Nunca tuve inconvenientes a la hora del sexo, siempre fui muy abierto y por suerte nunca había escaseado, pero hace un tiempo note, que siempre el patrón se repetía, mujeres mas grandes que yo (en edad), de altas o bien proporcionadas, es decir, con buen culo o tetas, pero nunca me había cogido a alguien mas chica, en todo sentido, es decir delgadita, o con muy pocos "atributos". Cuestión a la que no le di mucha importancia, hasta que un dia llego al trabajo una chica de un aproximadamente 1,50; delgada, sin pechos, con una linda cola pero chiquita, unos años menor que yo y tampoco le di mucha importancia.
Fue pasando el tiempo y algo en mi empezó a latir, cada vez que la veía, la miraba con mas ganas, nuevamente me sentí como un nene, buscaba formas para charlar con ella, le hacia regalos sin que supiera que eran de mi parte, siempre muy al margen. Uno de esos días quedamos solos en el comedor de mi trabajo, charlando un poco de la vida, me decía que estaba cansada, por lo que de manera sutil comencé a hacerle un masaje, primero la note incomoda, pero luego empezó a dar señales de placer, para no dejar en evidencia que yo también lo estaba disfrutado, me hice el distraído y me fui a mi lugar, ella al pasar por al lado mio me dice bajito que le habían gustado los masajes, esa noche tuve sueños donde haba mucho sexo, mucho placer pero no veía su rostro, aunque al despertar sabia que era ella. Pase de empezar a mirarla con ganas, a tener morbosas fantasías. Un día junto valor y la invito a tomar algo, simple una cervecita en un bar, nada complicado, fuimos haciéndonos mas compinches hasta que un día salimos, era tarde recuerdo y ella estaba muy cansada, accedió a quedarse a dormir en casa, seguimos un poco la charla en mi habitación, ella en mi cama y yo en un colchoncito, nos relajamos empezamos a ponernos a tono y en una de esas le comento que ella era una persona con quien me gustaria hacer algunas cosas mas que salir y charlar, negada rotundamente, casi al punto del enojo, por creer que seriamos solo amigos, tuve que replantear mi situación, siendo que luego de mas y mas charla de a poco fue accediendo, no se si por curiosidad, aburrimiento o simplemente ya cansancio.
Empece a hacerle los masajes que tanto le habrían gustado, de a poco le toque los pechos, tan chiquitos como hermosos, le saque el corpiño y entre masaje y masaje acerque mi boca a sus pezones, rosados, pequeños, duritos, sensibles, ya casi estallaba de placer, le gusto.
Me beso en la boca y fue mi señal para acceder a mas, seguí masajeando pero de a poco bajando hacia su parte mas hermosa, ahí me entere que tenia la conchita mas linda que jamas había visto, suavecita, perfumada, delicada con todo el cuidado del mundo me acerque y le di un beso en el ombligo, para después empezar a bajar despacio, la note agitada, le empece a hacer sexo oral, pero mi morbo no era ese, mi objetivo era someterla y chuparle el culito, por lo que después de un ratito de recorrerle la conchita con mi lengua, la doy vuelta, me mira asustada y en cuatro le empiezo a chupar el culo, gritaba de placer mientras pasaba mi lengua por sus orificios.
Casi como una loca gira para chuparme la pija, de una manera tan fuerte, tan animal, tan deseosa que por poco acabo al instante, pero supimos controlar la situación, recorría mi pija con la lengua, jugaba con mis huevos y yo ya estaba en el cielo, de pronto no se en que momento empezó a cabalgarme seguí lamiendole los pezones y apretando la cola redonda, pequeña y firme.
Terminamos los dos juntos, agotados, encantados. Nos dimos una ducha, y dormimos. Al otro día cada uno siguió con su vida como siempre... Aunque los dos tenemos ganas de volver a jugar sin que nada mas importe.
Fue pasando el tiempo y algo en mi empezó a latir, cada vez que la veía, la miraba con mas ganas, nuevamente me sentí como un nene, buscaba formas para charlar con ella, le hacia regalos sin que supiera que eran de mi parte, siempre muy al margen. Uno de esos días quedamos solos en el comedor de mi trabajo, charlando un poco de la vida, me decía que estaba cansada, por lo que de manera sutil comencé a hacerle un masaje, primero la note incomoda, pero luego empezó a dar señales de placer, para no dejar en evidencia que yo también lo estaba disfrutado, me hice el distraído y me fui a mi lugar, ella al pasar por al lado mio me dice bajito que le habían gustado los masajes, esa noche tuve sueños donde haba mucho sexo, mucho placer pero no veía su rostro, aunque al despertar sabia que era ella. Pase de empezar a mirarla con ganas, a tener morbosas fantasías. Un día junto valor y la invito a tomar algo, simple una cervecita en un bar, nada complicado, fuimos haciéndonos mas compinches hasta que un día salimos, era tarde recuerdo y ella estaba muy cansada, accedió a quedarse a dormir en casa, seguimos un poco la charla en mi habitación, ella en mi cama y yo en un colchoncito, nos relajamos empezamos a ponernos a tono y en una de esas le comento que ella era una persona con quien me gustaria hacer algunas cosas mas que salir y charlar, negada rotundamente, casi al punto del enojo, por creer que seriamos solo amigos, tuve que replantear mi situación, siendo que luego de mas y mas charla de a poco fue accediendo, no se si por curiosidad, aburrimiento o simplemente ya cansancio.
Empece a hacerle los masajes que tanto le habrían gustado, de a poco le toque los pechos, tan chiquitos como hermosos, le saque el corpiño y entre masaje y masaje acerque mi boca a sus pezones, rosados, pequeños, duritos, sensibles, ya casi estallaba de placer, le gusto.
Me beso en la boca y fue mi señal para acceder a mas, seguí masajeando pero de a poco bajando hacia su parte mas hermosa, ahí me entere que tenia la conchita mas linda que jamas había visto, suavecita, perfumada, delicada con todo el cuidado del mundo me acerque y le di un beso en el ombligo, para después empezar a bajar despacio, la note agitada, le empece a hacer sexo oral, pero mi morbo no era ese, mi objetivo era someterla y chuparle el culito, por lo que después de un ratito de recorrerle la conchita con mi lengua, la doy vuelta, me mira asustada y en cuatro le empiezo a chupar el culo, gritaba de placer mientras pasaba mi lengua por sus orificios.
Casi como una loca gira para chuparme la pija, de una manera tan fuerte, tan animal, tan deseosa que por poco acabo al instante, pero supimos controlar la situación, recorría mi pija con la lengua, jugaba con mis huevos y yo ya estaba en el cielo, de pronto no se en que momento empezó a cabalgarme seguí lamiendole los pezones y apretando la cola redonda, pequeña y firme.
Terminamos los dos juntos, agotados, encantados. Nos dimos una ducha, y dormimos. Al otro día cada uno siguió con su vida como siempre... Aunque los dos tenemos ganas de volver a jugar sin que nada mas importe.
3 comentarios - Me calentó la flaquita