no es nada más y nada menos que el proceso para mi sagrado de la masturbación. Ninfómana consumida, no tengo vergüenza ni reparo en reconocer, que a falta de hombre que cual perra me ponga a cuatro patas y me coja hasta dejarme satisfecha necesito a diario una sesión de masturbación intensa, que me haga sentir húmeda, me recuerde lo sumamente sumisa que soy, el deseo interior que tengo de sentir la fuerza y brutalidad de un macho, abrirme de piernas y mostrar mi flor al mundo, gritar y gemir tan alto que todo la ciudad escuche que hay una hembra en celo clamando una buena cogida
Son las 12 de la noche, y como en todos aquellos días en los que no tengo a nadie que me pueda saciar como mujer, ha llegado el momento de la sagrada y divina masturbación. Mi hija duerme, y ya nadie puede impedir que saque fuera la perra que llevo dentro.
Voy a mi cuarto, y me visto bien perra, Una falda roja bien cortita finas medias de red , altos y lo más importante, una tanga de hilo, de esas que se meten bien dentro de mi cola
Ya vestida me dirijo a la cocina, y agarro una botella de aceite, el mismo que se usa para comer, nada mejor para mojarte el ano antes de una buena cogida. Ya sólo falta lo mejor. Una buena pija de goma, larga y ancha,
Con todo ello, me dirijo al living, apago las luces dejando sólo la tenue luz de una vela, y comienza el ritual. Dejo el pene en el suelo, reservando para el final. Las prisas me entran, la respiración comienza a ser profunda. Excitada me siento, dejo mi cuerpo caer sobre el sofá, y me abro de piernas, todo lo que puedo. Lentamente, llevo mi mano hacia abajo, metiéndola en mi falda, y colocando mi mano abierta sobre la totalidad de mi carnosa vagina. Comienza el masaje. Apretando con fuerza, rozo mi vagina, por encima de mi tanga, ya metido completamente entre mi culo. Cierro los ojos, y disfruto. Mi vagina comienza a palpitar. Mis labios están cada vez más abiertos, como si gritasen por recibir algo dentro.
No lo puedo aguantar, tengo que penetrarme. Como poseída, rompo mis medias, con una de mis manos aparto mi tanga, y con la otra… la otra va directa hasta dentro. Junto dos de mis dedos, y con fuerza los empujo hasta que me llegan dentro del alma. Comienzo a gemir, comienzo a morder mis labios. ¡Qué puta soy! , lo único que merezco es que me den pijas en la cara, sé que lo estás pensando igual que yo. Sé que ahora mismo muchos de ustedes me meterían la pija por la boca hasta que llegue a mi garganta y se correrían dentro de mí. O quizás tirarían de mi pelo mientras echan su leche en mi cara.
Me siento genial, me gusta sentirme así, sentirme cogida, pero necesito sentir la fuerza, sentir el dolor, sentir que me abren el culo sin pensar en mí. Me quito la falda, quedando sólo en tanga y medias. Me tiro al suelo desesperada. Que perra me siento. No puedo evitar ponerme a cuatro patas, llevar mi cara al suelo, alzar mi culo como una hembra en celo. Agarro la botella de aceite, la abro. Aparto mi tanga, pegado a mi ano. Vuelco la botella, la invierto, juntando la boquilla de la botella sobre mi culo, casi metiéndomela dentro de lo mucho que lo deseo. Meto dentro la punta de la botella. Entra con fuerza, y me duele. Me duele mucho, grito como una perra. El aceite comienza a salir, me llena el culo por dentro. El resto sale, mojando todo el suelo. La botella se termina, no me cabe dentro y la saco, tirándola al suelo.
Me froto el clitoris con una mano. La otra, la llevo a mi ano, y me meto dentro el dedo Comienzo a cogerme el culo. Ahora mismo, veo el cielo. Lo deseo, lo amo, lo necesito. Quiero estar siempre así, penetrada, unida a un macho.
Alzo la cabeza, y veo la enorme pija de goma. Me está llamando, me está esperando. Parece que cobra vida. Quiere que esta noche sea su hembra, su perra. La pongo de pie en el suelo, no lo puedo aguantar. Voy a ser su puta esta noche. Me levanto y de cuclillas, lentamente me dejo caer, sentándome encima. La punta de la pija comienza a violar mi ano. Comienza a entrar en mí. Como la pija de un macho. De un señor maduro. De esos que me azotan mientras me cogen. Ya está dentro. Ha entrado dentro de mí. Como una puta, porque es lo que soy, una sucia puta, comienzo a cogerme . Me levanto y me dejo caer, una y otra vez, mientras mi cola es cogida . No lo puedo aguantar, la excitación se adueña de mí. Con la pija de goma dentro, me pongo a cuatro patas. Ahora soy una perra, mas que caliente y puta
Saco la pija de mi culo, la rozo por mis pechos, y la llevo hasta mi boca. Comienzo a hacerle una felación. La recorro de arriba abajo con la lengua. El sabor es indescriptible, sabe a sucio, a perra, a pasión, . Me la meto dentro de la boca y chupo con fuerza. froto mi vagina mientras, fuerte con ansias, estimulando mi clítoris.
No lo puedo aguantar, y acabo como la perra que soy y me siento , desde que entre aca estoy cada dia mas perra y sexual y al no estar mi esposo me tengo que tocar asi y hacerme sentir bien perra
Son las 12 de la noche, y como en todos aquellos días en los que no tengo a nadie que me pueda saciar como mujer, ha llegado el momento de la sagrada y divina masturbación. Mi hija duerme, y ya nadie puede impedir que saque fuera la perra que llevo dentro.
Voy a mi cuarto, y me visto bien perra, Una falda roja bien cortita finas medias de red , altos y lo más importante, una tanga de hilo, de esas que se meten bien dentro de mi cola
Ya vestida me dirijo a la cocina, y agarro una botella de aceite, el mismo que se usa para comer, nada mejor para mojarte el ano antes de una buena cogida. Ya sólo falta lo mejor. Una buena pija de goma, larga y ancha,
Con todo ello, me dirijo al living, apago las luces dejando sólo la tenue luz de una vela, y comienza el ritual. Dejo el pene en el suelo, reservando para el final. Las prisas me entran, la respiración comienza a ser profunda. Excitada me siento, dejo mi cuerpo caer sobre el sofá, y me abro de piernas, todo lo que puedo. Lentamente, llevo mi mano hacia abajo, metiéndola en mi falda, y colocando mi mano abierta sobre la totalidad de mi carnosa vagina. Comienza el masaje. Apretando con fuerza, rozo mi vagina, por encima de mi tanga, ya metido completamente entre mi culo. Cierro los ojos, y disfruto. Mi vagina comienza a palpitar. Mis labios están cada vez más abiertos, como si gritasen por recibir algo dentro.
No lo puedo aguantar, tengo que penetrarme. Como poseída, rompo mis medias, con una de mis manos aparto mi tanga, y con la otra… la otra va directa hasta dentro. Junto dos de mis dedos, y con fuerza los empujo hasta que me llegan dentro del alma. Comienzo a gemir, comienzo a morder mis labios. ¡Qué puta soy! , lo único que merezco es que me den pijas en la cara, sé que lo estás pensando igual que yo. Sé que ahora mismo muchos de ustedes me meterían la pija por la boca hasta que llegue a mi garganta y se correrían dentro de mí. O quizás tirarían de mi pelo mientras echan su leche en mi cara.
Me siento genial, me gusta sentirme así, sentirme cogida, pero necesito sentir la fuerza, sentir el dolor, sentir que me abren el culo sin pensar en mí. Me quito la falda, quedando sólo en tanga y medias. Me tiro al suelo desesperada. Que perra me siento. No puedo evitar ponerme a cuatro patas, llevar mi cara al suelo, alzar mi culo como una hembra en celo. Agarro la botella de aceite, la abro. Aparto mi tanga, pegado a mi ano. Vuelco la botella, la invierto, juntando la boquilla de la botella sobre mi culo, casi metiéndomela dentro de lo mucho que lo deseo. Meto dentro la punta de la botella. Entra con fuerza, y me duele. Me duele mucho, grito como una perra. El aceite comienza a salir, me llena el culo por dentro. El resto sale, mojando todo el suelo. La botella se termina, no me cabe dentro y la saco, tirándola al suelo.
Me froto el clitoris con una mano. La otra, la llevo a mi ano, y me meto dentro el dedo Comienzo a cogerme el culo. Ahora mismo, veo el cielo. Lo deseo, lo amo, lo necesito. Quiero estar siempre así, penetrada, unida a un macho.
Alzo la cabeza, y veo la enorme pija de goma. Me está llamando, me está esperando. Parece que cobra vida. Quiere que esta noche sea su hembra, su perra. La pongo de pie en el suelo, no lo puedo aguantar. Voy a ser su puta esta noche. Me levanto y de cuclillas, lentamente me dejo caer, sentándome encima. La punta de la pija comienza a violar mi ano. Comienza a entrar en mí. Como la pija de un macho. De un señor maduro. De esos que me azotan mientras me cogen. Ya está dentro. Ha entrado dentro de mí. Como una puta, porque es lo que soy, una sucia puta, comienzo a cogerme . Me levanto y me dejo caer, una y otra vez, mientras mi cola es cogida . No lo puedo aguantar, la excitación se adueña de mí. Con la pija de goma dentro, me pongo a cuatro patas. Ahora soy una perra, mas que caliente y puta
Saco la pija de mi culo, la rozo por mis pechos, y la llevo hasta mi boca. Comienzo a hacerle una felación. La recorro de arriba abajo con la lengua. El sabor es indescriptible, sabe a sucio, a perra, a pasión, . Me la meto dentro de la boca y chupo con fuerza. froto mi vagina mientras, fuerte con ansias, estimulando mi clítoris.
No lo puedo aguantar, y acabo como la perra que soy y me siento , desde que entre aca estoy cada dia mas perra y sexual y al no estar mi esposo me tengo que tocar asi y hacerme sentir bien perra
10 comentarios - yo sola me hago sentir una buena trola