Tenía esta historia hace tiempo en la cabeza, en parte inspirada en la realidad. Comparte y comenta. Si te sobran algunos puntitos, son bienvenidos. Muchas Gracias.
Problemas en el trabajo I.
Carolina era perfecta. Buenas tetas, hermoso culo y una boca que amenazaba con comerte. Era la amante del jefe. Estaba prohibida para los simples mortales. Y yo no soy un simple mortal. Trabajaba en otra área de la empresa, pero la veía con regularidad. Cuando tenía alguna dificultad, acudía a mí.
Cierta vez, estaba ayudándola con un envío. Se agachó frente a mis ojos, dejando ver su tanga negra. Que tentación..! Saqué mi teléfono para tomar una foto... y sí... se dió cuenta. Estoy en problemas -pensé-. Pero no dijo nada. Traté de esquivarla unos días, hasta que vino a mí. Necesitaba que la llevara a una de las sucursales. Subimos a la combi y emprendimos el viaje.
La mitad del camino en silencio, incómodo silencio. Con respecto a lo del otro día -le dije- te pido disculpas, no debió ocurrir. Sonrió y me dijo que no me preocupara, que estaba todo bien. ¿Te gustó lo que viste? -preguntó-. La respuesta era obvia. Sí -le contesté-.
Me pidió que me detuviera un momento. Lo hice y sin creerlo, ví como sacaba mi pene y comenzaba a besarlo. A lamerlo. A chuparlo. Su boca era una gloria y yo seguía sin creerlo. Lamía mi glande y chupaba mis huevos. Que sensación..! Desabroché su camisa y desprendí su sostén. Mis manos en sus senos. Firmes, suaves y unos pezones increíbles. Empecé a cojer su boca, sosteniéndola de la nuca. Precionaba mi pene contra su garganta y ella gemía gustosa. Quería que ese momento no terminara jamás. Pero llegué a mi límite y eyaculé en su boca. Con su lengua limpió cada gota derramada. Guardó sus tetas, dejándome tocarlas una vez más. Acomodó su cabello y seguimos viaje. Esta historia acababa de empezar...
http://m.poringa.net/posts/relatos/3180491/Problemas-en-el-trabajo-II.html
Problemas en el trabajo I.
Carolina era perfecta. Buenas tetas, hermoso culo y una boca que amenazaba con comerte. Era la amante del jefe. Estaba prohibida para los simples mortales. Y yo no soy un simple mortal. Trabajaba en otra área de la empresa, pero la veía con regularidad. Cuando tenía alguna dificultad, acudía a mí.
Cierta vez, estaba ayudándola con un envío. Se agachó frente a mis ojos, dejando ver su tanga negra. Que tentación..! Saqué mi teléfono para tomar una foto... y sí... se dió cuenta. Estoy en problemas -pensé-. Pero no dijo nada. Traté de esquivarla unos días, hasta que vino a mí. Necesitaba que la llevara a una de las sucursales. Subimos a la combi y emprendimos el viaje.
La mitad del camino en silencio, incómodo silencio. Con respecto a lo del otro día -le dije- te pido disculpas, no debió ocurrir. Sonrió y me dijo que no me preocupara, que estaba todo bien. ¿Te gustó lo que viste? -preguntó-. La respuesta era obvia. Sí -le contesté-.
Me pidió que me detuviera un momento. Lo hice y sin creerlo, ví como sacaba mi pene y comenzaba a besarlo. A lamerlo. A chuparlo. Su boca era una gloria y yo seguía sin creerlo. Lamía mi glande y chupaba mis huevos. Que sensación..! Desabroché su camisa y desprendí su sostén. Mis manos en sus senos. Firmes, suaves y unos pezones increíbles. Empecé a cojer su boca, sosteniéndola de la nuca. Precionaba mi pene contra su garganta y ella gemía gustosa. Quería que ese momento no terminara jamás. Pero llegué a mi límite y eyaculé en su boca. Con su lengua limpió cada gota derramada. Guardó sus tetas, dejándome tocarlas una vez más. Acomodó su cabello y seguimos viaje. Esta historia acababa de empezar...
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