Una experiencia inesperada 7a parte
Asi se llama este relato, el anterior debió llamarse Una experiencia inesperada 6a parte jijijijijijijiji.
Al día siguiente, no deje que su esposa me viera, cuando despertó le daba la espalda para que no viera los chupetones en mi cuello y como se quedó acostada no pudo verlos, así que atendí lo indispensable y me retiré a mi casa, pero antes de salir su esposo me alcanzo en la puerta y me agarro el trasero de forma lujuriosa “Te espero en la noche” me dijo.
Iba a mi casa llena de sentimientos contradictorios, por un lado deseaba esas noches de lujuria, pero por otro el sentimiento de lealtad y vergüenza me hacían sentirme mal para con mi amiga. Tenía todo el día para pensar que haría.
Cuando iba llegando a la casa, Paco estaba afuera y tan distraída estaba que no evite que mirara el chupetón. No me dijo nada, pero inmediatamente se metió a su casa. Apenas entré él ya se había brincado la barda y estaba abriendo la puerta de atrás.
Apenas entró y me dijo:
-¡SE VE QUE PASASTE UNA NOCHE CALIENTE CULERA!
-¿Y? –Respondí algo molesta –No eres nadie para controlarme, soy libre de meterme con quien quiera, así como tú te metes con mi amiga.
Fue todo lo que le dije, nos quedamos viendo con mirada desafiante y sin decir más nos trenzamos en una batalla con nuestras lenguas mientras nuestros cuerpos se fundían en uno con lujuria. Mientras me besaba me quitaba la blusa y el short arrojándolos lejos al tiempo que yo le quitaba la camisa y desbrochaba su pantalón.
Inmediatamente me empinó en el sillón dándome fuertes palmadas en el trasero mientras sus rasposas manos se paseaban por mi espalda.
-¡MIRALA, SE VE QUE TE DIERON DURO, TRAES MARCAS DONDE QUIERA PUTA!
-¡YA DEJA DE HABLAR Y MÉTEMELA!
Entonces la puso a la entrada de mi conejito y la fue metiendo lentamente, asegurándose de estimular cada punto sensible de mi vagina y cuando la hubo metido toda empezó a embestir lentamente, con ritmo, mientras sus manos se paseaban lentamente por mi trasero y espalda, mis gemidos acompañaban el chaca chaca de las embestidas.
-¡PINCHE ZORRA, TE PUEDEN COGER MUCHOS, PERO YO SOY TU DUEÑO!
-¡AH, AH, AH, SI, ERES MI AMO,AAAHHHHH!
Entonces arreció las embestidas, me volvía loca como me penetraba Paco, siempre sentía la necesidad de ser poseída por él. Agarrando mis cabellos me montaba salvajemente, hasta lograr arrancarme un orgasmo muy intenso, se detuvo para dejarme reponerme y sacando su pene lo colocó en mi ano para meterlo también lentamente hasta el fondo y ahora sus embestidas eran brutales, violentas.
Como siempre, la sacaba casi toda para meterla de golpe, repetía varias veces este tratamiento para luego embestirme rápidamente dejándome si aliento. Mientras yo estimulaba mi vagina con mis dedos y entonces él entre gritos comenzó a descargar su semen en mi ano y al sentir esa rica sensación tuve otro orgasmo.
Luego que la sacó se quedó sentado y me senté en sus piernas, se tenía que ir a trabajar:
-Pero volveré más tarde.
-No te garantizo que me encuentres
-Que ¿Vas a verte con alguien más puta?
-Que te importa, ya te dije que no eres nadie para controlarme, si quieres seguir beneficiándote de mi tendrás que hacerte a la idea.
-¿Sino qué?
-Pues no vuelves a tenerme
-Le diré a tu marido que haces en su ausencia
-¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA! ¡No me hagas reír! Tu también llevas las de perder y si así lo hicieras nunca más me volverías a ver.
Solo agachó la cabeza, me di cuenta que a partir de allí ya tenía mi primer esclavo y lo enseñaría a ser obediente con el tiempo.
Después de quedarme sola me metí a bañar para relajarme y acostarme, mientras estaba bañándome cerraba los ojos para evocar las imágenes de la noche anterior, inconscientemente acariciaba mi cuerpo al recordar cómo me mordía Manuel y me hacía suya.
Me estaba bañando con la ventanita abierta. No me había percatado de que en el techo de la casa de al lado estaban unos hombres trabajando y desde donde estaban por la ventanita tenían la vista de mi cuerpo hasta medio muslo, cuando daba la vuelta podían contemplar mi trasero o al estar de frente mis pechos y mi conejito.
Inmediatamente hicieron planes para poseerme. Se bajaron del techo por el patio de mi casa y se acercaron a la puerta encontrándola entre abierta. Paco, quizás aturdido por mis palabras la había dejado abierta en un descuido.
La empujaron y se metieron desnudándose y ocultándose en mi habitación esperándome a que saliera de la regadera. Sus penes estaban erectos y transpiraban solo de imaginar lo que me harían al salir.
Cuando salí del baño salí envuelta en la toalla e inmediatamente uno de ellos me tapó los ojos abrazandome por detrás, sus manos rasposas me hicieron creer que Paco había regresado por más, solo imaginarlo me llenó de lujuria.
-Paco ¿Vienes a darme más de tu rico pene mi amor? –En respuesta una boca empezó a lamer mi cuello poniéndome la carne de gallina mientras su otra mano me arrebataba la toalla para acariciarme pegándome a su cuerpo desnudo con lo que su pene se metió entre mis pompas arrancándome un gemido.
Mientras su amigo había buscado y encontró una mascada que me amarró a los ojos -¡PACO, QUE EXCITADO REGRESASTE MI AMOR! – y me arrojó a la cama atando mis manos con unas corbatas de mi esposo a la cabecera de la cama dejándome totalmente indefensa, esa actitud me estaba volviendo loca, los ojos vendados y las manos atadas me excitaron tanto que suplicaba como si me estuvieran violando para seguir el supuesto juego.
-¡NO, NO, DEJEME, SE LO SUPLICO, DEJEME POR FAVOR!
Entonces sentí un par de manos que abrían mis piernas y una lengua introducirse en mi vagina -¡AAAAAAHHHHHHH! – Lamiendo desesperada mi conejito, comiéndoselo mientras me retorcía indefensa y suplicante -¡NO, NO, NO, DEJEME!- Pero por respuesta la lengua más intensamente se comía mi conejito hasta arrancarme un orgasmo que le llenó la boca de mis jugos, estaba ardiendo, totalmente enloquecida, los ojos vendados habían logrado que mis demás sentidos se agudizaran permitiéndome ser sensible en todo mi cuerpo como nunca antes, cada caricia, beso o contacto me enloquecía como nunca.
Entonces, mientras esa boca seguía comiéndose mi conejito, otra boca metió su lengua en mi boca -¡MMMMMMM! ¡MMMMMM! ¿QUIEN ES? ¡PACO RESPONDEME! ¿AGUIEN VINO CONTIGO? – Pero no hubo respuesta, solo gemidos y jadeos de macho mientras ambas bocas seguían apoderándose de mi cuerpo, la de mi vagina continuaba volviéndome loca mientras la de la boca bajó hasta mis pechos y comenzó a comerse mis pezones de manera enloquecedora, como si fuera un animal, era tanto el placer que gemía intensamente, la forma en que me devoraban me pareció distinta pero excitante.
-¡DEJAME VERTE, ME ENLOQUECES, QUIERO VERTE, SABER QUIEN ERES PAPITO! –Y era verdad, estaba tan caliente que no me importaba quien fuera, solo quería que me la metieran ya. En respuesta un dedo se meció en mi boca mientras ambas lenguas seguían comiéndose mi cuerpo y sus rasposas manos seguían manoseando mi piel.
Entonces la boca en mi vagina y en mis pezones dejaron de comérselos y me dí cuenta de que cambiaban posición, ahora uno comía mi vagina y el otro mi boca y pechos, el de mi vagina lamía más intensamente, de una manera animal y violenta, succionaba, mordía, metía su lengua hasta donde alcanzaba a la vez que metía sus dedos en mi ano logrando que me retorciera enloquecida hasta arrancarme otro orgasmo aun más intenso que su compañero.
Entonces desataron mis manos y me pusieron boca abajo en la cama y poniendo mis manos atrás de mi espalda me amarraron firmemente y con otra corbata me amordazaron y me pusieron de lado, ahora sus manos acariciaban mi espalda, mi trasero dedeandolo y mi conejito.
Sus lenguas recorrían mi cuerpo provocando descargas eléctricas que me hacían temblar, sus bocas mordían donde tenía los chupetones y volvían a succionar haciéndolos más notorios arrancándome gritos de placer ahogados por la mordaza, haciéndome sentir sometida, vulnerable y totalmente hirviendo de calentura ante la situación tan cachonda y poco usual, algo que nunca había vivido. A esas alturas, mi alma ya les pertenecía y no me importaba quienes fueran solo que no se detuvieran ya.
Ahora unos potentes brazos me hicieron levantarme y quedar hincada en la cama, quitando la mordaza les dije en medio de intensos jadeos y gemidos -¡AHHH, AH, MALDITOS, HAGANME SUYA, YAAA, LO NECESITO! - pero en vez de eso, sus manos continuaban explorando cada punto erógeno de mi cuerpo, de repente sentía una boca en mis pechos o un par de manos abriendo mi trasero para que una lengua explorara mi ano mientras me estremecía gimiendo intensamente, al estar atada la calentura y desesperación se hacían cada vez más intensas ya que deseaba yo también tocarlos.
Entonces sentí como uno de ellos se acostó en mi cama y el otro me hizo levantarme y me guió hasta estar arriba de él, entonces sujetó mis caderas y me guió bajando lentamente para sentir como un tremendo pene se abría paso en mi vagina lentamente, centímetro a centímetro, me volvía loca esa sensación de impotencia y sometimiento.
Cuando estuvo totalmente dentro de mí, sujetó fuertemente mis caderas y empezó a hacerme cabalgar intensamente al tiempo que de vez en cuando me la clavaba violentamente haciéndome gritar mientras su compañero seguía acariciando mis pechos y dándome fuertes palmadas. Hasta que por fin hablaron:
-¡VERDAD QUE TE GUSTA PUTITA COMO TE METEMOS LA VERGA!
-¡ MÍRALA COMO COGE LA ZORRA!
-¡SI, SI, SIIIIIIIII, ME GUSTA MUCHO, DENME MAS!
-¿QUIERES MAS ZORRITA? ¿QUIERES QUE MI COMPA Y YO TE METAMOS LA VERGA?
-¡SI, SI PAPITO, LO QUE TU QUIERAS! ¡PERO QUITAME LAS ATADURAS, DEJAME TOCARTE!
-¡NO NIÑA MALA, TE VAMOS A ENSEÑAR A SER SUMISA Y OBEDIENTE!
-¡AAAH, AH, AH, AH, PAPITO!
Siguió embistiendo hasta hacerme estallar en medio de gritos mientras seguía bombeando matándome de placer, de un placer extraño y enloquecedor. Entonces, dejándome un momento quieta, su compañero se colocó detrás de mí y me hicieron inclinar ligeramente, sabía que me iban a empalar al mismo tiempo y mi conejito y ano empezaron a palpitar locamente anticipando el placer que me esperaba, tanto que empecé a correrme entre gritos cuando empezó a meterla lentamente hasta la mitad, entonces de golpe clavó el resto -¡AAAAAAAGGGHHHHH! – y ahora ambos bombeaban mis agujeritos violentamente.
-¡AAHHHH, AAAAHHHHHHH!
Era totalmente suya, mientras me empalaban y sentía sus penes rozarse dentro de mí, sentí como suavemente soltaban mis manos y como loca busqué sus cuerpos en la oscuridad, los tocaba, mis manos buscaron hacia atrás sujetando por el trasero al que me culeaba para hacerlo que fuera más intenso y también buscaba al que estaba debajo de mí metiendo mis dedos en su boca y los chupaba enloqueciéndome totalmente.
Entonces, ya no pude más y tuve una serie de orgasmos intensos, entre gritos me arranqué la venda de los ojos para ver a mis amantes de esta ocasión, eran ambos albañiles de al lado, no me importaba, solo deseaba sus penes y ser suya. Y sus embestidas empezaron a arreciar la intensidad, iban a terminar….
-¿QUIERES TU RACIONDE LECHE ZORRA?
-¡SI, SI, SI, DAME MI LECHITA PAPITO!
-¿Dónde LA QUIERES PUTA?
-¡DONDE QUIERAS PERO DÁMELA!
Entonces me arrojaron a la cama y parándose arriba de mi jalaron sus penes hasta empezar a llenarme la cara y mi cuerpo de su semen caliente y delicioso mientras yo seguía dedeando mi conejito entre gemidos. Cada gota que me caía sentía que me quemaba su contacto. Luego se hincaron y acercando sus penes a mi boca me hicieron limpiarlos totalmente. Entonces le dijo uno al otro –Vamos a marcar nuestro territorio compa – y empezaron a orinarme cayendo parte en mi boca.
Luego se bajaron, se vistieron y me arrojaron unos billetes y antes de irse dejándome totalmente agotada me dijeron –Mañana a esta hora vendremos a cogerte putita.
Y se fueron dejándome deseosa de que regresaran pronto.
Continuará.
Asi se llama este relato, el anterior debió llamarse Una experiencia inesperada 6a parte jijijijijijijiji.
Al día siguiente, no deje que su esposa me viera, cuando despertó le daba la espalda para que no viera los chupetones en mi cuello y como se quedó acostada no pudo verlos, así que atendí lo indispensable y me retiré a mi casa, pero antes de salir su esposo me alcanzo en la puerta y me agarro el trasero de forma lujuriosa “Te espero en la noche” me dijo.
Iba a mi casa llena de sentimientos contradictorios, por un lado deseaba esas noches de lujuria, pero por otro el sentimiento de lealtad y vergüenza me hacían sentirme mal para con mi amiga. Tenía todo el día para pensar que haría.
Cuando iba llegando a la casa, Paco estaba afuera y tan distraída estaba que no evite que mirara el chupetón. No me dijo nada, pero inmediatamente se metió a su casa. Apenas entré él ya se había brincado la barda y estaba abriendo la puerta de atrás.
Apenas entró y me dijo:
-¡SE VE QUE PASASTE UNA NOCHE CALIENTE CULERA!
-¿Y? –Respondí algo molesta –No eres nadie para controlarme, soy libre de meterme con quien quiera, así como tú te metes con mi amiga.
Fue todo lo que le dije, nos quedamos viendo con mirada desafiante y sin decir más nos trenzamos en una batalla con nuestras lenguas mientras nuestros cuerpos se fundían en uno con lujuria. Mientras me besaba me quitaba la blusa y el short arrojándolos lejos al tiempo que yo le quitaba la camisa y desbrochaba su pantalón.
Inmediatamente me empinó en el sillón dándome fuertes palmadas en el trasero mientras sus rasposas manos se paseaban por mi espalda.
-¡MIRALA, SE VE QUE TE DIERON DURO, TRAES MARCAS DONDE QUIERA PUTA!
-¡YA DEJA DE HABLAR Y MÉTEMELA!
Entonces la puso a la entrada de mi conejito y la fue metiendo lentamente, asegurándose de estimular cada punto sensible de mi vagina y cuando la hubo metido toda empezó a embestir lentamente, con ritmo, mientras sus manos se paseaban lentamente por mi trasero y espalda, mis gemidos acompañaban el chaca chaca de las embestidas.
-¡PINCHE ZORRA, TE PUEDEN COGER MUCHOS, PERO YO SOY TU DUEÑO!
-¡AH, AH, AH, SI, ERES MI AMO,AAAHHHHH!
Entonces arreció las embestidas, me volvía loca como me penetraba Paco, siempre sentía la necesidad de ser poseída por él. Agarrando mis cabellos me montaba salvajemente, hasta lograr arrancarme un orgasmo muy intenso, se detuvo para dejarme reponerme y sacando su pene lo colocó en mi ano para meterlo también lentamente hasta el fondo y ahora sus embestidas eran brutales, violentas.
Como siempre, la sacaba casi toda para meterla de golpe, repetía varias veces este tratamiento para luego embestirme rápidamente dejándome si aliento. Mientras yo estimulaba mi vagina con mis dedos y entonces él entre gritos comenzó a descargar su semen en mi ano y al sentir esa rica sensación tuve otro orgasmo.
Luego que la sacó se quedó sentado y me senté en sus piernas, se tenía que ir a trabajar:
-Pero volveré más tarde.
-No te garantizo que me encuentres
-Que ¿Vas a verte con alguien más puta?
-Que te importa, ya te dije que no eres nadie para controlarme, si quieres seguir beneficiándote de mi tendrás que hacerte a la idea.
-¿Sino qué?
-Pues no vuelves a tenerme
-Le diré a tu marido que haces en su ausencia
-¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA! ¡No me hagas reír! Tu también llevas las de perder y si así lo hicieras nunca más me volverías a ver.
Solo agachó la cabeza, me di cuenta que a partir de allí ya tenía mi primer esclavo y lo enseñaría a ser obediente con el tiempo.
Después de quedarme sola me metí a bañar para relajarme y acostarme, mientras estaba bañándome cerraba los ojos para evocar las imágenes de la noche anterior, inconscientemente acariciaba mi cuerpo al recordar cómo me mordía Manuel y me hacía suya.
Me estaba bañando con la ventanita abierta. No me había percatado de que en el techo de la casa de al lado estaban unos hombres trabajando y desde donde estaban por la ventanita tenían la vista de mi cuerpo hasta medio muslo, cuando daba la vuelta podían contemplar mi trasero o al estar de frente mis pechos y mi conejito.
Inmediatamente hicieron planes para poseerme. Se bajaron del techo por el patio de mi casa y se acercaron a la puerta encontrándola entre abierta. Paco, quizás aturdido por mis palabras la había dejado abierta en un descuido.
La empujaron y se metieron desnudándose y ocultándose en mi habitación esperándome a que saliera de la regadera. Sus penes estaban erectos y transpiraban solo de imaginar lo que me harían al salir.
Cuando salí del baño salí envuelta en la toalla e inmediatamente uno de ellos me tapó los ojos abrazandome por detrás, sus manos rasposas me hicieron creer que Paco había regresado por más, solo imaginarlo me llenó de lujuria.
-Paco ¿Vienes a darme más de tu rico pene mi amor? –En respuesta una boca empezó a lamer mi cuello poniéndome la carne de gallina mientras su otra mano me arrebataba la toalla para acariciarme pegándome a su cuerpo desnudo con lo que su pene se metió entre mis pompas arrancándome un gemido.
Mientras su amigo había buscado y encontró una mascada que me amarró a los ojos -¡PACO, QUE EXCITADO REGRESASTE MI AMOR! – y me arrojó a la cama atando mis manos con unas corbatas de mi esposo a la cabecera de la cama dejándome totalmente indefensa, esa actitud me estaba volviendo loca, los ojos vendados y las manos atadas me excitaron tanto que suplicaba como si me estuvieran violando para seguir el supuesto juego.
-¡NO, NO, DEJEME, SE LO SUPLICO, DEJEME POR FAVOR!
Entonces sentí un par de manos que abrían mis piernas y una lengua introducirse en mi vagina -¡AAAAAAHHHHHHH! – Lamiendo desesperada mi conejito, comiéndoselo mientras me retorcía indefensa y suplicante -¡NO, NO, NO, DEJEME!- Pero por respuesta la lengua más intensamente se comía mi conejito hasta arrancarme un orgasmo que le llenó la boca de mis jugos, estaba ardiendo, totalmente enloquecida, los ojos vendados habían logrado que mis demás sentidos se agudizaran permitiéndome ser sensible en todo mi cuerpo como nunca antes, cada caricia, beso o contacto me enloquecía como nunca.
Entonces, mientras esa boca seguía comiéndose mi conejito, otra boca metió su lengua en mi boca -¡MMMMMMM! ¡MMMMMM! ¿QUIEN ES? ¡PACO RESPONDEME! ¿AGUIEN VINO CONTIGO? – Pero no hubo respuesta, solo gemidos y jadeos de macho mientras ambas bocas seguían apoderándose de mi cuerpo, la de mi vagina continuaba volviéndome loca mientras la de la boca bajó hasta mis pechos y comenzó a comerse mis pezones de manera enloquecedora, como si fuera un animal, era tanto el placer que gemía intensamente, la forma en que me devoraban me pareció distinta pero excitante.
-¡DEJAME VERTE, ME ENLOQUECES, QUIERO VERTE, SABER QUIEN ERES PAPITO! –Y era verdad, estaba tan caliente que no me importaba quien fuera, solo quería que me la metieran ya. En respuesta un dedo se meció en mi boca mientras ambas lenguas seguían comiéndose mi cuerpo y sus rasposas manos seguían manoseando mi piel.
Entonces la boca en mi vagina y en mis pezones dejaron de comérselos y me dí cuenta de que cambiaban posición, ahora uno comía mi vagina y el otro mi boca y pechos, el de mi vagina lamía más intensamente, de una manera animal y violenta, succionaba, mordía, metía su lengua hasta donde alcanzaba a la vez que metía sus dedos en mi ano logrando que me retorciera enloquecida hasta arrancarme otro orgasmo aun más intenso que su compañero.
Entonces desataron mis manos y me pusieron boca abajo en la cama y poniendo mis manos atrás de mi espalda me amarraron firmemente y con otra corbata me amordazaron y me pusieron de lado, ahora sus manos acariciaban mi espalda, mi trasero dedeandolo y mi conejito.
Sus lenguas recorrían mi cuerpo provocando descargas eléctricas que me hacían temblar, sus bocas mordían donde tenía los chupetones y volvían a succionar haciéndolos más notorios arrancándome gritos de placer ahogados por la mordaza, haciéndome sentir sometida, vulnerable y totalmente hirviendo de calentura ante la situación tan cachonda y poco usual, algo que nunca había vivido. A esas alturas, mi alma ya les pertenecía y no me importaba quienes fueran solo que no se detuvieran ya.
Ahora unos potentes brazos me hicieron levantarme y quedar hincada en la cama, quitando la mordaza les dije en medio de intensos jadeos y gemidos -¡AHHH, AH, MALDITOS, HAGANME SUYA, YAAA, LO NECESITO! - pero en vez de eso, sus manos continuaban explorando cada punto erógeno de mi cuerpo, de repente sentía una boca en mis pechos o un par de manos abriendo mi trasero para que una lengua explorara mi ano mientras me estremecía gimiendo intensamente, al estar atada la calentura y desesperación se hacían cada vez más intensas ya que deseaba yo también tocarlos.
Entonces sentí como uno de ellos se acostó en mi cama y el otro me hizo levantarme y me guió hasta estar arriba de él, entonces sujetó mis caderas y me guió bajando lentamente para sentir como un tremendo pene se abría paso en mi vagina lentamente, centímetro a centímetro, me volvía loca esa sensación de impotencia y sometimiento.
Cuando estuvo totalmente dentro de mí, sujetó fuertemente mis caderas y empezó a hacerme cabalgar intensamente al tiempo que de vez en cuando me la clavaba violentamente haciéndome gritar mientras su compañero seguía acariciando mis pechos y dándome fuertes palmadas. Hasta que por fin hablaron:
-¡VERDAD QUE TE GUSTA PUTITA COMO TE METEMOS LA VERGA!
-¡ MÍRALA COMO COGE LA ZORRA!
-¡SI, SI, SIIIIIIIII, ME GUSTA MUCHO, DENME MAS!
-¿QUIERES MAS ZORRITA? ¿QUIERES QUE MI COMPA Y YO TE METAMOS LA VERGA?
-¡SI, SI PAPITO, LO QUE TU QUIERAS! ¡PERO QUITAME LAS ATADURAS, DEJAME TOCARTE!
-¡NO NIÑA MALA, TE VAMOS A ENSEÑAR A SER SUMISA Y OBEDIENTE!
-¡AAAH, AH, AH, AH, PAPITO!
Siguió embistiendo hasta hacerme estallar en medio de gritos mientras seguía bombeando matándome de placer, de un placer extraño y enloquecedor. Entonces, dejándome un momento quieta, su compañero se colocó detrás de mí y me hicieron inclinar ligeramente, sabía que me iban a empalar al mismo tiempo y mi conejito y ano empezaron a palpitar locamente anticipando el placer que me esperaba, tanto que empecé a correrme entre gritos cuando empezó a meterla lentamente hasta la mitad, entonces de golpe clavó el resto -¡AAAAAAAGGGHHHHH! – y ahora ambos bombeaban mis agujeritos violentamente.
-¡AAHHHH, AAAAHHHHHHH!
Era totalmente suya, mientras me empalaban y sentía sus penes rozarse dentro de mí, sentí como suavemente soltaban mis manos y como loca busqué sus cuerpos en la oscuridad, los tocaba, mis manos buscaron hacia atrás sujetando por el trasero al que me culeaba para hacerlo que fuera más intenso y también buscaba al que estaba debajo de mí metiendo mis dedos en su boca y los chupaba enloqueciéndome totalmente.
Entonces, ya no pude más y tuve una serie de orgasmos intensos, entre gritos me arranqué la venda de los ojos para ver a mis amantes de esta ocasión, eran ambos albañiles de al lado, no me importaba, solo deseaba sus penes y ser suya. Y sus embestidas empezaron a arreciar la intensidad, iban a terminar….
-¿QUIERES TU RACIONDE LECHE ZORRA?
-¡SI, SI, SI, DAME MI LECHITA PAPITO!
-¿Dónde LA QUIERES PUTA?
-¡DONDE QUIERAS PERO DÁMELA!
Entonces me arrojaron a la cama y parándose arriba de mi jalaron sus penes hasta empezar a llenarme la cara y mi cuerpo de su semen caliente y delicioso mientras yo seguía dedeando mi conejito entre gemidos. Cada gota que me caía sentía que me quemaba su contacto. Luego se hincaron y acercando sus penes a mi boca me hicieron limpiarlos totalmente. Entonces le dijo uno al otro –Vamos a marcar nuestro territorio compa – y empezaron a orinarme cayendo parte en mi boca.
Luego se bajaron, se vistieron y me arrojaron unos billetes y antes de irse dejándome totalmente agotada me dijeron –Mañana a esta hora vendremos a cogerte putita.
Y se fueron dejándome deseosa de que regresaran pronto.
Continuará.
0 comentarios - 31.Una experiencia inesperada 7ma parte (SexyAracely)