Muy bien, acababa de tomar un baño, ya tenía los tacones puestos. El mini vestido con la tanga puesta. En los senos, nada.
Sentada en la cama del hotel esperando por mi cliente, un hombre de 42 años. Alto y con barriga. El clásico cliente. Ya me había depositado la mitad en mi cuenta, ya estaba dada la cita. Compró un paquete completo, más trabajo pero al menos estaría libre toda la semana.
Se abrió la puerta y aquél sujeto entró. Lo saludé pero no respondió, sentí un escalofrío cuándo cerró la puerta tras de sí.
-esta todo bien?- pregunté un poco angustiada, tampoco respondió esa vez, son embargo se acercó a mí, metió su mano en su bolsillo y quitó el dinero de mi paga.
-no hablas mucho-comente un poco nerviosa- solo le falta pagar la mitad.. no termine la frase, me arrojó el dinero a la cara. Me levanté enfadada para recriminarle pero me sujeto de la muñeca y me hizo girar de espaldas. Me alzo el vestido y comenzó a tocarme las nalgas. Pensé en protestar pero ya estaba, ya me alquiló y el trabajo comenzó.
Intenté tomar el mando y girar. Me puse frente a él e iba a acariciarle el bulto cuando me tomó por la nuca. Me acostó en la cama, de espaldas pero con la cabeza hacia el borde. Me imaginé lo que venía: una follada oral.
Se sacó el pene sin sacarse el pantalón. No era grande,mas bien normal y agradecí eso. No muchas veces recibí pollas de esa manera sino más bien me gusta mamarlas. No pude pensar más cosas pues se ubicó arriba mio y Sin preámbulos comenzó a cojerme por la boca. Fallando la promera vez, abrí mas la boca solo para recibirla toda, hasta el fondo. De inmediato comenzo a follarme como si se tratara de una vagina. Sentí arcadas y le dí golpecitos para que se detenga un poco. Fue en vano.
Saltaba sobre mí como animal, entre mis arcadas sus bolas se pegaban a mi nariz. Sentí asfixia y ganas de vomitar pero pude aguantar, la saliva salia de mi boca y mi maquillaje ya estaba corrido. Siguió su faena un tiempo mas hasta que se hartó.
Sin tiempo para reponerme me levantó, me colocó parada frente a la pared, de espaldas a él, aún seguía tosiendo un poco cuando me lo metio completa, por suerte estaba lubricado por mi saliva. De inmediato comenzó a follarme con rabia, me lo metia y sacaba muy rápido, golpeando sonoramente mis nalgas con sus embestidas. Me levantó el vestido, dejo mis tetas bailando al aire y siguió cojiendome. Sentí varios orgasmos, abrí un poco las piernas y aguanté sus embistes.
Llevamos como 10min así, la posición ya me hacía doler los pies. Sentía demasiado placer, quería detenerme un poco. Los labios ya los tenia hinchados pero el seguía dándome. Intenté detenerlo y cambiar de pose. Pero me sujetó por el cabello.
Sentí un inmeso dolor cuando sacó su polla y me la clavó en mi culo. Empujó tenazmente y solo la fricción impidió que no entrara toda. Emití un grito, que fue respondido con otro empuje, esta vez si entró completa. Apenas llegó al fondo lo sacó y volvió a entrar, cojiendome otra vez a la misma velocidad que antes.
Normalmente cuando pagan por sexo anal, utilizo lubricantes, si bien ya me había dilatado metiéndome el dedo cuando llegué al hotel no estaba preparada para eso. Ahogué mis protestas, total mi culo ya se iba acostumbrando.
Comenzó a subirse sobre mí, apoyando su peso en mi espalda. Me obligó a adoptar la pose de perrita con mi culo arriba. Todo ésto sin dejar de follarme. En esa posición, dejándose caer con todo su peso la penetración era máxima. Sufrí por otros 10min más. Me cojía cojía sin parar. Sacando y metiéndolo me volvía loca. Casi con rabía usaba mi culo, haciéndome ver estrellas. Cuando empece a gemir se vino dentro. Puso un pie sobre mi cabeza para evitar que me moviera y se sentó sobre mí, introduciendo su pene más profundo aún, sentí que tocaba el final de mi recto, o algo así, produciéndome una sensación indescriptible.
Estuvo un rato así. Luego se levantó y fue a sentarse en la cama. Me incorporé. Mis piernas fallaban, nunca pensé que me rompería de esa manera el culo.
Miré a mi cliente, sentado, iba a decirle algo cuando de nuevo quitó más billetes y los arrojó al piso. Quedé inmóvil hasta que lo comprendí. Me arrastré a 4 patas hacia él. Hacia su polla medio tiesa. El servicio que había adquirido incluía que solo terminase una sola vez. El dinero que ahora arrojó significaba que quería un extra.
Agarré su polla y lo masturbé, mientras metía su cabeza en mi boca, le rodeaba con mi lengua. Duró más de lo que pensé, Como 15min de mamada. Ya estaba cansada, así que agradecí que me sujetara de la cabeza y me hiciera moverla de arriba abajo. Con mi cuello ya cansado de chupar deje que moviera mi cabeza en su pene. De vez en cuando lo metía todo,mientras yo intentaba usar mi lengua.
Cuando me tomo por la nuca lo supe, aguante la respiración antes de que me lo metiera con fuerza. Explotó dentro de mi boca. Sentí sus espasmos y su semen caliente.
Estaba muy en el fondo, el chorro fue hasta el fondo y en medio de una arcada lo tragué sin querer. Normalmente no trago semen.
Soltó mi cabeza, pero no quité el pene. Se estaba volviendo flácido. Sentí un aire de triunfo, pues aguanté todo y el estaba tirado en la cama. Chupé más, lo agarré en mis manos y jugué con mi lengua, el prepucio y el resto de semen que quedó.
Lo dejé limpio. Me levanté y fui al baño. Abrí la llave pero no entré. Me quede un rato parada, escuché la puerta y salí a ver. Se había ido.
El sentimiento de triunfo cambió. Soy prostituta, pero ahí realmente me sentí así. Muy puta. El dinero derramado en la cama y el suelo, mezclado con saliva y semen. Mi vestido mal puesto. Y la tanga deslizada hacia abajo. Sentía dolor en el culo y al mirar vi un hilo de semen que bajaba desde mi ano hasta el interior de mis muslos. Aún no me quité los zapatos. Una puta.
Sonó mi móvil de trabajo. Pero no atendí. Tenía la semana libre.
*Las imágenes son meramente ilustrativas, obtenidas de varias fuentes. Créditos a las autoras.
Sentada en la cama del hotel esperando por mi cliente, un hombre de 42 años. Alto y con barriga. El clásico cliente. Ya me había depositado la mitad en mi cuenta, ya estaba dada la cita. Compró un paquete completo, más trabajo pero al menos estaría libre toda la semana.
Se abrió la puerta y aquél sujeto entró. Lo saludé pero no respondió, sentí un escalofrío cuándo cerró la puerta tras de sí.
-esta todo bien?- pregunté un poco angustiada, tampoco respondió esa vez, son embargo se acercó a mí, metió su mano en su bolsillo y quitó el dinero de mi paga.
-no hablas mucho-comente un poco nerviosa- solo le falta pagar la mitad.. no termine la frase, me arrojó el dinero a la cara. Me levanté enfadada para recriminarle pero me sujeto de la muñeca y me hizo girar de espaldas. Me alzo el vestido y comenzó a tocarme las nalgas. Pensé en protestar pero ya estaba, ya me alquiló y el trabajo comenzó.
Intenté tomar el mando y girar. Me puse frente a él e iba a acariciarle el bulto cuando me tomó por la nuca. Me acostó en la cama, de espaldas pero con la cabeza hacia el borde. Me imaginé lo que venía: una follada oral.
Se sacó el pene sin sacarse el pantalón. No era grande,mas bien normal y agradecí eso. No muchas veces recibí pollas de esa manera sino más bien me gusta mamarlas. No pude pensar más cosas pues se ubicó arriba mio y Sin preámbulos comenzó a cojerme por la boca. Fallando la promera vez, abrí mas la boca solo para recibirla toda, hasta el fondo. De inmediato comenzo a follarme como si se tratara de una vagina. Sentí arcadas y le dí golpecitos para que se detenga un poco. Fue en vano.
Saltaba sobre mí como animal, entre mis arcadas sus bolas se pegaban a mi nariz. Sentí asfixia y ganas de vomitar pero pude aguantar, la saliva salia de mi boca y mi maquillaje ya estaba corrido. Siguió su faena un tiempo mas hasta que se hartó.
Sin tiempo para reponerme me levantó, me colocó parada frente a la pared, de espaldas a él, aún seguía tosiendo un poco cuando me lo metio completa, por suerte estaba lubricado por mi saliva. De inmediato comenzó a follarme con rabia, me lo metia y sacaba muy rápido, golpeando sonoramente mis nalgas con sus embestidas. Me levantó el vestido, dejo mis tetas bailando al aire y siguió cojiendome. Sentí varios orgasmos, abrí un poco las piernas y aguanté sus embistes.
Llevamos como 10min así, la posición ya me hacía doler los pies. Sentía demasiado placer, quería detenerme un poco. Los labios ya los tenia hinchados pero el seguía dándome. Intenté detenerlo y cambiar de pose. Pero me sujetó por el cabello.
Sentí un inmeso dolor cuando sacó su polla y me la clavó en mi culo. Empujó tenazmente y solo la fricción impidió que no entrara toda. Emití un grito, que fue respondido con otro empuje, esta vez si entró completa. Apenas llegó al fondo lo sacó y volvió a entrar, cojiendome otra vez a la misma velocidad que antes.
Normalmente cuando pagan por sexo anal, utilizo lubricantes, si bien ya me había dilatado metiéndome el dedo cuando llegué al hotel no estaba preparada para eso. Ahogué mis protestas, total mi culo ya se iba acostumbrando.
Comenzó a subirse sobre mí, apoyando su peso en mi espalda. Me obligó a adoptar la pose de perrita con mi culo arriba. Todo ésto sin dejar de follarme. En esa posición, dejándose caer con todo su peso la penetración era máxima. Sufrí por otros 10min más. Me cojía cojía sin parar. Sacando y metiéndolo me volvía loca. Casi con rabía usaba mi culo, haciéndome ver estrellas. Cuando empece a gemir se vino dentro. Puso un pie sobre mi cabeza para evitar que me moviera y se sentó sobre mí, introduciendo su pene más profundo aún, sentí que tocaba el final de mi recto, o algo así, produciéndome una sensación indescriptible.
Estuvo un rato así. Luego se levantó y fue a sentarse en la cama. Me incorporé. Mis piernas fallaban, nunca pensé que me rompería de esa manera el culo.
Miré a mi cliente, sentado, iba a decirle algo cuando de nuevo quitó más billetes y los arrojó al piso. Quedé inmóvil hasta que lo comprendí. Me arrastré a 4 patas hacia él. Hacia su polla medio tiesa. El servicio que había adquirido incluía que solo terminase una sola vez. El dinero que ahora arrojó significaba que quería un extra.
Agarré su polla y lo masturbé, mientras metía su cabeza en mi boca, le rodeaba con mi lengua. Duró más de lo que pensé, Como 15min de mamada. Ya estaba cansada, así que agradecí que me sujetara de la cabeza y me hiciera moverla de arriba abajo. Con mi cuello ya cansado de chupar deje que moviera mi cabeza en su pene. De vez en cuando lo metía todo,mientras yo intentaba usar mi lengua.
Cuando me tomo por la nuca lo supe, aguante la respiración antes de que me lo metiera con fuerza. Explotó dentro de mi boca. Sentí sus espasmos y su semen caliente.
Estaba muy en el fondo, el chorro fue hasta el fondo y en medio de una arcada lo tragué sin querer. Normalmente no trago semen.
Soltó mi cabeza, pero no quité el pene. Se estaba volviendo flácido. Sentí un aire de triunfo, pues aguanté todo y el estaba tirado en la cama. Chupé más, lo agarré en mis manos y jugué con mi lengua, el prepucio y el resto de semen que quedó.
Lo dejé limpio. Me levanté y fui al baño. Abrí la llave pero no entré. Me quede un rato parada, escuché la puerta y salí a ver. Se había ido.
El sentimiento de triunfo cambió. Soy prostituta, pero ahí realmente me sentí así. Muy puta. El dinero derramado en la cama y el suelo, mezclado con saliva y semen. Mi vestido mal puesto. Y la tanga deslizada hacia abajo. Sentía dolor en el culo y al mirar vi un hilo de semen que bajaba desde mi ano hasta el interior de mis muslos. Aún no me quité los zapatos. Una puta.
Sonó mi móvil de trabajo. Pero no atendí. Tenía la semana libre.
*Las imágenes son meramente ilustrativas, obtenidas de varias fuentes. Créditos a las autoras.
4 comentarios - Un cliente extraño.