...
Despierto en un lugar desconocido, el sol llena la habitación de unaluz fría, un poco aturdido me levanto, estiro brazos y piernas, los recuerdosempiezan a llegar la chica del vestido floreado, una chupada de agoníaplacentera, Dinora y su vestido rojo, mi semen en la cara de la chica. Me pongode pie tratando de arreglarme, esperando a que la erección matutina baje.
Salgo para desayunar, todos ya estaban dispuestos en la mesa, se notaen la cara de algunos la resaca. Dinora ya no lleva su vestido rojo, en cambioviste unos jeans ajustados y una blusa discreta, cuando la veo y ellaintercepta la mirada las imágenes confusas de anoche me hacen ruborizar, ellaparece normal, como si nada de eso hubiera pasado.
Llegan las bebidas y el primer tiempo, la mesera no es nadie más queLetty. Cada que coloca un plato o una taza aprovecha para sonreírme, yo lecontesto disimuladamente la sonrisa.
Terminamos de desayunar y nos quedamos a la sobremesa, de vez en vezvolteo a ver a Dinora, cuando ella se da cuenta de mi mirada me sonríe connaturalidad. Empiezo a pensar que parte de anoche es un invento de mi cabeza,la mamada que me dio Letty es real pero creo que alucine a Dinora viéndonos.
Pasa un rato y me levanto de la mesa, camino con sigilo a la parte deatrás, donde está la hielera. Ubico la hielera en donde vi a Dinora, me acercocon aire detectivesco y después de una revisión no encuentro ninguna prueba deque Dinora estuvo ahí. Encuentro por otro lado, manchas de mis gotas de semen.
Regreso y veo a mi papá hablando con Dinora. Busco un poco de aguamientras reviso el celular; unos minutos después me habla mi papá.
—Hijo... —comienza un tanto preocupado —necesito quedarme hasta latarde-noche y tú tienes que estar en casa de tu mamá a más tardar a las 6 —sequeda viéndome, esperando mi reacción.
—¿Cómo le haremos? ¿Dónde tomo un carro? —no me sorprendía lasituación, era uno de los problemas de papá, la falta de seguir el plan.
—No, no... No te preocupes por eso, Dinora también se tiene queregresar, se va a llevar el carro... Y te vas a ir con ella.
Me quedo sin palabras, siento que un ligero rubor sube a mi rostro,respiro profundo para disimular y después digo: ok, está bien.
Subo a recoger mis cosas, las acomodo en los bolsillos y bajo para despedirme.Entre cordialidad y protocolo saludo a la mayoría, en mi cabeza solo da vueltasla idea de que estaré solo con Dinora, mi memoria ilusoria se empeña en lafantasía de haberla visto en esa jardinera mientras tenía un orgasmo sobre lachica del vestido floreado. Temo tener una erección o insinuarle algo a Dinora.Será un viaje tenso.
Salimos hacia el carro y mientras guardamos las cosas en el maletero,Letty llega corriendo.
—Oye... ¿Te ibas a ir sin despedirte? —me dice acusadora.
—Disculpa, es que fue repentino, tenía pensado quedarme un rato más ybuscarte —no había pensado en ella por supuesto, pero no podía decirle eso.
La abrazo y ella se aferra a mí, presionando sus pechos a mi cuerpo. Meda un beso en la mejilla que se corre hasta la comisura.
—Buen viaje... Espero verte pronto... —se despide y sostiene mis manospara dejar un papel doblado en mi diestra.
Ella regresa a la casa y yo disimuladamente veo el papel donde escribiósu número junto a una nota que dice: "espero tu llamada" adornado conun corazón.
Cuando salía con una chica lo hacía sin intención, si por lascircunstancias terminábamos en un motel o en algún lugar cogiendo eso eraextra, siempre salía con las chicas para pasar un agradable momento. Letty nosería la excepción.
Me subo en el asiento del copiloto, Dinora se acomoda y arranca, estabaincomodo, no dejaba de pensar que me había visto con Letty y cuanto más lopensaba, más me convencía de que había sido un producto de mi imaginación; esome dejaba inquieto, quizá ya era un caso perdido, un adicto al sexo y a lapornografía. Ella pone música, el ambiente se relaja un poco.
Empezamos a comer camino, alejándonos en la nada, a nuestro alrededorsolo había terreno abandonado. La mujer cambia la canción que suena, después deescuchar dos segundos la nueva pista la vuelve a cambiar; así unas cuatro ocinco veces como si buscará una canción en especial. No la encuentra y sedecide por apagar el ruido.
Quedamos en silencio por un minuto. Me concentro en la ventana paraevitar ver a Dinora y echar a volar la imaginación.
—Y... ¿Te divertiste? —pregunta sin despegar los ojos del camino.
—Si... Estuvo bien... Divertido —respondo neutral.
—Divertido... Si te vi como aprovechaste la noche —el nerviosismo atacaante la idea de que Dinora me había visto en la noche —te perdiste un buen ratocon la chica... Es linda... Qué tal se portó.
"Como una puta ansiosa por comerse mi verga" pienso y esbozouna sonrisa —se portó bien... —contesto al fin
—Bien ehh... —dice con una risita al final, guarda silencio un instantey empieza a ver por los espejos laterales —ya no eres un niño peque —cambia decarril —ya podemos hablar de cosas de adultos en tu presencia —una risita más.
—Tú, ¿te la pasaste bien también?
—Si... Estuvo medio aburrido, pero agradable —dice haciendo una muecade poca importancia —lo que si no me gusto fue el desayuno... —dice en un tonomás serio.
—¿No te gustó la comida? —pregunto.
—No es eso, es que... Me falto... Algo... —deja la palabra en el viento —¡oye! Tú me puedesayudar... ¿Me ayudas? —dice en un tono más meloso, un tono ya ensayado.
—Si puedo... Claro... Dime.
—Todos los días después del desayuno tu papá me da... Un vaso de lechefresca... ¿Entiendes peque? —me quedo mudo al no entender si es una broma o unatrampa —me da de su leche peque y... La verdad me pongo media gruñona cuando notomo mi leche... Así que pensé... Ya que no eres un niño... ¿Me podrías dar detu leche?
Me quedo contemplando la situación, averiguando si es un sueño o unaalucinación, Dinora voltea sonriente como si en vez de pedirme tomar mi semenhaya pedido un vaso de agua.
—Am... A... E... Este... Si... No sé... Que decir... —risa nerviosa—claro... Como le hacemos.
—Sácatelo... Hay que ponértelo bien duro —ese no era problema, ya latenía dura y caliente. Obedezco y me bajo los pantalones y los boxers, mi vergatiembla al ritmo del camino —mmm lo tienes bien peque —dice pasando una de susuñas largas por el tronco de mi pene.
—No es una pija de actor porno pero es algo...
—No peque... La tienes muy bien, se trata más de saberla usar y de quetan jugosa la tengas —esas palabras retumbaban en mis huesos estremeciendo misexo ansioso y erecto.
Con una mano sobre el volante y la otra sobre mi verga, sin quitar lavista de la carretera examina mi pene; sopesa mis bolas y lo pela despacio, aunno me bañaba después de la boca de Letty así que el aroma a sexo llena lacabina del carro.
—Ese aroma...
—Aun no me baño... Es que...
—No peque... Es delicioso... Fuerte a sexo... ¿Ayer cogiste peque?
—No... Una mamada solamente...
—No peque... Mamada la que te voy a hacer —dice antes de dar unvolantazo y estacionarse bajo la sombra de un árbol.
Apaga el motor, echa su asiento para atrás y hace lo mismo con el míocon la sencillez que da la práctica se coloca de rodillas enfrente de mi erección;se nota que ha hecho la maniobra otras veces pues sabe dónde colocarse paraestar cómoda.
Sus ojos cambian totalmente, de la mirada distraída y pérdida que casisiempre tiene, a una mirada adicta, casi psicópata; sonrisa de lujuria yeuforia. Toma mi verga sube y baja lentamente, disfrutando de la texturaerguida de mi sexo y haciéndome disfrutar a mí también; sonríe como adolescentea punto de hacer algo incorrecto, libera mi miembro y pasa la lengua por lapalma de su mano para humedecerla y después regresa a masturbarme, ahora másrápido; la mañana se había convertido en el ilógico absurdo que es un videoporno; de la punta comienzan a salir gotas transparentes y perezosas.
—Así... Sí... Así peque... —comienza a decir en un tono maternal ydesesperado al ver los destellos del líquido preseminal —No me gusta chuparlaen seco peque... Hay que mojarla primero... Así como estoy yo de mojada.
Acto seguido, la boca de Dinora apresa mi verga en un festín de succióny lengua. El carro en ese páramo desolado se llena de sonidos lujuriosos,ruidos guturales y susurros provocativos ("sii... Sssh que delicia... Me encanta...Que rica..."). Chupa y sigue chupando, cada que se la saca de la boca, unamezcla de mis fluidos y su saliva resbala por su barbilla, espeso néctar deadulterio; me debato entre cerrar los ojos de placer o seguir viendo comoDinora se traga una y otra vez mi verga.
Se la saca por completo y comienza a pasar la punta de su lengua portodo el tronco de mi miembro; ella tiene los ojos cerrados mientras en micabeza una voz va cobrando fuerza hasta llegar a mis labios.
—Cómetela toda puta… —digo en tono autoritario, ella me ve con sorpresay abre los ojos.
Sonríe mostrando los dientes, como emocionada —¿Así…? —contesta antesde meterse hasta el fondo de la garganta mi humilde polla.
—Síiii… así, chúpame los huevos también…
—Lo que tú quieras peque —se mete un huevo primero y succiona regalándome un dolor delicioso queme arrancaun gruñido de placer.
—Lo chupas como una profesional… me encanta… que puta eres…—siento sulengua pasearse por la piel de mi testículo, lo suelta haciendo un ruido comosi sacara una paleta de dulce de su boca, me sigue masturbando mientras medebato entre cerrar los ojos y disfrutar o contemplar el espectáculo que laputa novia de mi papá me ofrece —. Eres mi puta y vas a ser mi puta muchotiempo —le digo poseso y le tomo del cabello empujándola hacia mis huevos, ellano pone resistencia, al contrario, abre la boca lo más grande que puede yatrapa mis dos huevos.
Los succiona y el dolor me estremece, la arranco jalándola del cabelloy los huevos saltan de su boca. Dinora sonríe como quien acaba de comerseentero un pastel de chocolate.
—Que rico —dice destellante de alegría para después quitarse la blusacon todo y el sostén.
Saltan ante mí un par de tetas redondas y suaves, de tamaño medio conuna aureola oscura coronando un par de pezones mordibles. Empiezo a masajearcon mis manos sus pechos, mi erección está en el punto más duro y caliente, miverga tiembla con la cabeza roja y ansiosa por derramar su desayuno. Deja caerunos hilos de saliva entre sus pechos, la emoción anticipada porque me hará unaturca (rusa) aumenta mi excitación.
Atrapa mi sexo entre sus tetas, el calor es delicioso y la humedadentre sus senos me hace imaginar su vagina. Comienza a subir ya bajar, primerolento hasta llegar a un ritmo frenético en el que solo se logra ver la cabezade mi verga aparecer y esconderse en medio de sus tetas. Mi rostro cambia laexpresión de pervertido salvaje a una mueca de sufrimiento placentero que mehace jadear al retener mi orgasmo.
—Ya no aguanto… —suelto en un quejido. Ella libera mi polla delencierro de sus pechos y su mano desesperada comienza a masturbarme más rápido.
—Si peque… así… dame tu lechita… dámela peque… —ruega mientras retengoun gruñido. Se mete la punta de mi miembro en la boca.
—Aaah… —exclamo aliviado mientras mi verga tiembla derramando lecheespesa sobre su lengua. Escucho como traga hasta la última gota.
—Mmmm… mmm… mm… que deliciosa leche cargas, que bueno que la chica deanoche me dejo algo… —mi miembro, perdiendo parte de su dureza cae sobre mipierna, Dinora lo toma para succionar las ultimas gotitas de semen — y… ¿Le vasa marcar a la chica? —pregunta como si nada de lo anterior hubiera sucedido. Sevuelve a poner su blusa y el brasier.
—¿Qué?... ¿Cómo?... no se quizá si… ayer esperaba más… —contestoaturdido y cansado mientras me pongo los pantalones en su lugar.
—Deberías salir con ella al menos una vez, te haya o no te haya gustadola chupada, es de caballeros no negarte a verla y a sacarle una sonrisa —mecontesta mientras le da marcha al carro y emprende el camino.
—Tienes razón… —el murmullo del carro me comienza a arrullar —tienes razón… —repito mientras caigo dormido. Siento en la mejillalos labios de Dinora y después nada.
…
El pitido que emite el carro en reversa es lo que me despierta. Meencuentro enfrente de la casa de mipapá.
—Qué bueno que despiertas —dice Dinora en su tono normal, yo me sientoun poco apenado, creo que he soñado que me la chupaba de manera deliciosa—ayúdame con las maletas…
Me apeo del carro, con mis manos recorro mis pantalones, no tienenrastro de semen aunque me duelen un poco los huevos. Aturdido bajo las maletasmientras trato de organizar mis recuerdos. Algunos son tan fantasiosos que esseguro que son imaginaciones mías, a pesar de sentirse tan reales.
Termino de meter las maletas, Dinora como si nada empieza a arreglarlas cosas, yo voy a la habitación dispuesta para mí y organizo también todo. Deentre la chaqueta vuela un papel doblado con el número telefónico Letty, lodejo a parte en la maleta y sigo acomodando.
—Ya hay agua caliente ¿por qué no te das un baño? —me recomienda desdela otra habitación.
—Claro… gracias —digo ante la buena idea.
Entro al baño y me desnudo, abro el agua caliente, sale fría; mientrasme quedo esperando trato de separar la ficción de la realidad, en realidad nohe estado consiente de todo, Letty, ella si es real, pero lo demás creo que esmi adicción a las historias eróticas ilógicas, quizá sean mis hormonas. El aguacomienza a calentarse, me meto debajo del agua, en unos instantes el agua estádemasiado caliente, maldigo mi estupidez y abro el agua fría; shampoo, jabón,más agua.
Me quedo un momento pensando mientras la suave brisa seca el agua de micuerpo. La culpa empieza a carcomerme por fantasear con mi casi madrastra.
—¿Sabes que es lo malo de no desayunar bien? —dice una voz a miespalda. Siento los pechos de Dinora apretarse a mi cuerpo, sus manos recorrenmi pecho y bajan hasta mi miembro —. Si no desayunas bien peque… te quedas conhambre.
—Dinora… ¿Qué haces?... —ante todo pronóstico, mi verga se empieza aendurecer (bendita juventud).
—Shhh… no digas nada peque y cógeme… yo sé que quieres cogerme… cógemeahora peque antes de que me arrepienta… —sus manos me pelan la polla y comienzaa masturbarme. “Ahora o nunca” pienso antes de darme la vuelta, me acerco conla intención de besarla, ella voltea la cara en un gesto de negación, se da lavuelta y se inclina sacando el culo, la imagen de sus dos agujeros me pone enun estado de frenesí, con sus manos se abre las nalgas descubriendo su anoapretado —escoge peque… ¿Por dónde me quieres coger?...
La indecisión me atrapa por un segundo, quizás esta sea la única oportunidadque tenga de cogérmela, quizá no; su culo se ve estupendo pero deseo sentir elcalor y humedad de su coño, así que me decido por la vagina, pero no sin antessaborear los dos agujeros, así quizá sea equitativo. Me inclino para darle treslamidas profundas a cada agujero.
—Aaayyy… peque… que rico —dice como una puta mientras tengo la cadaentre sus glúteos; termino de comerle el coño y apunto mi verga a su entrada —Pequeee…pensé que escogerías el culo… —dice al sentir la cabeza de mi pene en laentrada húmeda de su coño.
—¿Quieres que te la meta por el culo? —pregunto mientras deslizolentamente el tronco de mi verga dentro de su sexo.
—Mmmm… aaah… no peque… donde tu desees… aaah… —dice entrecortadamientras comienzo a mover las caderas a ritmo suave —quiero que lo disfrutes…aaahhh… a tu papa le tocara el culo esta noche… mmm… y a la próxima les toca alrevés… —me detengo de golpe.
—¿La próxima? —pregunto entre aturdido y emocionado.
—Pórtate bien peque, se discreto, paciente y tal vez puede haber una “próximavez” —dice en tono autoritario —a ver si así nos vistas más seguido —termina yvoltea por encima del hombro sonriendo —ahora… ¡cállate y cógeme! —termina la negociacióny comienza ella a marcar el ritmo.
Empieza lento sacando y metiendo el culo, yo la agarro a nalgadas yaprieto sus nalgas, Dinora gime y comienza a moverse más rápido, sus nalgasaplauden al azotarse contra mi abdomen, el ritmo se vuelve salvaje.
—Dinora… que rico coño tienes… —digo entre gruñidos, mientras ella se ensartaen mi verga una y otra vez.
—¿Te gusta peque?... ¿Te gusta?... ay,ay,ay,ay… mmm… yo veía como memirabas… ahhh… y sabía que querías cogerme… ¿te gusta cogerme?... mmmmm… aaaaay…¿te gusta cogerte a la novia de tu papá?... ah,ah,ah,ah,ah,aaaaahhh… —diceaumentando mi calentura y dándome culazos con más fuerza.
Mi pene se sale de su coño y resbala entre sus nalgas, ella junta susrodillas y tiembla un poco; lanza una mano hacia atrás buscando mi verga,cuando la tiene la vuelve a enfilar a su vagina. Esta vez yo marco el ritmo yde una sola embestida se la clavo completa; ensalivo mi pulgar mientras lafollo con fuerza, una vez lubricado mi dedo lo coloco en la entrada de su culo.
—Eres mi puta… —le digo mientras le meto el dedo lo más que puedo sinbajar el ritmo.
—¡Aaaahh!... peequ… eee… que rico… dame… dame más… mas, mas, mas, mas,mas… dame… cógeme mas… aaaahhh… dame duro… dame… ahhh… que rico, que rico, que rico…que rico peque… aaahhh… dameeee…
Sus gemidos y palabras me tenían al borde, le saco el dedo del culo yme aferro a sus caderas para darle aún más fuerte.
—Ya no aguanto… Dinora… me corro…—digo aguantando el orgasmo y bajandoel ritmo.
—Córrete en mi coño peque… dame más lechita… dame si… mmmm —con su permisosuelto un gruñido y salen de mi verga un chorro y algunas gotas, le meto la verga hasta el fondo ella hace algocon su vagina como si me la exprimiera, me aprieta y suelta con su coño —mmmm…que rico… así peque…—se da la vuelta y se arrodilla, mi verga queda flácida,inerte, ella se la mete a la boca y extrae la última gota de leche, la cabezade mi polla esta tan sensible que cada que succiona me estremezco —. Me gustasaborear una verga deslechada mezclada con mis fluidos.
Abre la llave de la regadera, me lava bien mi miembro y después me pideque me retire, porque se va a bañar. Obedezco, salgo del baño y me voy a mi habitación,me cambio y empiezo arreglar mis cosas, Dinora sale del baño y se va a cambiar,una blusa sencilla y unas calzas (se le alcanza a ver una tanga); se dirige ala cocina. Me acerco por la espalda y le doy una nalgada, ella me sonríe y despuésme acusa con la mirada.
—Dije que debías de ser discreto, nada de tocar tu primero, yo empiezo…¿Entendido?
—Está bien—acepto.
—A… y una cosa más… no vas a ver este culo… —se da una nalgada —hastaque no salgas con la chica de la boda… ¿Entendido?
—Si… entendido.
Dinora prepara algo sencillo para comer, nos sentamos en el comedor yhablamos de trivialidades. Después de una hora llega mi papá y me va a dejar a casade mi mamá. Me despido de Dinora como si no hubiera pasado nada y a papá ledigo que espero verlo pronto, entro a mi casa, saludo a mamá y me dirijo a micuarto.
Las imágenes del fin de semana empiezan a abrumarme, sin duda esto escrecer, pongo un poco de música y me acuesto un rato. Me quedo dormido después deun rato.
Continuara…
Parte 3:http://www.poringa.net/posts/relatos/3236535/La-Chica-de-la-Boda-Parte-3.html
Despierto en un lugar desconocido, el sol llena la habitación de unaluz fría, un poco aturdido me levanto, estiro brazos y piernas, los recuerdosempiezan a llegar la chica del vestido floreado, una chupada de agoníaplacentera, Dinora y su vestido rojo, mi semen en la cara de la chica. Me pongode pie tratando de arreglarme, esperando a que la erección matutina baje.
Salgo para desayunar, todos ya estaban dispuestos en la mesa, se notaen la cara de algunos la resaca. Dinora ya no lleva su vestido rojo, en cambioviste unos jeans ajustados y una blusa discreta, cuando la veo y ellaintercepta la mirada las imágenes confusas de anoche me hacen ruborizar, ellaparece normal, como si nada de eso hubiera pasado.
Llegan las bebidas y el primer tiempo, la mesera no es nadie más queLetty. Cada que coloca un plato o una taza aprovecha para sonreírme, yo lecontesto disimuladamente la sonrisa.
Terminamos de desayunar y nos quedamos a la sobremesa, de vez en vezvolteo a ver a Dinora, cuando ella se da cuenta de mi mirada me sonríe connaturalidad. Empiezo a pensar que parte de anoche es un invento de mi cabeza,la mamada que me dio Letty es real pero creo que alucine a Dinora viéndonos.
Pasa un rato y me levanto de la mesa, camino con sigilo a la parte deatrás, donde está la hielera. Ubico la hielera en donde vi a Dinora, me acercocon aire detectivesco y después de una revisión no encuentro ninguna prueba deque Dinora estuvo ahí. Encuentro por otro lado, manchas de mis gotas de semen.
Regreso y veo a mi papá hablando con Dinora. Busco un poco de aguamientras reviso el celular; unos minutos después me habla mi papá.
—Hijo... —comienza un tanto preocupado —necesito quedarme hasta latarde-noche y tú tienes que estar en casa de tu mamá a más tardar a las 6 —sequeda viéndome, esperando mi reacción.
—¿Cómo le haremos? ¿Dónde tomo un carro? —no me sorprendía lasituación, era uno de los problemas de papá, la falta de seguir el plan.
—No, no... No te preocupes por eso, Dinora también se tiene queregresar, se va a llevar el carro... Y te vas a ir con ella.
Me quedo sin palabras, siento que un ligero rubor sube a mi rostro,respiro profundo para disimular y después digo: ok, está bien.
Subo a recoger mis cosas, las acomodo en los bolsillos y bajo para despedirme.Entre cordialidad y protocolo saludo a la mayoría, en mi cabeza solo da vueltasla idea de que estaré solo con Dinora, mi memoria ilusoria se empeña en lafantasía de haberla visto en esa jardinera mientras tenía un orgasmo sobre lachica del vestido floreado. Temo tener una erección o insinuarle algo a Dinora.Será un viaje tenso.
Salimos hacia el carro y mientras guardamos las cosas en el maletero,Letty llega corriendo.
—Oye... ¿Te ibas a ir sin despedirte? —me dice acusadora.
—Disculpa, es que fue repentino, tenía pensado quedarme un rato más ybuscarte —no había pensado en ella por supuesto, pero no podía decirle eso.
La abrazo y ella se aferra a mí, presionando sus pechos a mi cuerpo. Meda un beso en la mejilla que se corre hasta la comisura.
—Buen viaje... Espero verte pronto... —se despide y sostiene mis manospara dejar un papel doblado en mi diestra.
Ella regresa a la casa y yo disimuladamente veo el papel donde escribiósu número junto a una nota que dice: "espero tu llamada" adornado conun corazón.
Cuando salía con una chica lo hacía sin intención, si por lascircunstancias terminábamos en un motel o en algún lugar cogiendo eso eraextra, siempre salía con las chicas para pasar un agradable momento. Letty nosería la excepción.
Me subo en el asiento del copiloto, Dinora se acomoda y arranca, estabaincomodo, no dejaba de pensar que me había visto con Letty y cuanto más lopensaba, más me convencía de que había sido un producto de mi imaginación; esome dejaba inquieto, quizá ya era un caso perdido, un adicto al sexo y a lapornografía. Ella pone música, el ambiente se relaja un poco.
Empezamos a comer camino, alejándonos en la nada, a nuestro alrededorsolo había terreno abandonado. La mujer cambia la canción que suena, después deescuchar dos segundos la nueva pista la vuelve a cambiar; así unas cuatro ocinco veces como si buscará una canción en especial. No la encuentra y sedecide por apagar el ruido.
Quedamos en silencio por un minuto. Me concentro en la ventana paraevitar ver a Dinora y echar a volar la imaginación.
—Y... ¿Te divertiste? —pregunta sin despegar los ojos del camino.
—Si... Estuvo bien... Divertido —respondo neutral.
—Divertido... Si te vi como aprovechaste la noche —el nerviosismo atacaante la idea de que Dinora me había visto en la noche —te perdiste un buen ratocon la chica... Es linda... Qué tal se portó.
"Como una puta ansiosa por comerse mi verga" pienso y esbozouna sonrisa —se portó bien... —contesto al fin
—Bien ehh... —dice con una risita al final, guarda silencio un instantey empieza a ver por los espejos laterales —ya no eres un niño peque —cambia decarril —ya podemos hablar de cosas de adultos en tu presencia —una risita más.
—Tú, ¿te la pasaste bien también?
—Si... Estuvo medio aburrido, pero agradable —dice haciendo una muecade poca importancia —lo que si no me gusto fue el desayuno... —dice en un tonomás serio.
—¿No te gustó la comida? —pregunto.
—No es eso, es que... Me falto... Algo... —deja la palabra en el viento —¡oye! Tú me puedesayudar... ¿Me ayudas? —dice en un tono más meloso, un tono ya ensayado.
—Si puedo... Claro... Dime.
—Todos los días después del desayuno tu papá me da... Un vaso de lechefresca... ¿Entiendes peque? —me quedo mudo al no entender si es una broma o unatrampa —me da de su leche peque y... La verdad me pongo media gruñona cuando notomo mi leche... Así que pensé... Ya que no eres un niño... ¿Me podrías dar detu leche?
Me quedo contemplando la situación, averiguando si es un sueño o unaalucinación, Dinora voltea sonriente como si en vez de pedirme tomar mi semenhaya pedido un vaso de agua.
—Am... A... E... Este... Si... No sé... Que decir... —risa nerviosa—claro... Como le hacemos.
—Sácatelo... Hay que ponértelo bien duro —ese no era problema, ya latenía dura y caliente. Obedezco y me bajo los pantalones y los boxers, mi vergatiembla al ritmo del camino —mmm lo tienes bien peque —dice pasando una de susuñas largas por el tronco de mi pene.
—No es una pija de actor porno pero es algo...
—No peque... La tienes muy bien, se trata más de saberla usar y de quetan jugosa la tengas —esas palabras retumbaban en mis huesos estremeciendo misexo ansioso y erecto.
Con una mano sobre el volante y la otra sobre mi verga, sin quitar lavista de la carretera examina mi pene; sopesa mis bolas y lo pela despacio, aunno me bañaba después de la boca de Letty así que el aroma a sexo llena lacabina del carro.
—Ese aroma...
—Aun no me baño... Es que...
—No peque... Es delicioso... Fuerte a sexo... ¿Ayer cogiste peque?
—No... Una mamada solamente...
—No peque... Mamada la que te voy a hacer —dice antes de dar unvolantazo y estacionarse bajo la sombra de un árbol.
Apaga el motor, echa su asiento para atrás y hace lo mismo con el míocon la sencillez que da la práctica se coloca de rodillas enfrente de mi erección;se nota que ha hecho la maniobra otras veces pues sabe dónde colocarse paraestar cómoda.
Sus ojos cambian totalmente, de la mirada distraída y pérdida que casisiempre tiene, a una mirada adicta, casi psicópata; sonrisa de lujuria yeuforia. Toma mi verga sube y baja lentamente, disfrutando de la texturaerguida de mi sexo y haciéndome disfrutar a mí también; sonríe como adolescentea punto de hacer algo incorrecto, libera mi miembro y pasa la lengua por lapalma de su mano para humedecerla y después regresa a masturbarme, ahora másrápido; la mañana se había convertido en el ilógico absurdo que es un videoporno; de la punta comienzan a salir gotas transparentes y perezosas.
—Así... Sí... Así peque... —comienza a decir en un tono maternal ydesesperado al ver los destellos del líquido preseminal —No me gusta chuparlaen seco peque... Hay que mojarla primero... Así como estoy yo de mojada.
Acto seguido, la boca de Dinora apresa mi verga en un festín de succióny lengua. El carro en ese páramo desolado se llena de sonidos lujuriosos,ruidos guturales y susurros provocativos ("sii... Sssh que delicia... Me encanta...Que rica..."). Chupa y sigue chupando, cada que se la saca de la boca, unamezcla de mis fluidos y su saliva resbala por su barbilla, espeso néctar deadulterio; me debato entre cerrar los ojos de placer o seguir viendo comoDinora se traga una y otra vez mi verga.
Se la saca por completo y comienza a pasar la punta de su lengua portodo el tronco de mi miembro; ella tiene los ojos cerrados mientras en micabeza una voz va cobrando fuerza hasta llegar a mis labios.
—Cómetela toda puta… —digo en tono autoritario, ella me ve con sorpresay abre los ojos.
Sonríe mostrando los dientes, como emocionada —¿Así…? —contesta antesde meterse hasta el fondo de la garganta mi humilde polla.
—Síiii… así, chúpame los huevos también…
—Lo que tú quieras peque —se mete un huevo primero y succiona regalándome un dolor delicioso queme arrancaun gruñido de placer.
—Lo chupas como una profesional… me encanta… que puta eres…—siento sulengua pasearse por la piel de mi testículo, lo suelta haciendo un ruido comosi sacara una paleta de dulce de su boca, me sigue masturbando mientras medebato entre cerrar los ojos y disfrutar o contemplar el espectáculo que laputa novia de mi papá me ofrece —. Eres mi puta y vas a ser mi puta muchotiempo —le digo poseso y le tomo del cabello empujándola hacia mis huevos, ellano pone resistencia, al contrario, abre la boca lo más grande que puede yatrapa mis dos huevos.
Los succiona y el dolor me estremece, la arranco jalándola del cabelloy los huevos saltan de su boca. Dinora sonríe como quien acaba de comerseentero un pastel de chocolate.
—Que rico —dice destellante de alegría para después quitarse la blusacon todo y el sostén.
Saltan ante mí un par de tetas redondas y suaves, de tamaño medio conuna aureola oscura coronando un par de pezones mordibles. Empiezo a masajearcon mis manos sus pechos, mi erección está en el punto más duro y caliente, miverga tiembla con la cabeza roja y ansiosa por derramar su desayuno. Deja caerunos hilos de saliva entre sus pechos, la emoción anticipada porque me hará unaturca (rusa) aumenta mi excitación.
Atrapa mi sexo entre sus tetas, el calor es delicioso y la humedadentre sus senos me hace imaginar su vagina. Comienza a subir ya bajar, primerolento hasta llegar a un ritmo frenético en el que solo se logra ver la cabezade mi verga aparecer y esconderse en medio de sus tetas. Mi rostro cambia laexpresión de pervertido salvaje a una mueca de sufrimiento placentero que mehace jadear al retener mi orgasmo.
—Ya no aguanto… —suelto en un quejido. Ella libera mi polla delencierro de sus pechos y su mano desesperada comienza a masturbarme más rápido.
—Si peque… así… dame tu lechita… dámela peque… —ruega mientras retengoun gruñido. Se mete la punta de mi miembro en la boca.
—Aaah… —exclamo aliviado mientras mi verga tiembla derramando lecheespesa sobre su lengua. Escucho como traga hasta la última gota.
—Mmmm… mmm… mm… que deliciosa leche cargas, que bueno que la chica deanoche me dejo algo… —mi miembro, perdiendo parte de su dureza cae sobre mipierna, Dinora lo toma para succionar las ultimas gotitas de semen — y… ¿Le vasa marcar a la chica? —pregunta como si nada de lo anterior hubiera sucedido. Sevuelve a poner su blusa y el brasier.
—¿Qué?... ¿Cómo?... no se quizá si… ayer esperaba más… —contestoaturdido y cansado mientras me pongo los pantalones en su lugar.
—Deberías salir con ella al menos una vez, te haya o no te haya gustadola chupada, es de caballeros no negarte a verla y a sacarle una sonrisa —mecontesta mientras le da marcha al carro y emprende el camino.
—Tienes razón… —el murmullo del carro me comienza a arrullar —tienes razón… —repito mientras caigo dormido. Siento en la mejillalos labios de Dinora y después nada.
…
El pitido que emite el carro en reversa es lo que me despierta. Meencuentro enfrente de la casa de mipapá.
—Qué bueno que despiertas —dice Dinora en su tono normal, yo me sientoun poco apenado, creo que he soñado que me la chupaba de manera deliciosa—ayúdame con las maletas…
Me apeo del carro, con mis manos recorro mis pantalones, no tienenrastro de semen aunque me duelen un poco los huevos. Aturdido bajo las maletasmientras trato de organizar mis recuerdos. Algunos son tan fantasiosos que esseguro que son imaginaciones mías, a pesar de sentirse tan reales.
Termino de meter las maletas, Dinora como si nada empieza a arreglarlas cosas, yo voy a la habitación dispuesta para mí y organizo también todo. Deentre la chaqueta vuela un papel doblado con el número telefónico Letty, lodejo a parte en la maleta y sigo acomodando.
—Ya hay agua caliente ¿por qué no te das un baño? —me recomienda desdela otra habitación.
—Claro… gracias —digo ante la buena idea.
Entro al baño y me desnudo, abro el agua caliente, sale fría; mientrasme quedo esperando trato de separar la ficción de la realidad, en realidad nohe estado consiente de todo, Letty, ella si es real, pero lo demás creo que esmi adicción a las historias eróticas ilógicas, quizá sean mis hormonas. El aguacomienza a calentarse, me meto debajo del agua, en unos instantes el agua estádemasiado caliente, maldigo mi estupidez y abro el agua fría; shampoo, jabón,más agua.
Me quedo un momento pensando mientras la suave brisa seca el agua de micuerpo. La culpa empieza a carcomerme por fantasear con mi casi madrastra.
—¿Sabes que es lo malo de no desayunar bien? —dice una voz a miespalda. Siento los pechos de Dinora apretarse a mi cuerpo, sus manos recorrenmi pecho y bajan hasta mi miembro —. Si no desayunas bien peque… te quedas conhambre.
—Dinora… ¿Qué haces?... —ante todo pronóstico, mi verga se empieza aendurecer (bendita juventud).
—Shhh… no digas nada peque y cógeme… yo sé que quieres cogerme… cógemeahora peque antes de que me arrepienta… —sus manos me pelan la polla y comienzaa masturbarme. “Ahora o nunca” pienso antes de darme la vuelta, me acerco conla intención de besarla, ella voltea la cara en un gesto de negación, se da lavuelta y se inclina sacando el culo, la imagen de sus dos agujeros me pone enun estado de frenesí, con sus manos se abre las nalgas descubriendo su anoapretado —escoge peque… ¿Por dónde me quieres coger?...
La indecisión me atrapa por un segundo, quizás esta sea la única oportunidadque tenga de cogérmela, quizá no; su culo se ve estupendo pero deseo sentir elcalor y humedad de su coño, así que me decido por la vagina, pero no sin antessaborear los dos agujeros, así quizá sea equitativo. Me inclino para darle treslamidas profundas a cada agujero.
—Aaayyy… peque… que rico —dice como una puta mientras tengo la cadaentre sus glúteos; termino de comerle el coño y apunto mi verga a su entrada —Pequeee…pensé que escogerías el culo… —dice al sentir la cabeza de mi pene en laentrada húmeda de su coño.
—¿Quieres que te la meta por el culo? —pregunto mientras deslizolentamente el tronco de mi verga dentro de su sexo.
—Mmmm… aaah… no peque… donde tu desees… aaah… —dice entrecortadamientras comienzo a mover las caderas a ritmo suave —quiero que lo disfrutes…aaahhh… a tu papa le tocara el culo esta noche… mmm… y a la próxima les toca alrevés… —me detengo de golpe.
—¿La próxima? —pregunto entre aturdido y emocionado.
—Pórtate bien peque, se discreto, paciente y tal vez puede haber una “próximavez” —dice en tono autoritario —a ver si así nos vistas más seguido —termina yvoltea por encima del hombro sonriendo —ahora… ¡cállate y cógeme! —termina la negociacióny comienza ella a marcar el ritmo.
Empieza lento sacando y metiendo el culo, yo la agarro a nalgadas yaprieto sus nalgas, Dinora gime y comienza a moverse más rápido, sus nalgasaplauden al azotarse contra mi abdomen, el ritmo se vuelve salvaje.
—Dinora… que rico coño tienes… —digo entre gruñidos, mientras ella se ensartaen mi verga una y otra vez.
—¿Te gusta peque?... ¿Te gusta?... ay,ay,ay,ay… mmm… yo veía como memirabas… ahhh… y sabía que querías cogerme… ¿te gusta cogerme?... mmmmm… aaaaay…¿te gusta cogerte a la novia de tu papá?... ah,ah,ah,ah,ah,aaaaahhh… —diceaumentando mi calentura y dándome culazos con más fuerza.
Mi pene se sale de su coño y resbala entre sus nalgas, ella junta susrodillas y tiembla un poco; lanza una mano hacia atrás buscando mi verga,cuando la tiene la vuelve a enfilar a su vagina. Esta vez yo marco el ritmo yde una sola embestida se la clavo completa; ensalivo mi pulgar mientras lafollo con fuerza, una vez lubricado mi dedo lo coloco en la entrada de su culo.
—Eres mi puta… —le digo mientras le meto el dedo lo más que puedo sinbajar el ritmo.
—¡Aaaahh!... peequ… eee… que rico… dame… dame más… mas, mas, mas, mas,mas… dame… cógeme mas… aaaahhh… dame duro… dame… ahhh… que rico, que rico, que rico…que rico peque… aaahhh… dameeee…
Sus gemidos y palabras me tenían al borde, le saco el dedo del culo yme aferro a sus caderas para darle aún más fuerte.
—Ya no aguanto… Dinora… me corro…—digo aguantando el orgasmo y bajandoel ritmo.
—Córrete en mi coño peque… dame más lechita… dame si… mmmm —con su permisosuelto un gruñido y salen de mi verga un chorro y algunas gotas, le meto la verga hasta el fondo ella hace algocon su vagina como si me la exprimiera, me aprieta y suelta con su coño —mmmm…que rico… así peque…—se da la vuelta y se arrodilla, mi verga queda flácida,inerte, ella se la mete a la boca y extrae la última gota de leche, la cabezade mi polla esta tan sensible que cada que succiona me estremezco —. Me gustasaborear una verga deslechada mezclada con mis fluidos.
Abre la llave de la regadera, me lava bien mi miembro y después me pideque me retire, porque se va a bañar. Obedezco, salgo del baño y me voy a mi habitación,me cambio y empiezo arreglar mis cosas, Dinora sale del baño y se va a cambiar,una blusa sencilla y unas calzas (se le alcanza a ver una tanga); se dirige ala cocina. Me acerco por la espalda y le doy una nalgada, ella me sonríe y despuésme acusa con la mirada.
—Dije que debías de ser discreto, nada de tocar tu primero, yo empiezo…¿Entendido?
—Está bien—acepto.
—A… y una cosa más… no vas a ver este culo… —se da una nalgada —hastaque no salgas con la chica de la boda… ¿Entendido?
—Si… entendido.
Dinora prepara algo sencillo para comer, nos sentamos en el comedor yhablamos de trivialidades. Después de una hora llega mi papá y me va a dejar a casade mi mamá. Me despido de Dinora como si no hubiera pasado nada y a papá ledigo que espero verlo pronto, entro a mi casa, saludo a mamá y me dirijo a micuarto.
Las imágenes del fin de semana empiezan a abrumarme, sin duda esto escrecer, pongo un poco de música y me acuesto un rato. Me quedo dormido después deun rato.
Continuara…
Parte 3:http://www.poringa.net/posts/relatos/3236535/La-Chica-de-la-Boda-Parte-3.html
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