EL DIARIO DE MIRIELLE LA COQUETA.
CAPITULO I.- “Mi Primera Vez”.
“Me llamo Mirielle Beltrán, mexicana de nacimiento y con 48 años encima no me da vergüenza o miedo el confesar mi edad, sobre todo cuando considero que gracias a una sana alimentación, disciplina, ejercicios y a una benevolente genética; puedo presumir de tener una figura envidiable y de atraer miradas masculinas como si tuviera tan solo 20 primaveras.
A la fecha casada, madre de varios hijos y con un marido que amo y que me adora; hasta aquí mi historia puede sonar como la de miles de otras amas de casa que encuentran la felicidad…Salvo que el camino que he recorrido para llegar a este punto es…Bueno, eso es precisamente lo que les quiero contar.”
LUNES 4 DE MAYO, 1982
-¡Basta Alfredo he dicho que no!
Respondí un tanto aireada ante la pertinaz insistencia de mi novio.
-Por favor corazón, sabes que te amo con toda mi alma, es lógico que me atraigas y que quiera estar a tu lado-
-Lo que tú quieres es sexo Alfredo, no pasar a mi lado la eternidad-
-No seas así Miri, ambos sabemos que tú eres liberal, nada mojigata, y que no pretendes hacer votos en algún convento-
-Eres un cínico descarado, ¿ahora resulta que soy una golfa cualquiera?, no sé por qué aún sigo contigo-
-Porque te aburren a muerte los ricos estirados y los niños bien, ¿o quizá por te fascinan mis besos?-
No bien había terminado de decirme esto, cuando Alfredo volvió a besarme apasionadamente mientras me sujetaba con fuerza, en el parque “Hidalgo” rumbo a mi casa. Alfredo era un chico intelectualoide de clase media, de tez clara, ojos verdes, larga cabellera castaña y lentes pequeños y redondos en honor a su ídolo musical caído en Nueva York más de un año atrás; alto, buen mozo y con un agridulce sentido del humor, mayor que yo por 4 años, estudiante de ciencias políticas en la Universidad, ese era Alfredo mi novio en turno desde hacía más de 2 años recién inaugurada la década de los 80´s.
-¿Entonces Si chiquita?, en 2 semanas será nuestro aniversario, será una fecha perfecta e inolvidable, anda, di que si bonita-
Alfredo volvió a la carga en el pórtico de mi casa
-MM., no lo sé, estaré presentando exámenes en la escuela, ya veremos, no te garantizo nada, y ahora vete o podría llegar mi padre-
Lo vi alejarse hasta que desapareció con una sonrisa en los labios, luego abrí la puerta de mi casa y me dirigí al comedor, dentro ya esperaban mis dos hermanos mayores (Lázaro y Francisco)de licencia en el colegio militar, mama y mi pequeña hermanita de 5 Años (Donna), el por qué de nuestros nombres era simple, Mi Padre Clemente Beltrán era un Capitán segundo jubilado venido a menos, estricto y autoritario, marcial e impositivo, que había nombrado a mis hermanos en honor a generales revolucionarios que el admiraba, 20 años mayor que mi madre Lucrecia Monet, que dicho sea de paso era un sol, aunque sumisa y eclipsada por mi padre, ella era francesa y poseía un rostro angelical, enmarcado con hermosos rizos dorados, Mama siempre ha sido una mujer cándida y Afable, la cual había estudiado música en su juventud en su natal Paris, motivo por el cual yo tenía nombre de cantante francesa y mi hermana de diva de la música disco.
-¿Otra vez perdiendo el tiempo con el bueno para nada de tu noviecito, hermana?, sabes bien que Padre no está de acuerdo con esa relación, deberías mandarlo a volar y evitarte problemas Miri-
-Papa solo aprobara que seas novia de algún teniente o capitán muy formal---y con dinero, claro, no está contento que su hija salga con un pusilánime mariquita universitario-
-Dejen en paz a su hermana o se las verán conmigo-
Se apresuro a responder mama, al ver la mirada furibunda que les puse a mis marciales hermanos, con los cuales nunca había logrado congeniar-
Estudiar no tiene nada de malo, algún día seré una universitaria también y finalmente una doctora prestigiosa y pienso cobrarles muy caro las consultas hermanitos…-
Silencio total… mi padre había llegado a casa
Mi comida se enfrió rápidamente matando de hipotermia mi apetito, no sé si alguien había dejado abierta alguna ventana del comedor o simplemente debido a la gélida presencia de mi padre, pensé que solo debía permanecer en la mesa sin moverme ni hacer ruidos y esperar a que él se levantara para subir a mi habitación, dejando atrás aquel turbio ambiente.
-Mirielle, hoy vi a ese rufián amigo tuyo alejarse de nuestra calle-
-Aaah..¿De verdad?-
-No te hagas la tonta ni finjas demencia señorita, si bien ya no eres una niña, sigo siendo tu padre y puedo golpearte para que aprendas a tenerme respeto-
Mi padre tenía razón en eso al menos, ya no era una niña, sino una mujer que recién había cumplido los 18 años 3 semanas atrás, valiente y decidida a pesar de medir tan solo 1.62 cm, buena estudiante con facilidad para las matemáticas, de piel blanca, rasgos delicados, finos y elegantes, así como de unos enormes ojos azules herencia de mama.
Empacada en un cuerpo voluptuoso, lo que hoy sería considerada una autentica gordibuena, cabello rubio, un busto amplio, acinturada o formada sin tener cintura de avispa, piernas frondosas y torneadas y mi orgullo hasta la fecha, un trasero generoso, redondo, inflado y apetecible, suculento y deseable a juego con unas bastas caderas me hacían verme mayor de lo que realmente era.
-Lo siento Padre, no pretendía molestarlo señor-
Conteste de forma compungida, agachando la cabeza, mi padre podía ser muy violento si se molestaba
-Y no solo eso jovencita, también lo han visto en esos mítines contra el gobierno, llamando asesinos a los militares-
-Pero Padre, usted sabe…el 68-
-Yo solo sé que eran hombres de honor cumpliendo órdenes, ¿Quiénes son tu y ese rufián para juzgar a hombres que valientemente se juegan la vida protegiéndonos?. No dices nada, eso está mucho mejor, puedes retirarte a tu habitación y te prohíbo terminantemente volver a ver a ese amigo tuyo a partir de hoy, ¿Entendido señorita?-
-Pero…¡Pero Padre yo!, No es justo…-
¡PAAAFFF!
La sonora bofetada sacudió mi cabeza con violencia, dejándome su manaza marcada en la mejilla, mientras mis hermanos bajaban la mirada y mama se tapaba la boca conteniendo cualquier protesta, con su mirada iracunda y gritándome a todo pulmón agrego
-NADA DE PEROS, no se discute ni una palabra más, no lo vuelves a ver en tu vida y punto-
Sendas lagrimas surcaban mis mejillas, sin decir nada mas, le dirigí a mi padre una mirada cargada de odio y corriendo subí a encerrarme a mi habitación
MIERCOLES 6 DE MAYO, 1982
A partir de ese día mi padre se convirtió en mi sombra y mis hermanos en celadores, mientras él se ocupaba de llevarme y traerme de la escuela, ellos vigilaban que no saliera de casa, solo encontraba un poco de privacidad e intimidad en el baño, mi mama se mostraba triste y compungida pero no hacía nada para solucionar este martirio, así pase el resto de la semana sin atreverme a protestar siquiera por temor a las represalias, por obvias razones no pude ver ni hablar con Alfredo, aunque me ingenie para mantener el contacto mandándole recaditos con una amiga en común, gracias al cielo que mi padre no podía ingresar a la escuela, de esta forma se me hacía más llevadera mi condena, él me enviaba todo su amor y comprensión y me pedía paciencia y que intentara solucionar las cosas, se notaba que no conocía a mi padre.
LA VENGANZA…
Para la siguiente semana el acoso de mi familia fue exagerado y abrumador, ese lunes fue el peor día de mi vida, ahora hasta mi madre me esperaba afuera del baño, me pase esa noche en vela llorando de impotencia pero lentamente una idea fue cobrando fuerza en mi cabeza, en aquel instante yo no lo sabía pero aquella decisión cambiaria mi vida por completo y para siempre, sin embargo hoy a la distancia volvería a hacerlo, mi mente estaba febril y nublada, cobraría revancha, y aunque ellos no lo supieran, ¡me vengaría!
A la mañana siguiente tenía una mucho mejor cara que en los días anteriores, me mostré serena, tranquila y hasta sonriente, incluso converse a ratos con mi padre durante el trayecto a la escuela, ya ahí junto con mis amigas puse en marcha mi plan…el resto de la semana transcurrió sin novedades, así con esta nueva actitud y disposición conseguí que mis guardaespaldas aflojaran un poco la marca y pude respirar relajada esperando el día de la venganza…
Para tal efecto había escogido el día sábado 16 de Mayo, yo había pedido permiso previamente para salir al cine con mis amigas, a lo que mi padre accedió solo si mis hermanos me acompañaban, yo fingiendo no tener ningún problema le dije que le di un beso en la mejilla agradeciéndole, ese día comí temprano alegando que me arreglaría para salir lo cual no despertó sospechas, me bañe con calma y a la salida me puse una falda lisa y larga de color negro y una blusa blanca, me peine recogiéndome el cabello en una coleta y sin gota de maquillaje alguno espere paciente a que mis hermanos estuvieran listos para acompañarme.
Fuimos a recoger a mis amigas a una plaza cercana al cine, Lázaro no pudo disimular esbozar una enorme sonrisa al descubrí a mi amiga Cecilia, yo sabía que le fascinaba mi amiga, ellas obviamente lucían más arregladas y coquetas que yo, y si bien mi aspecto exterior no provocaba reacción alguna por debajo llevaba puesta una lencería capaz de reanimar a un muerto, consistía en un sostén y una pantie chiquitita de tela lisa y llamativo color purpura, sin más todo el grupo completo y de buen humor nos dirigimos al cine en el auto de mi padre.
La película trascurrió normalmente sin novedad hasta la llegada del intermedio, salimos de la sala mientras Lorenzo embobado seguía a Cecilia a formarse en la dulcería para comprar palomitas y refresco, mientras que yo me dirigí al baño seguido de mi hermano Francisco y mi otra amiga Luisa se quedaba en la sala guardándonos nuestros lugares, entre al baño sin prisas mientras él se quedaba haciendo guardia afuera, ahí me esperaba una tercera amiga Diana que no había ido con nosotros, me entrego una maleta y con ella me dirigí a los inodoros y cerré la puerta, la maleta contenía ropa mía, ahí me quite la falda y la sustituí por un pantalón pegadito el cual resaltaba mi redondo trasero, una blusa cortita y pegadita en rosa mexicano arriba, me puse unos enormes lentes oscuros y una gorra para cubrirme el cabello, dejamos la maleta con mi otra ropa en el bote de basura y salimos del baño caminando lado a lado como si nada.
Mi hermano no noto el engaño, incluso se giró descaradamente cuando pasamos para verme el trasero, pasamos por la dulcería y finalmente abandonamos el cine, a una distancia prudente me esperaba Alfredo, le agradecí su ayuda a Diana y corrí para encontrarme con mi novio mientras ella se marchaba, el me abrazo lleno de alegría y nos alejamos lo más rápido posible al tiempo que el intermedio acababa y Lázaro y Cecilia reingresaban a la sala, ahí los abordo Luisa y le pidió a Cecilia que la acompañara al baño, mi hermano siguió su camino dentro del cine y a toda velocidad ambas abandonaron el local sin que mi hermano que permanecía esperando fuera del baño de mujeres se percatara de nada.
Pasados 20 minutos Lorenzo se extrañó que nadie volviera a la sala del cine, salió apresurado y encontró a Francisco que lucía bastante angustiado fuera del baño, él le confirmo que ni Cecilia ni Luisa habían entrado al baño pero lo más raro es que yo no había salido tampoco, ambos le pidieron a la encargada de dulcería el favor de asomarse al baño de mujeres y ver si su hermana se encontraba bien, al cabo de unos minutos más ella salió diciéndoles que el baño de mujeres se encontraba completamente vacío, los dos se miraron furiosos y salieron corriendo del cine buscando a su hermana fugitiva que les había tomado el pelo tan fácilmente.
Sin embargo para entonces yo había calculado que les llevaría media hora de ventaja para cuando descubrieran mi treta, Alfredo y yo nos habíamos instalado en una habitación de un hotel lujoso y céntrico relativamente cerca del cine que habíamos alquilado por 2 días para no levantar sospechas, teniendo en mente que mis hermanos y mi padre tendrían la genial idea de irme a buscar a los moteles de paso u hoteles baratos a las afueras, pero no se atreverían en un hotel serio, decente y muy caro.
Alfredo me tomo de la cintura por detrás apenas entramos a nuestra habitación, claramente ansioso e impaciente.
-Mmmmmm, ¡Amor!, no sabes cuánto he anhelado este momento- susurraba mientras me lamia el cuello y respiraba muy cerca de mi nuca
.¿Lo anhelas tanto como el día de nuestra boda?- le respondí irónica y sarcásticamente
Me soltó con expresión grave y seria, respiro profundo y continuo.
-Sé que eres virgen chiquita y que tal vez tengas miedo, pero ya verás que el sexo es una experiencia mágica y maravillosa, pondré lo mejor de mí para que sea algo inolvidable y placentero amor mío-
La verdad si tenía algo de miedo y quizá más que miedo indecisión, lo que estaba viviendo había desatado mi decisión al respecto, es decir era más mi furia que mi lujuria en esos instantes, pero por otro lado sentía bastante morbo, el sexo era algo que me atraía desde la adolescencia, cuando accidentalmente descubrí las revistas pornográficas de mi padre, disfrutaba hojearlas y ver las fotos de sexo, incluso a veces cuando se podía solía acariciarme el pubis y apretarme los senos al tiempo que checaba las revistas.
Mis pensamientos se interrumpieron al tiempo que Alfredo me besaba en la boca, decidí guardar mis miedos, tabúes y demás y me disponía disfrutar y a tratar de aprender ya que yo era una neófita en las artes amatorias, los besos de Alfredo subieron de intensidad al tiempo que me sacaba la blusa dejándome solo con el sostén, tratando de ser caballeroso y gentil él se despojó de su camisa también y continuo besándome con pasión.
Sentía su lengua recorrer toda mi cavidad bucal mientras con sus manos acariciaba mi espalda desnuda, como sin buscarlo encontró los seguros de mi sostén, los libero y mi coqueto brassiere cayó al piso aquella habitación que olía a deseo, mis mejillas se tornaron rojas como la grana, pero no tarde mucho en recobrar la compostura, mis pechos eran grandes, suculentos y apetecibles, no había nada de qué avergonzarse, lo entendí así agarre la cabeza de mi novio e instintivamente conduje su rostro hacia mis tetas cuyos pezones empezaban a endurecerse.
Emocionado como estaba, Alfredo olvido sus palabras iniciales y se lanzó a comerme las tetas con brusquedad, lamia y mordía mis pezones con gula y magreaba el volumen de las mismas, a veces succionaba mis pezones con fuerza como si pretendiera sacar leche de mis niñas haciéndome daño y provocándome gemidos involuntarios mezcla de pasión y dolor.
Debido a la proximidad de nuestros cuerpos febriles pude notar su virilidad ensancharse y crecer involuntariamente, eso me puso muy cachonda y mientras el continuaba comiéndome las tetas, el morbo me hizo bajarle sus pantalones sin previo aviso y sin más sujete su pene con fuerza, el reacciono apartándose ligeramente, mientras yo me agachaba sin saber porque repitiendo los patrones de las películas porno que había visto, sin reflexionarlo me encontré de cara a cara con su pene erecto y nervudo, tímidamente se lo bese torpemente y lentamente abrí mi boca introduciéndome su miembro viril sin pudor alguno y sin experiencia previa alguna en como mamar un pedazo de carne masculino.
A mi novio no le importó mi novatez, me sujeto con fuerza de los cabellos y me empujo hasta que pude comerme toda su verga, la segunda vez que intentaba obligarme a meterme todo su fierro en la boca sentí arcadas y me hice para atrás violentamente, entre pujidos y tos pude contener las ganas de soltar el contenido de mi estómago.
-Tranquila chiquita, es grande no debes comértela toda de esa forma, ahora abre tu boquita, metete la cabecita y lámemela con cariño-
-mmffgggh-, No tuve tiempo a responder nada, de nueva cuenta Alfredo había introducido su verga en mi boca, obedientemente bese y lamí su glande y de nueva cuenta no me respeto y me hizo comerme toda su verga, dejándola por completo en mi boca por unos minutos que me parecieron años, finalmente quito la presión que me mantenía humillada y sumisa en esa posición y aspire desesperadamente pues ya sentía que me faltaba el aire.
No se detuvo a pedirme una disculpa, por el contrario me puso de pie solamente para poder quitarme los pantalones, lo cual hizo rápidamente de un fuerte jalón quitándome la pantie también, me encontraba desnuda, expuesta y muy excitada, el me tomo de la mano me condujo hasta nuestro lecho y me pidió que me recostara, a lo que accedí aun con la respiración entrecortada.
Se agacho al pie de la cama y me abría las piernas lentamente, disfrutando cada segundo de la hermosa y adictiva vista que ofrecía mi peluda raja, me beso los tobillos y me lamia desde mi pantorrilla hasta mis muslos hasta llegar muy cerca de mi vagina, se detuvo aspiro con fuerza varias veces absorbiendo mi esencia, mi aroma de hembra, acaricio mis vellos dorados y beso la entrada de mi cueva para proceder a lamerme muy lentamente mis labios en un hipnótico y cachondo vaivén.
SLURRP- ¡Oh Miri, estas deliciosa chiquita!, que hermosa y apretadita cuevita tienes amor, estas para comerte todo el día , mmmmm-
-¡Aaay cielo así cómeme toda!, respondí jadeante mientras el continuaba lamiéndome frenéticamente, sujetándome de las caderas y apretando mis redondas nalgas con fuerza.
Yo estaba demasiado cachonda y completamente empapada, el abría mis labios para lamerme internamente y a veces escupía dentro de mi rajita y continuaba chupándome mi ahora erecto clítoris.
-Mmmmggfgfh, ooohh, mmgffgh, así papi, cómeme, me fascinas-
- Ya no aguanto Miri, quiero poseerte como un loco, quiero enterrar mi dura verga en tu raja, ha llegado la hora de hacerte mujer chiquita mía-
Lo observe con las mejillas ardiéndome cuando abría el empaque donde se alojaba el condón, yo había sido estricta y tajante al respecto, no tendríamos relaciones sin preservativo y aunque a él no le agradaba mucho esta idea, había terminado aceptando, se lo ajusto en el pene mientras yo gemía y abría mis ojos tan grande como era capaz, mientras una descarga eléctrica me recorría la espalda, mezcla de miedo y excitación, el momento temido pero añorado había llegado.
Coloco su glande sobre mis labios y empujo lentamente pero con firmeza buscando taladrarme, al cabo de varios esfuerzos y cinco minutos transcurridos había conseguido meterme poco menos de la mitad de su cabezón hinchado, note que mi vagina estaba bien cerradita y apretada, y aunándole mis miedos comencé a sentir un dolor agudo por todo esto.
-oooh Miri nena estas bien apretadita cariño, llevara un poco más de tiempo de lo que había pensado, oooh- dijo Alfredo entre empeñones.
-¡Dios no!, me haces daño despacito y lento, mejor inténtalo con fuerza y penétrame de una vez- le dije desesperada.
Como si le hubiese inyectado una dosis de adrenalina el empujo con ganas, apretando la mandíbula el esfuerzo era evidente en su rostro enrojecido y en las perlas de sudor en su frente, por mi parte también apreté mi mandíbula y abrí mis piernas aún más esperando que esto ayudara a mi invasor a lograr su cometido.
Pasaron varios agonizantes minutos más y cuando estaba a punto de rendirme y decirle que no íbamos a consumar el acto, sentí un dolor seco y lacerante y toda la verga de Alfredo se abrió paso a mi interior destrozando mi himen, terminando brutalmente con mi virginidad.
-¡AAaaaaaahhh Miri, Siii!, Mmmmgghh ¡Te amo chiquita mía! Por fin eres toda mía, eres maravillosa nena-
-Aaaagrgghh, ooooh- atine a responder entre jadeo y sollozos con toda su virilidad dentro de mi cueva.
Y todo comenzó….
Su cuerpo se hizo para atrás algunos centímetros, sacándo la mitad de su nervudo miembro, y entonces me dio una embestida firme y poderosa.
-Ahhhhhh.- Gemí suavemente, pasando mi lengua por mis labios.
Y la maniobra se repitió ininterrumpidamente por largos minutos.
-Ahhhh, D-dios.- Gemí nuevamente
Alfredo mantenía un vaivén constante y lentamente el dolor menguo aunque no desapareció del todo, pero ahora comenzaba a sentir placer y empecé a mojarme de nuevo, él lo interpreto como una aprobación de mi parte y continúo bombeándome sin piedad.
-Mmmhh me duele, oooh para amor mmmffgh- susurre entre gimoteos
---Aaaaahhh, MMmm así chiquita, aaaah el dolor pasara pronto descuida, mmm siii nena estas riquísima-
Para tratar de calmarme y que mi raja se acostumbrara a tener un invitado dentro, el variaba sus embestidas, a veces eran rápidas y duras dejándome todo su pene adentro, otras despacio y con movimientos circulares rozando mis paredes y mi clítoris haciéndome mojar y cuando me sentía bien lubricadita arremetía con ganas penetrándome con violencia y rapidez metiendo y sacando tan solo su glande o la mitad de su pene sin ser una perforación profunda.
Después de delirantes 20 minutos comenzó a montarme cada vez más rápido, hasta que alcanzó un ritmo vigoroso que estremecía la cama, aunque él se mantenía en silencio y sólo sus gruñidos animales junto a mi oído me daban una idea de que estaba tan acelerado como yo.
Para esos instantes me estaba volviendo loca de placer, ya que cada movimiento suyo restregaba mis pechos contra su cuerpo y electrizaba mi piel, y entonces clavé mis uñas en su espalda.
-M-mas, mas, ahhh, mas amor, mas.-
-S-sí, - me susurro al oído. – más duro y rápido, más te daré.-
- ¡Aaaay amor lo siento todo adentro! Aaahh- le dije mientras lo atraía aún más hacia mí al mismo tiempo que lo abrazaba con mis piernas
- Es todo tuyo peque, gózalo-
FAP FAP escuchaba el golpeteo de sus huevos en mis nalgas con el mete-saca, de lo emocionado que estaba mi novio aumento el ritmo de sus embestidas, sentía aquella dura verga entrar y salir a su antojo, sin más y debido a todo ese cumulo de sensaciones nuevas no pude más y explote con ganas, de esa forma tuve mi primer orgasmo.
-¡Aaaaaaaaaaaaahhhhhhh!-
-Mmmmmmmmmmmmmmuuaaaaah chiquita no aguanto más, voy a correrme-
No bien acababa su frase cuando Alfredo eyaculo con fuerza, podía sentir su pene convulsionándose dentro de mí vaciándose a cada espasmo, agradecí mentalmente que él estuviera usando condón o de lo contrario seguramente hubiese quedado embarazada.
Se dejó caer sobre mí un par de minutos mientras jalaba aire apuradamente por la boca, yo mientras tanto le acariciaba la espalda, abría el cerrojo que le había hecho con mis piernas y más tranquila que el miraba hacia el techo
Con mucho cuidado y precaución se retiró de mí, comprobé que el condón no hubiese sufrido ningún daño y así era, toda su ardiente semilla había quedado atrapada dentro del plástico, no pude contener un suspiro de alivio que el contesto con una mueca de susceptibilidad, él se levantó al baño a tirar el preservativo y le seguí dispuesta a ducharme y vestirme a la brevedad, ahora que los vapores de la lujuria se disipaban sabía que debía moverme rápido pues mis hermanos y para esta hora probablemente mi padre me estarían buscando desesperados y sumamente molestos.
Alfredo se molestó pero logre hacerlo entender que eso era lo mejor, supongo que él había pensado que nuestro primer encuentro sería más largo y que tendríamos un momento juntos de charla y relajación, afortunadamente él ya estaba vestido cuando Salí del baño con mi lencería.
Una vez arreglados salimos del hotel y dejamos la llave en recepción, aquel era un hotel decente y no podíamos entregar el cuarto de inmediato o sospecharían que habíamos utilizado su habitación para un encuentro pasional, caminamos unos cuanto metros y el aire frio peino mi cabello, contenta y satisfecha alce mi rostro para ver los últimos rayos de sol perderse dando paso a un fresco atardecer, cerré mis ojos, aspire profundo y al volverlos a abrir fue cuando los descubrí…
En la esquina contraria mi padre y mi hermano Lorenzo avanzaban hacia nosotros con largas zancadas y cara de pocos amigos.
-¡Corre Alfredo, vete de aquí rápido!- le previne rápidamente a mi novio, conocedora de cuan violentos se podían llegar a poner.
El huyo rápidamente y afortunadamente ni mi padre ni me hermano hicieron el intento de perseguirlo, trate de mostrarme serena y tranquila e intente darles una explicación por mi desaparición y tardanza (lo malo es que mi plan no incluía que me descubrieran junto a mi novio).
-Padre, yo…-
No tuve tiempo ni oportunidad a decir más cuando 4 violentas bofetadas sacudieron mi rostro haciéndome perder el equilibrio, cayendo un par de pasos atrás de mi padre que con su semblante morado de cólera me veía con sus ojos rojos inyectados de furia y de odio…
-¡No quiero oír más explicaciones tuyas ramera!, ¿Porque eso es lo que eres No?, ¿No te basto haber burlado a tus hermanos para salirte de casa?, sino que aparte de todo lo haces para irte a revolcar como una cualquiera con ese vago y rufián, bueno para nada de tu noviecito
-N No es así pa….-
-¡Yo no soy más tu padre, me has decepcionado a morir, no mereces ser mi hija!-
Tomo aire unos cuantos segundos, mientras algunos curiosos se reunían alrededor de nosotros contemplando aquella humillante y desagradable escena
-¡Pero esto se acabó, nunca más!; Escúchame y escúchame bien golfa cualquiera, No quiero volverte a ver jamás en mi casa, ya no eres mi hija, ya no eres parte de esta familia, lárgate y no vuelvas, ya no me interesa lo que hagas o dejes de hacer con tu vida, vete a gozar de tu vida fácil donde mis ojos no te vean.
Luego escupió en el piso, hizo otro ademan de golpearme de nuevo, se dio media vuelta y se alejó de mi vista sin voltear ni una sola vez, Lázaro mientras tanto no había dicho ni hecho nada, los parroquianos metiches se dieron media vuelta y desaparecieron con la misma rapidez con la que habían llegado, mientras yo me quedaba sollozando, con la nariz sangrante y el cabello alborotado sentada en el piso y no reacciones hasta que las sombras de la noche acudieron al lugar.
Me levante de la acera y camine como un zombie de vuelta al hotel, recogí la llave de la habitación y pedí en recepción que no me molestara nadie, entre al cuarto destrozada, furiosa e impotente, mi fabuloso plan de venganza había fracasado totalmente.
Sin importar que ya era muy noche volví a ducharme, si bien algo se había roto en mí también mi chispa interior cobro fuerza con cada gota caliente que me reanimaba y purificaba, decidí que efectivamente jamás iba a volver a la casa de mis padres, que no iba a humillarme pidiéndole perdón a mi padre y que me iría de aquella ciudad asfixiante y toxica a buscar mi destino.
Mucho más tranquila y relajada me fui a la cama que aún olía a sexo, sin embargo me sentía en paz y pronto me quede dormida profundamente envuelta entre suaves edredones
CAPITULO I.- “Mi Primera Vez”.
“Me llamo Mirielle Beltrán, mexicana de nacimiento y con 48 años encima no me da vergüenza o miedo el confesar mi edad, sobre todo cuando considero que gracias a una sana alimentación, disciplina, ejercicios y a una benevolente genética; puedo presumir de tener una figura envidiable y de atraer miradas masculinas como si tuviera tan solo 20 primaveras.
A la fecha casada, madre de varios hijos y con un marido que amo y que me adora; hasta aquí mi historia puede sonar como la de miles de otras amas de casa que encuentran la felicidad…Salvo que el camino que he recorrido para llegar a este punto es…Bueno, eso es precisamente lo que les quiero contar.”
LUNES 4 DE MAYO, 1982
-¡Basta Alfredo he dicho que no!
Respondí un tanto aireada ante la pertinaz insistencia de mi novio.
-Por favor corazón, sabes que te amo con toda mi alma, es lógico que me atraigas y que quiera estar a tu lado-
-Lo que tú quieres es sexo Alfredo, no pasar a mi lado la eternidad-
-No seas así Miri, ambos sabemos que tú eres liberal, nada mojigata, y que no pretendes hacer votos en algún convento-
-Eres un cínico descarado, ¿ahora resulta que soy una golfa cualquiera?, no sé por qué aún sigo contigo-
-Porque te aburren a muerte los ricos estirados y los niños bien, ¿o quizá por te fascinan mis besos?-
No bien había terminado de decirme esto, cuando Alfredo volvió a besarme apasionadamente mientras me sujetaba con fuerza, en el parque “Hidalgo” rumbo a mi casa. Alfredo era un chico intelectualoide de clase media, de tez clara, ojos verdes, larga cabellera castaña y lentes pequeños y redondos en honor a su ídolo musical caído en Nueva York más de un año atrás; alto, buen mozo y con un agridulce sentido del humor, mayor que yo por 4 años, estudiante de ciencias políticas en la Universidad, ese era Alfredo mi novio en turno desde hacía más de 2 años recién inaugurada la década de los 80´s.
-¿Entonces Si chiquita?, en 2 semanas será nuestro aniversario, será una fecha perfecta e inolvidable, anda, di que si bonita-
Alfredo volvió a la carga en el pórtico de mi casa
-MM., no lo sé, estaré presentando exámenes en la escuela, ya veremos, no te garantizo nada, y ahora vete o podría llegar mi padre-
Lo vi alejarse hasta que desapareció con una sonrisa en los labios, luego abrí la puerta de mi casa y me dirigí al comedor, dentro ya esperaban mis dos hermanos mayores (Lázaro y Francisco)de licencia en el colegio militar, mama y mi pequeña hermanita de 5 Años (Donna), el por qué de nuestros nombres era simple, Mi Padre Clemente Beltrán era un Capitán segundo jubilado venido a menos, estricto y autoritario, marcial e impositivo, que había nombrado a mis hermanos en honor a generales revolucionarios que el admiraba, 20 años mayor que mi madre Lucrecia Monet, que dicho sea de paso era un sol, aunque sumisa y eclipsada por mi padre, ella era francesa y poseía un rostro angelical, enmarcado con hermosos rizos dorados, Mama siempre ha sido una mujer cándida y Afable, la cual había estudiado música en su juventud en su natal Paris, motivo por el cual yo tenía nombre de cantante francesa y mi hermana de diva de la música disco.
-¿Otra vez perdiendo el tiempo con el bueno para nada de tu noviecito, hermana?, sabes bien que Padre no está de acuerdo con esa relación, deberías mandarlo a volar y evitarte problemas Miri-
-Papa solo aprobara que seas novia de algún teniente o capitán muy formal---y con dinero, claro, no está contento que su hija salga con un pusilánime mariquita universitario-
-Dejen en paz a su hermana o se las verán conmigo-
Se apresuro a responder mama, al ver la mirada furibunda que les puse a mis marciales hermanos, con los cuales nunca había logrado congeniar-
Estudiar no tiene nada de malo, algún día seré una universitaria también y finalmente una doctora prestigiosa y pienso cobrarles muy caro las consultas hermanitos…-
Silencio total… mi padre había llegado a casa
Mi comida se enfrió rápidamente matando de hipotermia mi apetito, no sé si alguien había dejado abierta alguna ventana del comedor o simplemente debido a la gélida presencia de mi padre, pensé que solo debía permanecer en la mesa sin moverme ni hacer ruidos y esperar a que él se levantara para subir a mi habitación, dejando atrás aquel turbio ambiente.
-Mirielle, hoy vi a ese rufián amigo tuyo alejarse de nuestra calle-
-Aaah..¿De verdad?-
-No te hagas la tonta ni finjas demencia señorita, si bien ya no eres una niña, sigo siendo tu padre y puedo golpearte para que aprendas a tenerme respeto-
Mi padre tenía razón en eso al menos, ya no era una niña, sino una mujer que recién había cumplido los 18 años 3 semanas atrás, valiente y decidida a pesar de medir tan solo 1.62 cm, buena estudiante con facilidad para las matemáticas, de piel blanca, rasgos delicados, finos y elegantes, así como de unos enormes ojos azules herencia de mama.
Empacada en un cuerpo voluptuoso, lo que hoy sería considerada una autentica gordibuena, cabello rubio, un busto amplio, acinturada o formada sin tener cintura de avispa, piernas frondosas y torneadas y mi orgullo hasta la fecha, un trasero generoso, redondo, inflado y apetecible, suculento y deseable a juego con unas bastas caderas me hacían verme mayor de lo que realmente era.
-Lo siento Padre, no pretendía molestarlo señor-
Conteste de forma compungida, agachando la cabeza, mi padre podía ser muy violento si se molestaba
-Y no solo eso jovencita, también lo han visto en esos mítines contra el gobierno, llamando asesinos a los militares-
-Pero Padre, usted sabe…el 68-
-Yo solo sé que eran hombres de honor cumpliendo órdenes, ¿Quiénes son tu y ese rufián para juzgar a hombres que valientemente se juegan la vida protegiéndonos?. No dices nada, eso está mucho mejor, puedes retirarte a tu habitación y te prohíbo terminantemente volver a ver a ese amigo tuyo a partir de hoy, ¿Entendido señorita?-
-Pero…¡Pero Padre yo!, No es justo…-
¡PAAAFFF!
La sonora bofetada sacudió mi cabeza con violencia, dejándome su manaza marcada en la mejilla, mientras mis hermanos bajaban la mirada y mama se tapaba la boca conteniendo cualquier protesta, con su mirada iracunda y gritándome a todo pulmón agrego
-NADA DE PEROS, no se discute ni una palabra más, no lo vuelves a ver en tu vida y punto-
Sendas lagrimas surcaban mis mejillas, sin decir nada mas, le dirigí a mi padre una mirada cargada de odio y corriendo subí a encerrarme a mi habitación
MIERCOLES 6 DE MAYO, 1982
A partir de ese día mi padre se convirtió en mi sombra y mis hermanos en celadores, mientras él se ocupaba de llevarme y traerme de la escuela, ellos vigilaban que no saliera de casa, solo encontraba un poco de privacidad e intimidad en el baño, mi mama se mostraba triste y compungida pero no hacía nada para solucionar este martirio, así pase el resto de la semana sin atreverme a protestar siquiera por temor a las represalias, por obvias razones no pude ver ni hablar con Alfredo, aunque me ingenie para mantener el contacto mandándole recaditos con una amiga en común, gracias al cielo que mi padre no podía ingresar a la escuela, de esta forma se me hacía más llevadera mi condena, él me enviaba todo su amor y comprensión y me pedía paciencia y que intentara solucionar las cosas, se notaba que no conocía a mi padre.
LA VENGANZA…
Para la siguiente semana el acoso de mi familia fue exagerado y abrumador, ese lunes fue el peor día de mi vida, ahora hasta mi madre me esperaba afuera del baño, me pase esa noche en vela llorando de impotencia pero lentamente una idea fue cobrando fuerza en mi cabeza, en aquel instante yo no lo sabía pero aquella decisión cambiaria mi vida por completo y para siempre, sin embargo hoy a la distancia volvería a hacerlo, mi mente estaba febril y nublada, cobraría revancha, y aunque ellos no lo supieran, ¡me vengaría!
A la mañana siguiente tenía una mucho mejor cara que en los días anteriores, me mostré serena, tranquila y hasta sonriente, incluso converse a ratos con mi padre durante el trayecto a la escuela, ya ahí junto con mis amigas puse en marcha mi plan…el resto de la semana transcurrió sin novedades, así con esta nueva actitud y disposición conseguí que mis guardaespaldas aflojaran un poco la marca y pude respirar relajada esperando el día de la venganza…
Para tal efecto había escogido el día sábado 16 de Mayo, yo había pedido permiso previamente para salir al cine con mis amigas, a lo que mi padre accedió solo si mis hermanos me acompañaban, yo fingiendo no tener ningún problema le dije que le di un beso en la mejilla agradeciéndole, ese día comí temprano alegando que me arreglaría para salir lo cual no despertó sospechas, me bañe con calma y a la salida me puse una falda lisa y larga de color negro y una blusa blanca, me peine recogiéndome el cabello en una coleta y sin gota de maquillaje alguno espere paciente a que mis hermanos estuvieran listos para acompañarme.
Fuimos a recoger a mis amigas a una plaza cercana al cine, Lázaro no pudo disimular esbozar una enorme sonrisa al descubrí a mi amiga Cecilia, yo sabía que le fascinaba mi amiga, ellas obviamente lucían más arregladas y coquetas que yo, y si bien mi aspecto exterior no provocaba reacción alguna por debajo llevaba puesta una lencería capaz de reanimar a un muerto, consistía en un sostén y una pantie chiquitita de tela lisa y llamativo color purpura, sin más todo el grupo completo y de buen humor nos dirigimos al cine en el auto de mi padre.
La película trascurrió normalmente sin novedad hasta la llegada del intermedio, salimos de la sala mientras Lorenzo embobado seguía a Cecilia a formarse en la dulcería para comprar palomitas y refresco, mientras que yo me dirigí al baño seguido de mi hermano Francisco y mi otra amiga Luisa se quedaba en la sala guardándonos nuestros lugares, entre al baño sin prisas mientras él se quedaba haciendo guardia afuera, ahí me esperaba una tercera amiga Diana que no había ido con nosotros, me entrego una maleta y con ella me dirigí a los inodoros y cerré la puerta, la maleta contenía ropa mía, ahí me quite la falda y la sustituí por un pantalón pegadito el cual resaltaba mi redondo trasero, una blusa cortita y pegadita en rosa mexicano arriba, me puse unos enormes lentes oscuros y una gorra para cubrirme el cabello, dejamos la maleta con mi otra ropa en el bote de basura y salimos del baño caminando lado a lado como si nada.
Mi hermano no noto el engaño, incluso se giró descaradamente cuando pasamos para verme el trasero, pasamos por la dulcería y finalmente abandonamos el cine, a una distancia prudente me esperaba Alfredo, le agradecí su ayuda a Diana y corrí para encontrarme con mi novio mientras ella se marchaba, el me abrazo lleno de alegría y nos alejamos lo más rápido posible al tiempo que el intermedio acababa y Lázaro y Cecilia reingresaban a la sala, ahí los abordo Luisa y le pidió a Cecilia que la acompañara al baño, mi hermano siguió su camino dentro del cine y a toda velocidad ambas abandonaron el local sin que mi hermano que permanecía esperando fuera del baño de mujeres se percatara de nada.
Pasados 20 minutos Lorenzo se extrañó que nadie volviera a la sala del cine, salió apresurado y encontró a Francisco que lucía bastante angustiado fuera del baño, él le confirmo que ni Cecilia ni Luisa habían entrado al baño pero lo más raro es que yo no había salido tampoco, ambos le pidieron a la encargada de dulcería el favor de asomarse al baño de mujeres y ver si su hermana se encontraba bien, al cabo de unos minutos más ella salió diciéndoles que el baño de mujeres se encontraba completamente vacío, los dos se miraron furiosos y salieron corriendo del cine buscando a su hermana fugitiva que les había tomado el pelo tan fácilmente.
Sin embargo para entonces yo había calculado que les llevaría media hora de ventaja para cuando descubrieran mi treta, Alfredo y yo nos habíamos instalado en una habitación de un hotel lujoso y céntrico relativamente cerca del cine que habíamos alquilado por 2 días para no levantar sospechas, teniendo en mente que mis hermanos y mi padre tendrían la genial idea de irme a buscar a los moteles de paso u hoteles baratos a las afueras, pero no se atreverían en un hotel serio, decente y muy caro.
Alfredo me tomo de la cintura por detrás apenas entramos a nuestra habitación, claramente ansioso e impaciente.
-Mmmmmm, ¡Amor!, no sabes cuánto he anhelado este momento- susurraba mientras me lamia el cuello y respiraba muy cerca de mi nuca
.¿Lo anhelas tanto como el día de nuestra boda?- le respondí irónica y sarcásticamente
Me soltó con expresión grave y seria, respiro profundo y continuo.
-Sé que eres virgen chiquita y que tal vez tengas miedo, pero ya verás que el sexo es una experiencia mágica y maravillosa, pondré lo mejor de mí para que sea algo inolvidable y placentero amor mío-
La verdad si tenía algo de miedo y quizá más que miedo indecisión, lo que estaba viviendo había desatado mi decisión al respecto, es decir era más mi furia que mi lujuria en esos instantes, pero por otro lado sentía bastante morbo, el sexo era algo que me atraía desde la adolescencia, cuando accidentalmente descubrí las revistas pornográficas de mi padre, disfrutaba hojearlas y ver las fotos de sexo, incluso a veces cuando se podía solía acariciarme el pubis y apretarme los senos al tiempo que checaba las revistas.
Mis pensamientos se interrumpieron al tiempo que Alfredo me besaba en la boca, decidí guardar mis miedos, tabúes y demás y me disponía disfrutar y a tratar de aprender ya que yo era una neófita en las artes amatorias, los besos de Alfredo subieron de intensidad al tiempo que me sacaba la blusa dejándome solo con el sostén, tratando de ser caballeroso y gentil él se despojó de su camisa también y continuo besándome con pasión.
Sentía su lengua recorrer toda mi cavidad bucal mientras con sus manos acariciaba mi espalda desnuda, como sin buscarlo encontró los seguros de mi sostén, los libero y mi coqueto brassiere cayó al piso aquella habitación que olía a deseo, mis mejillas se tornaron rojas como la grana, pero no tarde mucho en recobrar la compostura, mis pechos eran grandes, suculentos y apetecibles, no había nada de qué avergonzarse, lo entendí así agarre la cabeza de mi novio e instintivamente conduje su rostro hacia mis tetas cuyos pezones empezaban a endurecerse.
Emocionado como estaba, Alfredo olvido sus palabras iniciales y se lanzó a comerme las tetas con brusquedad, lamia y mordía mis pezones con gula y magreaba el volumen de las mismas, a veces succionaba mis pezones con fuerza como si pretendiera sacar leche de mis niñas haciéndome daño y provocándome gemidos involuntarios mezcla de pasión y dolor.
Debido a la proximidad de nuestros cuerpos febriles pude notar su virilidad ensancharse y crecer involuntariamente, eso me puso muy cachonda y mientras el continuaba comiéndome las tetas, el morbo me hizo bajarle sus pantalones sin previo aviso y sin más sujete su pene con fuerza, el reacciono apartándose ligeramente, mientras yo me agachaba sin saber porque repitiendo los patrones de las películas porno que había visto, sin reflexionarlo me encontré de cara a cara con su pene erecto y nervudo, tímidamente se lo bese torpemente y lentamente abrí mi boca introduciéndome su miembro viril sin pudor alguno y sin experiencia previa alguna en como mamar un pedazo de carne masculino.
A mi novio no le importó mi novatez, me sujeto con fuerza de los cabellos y me empujo hasta que pude comerme toda su verga, la segunda vez que intentaba obligarme a meterme todo su fierro en la boca sentí arcadas y me hice para atrás violentamente, entre pujidos y tos pude contener las ganas de soltar el contenido de mi estómago.
-Tranquila chiquita, es grande no debes comértela toda de esa forma, ahora abre tu boquita, metete la cabecita y lámemela con cariño-
-mmffgggh-, No tuve tiempo a responder nada, de nueva cuenta Alfredo había introducido su verga en mi boca, obedientemente bese y lamí su glande y de nueva cuenta no me respeto y me hizo comerme toda su verga, dejándola por completo en mi boca por unos minutos que me parecieron años, finalmente quito la presión que me mantenía humillada y sumisa en esa posición y aspire desesperadamente pues ya sentía que me faltaba el aire.
No se detuvo a pedirme una disculpa, por el contrario me puso de pie solamente para poder quitarme los pantalones, lo cual hizo rápidamente de un fuerte jalón quitándome la pantie también, me encontraba desnuda, expuesta y muy excitada, el me tomo de la mano me condujo hasta nuestro lecho y me pidió que me recostara, a lo que accedí aun con la respiración entrecortada.
Se agacho al pie de la cama y me abría las piernas lentamente, disfrutando cada segundo de la hermosa y adictiva vista que ofrecía mi peluda raja, me beso los tobillos y me lamia desde mi pantorrilla hasta mis muslos hasta llegar muy cerca de mi vagina, se detuvo aspiro con fuerza varias veces absorbiendo mi esencia, mi aroma de hembra, acaricio mis vellos dorados y beso la entrada de mi cueva para proceder a lamerme muy lentamente mis labios en un hipnótico y cachondo vaivén.
SLURRP- ¡Oh Miri, estas deliciosa chiquita!, que hermosa y apretadita cuevita tienes amor, estas para comerte todo el día , mmmmm-
-¡Aaay cielo así cómeme toda!, respondí jadeante mientras el continuaba lamiéndome frenéticamente, sujetándome de las caderas y apretando mis redondas nalgas con fuerza.
Yo estaba demasiado cachonda y completamente empapada, el abría mis labios para lamerme internamente y a veces escupía dentro de mi rajita y continuaba chupándome mi ahora erecto clítoris.
-Mmmmggfgfh, ooohh, mmgffgh, así papi, cómeme, me fascinas-
- Ya no aguanto Miri, quiero poseerte como un loco, quiero enterrar mi dura verga en tu raja, ha llegado la hora de hacerte mujer chiquita mía-
Lo observe con las mejillas ardiéndome cuando abría el empaque donde se alojaba el condón, yo había sido estricta y tajante al respecto, no tendríamos relaciones sin preservativo y aunque a él no le agradaba mucho esta idea, había terminado aceptando, se lo ajusto en el pene mientras yo gemía y abría mis ojos tan grande como era capaz, mientras una descarga eléctrica me recorría la espalda, mezcla de miedo y excitación, el momento temido pero añorado había llegado.
Coloco su glande sobre mis labios y empujo lentamente pero con firmeza buscando taladrarme, al cabo de varios esfuerzos y cinco minutos transcurridos había conseguido meterme poco menos de la mitad de su cabezón hinchado, note que mi vagina estaba bien cerradita y apretada, y aunándole mis miedos comencé a sentir un dolor agudo por todo esto.
-oooh Miri nena estas bien apretadita cariño, llevara un poco más de tiempo de lo que había pensado, oooh- dijo Alfredo entre empeñones.
-¡Dios no!, me haces daño despacito y lento, mejor inténtalo con fuerza y penétrame de una vez- le dije desesperada.
Como si le hubiese inyectado una dosis de adrenalina el empujo con ganas, apretando la mandíbula el esfuerzo era evidente en su rostro enrojecido y en las perlas de sudor en su frente, por mi parte también apreté mi mandíbula y abrí mis piernas aún más esperando que esto ayudara a mi invasor a lograr su cometido.
Pasaron varios agonizantes minutos más y cuando estaba a punto de rendirme y decirle que no íbamos a consumar el acto, sentí un dolor seco y lacerante y toda la verga de Alfredo se abrió paso a mi interior destrozando mi himen, terminando brutalmente con mi virginidad.
-¡AAaaaaaahhh Miri, Siii!, Mmmmgghh ¡Te amo chiquita mía! Por fin eres toda mía, eres maravillosa nena-
-Aaaagrgghh, ooooh- atine a responder entre jadeo y sollozos con toda su virilidad dentro de mi cueva.
Y todo comenzó….
Su cuerpo se hizo para atrás algunos centímetros, sacándo la mitad de su nervudo miembro, y entonces me dio una embestida firme y poderosa.
-Ahhhhhh.- Gemí suavemente, pasando mi lengua por mis labios.
Y la maniobra se repitió ininterrumpidamente por largos minutos.
-Ahhhh, D-dios.- Gemí nuevamente
Alfredo mantenía un vaivén constante y lentamente el dolor menguo aunque no desapareció del todo, pero ahora comenzaba a sentir placer y empecé a mojarme de nuevo, él lo interpreto como una aprobación de mi parte y continúo bombeándome sin piedad.
-Mmmhh me duele, oooh para amor mmmffgh- susurre entre gimoteos
---Aaaaahhh, MMmm así chiquita, aaaah el dolor pasara pronto descuida, mmm siii nena estas riquísima-
Para tratar de calmarme y que mi raja se acostumbrara a tener un invitado dentro, el variaba sus embestidas, a veces eran rápidas y duras dejándome todo su pene adentro, otras despacio y con movimientos circulares rozando mis paredes y mi clítoris haciéndome mojar y cuando me sentía bien lubricadita arremetía con ganas penetrándome con violencia y rapidez metiendo y sacando tan solo su glande o la mitad de su pene sin ser una perforación profunda.
Después de delirantes 20 minutos comenzó a montarme cada vez más rápido, hasta que alcanzó un ritmo vigoroso que estremecía la cama, aunque él se mantenía en silencio y sólo sus gruñidos animales junto a mi oído me daban una idea de que estaba tan acelerado como yo.
Para esos instantes me estaba volviendo loca de placer, ya que cada movimiento suyo restregaba mis pechos contra su cuerpo y electrizaba mi piel, y entonces clavé mis uñas en su espalda.
-M-mas, mas, ahhh, mas amor, mas.-
-S-sí, - me susurro al oído. – más duro y rápido, más te daré.-
- ¡Aaaay amor lo siento todo adentro! Aaahh- le dije mientras lo atraía aún más hacia mí al mismo tiempo que lo abrazaba con mis piernas
- Es todo tuyo peque, gózalo-
FAP FAP escuchaba el golpeteo de sus huevos en mis nalgas con el mete-saca, de lo emocionado que estaba mi novio aumento el ritmo de sus embestidas, sentía aquella dura verga entrar y salir a su antojo, sin más y debido a todo ese cumulo de sensaciones nuevas no pude más y explote con ganas, de esa forma tuve mi primer orgasmo.
-¡Aaaaaaaaaaaaahhhhhhh!-
-Mmmmmmmmmmmmmmuuaaaaah chiquita no aguanto más, voy a correrme-
No bien acababa su frase cuando Alfredo eyaculo con fuerza, podía sentir su pene convulsionándose dentro de mí vaciándose a cada espasmo, agradecí mentalmente que él estuviera usando condón o de lo contrario seguramente hubiese quedado embarazada.
Se dejó caer sobre mí un par de minutos mientras jalaba aire apuradamente por la boca, yo mientras tanto le acariciaba la espalda, abría el cerrojo que le había hecho con mis piernas y más tranquila que el miraba hacia el techo
Con mucho cuidado y precaución se retiró de mí, comprobé que el condón no hubiese sufrido ningún daño y así era, toda su ardiente semilla había quedado atrapada dentro del plástico, no pude contener un suspiro de alivio que el contesto con una mueca de susceptibilidad, él se levantó al baño a tirar el preservativo y le seguí dispuesta a ducharme y vestirme a la brevedad, ahora que los vapores de la lujuria se disipaban sabía que debía moverme rápido pues mis hermanos y para esta hora probablemente mi padre me estarían buscando desesperados y sumamente molestos.
Alfredo se molestó pero logre hacerlo entender que eso era lo mejor, supongo que él había pensado que nuestro primer encuentro sería más largo y que tendríamos un momento juntos de charla y relajación, afortunadamente él ya estaba vestido cuando Salí del baño con mi lencería.
Una vez arreglados salimos del hotel y dejamos la llave en recepción, aquel era un hotel decente y no podíamos entregar el cuarto de inmediato o sospecharían que habíamos utilizado su habitación para un encuentro pasional, caminamos unos cuanto metros y el aire frio peino mi cabello, contenta y satisfecha alce mi rostro para ver los últimos rayos de sol perderse dando paso a un fresco atardecer, cerré mis ojos, aspire profundo y al volverlos a abrir fue cuando los descubrí…
En la esquina contraria mi padre y mi hermano Lorenzo avanzaban hacia nosotros con largas zancadas y cara de pocos amigos.
-¡Corre Alfredo, vete de aquí rápido!- le previne rápidamente a mi novio, conocedora de cuan violentos se podían llegar a poner.
El huyo rápidamente y afortunadamente ni mi padre ni me hermano hicieron el intento de perseguirlo, trate de mostrarme serena y tranquila e intente darles una explicación por mi desaparición y tardanza (lo malo es que mi plan no incluía que me descubrieran junto a mi novio).
-Padre, yo…-
No tuve tiempo ni oportunidad a decir más cuando 4 violentas bofetadas sacudieron mi rostro haciéndome perder el equilibrio, cayendo un par de pasos atrás de mi padre que con su semblante morado de cólera me veía con sus ojos rojos inyectados de furia y de odio…
-¡No quiero oír más explicaciones tuyas ramera!, ¿Porque eso es lo que eres No?, ¿No te basto haber burlado a tus hermanos para salirte de casa?, sino que aparte de todo lo haces para irte a revolcar como una cualquiera con ese vago y rufián, bueno para nada de tu noviecito
-N No es así pa….-
-¡Yo no soy más tu padre, me has decepcionado a morir, no mereces ser mi hija!-
Tomo aire unos cuantos segundos, mientras algunos curiosos se reunían alrededor de nosotros contemplando aquella humillante y desagradable escena
-¡Pero esto se acabó, nunca más!; Escúchame y escúchame bien golfa cualquiera, No quiero volverte a ver jamás en mi casa, ya no eres mi hija, ya no eres parte de esta familia, lárgate y no vuelvas, ya no me interesa lo que hagas o dejes de hacer con tu vida, vete a gozar de tu vida fácil donde mis ojos no te vean.
Luego escupió en el piso, hizo otro ademan de golpearme de nuevo, se dio media vuelta y se alejó de mi vista sin voltear ni una sola vez, Lázaro mientras tanto no había dicho ni hecho nada, los parroquianos metiches se dieron media vuelta y desaparecieron con la misma rapidez con la que habían llegado, mientras yo me quedaba sollozando, con la nariz sangrante y el cabello alborotado sentada en el piso y no reacciones hasta que las sombras de la noche acudieron al lugar.
Me levante de la acera y camine como un zombie de vuelta al hotel, recogí la llave de la habitación y pedí en recepción que no me molestara nadie, entre al cuarto destrozada, furiosa e impotente, mi fabuloso plan de venganza había fracasado totalmente.
Sin importar que ya era muy noche volví a ducharme, si bien algo se había roto en mí también mi chispa interior cobro fuerza con cada gota caliente que me reanimaba y purificaba, decidí que efectivamente jamás iba a volver a la casa de mis padres, que no iba a humillarme pidiéndole perdón a mi padre y que me iría de aquella ciudad asfixiante y toxica a buscar mi destino.
Mucho más tranquila y relajada me fui a la cama que aún olía a sexo, sin embargo me sentía en paz y pronto me quede dormida profundamente envuelta entre suaves edredones
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