Tenía esta historia hace tiempo en la cabeza, en parte inspirada en la realidad. Sino leyeron las anteriores acá están. Gracias.
http://m.poringa.net/posts/relatos/3180489/Problemas-en-el-trabajo-I.html
http://m.poringa.net/posts/relatos/3180491/Problemas-en-el-trabajo-II.html
Problemas en el trabajo III.
Una inoportuna llamada cortó la inspiración. Era él, que quería verla. La cena se había cancelado. Viejo de mierda -pensé-. Se despidió con un tierno beso en mi mejilla. Sonreí al pensar que seguro lo besaría con la misma boca. Esa hermosa boca suya, donde había estado mi pene.
Salí del trabajo insatisfecho. No quería llegar a casa. Visitar a Lucia era una opción. Hacía tiempo que no nos veíamos. La llamé y accedió complacida. Lucia era la recepcionista. Rubia, delgada y con pequeñas, aunque hermosas tetas. Estaba enamorada de mí, creo.
Toqué a su puerta y abrió al instante. Una sonrisa y un fuerte abrazo fueron mi bienvenida. ¿Querés algo para tomar? -me preguntó-. A vos -le dije sin rodeos-. Nos besamos. Primero de pie, luego sobre su sillón. Su boca era pequeña y delicada. Le quité su remera y ella la mía. Acariciaba su piel. Desprendí su sostén y mis ojos disfrutaron la vista. Besé sus senos. Pequeños y algo puntiagudos, pero muy excitantes. Se paró y se quitó el short. Abracé su cintura y me tenté a morder su cola. Sonrió como alentándome. Bajé su bombacha y comencé a recorrer su vagina con mi lengua. Sus jugos se mezclaban con mi saliva. Mis dedos también entraron al juego. Primero uno, luego dos. Se arrodilló sobre el sillón y la penetré por detrás. Nuestros cuerpos se entendian a la perfección. ¡Cómo me gusta tu conchita! -dije caliente-. Nos tenías abandonadas -me reprochó-.
Cambiamos de posición. Se recostó boca abajo, con la colita bien levantada. No podía dejar de cojerla. Sus gemidos suaves me enloquecian. Acabame adentro -murmuró-. No lo hice. Mi semen acabó sobre su cola y su espalda. Nos miramos en silencio y juntos de la mano, nos fuimos a su habitación. Terminamos abrazados bajo las sábanas. Te extrañé -la escuché decir-. Mi mente tenía un problema más...
http://m.poringa.net/posts/relatos/3183157/Problemas-en-el-trabajo-IV.html
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Problemas en el trabajo III.
Una inoportuna llamada cortó la inspiración. Era él, que quería verla. La cena se había cancelado. Viejo de mierda -pensé-. Se despidió con un tierno beso en mi mejilla. Sonreí al pensar que seguro lo besaría con la misma boca. Esa hermosa boca suya, donde había estado mi pene.
Salí del trabajo insatisfecho. No quería llegar a casa. Visitar a Lucia era una opción. Hacía tiempo que no nos veíamos. La llamé y accedió complacida. Lucia era la recepcionista. Rubia, delgada y con pequeñas, aunque hermosas tetas. Estaba enamorada de mí, creo.
Toqué a su puerta y abrió al instante. Una sonrisa y un fuerte abrazo fueron mi bienvenida. ¿Querés algo para tomar? -me preguntó-. A vos -le dije sin rodeos-. Nos besamos. Primero de pie, luego sobre su sillón. Su boca era pequeña y delicada. Le quité su remera y ella la mía. Acariciaba su piel. Desprendí su sostén y mis ojos disfrutaron la vista. Besé sus senos. Pequeños y algo puntiagudos, pero muy excitantes. Se paró y se quitó el short. Abracé su cintura y me tenté a morder su cola. Sonrió como alentándome. Bajé su bombacha y comencé a recorrer su vagina con mi lengua. Sus jugos se mezclaban con mi saliva. Mis dedos también entraron al juego. Primero uno, luego dos. Se arrodilló sobre el sillón y la penetré por detrás. Nuestros cuerpos se entendian a la perfección. ¡Cómo me gusta tu conchita! -dije caliente-. Nos tenías abandonadas -me reprochó-.
Cambiamos de posición. Se recostó boca abajo, con la colita bien levantada. No podía dejar de cojerla. Sus gemidos suaves me enloquecian. Acabame adentro -murmuró-. No lo hice. Mi semen acabó sobre su cola y su espalda. Nos miramos en silencio y juntos de la mano, nos fuimos a su habitación. Terminamos abrazados bajo las sábanas. Te extrañé -la escuché decir-. Mi mente tenía un problema más...
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1 comentarios - Problemas en el trabajo III.