Relatos de mi vida
Primera parte
Hola todos y todas, como se dice ahora, me llamo Clara ytengo aún 53 años (nací en Julio de 1964), casi 54. Me encuentro muy bien deánimo y físicamente. Mis medidas son 1.55 de altura, 50 kilos de peso. Cutisblanco, ojos oscuros, 81-58-84. En mi cuerpo se notan algo los años, pero no enmi ánimo.
Les quiero contar un poco de mi vida. Allá por Julio de 1964nacía yo en un pueblito del interior del Uruguay, ubicado a unos 80 kilómetrosde Montevideo, la capital, y que se formó sobre una ruta nacional. Mide unasveinte cuadras de largo sobre la ruta y en la zona del centro tiene unas cuatrocuadras de ancho. Es chiquito y en esa época vivían allí unas 1600 personas.Hoy viven alrededor de 2400. Vale decir que en 53 años creció un 50% lapoblación.
Mi madre era maestra de la escuela y mi padre tenía unapequeña chacra donde plantaba legumbres y tenía algunos frutales,principalmente limoneros. El vendía fruta y verdura en un puesto que teníacerca de la plaza del pueblito. Éramos pocos y allí todos se conocían. En esecontexto pasé mis primeros 17 años, casi 18. Fui a la escuela, a la secundaria,y llegó el momento en que mi madre me dijo que debía estudiar algo más siquería progresar, así que me trajo a Montevideo a inicio del año 1982.Estuvimos dos semanas donde me buscó una pensión estudiantil, me inscribió parahacer un curso de ingles y otro de administración de empresas y me dejó sola ainicios de febrero de 1982.
Sola realmente no,hasta me eligió una compañera de cuarto en el pensionado, una chica de Minas,cerca de nuestro pueblito. Una chica muy buena con la que compartimos muchascosas. Ella era un año mayor que yo y hacía un año que estaba en Montevideo,estudiaba ciencias económicas. Esti hizo que para mi muchas cosas fueran masfáciles, pues lla me guiaba, incluso los viernes a la tardecita nos tomábamosjuntas el bus, ella para Minas y yo a mi pueblo, que no les dije el nombre, sellama Solís de Mataojo. Los lunes volvíamos también juntas en el mismo servicio.
Al principio, yo extrañaba horrores, la diferencia entre unacosa y la otra era brutal, de pasar de un pueblo de 1600 habitantes,prácticamente todos conocidos a una ciudad de 1 millón y medio, mil vecesmás!!!! era muy fuerte.
De a poco me fui acostumbrando. Lo que si vi, cuandocomenaron las clases y pude conocer otras chicas de Montevideo, vi que estabacomo atrasada con respecto a ellas, eran aviones, en su relación con los chicosy esas cosas. Yo era aun virgen y podía creer lo que algunas me contaban,incluso había una compañera que tenía 19 años y tenía un hijo. Esos fueron losprincipales problemas, si se puede llamarlos así, que enfrenté. Como lasalcanzaba? Estaba bien hacerlo? Las veía tan felices y plenas que no sabía quehacer. Así a los tres meses de estar ahí conocí en el instituto a un chicomayor que yo, el tenía 20 recién cumplidos. Estamos hablando de esta época maso menos, mediados de Junio. Me pareció un buen chico, muy dulce y me daba lasensación de familiero, como nosotros que somos de afuera.
Me llevó enseguida a su casa a conocer a sus padres, yodemasiado cohibida todavía, pero de a poco me fui soltando y nuestra relacióncomenzó a ser cada vez mas estrecha, hasta que un día pasó, dejé, mas bienambos dejamos de ser vírgenes. Fue todo muy desprolijo aunque no me olvidarénunca de ese día. Así la relación con Ismael se fue consolidando, yo ya mesentía mejor, estaba mas tranquila y así fuimos llegando hasta que Ismael medijo de casarnos. Le dije, te parece? Y me dice, si te digo de vivir juntos tuspadres se mueren (ya habíamos ido un par de veces a Solis de Mataojo juntos yél los conoció) yo hable con mis padres, me dijo y ellos están de acuerdo.Incluso su padre nos ofreció arreglarnos un apartamento en el fondo de su casacon entrada independiente y compartiríamos el jardín, la piscina y la barbacoa.El padre de Ismael tenía taxis y creo que le iba muy bien y su situacióneconómica era buena. La cosa fue avanzando y en Diciembre del 82 nos casamos y nos fuimos de Luna de Miel aCancún. Acá termina la primera parte de mi relato. Después sigo.
Primera parte
Hola todos y todas, como se dice ahora, me llamo Clara ytengo aún 53 años (nací en Julio de 1964), casi 54. Me encuentro muy bien deánimo y físicamente. Mis medidas son 1.55 de altura, 50 kilos de peso. Cutisblanco, ojos oscuros, 81-58-84. En mi cuerpo se notan algo los años, pero no enmi ánimo.
Les quiero contar un poco de mi vida. Allá por Julio de 1964nacía yo en un pueblito del interior del Uruguay, ubicado a unos 80 kilómetrosde Montevideo, la capital, y que se formó sobre una ruta nacional. Mide unasveinte cuadras de largo sobre la ruta y en la zona del centro tiene unas cuatrocuadras de ancho. Es chiquito y en esa época vivían allí unas 1600 personas.Hoy viven alrededor de 2400. Vale decir que en 53 años creció un 50% lapoblación.
Mi madre era maestra de la escuela y mi padre tenía unapequeña chacra donde plantaba legumbres y tenía algunos frutales,principalmente limoneros. El vendía fruta y verdura en un puesto que teníacerca de la plaza del pueblito. Éramos pocos y allí todos se conocían. En esecontexto pasé mis primeros 17 años, casi 18. Fui a la escuela, a la secundaria,y llegó el momento en que mi madre me dijo que debía estudiar algo más siquería progresar, así que me trajo a Montevideo a inicio del año 1982.Estuvimos dos semanas donde me buscó una pensión estudiantil, me inscribió parahacer un curso de ingles y otro de administración de empresas y me dejó sola ainicios de febrero de 1982.
Sola realmente no,hasta me eligió una compañera de cuarto en el pensionado, una chica de Minas,cerca de nuestro pueblito. Una chica muy buena con la que compartimos muchascosas. Ella era un año mayor que yo y hacía un año que estaba en Montevideo,estudiaba ciencias económicas. Esti hizo que para mi muchas cosas fueran masfáciles, pues lla me guiaba, incluso los viernes a la tardecita nos tomábamosjuntas el bus, ella para Minas y yo a mi pueblo, que no les dije el nombre, sellama Solís de Mataojo. Los lunes volvíamos también juntas en el mismo servicio.
Al principio, yo extrañaba horrores, la diferencia entre unacosa y la otra era brutal, de pasar de un pueblo de 1600 habitantes,prácticamente todos conocidos a una ciudad de 1 millón y medio, mil vecesmás!!!! era muy fuerte.
De a poco me fui acostumbrando. Lo que si vi, cuandocomenaron las clases y pude conocer otras chicas de Montevideo, vi que estabacomo atrasada con respecto a ellas, eran aviones, en su relación con los chicosy esas cosas. Yo era aun virgen y podía creer lo que algunas me contaban,incluso había una compañera que tenía 19 años y tenía un hijo. Esos fueron losprincipales problemas, si se puede llamarlos así, que enfrenté. Como lasalcanzaba? Estaba bien hacerlo? Las veía tan felices y plenas que no sabía quehacer. Así a los tres meses de estar ahí conocí en el instituto a un chicomayor que yo, el tenía 20 recién cumplidos. Estamos hablando de esta época maso menos, mediados de Junio. Me pareció un buen chico, muy dulce y me daba lasensación de familiero, como nosotros que somos de afuera.
Me llevó enseguida a su casa a conocer a sus padres, yodemasiado cohibida todavía, pero de a poco me fui soltando y nuestra relacióncomenzó a ser cada vez mas estrecha, hasta que un día pasó, dejé, mas bienambos dejamos de ser vírgenes. Fue todo muy desprolijo aunque no me olvidarénunca de ese día. Así la relación con Ismael se fue consolidando, yo ya mesentía mejor, estaba mas tranquila y así fuimos llegando hasta que Ismael medijo de casarnos. Le dije, te parece? Y me dice, si te digo de vivir juntos tuspadres se mueren (ya habíamos ido un par de veces a Solis de Mataojo juntos yél los conoció) yo hable con mis padres, me dijo y ellos están de acuerdo.Incluso su padre nos ofreció arreglarnos un apartamento en el fondo de su casacon entrada independiente y compartiríamos el jardín, la piscina y la barbacoa.El padre de Ismael tenía taxis y creo que le iba muy bien y su situacióneconómica era buena. La cosa fue avanzando y en Diciembre del 82 nos casamos y nos fuimos de Luna de Miel aCancún. Acá termina la primera parte de mi relato. Después sigo.
6 comentarios - Mi vida, Primera parte
beso compatriota....