>Don David levantó la blusa para mamar sus pechos, le quitó el brassier, le estuvo mamando las tetas un buen rato, le levantó un poco su minifalda, para que los demás miraran bien su trasero desnudo
Cuando mi esposa me contó todo lo que sucedió la noche en que salió con su jefe el Sr. David de alguna manera me pareció excitante todo lo que me dijo y mientras me contaba le hice el amor como loco, al penetrarla fue una sensación extraña ya que había restos de semen del Sr. David en su interior, por la excitación eyaculé rápido pero cuando estuve tranquilo y relajado después de la increíble venida que tuve me vinieron un sin fin de remordimientos y celos aunados a una sensación de impotencia, ya que desde el comienzo de este juego estuve consciente y nunca hice nada por evitarlo, por el contrario le di libertad a mi esposa para contarme todo y de seguir el juego del Sr. David..
Después de la primer salida de mi esposa que fue un viernes por la noche decidió no ir a trabajar al día siguiente cuando yo regrese de mi trabajo la encontré recostada en el sillón viendo la Tv y le pregunté cómo se sentía, me dijo que se sentía un poco mejor ‘llamaste a tu trabajo –le pregunté- para reportarte enferma’, ‘si –me dijo- le llamé a Don David’ “y que te dijo” ella me respondió ‘Don David me dijo que se sentía muy mal pero también muy contento’
No hacía falta que me explicara porque se sentía muy contento, la abracé y la besé con mucho amor estuvimos así un buen rato y después hicimos el amor mientras ella me recordaba lo que había vivido la noche anterior, me decía como lo habían hecho y yo le decía que la amaba, ‘te amo aunque me seas infiel’ ella solo reía y me dijo ‘tonto’ el domingo transcurrió sin novedad hasta el lunes.
Nuevamente me llamó el lunes al trabajo ‘amor no me esperes a comer voy a salir a comer con Don David’ yo solo le conteste ‘esta bien amor que te diviertas’ y ella me contestó ‘no seas tonto solo voy a comer’ por la noche la fui a buscar a su trabajo y estuve esperando alrededor de una hora a que saliera sus compañeras salieron primero, cuando me vieron una de ellas le murmuró algo a otra, pasó una hora y quince minutos cuando al fin salió yo estaba muy caliente esperando a que me contara lo que había sucedido por la tarde, al verla la abracé y le di un beso en la boca mientras metía mi lengua en su boca noté diferente su aliento, detrás de ella salió el Sr. David.
‘Mira amor te presento a mi jefe Don David’ ‘mucho gusto Sr.’ Respondí extendiendo mi mano ‘igualmente’ respondió el, una vez presentados nos dijo que si nos daba un aventón ya que era tarde, mi esposa presurosa le contestó “gracias don David es usted muy amable”, nos subimos a su coche y mientras él conducía le comentaba a mi esposa lo que habrían de hacer al otro día, cuando llegamos a la casa lo primero que pregunté “apoco siempre le hablas de usted” “si, por que” “no, es que pensé que por la confianza que se tenían, pero dime que hicieron por la tarde” “pues lo que te dije solo fuimos a comer”
No le creí y ella se divertía teniéndome en incertidumbre, hasta que se compadeció de mí y me dijo, “de veras, en la tarde no pasó nada… fue ahorita en la salida” me comentó que cerca de la hora de salida el Sr. David la metió a su oficina y ahí la estuvo besando y manoseando y que ella solo le decía “no don David, espérese, aquí no, nos pueden ver las compañeras” pero él no hizo caso y como no se podía hacer más él la fue empujando para que mi esposa se agachara y le hiciera una mamada.
Solo imaginar a mi pequeña esposa, contra aquel hombre dominándola me empezó a excitar, según me cuenta, le estuvo chupando hasta que él se vino, después se levantó y él le dio una servilleta para que se limpiara los labios, fue cuando se dieron cuenta que el tiempo había pasado y salieron rápido porque ella sabía que yo la estaba esperando afuera.
Así pasó esa primer semana entre besos apasionados y manoseos en la oficina del Sr. David y de vez en cuando ella le chupaba el pene hasta hacerlo venir, me cuenta mi esposa que don David la presenta como su asistente con sus amigos e incluso ya conoce también a su esposa, una mujer muy atractiva, el siguiente fin de semana se volvió a repetir la escena de la semana anterior, solo que esta vez los amigos del Sr. David, José y Alberto y otro tipo que ella no conocía un tal Paco, propusieron que en lugar de ir a un bar fueran directo a la casa de José, como mi esposa ya lo conocía decidió aceptar de buena manera, así que compraron cerveza, tequila y lo necesario…
Después en la casa de José estuvieron conviviendo, mi esposa y don David a cada momento se comían a besos y él de vez en cuando le tocaba las tetas mientras la besaba o las nalgas cuando bailaban mientras los demás miraban, como era de esperar el alcohol empezó a hacer efecto de nuevo todos bailaron con mi esposa, mientras el Sr. David se embriagaba, quizá por los efectos del alcohol no le importaba tocar a mi esposa delante de sus amigos, al igual que la semana pasada, intentó levantar la blusa de mi mujer para lamer sus pechos, solo que mi esposa esta vez sí lo permitió sin importar que estuvieran sus amigos delante…
Fue así que mientras le chupaba un pezón, el otro lo masajeaba con una mano, pero esto ocurría ante la atenta mirada de sus amigos, ella estaba medio recostada en el sillón dejándose que el Sr. David le chupara los senos desnudos, sus piernas estaban abiertas, por lo que su minifalda dejaba que los demás vieran también la diminuta tanga, después la tomó y la sentó encima de él aun con los pechos al aire, mientras ella bajaba de nuevo la blusa para cubrirse, siguieron la reunión y alguien propuso que ella bailara sola para que ellos la miraran, “¿Me da permiso don David?” dijo mi esposa.
El Sr. David le dijo que si ante la alegría de los demás presentes así que pusieron música lenta y ella aceptó bailar para ellos, mi esposa se movía de manera cachonda y ellos miraban atentos cada uno de sus movimientos, obviamente al que se le acercaba era a don David y cada vez que lo hacía el Sr. no perdía la oportunidad para meter la mano debajo de su minifalda o tocar sus pechos sobre la blusa, en una de esas veces que se acercó a don David, este la jaló y levantó de nuevo la blusa para mamar sus pechos, solo que esta vez le quitó el brassier, mientras los demás gritaban y aplaudían, le estuvo mamando la tetas un buen rato mientras con la otra mano le levantó un poco su minifalda, para tocarle las nalgas, lo suficiente para que los demás miraran bien su trasero desnudo…
En eso terminó la canción que estaba y todos volvieron a gritar “otra vez, otra vez” pero ella se sentó junto al Sr. David dando por terminado el baile, acto seguido él la volvió a besar y la recostó en el sillón, se encimó en ella y con la ropa puesta le arrimaba el paquete en su vagina, mientras ella se quejaba lentamente, todos seguían brindando y aplaudiendo a mi esposa, de nuevo don David se emborrachó y entrada la madrugada se quedó dormido de nuevo, por lo que mi esposa siguió conviviendo con los demás, obviamente como en la semana pasada entre baile y baile ellos tocaban a mi esposa y le propusieron que bailara de nuevo para ellos, al fin y al cabo ya se había dormido don David, ella aceptó y ellos pusieron música nuevamente…
Se movía cachondamente, hasta que se acercó a José, le bailó sugestivamente y él la agarró sentado como estaba, enfrente mi esposa y él rodeándola con sus brazos le acariciaba las nalgas, mientras mi esposa movía su trasero de un lado a otro, al notar que mi esposa no hizo ninguna reacción don José le empezó a levantar la faldita para acariciar sus nalgas desnudas pero ella lo detuvo y se separó de él para seguir bailando, después se acercó al anfitrión de la casa, el Sr. Paco…
Este más atrevido de entrada le levantó la blusa y quedaron sus senos desnudos al aire y empezó a agarrarlos y lentamente le mordía sus pezones, mi esposa empezó a ponerse caliente, pero lo separó también, solo que no se bajó la blusa y así bailo para ellos, esta vez Alberto le dijo “falta que bailes para mi corazón” por lo que se tuvo que acercar a él y empezó a moverse igual, el Sr. Alberto poniendo sus manos a los lados de sus piernas le levantó la minifalda, lo suficiente para que se le viera su tanguita…
En un descuido, mientras en el baile mi esposa levantaba las manos, don Alberto le bajó la tanga casi hasta los tobillos, esto fue el furor de ellos y entre aplausos y chiflidos mi esposa se volvió a subir la tanguita entre risas de ella misma, cuando terminó de bailar se bajó la blusa y se acomodó la faldita, los Srs. Le aplaudieron y la ovacionaron contentos, siguieron conviviendo muy a gusto entre que bailaban con ella y la manoseaban hasta las 5 de la mañana, ellos ya estaban ebrios por lo que pidieron un taxi para que llevara a mi esposa a la casa, al llegar la recibí, esta vez, a diferencia de la semana pasada llegó un poco más ebria.
Así fue entonces la segunda semana en que está de amante del Sr. David su jefe.
Después de esa semana le siguió un viaje a Veracruz, y otras actividades que mi esposa ha tenido que compartir con su jefe.
Cuando mi esposa me contó todo lo que sucedió la noche en que salió con su jefe el Sr. David de alguna manera me pareció excitante todo lo que me dijo y mientras me contaba le hice el amor como loco, al penetrarla fue una sensación extraña ya que había restos de semen del Sr. David en su interior, por la excitación eyaculé rápido pero cuando estuve tranquilo y relajado después de la increíble venida que tuve me vinieron un sin fin de remordimientos y celos aunados a una sensación de impotencia, ya que desde el comienzo de este juego estuve consciente y nunca hice nada por evitarlo, por el contrario le di libertad a mi esposa para contarme todo y de seguir el juego del Sr. David..
Después de la primer salida de mi esposa que fue un viernes por la noche decidió no ir a trabajar al día siguiente cuando yo regrese de mi trabajo la encontré recostada en el sillón viendo la Tv y le pregunté cómo se sentía, me dijo que se sentía un poco mejor ‘llamaste a tu trabajo –le pregunté- para reportarte enferma’, ‘si –me dijo- le llamé a Don David’ “y que te dijo” ella me respondió ‘Don David me dijo que se sentía muy mal pero también muy contento’
No hacía falta que me explicara porque se sentía muy contento, la abracé y la besé con mucho amor estuvimos así un buen rato y después hicimos el amor mientras ella me recordaba lo que había vivido la noche anterior, me decía como lo habían hecho y yo le decía que la amaba, ‘te amo aunque me seas infiel’ ella solo reía y me dijo ‘tonto’ el domingo transcurrió sin novedad hasta el lunes.
Nuevamente me llamó el lunes al trabajo ‘amor no me esperes a comer voy a salir a comer con Don David’ yo solo le conteste ‘esta bien amor que te diviertas’ y ella me contestó ‘no seas tonto solo voy a comer’ por la noche la fui a buscar a su trabajo y estuve esperando alrededor de una hora a que saliera sus compañeras salieron primero, cuando me vieron una de ellas le murmuró algo a otra, pasó una hora y quince minutos cuando al fin salió yo estaba muy caliente esperando a que me contara lo que había sucedido por la tarde, al verla la abracé y le di un beso en la boca mientras metía mi lengua en su boca noté diferente su aliento, detrás de ella salió el Sr. David.
‘Mira amor te presento a mi jefe Don David’ ‘mucho gusto Sr.’ Respondí extendiendo mi mano ‘igualmente’ respondió el, una vez presentados nos dijo que si nos daba un aventón ya que era tarde, mi esposa presurosa le contestó “gracias don David es usted muy amable”, nos subimos a su coche y mientras él conducía le comentaba a mi esposa lo que habrían de hacer al otro día, cuando llegamos a la casa lo primero que pregunté “apoco siempre le hablas de usted” “si, por que” “no, es que pensé que por la confianza que se tenían, pero dime que hicieron por la tarde” “pues lo que te dije solo fuimos a comer”
No le creí y ella se divertía teniéndome en incertidumbre, hasta que se compadeció de mí y me dijo, “de veras, en la tarde no pasó nada… fue ahorita en la salida” me comentó que cerca de la hora de salida el Sr. David la metió a su oficina y ahí la estuvo besando y manoseando y que ella solo le decía “no don David, espérese, aquí no, nos pueden ver las compañeras” pero él no hizo caso y como no se podía hacer más él la fue empujando para que mi esposa se agachara y le hiciera una mamada.
Solo imaginar a mi pequeña esposa, contra aquel hombre dominándola me empezó a excitar, según me cuenta, le estuvo chupando hasta que él se vino, después se levantó y él le dio una servilleta para que se limpiara los labios, fue cuando se dieron cuenta que el tiempo había pasado y salieron rápido porque ella sabía que yo la estaba esperando afuera.
Así pasó esa primer semana entre besos apasionados y manoseos en la oficina del Sr. David y de vez en cuando ella le chupaba el pene hasta hacerlo venir, me cuenta mi esposa que don David la presenta como su asistente con sus amigos e incluso ya conoce también a su esposa, una mujer muy atractiva, el siguiente fin de semana se volvió a repetir la escena de la semana anterior, solo que esta vez los amigos del Sr. David, José y Alberto y otro tipo que ella no conocía un tal Paco, propusieron que en lugar de ir a un bar fueran directo a la casa de José, como mi esposa ya lo conocía decidió aceptar de buena manera, así que compraron cerveza, tequila y lo necesario…
Después en la casa de José estuvieron conviviendo, mi esposa y don David a cada momento se comían a besos y él de vez en cuando le tocaba las tetas mientras la besaba o las nalgas cuando bailaban mientras los demás miraban, como era de esperar el alcohol empezó a hacer efecto de nuevo todos bailaron con mi esposa, mientras el Sr. David se embriagaba, quizá por los efectos del alcohol no le importaba tocar a mi esposa delante de sus amigos, al igual que la semana pasada, intentó levantar la blusa de mi mujer para lamer sus pechos, solo que mi esposa esta vez sí lo permitió sin importar que estuvieran sus amigos delante…
Fue así que mientras le chupaba un pezón, el otro lo masajeaba con una mano, pero esto ocurría ante la atenta mirada de sus amigos, ella estaba medio recostada en el sillón dejándose que el Sr. David le chupara los senos desnudos, sus piernas estaban abiertas, por lo que su minifalda dejaba que los demás vieran también la diminuta tanga, después la tomó y la sentó encima de él aun con los pechos al aire, mientras ella bajaba de nuevo la blusa para cubrirse, siguieron la reunión y alguien propuso que ella bailara sola para que ellos la miraran, “¿Me da permiso don David?” dijo mi esposa.
El Sr. David le dijo que si ante la alegría de los demás presentes así que pusieron música lenta y ella aceptó bailar para ellos, mi esposa se movía de manera cachonda y ellos miraban atentos cada uno de sus movimientos, obviamente al que se le acercaba era a don David y cada vez que lo hacía el Sr. no perdía la oportunidad para meter la mano debajo de su minifalda o tocar sus pechos sobre la blusa, en una de esas veces que se acercó a don David, este la jaló y levantó de nuevo la blusa para mamar sus pechos, solo que esta vez le quitó el brassier, mientras los demás gritaban y aplaudían, le estuvo mamando la tetas un buen rato mientras con la otra mano le levantó un poco su minifalda, para tocarle las nalgas, lo suficiente para que los demás miraran bien su trasero desnudo…
En eso terminó la canción que estaba y todos volvieron a gritar “otra vez, otra vez” pero ella se sentó junto al Sr. David dando por terminado el baile, acto seguido él la volvió a besar y la recostó en el sillón, se encimó en ella y con la ropa puesta le arrimaba el paquete en su vagina, mientras ella se quejaba lentamente, todos seguían brindando y aplaudiendo a mi esposa, de nuevo don David se emborrachó y entrada la madrugada se quedó dormido de nuevo, por lo que mi esposa siguió conviviendo con los demás, obviamente como en la semana pasada entre baile y baile ellos tocaban a mi esposa y le propusieron que bailara de nuevo para ellos, al fin y al cabo ya se había dormido don David, ella aceptó y ellos pusieron música nuevamente…
Se movía cachondamente, hasta que se acercó a José, le bailó sugestivamente y él la agarró sentado como estaba, enfrente mi esposa y él rodeándola con sus brazos le acariciaba las nalgas, mientras mi esposa movía su trasero de un lado a otro, al notar que mi esposa no hizo ninguna reacción don José le empezó a levantar la faldita para acariciar sus nalgas desnudas pero ella lo detuvo y se separó de él para seguir bailando, después se acercó al anfitrión de la casa, el Sr. Paco…
Este más atrevido de entrada le levantó la blusa y quedaron sus senos desnudos al aire y empezó a agarrarlos y lentamente le mordía sus pezones, mi esposa empezó a ponerse caliente, pero lo separó también, solo que no se bajó la blusa y así bailo para ellos, esta vez Alberto le dijo “falta que bailes para mi corazón” por lo que se tuvo que acercar a él y empezó a moverse igual, el Sr. Alberto poniendo sus manos a los lados de sus piernas le levantó la minifalda, lo suficiente para que se le viera su tanguita…
En un descuido, mientras en el baile mi esposa levantaba las manos, don Alberto le bajó la tanga casi hasta los tobillos, esto fue el furor de ellos y entre aplausos y chiflidos mi esposa se volvió a subir la tanguita entre risas de ella misma, cuando terminó de bailar se bajó la blusa y se acomodó la faldita, los Srs. Le aplaudieron y la ovacionaron contentos, siguieron conviviendo muy a gusto entre que bailaban con ella y la manoseaban hasta las 5 de la mañana, ellos ya estaban ebrios por lo que pidieron un taxi para que llevara a mi esposa a la casa, al llegar la recibí, esta vez, a diferencia de la semana pasada llegó un poco más ebria.
Así fue entonces la segunda semana en que está de amante del Sr. David su jefe.
Después de esa semana le siguió un viaje a Veracruz, y otras actividades que mi esposa ha tenido que compartir con su jefe.
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