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Walter (Relato Cuckold)



El trabajo,el estudio, la familia, los quehaceres cotidianos…
A vecespasan meses casi sin que nos demos cuenta en algunos aspectos.
 
Hacía yacomo un año que yo no sabía si mi mujer se estaba divirtiendo afuera de casa.
Si sé que enocasiones lo ha hecho incluso adentro, con otros…
Que ellatuvo y tiene amantes es una realidad conocida a esta altura.
Pero comodije, las múltiples responsabilidades de la vida, no me habían dejado husmearmucho en eso, cómo tampoco habían permitido que ella dé señales claras.
Lo másnovedoso en este caso, es que ella había comenzado hace algunos meses a ir al  Gimnasio. Algo que nunca antes había hecho, salvo por unas pocas semanas.



Walter (Relato Cuckold)




Hay sinembargo, una situación que ella adora provocar: Le encanta dejar su celular a mano,mientras ella no está, porque sabe cuanto me tienta indagar.
Las últimasveces había decidido no precipitarme a hacerlo, pero esta vez mi decisión fueotra: Tomé el teléfono en las manos y fui directo a “contactos”, ahí vería siencontraba algún contacto sospechoso o algún contacto que me llevara a posiblesconversaciones de WhatsApp.
 
Mi búsquedaarrojó un total de 4 muchachos.
4potenciales candidatos, de los cuales descarté dos muy rápidamente: “Maxi Facu”no era en efecto más que “Maxi Facu” y el electricista, realmente era un señorque ejercía tal vocación y no un joven oculto que, bajo ese mote, se encargabade bajar la ropa interior de mi esposa.
 
“La vida noes como los relatos o las películas”, me estaba diciendo a mi mismo;
Cuando derepente hallé a un tal “Rafa Chongo”.
Me reí solodel descaro de mi mujer, de ponerle ese nombre en la agenda, siempre tanrecatada ella…
 
Sin muchopreámbulo me mandé el contacto a mi propio WhatsApp, y desde mi teléfono lecomenté la situación:
“Hola Rafa.Ví tu número en el teléfono de mi mujer. Quedate tranqui que yo sé que ellatiene amantes. Somos bastante liberales…Pero la curiosidad mató al gato,ustedes se están viendo actualmente?”
Tuve queesperar mis buenas 2 horas, me fui a prepararme algo para picar, dejando elmensaje con una doble tilde azul que evidenciaba que había sido leído.
Cuandovolví:
“Hola, quetal? Rafa de este lado. Qué buena onda que la compartas. Si, algo me estuvocontando ella…Mira, nos vimos un par de veces hace un tiempo. Pero hace untiempo ya que no sé nada de ella. Igual, ya que está todo bien, te digo laverdad; me moriría de ganas de cojermela de nuevo. En que anda ella?”
 
Me quedéhablando unos minutos con Rafa, pero había algo aún más interesante que meesperaba. No un amante ocasional de mi mujer, sino uno actual y en función…
Me despedíde Rafa y busqué el otro contacto que había recolectado del teléfono de ella;el 4to. Y último…
 
Este notenía nombre.
Era solo elnúmero, guardado como tal.



Walter (Relato Cuckold)


 
Así loagende en mi celular.
Y aprovechandoque mi mujer se había ido a bañar, volví a tomar su teléfono para corroborarsobre este asunto.
 
No habíatenido la vez anterior, la posibilidad de espiar sobre la actividad de ella conrespecto a ese misterioso puñado de sílabas.
Cuando ingreséal ícono de whatsapp presente dentro de la información de contacto, se abrióante mis ojos una conversación entre ellos dos.
Lo quefiguraba eran 3 fotos que él le había enviado (2 personales y una últimamostraba directamente un primer plano de su pija al palo).
A lo que misanta esposa respondía “Uy nene, no aguanto hasta el Lunes…”



Walter (Relato Cuckold)




En medio dela conversación leyó que ella le decía “Walter”.
Walter sehabía conocido con ella evidentemente cuando compartían turno en el gimnasio,el turno de la tarde temprano, tipo 2.
Hacía unasemana y unos pocos días más que ella había tenido que cambiar ese turno por elde la tarde-noche por un cambio en sus horarios del laburo.
 
“Walter”, vaal gimnasio a las 2, lunes y jueves.
Óptimainformación. Se me ocurre algo entretenido…
 

Walter (Relato Cuckold)


 
El “Lunes” cuya espera mi mujercita no aguantaba había sidoexactamente 7 días atrás, el Lunes pasado. Posteriormente a eso, se habíanvisto una vez más, pero habían concretado cita vía llamado.
 
Este Lunes en cambio, yo iba a divertirme un rato.
Si es que mi plan resultaba, claro…
“Que tal, buen día. Estoy buscando a Walter…”, me presenté enla recepción del gimnasio a las 14.10
“Que tal si, ¿Walter…sabes el apellido?”
“Mmm…no, la verdad me lo dijo pero ahora no me lo acuerdo…élme pidió que venga. Yo vendo suplementos vitamínicos”
“Ah, bueno, igual debe estar ahí en el salón 3, pasá siqueres, no hay problema…”
“Bueno, muchas gracias eh…”
 
Me mandé como quien no quiere la cosa pa´ adentro (¿Por qué confíanque alguien que no trae ningún tipo de portafolio, valija o bolsa va a venir avender productos…? En fin…)
 
“¿Hola, discúlpame. Vos sos Walter?”
“No, yo soy su entrenador. Ese que está allá en el fondo esWalter”
 
Ya me había escuchado llegar y preguntar por él así que seadelantó a mi saludo
“Hola, como va? ¿En qué te puedo ayudar, contame?”
 
Yo ya tenía mi plan diagramado, en un 80% digamos…
Pero la imagen espontánea del tipo que ya sabía se cogía a mimujer, igual fue intensa.
 
“Que tal Walter. Cómo andas che? Eh…mira, yo soy vendedor.Vendo esta línea de productos “Nitro-tech” (si la hacemos, la hacemos bien.Siempre).
 
“Ah, sí conozco. Hace poco estuve comprando…muy bueno eh”
 
“La verdad sí, yo hace un tiempo le estoy proveyendo algimnasio y le vendo particularmente a varios clientes de acá, viste”
 
“Aha, claro…”
 
“Bueno, mirá…ahora te dejo tranqui. Porque te voy a joder tutiempo de ejercicio. En cuánto terminas vos?”
“En una hora”
“Ok Walter, te parece si en una hora y un rato nos vemos.Terminas, te bañas tranca y después nos cruzamos en el bar del gimnasio. Por unlado tengo un producto nuevo para regalarte, para que lo pruebes, le estuvedando frascos de muestra a los chicos y quedaron contentísimos te digo…y ademástengo una consulta para hacerte…”
 
“Si, encantado che. Ningún problema, dale. Todo bien.”
 
Me preguntó mi nombre. Se lo dije y me dispuse a esperar la2da. Etapa del plan perfecto…
 

Walter (Relato Cuckold)


 
Pasada lahora señalada, que casi ni vi pasar…
Aprovechépara bromear con mi esposa vía WhatsApp acerca del tal fallido “Rafa”
“Si, tieneuna linda verga, bastante linda, pero es medio pesado…Me lo monté un par deveces y lo terminé fletando…”
Un compiladode sutilezas mi esposa…
 
“Bueno acáestamos…”
“Acá estamosWalter. Cómo estuvo eso?”
“Bien.Agotador pero necesario…”
“Y si, estábueno ejercicio, el cuerpo lo pide, no?”
“La verdadque si”
“Aunque elmejor ejercicio se hace de a 2 con una mujer, o no?”
 
Walter serió con ganas. No se esperaba mi comentario.
 
Le regalé alsusodicho el frasco de muestra que hábilmente me había encargado de conseguirde antemano con 2 folletos.
Le dí unaexplicación acerca de los beneficios del suplemento, que aunque no se crea, fuepasable.
 
“Me habíascomentado que necesitabas consultarme algo…”
 
“ExactamenteWalter. Mira…como te comenté, yo le estoy proveyendo esta línea de productos algimnasio, y además les vendo a varios clientes en forma particular…”
“Aha.”
“Y pasó quehabía una chica a la que yo le vendía, que venía acá en este mismo turno, y nosé qué pasó que no la vi mas…Me quedó debiendo algo de plata, pero además mehabía encargado unos cuantos productos y unas cremas que al final no se llevó…”
 
Mi sorpresafue descomunal. Realmente creí que mi plan era bueno, pero no sabía que podríafuncionar todavía mejor de lo que imaginé:
 
Waltersencillamente agarró su teléfono, marcó un contacto y llamó “Hola hermosa, cómoestás? Me extrañaste? Yo también. Tengo bastantes ganas…de verte…bueno,escuchá, te llamo porque hay señor acá, un vendedor. Que dice que le debesguita (le hablaba jocosa y socarronamente), y que tenés que venir a buscar unascosas que le compraste. Bueno dale, ponete las pilas…Beso hermosa.”
Yo hacía loimposible para pilotear la situación y mantener la seriedad del plan en píe.
“Dice que nose acuerda, pero que ni bien se desocupe viene y arregla con vos…” Me comentóél ni bien corto.
 
Yo, yaobsesionado con lo lúdico que era el momento;

“Ah bárbaro Walter. Bueno, te agradezco mucho eh. Perdón que me meta…Ella es tupareja…o algo?”
 
“Mmm…noexactamente pero algo de eso hay…”
 
“Y comosería No exactamente, pero algo de eso hay…”
 
“Bueno, comoquizás habrás notado por el tono en la llamada, me la cojo hace un tiempo”
 
La situaciónya era atrevida, ya era intrépida, ya era interesante, pero ahora además eraexcitante.
 
Intenté usarel humor como medio de disimulo.
“Ah, miráque suertudo”.
 
 
A partir deese momento me propuse rescatar todo el material e información que fueraposible rescatar.
 
Me puse enplan “hombre a hombre”. Que se divierten compartiendo información sobre supresa sexual. Por decirlo de un modo selvático.
 
Así logréque Walter. El a esta altura ya famoso Walter.
Me cuentecosas maravillosas
Y me muestrealgunas fotos maravillosas.
 
Parecíadivertirle realmente mucho la situación.
Se notabaque estaba disfrutando de exhibir su trofeo femenino.
 
“Mirálas fotos que me manda, es una turra. Es divina. A mi me mata. Al marido lohace super cornudo y según me cuenta al tipo le copa. Son lo que llaman una“pareja cuckold”. Algo conozco. Estuve buscando algúnas cosas”
 
Yono podía creer el alcance que había tenido mi plan. Era impresionante.
 
“Ah,si? Que loco! Mirá vos…”
 
“Si,fuera de joda que es apasionante esto. Ella es hermosa y está super buena. Meencanta cojerla. Pero además me re calienta mal lo del cuckold. Cojerle lamujer a otro de esta forma me encanta. Me da mucho morbo. Mirá esta foto se lasaqué en un telo la semana pasada:”

Walter (Relato Cuckold)


 
Miinterrupción en seco dejó a Walter sorprendido y con una sonrisa.
 
“Walter comote dijo Lorena que se llama su esposo…?
 
“El cornudo?German.”
Tendí mimano y le dije “Mucho gusto Walter, soy German”
 
Walter serió
“No daleboludo, me estas jodiendo”
(No sabía sisentir vergüenza, si reírse, si ponerse nervioso…)
“Claramenteno soy vendedor de nada. Quería averiguar quién se cogía a mi esposa”
“No te lopuedo creer Germán.”
“Jaja.Mantengamos la confianza como hasta ahora. Ya sabes que yo estoy a gusto contodo esto”
“Obvio! Quemaestro. Bueno, te felicito. Tenes una esposa espléndida.”
“Ah sí? En quésentido espléndida...?”, le dije riéndo.
 
“En elsentido de cómo coje”
Nuestracharla solo era acompañada por ruidos de las maquinas y exclamaciones de doloro esfuerzo de los clientes del gym desde otro salón. Ahí estábamos en extremoen solitario. Ni el encargado de la barra estaba.
 
Walter nopudo contenerse.
Puso suteléfono en mi mano
“Tu esposa yyo, el jueves pasado”, me dijo



Walter (Relato Cuckold)




“Además hayun tercero que les saca las fotos??”
“Jaja, no.Pusimos un celu en automático”
 
“Están en tucasa ahí?”
“Si, eso esen casa. También me la cogí en un par de telos. Y en uno de los cambiadores deacá me la chupó. Es impresionante como chupa la pija tu esposa…”
“La verdad,si”
“Tenés unamujer realmente puta German. Es re pajera ella. Muy calentona. Perdón que me pongaasí, a mi me encanta contar estas cosas. Pensá que para mi es un sueño contarleesto al marido de ella…”
“Y para milo es escucharlo…me encanta compartirla. No tengas tapujos para contarme”
“Jaja,bueno. De todo hicimos. Yo no lo podía creer cuando la 3era vez que nos veíamosle dije al pasar mientras estaba re caliente que me moría por cogerle el culo,y la 4ta. Vez que nos vimos, sin más, se lo cogí. Me lo entregó en bandeja. Ledolió un toque pero le encantó mal”
 
“Tenés ganasde divertirte todavía más Walter…?”
“Más vale…”
 
Bueno,seguime. Tengo más propuestas.
“Más??” mepreguntó asombrado.
“Si, pero note olvides tu suplemento…”, le dije señalando la mesa.
Se rióespontáneamente.
 
Seguimos lacharla en la plaza que quedaba justo en la esquina.
“Siemprepensé que sería muy divertido lo siguiente…” le adelanté
Y le comentéuna nueva fase de mi plan.
Está vez, yatenía “colaborador”, podríamos llamarlo así.
 
Ellos seiban a juntar en la casa de Walter
A verCocineros argentinos? No.
A Jugar al chinchón?No.
A opinarsobre comercio exterior? Tampoco.
Se iban ajuntar a garchar a 1000. Si.
 
 
Lahabitación de el daba a una suerte de comedor. Me di cuenta cuando llegué a sucasa y amablemente me invitó a pasar y me sirvió un vaso de agua saborizada.
Desde ahí seescuchaba todo.
Y ahí fueque me quedé esperando los 10 minutos que restaban para que mi mujercita letoque el timbre.
En elcomedor sí, pero el que iba a comer era Walter.
 
No puedoexplicarles lo fascinante que es escuchar durante una hora y media a tu propiaesposa gozando como una perra con otro tipo.





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El broche de oro llegó cuando él tuvo una ocurrencia fatal:
“Quiero acabarte en la boca y que saludes a tu marido así nibien lo veas”
 
Así ocurrió.
 
Y 2 horas más tarde recibí, en una plaza, el beso de mi mujermás particular de la historia.
 
Antes me había escabullido y salido de la casa mientras ellosse vestían.
Dejando las llaves en el jarrón como el plan señalaba.
 
Pero mis planes jamás terminan.
Y menos que menos ahora
Con la valiosa colaboración de un corneador entusiasmado ydispuesto a todo.
 
¿Cuál sería la próxima gran ocurrencia?
 
La misma.
Solo que está vez.
Cuando Lorena llegase
 
No lo vería solo a él
 
Sino también a mí.
Dispuesto a ver la función.
 
 
Qué buena idea la de mi esposa de empezar el gimnasio.
Qué bueno es el ejercicio…
 


 
 
 
Continuará…



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5 comentarios - Walter (Relato Cuckold)

Andee77
Quiero que salga la segunda parte!