Primera Parte: http://www.poringa.net/posts/relatos/3166521/Sexualidad-y-familia-Parte-I.html
Segunda Parte: http://www.poringa.net/posts/relatos/3169260/Sexualidad-y-familia-Parte-II.html
Tercera Parte: http://www.poringa.net/posts/relatos/3171976/Sexualidad-y-familia-Parte-III.html
Cuarta Parte: http://www.poringa.net/posts/relatos/3177415/Sexualidad-y-Familia-Parte-IV.html
Quinta Parte: http://www.poringa.net/posts/relatos/3184206/Sexualidad-y-Familia-Parte-V.html
Buenas, tanto tiempo! Estuve con muchos quilombos familiares (no incestuosos jaja) que me tienen medio ocupado, pero hoy tengo un ratito para escribir, así que aquí estoy. Dije en el anterior post que iba aprovechar para contar unas cosas que (por ahora al menos) no tienen que ver con mi hermana, pero sí son de calibre incestuoso. Tiene que ver con mi novia y mi cuñadita.
Había presentado a quien en ese momento era mi novia, voy a llamarla Paula. Ella tiene dos hermanos que voy a llamar Nicolás y Camila. Paula tiene mi misma edad, Nicolas dos años menos, y Camila otros dos menos. Son tres hermanos hermosos, de descendencia alemana. Rubios de ojos verdes los tres, muy parecidos entre sí pero a la vez algo diferentes. A mi novia la conocí en la secundaria con 15 años los dos, y fuimos novios por diez años. Eventualmente, en los primeros momentos de nuestra relación conocí a sus dos hermanos, a Nico y a Camila... una nena hermosa. Como dije, los tres eran hermosos, pero Camila llevaba el morbo de ser la hermanita de mi novia, la princesa de la familia, la hermana menor. Desde un principio me gustó esa pendeja. Era una nena, lo sé, pero sabía que a medida que fuera creciendo iba a convertirse en toda una perra. De todas formas mi novia también, estaba tremenda. Entre ellas había algunas diferencias bien características, que se fueron acentuando con el tiempo. Mi novia era mas petisita, BIEN culona (no me olvido nunca más de ese culo, por Dios) y con pechos más tirando a chicos, pero hermosos, con pezones rosaditos y ricos. Tenía ojos mas redondos y grandes, bien verdes como todos, y usaba el pelo corto. Sus labios de patito bien marcados. La mejor besadora y chupadora de pija que he conocido. En cambio Camila, era un poco más alta, con cuerpo mas fino, mas estilizado por así decir, con un culo más chico pero con unas tetas enormes. Hermosas. Me babeo de sólo pensar. Sus ojos bien felinos, estirados. Su nariz punteaguda y parada. Su boca, finita rosa y hermosa. Apenas acabo de arrancar este relato y ya estoy re caliente así que no sé cuándo lo terminaré jajajaja. Luego estaba Nicolás, un rubio hermoso también.
Recuerdo que la mayorías de mis encuentros con mi novia eran en casa de su familia, gracias a mi insistencia, porque de esa manera podría ver a Camila, además del morbo que me daba coger con Paula en casa de su familia. No me quiero adelantar a los hechos, voy a intentar contar ciertas situaciones que fui viviendo con las dos, hasta llegar al acto final, por así decir.
Podría empezar contando que con Paula, a pesar de que no fue mi primera novia, tuve mi primera vez. Pero no quiero extenderme mucho en ello. Sólo decir que ella fue y es una bestia en la cama, le encanta el sexo, es muy porno, le encanta sentirse deseada, coger por todos lados, en todos lados, en cualquier momento. Las primeras veces lo hicimos en mi casa. La primera vez de todas fue cuando teníamos 16 años (ella no era virgen igual), que tipo dos de la mañana, mientras estaba juntada con sus amigas en la casa de una de ellas, me llamó para decirme si podía venir, se tomó un remis hasta mi casa, cogimos, y se fue nuevamente a lo de su amiga. No recuerdo mucho de esa vez. Pero de por sí, hemos cogido en todos lados, sobre todo durante nuestra adolescencia. Una vez en los Rosedales de Palermo, nos sentamos bajo un arbol, y nos tapamos con una manta, y se sentó en cuclillas en mi pija. Cogimos mientras veíamos a la gente pasar, lenta y disimuladamente para que no nos vieran. Era super excitante ver cómo la gente se daba cuenta, de todas formas, que había dos adolescentes cogiendo en público. La agarraba de la cintura y la hacía subir y bajar, estando yo de rodillas. El sexo adolescente mas la adrenalina, fue tremenda. De todas formas no acabé. Esa vez terminó cuando vimos que se nos acercaba un policía, o un guardia, no recuerdo. Intentando disimular, nos pusimos las ropas que habíamos bajado, y antes de que llegar a nosotros nos levantamos, agarramos nuestras cosas y nos fuimos. No olvido más la adrenalina de hacer algo tan atrevido, tan fuera de lugar. Ella era una loca y quería coger en todos lados, cumplir todas sus fantasías, y yo la acompañaba. Esa vez me quedé re caliente, y luego de pasear un rato más, me hizo una corta paja en una esquina del Museo Nacional de Bellas Artes, mientras yo le tocaba una teta por debajo de su camisa. Deje mi marca en el sócalo de la pared.
Otra vez que recuerdo así fue en una plaza que queda a la vuelta de mi casa. Estábamos tomando mate, sentados en el piso, y nos calentamos. Así que nos tapamos con la mata pero todo el cuerpo, y me hizo un pete ahí, nuevamente en público. Tampoco acabé aquella vez, y no hubo luego revancha. Pero fue super caliente. Recuerdo luego de petearme un rato, me dio unos besos, era la primera vez que besaba a alguien después de recibir una chupada de pija. Se sintió raro pero al toque me calenté. De todas formas, como dije, no logré acabar aquella vez.
Eramos dos conejitos, donde veíamos la oportunidad, cogíamos. Una vez en el complejo de Independiente de Wilde, donde todos los años nos juntabamos a festejar el día del amigo, nos alejamos hasta el borde del terreno, y sin taparnos, a la vista de todos (aunque bastante lejos), se bajó el pantalón, acostada boca abajo, y yo le colé los dedos. Tenía su culo en mi cara, moviendose circularmente, y mientras le chupaba los cachetes y la raya del orto, le metía dos y tres dedos alternadamente, mojando toda mi mano. Lo hice así hasta que acabó, para ese momento ya en cuatro, sin importarle nada. No recuerdo cómo terminó esa vez jaja pero fue excelente.
Otra vuelta fue en la casa de un amigo en común (gracias a quien la había conocido), que estabamos en el fondo de la casa dandonos unos besos y escuchamos que llega el tío de mi amigo, lo cual la re calentó al escucharlos hablar en la habitación que quedaba a la vuelta de donde estabamos nosotros. En seguida se agachó y me bajó el pantalón, para empezar a chuparmela con una calentura que no había visto nunca. No es que necesariamente le calentara el tipo, sino el hecho de que estuviera ahí y nos pudieran descubrir. Luego de unos diez minutos de pete, la hice arrodillarse en el sillon, y le bajé el jean que tenía super ajustado. Me encantaba ese culo, era bien enorme como el de mi vieja (creo que por eso me gustaba tanto). Esa vez le chupé un minuto el culo y la concha desde atrás, para humedecerla un poco más, y la cogí fuertemente. Ella tomaba pastillas y yo era un inconsciente, así que cogíamos siempre sin forro. Le acabé todo el culo enseguida, y así sucia como estaba, se subió el pantalón, y fuimos a saludar al tío de mi amigo. Era una cochina. Yo imaginaba cómo se pegoteaba toda mi leche contra su pantalón y entre sus cachetes, mientras hablaba activamente con él.
Y así hubo mil situaciones. Mi amigo siempre tenía la casa sola así que hacíamos muchas jodas en que invitabamos a mucha gente, y siempre todos terminaban cogiendo. Recuerdo una vez eramos seis en una habitación "durmiendo". Tres hombres y tres mujeres, tres parejas cogiendo entre sí pero haciendo silencio para que los otros no se enteraran, aunque sabiendo que ya lo sabían. Esa vez estabamos ella y yo en un colchón doble en el piso, con otra pareja que también cogía bajo las sabanas, y en otra cama singular, otros dos amigos, también cogiendo. Era como una orgía pero disimulada. La cogía de costado agarrandola de la cintura y de los cachetes del culo. Siempre, o casi siempre le acababa adentro. Un placer infinito.
Podría contar más pero ustedes no están acá para leer a una pareja cogiendo sino para calentarse con el morbo incestuoso. Y que lo había, lo había. Al principio yo no era directo con Paula sobre mis sentimientos para con Camila. Era una nena hermosa que yo aprovechaba toda oportunidad para mirar, espiar, desear... Así que voy a contar algunas situaciones con ella.
Ya desde un principio, como dije, sabía que era hermosa e iba a ser tremenda perra. La primera vez que recuerdo me re calenté con ella, fue un día de verano, en que yo estaba en la casa de la familia de mi novia. Estabamos arriba y y fui para abajo no recuerdo para qué, cuestión que para bajar había que pasar primero por un patio. Y allí estaba ella, en bikini, dandome la espalda y estaba... mojandose el cuerpo con una manguera. Parece irreal pero juro que fue justito, y excelente: Se había levantado digamos un poco la parte de abajo del bikini, para tirarse agua directo en el culo... Ay dios, fue mi primera visión de ese culito. Era chiquito, pero hermoso, tentador, blanquito... Seguramente con un ano rosa hermoso. Soy adicto a los culos, así que eso me volvió loco. Pude ver como por tres segundos gran parte de su culo. Ya que al levantarlo (no sé cómo explicarlo, era tipo tirarlo para atrás, como antes de hacer un calzón chino jaja) le pude ver digamos un 80% de la raya de su culo. Lo recuerdo y me re caliento. Sus nalgas blanquitas también bastante a la vista. Se me paró la chota al toque, no creo que ella lo haya notado. Cuando me escuchó pasar se dio vuelta rapidamente y soltó su bikini para acomodarlo rapidamente. En esa epoca todavía no hablabamos mucho, asi que no dijimos nada y yo seguí mi camino hacia adelante. Pero ya había comenzado una maldición que nunca me pude quitar. Me empezaba a obsesionar con mi cuñadita.
Una segunda vez, que fue aún mejor, fue una vez que yo había recién llegado a la casa, me abrió el padre y me dijo que mi novia habia salido a comprar. Entonces, crucé el patio, subí por las escaleras y entré a la parte de arriba de a casa. Cuando entré, escuché que había alguien en el baño. Así que aproveché que nadie más que el padre sabía que estaba ahí, para quedarme frente al baño esperando a que la persona saliera. Sabia que era Camila porque mi suegra trabajaba en ese horario. Me quedé silenciosamente esperando, hasta que la puerta se abró rapidmente y salió Camila atandose por delante la toalla, dejandome el suficiente tiempo para poder ver rapidamente su cuerpo desnudo. Sus tetas, como imaginaba, eran hermosas, aún no muy grandes porque todavía era chica.... Pero su cuerpo era hermoso. Su concha no sé si estaba depiladita o si todavía no tenía muchos pelitos... Pero me volvió loco. Ella se puso rojísima de la verguenza y se fue muy rapidamente a su habitación que quedaba al lado del baño. Enseguida entré al baño, pidiendo perdon, aunque realmente no lo sentía así. Para mi sorpresa, al entrar, estaba su ropa sucia. El baño lleno de vapor. Yo recontra caliente. A pesar de que no soy mucho de la ropa interior, estaba su bombachita blanca tirada ahi, así que la tomé entre mis dedos, la enredé a mi pija, y me hice una paja que habrá durado un minuto y medio porque la calentura que tenía era tremenda. Yo creo que Camila se dio cuenta de lo que estaba pasando. Pero no salió de su habitación hasta mucho rato después, seguro llena de verguenza. Mi obsesión con Camila ya estaba consolidada.
A partir de ahí ya aprovechaba cualquier situación para acercarme a ella, tocarla, mirarla, espiarla, como dije... Con el tiempo fuimos ganando confianza, de a poquito. Una vez, en la casa de una de sus tías, habíamos ido para tirarnos a la pileta grande que tenía. Eramos todavía bastante chicos, adolescentes. Esa vez fue tremenda. Con parte de su familia en el patio, a unos diez metros, estaba primero Camila y su primo jugando en la pileta. Recuerdo que mientras yo tomaba mate con la familia, al fondo del patio, Camila apoyó sus manos en el borde de la pileta para llamarme. Cuando me dí vuelta a mirarla, estaba mirandome fijo, llamandome con una sonrisa, y -creo yo sin querer- apretando sus tetas entre sus brazos. Se veían hermosas. Era una adolescente pero ya asomaban tremendas tetas, como las de su tía. Fui directo a cambiarme, y luego a la pile. Al primo no le daba bola pero había que caretearla un poco. De todas maneras aproveché esa vez para acercarme mucho a Cami. Jugabamos en el agua, y no parabamos de toquetearnos. Yo sentí que ella también estaba caliente conmigo. Sus tetas pujaban por salir de su bikini. La parte de abajo cubría una pequeña parte de su culo, que de a poco iba creciendo. Blanquito y hermoso como siempre. La agarraba de la cintura, me pegaba a su cuerpo, le acariciaba la espalda y la panza disimuladamente. Hasta la apoyaba un poco. Todo esto con su familia (incluyendo a Paula) cerca y su primito (bastante mas chico) en la pile.. Nos empujabamos, nos escupíamos agua.. Eramos los "niños" jugando, pero ella y yo, al menos eso creo, sabíamos que estabamos ahí porque nos calentaba. De hecho yo tenía una erección tremenda que no sabía como disimular. Pero ella se había dado cuenta, porque en un momento muy específico la apoyé "sin querer" bien fuerte sobre el culo, y ella se dio vuelta con una mirada que no olvido más: sus ojos parecían brillar, sus mejillas estaban coloradas, y su boca entre abierta. Me miró como diciendo "acabás de apoyarme toda tu pija en el medio del orto". Fue hermoso. Ese juego terminó de todas formas rapidamente cuando vino Paula, mi novia, a tirarse a la pile con nosotros. De ahí no recuerdo mucho más.
Varias veces en su casa yo la buscaba. Una vez ella se estaba bañando, y yo fui a golpear la puerta. Preguntó quién era, le dije que yo, y me dijo que pasara. La cortina era transparente, así que yo podía ver la figura desnuda de mi cuñada enjabonandose. Estaba de costado, con la espalda un tanto arqueada y las piernas bien rectas, como sacando culo. Me volvía loco. Su ropa sucia en el suelo. Quería entrar a la ducha y cogerla ahí mismo. Claro que no lo hice. A pesar de lo que había sucedido un tiempito antes en la pileta, todavía no estaban bien claras, o aclaradas, nuestras ganas de cogernos entre sí.
De estas hubo varias situaciones. Ella siempre usaba shorcitos cortitos en la casa, como despreocupada. Y yo me volvía loco viendola ir y venir, intentando disimular mi mirada. Paula siempre sospechó, o supo, las ganas que yo le tenía: pues era hermosa, no había manera de no querer cogerla. A todos lados donde iba, todo el mundo se giraba para mirarla, y la querían chamuyar. Con el tiempo empezamos a charlar con mi novia sobre el tema. Ella siempre se mostraba un poco negada, pero a veces, sobre todo cuando cogíamos, se permitía fantasear un poco. Yo, por cómo se llevaban, sabia que había ciertas cuestiones incestuosas ahí, que luego de hecho confirmé por propia palabra de mi novia: de chicos jugaban entre sí, me contó que se dejaba chupar las tetas por Nicolás, quien también se había bañado alguna que otra vez con las dos, o se acostaban desnudos en la cama. Se necesita a uno para reconocer a otro... Y yo sabía que ellos también tenian el gen del incesto (como seguramente todas las familias, de hecho).
La primera situación más fuerte (y aquí me salteo varios años y varias situaciones menores que se podrán imaginar pero que no vale la pena tanto contarlas, para no rellenar tanto) fue una vez que la acompañé al departamento que tenía su familia en capital. No sé por qué había sido, pero yo tenía que ir a buscar a Camila a un lugar, y acompañarla hasta el departamento para que llegara segura. Al llegar a la puerta, me ofreció entrar y así lo hice. Fuimos hasta arriba. Tomamos creo que unos mates, y decidimos mirar una película. La situación era tremendamente morbosa. Era la primera vez que estabamos tan sólos y de incognito, porque sabíamos que nadie vendría hasta el otro día. De todas formas no me quedé a dormir, pero dejenme contarles.. No recuerdo qué peli estabamos viendo, pero yo estaba re caliente. Estabamos sentados uno al lado del otro en el sillón, frente a la pantalla. En un momento me levanté para ir al baño, a bajar un poco la calentura porque no dejaba de pensar en darme vuelta, agarrarla y cogerla ahí mismo. Les recuerdo que nuestra relación fue dandose muy lentamente y todavía no había mucha confianza. Bueno, fui al baño, me lavé la cara... me quité la remera y la dejé colgada ahí. Volví al living donde estábamos, esta vez en cuero, y con un jogging puesto. Ella estaba con un short de tela y una remera un poco corta, blanca. Sus tetas peleaban por salirse, y su short era tremendamente provocativo, de lo finito y corto que era, color rosa. Me senté en el sillón, esta vez más pegado a ella, y directamente crucé un brazo por detrás de su espalda... Y ella reaccionó al toque, se acercó un poco a mí, pegando nuestros muslos de costado. Mi respiración era agitada, e intentaba hacer un poco de ruido para que se diera cuenta, de lo caliente que estaba. Suspiraba fuerte. Empecé con unos pequeños movimientos sobre su hombro derecho con mis dedos, acariciandola lentamente. Primero sobre la remera... Luego pasé un poco al cuello, que estaba hirviendo, pegando un pco más mi cuerpo al de ella, y ella moviendo su cabeza de lado para casi apoyarla sobre la mia. Luego volví a su hombro pero esta vez por debajo de su remera. Seguí así un poco, yendo hacia su espalda, cuello y brazo, alternando entre ellos. Luego de unos minutos ella se movió bastante, se levantó y se fue al baño. Yo pensando... La re cagué. Me va a mandar a cagar...
Al ratito volvió, y se sentó nuevamente bien pegada a mi. Y en seguida se corrió de nuevo un poco hacia la derecha, alejandose un poco de mi, y para mi sorpresa, se acostó digamos, apoyando su cabeza sobre mis piernas. Mi pija reaccionó enseguida, haciendo un poco de presión sobre su nuca. Yo estaba re duro, en todo sentido. No me quería mover, para no cagarla, pero ya la situación se estaba volviendo muy evidente. Apoye mi mano sobre su cintura, bajo la remera que se había levantado, directo sobre su piel, y el resto del brazo sobre su espalda y brazo. Ella estaba muy quietita, con la cabeza en mis muslos, y una mano apoyada cerca de su boca sobre mi pierna. Mi pija hiper dura, hiper caliente. Empecé a hacer pequeños movimientos con mi mano sobre su cintura. Sentía los huesos de su cadera, subía un poco, hasta cerca de su pecho, bajaba nuevamente, acariciaba con la yema de mis dedos su pancita... Ella respiraba cada vez más fuerte y se sentía la temperatura subir. Frotaba lentamente sus piernas, seguramente dandose placer en su entre pierna. Estuvimos así un buen rato, la peli ya ni la mirabamos, incluso por momento veía que ella cerraba sus ojos, y eso me calentaba de sobre manera, con su boquita abierta. Lentamente moví mi mano hacia abajo para rozar el encaje de su bombacha negra que asomaba por encima del short... Todo lo hcía lentamente porque todo el tiempo tenía miedo de que ella terminara todo ahí. Yo estaba entregado. Cuando ví que no había problema, moví mi mano siempre sobre el encaje por toda su cintura, rodeandola, de adelante hacia atrás y de atrás hacia adelante. En cada movimiento intentaba entrar por debajo de su pantalón, o apoyaba algunos dedos sobre sus nalgas... Ella había corrido su cabeza un poco para atrás, acercando su nunca a mi panza y... su boca a mi pija. Su pómulo izquierdo estaba sobre mi pija, que presionaba por salir. Tenía la verga llena de leche, queria acabar ahí mismo. Enseguida y ya con más descaro, empecé a acariciar por arriba del pantalón su culo y sus piernas. En cada ida y venida me calentaba más. Su piel adolescente era tremendamente suave, y su cuerpo estaba hirviendo. Pasaba mi mano por sus nalgas, sus cachetes, por encima de la fila tela del short, sintiendo la forma del culotte que llevaba puesto. Derepente metía la punta de mis dedos por debajo de su short desde la parte de abajo, es decir por encima de sus piernas. Ella en cada movimiento se movía un poco. Empecé a ejercer un poco más de fuerza en mi tacto, agarrando cada tanto suavemente una nalga, poniendo mis dedos entre sus dos nalgas... Mientras movía mi cintura de arriba abajo como cogiendo el aire, con su cabeza arriba de mis piernas y su boca cada vez más cerca de mi pija, siempre al limite de acabar. Es como si me masturbara con su mejilla jaja no sé si se entiende. Mi mano derecha ya descaradamente agarraba su culo, sus nalgas, su pierna. En un mometo se giró para quedar completamente boca abajo (aunque la cara aún la tenía de costado, pero todo su cuerpo miraba hacia abajo, apoyando su panza en el sillón) y abrió un poco sus piernas, permitiendome tocar por primera vez y por encima del pantalón, su entre pierna. Estaba hirviendo, casi que quemaba, y super mojada: la humedad había traspasado las telas y casi se sentía pegajozo. Yo como siempre, a punto de acabar y con los movimientos de mi cadera cada vez más pronunciados, cogiendo el aire. En un momento subí nuevamente a su espalda, y deslicé sin disimulo ni suavidad mis dedos hacia abajo, por debajo de su pantalón y culotte, a lo que reaccionó diciendo muy bajito mi nombre, casi con un suspiro. Por primera vez estaba tocando el culo, las nalgas, y la concha de mi cuñadita. Como dije, hervía de calentura. Comencé a colarle un dedo, despacito, mientras ella gemía por lo bajito. Los dos movíamos la cadera de arriba abajo como si estuvieramos cogiendo, lo que me permitía esa masturbación aérea que decía jaja y había ingresado completamente mi dedo del medio de la mano derecha en su concha. e sentía hermoso, morboso, caliente, suave, hasta corrugado diría.... Exploré su concha con un dedo, de arriba abajo, de lado a lado. Me atrevo a decir que era la primera experiencia de ella así.
Me estoy re calentando de contar esto no sé cuánto más pueda llegar jajaj.
Bueno igual terminó rapidamente eso, ¿Cómo? Luego de unos minutos de estar masturbandola y ella ya gimiendo en un volumen bastante alto, levanté un poco más mi cintura, para bajar mi pantalón y calzón, quedando mi pija al aire libre, bien dura y parada, que ella se quedó mirando unos diez segundos sin decir nada, paralizada. Ahí dejé de masturbarla, llevé mi mano a mi boca para chupar sus fluidos. Fuertes, ácidos y dulces, ríquisimos. Luego de eso, enseguida agarré su nuca despacio y la fui llevando para abajo, ella lo entendió enseguida. Abrió su boca y... apenas rodeó mi pija con sus labios y apoyó su lengua haciendo presión, acabé al toque. Juraría que fueron diez litros de semen, de tanta calentura que tenía. Ella reaccionó casi con asco, claramente era su primera vez. No había llegado ni a petearme porque al mero contacto yo ya le había llenado la cara y un poco la boca de mi leche.
Se fue rapidamente al baño, acomodando su short y se quedó ahí juro que una media hora. La peli terminó y me levanté para golpear la puerta y preguntar si estaba bien. Me respondió un "sí" y nada más. Le dije que ya tenía que irme... Al decirlo sentí como si la hubiera usado, pero sabía que no era así. Me dijo "bueno". Y diez minutos despupés, estando ya listo yo, salió para bajarme a abrir. No me miró en ningún momento, ni en el ascensor. Caminamos el pasillito en silencio hasta la puerta, la abrió, salí y me di vueta esperando que ya hubiera cerrado la puerta. Sin embargo, apenas me di vuelta, ella me abrazó fuerte. Estuvimos unos minutos así, en que ella rodeó mi cuello y yo su espalda. Los dos con los cuerpos hirviendo. La acaricié con movimientos circulares por un rato, hasta que se alejó un poco de mi, me dio un piquito tímido que casi me rozó los labios, y se fue hacia el ascensor nuevamente. Yo me quedé mirando su culito moverse, recordando lo que había pasado unos minutos antes. La miré entrar al ascensor y me quedé mirandola hasta que desapareció yendose para arriba.
Mi cabeza dada vuelta, mi corazón retorcido ya que, mas alla de la calentura y lo sexual, yo la quería muchísimo y había sido todo super tierno. Volví a mi casa sin dejar de pensar en ella. Si estaba obsesionado con ella, ese fue el primer paso para una serie de historias muy divertidas, que contaré en la próxima entrega seguramente, porque ya estoy super caliente jajaja. Y además, no quisiera quemar todo en un solo post porque honestamente... hay algo más de material con Paula y Cami, con Nico tmb, y con una amiga de Paula, su mejor amiga, que voy a nombrar Marcela, y aprovecho esto para introducirla. El proximo post seguro tendrá historias con ellos y luego podré continuar con Sabri, mi hermanita hermosa, con la cual aún hoy día sigue habiendo nuevas historias que pasaré a contarles. Hace poco aproveché para entrar en su celular y robarle algunas fotos, pero las descargué en otra pc. También tengo alguna que otra imagen de Paula, de Cami y de Marce, pero las paso sólo por privado y por intercambio. Saludos y hasta la próxima. Dejen comentarios por favor que me interesa leerlos.
Segunda Parte: http://www.poringa.net/posts/relatos/3169260/Sexualidad-y-familia-Parte-II.html
Tercera Parte: http://www.poringa.net/posts/relatos/3171976/Sexualidad-y-familia-Parte-III.html
Cuarta Parte: http://www.poringa.net/posts/relatos/3177415/Sexualidad-y-Familia-Parte-IV.html
Quinta Parte: http://www.poringa.net/posts/relatos/3184206/Sexualidad-y-Familia-Parte-V.html
Buenas, tanto tiempo! Estuve con muchos quilombos familiares (no incestuosos jaja) que me tienen medio ocupado, pero hoy tengo un ratito para escribir, así que aquí estoy. Dije en el anterior post que iba aprovechar para contar unas cosas que (por ahora al menos) no tienen que ver con mi hermana, pero sí son de calibre incestuoso. Tiene que ver con mi novia y mi cuñadita.
Había presentado a quien en ese momento era mi novia, voy a llamarla Paula. Ella tiene dos hermanos que voy a llamar Nicolás y Camila. Paula tiene mi misma edad, Nicolas dos años menos, y Camila otros dos menos. Son tres hermanos hermosos, de descendencia alemana. Rubios de ojos verdes los tres, muy parecidos entre sí pero a la vez algo diferentes. A mi novia la conocí en la secundaria con 15 años los dos, y fuimos novios por diez años. Eventualmente, en los primeros momentos de nuestra relación conocí a sus dos hermanos, a Nico y a Camila... una nena hermosa. Como dije, los tres eran hermosos, pero Camila llevaba el morbo de ser la hermanita de mi novia, la princesa de la familia, la hermana menor. Desde un principio me gustó esa pendeja. Era una nena, lo sé, pero sabía que a medida que fuera creciendo iba a convertirse en toda una perra. De todas formas mi novia también, estaba tremenda. Entre ellas había algunas diferencias bien características, que se fueron acentuando con el tiempo. Mi novia era mas petisita, BIEN culona (no me olvido nunca más de ese culo, por Dios) y con pechos más tirando a chicos, pero hermosos, con pezones rosaditos y ricos. Tenía ojos mas redondos y grandes, bien verdes como todos, y usaba el pelo corto. Sus labios de patito bien marcados. La mejor besadora y chupadora de pija que he conocido. En cambio Camila, era un poco más alta, con cuerpo mas fino, mas estilizado por así decir, con un culo más chico pero con unas tetas enormes. Hermosas. Me babeo de sólo pensar. Sus ojos bien felinos, estirados. Su nariz punteaguda y parada. Su boca, finita rosa y hermosa. Apenas acabo de arrancar este relato y ya estoy re caliente así que no sé cuándo lo terminaré jajajaja. Luego estaba Nicolás, un rubio hermoso también.
Recuerdo que la mayorías de mis encuentros con mi novia eran en casa de su familia, gracias a mi insistencia, porque de esa manera podría ver a Camila, además del morbo que me daba coger con Paula en casa de su familia. No me quiero adelantar a los hechos, voy a intentar contar ciertas situaciones que fui viviendo con las dos, hasta llegar al acto final, por así decir.
Podría empezar contando que con Paula, a pesar de que no fue mi primera novia, tuve mi primera vez. Pero no quiero extenderme mucho en ello. Sólo decir que ella fue y es una bestia en la cama, le encanta el sexo, es muy porno, le encanta sentirse deseada, coger por todos lados, en todos lados, en cualquier momento. Las primeras veces lo hicimos en mi casa. La primera vez de todas fue cuando teníamos 16 años (ella no era virgen igual), que tipo dos de la mañana, mientras estaba juntada con sus amigas en la casa de una de ellas, me llamó para decirme si podía venir, se tomó un remis hasta mi casa, cogimos, y se fue nuevamente a lo de su amiga. No recuerdo mucho de esa vez. Pero de por sí, hemos cogido en todos lados, sobre todo durante nuestra adolescencia. Una vez en los Rosedales de Palermo, nos sentamos bajo un arbol, y nos tapamos con una manta, y se sentó en cuclillas en mi pija. Cogimos mientras veíamos a la gente pasar, lenta y disimuladamente para que no nos vieran. Era super excitante ver cómo la gente se daba cuenta, de todas formas, que había dos adolescentes cogiendo en público. La agarraba de la cintura y la hacía subir y bajar, estando yo de rodillas. El sexo adolescente mas la adrenalina, fue tremenda. De todas formas no acabé. Esa vez terminó cuando vimos que se nos acercaba un policía, o un guardia, no recuerdo. Intentando disimular, nos pusimos las ropas que habíamos bajado, y antes de que llegar a nosotros nos levantamos, agarramos nuestras cosas y nos fuimos. No olvido más la adrenalina de hacer algo tan atrevido, tan fuera de lugar. Ella era una loca y quería coger en todos lados, cumplir todas sus fantasías, y yo la acompañaba. Esa vez me quedé re caliente, y luego de pasear un rato más, me hizo una corta paja en una esquina del Museo Nacional de Bellas Artes, mientras yo le tocaba una teta por debajo de su camisa. Deje mi marca en el sócalo de la pared.
Otra vez que recuerdo así fue en una plaza que queda a la vuelta de mi casa. Estábamos tomando mate, sentados en el piso, y nos calentamos. Así que nos tapamos con la mata pero todo el cuerpo, y me hizo un pete ahí, nuevamente en público. Tampoco acabé aquella vez, y no hubo luego revancha. Pero fue super caliente. Recuerdo luego de petearme un rato, me dio unos besos, era la primera vez que besaba a alguien después de recibir una chupada de pija. Se sintió raro pero al toque me calenté. De todas formas, como dije, no logré acabar aquella vez.
Eramos dos conejitos, donde veíamos la oportunidad, cogíamos. Una vez en el complejo de Independiente de Wilde, donde todos los años nos juntabamos a festejar el día del amigo, nos alejamos hasta el borde del terreno, y sin taparnos, a la vista de todos (aunque bastante lejos), se bajó el pantalón, acostada boca abajo, y yo le colé los dedos. Tenía su culo en mi cara, moviendose circularmente, y mientras le chupaba los cachetes y la raya del orto, le metía dos y tres dedos alternadamente, mojando toda mi mano. Lo hice así hasta que acabó, para ese momento ya en cuatro, sin importarle nada. No recuerdo cómo terminó esa vez jaja pero fue excelente.
Otra vuelta fue en la casa de un amigo en común (gracias a quien la había conocido), que estabamos en el fondo de la casa dandonos unos besos y escuchamos que llega el tío de mi amigo, lo cual la re calentó al escucharlos hablar en la habitación que quedaba a la vuelta de donde estabamos nosotros. En seguida se agachó y me bajó el pantalón, para empezar a chuparmela con una calentura que no había visto nunca. No es que necesariamente le calentara el tipo, sino el hecho de que estuviera ahí y nos pudieran descubrir. Luego de unos diez minutos de pete, la hice arrodillarse en el sillon, y le bajé el jean que tenía super ajustado. Me encantaba ese culo, era bien enorme como el de mi vieja (creo que por eso me gustaba tanto). Esa vez le chupé un minuto el culo y la concha desde atrás, para humedecerla un poco más, y la cogí fuertemente. Ella tomaba pastillas y yo era un inconsciente, así que cogíamos siempre sin forro. Le acabé todo el culo enseguida, y así sucia como estaba, se subió el pantalón, y fuimos a saludar al tío de mi amigo. Era una cochina. Yo imaginaba cómo se pegoteaba toda mi leche contra su pantalón y entre sus cachetes, mientras hablaba activamente con él.
Y así hubo mil situaciones. Mi amigo siempre tenía la casa sola así que hacíamos muchas jodas en que invitabamos a mucha gente, y siempre todos terminaban cogiendo. Recuerdo una vez eramos seis en una habitación "durmiendo". Tres hombres y tres mujeres, tres parejas cogiendo entre sí pero haciendo silencio para que los otros no se enteraran, aunque sabiendo que ya lo sabían. Esa vez estabamos ella y yo en un colchón doble en el piso, con otra pareja que también cogía bajo las sabanas, y en otra cama singular, otros dos amigos, también cogiendo. Era como una orgía pero disimulada. La cogía de costado agarrandola de la cintura y de los cachetes del culo. Siempre, o casi siempre le acababa adentro. Un placer infinito.
Podría contar más pero ustedes no están acá para leer a una pareja cogiendo sino para calentarse con el morbo incestuoso. Y que lo había, lo había. Al principio yo no era directo con Paula sobre mis sentimientos para con Camila. Era una nena hermosa que yo aprovechaba toda oportunidad para mirar, espiar, desear... Así que voy a contar algunas situaciones con ella.
Ya desde un principio, como dije, sabía que era hermosa e iba a ser tremenda perra. La primera vez que recuerdo me re calenté con ella, fue un día de verano, en que yo estaba en la casa de la familia de mi novia. Estabamos arriba y y fui para abajo no recuerdo para qué, cuestión que para bajar había que pasar primero por un patio. Y allí estaba ella, en bikini, dandome la espalda y estaba... mojandose el cuerpo con una manguera. Parece irreal pero juro que fue justito, y excelente: Se había levantado digamos un poco la parte de abajo del bikini, para tirarse agua directo en el culo... Ay dios, fue mi primera visión de ese culito. Era chiquito, pero hermoso, tentador, blanquito... Seguramente con un ano rosa hermoso. Soy adicto a los culos, así que eso me volvió loco. Pude ver como por tres segundos gran parte de su culo. Ya que al levantarlo (no sé cómo explicarlo, era tipo tirarlo para atrás, como antes de hacer un calzón chino jaja) le pude ver digamos un 80% de la raya de su culo. Lo recuerdo y me re caliento. Sus nalgas blanquitas también bastante a la vista. Se me paró la chota al toque, no creo que ella lo haya notado. Cuando me escuchó pasar se dio vuelta rapidamente y soltó su bikini para acomodarlo rapidamente. En esa epoca todavía no hablabamos mucho, asi que no dijimos nada y yo seguí mi camino hacia adelante. Pero ya había comenzado una maldición que nunca me pude quitar. Me empezaba a obsesionar con mi cuñadita.
Una segunda vez, que fue aún mejor, fue una vez que yo había recién llegado a la casa, me abrió el padre y me dijo que mi novia habia salido a comprar. Entonces, crucé el patio, subí por las escaleras y entré a la parte de arriba de a casa. Cuando entré, escuché que había alguien en el baño. Así que aproveché que nadie más que el padre sabía que estaba ahí, para quedarme frente al baño esperando a que la persona saliera. Sabia que era Camila porque mi suegra trabajaba en ese horario. Me quedé silenciosamente esperando, hasta que la puerta se abró rapidmente y salió Camila atandose por delante la toalla, dejandome el suficiente tiempo para poder ver rapidamente su cuerpo desnudo. Sus tetas, como imaginaba, eran hermosas, aún no muy grandes porque todavía era chica.... Pero su cuerpo era hermoso. Su concha no sé si estaba depiladita o si todavía no tenía muchos pelitos... Pero me volvió loco. Ella se puso rojísima de la verguenza y se fue muy rapidamente a su habitación que quedaba al lado del baño. Enseguida entré al baño, pidiendo perdon, aunque realmente no lo sentía así. Para mi sorpresa, al entrar, estaba su ropa sucia. El baño lleno de vapor. Yo recontra caliente. A pesar de que no soy mucho de la ropa interior, estaba su bombachita blanca tirada ahi, así que la tomé entre mis dedos, la enredé a mi pija, y me hice una paja que habrá durado un minuto y medio porque la calentura que tenía era tremenda. Yo creo que Camila se dio cuenta de lo que estaba pasando. Pero no salió de su habitación hasta mucho rato después, seguro llena de verguenza. Mi obsesión con Camila ya estaba consolidada.
A partir de ahí ya aprovechaba cualquier situación para acercarme a ella, tocarla, mirarla, espiarla, como dije... Con el tiempo fuimos ganando confianza, de a poquito. Una vez, en la casa de una de sus tías, habíamos ido para tirarnos a la pileta grande que tenía. Eramos todavía bastante chicos, adolescentes. Esa vez fue tremenda. Con parte de su familia en el patio, a unos diez metros, estaba primero Camila y su primo jugando en la pileta. Recuerdo que mientras yo tomaba mate con la familia, al fondo del patio, Camila apoyó sus manos en el borde de la pileta para llamarme. Cuando me dí vuelta a mirarla, estaba mirandome fijo, llamandome con una sonrisa, y -creo yo sin querer- apretando sus tetas entre sus brazos. Se veían hermosas. Era una adolescente pero ya asomaban tremendas tetas, como las de su tía. Fui directo a cambiarme, y luego a la pile. Al primo no le daba bola pero había que caretearla un poco. De todas maneras aproveché esa vez para acercarme mucho a Cami. Jugabamos en el agua, y no parabamos de toquetearnos. Yo sentí que ella también estaba caliente conmigo. Sus tetas pujaban por salir de su bikini. La parte de abajo cubría una pequeña parte de su culo, que de a poco iba creciendo. Blanquito y hermoso como siempre. La agarraba de la cintura, me pegaba a su cuerpo, le acariciaba la espalda y la panza disimuladamente. Hasta la apoyaba un poco. Todo esto con su familia (incluyendo a Paula) cerca y su primito (bastante mas chico) en la pile.. Nos empujabamos, nos escupíamos agua.. Eramos los "niños" jugando, pero ella y yo, al menos eso creo, sabíamos que estabamos ahí porque nos calentaba. De hecho yo tenía una erección tremenda que no sabía como disimular. Pero ella se había dado cuenta, porque en un momento muy específico la apoyé "sin querer" bien fuerte sobre el culo, y ella se dio vuelta con una mirada que no olvido más: sus ojos parecían brillar, sus mejillas estaban coloradas, y su boca entre abierta. Me miró como diciendo "acabás de apoyarme toda tu pija en el medio del orto". Fue hermoso. Ese juego terminó de todas formas rapidamente cuando vino Paula, mi novia, a tirarse a la pile con nosotros. De ahí no recuerdo mucho más.
Varias veces en su casa yo la buscaba. Una vez ella se estaba bañando, y yo fui a golpear la puerta. Preguntó quién era, le dije que yo, y me dijo que pasara. La cortina era transparente, así que yo podía ver la figura desnuda de mi cuñada enjabonandose. Estaba de costado, con la espalda un tanto arqueada y las piernas bien rectas, como sacando culo. Me volvía loco. Su ropa sucia en el suelo. Quería entrar a la ducha y cogerla ahí mismo. Claro que no lo hice. A pesar de lo que había sucedido un tiempito antes en la pileta, todavía no estaban bien claras, o aclaradas, nuestras ganas de cogernos entre sí.
De estas hubo varias situaciones. Ella siempre usaba shorcitos cortitos en la casa, como despreocupada. Y yo me volvía loco viendola ir y venir, intentando disimular mi mirada. Paula siempre sospechó, o supo, las ganas que yo le tenía: pues era hermosa, no había manera de no querer cogerla. A todos lados donde iba, todo el mundo se giraba para mirarla, y la querían chamuyar. Con el tiempo empezamos a charlar con mi novia sobre el tema. Ella siempre se mostraba un poco negada, pero a veces, sobre todo cuando cogíamos, se permitía fantasear un poco. Yo, por cómo se llevaban, sabia que había ciertas cuestiones incestuosas ahí, que luego de hecho confirmé por propia palabra de mi novia: de chicos jugaban entre sí, me contó que se dejaba chupar las tetas por Nicolás, quien también se había bañado alguna que otra vez con las dos, o se acostaban desnudos en la cama. Se necesita a uno para reconocer a otro... Y yo sabía que ellos también tenian el gen del incesto (como seguramente todas las familias, de hecho).
La primera situación más fuerte (y aquí me salteo varios años y varias situaciones menores que se podrán imaginar pero que no vale la pena tanto contarlas, para no rellenar tanto) fue una vez que la acompañé al departamento que tenía su familia en capital. No sé por qué había sido, pero yo tenía que ir a buscar a Camila a un lugar, y acompañarla hasta el departamento para que llegara segura. Al llegar a la puerta, me ofreció entrar y así lo hice. Fuimos hasta arriba. Tomamos creo que unos mates, y decidimos mirar una película. La situación era tremendamente morbosa. Era la primera vez que estabamos tan sólos y de incognito, porque sabíamos que nadie vendría hasta el otro día. De todas formas no me quedé a dormir, pero dejenme contarles.. No recuerdo qué peli estabamos viendo, pero yo estaba re caliente. Estabamos sentados uno al lado del otro en el sillón, frente a la pantalla. En un momento me levanté para ir al baño, a bajar un poco la calentura porque no dejaba de pensar en darme vuelta, agarrarla y cogerla ahí mismo. Les recuerdo que nuestra relación fue dandose muy lentamente y todavía no había mucha confianza. Bueno, fui al baño, me lavé la cara... me quité la remera y la dejé colgada ahí. Volví al living donde estábamos, esta vez en cuero, y con un jogging puesto. Ella estaba con un short de tela y una remera un poco corta, blanca. Sus tetas peleaban por salirse, y su short era tremendamente provocativo, de lo finito y corto que era, color rosa. Me senté en el sillón, esta vez más pegado a ella, y directamente crucé un brazo por detrás de su espalda... Y ella reaccionó al toque, se acercó un poco a mí, pegando nuestros muslos de costado. Mi respiración era agitada, e intentaba hacer un poco de ruido para que se diera cuenta, de lo caliente que estaba. Suspiraba fuerte. Empecé con unos pequeños movimientos sobre su hombro derecho con mis dedos, acariciandola lentamente. Primero sobre la remera... Luego pasé un poco al cuello, que estaba hirviendo, pegando un pco más mi cuerpo al de ella, y ella moviendo su cabeza de lado para casi apoyarla sobre la mia. Luego volví a su hombro pero esta vez por debajo de su remera. Seguí así un poco, yendo hacia su espalda, cuello y brazo, alternando entre ellos. Luego de unos minutos ella se movió bastante, se levantó y se fue al baño. Yo pensando... La re cagué. Me va a mandar a cagar...
Al ratito volvió, y se sentó nuevamente bien pegada a mi. Y en seguida se corrió de nuevo un poco hacia la derecha, alejandose un poco de mi, y para mi sorpresa, se acostó digamos, apoyando su cabeza sobre mis piernas. Mi pija reaccionó enseguida, haciendo un poco de presión sobre su nuca. Yo estaba re duro, en todo sentido. No me quería mover, para no cagarla, pero ya la situación se estaba volviendo muy evidente. Apoye mi mano sobre su cintura, bajo la remera que se había levantado, directo sobre su piel, y el resto del brazo sobre su espalda y brazo. Ella estaba muy quietita, con la cabeza en mis muslos, y una mano apoyada cerca de su boca sobre mi pierna. Mi pija hiper dura, hiper caliente. Empecé a hacer pequeños movimientos con mi mano sobre su cintura. Sentía los huesos de su cadera, subía un poco, hasta cerca de su pecho, bajaba nuevamente, acariciaba con la yema de mis dedos su pancita... Ella respiraba cada vez más fuerte y se sentía la temperatura subir. Frotaba lentamente sus piernas, seguramente dandose placer en su entre pierna. Estuvimos así un buen rato, la peli ya ni la mirabamos, incluso por momento veía que ella cerraba sus ojos, y eso me calentaba de sobre manera, con su boquita abierta. Lentamente moví mi mano hacia abajo para rozar el encaje de su bombacha negra que asomaba por encima del short... Todo lo hcía lentamente porque todo el tiempo tenía miedo de que ella terminara todo ahí. Yo estaba entregado. Cuando ví que no había problema, moví mi mano siempre sobre el encaje por toda su cintura, rodeandola, de adelante hacia atrás y de atrás hacia adelante. En cada movimiento intentaba entrar por debajo de su pantalón, o apoyaba algunos dedos sobre sus nalgas... Ella había corrido su cabeza un poco para atrás, acercando su nunca a mi panza y... su boca a mi pija. Su pómulo izquierdo estaba sobre mi pija, que presionaba por salir. Tenía la verga llena de leche, queria acabar ahí mismo. Enseguida y ya con más descaro, empecé a acariciar por arriba del pantalón su culo y sus piernas. En cada ida y venida me calentaba más. Su piel adolescente era tremendamente suave, y su cuerpo estaba hirviendo. Pasaba mi mano por sus nalgas, sus cachetes, por encima de la fila tela del short, sintiendo la forma del culotte que llevaba puesto. Derepente metía la punta de mis dedos por debajo de su short desde la parte de abajo, es decir por encima de sus piernas. Ella en cada movimiento se movía un poco. Empecé a ejercer un poco más de fuerza en mi tacto, agarrando cada tanto suavemente una nalga, poniendo mis dedos entre sus dos nalgas... Mientras movía mi cintura de arriba abajo como cogiendo el aire, con su cabeza arriba de mis piernas y su boca cada vez más cerca de mi pija, siempre al limite de acabar. Es como si me masturbara con su mejilla jaja no sé si se entiende. Mi mano derecha ya descaradamente agarraba su culo, sus nalgas, su pierna. En un mometo se giró para quedar completamente boca abajo (aunque la cara aún la tenía de costado, pero todo su cuerpo miraba hacia abajo, apoyando su panza en el sillón) y abrió un poco sus piernas, permitiendome tocar por primera vez y por encima del pantalón, su entre pierna. Estaba hirviendo, casi que quemaba, y super mojada: la humedad había traspasado las telas y casi se sentía pegajozo. Yo como siempre, a punto de acabar y con los movimientos de mi cadera cada vez más pronunciados, cogiendo el aire. En un momento subí nuevamente a su espalda, y deslicé sin disimulo ni suavidad mis dedos hacia abajo, por debajo de su pantalón y culotte, a lo que reaccionó diciendo muy bajito mi nombre, casi con un suspiro. Por primera vez estaba tocando el culo, las nalgas, y la concha de mi cuñadita. Como dije, hervía de calentura. Comencé a colarle un dedo, despacito, mientras ella gemía por lo bajito. Los dos movíamos la cadera de arriba abajo como si estuvieramos cogiendo, lo que me permitía esa masturbación aérea que decía jaja y había ingresado completamente mi dedo del medio de la mano derecha en su concha. e sentía hermoso, morboso, caliente, suave, hasta corrugado diría.... Exploré su concha con un dedo, de arriba abajo, de lado a lado. Me atrevo a decir que era la primera experiencia de ella así.
Me estoy re calentando de contar esto no sé cuánto más pueda llegar jajaj.
Bueno igual terminó rapidamente eso, ¿Cómo? Luego de unos minutos de estar masturbandola y ella ya gimiendo en un volumen bastante alto, levanté un poco más mi cintura, para bajar mi pantalón y calzón, quedando mi pija al aire libre, bien dura y parada, que ella se quedó mirando unos diez segundos sin decir nada, paralizada. Ahí dejé de masturbarla, llevé mi mano a mi boca para chupar sus fluidos. Fuertes, ácidos y dulces, ríquisimos. Luego de eso, enseguida agarré su nuca despacio y la fui llevando para abajo, ella lo entendió enseguida. Abrió su boca y... apenas rodeó mi pija con sus labios y apoyó su lengua haciendo presión, acabé al toque. Juraría que fueron diez litros de semen, de tanta calentura que tenía. Ella reaccionó casi con asco, claramente era su primera vez. No había llegado ni a petearme porque al mero contacto yo ya le había llenado la cara y un poco la boca de mi leche.
Se fue rapidamente al baño, acomodando su short y se quedó ahí juro que una media hora. La peli terminó y me levanté para golpear la puerta y preguntar si estaba bien. Me respondió un "sí" y nada más. Le dije que ya tenía que irme... Al decirlo sentí como si la hubiera usado, pero sabía que no era así. Me dijo "bueno". Y diez minutos despupés, estando ya listo yo, salió para bajarme a abrir. No me miró en ningún momento, ni en el ascensor. Caminamos el pasillito en silencio hasta la puerta, la abrió, salí y me di vueta esperando que ya hubiera cerrado la puerta. Sin embargo, apenas me di vuelta, ella me abrazó fuerte. Estuvimos unos minutos así, en que ella rodeó mi cuello y yo su espalda. Los dos con los cuerpos hirviendo. La acaricié con movimientos circulares por un rato, hasta que se alejó un poco de mi, me dio un piquito tímido que casi me rozó los labios, y se fue hacia el ascensor nuevamente. Yo me quedé mirando su culito moverse, recordando lo que había pasado unos minutos antes. La miré entrar al ascensor y me quedé mirandola hasta que desapareció yendose para arriba.
Mi cabeza dada vuelta, mi corazón retorcido ya que, mas alla de la calentura y lo sexual, yo la quería muchísimo y había sido todo super tierno. Volví a mi casa sin dejar de pensar en ella. Si estaba obsesionado con ella, ese fue el primer paso para una serie de historias muy divertidas, que contaré en la próxima entrega seguramente, porque ya estoy super caliente jajaja. Y además, no quisiera quemar todo en un solo post porque honestamente... hay algo más de material con Paula y Cami, con Nico tmb, y con una amiga de Paula, su mejor amiga, que voy a nombrar Marcela, y aprovecho esto para introducirla. El proximo post seguro tendrá historias con ellos y luego podré continuar con Sabri, mi hermanita hermosa, con la cual aún hoy día sigue habiendo nuevas historias que pasaré a contarles. Hace poco aproveché para entrar en su celular y robarle algunas fotos, pero las descargué en otra pc. También tengo alguna que otra imagen de Paula, de Cami y de Marce, pero las paso sólo por privado y por intercambio. Saludos y hasta la próxima. Dejen comentarios por favor que me interesa leerlos.
15 comentarios - Sexualidad y Familia (Parte VI)
Hermano te ganaste mi respeto, un grande, seguí así 👏
gracias por compartir
y de la cuñadita tendras fotos?