Siempre había deseado a mi prima Jimena en forma casi desmedida, ya que la pendeja suele ser muy provocativa y con la excusa de que somos primos se hace la mimosa y se me tira encima, yo siempre pienso que es por una cuestión de amor casi de hermanos o algo así, pero me es imposible evitar que en esos momentos se me ponga la verga como una roca, ya que Jime tiene unos atributos impresionantes.
Porta una figura deliciosa para sus 21 añitos, mas o menos un metro setenta y cinco, piernas largas y preciosas, una cola que parece una manzanita, de tamaño mediano, pero bien paradita, practicamente irresistible, unas tetas monumentales que siempre muestra orgullosa con sus ínfimos tops y remeritas hiper ajustadas, para colmo de males, sus ojazos verdes son capaces de hacerte soñar con solo mirarlos un minuto...
Con toda esta descripción, se podrá entender que aunque trato de mantener las distancias y relaciones normales con la familia, uno no es de piedra y si una belleza así viene y se te refriega toda a cada rato, es muy difícil no perder el control...
Mi presunto problema, comenzó una tarde en que pasé a saludar a mis tíos, me quedé un rato hablando con ellos hasta que apareció Jimena y como de costumbre, me abrazó y me besó mientras mis tíos se reían como diciendo; ¨Que lindos los chicos¨. El tema es que la nena llevaba puestos unos diminutos shorts, zapattillas y una remera cortada que dejaba su ombligo al aire con piercing incluído....
En seguida, mi prima me tomó de la mano y me dijo:
¨ Vení que tengo un cd nuevo buenísimo, te va a encantar!¨
Fuímos a su cuarto, donde tenía un muy lindo equipo de música y una nada despreciable colección de cd´s. Me senté en un pequeño silloncito, ella como si fuera lo mas natural del mundo, se sentó encima mío y poniendo el cd, comenzó a pasar los uno a uno los temas , como para hacerme escuchar un poco de cada uno. Tenerla a upa comenzó a excitarme terriblemente, yo llevaba pantalones de jogging y una remera, por lo que mi excitación y la dureza de mi miembro fueron apreciados inmediatamente por Jime, que dándose vuelta me miró y me dijo;
¨Que te pasa primo, te calienta tu primita?.¨
Yo, olvidando todo recato que pudiera tener, le tomé sus fabulosas tetazas por detrás mientras le decía al oído;
¨Siii primita, siiii, me volvés loco, si sos una bomba sexual, como podría no excitarme con cada uno de tus roces?¨.
Ella, apartándose de mí con cara de sorpresa y tono indignado, me respondió;
¨Pará loco, que te pasa?, estás mal?, somos primos y lo mío es cariño, nada más, le voy a contar a mis viejos zarpado!¨.
Yo no sabía que carajo hacer, ya que si mis tíos se enteraban, se iba a armar un terrible quilombo familiar, por lo que casi rogué:
¨No Jime, perdonáme, por favor, me dejé llevar, no sé que me pasó...¨
Endulzó enseguida un poco su expresión y algo más calmada me dijo:
¨Ok, por ahora no digo nada porque no quiero armar un lío por un malentendido, lo podemos arreglar nosotros, pero voy a tener que pensar si te perdono o no.....¨
¨Bueno, mirá, la verdad, esta situación me dá mucha vergüenza, pensá si podés perdonarme, yo me voy, chau.¨
La dejé allí en su cuarto, me levanté y me fui rápidamente, al bajar saludé a mis tíos y salí a la calle, donde solté un suspiro, necesitaba salir de esa casa, necesitaba huir. Si Jimena hablaba, toda la familia se pondría contra mí, como si fuera un degenerado incontenible.
Estuve todo el resto de la tarde sopesando las posibilidades y dándole vueltas a la idea de haberme desbocado así, aún sonaban en mis oídos las palabras que le había dicho a mi prima y sobre todo, perduraba en mis manos, la sensación de haber tocado y apretado esas enormes y hermosas gomas, el perfume de Jime todavía podía percibirse sobre mis ropas, embriagante y sensual, sobre todo, al relacionarlo con tan hermosa hembrita.
Finalmente, tras largas horas de dolores de cabeza y de preguntarme porque había actuado como un animal, me dormí hacia eso de las tres de la mañana, tuve un descanso algo intranquilo, me despertaba de a ratos, daba vueltas, en fin, una noche de mierda.
Me levanté a las ocho, me dí una rápida ducha y luego de vestirme, salí disparado para no llegar tarde al trabajo.
La jornada transcurrió con total normalidad, aunque con unos fuertes dolores de cabeza provocados por mi mal dormir y porque cada tanto me acordaba del lío familiar que tenía en puerta.
Luego de finalizado mi día laboral, al llegar a casa tenía un mensaje en el contestador, era Jimena, que con voz algo grave, me decía que pasaría a eso de las ocho, que teníamos que hablar largo y tendido, para tratar de resolver nuestro ¨problemita¨.
Miré mi reloj, faltaba sólo media hora para que mi prima llegara. En tiempo record me dí una ducha y luego de vestirme, preparé unos tragos y una pequeña tablita de quesos en la mesita del living, ni bien hube terminado de disponer todo, sonó el timbre, abrí la puerta y allí estaba Jimena, bellísima como siempre, con el cabello recojido en un rodete, unos jeans algo rotos y grandes y una remera blanca con unos personajes de caricaturas.
Me sonrió y preguntó si podía pasar, le dije que por supuesto, nos dimos un beso en las mejillas, nada de abrazos, era extraño saludarnos así...
Dejó su mochila sobre una silla y dirigiéndose al living, se sorprendió por la recepción:
¨Bien primo, muy buena bienvenida, vas ganando algunos puntos para que te perdone...¨
Yo sonriendo le pregunté:
¨Y que tendría que hacer para que me perdones del todo y podamos volver a ser los de antes?¨
Se sentó en un sillón individual y mirándome sensualmente me dijo:
¨Primito, lo hecho, hecho está, no podemos volver atrás, ya no podemos ser los mismos...¨
Yo bajé un poco la cabeza en señal de preocupación, ante lo que ella reanudó su embestida:
¨A partir de ahora, hay que ir hacia adelante, podemos ser algo mejor de lo que fuímos juntos...¨
¨Jime, que decís?, sos mi prima y te quiero, necesito que todo esté bien entre nosotros.¨
¨No te preocupes, todo va a estar muyyy bien entre nosotros, eso te lo aseguro.¨
Enseguida se levantó y volvió a sentarse, pero esta vez en el sofá, a mi lado, acercó lentamente su boca a mi oído y me susurro:
¨Quedáte tranquilo, no les voy a decir nada a mis viejos.¨
Fue como si el alma me volviera al cuerpo, sabía que ella era una persona de palabra, por lo que me tranquilicé sobremanera.
Ya mas relajados, comenzamos a beber y a comer un poco, mientras charlábamos de otras cosas, como si todo estuviera normal, como antes....
Jimena, como percibiendo mi tranquilidad, me advirtió:
¨Primo, mirá que igual vas a tener que hacer algo para que no cuente nada...¨
Yo, preocupándome de nuevo, pensé; ¨Uhhh, esta mina es una recontra histérica, primero me dice que no va a contar nada y ahora me viene con condiciones¨. Entonces le dije:
¨Bueno, a ver, que es lo que tengo que hacer?¨.
Lo único que dijo, fue:
¨Esto¨.
En seguida, apretándose contra mí, tomó mi cara con ambas manos y mordiéndome los labios, fue introduciendo de a poco su lengua en mi boca, yo, algo consternado, me separé de ella y le dije:
¨Pendeja, vos estás reloca, ayer te dije que me volvés loco, te pusiste re mal, yo también estuve tan mal que no pude dormir en toda la noche y ahora venís con esto?¨.
¨Sabés lo que pasa?, estaban mis viejos en casa, no podía arriesgarme a nada, no te dás cuenta que me recaliento yo también con tus roces y abrazos?, siempre les digo a mis amigas que vos sos mi modelo de hombre...¨
¨Pará loca, que modelo ni modelo, soy un tipo común....asi que te caliento?¨.
¨No sabés como!, me volvés loca!¨.
Entonces nos apretujamos nuevamente uno junto al otro y la besé apasionadamente. Sabíamos que estaba mal lo que hacíamos, pero no había parentesco alguno que pudiera contra la atracción física que teníamos uno por el otro, por otra parte, el sabor de lo prohibido era delicioso...y el de su boca, mas aún.
En ese momento me sentía como si nunca hubiese besado a otra mujer, esa hembra preciosa sorbía mi lengua y mis labios con desesperación, yo no dejaba de acariciar todo su cuerpazo por sobre la ropa. Cada tanto, cuando nuestras lenguas se daban un respiro, Jimena emitía entrecortados gemidos de excitación y placer. Su siguiente paso fue sacarme la remera a los tirones, yo hice lo propio con ella aunque con algo mas de delicadeza, sus pesadas mamas quedaron al descubierto, la pendeja trola no llevaba soutien, por lo que me quedé como encandilado viendo esos dos hermosos orbes mecerse de un lado a otro.
Ella, tomándose las tetas con ambas manos y llevándolas un poco hacia arriba, las humedeció con su propia lengua, cuando la ví hacerlo, pensé que me estallaría la bragueta, mi erección parecía incontenible. Apretando sus pechos con fuerza, me miró y con una sonrisa pícara y cómplice me dijo:
¨Te gustan mis tetitas primo?, que le vas a hacer a tu primita indefensa?¨.
¨Ahh pendeja, como no me van a gustar?, tenés las mejores tetas del universo y sos la hembra más hermosa que conozco, ahora tu primito te va a coger cada uno de tus agujeros, te voy a dar toda la noche para que veas lo desesperado que estoy por vos putita¨.
¨Ja ja, putita?, respetáme pendejo, soy tu prima!¨.
¨Vení hembrita, vení que te quiero ver toda desnuda, sacáte eso...¨
Jime desabotonó sus gastados jeans y se acercó a mí, apenas llegó a mi lado, bajé del todo sus pantalones, los tiramos por cualquier lado, luego ella desabrochó mis pantalones, que en cuestión de unos segundos estaban tan perdidos por el living como los de ella.
El bulto en mi calzoncillo era notorio, ella lo miró y riendo me dijo:
¨Que bultito tenés primo, me vas a dar todo eso?¨.
Yo, agarrándome la verga con una mano le dije:
¨Te voy
a dar todo lo que quieras diosa!¨.
Nos abrazamos y besamos lujuriosamente, ambos estábamos a tope, hirviendo. Mis manos no podían despegarse de sus gloriosas tetas, sus pezones estaban enormes y erectísimos, se los comencé a besar con dedicación, ella gozaba como una condenada, me dijo que sus tetas eran una de sus partes más sensibles, por lo que puse especial esmero en morderlas, besarlas y pellizcarlas a mi entero antojo.
Mientras le chupaba las tetas, le fui bajando poco a poco su tanguita blanca, que al poco rato, junto a mis slips, se unieron a nuestras demás prendas, vaya uno a saber donde...
Ahora que estábamos completamente en bolas, mi verga rozaba a cada rato su húmedo coño, la locura nos embargaba, no había ni queríamos que hubiese retorno de aquello.
Me senté en el sofá y le dije:
¨Vení Jime, mostráme lo que aprendiste en todo este tiempo¨.
Ella se arrodilló frente a mí y tomando con delicadeza mi tronco por la base, me dijo:
¨Ay primito, que poronga que tenés por dios!, te la voy a gastar de tanto chuparla, esta pija tiene que ser mía!¨.
Sin mediar otra palabra, abrió exageradamente su perfecta boca y se engulló todo mi palo erecto. En ese instante creí llegar a la gloria, se sentía increíblemente placentero, su boca alojaba perfectamente a mi pija, lo que junto a sus movimientos de lengua, labios y dientes hacían que mi entrega y relajo fueran totales. Me dio una felación como jamás imaginé que esa sensual boquita pudiera entregar, la vara de carne caliente entraba y salía de su boca empapada y brillante, las venas de mi pija parecían estar al límite, a punto de reventar, ella no se detenía ni un segundo para respirar siquiera, su labor era continua, chupaba magistralmente, aunque en unos minutos se tiró en el sofá boca arriba diciéndome:
¨Ahora es tu turno primo, vení y dale besitos a tu primita.¨
Estiró sus piernas hacia arriba y atrás, colocándolas casi detrás de su cabeza, eso me excitó mas de lo que estaba, nunca la hubiera imaginado tan pero tan putona. La piel de su vagina estaba en completa tensión por la acrobática postura que había adoptado, su hermoso botón de carne rosada asomaba prominente en la parte superior de su vulva, me zambullí con todo allí, con mi lengua dispuesta a no darle tregua, se lo chupé con fruición logrando que llegue al climax en poco rato, mi chupada era todo un deleite para ella que, cuando llegó al primer orgasmo, se paró y haciéndome acostar, se acuclilló de espaldas a mi y con un certero movimiento, se introdujo toda mi estaca y comenzó a galoparme como endemoniada. Desde mi posición podía observar su perfecta espalda llena de pequeñas pecas y lunares, su rodete de rojiza cabellera que empezaba a desarmarse debido a la ferocidad de sus sacudidas y sus imponentes tetas asomando por los costados y bamboleándose para todos lados. Jimena gritaba como poseída, parecía calentarle el recordar a cada rato nuestro parentezco, ya que en vez de llamarme por mi nombre, me decía indefectiblemente primo o primito, esto no me importaba gran cosa, de cierto modo, a mi también me calentaba ese aspecto de la relación.
En medio de su delirio y su desquiciante cabalgata sobre mi verga, me gritaba:
¨Siii primo, siii, claváte mas adentro, dame toda tu poronga, ahhhh como te siento, ahhhh te voy a dejar seco primito, te voy a sacar toda la leche que tengas, siiiiiii, ahhhhhh¨.
¨Así puta, cogéme cogéme, como me cabalgás perrita, no podés ser mejor que esto, sos una bestia!¨.
¨Ah, no puedo ser mejor que esto?, mirá¨.
Sacando mi pija de su concha que chorreaba jugos íntimos en forma copiosa, la tomó bien fuerte por la base, giró sobre mí hasta quedar ambos frente a frente, entonces volvió a clavarse todo mi pene erecto en su cueva caliente, me tomó por los hombros y me dijo:
¨Preparáte, nunca te cogieron así...¨
Dicho esto, comenzó a galoparme con un espasmódico movimiento de caderas a velocidad inverosímil, mi pija entraba y salía de su concha rapidamente, yo ahora podía agarrar y de vez en cuando chupar, sus tetas que se sacudían a la misma velocidad de su inusitada cogida, sus pezones eran fuente de regocijo para mis mordiscos y sus inmensas areolas quedaban brillantes y parecían oscuros oasis, ya que las llenaba de saliva a cada instante. Cuando bajaba un poco el ritmo de la cogida, acercaba su boca a la mía y me besaba con una lujuria y deseo que nunca antes había percibido en otra mujer. Ella dió sobradas muestras de haber acabado al menos tres veces, por lo que ya variaba los ritmos con más asiduidad.
En cuestión de unos pocos minutos mas, todo esto fue demasiado para mi ya elevadísima calentura y le dije:
¨Ahhh Jime, acabo, acabo, ahhhh¨.
Solo alcancé a sacar a medias mi verga que quedó casi entre los hermosos cachetes de su espléndido culo, un poco de mi abundante acabada quedó dentro de ella y otra buena parte, desparramada por su culo y la zona baja de su espalda.
Ella, como desilusionada, me dijo:
¨Ufa, yo quería comerme tu lechita....¨
¨No te hagás problema Jime, tengo más guardada para vos, ya vas a ver¨.
Nos besamos una vez más durante un buen rato, yo tenía que descansar unos minutos, esa follada me había dejado casi exhausto, pese a que yo no había realizado demasiados movimientos, creo que fué la intensidad del momento lo que logró hacerme sentir ese cansancio.
Estuvimos así morreandonos unos diez o quince minutos, era realmente placentero estar allí tirados en una cama los dos desnudos, me sentía muy bien con esto que estábamos haciendo, en ese momento, me importaba un carajo lo que pensara la familia, sólo quería disfrutar interminablemente del apetito sexual de mi prima y explorar todos y cada uno de los rincones de ese magnífico cuerpo.
Cuando mi verga estuvo nuevamente en el punto máximo de su erección, Jimena me puso su concha en la cara, comencé a comérsela y ella hizo lo propio con mi pija, tal como antes, la chupaba deliciosamente, tenía un estilo personal y propio que la distinguían de todas las demás chupadas que había recibido. Por mi parte, me dediqué durante un buen rato a comerle la concha nuevamente, el perfume natural de su vagina era sumamente atractivo, me encantaba meterme allí adentro.
Tras un breve instante de practicar un ruidoso y placentero sesenta y nueve, mi prima se incorporó y tomándose al respaldo del sofá, puso su culo en pompa y me dijo:
¨Te gusta lo que ves primo?, si lo deseás tanto, vení y tomálo...¨
¨Tu culo es una locura pendeja, como te lo voy a coger...¨
¨No hables más, vení y hacélo¨.
De una corrida fui hasta el baño, cogí un tubo de crema y volví junto a mi espectacular prima, apenas llegué a su lado, vertí un poco de crema en mis manos y comencé a refregar su ojete, jugueteaba con mis dedos, tratando de ir introduciéndolos de a poco en su agujero que lentamente y con el trabajo adecuado, fue cediendo hasta convertirse en un hoyo de respetables dimensiones, al punto que ella misma lo abría y con total furia y deseo me decía:
¨Dale, no ves que ya está listo?, cogete ese agujero, dale, rompémelo todo primito, dale....¨
Puse un poco de crema en la cabeza de mi enhiesta chota y luego, sin ningún esfuerzo, la fui metiendo de a poco en el enrojecido y abierto ano de Jimena, que a cada empellocito jadeaba y gemía como loca:
¨Ahhh, si si si, aghhhhh, claváme, dale, metémela toda ya!¨.
Ante su ruego, empujé con todo y mi verga se clavó hasta el fondo, solo se veía mi vello púbico contra su orto, ella, con un brazo se apoyaba en el respaldo, mientras que con la mano libre, agarraba una de sus tetas y la chupaba con ansiedad, yo la ensartaba cada vez con mas fuerza, como demostrándole que el cansancio de antes ya había quedado en el olvido. Sin dudas, mi prima había recibido muchas pijas por ese hermoso agujero, pero de todos modos, gritaba como si se lo estuviera abriendo aún más.
Tomándola del cabello ya totalmente suelto, la tiré un poco hacia atrás, acentuando con ello la furia y velocidad de mis embestidas, tras unos minutos más, la tomé con fuerza por las caderas y sentándome, la dejé a ella encima mío ensartada por el culo, enseguida comenzó a moverse, haciendo que mi vara de carne la taladre hasta la máxima profundidad de su recto, se la clavaba toda y la dejaba allí un rato, disfrutando de la sensación de tenerla toda metida en su culo. Sus tetas eran mi perdición, ya que al poco rato de comenzar a amasárselas mientras ella me cogía, sentí que el orgasmo se aproximaba a pasos agigantados, le dije que le iba a llenar el culo de leche, pero justo en ese momento ella acabó con sensuales convulsiones y gemidos, para luego decirme:
¨Lo único que vas a llenar es mi boca papito....¨
Se sacó mi pija palpitante del culo y arrodillándose la puso entre sus paradas y enormes tetas, tomándolas por los costados las movió una y otra vez arriba y abajo, yo ya deliraba y mi leche no podía tardar demasiado en brotar, así que en unos segundos de gloriosa paja entre sus pechos le dije:
¨Prima, voy a acabar, acabooooo, ahhh¨.
En el instante preciso, ella engulló todo mi sable dándome otra perfecta mamada que sólo duró unos segundos hasta que mi abundante orgasmo llenó su boca, algo de hirviente lefa cayó por la comisura de sus labios, chorreando por su mentón y llegando hasta sus senos.
Verla así, toda chorreada de leche y con ese lomazo al desnudo fue una instantánea que quedó grabada a fuego en mi mente, nunca podré borrarla ni reemplazarla por una imagen mas caliente.
Al instante ví como disfrutaba tragándose toda mi acabada y pasaba su lengua por los labios tratando de acaparar los restos de leche que se le habían escapado, pasó sus dedos por sus mamas recogiendo de ellas algo del semen que había caído y también lo chupó con sensualidad, libando uno a uno sus dedos. Cuando terminó se dedicó a limpiar mi verga, mientras la pajeaba lentamente, la chupaba refregando su lengua por toda la extensión del tronco, pero sobre todo, por el glande amoratado.
Cuando terminamos, nos duchamos juntos, estuvimos cerca de una hora en el baño amándonos.
Luego se vistió como para irse, pero al instante, luego de convencerla para que se tome un café, quedó desnuda nuevamente, una cosa llevó a la otra y terminamos cogiéndonos como desaforados un par de veces más, ella me excitaba sobremanera, por lo que creo que esa noche, llegué a uno de mis humildes records en cuanto a cantidad de polvos, no es que me importe demasiado, prefiero la calidad sobre la cantidad, pero esa noche, ambas cualidades dieron el presente....
Luego de tan tremenda faena, quedé en un estado deplorable, aunque ella no estaba menos extenuada que yo, los dos habíamos cumplido plenamente con nuestra peculiar fantasía.
Fue una experiencia increíble, nos dormimos juntos, aunque antes, Jimena llamó a su casa y avisó que se quedaba a dormir en lo de una amiga.
Desde entonces, tenemos algunos encuentros fugaces aunque muy espaciados, pero, no por ello, menos fogosos.
Porta una figura deliciosa para sus 21 añitos, mas o menos un metro setenta y cinco, piernas largas y preciosas, una cola que parece una manzanita, de tamaño mediano, pero bien paradita, practicamente irresistible, unas tetas monumentales que siempre muestra orgullosa con sus ínfimos tops y remeritas hiper ajustadas, para colmo de males, sus ojazos verdes son capaces de hacerte soñar con solo mirarlos un minuto...
Con toda esta descripción, se podrá entender que aunque trato de mantener las distancias y relaciones normales con la familia, uno no es de piedra y si una belleza así viene y se te refriega toda a cada rato, es muy difícil no perder el control...
Mi presunto problema, comenzó una tarde en que pasé a saludar a mis tíos, me quedé un rato hablando con ellos hasta que apareció Jimena y como de costumbre, me abrazó y me besó mientras mis tíos se reían como diciendo; ¨Que lindos los chicos¨. El tema es que la nena llevaba puestos unos diminutos shorts, zapattillas y una remera cortada que dejaba su ombligo al aire con piercing incluído....
En seguida, mi prima me tomó de la mano y me dijo:
¨ Vení que tengo un cd nuevo buenísimo, te va a encantar!¨
Fuímos a su cuarto, donde tenía un muy lindo equipo de música y una nada despreciable colección de cd´s. Me senté en un pequeño silloncito, ella como si fuera lo mas natural del mundo, se sentó encima mío y poniendo el cd, comenzó a pasar los uno a uno los temas , como para hacerme escuchar un poco de cada uno. Tenerla a upa comenzó a excitarme terriblemente, yo llevaba pantalones de jogging y una remera, por lo que mi excitación y la dureza de mi miembro fueron apreciados inmediatamente por Jime, que dándose vuelta me miró y me dijo;
¨Que te pasa primo, te calienta tu primita?.¨
Yo, olvidando todo recato que pudiera tener, le tomé sus fabulosas tetazas por detrás mientras le decía al oído;
¨Siii primita, siiii, me volvés loco, si sos una bomba sexual, como podría no excitarme con cada uno de tus roces?¨.
Ella, apartándose de mí con cara de sorpresa y tono indignado, me respondió;
¨Pará loco, que te pasa?, estás mal?, somos primos y lo mío es cariño, nada más, le voy a contar a mis viejos zarpado!¨.
Yo no sabía que carajo hacer, ya que si mis tíos se enteraban, se iba a armar un terrible quilombo familiar, por lo que casi rogué:
¨No Jime, perdonáme, por favor, me dejé llevar, no sé que me pasó...¨
Endulzó enseguida un poco su expresión y algo más calmada me dijo:
¨Ok, por ahora no digo nada porque no quiero armar un lío por un malentendido, lo podemos arreglar nosotros, pero voy a tener que pensar si te perdono o no.....¨
¨Bueno, mirá, la verdad, esta situación me dá mucha vergüenza, pensá si podés perdonarme, yo me voy, chau.¨
La dejé allí en su cuarto, me levanté y me fui rápidamente, al bajar saludé a mis tíos y salí a la calle, donde solté un suspiro, necesitaba salir de esa casa, necesitaba huir. Si Jimena hablaba, toda la familia se pondría contra mí, como si fuera un degenerado incontenible.
Estuve todo el resto de la tarde sopesando las posibilidades y dándole vueltas a la idea de haberme desbocado así, aún sonaban en mis oídos las palabras que le había dicho a mi prima y sobre todo, perduraba en mis manos, la sensación de haber tocado y apretado esas enormes y hermosas gomas, el perfume de Jime todavía podía percibirse sobre mis ropas, embriagante y sensual, sobre todo, al relacionarlo con tan hermosa hembrita.
Finalmente, tras largas horas de dolores de cabeza y de preguntarme porque había actuado como un animal, me dormí hacia eso de las tres de la mañana, tuve un descanso algo intranquilo, me despertaba de a ratos, daba vueltas, en fin, una noche de mierda.
Me levanté a las ocho, me dí una rápida ducha y luego de vestirme, salí disparado para no llegar tarde al trabajo.
La jornada transcurrió con total normalidad, aunque con unos fuertes dolores de cabeza provocados por mi mal dormir y porque cada tanto me acordaba del lío familiar que tenía en puerta.
Luego de finalizado mi día laboral, al llegar a casa tenía un mensaje en el contestador, era Jimena, que con voz algo grave, me decía que pasaría a eso de las ocho, que teníamos que hablar largo y tendido, para tratar de resolver nuestro ¨problemita¨.
Miré mi reloj, faltaba sólo media hora para que mi prima llegara. En tiempo record me dí una ducha y luego de vestirme, preparé unos tragos y una pequeña tablita de quesos en la mesita del living, ni bien hube terminado de disponer todo, sonó el timbre, abrí la puerta y allí estaba Jimena, bellísima como siempre, con el cabello recojido en un rodete, unos jeans algo rotos y grandes y una remera blanca con unos personajes de caricaturas.
Me sonrió y preguntó si podía pasar, le dije que por supuesto, nos dimos un beso en las mejillas, nada de abrazos, era extraño saludarnos así...
Dejó su mochila sobre una silla y dirigiéndose al living, se sorprendió por la recepción:
¨Bien primo, muy buena bienvenida, vas ganando algunos puntos para que te perdone...¨
Yo sonriendo le pregunté:
¨Y que tendría que hacer para que me perdones del todo y podamos volver a ser los de antes?¨
Se sentó en un sillón individual y mirándome sensualmente me dijo:
¨Primito, lo hecho, hecho está, no podemos volver atrás, ya no podemos ser los mismos...¨
Yo bajé un poco la cabeza en señal de preocupación, ante lo que ella reanudó su embestida:
¨A partir de ahora, hay que ir hacia adelante, podemos ser algo mejor de lo que fuímos juntos...¨
¨Jime, que decís?, sos mi prima y te quiero, necesito que todo esté bien entre nosotros.¨
¨No te preocupes, todo va a estar muyyy bien entre nosotros, eso te lo aseguro.¨
Enseguida se levantó y volvió a sentarse, pero esta vez en el sofá, a mi lado, acercó lentamente su boca a mi oído y me susurro:
¨Quedáte tranquilo, no les voy a decir nada a mis viejos.¨
Fue como si el alma me volviera al cuerpo, sabía que ella era una persona de palabra, por lo que me tranquilicé sobremanera.
Ya mas relajados, comenzamos a beber y a comer un poco, mientras charlábamos de otras cosas, como si todo estuviera normal, como antes....
Jimena, como percibiendo mi tranquilidad, me advirtió:
¨Primo, mirá que igual vas a tener que hacer algo para que no cuente nada...¨
Yo, preocupándome de nuevo, pensé; ¨Uhhh, esta mina es una recontra histérica, primero me dice que no va a contar nada y ahora me viene con condiciones¨. Entonces le dije:
¨Bueno, a ver, que es lo que tengo que hacer?¨.
Lo único que dijo, fue:
¨Esto¨.
En seguida, apretándose contra mí, tomó mi cara con ambas manos y mordiéndome los labios, fue introduciendo de a poco su lengua en mi boca, yo, algo consternado, me separé de ella y le dije:
¨Pendeja, vos estás reloca, ayer te dije que me volvés loco, te pusiste re mal, yo también estuve tan mal que no pude dormir en toda la noche y ahora venís con esto?¨.
¨Sabés lo que pasa?, estaban mis viejos en casa, no podía arriesgarme a nada, no te dás cuenta que me recaliento yo también con tus roces y abrazos?, siempre les digo a mis amigas que vos sos mi modelo de hombre...¨
¨Pará loca, que modelo ni modelo, soy un tipo común....asi que te caliento?¨.
¨No sabés como!, me volvés loca!¨.
Entonces nos apretujamos nuevamente uno junto al otro y la besé apasionadamente. Sabíamos que estaba mal lo que hacíamos, pero no había parentesco alguno que pudiera contra la atracción física que teníamos uno por el otro, por otra parte, el sabor de lo prohibido era delicioso...y el de su boca, mas aún.
En ese momento me sentía como si nunca hubiese besado a otra mujer, esa hembra preciosa sorbía mi lengua y mis labios con desesperación, yo no dejaba de acariciar todo su cuerpazo por sobre la ropa. Cada tanto, cuando nuestras lenguas se daban un respiro, Jimena emitía entrecortados gemidos de excitación y placer. Su siguiente paso fue sacarme la remera a los tirones, yo hice lo propio con ella aunque con algo mas de delicadeza, sus pesadas mamas quedaron al descubierto, la pendeja trola no llevaba soutien, por lo que me quedé como encandilado viendo esos dos hermosos orbes mecerse de un lado a otro.
Ella, tomándose las tetas con ambas manos y llevándolas un poco hacia arriba, las humedeció con su propia lengua, cuando la ví hacerlo, pensé que me estallaría la bragueta, mi erección parecía incontenible. Apretando sus pechos con fuerza, me miró y con una sonrisa pícara y cómplice me dijo:
¨Te gustan mis tetitas primo?, que le vas a hacer a tu primita indefensa?¨.
¨Ahh pendeja, como no me van a gustar?, tenés las mejores tetas del universo y sos la hembra más hermosa que conozco, ahora tu primito te va a coger cada uno de tus agujeros, te voy a dar toda la noche para que veas lo desesperado que estoy por vos putita¨.
¨Ja ja, putita?, respetáme pendejo, soy tu prima!¨.
¨Vení hembrita, vení que te quiero ver toda desnuda, sacáte eso...¨
Jime desabotonó sus gastados jeans y se acercó a mí, apenas llegó a mi lado, bajé del todo sus pantalones, los tiramos por cualquier lado, luego ella desabrochó mis pantalones, que en cuestión de unos segundos estaban tan perdidos por el living como los de ella.
El bulto en mi calzoncillo era notorio, ella lo miró y riendo me dijo:
¨Que bultito tenés primo, me vas a dar todo eso?¨.
Yo, agarrándome la verga con una mano le dije:
¨Te voy
a dar todo lo que quieras diosa!¨.
Nos abrazamos y besamos lujuriosamente, ambos estábamos a tope, hirviendo. Mis manos no podían despegarse de sus gloriosas tetas, sus pezones estaban enormes y erectísimos, se los comencé a besar con dedicación, ella gozaba como una condenada, me dijo que sus tetas eran una de sus partes más sensibles, por lo que puse especial esmero en morderlas, besarlas y pellizcarlas a mi entero antojo.
Mientras le chupaba las tetas, le fui bajando poco a poco su tanguita blanca, que al poco rato, junto a mis slips, se unieron a nuestras demás prendas, vaya uno a saber donde...
Ahora que estábamos completamente en bolas, mi verga rozaba a cada rato su húmedo coño, la locura nos embargaba, no había ni queríamos que hubiese retorno de aquello.
Me senté en el sofá y le dije:
¨Vení Jime, mostráme lo que aprendiste en todo este tiempo¨.
Ella se arrodilló frente a mí y tomando con delicadeza mi tronco por la base, me dijo:
¨Ay primito, que poronga que tenés por dios!, te la voy a gastar de tanto chuparla, esta pija tiene que ser mía!¨.
Sin mediar otra palabra, abrió exageradamente su perfecta boca y se engulló todo mi palo erecto. En ese instante creí llegar a la gloria, se sentía increíblemente placentero, su boca alojaba perfectamente a mi pija, lo que junto a sus movimientos de lengua, labios y dientes hacían que mi entrega y relajo fueran totales. Me dio una felación como jamás imaginé que esa sensual boquita pudiera entregar, la vara de carne caliente entraba y salía de su boca empapada y brillante, las venas de mi pija parecían estar al límite, a punto de reventar, ella no se detenía ni un segundo para respirar siquiera, su labor era continua, chupaba magistralmente, aunque en unos minutos se tiró en el sofá boca arriba diciéndome:
¨Ahora es tu turno primo, vení y dale besitos a tu primita.¨
Estiró sus piernas hacia arriba y atrás, colocándolas casi detrás de su cabeza, eso me excitó mas de lo que estaba, nunca la hubiera imaginado tan pero tan putona. La piel de su vagina estaba en completa tensión por la acrobática postura que había adoptado, su hermoso botón de carne rosada asomaba prominente en la parte superior de su vulva, me zambullí con todo allí, con mi lengua dispuesta a no darle tregua, se lo chupé con fruición logrando que llegue al climax en poco rato, mi chupada era todo un deleite para ella que, cuando llegó al primer orgasmo, se paró y haciéndome acostar, se acuclilló de espaldas a mi y con un certero movimiento, se introdujo toda mi estaca y comenzó a galoparme como endemoniada. Desde mi posición podía observar su perfecta espalda llena de pequeñas pecas y lunares, su rodete de rojiza cabellera que empezaba a desarmarse debido a la ferocidad de sus sacudidas y sus imponentes tetas asomando por los costados y bamboleándose para todos lados. Jimena gritaba como poseída, parecía calentarle el recordar a cada rato nuestro parentezco, ya que en vez de llamarme por mi nombre, me decía indefectiblemente primo o primito, esto no me importaba gran cosa, de cierto modo, a mi también me calentaba ese aspecto de la relación.
En medio de su delirio y su desquiciante cabalgata sobre mi verga, me gritaba:
¨Siii primo, siii, claváte mas adentro, dame toda tu poronga, ahhhh como te siento, ahhhh te voy a dejar seco primito, te voy a sacar toda la leche que tengas, siiiiiii, ahhhhhh¨.
¨Así puta, cogéme cogéme, como me cabalgás perrita, no podés ser mejor que esto, sos una bestia!¨.
¨Ah, no puedo ser mejor que esto?, mirá¨.
Sacando mi pija de su concha que chorreaba jugos íntimos en forma copiosa, la tomó bien fuerte por la base, giró sobre mí hasta quedar ambos frente a frente, entonces volvió a clavarse todo mi pene erecto en su cueva caliente, me tomó por los hombros y me dijo:
¨Preparáte, nunca te cogieron así...¨
Dicho esto, comenzó a galoparme con un espasmódico movimiento de caderas a velocidad inverosímil, mi pija entraba y salía de su concha rapidamente, yo ahora podía agarrar y de vez en cuando chupar, sus tetas que se sacudían a la misma velocidad de su inusitada cogida, sus pezones eran fuente de regocijo para mis mordiscos y sus inmensas areolas quedaban brillantes y parecían oscuros oasis, ya que las llenaba de saliva a cada instante. Cuando bajaba un poco el ritmo de la cogida, acercaba su boca a la mía y me besaba con una lujuria y deseo que nunca antes había percibido en otra mujer. Ella dió sobradas muestras de haber acabado al menos tres veces, por lo que ya variaba los ritmos con más asiduidad.
En cuestión de unos pocos minutos mas, todo esto fue demasiado para mi ya elevadísima calentura y le dije:
¨Ahhh Jime, acabo, acabo, ahhhh¨.
Solo alcancé a sacar a medias mi verga que quedó casi entre los hermosos cachetes de su espléndido culo, un poco de mi abundante acabada quedó dentro de ella y otra buena parte, desparramada por su culo y la zona baja de su espalda.
Ella, como desilusionada, me dijo:
¨Ufa, yo quería comerme tu lechita....¨
¨No te hagás problema Jime, tengo más guardada para vos, ya vas a ver¨.
Nos besamos una vez más durante un buen rato, yo tenía que descansar unos minutos, esa follada me había dejado casi exhausto, pese a que yo no había realizado demasiados movimientos, creo que fué la intensidad del momento lo que logró hacerme sentir ese cansancio.
Estuvimos así morreandonos unos diez o quince minutos, era realmente placentero estar allí tirados en una cama los dos desnudos, me sentía muy bien con esto que estábamos haciendo, en ese momento, me importaba un carajo lo que pensara la familia, sólo quería disfrutar interminablemente del apetito sexual de mi prima y explorar todos y cada uno de los rincones de ese magnífico cuerpo.
Cuando mi verga estuvo nuevamente en el punto máximo de su erección, Jimena me puso su concha en la cara, comencé a comérsela y ella hizo lo propio con mi pija, tal como antes, la chupaba deliciosamente, tenía un estilo personal y propio que la distinguían de todas las demás chupadas que había recibido. Por mi parte, me dediqué durante un buen rato a comerle la concha nuevamente, el perfume natural de su vagina era sumamente atractivo, me encantaba meterme allí adentro.
Tras un breve instante de practicar un ruidoso y placentero sesenta y nueve, mi prima se incorporó y tomándose al respaldo del sofá, puso su culo en pompa y me dijo:
¨Te gusta lo que ves primo?, si lo deseás tanto, vení y tomálo...¨
¨Tu culo es una locura pendeja, como te lo voy a coger...¨
¨No hables más, vení y hacélo¨.
De una corrida fui hasta el baño, cogí un tubo de crema y volví junto a mi espectacular prima, apenas llegué a su lado, vertí un poco de crema en mis manos y comencé a refregar su ojete, jugueteaba con mis dedos, tratando de ir introduciéndolos de a poco en su agujero que lentamente y con el trabajo adecuado, fue cediendo hasta convertirse en un hoyo de respetables dimensiones, al punto que ella misma lo abría y con total furia y deseo me decía:
¨Dale, no ves que ya está listo?, cogete ese agujero, dale, rompémelo todo primito, dale....¨
Puse un poco de crema en la cabeza de mi enhiesta chota y luego, sin ningún esfuerzo, la fui metiendo de a poco en el enrojecido y abierto ano de Jimena, que a cada empellocito jadeaba y gemía como loca:
¨Ahhh, si si si, aghhhhh, claváme, dale, metémela toda ya!¨.
Ante su ruego, empujé con todo y mi verga se clavó hasta el fondo, solo se veía mi vello púbico contra su orto, ella, con un brazo se apoyaba en el respaldo, mientras que con la mano libre, agarraba una de sus tetas y la chupaba con ansiedad, yo la ensartaba cada vez con mas fuerza, como demostrándole que el cansancio de antes ya había quedado en el olvido. Sin dudas, mi prima había recibido muchas pijas por ese hermoso agujero, pero de todos modos, gritaba como si se lo estuviera abriendo aún más.
Tomándola del cabello ya totalmente suelto, la tiré un poco hacia atrás, acentuando con ello la furia y velocidad de mis embestidas, tras unos minutos más, la tomé con fuerza por las caderas y sentándome, la dejé a ella encima mío ensartada por el culo, enseguida comenzó a moverse, haciendo que mi vara de carne la taladre hasta la máxima profundidad de su recto, se la clavaba toda y la dejaba allí un rato, disfrutando de la sensación de tenerla toda metida en su culo. Sus tetas eran mi perdición, ya que al poco rato de comenzar a amasárselas mientras ella me cogía, sentí que el orgasmo se aproximaba a pasos agigantados, le dije que le iba a llenar el culo de leche, pero justo en ese momento ella acabó con sensuales convulsiones y gemidos, para luego decirme:
¨Lo único que vas a llenar es mi boca papito....¨
Se sacó mi pija palpitante del culo y arrodillándose la puso entre sus paradas y enormes tetas, tomándolas por los costados las movió una y otra vez arriba y abajo, yo ya deliraba y mi leche no podía tardar demasiado en brotar, así que en unos segundos de gloriosa paja entre sus pechos le dije:
¨Prima, voy a acabar, acabooooo, ahhh¨.
En el instante preciso, ella engulló todo mi sable dándome otra perfecta mamada que sólo duró unos segundos hasta que mi abundante orgasmo llenó su boca, algo de hirviente lefa cayó por la comisura de sus labios, chorreando por su mentón y llegando hasta sus senos.
Verla así, toda chorreada de leche y con ese lomazo al desnudo fue una instantánea que quedó grabada a fuego en mi mente, nunca podré borrarla ni reemplazarla por una imagen mas caliente.
Al instante ví como disfrutaba tragándose toda mi acabada y pasaba su lengua por los labios tratando de acaparar los restos de leche que se le habían escapado, pasó sus dedos por sus mamas recogiendo de ellas algo del semen que había caído y también lo chupó con sensualidad, libando uno a uno sus dedos. Cuando terminó se dedicó a limpiar mi verga, mientras la pajeaba lentamente, la chupaba refregando su lengua por toda la extensión del tronco, pero sobre todo, por el glande amoratado.
Cuando terminamos, nos duchamos juntos, estuvimos cerca de una hora en el baño amándonos.
Luego se vistió como para irse, pero al instante, luego de convencerla para que se tome un café, quedó desnuda nuevamente, una cosa llevó a la otra y terminamos cogiéndonos como desaforados un par de veces más, ella me excitaba sobremanera, por lo que creo que esa noche, llegué a uno de mis humildes records en cuanto a cantidad de polvos, no es que me importe demasiado, prefiero la calidad sobre la cantidad, pero esa noche, ambas cualidades dieron el presente....
Luego de tan tremenda faena, quedé en un estado deplorable, aunque ella no estaba menos extenuada que yo, los dos habíamos cumplido plenamente con nuestra peculiar fantasía.
Fue una experiencia increíble, nos dormimos juntos, aunque antes, Jimena llamó a su casa y avisó que se quedaba a dormir en lo de una amiga.
Desde entonces, tenemos algunos encuentros fugaces aunque muy espaciados, pero, no por ello, menos fogosos.
2 comentarios - Con mi primita hermosa