¡Hola gente! Nuevo relato para ustedes. Espero que sea de su agrado. Comenta y comparte. Si te sobran algunos puntitos, son bienvenidos. Tengo otros relatos anteriores. Si te interesan acá están. Muchas Gracias.
http://m.poringa.net/posts/relatos/3187249/Clases-Particulares.html
http://m.poringa.net/posts/relatos/3180489/Problemas-en-el-trabajo-I.html
http://m.poringa.net/posts/relatos/3191285/Companera-de-Facultad.html
http://m.poringa.net/posts/relatos/3188747/Vacaciones-Permanentes-I.html
http://m.poringa.net/posts/relatos/3193072/Domicilio-Compartido.html
El Problema de mi Mejor Amigo.
Lucas es mi mejor amigo. Nos conocemos desde niños. Fuimos compañeros en la Escuela Primaria y en el Colegio Secundario. Compartimos muchos momentos juntos. El tiempo pasó y nos distanciamos un poco. Él se quedó en el pueblo y yo me mudé a la Capital. Conoció a Celeste en una fiesta. Era una hermosa morocha. Se fue a vivir con ella y al poco tiempo, matrimonio. Volví a verlo para el cumpleaños de uno de nuestros amigos. Hablamos un montón, recordando viejos tiempos. ¿Te acordás cuando saltamos la pared del Colegio? -me preguntó-. Claro que me acuerdo -le respondí- casi te arrancás los huevos. Reímos recordando ese momento. Necesito pedirte un favor -me dijo con seriedad- por causa de ese golpe soy estéril. No supe que decirle. Quiero que embaraces a mi mujer -me pidió sin rodeos- ella no lo sabe.
Discutimos un rato. No podía hacer algo así, no podía cojerme a su esposa. Me contó que con ella solían jugar a atarse y vendarse los ojos. Lo haríamos de esa manera. Dudé un largo tiempo y terminé aceptando. Después de todo, era mi mejor amigo pidiéndome un favor.
Llegué a su casa a la hora pactada. Entré despacio por la puerta del patio. Al llegar a su habitación lo veo lamiendo la concha de su mujer. Ella estaba esposada a la cama y con los ojos vendados. Era hermosa, sus largas piernas abiertas y sus hermosos senos se robaron mi atención. ¡Cojeme amor! -le dijo ella-. Obvio que voy a cojerte -le respondió-. Me hizo señas para que me desnudara y me cedió su lugar. Físicamente eramos parecidos, no tendría que haber problemas. Mi pene estaba erecto. Las tetas de Celeste y su vagina depilada eran estímulo suficiente. ¡Quiero chupartela antes! -dijo-. Miré a Lucas y el asistió. Acerqué mi verga a su boca. Comenzó a chuparla con desesperación. Su lengua era una delicia. Yo estaba enloquecido. ¡Qué rica pija! -gritó- ahora cojeme. Penetré su conchita húmeda y empecé a follarla despacio. Me pedía más. Aumentaba mi ritmo ante la atenta mirada de Lucas. Agarrame las tetas -pidió Celeste-. Mi amigo me alentó a tocarlas. Eran unos pechos increíbles. Suaves, firmes y con unos pezones oscuros muy tentadores. Seguí cojiéndome esa vagina deliciosa. La tomé de la cintura y aceleré mis embestidas mientras ella gemía de placer. ¡Dame más! -gritaba-. Me tragaba mis gritos para no decir palabra. Eyaculé de repente dentro de su concha. Mi semen caliente entró muy profundo. Estaba agotado. Me aparté de ahí, tomé mi ropa y me fui sin hacer ruidos.
Un par de días después, nos encontramos con Lucas. Me agradeció el favor, aunque me pidió que lo hicieramos una vez más. Para estar seguros -me dijo- sólo una vez más. Hicimos lo mismo. Al llegar a su cuarto veo a Celeste atada boca abajo. Su cola perfecta era una tentación. Lucas me cedió su lugar y empecé a cojerla por detrás. Su concha caliente era una locura. ¡Quiero nalgadas! -gritó-. Miré a mi amigo y me dió el visto bueno. Sus glúteos sonaban muy bien. Le dí varias nalgadas sin dejar de cojerla. ¡Quiero dedito! -pidió-. Con una seña, Lucas me insitó a penetrar su culo con uno de mis dedos. Aceleré el ritmo para acabar rápido. No era una situación fácil. Acabé dentro de su dulce vagina. Dejé que mi pene se vaciara dentro. Igual que la otra vez, tomé mis cosas y me fui.
Una llamada con noticias me cambió el día. Celeste y Lucas esperaban su primer hijo. Estaba feliz por mi amigo. No habíamos hablado desde entonces. Ambos me agradecieron el favor. Celeste sabía todo desde el principio, me habían engañado. Dentro de mi cabeza, una idea empezó a darme vueltas. No veía la hora de que mi amigo quisiera agrandar la familia.
FIN.
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El Problema de mi Mejor Amigo.
Lucas es mi mejor amigo. Nos conocemos desde niños. Fuimos compañeros en la Escuela Primaria y en el Colegio Secundario. Compartimos muchos momentos juntos. El tiempo pasó y nos distanciamos un poco. Él se quedó en el pueblo y yo me mudé a la Capital. Conoció a Celeste en una fiesta. Era una hermosa morocha. Se fue a vivir con ella y al poco tiempo, matrimonio. Volví a verlo para el cumpleaños de uno de nuestros amigos. Hablamos un montón, recordando viejos tiempos. ¿Te acordás cuando saltamos la pared del Colegio? -me preguntó-. Claro que me acuerdo -le respondí- casi te arrancás los huevos. Reímos recordando ese momento. Necesito pedirte un favor -me dijo con seriedad- por causa de ese golpe soy estéril. No supe que decirle. Quiero que embaraces a mi mujer -me pidió sin rodeos- ella no lo sabe.
Discutimos un rato. No podía hacer algo así, no podía cojerme a su esposa. Me contó que con ella solían jugar a atarse y vendarse los ojos. Lo haríamos de esa manera. Dudé un largo tiempo y terminé aceptando. Después de todo, era mi mejor amigo pidiéndome un favor.
Llegué a su casa a la hora pactada. Entré despacio por la puerta del patio. Al llegar a su habitación lo veo lamiendo la concha de su mujer. Ella estaba esposada a la cama y con los ojos vendados. Era hermosa, sus largas piernas abiertas y sus hermosos senos se robaron mi atención. ¡Cojeme amor! -le dijo ella-. Obvio que voy a cojerte -le respondió-. Me hizo señas para que me desnudara y me cedió su lugar. Físicamente eramos parecidos, no tendría que haber problemas. Mi pene estaba erecto. Las tetas de Celeste y su vagina depilada eran estímulo suficiente. ¡Quiero chupartela antes! -dijo-. Miré a Lucas y el asistió. Acerqué mi verga a su boca. Comenzó a chuparla con desesperación. Su lengua era una delicia. Yo estaba enloquecido. ¡Qué rica pija! -gritó- ahora cojeme. Penetré su conchita húmeda y empecé a follarla despacio. Me pedía más. Aumentaba mi ritmo ante la atenta mirada de Lucas. Agarrame las tetas -pidió Celeste-. Mi amigo me alentó a tocarlas. Eran unos pechos increíbles. Suaves, firmes y con unos pezones oscuros muy tentadores. Seguí cojiéndome esa vagina deliciosa. La tomé de la cintura y aceleré mis embestidas mientras ella gemía de placer. ¡Dame más! -gritaba-. Me tragaba mis gritos para no decir palabra. Eyaculé de repente dentro de su concha. Mi semen caliente entró muy profundo. Estaba agotado. Me aparté de ahí, tomé mi ropa y me fui sin hacer ruidos.
Un par de días después, nos encontramos con Lucas. Me agradeció el favor, aunque me pidió que lo hicieramos una vez más. Para estar seguros -me dijo- sólo una vez más. Hicimos lo mismo. Al llegar a su cuarto veo a Celeste atada boca abajo. Su cola perfecta era una tentación. Lucas me cedió su lugar y empecé a cojerla por detrás. Su concha caliente era una locura. ¡Quiero nalgadas! -gritó-. Miré a mi amigo y me dió el visto bueno. Sus glúteos sonaban muy bien. Le dí varias nalgadas sin dejar de cojerla. ¡Quiero dedito! -pidió-. Con una seña, Lucas me insitó a penetrar su culo con uno de mis dedos. Aceleré el ritmo para acabar rápido. No era una situación fácil. Acabé dentro de su dulce vagina. Dejé que mi pene se vaciara dentro. Igual que la otra vez, tomé mis cosas y me fui.
Una llamada con noticias me cambió el día. Celeste y Lucas esperaban su primer hijo. Estaba feliz por mi amigo. No habíamos hablado desde entonces. Ambos me agradecieron el favor. Celeste sabía todo desde el principio, me habían engañado. Dentro de mi cabeza, una idea empezó a darme vueltas. No veía la hora de que mi amigo quisiera agrandar la familia.
FIN.
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