le acariciaba el coño al mismo tiempo que ella le había abierto el pantalón y le tenía la polla en el puño.
Alba se tumbó en el asiento de detrás apoyando su cabeza sobre mí regazo, mi mano se metió entre sus piernas y su boca atrapo mi polla, ya muy cerca del pueblo mi madre se corrió en la mano de Benito, este ya lo había hecho sobre su pantalón.
Alba había manchado el asiento con sus jugos y yo había salpicado el respaldo de delante con mi corrida.
Nos dejaron en la puerta y después de lanzarnos unos besos al aire se volvieron a su casa.
Cuando entramos en el bar mi madre y yo éramos el centro de las miradas, entramos cogidos del brazo y con cara de felicidad.
Ya en nuestra habitación Clara dejo caer su vestido al suelo y se fue a la ducha directamente, yo la esperé y con una toalla me crucé con ella en el pasillo.
Cuando volví a mi habitación, mi madre estaba en la cama, pero no en la suya, sino en la mía.
Continuará
1 comentarios - Mi timidez y mis tías 39