Y les sigo contando, que después de esa noche en la que la abuela me pajeó, volví a ir al trabajo, pero con Carmen no hubo ninguna novedad, recién el sábado que era mi último día de trabajo al cerrar al mediodía me dijo que fuera a su oficina, allí me dijo que quería que siguiera trabajando por lo menos los sábados, ya que por las clases no podría los días de semana, le contesté que no había problemas, y ella me dijo que la ponía contente que aceptara, y agregó, así tendré oportunidad de agradecerte como vos lo mereces, me dió un beso y nos despedimos hasta la semana próxima, fuí a casa y esperé el tiempo de empezar las clases, que era el lunes, pero en mi escuela se habían pospuesto una semana más ,debido a unos arreglos que no habían terminado. Fué así que llego el lunes, mi hermana empezó las clases, mi padre la llevó al colegio de camino a su trabajo, mi abuela como todos los meses iba a cobrar su jubilación y cuando salía del banco, buscaba a mi hermana y se iban a almorzar las dos solas al centro y después al cine, alrededor de las nueve y media, se me ocurrió la idea de visitar a Tita, tomar unos mates con ella y, como quién no quiere la cosa, pegarle una cogida, ya que desde la noche con mi abuela no había hecho nada, esperando que pasara algo con Carmen, lo que no pasó, por lo tanto estaba muy caliente, y de solo pensar en lo que le haría a Tita me puse al re palo, en ese momento , de golpe se abrió la puerta de mi habitación y entró mi madre, con la ropa que usaba para la limpieza de la casa, pollera de franela a cuadros azul y gris, pullover viejo desteñido y con agujeros y un pañuelo en su cabeza que guardaba todo el pelo, tiró de la sábana sacándola de un tirón, salí que voy a limpiar, dijo fuerte, casi gritando, yo salté de la cama , y el calzoncillo que llevaba puesto poco podía hacer para disimular mi erección, mamá se sentó en la cama, sin mirarme dijo, ¿a vos que te pasa que no me hablás?, ya algo me dijo tu abuela, pero quiero que vos me digas, yo estaba mudo, pero ella siguiò, a vos que te importa lo que yo pude haber hecho de joven y soltera, acaso yo te digo algo a vos por coger a tu abuela o a Tita, o a tu tía de Córdoba, no te dejo hacer porque sos chico y prefiero que te encames con ellas antes que con cualquier puta, yo sentía que mi cara estaba roja como un tomate de la vergüenza que me daba escuchar esas cosas en la boca de mamá, no me atrevía a mirarla a la cara, fué en ese momento que notè que ella se acercó a mí, me tomó la cara entre sus manosy me acercó a sus mejillas, me dió un beso, estaba llorando, por qué no me lo dijiste vos, murmuró , te habría contado, la bracé fuerte y le dí un beso, ella también me beso, casi rozando mis labios, ante lo que yo moví mi cara y le comí la boca , ella no trató de apartarse, apretó más su cuerpo contra el mío, sintió mi erección entre sus piernas, deslizó una mano dentro del calzoncillo y agarro fuerte mi pija parada y dijo, mi nene está asi por mamá, si le dije al oido, , se sentó en la cama, me atrajo a ella, bajó mis calzones e introdujo mi garcha en su boca, recorriendola toda desde la cabeza hasta los huevos suavemente un rato, me hizo tirar en la cama, y allí teniendome indefenso me hizo garganta profunda, haciendome acabar en un grito, dentro de su garganta no se cuanto tiempo solo sé que fué la lechada más larga que yo recuerde, cuando mi pija ya estaba en su forma habitual, recién ahí la dejo salir de su boca, me miró a los ojos y me dijo, esto queda entre vos y yo, de acuerdo, y cuando tengas algo que decirme me lo decis a mi, ¿está claro?, si mamá, respondí, bueno así me gusta, se acomodó la ropa y se fué, pero antes de abrir la puerta para salir se dió vuelta, me miró y dijo, cuando estemos solos decime mamita, y se fué, guiñandome un ojo...
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