Después de bastante tiempo, finalmente, me separé. Pero no fue muy lindo, mi novio descubrió que estaba en poringa y que muchísimos sabían de mis infidelidades, me eliminó todo (Con el tiempo resubiré los post) y me canceló la cuenta, fueron días largos de idas y vueltas con mi novio hasta que algo me hizo darme cuenta de que debía separarme y volví a P!, que es lo que importa.
Había algo que me faltaba en mi lista de garches, pendejos, en el medio de la separación, estaba medio mal de animo, las cosas en casa estaban muy jodidas, y decidí irme a la casa de una amiga a quedarme con ella por unos días, tres para ser exacta, ella es de Ciudadela, cerca del Fuerte Apache, y ahí hay un mar de pendejos, lindos, feos, pero pendejos al fin que es lo que me importaba.
Y cómo si fuera una cosa del destino, mi amiga tiene un hermano de unos 19 años mas o menos, flaquito, abdominales marcados, sonrisa garpadora y ojos verdes, un espécimen de primera, se imaginarán que fue mi objetivo obviamente, pero no quería quedar cómo una trola de una, quería hacerme desear un poco, andaba por la casa de musculosa y shortsito, escotada, y el pibe me tenía entre ojo y ojo todo el tiempo, cosa que mi amiga notaba obviamente, pero a ella no le molestaba, una noche me lo confirmo.
-Ivana: A vos te calienta mi hermano, ¿No?
-Yani: Si boluda, nunca me cogí un pibito.
-Ivana: Jajajajj y bueno, pasate de cama boluda, no te va a decir que no.
Y así, tome valor, la noche del jueves, me quede en tanga y musculosa, la miré a mi amiga y me dijo que si no me garchaba, era puto, así que sin más preambulo, me mandé a su habitación, eran más o menos las dos de la mañana, los padres de ella dormían, la casa estaba a oscuras, nadie me iba a ver, abrí la puerta del pibe y me metí, el muy hijo de puta dormía, tenía el ventilador prendido y estaba tapado, me cagué de frío en cuanto entré, pero valió la pena, metí la mano bajo la manta y empecé a tocarle la chota por abajo de su ropa, estaba bien dotado, no era muy grande ni muy gorda, pero a mi me encantaba, a los pocos segundos, el tipo se despertó lo destapé y saqué su pija afuera, el no se molestó, se quedó quietito, yo se la chupe un poco y corrí mi tanga, me subí encima de el y me la metí hasta el fondo, apoyé mis manos en su pecho y empecé a frotarme, sus manos recorrían mi cuerpo hasta que llegaron a mis tetas, el empezó a apretármelas mientras yo empezaba a cabalgarlo, su pija entraba y salía rápidamente mientas mi concha se mojaba más y más, hasta que de pronto, el tipo subió las manos a mi cuello y empezó a ahorcarme atrayéndome a su cuerpo, cada vez apretaba más fuerte, tanto que me costaba bastante respirar, pero al mismo tiempo, me encantaba, me atrajo hacia el y comenzó a bombearme sin soltarme el cuello, cada vez más rápido y más fuerte, hasta que me dijo "voy a acabar" a lo que le respondí muy cortado "acabá" y conforme iba llenándome la concha de leche sentía cómo su pija se empezaba a bajar mientras que mi concha seguía toda mojada.
Cuando me soltó el cuello, me paré y me miré en un espejo, tenía unas marcas que por suerte no duraron mucho, a la mañana siguiente ya habían desaparecido. Me acomodé la tanga, me agaché y le limpié la verga con mi boca, después le acomodé la ropa y lo tapé otra vez. Le dije chau y volví a mi cama con mi amiga, había tardado 20 minutos no más en volver, en cuanto entré a mi habitación, me bajé la bombacha y la tenía llena de leche, con ella me limpié un poco y me puse otra, dejando la sucia para lavar, mi amiga se burlaba de que había sido rápido, pero para mi fue más que suficiente, ya había anotado otro en mi lista.
El sabado de esa semana, se juntó con dos amigos y ahí, garchando con los tres, estuve yo, pero había una diferencia, después del primer polvo, al día siguiente no más, ya me había separado por completo, pero eso es para otro relato.
Había algo que me faltaba en mi lista de garches, pendejos, en el medio de la separación, estaba medio mal de animo, las cosas en casa estaban muy jodidas, y decidí irme a la casa de una amiga a quedarme con ella por unos días, tres para ser exacta, ella es de Ciudadela, cerca del Fuerte Apache, y ahí hay un mar de pendejos, lindos, feos, pero pendejos al fin que es lo que me importaba.
Y cómo si fuera una cosa del destino, mi amiga tiene un hermano de unos 19 años mas o menos, flaquito, abdominales marcados, sonrisa garpadora y ojos verdes, un espécimen de primera, se imaginarán que fue mi objetivo obviamente, pero no quería quedar cómo una trola de una, quería hacerme desear un poco, andaba por la casa de musculosa y shortsito, escotada, y el pibe me tenía entre ojo y ojo todo el tiempo, cosa que mi amiga notaba obviamente, pero a ella no le molestaba, una noche me lo confirmo.
-Ivana: A vos te calienta mi hermano, ¿No?
-Yani: Si boluda, nunca me cogí un pibito.
-Ivana: Jajajajj y bueno, pasate de cama boluda, no te va a decir que no.
Y así, tome valor, la noche del jueves, me quede en tanga y musculosa, la miré a mi amiga y me dijo que si no me garchaba, era puto, así que sin más preambulo, me mandé a su habitación, eran más o menos las dos de la mañana, los padres de ella dormían, la casa estaba a oscuras, nadie me iba a ver, abrí la puerta del pibe y me metí, el muy hijo de puta dormía, tenía el ventilador prendido y estaba tapado, me cagué de frío en cuanto entré, pero valió la pena, metí la mano bajo la manta y empecé a tocarle la chota por abajo de su ropa, estaba bien dotado, no era muy grande ni muy gorda, pero a mi me encantaba, a los pocos segundos, el tipo se despertó lo destapé y saqué su pija afuera, el no se molestó, se quedó quietito, yo se la chupe un poco y corrí mi tanga, me subí encima de el y me la metí hasta el fondo, apoyé mis manos en su pecho y empecé a frotarme, sus manos recorrían mi cuerpo hasta que llegaron a mis tetas, el empezó a apretármelas mientras yo empezaba a cabalgarlo, su pija entraba y salía rápidamente mientas mi concha se mojaba más y más, hasta que de pronto, el tipo subió las manos a mi cuello y empezó a ahorcarme atrayéndome a su cuerpo, cada vez apretaba más fuerte, tanto que me costaba bastante respirar, pero al mismo tiempo, me encantaba, me atrajo hacia el y comenzó a bombearme sin soltarme el cuello, cada vez más rápido y más fuerte, hasta que me dijo "voy a acabar" a lo que le respondí muy cortado "acabá" y conforme iba llenándome la concha de leche sentía cómo su pija se empezaba a bajar mientras que mi concha seguía toda mojada.
Cuando me soltó el cuello, me paré y me miré en un espejo, tenía unas marcas que por suerte no duraron mucho, a la mañana siguiente ya habían desaparecido. Me acomodé la tanga, me agaché y le limpié la verga con mi boca, después le acomodé la ropa y lo tapé otra vez. Le dije chau y volví a mi cama con mi amiga, había tardado 20 minutos no más en volver, en cuanto entré a mi habitación, me bajé la bombacha y la tenía llena de leche, con ella me limpié un poco y me puse otra, dejando la sucia para lavar, mi amiga se burlaba de que había sido rápido, pero para mi fue más que suficiente, ya había anotado otro en mi lista.
El sabado de esa semana, se juntó con dos amigos y ahí, garchando con los tres, estuve yo, pero había una diferencia, después del primer polvo, al día siguiente no más, ya me había separado por completo, pero eso es para otro relato.
11 comentarios - Mi primer pendejo
Solo faltó alguna foto tuya en bolas, el resto muy bueno