el favorcito de la vecina
Trabajo en una oficina que está en un grupo de viviendas y curiosamente en la puerta de al lado vive CARMEN una hembra de unos 35 años que me pone a 100.
Su compañero, como ella dice, es bombero retirado y por lo que ella da a ver parece que su manguera ya se seco hace algún tiempo.
A veces me la encuentro en el portal, debe medir 1,70 tiene el pelo negro, un culo que te pone ciego solo de mirar para ella y unas tetas de vértigo.
Todos los compañeros en la oficina dicen que no vale un corno, pero yo creo que a esta mujer se le puede hacer algo por la patria.
Acostumbra a vestirse de vaqueros, marcándole las nalgas y cuando es verano y anda en camiseta a mí me la pone tiesa solo de pensar en poder meter la pija entre estos dos frutos.
Desde hace algún tiempo estoy desesperado por ella, sueño con que me la estoy garchando, que me come la pija y despierto todo húmedo por las mañana a veces creo que esta mujer viaja en mis sueños.
No se como mierda le voy a entrar pero seguramente el día que me plantee comermela será de película. Solo de pensar en poder meter la pija entre su raja me excita de tal manera que no veas.
Hace tiempo estaba parada al sol en su terraza. Yo me subí al almacén que tiene una ventana que da a este patio. Y … allí estaba, tomando el sol con las tetas al aire. Mierda, vaya pedazo de melones que tienen . El sudor corría por sus pezones que daba ganas de tirarse a comerlos. Ella se percató que la estaba mirando, yo me retiré un poco para atrás. Ni corta ni perezosa se dio la vuelta y la tanga la tenía entre las nalgas. Tiene un culo que está diciéndome continuamente cojeme, cojeme. Agarré mi pija que estaba como un volcán y me dije: vamos hombre, tírate por ella y clávasela lo más que puedas.
De repente salió el pajero del bombero y le dijo que se metiese en casa que se le podía pegar alguna mosca.
Un día al finalizar el trabajo, cuando ya no quedaba nadie en la oficina, se pasó a preguntarme si le podía hacer un escrito para enviar a una casa comercial solicitando trabajo. Le dije que no había problema (yo creí, podes macho, esta es la tuya). Me senté delante de la computadoray mientras ella dictaba yo no le quitaba de ojo esos hermosos pecho que tiene. Era invierno pero la calefacción estaba a tope. Ella me preguntó si se podía quitar la chaqueta y yo que ya la tenía como la de un caballo no supe que decir. Cuando me di cuenta, esos hermosos pechos estaban encima del monitor del ordenador (puesto que era medía pitorra). Me entraron unas ganas de meter la mano y exprimirselas que no vea pero ….. todo acabó como siempre y al final me tuve que lavar la ropa a mano me dio las gracias y se fue.
Al día siguiente se paso a la misma hora por la oficina y me preguntó si podía llamar por teléfono puesto que el suyo estaba averiado. Le dije que no había problema. Yo seguía con mi faena pero cuando me di cuenta estaba sentada encima de la mesa. Me la imaginaba tal y como estaba sentada pero en pelotas y me puso a 100. Creo que ella se percató del detalle y miró para mi pija, le hecho la mano y me dijo: ten cuidado que te va a reventar el pantalón.
Me dieron ganas de cojermela allí mismo pero ese día me insinuó que tenía el tomate y creo que no estaba el horno para bollos.
Trabajo en una oficina que está en un grupo de viviendas y curiosamente en la puerta de al lado vive CARMEN una hembra de unos 35 años que me pone a 100.
Su compañero, como ella dice, es bombero retirado y por lo que ella da a ver parece que su manguera ya se seco hace algún tiempo.
A veces me la encuentro en el portal, debe medir 1,70 tiene el pelo negro, un culo que te pone ciego solo de mirar para ella y unas tetas de vértigo.
Todos los compañeros en la oficina dicen que no vale un corno, pero yo creo que a esta mujer se le puede hacer algo por la patria.
Acostumbra a vestirse de vaqueros, marcándole las nalgas y cuando es verano y anda en camiseta a mí me la pone tiesa solo de pensar en poder meter la pija entre estos dos frutos.
Desde hace algún tiempo estoy desesperado por ella, sueño con que me la estoy garchando, que me come la pija y despierto todo húmedo por las mañana a veces creo que esta mujer viaja en mis sueños.
No se como mierda le voy a entrar pero seguramente el día que me plantee comermela será de película. Solo de pensar en poder meter la pija entre su raja me excita de tal manera que no veas.
Hace tiempo estaba parada al sol en su terraza. Yo me subí al almacén que tiene una ventana que da a este patio. Y … allí estaba, tomando el sol con las tetas al aire. Mierda, vaya pedazo de melones que tienen . El sudor corría por sus pezones que daba ganas de tirarse a comerlos. Ella se percató que la estaba mirando, yo me retiré un poco para atrás. Ni corta ni perezosa se dio la vuelta y la tanga la tenía entre las nalgas. Tiene un culo que está diciéndome continuamente cojeme, cojeme. Agarré mi pija que estaba como un volcán y me dije: vamos hombre, tírate por ella y clávasela lo más que puedas.
De repente salió el pajero del bombero y le dijo que se metiese en casa que se le podía pegar alguna mosca.
Un día al finalizar el trabajo, cuando ya no quedaba nadie en la oficina, se pasó a preguntarme si le podía hacer un escrito para enviar a una casa comercial solicitando trabajo. Le dije que no había problema (yo creí, podes macho, esta es la tuya). Me senté delante de la computadoray mientras ella dictaba yo no le quitaba de ojo esos hermosos pecho que tiene. Era invierno pero la calefacción estaba a tope. Ella me preguntó si se podía quitar la chaqueta y yo que ya la tenía como la de un caballo no supe que decir. Cuando me di cuenta, esos hermosos pechos estaban encima del monitor del ordenador (puesto que era medía pitorra). Me entraron unas ganas de meter la mano y exprimirselas que no vea pero ….. todo acabó como siempre y al final me tuve que lavar la ropa a mano me dio las gracias y se fue.
Al día siguiente se paso a la misma hora por la oficina y me preguntó si podía llamar por teléfono puesto que el suyo estaba averiado. Le dije que no había problema. Yo seguía con mi faena pero cuando me di cuenta estaba sentada encima de la mesa. Me la imaginaba tal y como estaba sentada pero en pelotas y me puso a 100. Creo que ella se percató del detalle y miró para mi pija, le hecho la mano y me dijo: ten cuidado que te va a reventar el pantalón.
Me dieron ganas de cojermela allí mismo pero ese día me insinuó que tenía el tomate y creo que no estaba el horno para bollos.
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