¡Hola gente! Nuevo relato para ustedes, esta vez con imágenes ilustrativas..! Espero que sea de su agrado. Comenta y comparte. Si te sobran algunos puntitos, son bienvenidos. Tengo otros relatos anteriores. Si te interesan acá están. Muchas Gracias.
http://m.poringa.net/posts/relatos/3195340/Recuerdos-de-mi-Primera-Vez.html
http://m.poringa.net/posts/relatos/3193072/Domicilio-Compartido.html
http://m.poringa.net/posts/relatos/3187249/Clases-Particulares.html
http://m.poringa.net/posts/relatos/3194266/El-Problema-de-mi-Mejor-Amigo.html
http://m.poringa.net/posts/relatos/3191285/Companera-de-Facultad.html
La Hermana de mi Novia.
Melisa y yo fuimos novios durante varios años. Nos conocimos en el Colegio Secundario y era nuestro último año juntos. Ella junto a todos mis compañeros emprendian el viaje a Bariloche. Yo me quedaba en casa, ya que mis padres no pudieron costear el viaje. ¿Vas a venir a despedirme? -me preguntó-. ¡Obvio amor -le dije- y voy a esperar tu regreso!. Llegué a su casa y mi cuñada abrió la puerta. Carolina era cinco años mayor y la única hermana de mi novia. ¡Melisa está en su cuarto -me dijo- no demoren!. Subí las escaleras y fui hasta su habitación. ¿Porqué tardaste tanto? -me preguntó mientras se bajaba las calsas-. Bajé mis pantalones para penetrarla por detrás. La follé a las apuradas con la puerta abierta. ¡Se hace tarde! -gritó su padre interrumpiendo-. Nos despedimos con un beso, ante la atenta mirada de su familia. Al verla alejarse con sus padres, no pude evitar mi enfado.
¡No te sientas mal -me dijo Carolina- yo tampoco fui a Bariloche!. Sonreí y me despedí de ella, pero sorpresivamente me invitó a tomar algo. Acepté y me recosté sobre el sillón. Ella se sentó a mi lado y trato de consolarme. Yo estaba bastaste triste y de repente ella se acercó y comenzó a besarme. No entendí que estaba sucediendo, pero disfrute de su deliciosa boca. ¡Para que no extrañes tanto a mi hermanita! -me dijo-. Estaba mudo, sin poder hablar. ¿Qué queres tomar? -me preguntó-. ¡A vos! -le dije mientras me acercaba-. Su boca era dulce y su lengua increible. Acaricié sus senos por encima de su vestido y ella pareció disfrutarlo.
Descubrí sus hermosos pechos y lamí sus pezones con ganas. Sus tetas suaves y sabrosas me encantaron, eran mayores que las de mi novia. Seguí acariciandola mientras volvia a su boca. ¡Quiero sentir tu lengua dentro mío! -me pidió-. Subí su vestido y quité su ropa interior. Ella se recostó con sus piernas abiertas y yo me incliné para saborear su atractiva vagina. Recorrí sus labios con mi lengua y Carolina se estremecia de placer. Su concha caliente y húmeda era un verdadero manjar. Mis sentidos estaban a tope. Mis manos acariciaban su cuerpo, desde sus piernas hasta sus increibles senos y mi lengua disfrutaba con sus jugos.
Me alejó un instante y desprendió mi pantalón. ¿Tenés algo para mí? -preguntó divertida-. Sacó mi pene y empezó a masturbarlo suavemente, luego con su lengua mojada lo recorrió desde mis huevos hasta mi glande. Chupó mi pija con verdadera pasión. Mi pene erecto en su cálida boca vibraba, era una delicia sentir su lengua. Se arrodilló sobre el sillón y la penetré por detrás. Mi cuñadita era una mujer realmente deliciosa. Comencé a cojer su conchita húmeda mientras ella gemia gustosa. Mi pene entraba y salia de su vagina, estaba cerca de acabar. ¡Aún no! -me dijo-. Me pidió que me sentara y empezó a montarme. Aproveché para saborear sus senos que rebotaban frente a mi rostro. Apretaba con fuerza sus tetas y sus glúteos. Era una cojida increible, su concha succionaba mi pene. Sus gemidos aumentaban junto con el ritmo de su montada. Acabé dentro de ella, mi semen caliente entró bien profundo. Terminamos agitados y agotados. Mi esperma chorreaba por su concha hasta mis piernas. Carolina temblaba y me besó apasionadamente. ¡Cuando extrañes a mi hermanita -me dijo- vení a verme!.
Nos despedimos y volví a casa tranquilamente, la frustración que tenia se habia ido. Mis próximos dias iban a ser bastante interesantes.
FIN.
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La Hermana de mi Novia.
Melisa y yo fuimos novios durante varios años. Nos conocimos en el Colegio Secundario y era nuestro último año juntos. Ella junto a todos mis compañeros emprendian el viaje a Bariloche. Yo me quedaba en casa, ya que mis padres no pudieron costear el viaje. ¿Vas a venir a despedirme? -me preguntó-. ¡Obvio amor -le dije- y voy a esperar tu regreso!. Llegué a su casa y mi cuñada abrió la puerta. Carolina era cinco años mayor y la única hermana de mi novia. ¡Melisa está en su cuarto -me dijo- no demoren!. Subí las escaleras y fui hasta su habitación. ¿Porqué tardaste tanto? -me preguntó mientras se bajaba las calsas-. Bajé mis pantalones para penetrarla por detrás. La follé a las apuradas con la puerta abierta. ¡Se hace tarde! -gritó su padre interrumpiendo-. Nos despedimos con un beso, ante la atenta mirada de su familia. Al verla alejarse con sus padres, no pude evitar mi enfado.
¡No te sientas mal -me dijo Carolina- yo tampoco fui a Bariloche!. Sonreí y me despedí de ella, pero sorpresivamente me invitó a tomar algo. Acepté y me recosté sobre el sillón. Ella se sentó a mi lado y trato de consolarme. Yo estaba bastaste triste y de repente ella se acercó y comenzó a besarme. No entendí que estaba sucediendo, pero disfrute de su deliciosa boca. ¡Para que no extrañes tanto a mi hermanita! -me dijo-. Estaba mudo, sin poder hablar. ¿Qué queres tomar? -me preguntó-. ¡A vos! -le dije mientras me acercaba-. Su boca era dulce y su lengua increible. Acaricié sus senos por encima de su vestido y ella pareció disfrutarlo.
Descubrí sus hermosos pechos y lamí sus pezones con ganas. Sus tetas suaves y sabrosas me encantaron, eran mayores que las de mi novia. Seguí acariciandola mientras volvia a su boca. ¡Quiero sentir tu lengua dentro mío! -me pidió-. Subí su vestido y quité su ropa interior. Ella se recostó con sus piernas abiertas y yo me incliné para saborear su atractiva vagina. Recorrí sus labios con mi lengua y Carolina se estremecia de placer. Su concha caliente y húmeda era un verdadero manjar. Mis sentidos estaban a tope. Mis manos acariciaban su cuerpo, desde sus piernas hasta sus increibles senos y mi lengua disfrutaba con sus jugos.
Me alejó un instante y desprendió mi pantalón. ¿Tenés algo para mí? -preguntó divertida-. Sacó mi pene y empezó a masturbarlo suavemente, luego con su lengua mojada lo recorrió desde mis huevos hasta mi glande. Chupó mi pija con verdadera pasión. Mi pene erecto en su cálida boca vibraba, era una delicia sentir su lengua. Se arrodilló sobre el sillón y la penetré por detrás. Mi cuñadita era una mujer realmente deliciosa. Comencé a cojer su conchita húmeda mientras ella gemia gustosa. Mi pene entraba y salia de su vagina, estaba cerca de acabar. ¡Aún no! -me dijo-. Me pidió que me sentara y empezó a montarme. Aproveché para saborear sus senos que rebotaban frente a mi rostro. Apretaba con fuerza sus tetas y sus glúteos. Era una cojida increible, su concha succionaba mi pene. Sus gemidos aumentaban junto con el ritmo de su montada. Acabé dentro de ella, mi semen caliente entró bien profundo. Terminamos agitados y agotados. Mi esperma chorreaba por su concha hasta mis piernas. Carolina temblaba y me besó apasionadamente. ¡Cuando extrañes a mi hermanita -me dijo- vení a verme!.
Nos despedimos y volví a casa tranquilamente, la frustración que tenia se habia ido. Mis próximos dias iban a ser bastante interesantes.
FIN.
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