Cuando llegue al restaurante aún no eran la horas de cenar y estaba con las luces mínimas, solo había un señor tomando café en la barra, mi madre aprovechaba para retocar las botellas y ponerlas ordenadamente sobre los anaqueles, de vez en cuando contestaba al cliente que le preguntaba cosas, yo me dirigí hacia la cocina a ver si pillaba algo de merienda, Ricardo me vio y me llamo discretamente.
- Hola Manu, te quería preguntar una cosa, tu tía me ha comentado una cosa, desde luego no la pongo en duda pero como sé cómo es, quisiera que me lo confirmaras tú. Qué hay de cierto en eso de hacer una fiestecita como la del otro día pero que estaría tu madre?
- Pues es cierto Ricardo, Julia le contó a mi madre en un momento de confidencias que de vez en cuando subía a tu habitación para estar contigo porque tienes una polla grande, mi madre, ya sabes está mucho tiempo sin marido y siempre ha tenido la fantasía de un pene así, por lo que Julia le propuso hacer una fiesta con los cuatro.
- Y no crees que pueden surgir problemas entre las hermanas o incluso contigo?
- No las conoces bien, tienen las ideas muy claras al respecto y separan el sexo de los sentimientos, tranquilo por eso.
- Entonces a ti te parece bien?, me sabría mal que te perjudicara en algo.
- Yo lo que quiero que mi madre sea feliz, bastante ha sufrido en la vida, además me imagino que estará impaciente, al mismo tiempo podemos dar a Julia un regalito extra.
- Manu, me lo has quitado de la boca, te iba a proponer lo mismo, esta fiesta tiene que ser especial para las dos hermanas.
- Eso mismo pensaba yo, ya idearemos algo para que queden contentas.
Desde el comedor oí a mi tía llamarme y haciendo una seña a Ricardo con el dedo, me despedí para atender a Julia.
Mi tía me llevó al despacho y se sentó en el sillón de director que tenía tras de la mesa, no me dijo que me sentara en la silla que había al otro lado y me senté en la esquina de la mesa de despacho.
- Mira Manu, creo que tu madre te ha contado la conversación que tuvimos las dos, ya sabes lo importante que es Clara para mí, aunque a todas mis hermanas las quiero, Clara siempre ha sido mi preferida, ya sea por la edad o porque me ha demostrado tener una cabeza muy sensata y hacer feliz a toda la gente a su alrededor, tu eres un ejemplo de lo que digo.
Cuando me iba contando esto me miraba la bragueta, estaba comprobando el efecto que me producía el estar viéndole las tetas desde arriba al tener la blusa hueca, yo no me había dado cuenta de que mi polla se estaba desperezando y abultaba bastante dentro, ella descruzó las piernas y las fue abriendo, con la falda estrecha que llevaba los muslos se marcaban a los lados, pero ella insistía abriéndolos y las piernas le ganaban la batalla a la falda que se retiraba subiéndose hacia arriba, de vez en cuando me miraba a los ojos, sabiendo que me estaba poniendo a cien. Y siguió…
- Esto quisiera que no saliera de aquí, pero aunque no hace falta decírtelo, quiero que mi hermana tenga lo mejor, ya sabes a lo que me refiero, aunque eres su hijo ya sé cómo eres y que vas a hacer todo lo posible, pero quiero que sepas que yo también lo quiero, he follado lo suficiente contigo para saber la clase de hombre que eres y confío plenamente en ti, eres un amante perfecto, y Clara me ha confesado que le das lo que le falta desde hace tiempo, hasta el punto de que no había pensado en buscar a alguien que la follara bien.
Julia me pasaba la mano por la rodilla hacia arriba, las piernas las tenía totalmente separadas frente a mí y podía apreciar el pubis moreno bajo las bragas de encaje blanco que llevaba ese día, estaba un poco alejada de la mesa y girada delante de mí, pero con las dos manos me fue guiando hacia el centro de la mesa, quitó los papeles que tenía delante y cuando me tuvo en el centro arrimó el sillón hacia la mesa, sus piernas se quedaron bajo el mueble pero sus tetas se veían mucho más.
Sin dejar de mirarme y hablarme me quitó los zapatos y aflojó el cinturón del pantalón, me miraba fijamente a los ojos, sus manso parecían autómatas, me bajaron los pantalones y el bóxer a la vez y me los sacó por los pies, me quedé delante de ella sentado en la mesa con la polla mirando casi al techo, Julia no pestañeaba, sin mirar a otro sitio acerco más el sillón a la mesa poniéndome los pies sobre los reposabrazos del sillón, me paso los brazos por debajo del culo y tiró de mí hasta ponerme en el mismo canto de la mesa, siguió hablando hasta que mi polla rozaba sus labios y las palabras ya no se le entendían, me beso el capullo, con la lengua terminó de descubrirme el glande y lamiendo desde los huevos hacia arriba se detuvo en el frenillo, mi polla oscilaba como un limpiaparabrisas, ella lo esperaba con la lengua fuera y lo rozaba, estaba rojo de excitación yo sentía que me iba a hacerme correr sin siquiera tocármela, me dejó un chorro de saliva sobre el escroto de los huevos, y siguió lamiéndome la polla, cuando me atrapó con los labios el capullo sentí como sus dedo se paseaba entre mis nalgas y rodeaban mi ano, me daba un gusto indecible que aumentaba el tener la polla entre sus labios, cuando se tragó media polla yo me tragué medio dedo en el culo, en un primer momento me resistí, pero ella ya acariciaba mi próstata haciéndome poner la polla de color morado, con el pulgar acariciaba el perineo, nunca me habían hecho esto, decididamente Julia era un experta folladora, me incliné sobre ella y le estiré la blusa sacándosela por la cabeza, sus tetas rozaban mis nalgas, y la mesa.
Yo no quería mancharle la falda ni la mesa y se lo dije…
- Julia me vas a hacer correrme y te voy a poner perdida.
- Noff teff preocufffpes.
Me dijo con la boca llena, y siguió metiéndose más y más polla dentro de la boca, su lengua me apretaba contra el paladar y me ordeñaba, nunca mejor dicho, esa era la palabra ordeñar, el resultado estaba escrito, un calor intenso y un calambre desde los huevos hasta el capullo y una ráfaga de chorros de semen fueron llenando la boca de mi tía, solo sacó la mitad de la polla para hacer sitio a la leche, y la fue tragando según le llegaba, cuando terminó de ordeñarme me soltó y me enseñó la boca vacía, no había rastro de semen, sonrió y me dijo…
- Mmm, estaba riquísima, y tu polla también, ves como tu tía también te cuida?
Yo me incline para dar el último apretón a sus tetas pero ella se adelantó y me besó en la boca, apenas hacía gusto a semen. Se deslizó hacia detrás con las ruedas y me dejó bajar de la mesa, sus bragas aún estaban a la vista, pero una mancha húmeda había aparecido entre sus muslos.
Me alargó mis pantalones dando por terminada la charla y salimos del despacho, mi madre seguía arreglando todo detrás de la barra y al otro lado seguía el señor charlando con ella.
Julia estuvo buscando la combinación para poder organizar la reunión, no era fácil pensaba yo, ausentarse casi todos nosotros era complicado y más el lugar, debía ser algo discreto por parte de todos.
Pero mi tía no nos defraudó y un día nos dio la fecha, era un lunes que había poco trabajo por la tarde, Ricardo tenía libre, en la barra puso a Encarna y las otras dos camareras en los comedores, al cargo se quedó Lisa.
Julia, mi madre y yo fuimos a la estación, cuando vimos aparecer a Ricardo mi tía apretó el brazo a mi madre que sintió un escalofrío, El chico subió en otro vagón, durante el trayecto Julia nos contó que la modista le había dejado las llaves de un apartamento en el pueblo de al lado, como era un sitio turístico había muchos vacios.
Cuando bajamos Ricardo son seguía a una distancia prudencial, cuando entramos en edificio me quedé atrasado para unirme al camarero, las chicas dejaron la puerta del apartamento abierta y cerramos detrás nuestro.
Estaba amueblado por completo, solo que los muebles estaban cubierto por sabanas blancas, cuando mi madre llegó a la habitación mi tía había descubierto la cama, estaba hecha y era de un tamaño gigante.
Descubrió también un sillón para dejar la ropa, pero ella le hizo una seña a mi madre y salieron, nosotros nos sentamos en la cama y esperamos, teníamos cierto recelo, sobre todo yo si mi madre no cambiaría de opinión, pero la duda desapareció cuando la vi aparecer en la puerta, llevaba un conjunto de lencería precioso, nunca había visto a mi madre tan sexi, se le notaba a la legua que quería follar y pronto, mi tía le dio un tiempo para que la admiráramos y luego apareció ella, llevaba un sujetador, que aunque no le hacía falta, le sostenían las tetas por debajo solo, haciéndole canalillo y hinchándole los pezones, el tanga era casi invisible, y tan transparente que el coño se le veía como si no llevara nada, nos quedamos con la boca abierta, mi tía se dirigió a Ricardo y mi madre a mí, nos fueron desnudando, pero cuando nos iban a quitar los calzoncillos, Julia llamó a Clara para que viera la aparición , yo me acerqué para ver la expresión de mi madre.
Julia fue bajando muy lentamente la prenda, Ricardo ya tenía la polla con una erección bastante notable que dificultaba la maniobra, pero Julia era tenaz y seguía forzando la prenda elástica, cuando dejó al descubierto el pubis de Ricardo miró a Clara, lo llevaba depilado y aún se notaba más el nacimiento de su polla, las venas hinchadas se notaban moradas sobre la oscura piel del miembro, mi madre parecía impaciente y le urgió a seguir a Julia, el tronco se iba descubriendo y una especie de pepino quedaba a la vista, Clara no podía quitar los ojos del bóxer de Ricardo, yo me acerqué a ella, estaba agachada junto a su hermana, le acaricié la cabeza, Clara sin volverse subió la mano hasta metérmela por debajo de mi calzoncillo, me agarro la polla y la apretó.
Julia siguió bajando, ya solo quedaba el capullo por salir y la polla arqueada por la tensión de la prenda aún marcaba más las venas, mi madre sin mirarme me sacó la polla por el camal y me descubrió el glande.
Mi tía le estaba haciendo desear la visión, Clara tragaba saliva sin cesar, aún sabiendo lo que iba a pasar se sobresaltó cuando la polla de Ricardo saltó hacia arriba, casi le golpeó en el ombligo, cuando se estabilizó horizontal mi tía la cogió y mi madre la tocó tímidamente, mi tía le acompaño la mano para que la agarrara fuerte, cuanto sintió el calor y el grosor de semejante polla mi madre se aferró a ella, dejó la mía y la estuvo midiendo con el puño uno tras otro quizá para recordarla siempre, mi tía se había venido a mi lado y ahora era ella la que me cogía la mía, por entre mis muslos me cogía los cojones mientras con la otra mano me descubría el glande.
Mi madre estaba en shock, tuvo que ser Julia la que volviera con ella y como a una niña la llevó cogida de la mano a la cama, Clara no soltó la polla con la otra mano, subió a la cama siempre cogiendo a Ricardo como si se lo fueran a quitar, Ricardo obedeciendo a una seña de Julia se tumbó de espaldas, Clara no sabía a dónde acudir, o ponerse entre las piernas del chico o subirse encima, tuvo que ser Julia la que la colocó sobre Ricardo quitándole las bragas negras que llevaba y pasando una pierna sobre la cabeza del chico para que le comiera el coño.
Ricardo lo hizo bien, su lengua se hundió entre los labios de Clara, ella al sentirlo se decidió, pero no contaba que su boca no era tan ancha como aquel glande y se quedó con los labios haciendo una O pero en la punta del capullo solo.
Mi tía me dijo que me acostara al lado de Ricardo ella imitó a Clara y pronto dejé de ver a mi madre, mi vista se limitaba al coño de Julia, pensé lo parecido que lo tenía a mi madre, además de hermanas eran muy parecidas, menos las tetas y las caderas, claro, mi polla enseguida notó la humedad cálida de la boca de mi tía, esta vez no se limitó a lamérmela, se la metió hasta la campanilla desde el primer momento, sus labios me tocaban el vello, con las manos me separó las nalgas y empezó a acariciarme el ano otra vez, pero le apreté las tetas para indicarle que era peligroso, pues me correría enseguida y no era lo adecuado en ese momento, ella pronto dejó mi culo tranquilo, pero yo si que me mojé un dedo y se lo pasé por el suyo, al contrario que yo esta lo relajó y sin ningún esfuerzo metí un dedo, mi lengua atacaba la entrada de su vagina y ella movía la cintura para que llegara bien a todos sus rincones, cuando ataqué al clítoris, le metí dos dedos en el culo, ella adelantó las caderas para que los metiera más adentro, lo hice hasta donde podía, mi tía se retorcía con las caderas sobre mi boca.
Noté como se sacaba mi polla de la boca y se me escurría de encima, fue a ayudar a mi madre, esta estaba intentando desesperadamente meterse la polla en la boca, tuvo que ser Julia la que le demostró con su boca que era imposible, pues ella la tenía más ancha y apenas le cabía la punta del capullo, Ricardo le había puesto muy caliente pero ella quería mamársela, pero fue imposible, Julia le dijo que mejor intentara metérsela en el coño, mi madre un poco decepcionada se giró y se subió sobre el chico, este estaba esperando con la polla vertical como un obelisco, mi madre se puso en cuclillas mientras Julia le sostenía la polla en posición, yo le cogí de la manos para que aguantara el equilibrio mientras descendía, Julia agachada controlaba el coño y cuando vio que se hundía la vagina hacia dentro junto el capullo le hizo parar, se levantó y buscó en su bolso, sacó un gel y untó la polla de Ricardo desde la base hasta el glande, brillaba como un faro en la noche, también llenó de gel el coño de mi madre, yo no confiaba mucho, pero se obró el milagro, mi tía la animaba al ver que ya no hacía resistencia al roce y el capullo iba desapareciendo.
Clara soplaba, me apretaba las manos, pero no quería parar, Ricardo le decía que siguiera, que ella podía.
Y pudo, en el momento que el capullo entró mi madre se relajó, suspiró y se dejó caer lentamente, vi como desaparecía el tronco poco a poco, yo ya había visto el efecto en el coño de la madre de Raquel, pero no quería que mi madre sufriera, se lo dije y ella me sonrió a duras penas, siguió dejándose caer, hasta que cuando faltaba un tercio paró.
Por los pezones le caían gotas de sudor, me miró y se dejó caer de golpe, hizo una cara que me impresionó, era una mezcla de dolor y placer, pero el placer ganó al dolor y unos minutos después de estar quieta se fue levantando, poco a poco hasta la mitad, luego volvió a bajar, lentamente lo volvió a hacer varias veces hasta que Julias la dejó sola y ella sin dejar de controlar a mi madre se tumbó al lado de Ricardo y abrió las piernas para recibirme, me tumbe sobre ella y se la metí, aunque era bastante estrecha me colé sin gel ni nada, mis pelos rozaron su pubis depilado, me cogí a sus tetas, estaban duras y aunque estaba boca arriba las tenia protuberantes y coronadas de los pezones duros.
Mi madre parecía una chiquilla a la que le habían regalado el mejor juguete, pero Julia sabía más del tema y le dijo que descansara un momento, ella un poco a regañadientes lo hizo, le dio un beso a Ricardo en agradecimiento por el estreno y se bajó, pero insistió a que fuera Julia entonces cuando probara la polla de Ricardo, quería convencerse que no era ella sola la que se atragantaba de carne dura.
Mi tía la miró y le dijo…
- Clara fíjate como lo hace tu hermana mayor.
Se subió sobre Ricardo y ella misma se la encaró en el coño, se notaba que no era la primera vez que lo hacía y se dejó caer, el capullo con restos de gel y flujo de mi madre y los jugos de mi tía bastaron el glande desapareció al momento y como un embolo fue entrando hasta la mitad, para entonces mi tía ya no presumía y se iba dejando caer poco a poco descansando un momento cada vez, aun así se volvió hacia mi madre y a mí y dijo…
- Veis como me cabe una polla enorme?, pues aun me cabría más grande.
Ricardo me miró y me dijo con la mirada que era el momento de complacer a Julia, me puse detrás de ella, ahora estaba tumbada sobre el chico mientras él le acariciaba las tetas, la visión me impactó, solo se veían los dos pubis depilados pegados, y los huevos entre los dos, visto así no se distinguía a quien pertenecían los cojones, ante mí las dos nalgas redondas y en el centro el agujero más moreno que el resto, mi madre me alcanzó el gel, se imaginaba que intentaba hacer, pero se equivocaba, untó el agujero arrugado de Julia y mi polla generosamente, cuando me puse sobre mi tía, esta me esperaba elevando el culo con la tranca de Ricardo metida hasta la mitad, mi madre me guió el capullo hacia el ano de Julia, resbalaba suavemente por toda la raja, ya había metido un centímetro del glande en el agujero cuando lo saqué y volví a recorrer toda la raja desde la rabadilla hasta encontrarme con la polla de Ricardo, estaba como una barra de hierro, me apoye en ella, miré al chico por encima de mi tía y me confirmó, apreté con fuerza sobre la polla de Ricardo, esta aguantó el envite y fue metiéndose lentamente hacia dentro de mi tía yo le acompañé, mi madre entre mis piernas veía como la vagina de Julia se dilataba y se hundía bajo la presión y la inestimable ayuda de
Ricardo, hizo que no tuviera dificultad de forzar el diámetro del coño de Julia y mi polla resbalando sobre el tope de la de Ricardo se fue hundiendo junto con la de él.
Julia gritó, fue un grito mezcla de sorpresa, de dolor y placer, yo notaba en mi capullo los latidos del corazón del chico, las pollas pegadas fueron entrando paralelas dentro de la vagina de mi tía, ella con los brazos quería decirnos que paráramos, pero no hacíamos caso, tampoco podía levantarse, a mi peso se unía la posibilidad de abrirse las dos polla y romperle la vagina, quedó esperando, sus deseos iban a cumplirse, mi madre quiso paliar la situación y por debajo de mí pasó la mano y le acarició el clítoris a Julia, esta suspiró aliviada, cuando Clara vio que su hermana estaba conforme me acarició los huevos y me los empujo hacia el coño de mi tía, el gel fue decisivo, las dos pollas entraron hasta pegarse contra el coño de Julia, por detrás ahora mi madre veía un par de pares de huevos pegados a los labios de Julia, cuando Ricardo retrocedió yo le seguí, ambos empezamos el mismo movimiento, llegamos hasta casi salir mi glande que estaba más corto, luego los dos metimos carne para dentro, los labios de mi tía no daban más de sí, con mis manos atrape las tetas de Julia, Ricardo nos aguantaba verticales a los dos mientras sufría el peso de ambos, pero no le molestaba, mi tía agarraba la sabana con las manos crispadas, no decía nada, solo gemía y suspiraba, la dilatación era máxima pero ella lo podía soportar, eso es lo que creía hasta ahora pero lo estaba demostrando, mi madre me animaba a mí a que siguiera metiéndola y a ella para que gozara el momento, era difícil que se repitiera.
Julia no pudo resistir más y se corrió, no nos avisó, dejó caer la cabeza sobre los hombros de Ricardo y se relajó, nos facilitó el trabajo, la vagina se dilató aún más y pudimos aumentar la cadencia de metidas, los dos a una, las clavábamos al unísono, mi madre cuando las teníamos sacadas las volvía a untar con más gel, mi tía seguía agitándose con sus espasmos, los notábamos en nuestras pollas, la vagina se contraía aprisionándonos y no dejándonos salir, Julia se volvió y con una ligera voz nos dijo…
- No se os ocurra saliros sin correrse dentro de mí, quiero sentir vuestra leche llenándome la matriz.
Nos miramos y empezamos a movernos, Clara detrás de nosotros nos cogió los huevos de los dos, los apretó y los amaso, en sus manos tenía millones de bichitos que iban a ir a parar al útero de su hermana, creo que sentí cuando decidieron salir juntos, los huevos se endurecieron y crisparon, con unas contracciones se apretaron a las respectivas pollas y se vaciaron, mi tía al notar el reguero de semen abrió más las piernas y nos permitió pegarnos más a ella, cuando salimos deshinchados juntó las piernas, se sentó en la orilla de la cama y se asomó para ver su coño, mi madre con las dos manos juntas fue recogiendo todo lo que salía de su coño, en las caras de las dos se dibujó una sonrisa de satisfacción.
Se tumbó en la cama boca arriba, las piernas no las podía juntar, mi madre con una toallita le estuvo limpiando los labios mojados de semen, ella con los ojos cerrados estaba recordando lo que acababa de gozar.
Clara después de limpiar a Julia vino con nosotros, nos limpió también, las dos pollas estaban empapadas de leche y flujo de Julia, las secó y aprovechando que estaban blandas se metió el capullo de Ricardo en la boca, este no se lo esperaba y le dio un calambre, todavía estaba muy sensible el glande, pero aguantó mientras le pellizcaba los pezones a mi madre, yo me acerque a su vientre y al sentirme abrió las piernas, sus labios estaban empapados de jugos, pero sabían a gloria, le lamí el clítoris y ella aún separó las piernas más.
Las pollas necesitaban un tiempo de recuperación y eso le vino bien a Clara, con la boca llena de carne del camarero que aunque blanda se la llenaba y con la mano buscó la mía, la estuvo descapullando hasta el final,
Pasó un rato degustando el glande de Ricardo, tan redondo y chato le llenaba todo el paladar, no sé cuál de las dos empezó a resucitar primero o la mía al ver a Clara con las mejillas hinchadas y la mandíbula a punto de desencajarse y la de Ricardo al verme comerle el coño a mi madre, lo cierto es que mi madre tuvo que soltar mi polla para estirar la de Ricardo y sacársela antes de que le fuera posible, los dientes se los dejó marcados en el glande.
Clara ya con la experiencia vivida un rato antes no quiso perder la ocasión y cuando aún no estaba al cien por cien Ricardo se subió sobre él y se metió la polla después de ponerse gel, lo acertó, pues se la metió hasta casi toda, pero no quiso renunciar al resto y se sentó sobre sus caderas, yo miré por detrás de mi madre y solo vi los cojones de Ricardo pegados a mi madre.
Ella quiso degustar la polla de Ricardo a gusto y fue saltando sobre ella, cuando bajaba lo hacía lentamente contando sus pliegues internos, cuando el útero no le prestaba más volvía a subir, mi madre probo la elasticidad de su vagina y le dio un sobresaliente, le cupo toda la polla.
Ricardo llamó mi atención, mi tía estaba acariciándose el clítoris otra vez, yo me puse entre sus piernas, sus labios olían al perfume de la toallita húmeda, cuando mi lengua levantó la piel del pequeño glande mi tía gimió abriendo las piernas, no quise lamerle los labios de la vagina, todavía estaban abiertos, parecían un pozo sin cubrir, eran una O perfecta.
Mi tía me cogió la polla y me la movió hasta ponérmela dura, quise metérsela pero me dirigió hacia mi madre, se incorporó con dificultad y alcanzo el bote de gel, repartió por toda la polla y por su dedo pulgar, se acercó a Clara y después de rodear el ano dos veces se lo metió hasta donde pudo, mi madre se volvió y le sonrió, mi tía me cogió la polla y me estiró guiándome hasta el culo de Clara, cuando estuvo apoyado sobre él me dio dos palmadas en la nalga y apreté, mi madre giró las caderas para facilitar mi entrada, no le hice esperar, el glande resbaló dentro y todo el tronco después, noté la polla de Ricardo pagada a la mía, él salía cuando yo entraba, nos turnamos y mi madre siempre estaba llena de polla dura, cuando Ricardo alcanzaba el máximo de dureza mi madre no quiso perderse el momento y aguantó hasta el final, se corrió en un momento en que coincidimos los dos clavados dentro de ella, la tuvimos que sujetar, pues se descontrolaban sus movimientos, mi tía le chupaba los pezones sudados, Ricardo acariciaba los suyos, al segundo orgasmo Clara se quedó inmóvil, nosotros estábamos expectantes, mi tía por su cuenta se había sentado sobre la cara de Ricardo, este le estaba lamiendo el clítoris y el coño todavía abierto pero muy sensible, yo con mi tía de frente la mordía sus tetas, me corrí yo primero, me apreté al culo de Clara, me vacié en varios chorros y cuando la saqué un hilillo de semen se escapaba por su ano abierto, Ricardo aún tardó bastante más en hacerlo, mi madre ya no controlaba nada, solo lo montaba y gozaba de su polla gigante, cuando el chico se corrió por la vagina de Clara salió la leche a presión, mi madre se dejó escurrir entre las piernas de Ricardo y esperó con las suyas abiertas hasta que mi tía la limpió de semen hasta las rodillas.
Estuvimos aún un buen rato sobre la cama los cuatro, desnudos pero con el alma calmada, solo alguna caricia más de agradecimiento que de lujuria, cuando salimos del apartemento anochecía, mi madre nos invitó a cenar en una marisquería, nos pusimos morados de marisco y cerveza, ya era hora de que nos sirvieran a nosotros!
Las hermanas parecían unas chiquillas riendo todas las gracias que les hacíamos, cuando cogimos el último tren para el pueblo, mi madre se abrazaba a mi cuello y Julia al de Ricardo.
Continuará.
- Hola Manu, te quería preguntar una cosa, tu tía me ha comentado una cosa, desde luego no la pongo en duda pero como sé cómo es, quisiera que me lo confirmaras tú. Qué hay de cierto en eso de hacer una fiestecita como la del otro día pero que estaría tu madre?
- Pues es cierto Ricardo, Julia le contó a mi madre en un momento de confidencias que de vez en cuando subía a tu habitación para estar contigo porque tienes una polla grande, mi madre, ya sabes está mucho tiempo sin marido y siempre ha tenido la fantasía de un pene así, por lo que Julia le propuso hacer una fiesta con los cuatro.
- Y no crees que pueden surgir problemas entre las hermanas o incluso contigo?
- No las conoces bien, tienen las ideas muy claras al respecto y separan el sexo de los sentimientos, tranquilo por eso.
- Entonces a ti te parece bien?, me sabría mal que te perjudicara en algo.
- Yo lo que quiero que mi madre sea feliz, bastante ha sufrido en la vida, además me imagino que estará impaciente, al mismo tiempo podemos dar a Julia un regalito extra.
- Manu, me lo has quitado de la boca, te iba a proponer lo mismo, esta fiesta tiene que ser especial para las dos hermanas.
- Eso mismo pensaba yo, ya idearemos algo para que queden contentas.
Desde el comedor oí a mi tía llamarme y haciendo una seña a Ricardo con el dedo, me despedí para atender a Julia.
Mi tía me llevó al despacho y se sentó en el sillón de director que tenía tras de la mesa, no me dijo que me sentara en la silla que había al otro lado y me senté en la esquina de la mesa de despacho.
- Mira Manu, creo que tu madre te ha contado la conversación que tuvimos las dos, ya sabes lo importante que es Clara para mí, aunque a todas mis hermanas las quiero, Clara siempre ha sido mi preferida, ya sea por la edad o porque me ha demostrado tener una cabeza muy sensata y hacer feliz a toda la gente a su alrededor, tu eres un ejemplo de lo que digo.
Cuando me iba contando esto me miraba la bragueta, estaba comprobando el efecto que me producía el estar viéndole las tetas desde arriba al tener la blusa hueca, yo no me había dado cuenta de que mi polla se estaba desperezando y abultaba bastante dentro, ella descruzó las piernas y las fue abriendo, con la falda estrecha que llevaba los muslos se marcaban a los lados, pero ella insistía abriéndolos y las piernas le ganaban la batalla a la falda que se retiraba subiéndose hacia arriba, de vez en cuando me miraba a los ojos, sabiendo que me estaba poniendo a cien. Y siguió…
- Esto quisiera que no saliera de aquí, pero aunque no hace falta decírtelo, quiero que mi hermana tenga lo mejor, ya sabes a lo que me refiero, aunque eres su hijo ya sé cómo eres y que vas a hacer todo lo posible, pero quiero que sepas que yo también lo quiero, he follado lo suficiente contigo para saber la clase de hombre que eres y confío plenamente en ti, eres un amante perfecto, y Clara me ha confesado que le das lo que le falta desde hace tiempo, hasta el punto de que no había pensado en buscar a alguien que la follara bien.
Julia me pasaba la mano por la rodilla hacia arriba, las piernas las tenía totalmente separadas frente a mí y podía apreciar el pubis moreno bajo las bragas de encaje blanco que llevaba ese día, estaba un poco alejada de la mesa y girada delante de mí, pero con las dos manos me fue guiando hacia el centro de la mesa, quitó los papeles que tenía delante y cuando me tuvo en el centro arrimó el sillón hacia la mesa, sus piernas se quedaron bajo el mueble pero sus tetas se veían mucho más.
Sin dejar de mirarme y hablarme me quitó los zapatos y aflojó el cinturón del pantalón, me miraba fijamente a los ojos, sus manso parecían autómatas, me bajaron los pantalones y el bóxer a la vez y me los sacó por los pies, me quedé delante de ella sentado en la mesa con la polla mirando casi al techo, Julia no pestañeaba, sin mirar a otro sitio acerco más el sillón a la mesa poniéndome los pies sobre los reposabrazos del sillón, me paso los brazos por debajo del culo y tiró de mí hasta ponerme en el mismo canto de la mesa, siguió hablando hasta que mi polla rozaba sus labios y las palabras ya no se le entendían, me beso el capullo, con la lengua terminó de descubrirme el glande y lamiendo desde los huevos hacia arriba se detuvo en el frenillo, mi polla oscilaba como un limpiaparabrisas, ella lo esperaba con la lengua fuera y lo rozaba, estaba rojo de excitación yo sentía que me iba a hacerme correr sin siquiera tocármela, me dejó un chorro de saliva sobre el escroto de los huevos, y siguió lamiéndome la polla, cuando me atrapó con los labios el capullo sentí como sus dedo se paseaba entre mis nalgas y rodeaban mi ano, me daba un gusto indecible que aumentaba el tener la polla entre sus labios, cuando se tragó media polla yo me tragué medio dedo en el culo, en un primer momento me resistí, pero ella ya acariciaba mi próstata haciéndome poner la polla de color morado, con el pulgar acariciaba el perineo, nunca me habían hecho esto, decididamente Julia era un experta folladora, me incliné sobre ella y le estiré la blusa sacándosela por la cabeza, sus tetas rozaban mis nalgas, y la mesa.
Yo no quería mancharle la falda ni la mesa y se lo dije…
- Julia me vas a hacer correrme y te voy a poner perdida.
- Noff teff preocufffpes.
Me dijo con la boca llena, y siguió metiéndose más y más polla dentro de la boca, su lengua me apretaba contra el paladar y me ordeñaba, nunca mejor dicho, esa era la palabra ordeñar, el resultado estaba escrito, un calor intenso y un calambre desde los huevos hasta el capullo y una ráfaga de chorros de semen fueron llenando la boca de mi tía, solo sacó la mitad de la polla para hacer sitio a la leche, y la fue tragando según le llegaba, cuando terminó de ordeñarme me soltó y me enseñó la boca vacía, no había rastro de semen, sonrió y me dijo…
- Mmm, estaba riquísima, y tu polla también, ves como tu tía también te cuida?
Yo me incline para dar el último apretón a sus tetas pero ella se adelantó y me besó en la boca, apenas hacía gusto a semen. Se deslizó hacia detrás con las ruedas y me dejó bajar de la mesa, sus bragas aún estaban a la vista, pero una mancha húmeda había aparecido entre sus muslos.
Me alargó mis pantalones dando por terminada la charla y salimos del despacho, mi madre seguía arreglando todo detrás de la barra y al otro lado seguía el señor charlando con ella.
Julia estuvo buscando la combinación para poder organizar la reunión, no era fácil pensaba yo, ausentarse casi todos nosotros era complicado y más el lugar, debía ser algo discreto por parte de todos.
Pero mi tía no nos defraudó y un día nos dio la fecha, era un lunes que había poco trabajo por la tarde, Ricardo tenía libre, en la barra puso a Encarna y las otras dos camareras en los comedores, al cargo se quedó Lisa.
Julia, mi madre y yo fuimos a la estación, cuando vimos aparecer a Ricardo mi tía apretó el brazo a mi madre que sintió un escalofrío, El chico subió en otro vagón, durante el trayecto Julia nos contó que la modista le había dejado las llaves de un apartamento en el pueblo de al lado, como era un sitio turístico había muchos vacios.
Cuando bajamos Ricardo son seguía a una distancia prudencial, cuando entramos en edificio me quedé atrasado para unirme al camarero, las chicas dejaron la puerta del apartamento abierta y cerramos detrás nuestro.
Estaba amueblado por completo, solo que los muebles estaban cubierto por sabanas blancas, cuando mi madre llegó a la habitación mi tía había descubierto la cama, estaba hecha y era de un tamaño gigante.
Descubrió también un sillón para dejar la ropa, pero ella le hizo una seña a mi madre y salieron, nosotros nos sentamos en la cama y esperamos, teníamos cierto recelo, sobre todo yo si mi madre no cambiaría de opinión, pero la duda desapareció cuando la vi aparecer en la puerta, llevaba un conjunto de lencería precioso, nunca había visto a mi madre tan sexi, se le notaba a la legua que quería follar y pronto, mi tía le dio un tiempo para que la admiráramos y luego apareció ella, llevaba un sujetador, que aunque no le hacía falta, le sostenían las tetas por debajo solo, haciéndole canalillo y hinchándole los pezones, el tanga era casi invisible, y tan transparente que el coño se le veía como si no llevara nada, nos quedamos con la boca abierta, mi tía se dirigió a Ricardo y mi madre a mí, nos fueron desnudando, pero cuando nos iban a quitar los calzoncillos, Julia llamó a Clara para que viera la aparición , yo me acerqué para ver la expresión de mi madre.
Julia fue bajando muy lentamente la prenda, Ricardo ya tenía la polla con una erección bastante notable que dificultaba la maniobra, pero Julia era tenaz y seguía forzando la prenda elástica, cuando dejó al descubierto el pubis de Ricardo miró a Clara, lo llevaba depilado y aún se notaba más el nacimiento de su polla, las venas hinchadas se notaban moradas sobre la oscura piel del miembro, mi madre parecía impaciente y le urgió a seguir a Julia, el tronco se iba descubriendo y una especie de pepino quedaba a la vista, Clara no podía quitar los ojos del bóxer de Ricardo, yo me acerqué a ella, estaba agachada junto a su hermana, le acaricié la cabeza, Clara sin volverse subió la mano hasta metérmela por debajo de mi calzoncillo, me agarro la polla y la apretó.
Julia siguió bajando, ya solo quedaba el capullo por salir y la polla arqueada por la tensión de la prenda aún marcaba más las venas, mi madre sin mirarme me sacó la polla por el camal y me descubrió el glande.
Mi tía le estaba haciendo desear la visión, Clara tragaba saliva sin cesar, aún sabiendo lo que iba a pasar se sobresaltó cuando la polla de Ricardo saltó hacia arriba, casi le golpeó en el ombligo, cuando se estabilizó horizontal mi tía la cogió y mi madre la tocó tímidamente, mi tía le acompaño la mano para que la agarrara fuerte, cuanto sintió el calor y el grosor de semejante polla mi madre se aferró a ella, dejó la mía y la estuvo midiendo con el puño uno tras otro quizá para recordarla siempre, mi tía se había venido a mi lado y ahora era ella la que me cogía la mía, por entre mis muslos me cogía los cojones mientras con la otra mano me descubría el glande.
Mi madre estaba en shock, tuvo que ser Julia la que volviera con ella y como a una niña la llevó cogida de la mano a la cama, Clara no soltó la polla con la otra mano, subió a la cama siempre cogiendo a Ricardo como si se lo fueran a quitar, Ricardo obedeciendo a una seña de Julia se tumbó de espaldas, Clara no sabía a dónde acudir, o ponerse entre las piernas del chico o subirse encima, tuvo que ser Julia la que la colocó sobre Ricardo quitándole las bragas negras que llevaba y pasando una pierna sobre la cabeza del chico para que le comiera el coño.
Ricardo lo hizo bien, su lengua se hundió entre los labios de Clara, ella al sentirlo se decidió, pero no contaba que su boca no era tan ancha como aquel glande y se quedó con los labios haciendo una O pero en la punta del capullo solo.
Mi tía me dijo que me acostara al lado de Ricardo ella imitó a Clara y pronto dejé de ver a mi madre, mi vista se limitaba al coño de Julia, pensé lo parecido que lo tenía a mi madre, además de hermanas eran muy parecidas, menos las tetas y las caderas, claro, mi polla enseguida notó la humedad cálida de la boca de mi tía, esta vez no se limitó a lamérmela, se la metió hasta la campanilla desde el primer momento, sus labios me tocaban el vello, con las manos me separó las nalgas y empezó a acariciarme el ano otra vez, pero le apreté las tetas para indicarle que era peligroso, pues me correría enseguida y no era lo adecuado en ese momento, ella pronto dejó mi culo tranquilo, pero yo si que me mojé un dedo y se lo pasé por el suyo, al contrario que yo esta lo relajó y sin ningún esfuerzo metí un dedo, mi lengua atacaba la entrada de su vagina y ella movía la cintura para que llegara bien a todos sus rincones, cuando ataqué al clítoris, le metí dos dedos en el culo, ella adelantó las caderas para que los metiera más adentro, lo hice hasta donde podía, mi tía se retorcía con las caderas sobre mi boca.
Noté como se sacaba mi polla de la boca y se me escurría de encima, fue a ayudar a mi madre, esta estaba intentando desesperadamente meterse la polla en la boca, tuvo que ser Julia la que le demostró con su boca que era imposible, pues ella la tenía más ancha y apenas le cabía la punta del capullo, Ricardo le había puesto muy caliente pero ella quería mamársela, pero fue imposible, Julia le dijo que mejor intentara metérsela en el coño, mi madre un poco decepcionada se giró y se subió sobre el chico, este estaba esperando con la polla vertical como un obelisco, mi madre se puso en cuclillas mientras Julia le sostenía la polla en posición, yo le cogí de la manos para que aguantara el equilibrio mientras descendía, Julia agachada controlaba el coño y cuando vio que se hundía la vagina hacia dentro junto el capullo le hizo parar, se levantó y buscó en su bolso, sacó un gel y untó la polla de Ricardo desde la base hasta el glande, brillaba como un faro en la noche, también llenó de gel el coño de mi madre, yo no confiaba mucho, pero se obró el milagro, mi tía la animaba al ver que ya no hacía resistencia al roce y el capullo iba desapareciendo.
Clara soplaba, me apretaba las manos, pero no quería parar, Ricardo le decía que siguiera, que ella podía.
Y pudo, en el momento que el capullo entró mi madre se relajó, suspiró y se dejó caer lentamente, vi como desaparecía el tronco poco a poco, yo ya había visto el efecto en el coño de la madre de Raquel, pero no quería que mi madre sufriera, se lo dije y ella me sonrió a duras penas, siguió dejándose caer, hasta que cuando faltaba un tercio paró.
Por los pezones le caían gotas de sudor, me miró y se dejó caer de golpe, hizo una cara que me impresionó, era una mezcla de dolor y placer, pero el placer ganó al dolor y unos minutos después de estar quieta se fue levantando, poco a poco hasta la mitad, luego volvió a bajar, lentamente lo volvió a hacer varias veces hasta que Julias la dejó sola y ella sin dejar de controlar a mi madre se tumbó al lado de Ricardo y abrió las piernas para recibirme, me tumbe sobre ella y se la metí, aunque era bastante estrecha me colé sin gel ni nada, mis pelos rozaron su pubis depilado, me cogí a sus tetas, estaban duras y aunque estaba boca arriba las tenia protuberantes y coronadas de los pezones duros.
Mi madre parecía una chiquilla a la que le habían regalado el mejor juguete, pero Julia sabía más del tema y le dijo que descansara un momento, ella un poco a regañadientes lo hizo, le dio un beso a Ricardo en agradecimiento por el estreno y se bajó, pero insistió a que fuera Julia entonces cuando probara la polla de Ricardo, quería convencerse que no era ella sola la que se atragantaba de carne dura.
Mi tía la miró y le dijo…
- Clara fíjate como lo hace tu hermana mayor.
Se subió sobre Ricardo y ella misma se la encaró en el coño, se notaba que no era la primera vez que lo hacía y se dejó caer, el capullo con restos de gel y flujo de mi madre y los jugos de mi tía bastaron el glande desapareció al momento y como un embolo fue entrando hasta la mitad, para entonces mi tía ya no presumía y se iba dejando caer poco a poco descansando un momento cada vez, aun así se volvió hacia mi madre y a mí y dijo…
- Veis como me cabe una polla enorme?, pues aun me cabría más grande.
Ricardo me miró y me dijo con la mirada que era el momento de complacer a Julia, me puse detrás de ella, ahora estaba tumbada sobre el chico mientras él le acariciaba las tetas, la visión me impactó, solo se veían los dos pubis depilados pegados, y los huevos entre los dos, visto así no se distinguía a quien pertenecían los cojones, ante mí las dos nalgas redondas y en el centro el agujero más moreno que el resto, mi madre me alcanzó el gel, se imaginaba que intentaba hacer, pero se equivocaba, untó el agujero arrugado de Julia y mi polla generosamente, cuando me puse sobre mi tía, esta me esperaba elevando el culo con la tranca de Ricardo metida hasta la mitad, mi madre me guió el capullo hacia el ano de Julia, resbalaba suavemente por toda la raja, ya había metido un centímetro del glande en el agujero cuando lo saqué y volví a recorrer toda la raja desde la rabadilla hasta encontrarme con la polla de Ricardo, estaba como una barra de hierro, me apoye en ella, miré al chico por encima de mi tía y me confirmó, apreté con fuerza sobre la polla de Ricardo, esta aguantó el envite y fue metiéndose lentamente hacia dentro de mi tía yo le acompañé, mi madre entre mis piernas veía como la vagina de Julia se dilataba y se hundía bajo la presión y la inestimable ayuda de
Ricardo, hizo que no tuviera dificultad de forzar el diámetro del coño de Julia y mi polla resbalando sobre el tope de la de Ricardo se fue hundiendo junto con la de él.
Julia gritó, fue un grito mezcla de sorpresa, de dolor y placer, yo notaba en mi capullo los latidos del corazón del chico, las pollas pegadas fueron entrando paralelas dentro de la vagina de mi tía, ella con los brazos quería decirnos que paráramos, pero no hacíamos caso, tampoco podía levantarse, a mi peso se unía la posibilidad de abrirse las dos polla y romperle la vagina, quedó esperando, sus deseos iban a cumplirse, mi madre quiso paliar la situación y por debajo de mí pasó la mano y le acarició el clítoris a Julia, esta suspiró aliviada, cuando Clara vio que su hermana estaba conforme me acarició los huevos y me los empujo hacia el coño de mi tía, el gel fue decisivo, las dos pollas entraron hasta pegarse contra el coño de Julia, por detrás ahora mi madre veía un par de pares de huevos pegados a los labios de Julia, cuando Ricardo retrocedió yo le seguí, ambos empezamos el mismo movimiento, llegamos hasta casi salir mi glande que estaba más corto, luego los dos metimos carne para dentro, los labios de mi tía no daban más de sí, con mis manos atrape las tetas de Julia, Ricardo nos aguantaba verticales a los dos mientras sufría el peso de ambos, pero no le molestaba, mi tía agarraba la sabana con las manos crispadas, no decía nada, solo gemía y suspiraba, la dilatación era máxima pero ella lo podía soportar, eso es lo que creía hasta ahora pero lo estaba demostrando, mi madre me animaba a mí a que siguiera metiéndola y a ella para que gozara el momento, era difícil que se repitiera.
Julia no pudo resistir más y se corrió, no nos avisó, dejó caer la cabeza sobre los hombros de Ricardo y se relajó, nos facilitó el trabajo, la vagina se dilató aún más y pudimos aumentar la cadencia de metidas, los dos a una, las clavábamos al unísono, mi madre cuando las teníamos sacadas las volvía a untar con más gel, mi tía seguía agitándose con sus espasmos, los notábamos en nuestras pollas, la vagina se contraía aprisionándonos y no dejándonos salir, Julia se volvió y con una ligera voz nos dijo…
- No se os ocurra saliros sin correrse dentro de mí, quiero sentir vuestra leche llenándome la matriz.
Nos miramos y empezamos a movernos, Clara detrás de nosotros nos cogió los huevos de los dos, los apretó y los amaso, en sus manos tenía millones de bichitos que iban a ir a parar al útero de su hermana, creo que sentí cuando decidieron salir juntos, los huevos se endurecieron y crisparon, con unas contracciones se apretaron a las respectivas pollas y se vaciaron, mi tía al notar el reguero de semen abrió más las piernas y nos permitió pegarnos más a ella, cuando salimos deshinchados juntó las piernas, se sentó en la orilla de la cama y se asomó para ver su coño, mi madre con las dos manos juntas fue recogiendo todo lo que salía de su coño, en las caras de las dos se dibujó una sonrisa de satisfacción.
Se tumbó en la cama boca arriba, las piernas no las podía juntar, mi madre con una toallita le estuvo limpiando los labios mojados de semen, ella con los ojos cerrados estaba recordando lo que acababa de gozar.
Clara después de limpiar a Julia vino con nosotros, nos limpió también, las dos pollas estaban empapadas de leche y flujo de Julia, las secó y aprovechando que estaban blandas se metió el capullo de Ricardo en la boca, este no se lo esperaba y le dio un calambre, todavía estaba muy sensible el glande, pero aguantó mientras le pellizcaba los pezones a mi madre, yo me acerque a su vientre y al sentirme abrió las piernas, sus labios estaban empapados de jugos, pero sabían a gloria, le lamí el clítoris y ella aún separó las piernas más.
Las pollas necesitaban un tiempo de recuperación y eso le vino bien a Clara, con la boca llena de carne del camarero que aunque blanda se la llenaba y con la mano buscó la mía, la estuvo descapullando hasta el final,
Pasó un rato degustando el glande de Ricardo, tan redondo y chato le llenaba todo el paladar, no sé cuál de las dos empezó a resucitar primero o la mía al ver a Clara con las mejillas hinchadas y la mandíbula a punto de desencajarse y la de Ricardo al verme comerle el coño a mi madre, lo cierto es que mi madre tuvo que soltar mi polla para estirar la de Ricardo y sacársela antes de que le fuera posible, los dientes se los dejó marcados en el glande.
Clara ya con la experiencia vivida un rato antes no quiso perder la ocasión y cuando aún no estaba al cien por cien Ricardo se subió sobre él y se metió la polla después de ponerse gel, lo acertó, pues se la metió hasta casi toda, pero no quiso renunciar al resto y se sentó sobre sus caderas, yo miré por detrás de mi madre y solo vi los cojones de Ricardo pegados a mi madre.
Ella quiso degustar la polla de Ricardo a gusto y fue saltando sobre ella, cuando bajaba lo hacía lentamente contando sus pliegues internos, cuando el útero no le prestaba más volvía a subir, mi madre probo la elasticidad de su vagina y le dio un sobresaliente, le cupo toda la polla.
Ricardo llamó mi atención, mi tía estaba acariciándose el clítoris otra vez, yo me puse entre sus piernas, sus labios olían al perfume de la toallita húmeda, cuando mi lengua levantó la piel del pequeño glande mi tía gimió abriendo las piernas, no quise lamerle los labios de la vagina, todavía estaban abiertos, parecían un pozo sin cubrir, eran una O perfecta.
Mi tía me cogió la polla y me la movió hasta ponérmela dura, quise metérsela pero me dirigió hacia mi madre, se incorporó con dificultad y alcanzo el bote de gel, repartió por toda la polla y por su dedo pulgar, se acercó a Clara y después de rodear el ano dos veces se lo metió hasta donde pudo, mi madre se volvió y le sonrió, mi tía me cogió la polla y me estiró guiándome hasta el culo de Clara, cuando estuvo apoyado sobre él me dio dos palmadas en la nalga y apreté, mi madre giró las caderas para facilitar mi entrada, no le hice esperar, el glande resbaló dentro y todo el tronco después, noté la polla de Ricardo pagada a la mía, él salía cuando yo entraba, nos turnamos y mi madre siempre estaba llena de polla dura, cuando Ricardo alcanzaba el máximo de dureza mi madre no quiso perderse el momento y aguantó hasta el final, se corrió en un momento en que coincidimos los dos clavados dentro de ella, la tuvimos que sujetar, pues se descontrolaban sus movimientos, mi tía le chupaba los pezones sudados, Ricardo acariciaba los suyos, al segundo orgasmo Clara se quedó inmóvil, nosotros estábamos expectantes, mi tía por su cuenta se había sentado sobre la cara de Ricardo, este le estaba lamiendo el clítoris y el coño todavía abierto pero muy sensible, yo con mi tía de frente la mordía sus tetas, me corrí yo primero, me apreté al culo de Clara, me vacié en varios chorros y cuando la saqué un hilillo de semen se escapaba por su ano abierto, Ricardo aún tardó bastante más en hacerlo, mi madre ya no controlaba nada, solo lo montaba y gozaba de su polla gigante, cuando el chico se corrió por la vagina de Clara salió la leche a presión, mi madre se dejó escurrir entre las piernas de Ricardo y esperó con las suyas abiertas hasta que mi tía la limpió de semen hasta las rodillas.
Estuvimos aún un buen rato sobre la cama los cuatro, desnudos pero con el alma calmada, solo alguna caricia más de agradecimiento que de lujuria, cuando salimos del apartemento anochecía, mi madre nos invitó a cenar en una marisquería, nos pusimos morados de marisco y cerveza, ya era hora de que nos sirvieran a nosotros!
Las hermanas parecían unas chiquillas riendo todas las gracias que les hacíamos, cuando cogimos el último tren para el pueblo, mi madre se abrazaba a mi cuello y Julia al de Ricardo.
Continuará.
0 comentarios - Mí timidez y mis tías 21