Advertencia:
Todo lo aquí relatado forma parte de mis vivencias personales a lo largo de mi vida. Los nombres de los personajes fueron deliberadamente cambiados para proteger a los verdaderos protagonistas de los hechos acontecidos. Es un relato autobiográfico.
Mis dos hijos (varón y mujer) se llevan 3 años entre si y casi comparten el mismo grupo de amigos ya que ambos fueron al mismo jardín de infantes, que a su vez tenía escuela primaria y escuela secundaria, y allí cursaron todos los niveles. Por lo tanto todos esos niños y niñas que hoy tienen entre 22 y 25 años aproximadamente, venían a casa desde los 4 o 5 años. Siempre a todos los consideré mis hijos e hijas “postizos”. En las fiestas familiares, el grupo más íntimo de amigos de nuestros hijos siempre fueron invitados a nuestras celebraciones…
En Enero de 2013, para el cumpleaños N° 48 de mi esposa, yo estaba preparando en la parrilla del patio del fondo de mi casa unas hamburguesas y chorizos, lo que hacía que por momentos yo me encontrara solo en ese lugar…
Un "niño" de 23 años (en ese momento), se acerca hasta donde yo estoy a saludarme y noto que cuando le iba a dar un beso en la mejilla, como tantas veces desde hace muchos años, él corrió su cara y casi el beso fue en los labios…
- “Discúlpame, no me di cuenta…”
Él sonriendo me dijo…
- “No es nada, no te preocupes…”
Él se llama Gonzalo y es apenas un poco más alto que yo. Yo mido 1,65 y él será 3 o 4 cm más alto. La noche continuó sin mayores sobresaltos, hasta que en un momento que vuelvo a la parrilla para acomodar las brasas ya que no iba a cocinar nada más, siento que alguien me manosea la verga a través del pantalón. Imaginando que era mi esposa, ya que solemos jugar a toquetearnos entre nosotros, me doy vuelta y descubro que era Gonzalo el que estaba “prendido” de mi verga. Le dije…
- “¿Qué haces…? ¿Estás loco…?”
- “Si, hace mucho tiempo que estoy loco con vos… Tengo fantasías y sueños eróticos con vos casi todas las noches… Quiero chuparte la verga...”
- “¿Estás borracho…? ¿Tomaste de más…?”
- “Nunca estuve más sobrio… Quiero tener algo con vos… Quiero no solo chuparte la pija sino también quiero que me cojas…”
- “¿Estás loco…? Nos conocemos hace casi 20 años, conozco a tus padres, sos amigo de mis hijos…”
- “No me importa nada, mira lo dura que tenés la poronga… ¿Me vas a decir que no te gusta?”
- “Nunca imagine que te gustara la pija… ¿Lo sabe tu familia y tus amigos?”
- “Me empezó a gustar hace cerca de 5 años, pero hace casi un año se lo confesé a mis viejos… Los chicos lo saben desde mi último cumpleaños en agosto pasado...”
Se produjo un silencio incómodo, mientras mi cabeza volaba a 1.000 kph, tratando que mi verga se tranquilizara y no podía lograrlo. Me pasó como un flash todos los momentos compartidos con Gonzalo, sus padres, mi familia. Cuando eran chicos, cuando eran adolescentes. Los actos escolares, etc. Mi verga seguía dura y mi temor era que en cualquier momento viniera mi esposa a buscarme para cortar la torta de cumpleaños. Entonces, como para darle un corte a lo que estaba sucediendo le dije…
- “Este no es el momento, ni el lugar...”
- “Entonces decime cuando y donde, porque quiero que me cojas...”
Me hice el boludo durante varios días, y el muy guacho venía de visitas con cualquier excusa para forzar la situación. Igual su mejor excusa era mi hijo, ya que ambos además de ser amigos eran compañeros en la facultad y estaban preparando materias del último año de la carrera de Ingeniería Química. Uno de esos días me deja su número de celular y me dice…
- “Mantengámonos conectados por WhatsApp, papi...”
Quedamos en ir a un telo cuando volviéramos cada uno de las respectivas vacaciones familiares. Como soy docente, el comienzo de las clases a fines de Febrero, me sacó un poco del tema y como él, al igual que mi hijo, tenían que preparar sus últimos exámenes para recibirse de Ingenieros Químicos, la cosa se fue posponiendo. Entre una cosa y otra llego Abril y con ello el día de mi cumpleaños. Lógicamente Gonzalo estuvo invitado al festejo. Cada vez que pudo me manoseo la verga descaradamente…
Una semana después fuimos a un telo y cogimos durante toda una tarde entera. Yo había faltado al trabajo y él al suyo, por supuesto con excusas inventadas. A la semana volvimos a juntarnos para coger, pero esta vez en el departamento que compartía con un primo suyo, que le había dejado el mismo para que él pudiera estar conmigo. Su primo se fue a pasar todo el día a la casa de sus padres…
Yo ya tenía algo de experiencia por mis encuentros de tres años atrás con Maximiliano, pero Gonzalo era todo un experto. Mamaba la verga como los dioses, y el culo lo tenía tan abierto que era muy fácil cogerlo. La pasé muy bien con Gonzalo las dos veces que cogimos. Sigue viniendo a casa de visita porque es amigo de mi hijo…
Después de esos encuentros casi no nos dábamos bolilla cada vez que venía a casa. Al final, por diferentes circunstancias, ninguno de los dos (mi hijo y él) se recibió durante 2013, pero si en Julio de 2014. Hicimos una reunión en casa para festejar y por supuesto él estuvo entre los invitados. Se me acerca y me comenta…
- “Quiero seguir comunicado con vos a través de WhatsApp...”
Empiezo a recibir sus mensajes y me cuenta que está de novio con un muchacho de su misma edad y que casi con seguridad se irán a vivir juntos. Lo felicito y le deseo suerte. Me contesta:
- “Mira, a pesar de todo quiero seguir encontrándome con vos porque me muero de ganas de chuparte la poronga...”
- “Gonzalo, trata de recordar todo lo que hablamos después de nuestros encuentros… Soy casi tu padre postizo y vos casi mi hijo postizo, hace 20 años que te conozco, te vi crecer y hacerte hombre...”
- “No me vengas con esas boludeces, a vos te gusta que te la chupe y a mí me encanta tu pija...”
- “Si, me gusta cómo me la chupas, pero vos ahora tenés pareja y no tiene sentido poner en riesgo no solo mi matrimonio sino también tu nueva relación...”
Gonzalo me confiesa que mi leche tiene mejor sabor que la de su pareja y que por eso quiere seguir chupándome la poronga. Es más, me dice…
- “No me importa si no me vas a coger, pero quiero tener una ración de tu leche aunque sea una vez a la semana…”
Durante 2014 estaba ocupado dando clases de natación todas las tardes y todas las noches entre las 13.00 y las 21.00 hs. de lunes a viernes; y como daba clases en una escuela los lunes y miércoles por la mañana solo tenía libres las mañanas de los martes, jueves y viernes. Él trabajaba en una empresa que está a 20 cuadras del club donde yo trabajo y tenía libres todos los mediodías entre las 12.00 y las 13.30 hs. Desde Septiembre y hasta Diciembre, todos los jueves, Gonzalo recibió su ración de leche directamente de su fuente de origen.
Lo pasaba a buscar con el auto todos los jueves a las 12.00 hs. por la puerta de su trabajo, almorzábamos juntos en un pequeño bar y luego dábamos una vuelta en mi auto, que tiene los vidrios polarizados, mientras él me chupaba la verga hasta tragarse la última gota de leche y dejármela reluciente. Luego lo dejaba en el trabajo con la “pancita llena” y yo me iba para el mío...
Este año consiguió un trabajo en una empresa petroquímica y se fue para la Patagonia. Extraño tener la boca de Gonzalo en mi verga…
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Todo lo aquí relatado forma parte de mis vivencias personales a lo largo de mi vida. Los nombres de los personajes fueron deliberadamente cambiados para proteger a los verdaderos protagonistas de los hechos acontecidos. Es un relato autobiográfico.
Mis dos hijos (varón y mujer) se llevan 3 años entre si y casi comparten el mismo grupo de amigos ya que ambos fueron al mismo jardín de infantes, que a su vez tenía escuela primaria y escuela secundaria, y allí cursaron todos los niveles. Por lo tanto todos esos niños y niñas que hoy tienen entre 22 y 25 años aproximadamente, venían a casa desde los 4 o 5 años. Siempre a todos los consideré mis hijos e hijas “postizos”. En las fiestas familiares, el grupo más íntimo de amigos de nuestros hijos siempre fueron invitados a nuestras celebraciones…
En Enero de 2013, para el cumpleaños N° 48 de mi esposa, yo estaba preparando en la parrilla del patio del fondo de mi casa unas hamburguesas y chorizos, lo que hacía que por momentos yo me encontrara solo en ese lugar…
Un "niño" de 23 años (en ese momento), se acerca hasta donde yo estoy a saludarme y noto que cuando le iba a dar un beso en la mejilla, como tantas veces desde hace muchos años, él corrió su cara y casi el beso fue en los labios…
- “Discúlpame, no me di cuenta…”
Él sonriendo me dijo…
- “No es nada, no te preocupes…”
Él se llama Gonzalo y es apenas un poco más alto que yo. Yo mido 1,65 y él será 3 o 4 cm más alto. La noche continuó sin mayores sobresaltos, hasta que en un momento que vuelvo a la parrilla para acomodar las brasas ya que no iba a cocinar nada más, siento que alguien me manosea la verga a través del pantalón. Imaginando que era mi esposa, ya que solemos jugar a toquetearnos entre nosotros, me doy vuelta y descubro que era Gonzalo el que estaba “prendido” de mi verga. Le dije…
- “¿Qué haces…? ¿Estás loco…?”
- “Si, hace mucho tiempo que estoy loco con vos… Tengo fantasías y sueños eróticos con vos casi todas las noches… Quiero chuparte la verga...”
- “¿Estás borracho…? ¿Tomaste de más…?”
- “Nunca estuve más sobrio… Quiero tener algo con vos… Quiero no solo chuparte la pija sino también quiero que me cojas…”
- “¿Estás loco…? Nos conocemos hace casi 20 años, conozco a tus padres, sos amigo de mis hijos…”
- “No me importa nada, mira lo dura que tenés la poronga… ¿Me vas a decir que no te gusta?”
- “Nunca imagine que te gustara la pija… ¿Lo sabe tu familia y tus amigos?”
- “Me empezó a gustar hace cerca de 5 años, pero hace casi un año se lo confesé a mis viejos… Los chicos lo saben desde mi último cumpleaños en agosto pasado...”
Se produjo un silencio incómodo, mientras mi cabeza volaba a 1.000 kph, tratando que mi verga se tranquilizara y no podía lograrlo. Me pasó como un flash todos los momentos compartidos con Gonzalo, sus padres, mi familia. Cuando eran chicos, cuando eran adolescentes. Los actos escolares, etc. Mi verga seguía dura y mi temor era que en cualquier momento viniera mi esposa a buscarme para cortar la torta de cumpleaños. Entonces, como para darle un corte a lo que estaba sucediendo le dije…
- “Este no es el momento, ni el lugar...”
- “Entonces decime cuando y donde, porque quiero que me cojas...”
Me hice el boludo durante varios días, y el muy guacho venía de visitas con cualquier excusa para forzar la situación. Igual su mejor excusa era mi hijo, ya que ambos además de ser amigos eran compañeros en la facultad y estaban preparando materias del último año de la carrera de Ingeniería Química. Uno de esos días me deja su número de celular y me dice…
- “Mantengámonos conectados por WhatsApp, papi...”
Quedamos en ir a un telo cuando volviéramos cada uno de las respectivas vacaciones familiares. Como soy docente, el comienzo de las clases a fines de Febrero, me sacó un poco del tema y como él, al igual que mi hijo, tenían que preparar sus últimos exámenes para recibirse de Ingenieros Químicos, la cosa se fue posponiendo. Entre una cosa y otra llego Abril y con ello el día de mi cumpleaños. Lógicamente Gonzalo estuvo invitado al festejo. Cada vez que pudo me manoseo la verga descaradamente…
Una semana después fuimos a un telo y cogimos durante toda una tarde entera. Yo había faltado al trabajo y él al suyo, por supuesto con excusas inventadas. A la semana volvimos a juntarnos para coger, pero esta vez en el departamento que compartía con un primo suyo, que le había dejado el mismo para que él pudiera estar conmigo. Su primo se fue a pasar todo el día a la casa de sus padres…
Yo ya tenía algo de experiencia por mis encuentros de tres años atrás con Maximiliano, pero Gonzalo era todo un experto. Mamaba la verga como los dioses, y el culo lo tenía tan abierto que era muy fácil cogerlo. La pasé muy bien con Gonzalo las dos veces que cogimos. Sigue viniendo a casa de visita porque es amigo de mi hijo…
Después de esos encuentros casi no nos dábamos bolilla cada vez que venía a casa. Al final, por diferentes circunstancias, ninguno de los dos (mi hijo y él) se recibió durante 2013, pero si en Julio de 2014. Hicimos una reunión en casa para festejar y por supuesto él estuvo entre los invitados. Se me acerca y me comenta…
- “Quiero seguir comunicado con vos a través de WhatsApp...”
Empiezo a recibir sus mensajes y me cuenta que está de novio con un muchacho de su misma edad y que casi con seguridad se irán a vivir juntos. Lo felicito y le deseo suerte. Me contesta:
- “Mira, a pesar de todo quiero seguir encontrándome con vos porque me muero de ganas de chuparte la poronga...”
- “Gonzalo, trata de recordar todo lo que hablamos después de nuestros encuentros… Soy casi tu padre postizo y vos casi mi hijo postizo, hace 20 años que te conozco, te vi crecer y hacerte hombre...”
- “No me vengas con esas boludeces, a vos te gusta que te la chupe y a mí me encanta tu pija...”
- “Si, me gusta cómo me la chupas, pero vos ahora tenés pareja y no tiene sentido poner en riesgo no solo mi matrimonio sino también tu nueva relación...”
Gonzalo me confiesa que mi leche tiene mejor sabor que la de su pareja y que por eso quiere seguir chupándome la poronga. Es más, me dice…
- “No me importa si no me vas a coger, pero quiero tener una ración de tu leche aunque sea una vez a la semana…”
Durante 2014 estaba ocupado dando clases de natación todas las tardes y todas las noches entre las 13.00 y las 21.00 hs. de lunes a viernes; y como daba clases en una escuela los lunes y miércoles por la mañana solo tenía libres las mañanas de los martes, jueves y viernes. Él trabajaba en una empresa que está a 20 cuadras del club donde yo trabajo y tenía libres todos los mediodías entre las 12.00 y las 13.30 hs. Desde Septiembre y hasta Diciembre, todos los jueves, Gonzalo recibió su ración de leche directamente de su fuente de origen.
Lo pasaba a buscar con el auto todos los jueves a las 12.00 hs. por la puerta de su trabajo, almorzábamos juntos en un pequeño bar y luego dábamos una vuelta en mi auto, que tiene los vidrios polarizados, mientras él me chupaba la verga hasta tragarse la última gota de leche y dejármela reluciente. Luego lo dejaba en el trabajo con la “pancita llena” y yo me iba para el mío...
Este año consiguió un trabajo en una empresa petroquímica y se fue para la Patagonia. Extraño tener la boca de Gonzalo en mi verga…
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6 comentarios - Gonzalo
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