Te dejo los links de todo el post:
http://www.poringa.net/posts/relatos/3193351/Pablo---Primera-parte.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/3193926/Pablo---Segunda-parte.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/3194483/Pablo---Tercera-parte.html
Advertencia:
Todo lo aquí relatado forma parte de mis vivencias personales a lo largo de mi vida. Los nombres de los personajes fueron deliberadamente cambiados para proteger a los verdaderos protagonistas de los hechos acontecidos. Es un relato autobiográfico.
A las 8.00 de la mañana del domingo me desperté y tú seguías dormido. Desnudo y acurrucado como estabas parecías un niño, en lugar del joven que con tanta pasión me había entregado su virginidad hacía pocas horas atrás…
Me vestí silenciosamente para no despertarte y baje a la cocina para desayunar. Me encuentro con tus padres y comparto con ellos un suculento café con leche con unas medialunas todavía calientes y muy crocantes. Me cuentan que saldrán durante un par de horas para realizar unas compras y que por supuesto esperan que me quede a almorzar. Les agradezco la invitación pero les informo que después del almuerzo me retirare...
Tus padres salen a eso de las 9.30 hs., me siento en el sofá de la sala y enciendo el televisor, haciendo zapping me engancho con un canal deportivo que pasaba unas carreras de motos. Unos minutos después te escucho bajar las escaleras…
-“¿Te preparo un café con leche para desayunar…?”
-“No… Prefiero tomar leche sola pero directamente de su fuente de origen…”
Te abalanzaste sobre mí y empezaste a quitarme el cinturón y a desabrochar mi pantalón mientras me decías…
-“A ver mi amor, deja que te baje el pantalón hasta los tobillos, yo también me quitaré el pantalón para estar iguales… Quiero ordeñarte la verga…”
Me bajaste el pantalón y viste como apareció mi verga; gruesa, grande, con venas que la recorrían toda y muy cabezona. Tus ojos brillaban y tu libido estaba a flor de piel. Acerque mi gordo garrote a tu cara y te dije…
-“Dale unos besitos en la punta, antes de tragártela…”
No te hiciste rogar, le diste unos besitos y la sentiste mojada. Te gusto y seguiste dándole besitos sin que te lo pidiera. Jugueteabas con el líquido pre seminal utilizando tu lengua y tus labios. Mientras tanto, te habías subido sobre el sofá y comencé a besarte las nalgas y a jugar con mis dedos en tu culo. Cada dedo que te metía, más me besabas la cabeza de la verga y cuando me di cuenta ya le estabas pasando toda tu lengua por el tronco ,realmente lo estábamos disfrutando…
Cambié de posición, me pare frente a ti y tú en cuatro patas frente a mí…
-“Abre bien la boca para meterte toda mi pija hasta el fondo...”
-“No sé si me va a entrar…”
-“Relaja tu mandíbula y tu garganta, y vas a ver como podrás…”
Tú, bien obediente, abriste lo más que pudiste tu boca para darle entrada al tronco de carne que te ofrecía. Te la metiste toda en la boca hasta que la cabeza llegó a tu garganta y entonces comencé un bombeo de atrás a adelante y de adelante a atrás; suave, profundo y sin pausa. El ritmo se fue incrementando cada vez más rápido. Te quisiste retirar pero te lo impedí con la otra mano con la que te tenía bien agarrado de la cabeza, así no podrías sacarla ni un milímetro. Al contrario, yo la quería meter más y más dentro de tu boca, pero ya no cabía…
Te solté la cabeza y con esa mano comencé de nuevo a jugarcon mis dedos en tu culo. Ya no hiciste la prueba de sacar mi verga de tu boca porque cuando lo intentabas, yo te atraía hacia mí desde tus nalgas y de paso te metía un nuevo dedo en el culo. No sé cuánto tiempo duro todo esto, solo te escuchaba decir entre dientes…
-“¡Que buena pija, papi...! ¡Qué buena que esta...!”
De pronto sentí que te llenaba la boca y la garganta del líquido caliente y espeso que manaba de mi verga. Te quisiste zafar pero no te deje y comenzaste a tragarte todo lo que te ofrecía. Sentí que fueron litros de leche los que te di en la boca y te tragaste toda la que pudiste. Nos sentamos jadeando uno al lado del otro y te interrogue…
-“¿Te gusto el desayuno que te preparé…?”
-“Riquísima tu leche… Pero hay otro agujerito que también quiere ‘desayunar’ hoy…”
-“Tus padres pueden llegar en cualquier momento…”
-“Entonces no perdamos ni un minuto... Empieza ya mismo a ‘alimentar’ mi culo...”
Rápidamente te acosté boca abajo y procedí a besar tus nalgas y lengüetear tu culo. Cuando tuve bien ensalivado tu agujero empecé a meter y sacar uno, dos y hasta tres dedos, alternando con mi lengua. Tú estabas disfrutando todo eso cuando me subí sobre ti y pasaba mi verga entre tus nalgas. Cuando metí la cabeza de mi pija, sentí tu culo abrirse con las primeras embestidas, me seguí moviendo hacia adelante tratando de meterte todo el tronco de mi verga. Ante un pequeño grito tuyo de dolor me detuve y saque mi pija completa de dentro de ti…
-“No, no la saques... Tratare de soportar el dolor...”
-“Pero yo quiero que disfrutes… No quiero que sufras…”
-“Intentémoslo de nuevo, papi…”
Te dejo descansar unos momentos y vuelvo a arremeter con mi garrote en tu culo y esta vez se introdujo casi sin resistencia hasta la mitad, por extraño que parezca ya no te dolía tanto y te dije.
-“Ya te entró la mitad y parece que no te duele... Avísame cuando quieras comenzar...”
-“Ya estoy listo, mi amor…”
Comienzo así metiendo y sacando mi pija suavemente y a un ritmo constante, y cuando me quise dar cuenta ya sentía como mis huevos golpeaban a los tuyos, y tú ya no sentías ningún dolor. Inconscientemente te llevaste tus manos a ambos lados de tu culo y lo abriste para que mi verga desapareciera por completo dentro tu cavidad. Me di cuenta de cuanto deseabas mi verga cuando tus músculos presionaron para no dejar escapar a mi pija…
Metí mi brazo bajo tu vientre y te levanté para que quedes con las nalgas bien arriba. Cada bombeo era más profundo que el anterior y ambos lo estábamos disfrutando muchísimo…
-“Desde aquí atrás pareces una hembrita tragando verga, pero cuando toco tu pija llena de excitación, noto que eres un macho bien culeado por otro macho…”
Así estuvimos un buen rato disfrutando. Mi verga dentro de tu todavía apretado culo que hacía menos de 12 horas todavía era virgen. Me abracé más fuerte a ti y entre dientes te dije…
-“Me vengo, Pablo… Me vengo…”
Y sentí unos chorros de leche caliente penetrar lo más profundo de tu culo, y tu pudiste sentir todos y cada uno de ellos, ya que a la par de mis convulsiones pude observar como tus ojos se ponían en blanco con cada lechazo. Fue maravilloso sentir ese momento casi mágico, en que ambos sin siquiera hablarnos nos decíamos todo con la mirada. Después de descansar unos momentos con mi verga adentro de ti, la saque, y viendo lo brillosa de leche que todavía estaba, procediste a limpiarla con tu lengua y tus labios…
-“Apurémonos a vestirnos y dejar todo en orden, que tus padres llegaran de un momento a otro…”
-“Ellos seguro que imaginaran que estuvimos cogiendo en su ausencia…”
-“Con más razón entonces… Una cosa es que lo imaginen y otra muy distinta que lo vean… Sería muy engorroso de explicar…”
Nos vestimos, acomodamos la sala y nos sentamos en el sofá a mirar la televisión que siempre estuvo encendida pero nadie le prestaba atención. Siguió igual, porque hasta que llegaron tus padres, los único que hicimos fue besarnos durante interminables minutos, en una danza furiosa que nuestras lenguas realizaban dentro nuestras bocas. El ruido del automóvil llegando dejo para otro momento el final del baile de lenguas…
Tus padres trajeron comida ya preparada que compraron en una rotisería. Ayudamos a preparar la mesa. Esta vez tu padre distribuyo los lugares en la mesa. Él se sentó en una cabecera y me invito a mí a hacer lo propio en la otra cabecera. Era claro que no quería que sucediera lo de la noche anterior. El almuerzo estuvo delicioso y la sobremesa amena...
Cuando tu madre se dispuso a levantar la mesa, consideré que era el momento de despedirme. Luego de saludar a tus padres, que me invitaron a volver cuando quisiera, me acompañaste hasta la calle, y camino a mi automóvil nos besamos infinitas veces. Abrí la puerta, me senté, me abroché el cinturón de seguridad, puse el motor en marcha, cerré la puerta y bajé la ventanilla. Nos fundimos en un último beso de ese fin de semana inolvidable…
Concluye en “Pablo - Tercera parte”
Site gustó, deja un comentario…
Site parece, deja puntos…
http://www.poringa.net/posts/relatos/3193351/Pablo---Primera-parte.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/3193926/Pablo---Segunda-parte.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/3194483/Pablo---Tercera-parte.html
Advertencia:
Todo lo aquí relatado forma parte de mis vivencias personales a lo largo de mi vida. Los nombres de los personajes fueron deliberadamente cambiados para proteger a los verdaderos protagonistas de los hechos acontecidos. Es un relato autobiográfico.
A las 8.00 de la mañana del domingo me desperté y tú seguías dormido. Desnudo y acurrucado como estabas parecías un niño, en lugar del joven que con tanta pasión me había entregado su virginidad hacía pocas horas atrás…
Me vestí silenciosamente para no despertarte y baje a la cocina para desayunar. Me encuentro con tus padres y comparto con ellos un suculento café con leche con unas medialunas todavía calientes y muy crocantes. Me cuentan que saldrán durante un par de horas para realizar unas compras y que por supuesto esperan que me quede a almorzar. Les agradezco la invitación pero les informo que después del almuerzo me retirare...
Tus padres salen a eso de las 9.30 hs., me siento en el sofá de la sala y enciendo el televisor, haciendo zapping me engancho con un canal deportivo que pasaba unas carreras de motos. Unos minutos después te escucho bajar las escaleras…
-“¿Te preparo un café con leche para desayunar…?”
-“No… Prefiero tomar leche sola pero directamente de su fuente de origen…”
Te abalanzaste sobre mí y empezaste a quitarme el cinturón y a desabrochar mi pantalón mientras me decías…
-“A ver mi amor, deja que te baje el pantalón hasta los tobillos, yo también me quitaré el pantalón para estar iguales… Quiero ordeñarte la verga…”
Me bajaste el pantalón y viste como apareció mi verga; gruesa, grande, con venas que la recorrían toda y muy cabezona. Tus ojos brillaban y tu libido estaba a flor de piel. Acerque mi gordo garrote a tu cara y te dije…
-“Dale unos besitos en la punta, antes de tragártela…”
No te hiciste rogar, le diste unos besitos y la sentiste mojada. Te gusto y seguiste dándole besitos sin que te lo pidiera. Jugueteabas con el líquido pre seminal utilizando tu lengua y tus labios. Mientras tanto, te habías subido sobre el sofá y comencé a besarte las nalgas y a jugar con mis dedos en tu culo. Cada dedo que te metía, más me besabas la cabeza de la verga y cuando me di cuenta ya le estabas pasando toda tu lengua por el tronco ,realmente lo estábamos disfrutando…
Cambié de posición, me pare frente a ti y tú en cuatro patas frente a mí…
-“Abre bien la boca para meterte toda mi pija hasta el fondo...”
-“No sé si me va a entrar…”
-“Relaja tu mandíbula y tu garganta, y vas a ver como podrás…”
Tú, bien obediente, abriste lo más que pudiste tu boca para darle entrada al tronco de carne que te ofrecía. Te la metiste toda en la boca hasta que la cabeza llegó a tu garganta y entonces comencé un bombeo de atrás a adelante y de adelante a atrás; suave, profundo y sin pausa. El ritmo se fue incrementando cada vez más rápido. Te quisiste retirar pero te lo impedí con la otra mano con la que te tenía bien agarrado de la cabeza, así no podrías sacarla ni un milímetro. Al contrario, yo la quería meter más y más dentro de tu boca, pero ya no cabía…
Te solté la cabeza y con esa mano comencé de nuevo a jugarcon mis dedos en tu culo. Ya no hiciste la prueba de sacar mi verga de tu boca porque cuando lo intentabas, yo te atraía hacia mí desde tus nalgas y de paso te metía un nuevo dedo en el culo. No sé cuánto tiempo duro todo esto, solo te escuchaba decir entre dientes…
-“¡Que buena pija, papi...! ¡Qué buena que esta...!”
De pronto sentí que te llenaba la boca y la garganta del líquido caliente y espeso que manaba de mi verga. Te quisiste zafar pero no te deje y comenzaste a tragarte todo lo que te ofrecía. Sentí que fueron litros de leche los que te di en la boca y te tragaste toda la que pudiste. Nos sentamos jadeando uno al lado del otro y te interrogue…
-“¿Te gusto el desayuno que te preparé…?”
-“Riquísima tu leche… Pero hay otro agujerito que también quiere ‘desayunar’ hoy…”
-“Tus padres pueden llegar en cualquier momento…”
-“Entonces no perdamos ni un minuto... Empieza ya mismo a ‘alimentar’ mi culo...”
Rápidamente te acosté boca abajo y procedí a besar tus nalgas y lengüetear tu culo. Cuando tuve bien ensalivado tu agujero empecé a meter y sacar uno, dos y hasta tres dedos, alternando con mi lengua. Tú estabas disfrutando todo eso cuando me subí sobre ti y pasaba mi verga entre tus nalgas. Cuando metí la cabeza de mi pija, sentí tu culo abrirse con las primeras embestidas, me seguí moviendo hacia adelante tratando de meterte todo el tronco de mi verga. Ante un pequeño grito tuyo de dolor me detuve y saque mi pija completa de dentro de ti…
-“No, no la saques... Tratare de soportar el dolor...”
-“Pero yo quiero que disfrutes… No quiero que sufras…”
-“Intentémoslo de nuevo, papi…”
Te dejo descansar unos momentos y vuelvo a arremeter con mi garrote en tu culo y esta vez se introdujo casi sin resistencia hasta la mitad, por extraño que parezca ya no te dolía tanto y te dije.
-“Ya te entró la mitad y parece que no te duele... Avísame cuando quieras comenzar...”
-“Ya estoy listo, mi amor…”
Comienzo así metiendo y sacando mi pija suavemente y a un ritmo constante, y cuando me quise dar cuenta ya sentía como mis huevos golpeaban a los tuyos, y tú ya no sentías ningún dolor. Inconscientemente te llevaste tus manos a ambos lados de tu culo y lo abriste para que mi verga desapareciera por completo dentro tu cavidad. Me di cuenta de cuanto deseabas mi verga cuando tus músculos presionaron para no dejar escapar a mi pija…
Metí mi brazo bajo tu vientre y te levanté para que quedes con las nalgas bien arriba. Cada bombeo era más profundo que el anterior y ambos lo estábamos disfrutando muchísimo…
-“Desde aquí atrás pareces una hembrita tragando verga, pero cuando toco tu pija llena de excitación, noto que eres un macho bien culeado por otro macho…”
Así estuvimos un buen rato disfrutando. Mi verga dentro de tu todavía apretado culo que hacía menos de 12 horas todavía era virgen. Me abracé más fuerte a ti y entre dientes te dije…
-“Me vengo, Pablo… Me vengo…”
Y sentí unos chorros de leche caliente penetrar lo más profundo de tu culo, y tu pudiste sentir todos y cada uno de ellos, ya que a la par de mis convulsiones pude observar como tus ojos se ponían en blanco con cada lechazo. Fue maravilloso sentir ese momento casi mágico, en que ambos sin siquiera hablarnos nos decíamos todo con la mirada. Después de descansar unos momentos con mi verga adentro de ti, la saque, y viendo lo brillosa de leche que todavía estaba, procediste a limpiarla con tu lengua y tus labios…
-“Apurémonos a vestirnos y dejar todo en orden, que tus padres llegaran de un momento a otro…”
-“Ellos seguro que imaginaran que estuvimos cogiendo en su ausencia…”
-“Con más razón entonces… Una cosa es que lo imaginen y otra muy distinta que lo vean… Sería muy engorroso de explicar…”
Nos vestimos, acomodamos la sala y nos sentamos en el sofá a mirar la televisión que siempre estuvo encendida pero nadie le prestaba atención. Siguió igual, porque hasta que llegaron tus padres, los único que hicimos fue besarnos durante interminables minutos, en una danza furiosa que nuestras lenguas realizaban dentro nuestras bocas. El ruido del automóvil llegando dejo para otro momento el final del baile de lenguas…
Tus padres trajeron comida ya preparada que compraron en una rotisería. Ayudamos a preparar la mesa. Esta vez tu padre distribuyo los lugares en la mesa. Él se sentó en una cabecera y me invito a mí a hacer lo propio en la otra cabecera. Era claro que no quería que sucediera lo de la noche anterior. El almuerzo estuvo delicioso y la sobremesa amena...
Cuando tu madre se dispuso a levantar la mesa, consideré que era el momento de despedirme. Luego de saludar a tus padres, que me invitaron a volver cuando quisiera, me acompañaste hasta la calle, y camino a mi automóvil nos besamos infinitas veces. Abrí la puerta, me senté, me abroché el cinturón de seguridad, puse el motor en marcha, cerré la puerta y bajé la ventanilla. Nos fundimos en un último beso de ese fin de semana inolvidable…
Concluye en “Pablo - Tercera parte”
Site gustó, deja un comentario…
Site parece, deja puntos…
1 comentarios - Pablo - Segunda parte