Primera parte
Desde ese día, empezamos a salir con las cordobesas. Tenían 19 años las dos, y estaban totalmente sacadas y zarpadas en putas. Si bien no eran muy lindas, actitud mata talento dicen y esta no era la excepción.
Flor, la morocha, era "grandota", digamos, y tenía un terrible culo que sabía como explotar. Sofi, rubia ella, tenía un cuerpo menos trabajado, de esas gorditas simpáticas y con muy buenas tetas. Más allá de eso, estaban tan entregadas que conseguían lo que querían. Ya contaré más sobre ellas.
Las cordobesas habían llegado varios días antes que nosotras por lo que ya se habían hecho un grupo de amigos argentinos para salir de joda. Una noche fuimos a una disco frente a la playa. La mayoría eran argentinos. Los que estaban con nosotras eran 2 amigos de La Pampa que tenían 20 años y 2 de Córdoba, de 26 más o menos.
Por lo que se podía suponer, las cordobesas ya se los habían cogido a los 4. Esa era la última noche de ellas, y estaban dispuestas a todo. Yo me quedé re loca con uno de los nenes pampeanos. Rubiecito, alto, marcadito... un bombón. Me puse cerca disimuladamente y empezamos a bailar y joder. Cuando podía, "sin querer" le franeleaba la cola por la pierna. Las cordobesas estaban hablando con el otro pibito y mis amigas con los otros 2 cordobeses.
Sofi y Flor se alejaron del grupo y quedé yo con los dos amiguitos que empezaron a aprovecharse un poco más la situación. Seguimos un rato bailando, Vale se me acerca y me dice "mirá allá", señalando un rincón. La gordita, Sofi, trepada arriba de un chabón agarrándole la cara y comiéndole la boca. El flaco le había agarrado el culo levantando el vestidito que tenía hasta casi la cintura.
Seguí con los pampeanos un rato, y cuando vuelvo a mirar, Sofi estaba arrodillada chupándole la pija al pibe. Le muestro a los nenes y se ríen. "Es re puta", coinciden los dos, riendo pícaramente, como que sabían lo que decían. Cuando uno de los dos se va al baño, aproveché y me comí al amigo. Cuando volvió, seguimos bailando como si nada hubiese pasado, aunque yo empecé a moverles el orto más alevosamente en las pijas.
Mis amigas no perdían el tiempo y se estaban chapando con los cordobeses. Sofi volvió con nosotros y preguntó por su amiga. Ni idea donde estaba, aunque ya me lo estaba imaginando. La acompañé al baño, dejando a mis nenes solitos.
Sofi se acomodaba y limpiaba, yo la miraba, y noté un guascaso blanco en su hombro, casi tapado por sus rulos. "Boluda!! limpiate!" le dije cagándome de risa. "Aaayyy pero que pelotuuuudaaa... no me di cuenta... que buena pija tenía ese pendejo por Dios!" decía mientras se limpiaba el guascaso.
Cuando salimos del baño y estábamos volviendo con los chicos, atrás nuestro aparece Flor. La turra se había cogido a un loco en el baño de hombres. No podían más de putas. Cuando terminó la joda, nos volvimos para la posada. Ahí empezaba otro problema. Mis amigas estaban con los cordobeces. Yo con uno de los nenes de La Pampa y quedaba uno de los pibes para las dos cordobesas.
Pero las turritas estas iban un paso más adelante que nosotras. Cuando llegamos, el pibe de la puerta (un brasilero muy simpático, petisito de unos 18 años) saluda a las chicas y les hace unos chistes sobre la otra noche (donde habían estado con los 5 tipos). Sofi se acerca y se queda charlando con él. Mis amigas se van a nuestra habitación con los cordobeses, yo con Flor y los pampeanos.
Era una habitación mucho más chica que la nuestra, dos camas en L casi pegadas y un baño muy chiquito en la entrada. Nos tiramos una en cada cama, el pendejo me deja en bolas, yo hago lo mismo y empiezo a chuparle la pija de una.
En eso, abren la puerta. Sofi, con el brasuca de la puerta y otro flaco que ni idea quien era. Se meten los 3 en el baño. "Dale pendeja chupala", siento que dice el otro flaco por lo que me di cuenta era argentino también.
Yo estaba ya cabalgando la pija del nene, mientras Flor acostada, era garchada con una fuerza y violencia digna de un adolescente con toda esa energía acumulada. El que estaba conmigo tenía sus manos apretándome el culo mientras yo subía y bajaba. En un momento se aferra de mi cintura y empieza a subir y bajar él a toda velocidad. Me destruyó de una manera preciosa, hasta hacerme acabar.
Me tiré a un costado y dejé que él siguiera encima mío. No paró un segundo. Adentro, afuera, adentro... la sacaba toda, la metía al fondo. Un animal. Y yo, una perra en celo gritando y deseando que me sigan cogiendo como una putita.
Las voces del baño llegaban a desconcentrar un poco. "Dale boluda, seguí chupando!", se escuchaba al pibe. "No se te para, que querés que haga!" le dice ya de mala manera Sofi. El flaco se va a la mierda y aparece ella con el brasilero donde estábamos nosotros cogiendo. "Mirá lo que es estooo!" gritaba Sofi agarrando el tronco del brasuca y mostrándoselo a su amiga.
Flor, en 4, no podía decir mucho ya que su machito la seguía destrozando sin piedad. La tenía agarrada de la cola y la cacheteaba cada vez que su pija se clavaba al fondo. Yo seguía disfrutando al otro nene, que ahora había bajado el ritmo. Sentí que estaba por acabar de nuevo, pero no podía.
Lo saqué y lo hice bajar a mi concha. El nene, obediente, se puso entre mis piernas y me la chupaba desesperado. No lo hacía bien, pero yo estaba tan caliente que no tardé en acabar. Con su tarea cumplida, el pibe volvió a cogerme. Me puso de costado levantando una de mis piernas. Sentí como su pija buscaba la entrada, rozándome toda la concha, aun sensible por el orgasmo reciente.
Sofi estaba cabalgando el tronco del brasilero como si su vida dependiera de ese bombeo. Mientras, el pibe le amasaba las tetas. Flor y el pibito se tiraron al piso también. La cama hacía mucho ruido, estaba media hecha mierda. Encima, el nene tenían una energía descomunal. Cuando ella se acuesta en el piso, Sofi hace lo mismo quedando las dos una al lado de la otra. Mientras los pibes se las cogían, empezaron a besarse entre ellas.
Mi pibito seguía bombeando, ahora me había puesto boca abajo y él trepado arriba. Se levantaba y se dejaba caer chocando contra mi cola. La sacó, levantó mis caderas poniéndome en 4 y siguió bombeando. Una bestia. Me tiraba del pelo, me besaba el cuello, me pegaba en la cola. Me sentía re puta y me calentaba mucho. "Que buen culo que tenés... te quiero romper la cola" me susurraba al oído.
Lo saqué de atrás mío y lo tiré en la cama. La carita se le transformó. Pensaba que me había molestado eso y me había enojado. En realidad, tenía terribles ganas que me rompiera el culo, pero la situación en esa habitación no me hacía sentir cómoda.
Me subí arriba suyo, me clavé la pija y dejando caer mi cuerpo contra el suyo le susurré "aca no... vamos a mi habitación y mi cola es tuya". Los ojitos se le abrieron de par en par. Subí y bajé un par de veces y acabó.
Su amigo estaba tirado en el piso, mientras Flor le chupaba la pija y lo pajeaba. Sofi en 4 estaba siendo garchada por el brasilero, que la tenía agarrada de los pelos como si montara una yegua que debía ser domada. El pendejo de Flor acabó con 2 chorros de leche que le llegaron hasta el pecho. La cordobesa no dejó de chupar un segundo. Se la limpió y la dejó dormida sobre el cuerpo del pibe.
Se levantaron los dos pampeanos y salieron de la habitación. Yo los seguí, sin decir nada, dejando a las dos trolitas con el brasilero. Me fui con los dos para mi habitación. No iba a dejar a uno solo, pobrecito... cuando entré, mis dos amigas estaban charlando entre ellas solas. "Y los pibes?" les pregunté. Ya se habían ido. Entramos y nos quedamos los 5 hablando, y nos contaron varias cosas de las minitas estas.
Ni ellos ni los cordobeses son de esta posada, estaban en otra. Se conocieron en la playa. Las pibas estaban re alzadas. Se cogieron todo lo que les pasaba por al lado. Los pibes al principio muy convencidos no estaban, no les calentaban mucho, pero "son muy putas" fue la respuesta para justificarse. "Pero ya fue" dijo uno, mientras el que me había cogido a mi me agarra la cara y me besa. Nos dejamos caer en la cama manoseandonos.
Vale y Agus se sentaron con el otro flaco. Lo besaron y al toque empezaron a chuparle la pija entre las dos. Alternaban la verga con besos entre ellas. El que estaba conmigo tenía la idea fija. Quería darme por el orto. "No te olvides lo que prometiste", me decía. "Siempre cumplo mis promesas", le respondí poniéndome en 4.
El nene ya me la quería meter de una. Inexpertos. Cuando le dije que me chupara el culo, no quiso. Su amigo, que observaba la situación, se tiró encima mío y empezó a chuparme la cola. "Boludo!!" le gritaba mientras hundía su lengua en mi ano.
Mis amigas se encargaron de la pija del "boludo". Luego, Agus apartó al que me chupaba la cola y apuntó la pija del otro nene en mi ano. Empujó y suavemente se fue enterrando toda. "Dale sin miedo, que tiene kilómetros recorridos esa cola" le decía Agus riéndose. El que me había chupado el orto ahora se puso a coger con mis dos amigas. Una al lado de la otra, iba alternándose de conchita mientras manoseaba las tetas de Vale.
"Cogeme que acabo" gritaba Vale. El flaco se quedó penetrándola más fuerte. Agus se arrodilló a su lado besándolo y ofreciéndole para chupar sus tetas, mientras se tocaba el clítoris y metía sus dedos en la concha. Vale y Agus acabaron casi al mismo tiempo.
"Dale más fuerte", suplicaba yo, al que me culeaba. Me tenía agarrada de las caderas y me daba embestidas cortitas y profundas. Yo deseaba sentir como salía toda su pija y de golpe me llenaba hasta lo más profundo que alcanzara. Empujando fuerte, como intentando llegar más allá.
Un rato más, y sentí el chorro caliente de leche sobre mi espalda. "Ahora me toca a mi", escuché mientras sentía como otra pija me llenaba el culo. El amigo no perdió oportunidad y empezó a culearme. Este si lo hacía como a mi me gustaba.
Vale se puso a su lado y le amasaba las bolas acompañando las embestidas. Agus se acostó delante mío, y me puso la concha en la boca. La hice acabar, mientras me culeaban bien fuerte. La chupé y le metí dos dedos en su ya dilatada concha, hasta que sentí los espasmos en todo su cuerpo y sus jugos chorrearse en mi mano.
Vale se estaba comiendo a los dos pendejos al mismo tiempo. Hasta que se acostó y agarró al que me había culeado primero y lo obligó a que se la chupe. Mi amiga acabó gritando como una loca desquiciada. El que me culeaba a mi acabó también en mi espalda. Agus se levantó y desparramó toda la leche de los dos pibes por mi cuerpo. Me dejé caer en la cama. Aun sentía mi cola abierta y latiendo.
Descansamos un poco. Me habían dejado el culo bien cogido, estaba satisfecha aunque sabía que faltaba más. Esto recién empezaba. Los pibitos se levantaron como para irse. "Donde van?" les dijo Agus. Mis amigas querían la misma atención.
Y si que la tuvieron. Empezaron con Agus. Aunque primero, les dejó de recuerdo un pete que no se lo van a olvidar en sus vidas. Luego, si, le atendieron la cola. Entre los dos se la culearon y la cogieron. Después llegó el turno de Vale. También le dejaron la cola abierta, y como recompensa los dejó acabar en sus tetas y en su boca. A Vale le gusta recibir la lechita en su boca y tomarsela toda.
Una vez que estuvimos las 3 satisfechas, y con las colas bien atendidas, los dejamos ir. No los volvimos a ver, ni a ellos ni a las cordobesas. Pero a nosotras aún nos faltaban algunos días.
Tercera Parte
Las cordobesas
Una de Agustina
******************************************************************
Indice
Desde ese día, empezamos a salir con las cordobesas. Tenían 19 años las dos, y estaban totalmente sacadas y zarpadas en putas. Si bien no eran muy lindas, actitud mata talento dicen y esta no era la excepción.
Flor, la morocha, era "grandota", digamos, y tenía un terrible culo que sabía como explotar. Sofi, rubia ella, tenía un cuerpo menos trabajado, de esas gorditas simpáticas y con muy buenas tetas. Más allá de eso, estaban tan entregadas que conseguían lo que querían. Ya contaré más sobre ellas.
Las cordobesas habían llegado varios días antes que nosotras por lo que ya se habían hecho un grupo de amigos argentinos para salir de joda. Una noche fuimos a una disco frente a la playa. La mayoría eran argentinos. Los que estaban con nosotras eran 2 amigos de La Pampa que tenían 20 años y 2 de Córdoba, de 26 más o menos.
Por lo que se podía suponer, las cordobesas ya se los habían cogido a los 4. Esa era la última noche de ellas, y estaban dispuestas a todo. Yo me quedé re loca con uno de los nenes pampeanos. Rubiecito, alto, marcadito... un bombón. Me puse cerca disimuladamente y empezamos a bailar y joder. Cuando podía, "sin querer" le franeleaba la cola por la pierna. Las cordobesas estaban hablando con el otro pibito y mis amigas con los otros 2 cordobeses.
Sofi y Flor se alejaron del grupo y quedé yo con los dos amiguitos que empezaron a aprovecharse un poco más la situación. Seguimos un rato bailando, Vale se me acerca y me dice "mirá allá", señalando un rincón. La gordita, Sofi, trepada arriba de un chabón agarrándole la cara y comiéndole la boca. El flaco le había agarrado el culo levantando el vestidito que tenía hasta casi la cintura.
Seguí con los pampeanos un rato, y cuando vuelvo a mirar, Sofi estaba arrodillada chupándole la pija al pibe. Le muestro a los nenes y se ríen. "Es re puta", coinciden los dos, riendo pícaramente, como que sabían lo que decían. Cuando uno de los dos se va al baño, aproveché y me comí al amigo. Cuando volvió, seguimos bailando como si nada hubiese pasado, aunque yo empecé a moverles el orto más alevosamente en las pijas.
Mis amigas no perdían el tiempo y se estaban chapando con los cordobeses. Sofi volvió con nosotros y preguntó por su amiga. Ni idea donde estaba, aunque ya me lo estaba imaginando. La acompañé al baño, dejando a mis nenes solitos.
Sofi se acomodaba y limpiaba, yo la miraba, y noté un guascaso blanco en su hombro, casi tapado por sus rulos. "Boluda!! limpiate!" le dije cagándome de risa. "Aaayyy pero que pelotuuuudaaa... no me di cuenta... que buena pija tenía ese pendejo por Dios!" decía mientras se limpiaba el guascaso.
Cuando salimos del baño y estábamos volviendo con los chicos, atrás nuestro aparece Flor. La turra se había cogido a un loco en el baño de hombres. No podían más de putas. Cuando terminó la joda, nos volvimos para la posada. Ahí empezaba otro problema. Mis amigas estaban con los cordobeces. Yo con uno de los nenes de La Pampa y quedaba uno de los pibes para las dos cordobesas.
Pero las turritas estas iban un paso más adelante que nosotras. Cuando llegamos, el pibe de la puerta (un brasilero muy simpático, petisito de unos 18 años) saluda a las chicas y les hace unos chistes sobre la otra noche (donde habían estado con los 5 tipos). Sofi se acerca y se queda charlando con él. Mis amigas se van a nuestra habitación con los cordobeses, yo con Flor y los pampeanos.
Era una habitación mucho más chica que la nuestra, dos camas en L casi pegadas y un baño muy chiquito en la entrada. Nos tiramos una en cada cama, el pendejo me deja en bolas, yo hago lo mismo y empiezo a chuparle la pija de una.
En eso, abren la puerta. Sofi, con el brasuca de la puerta y otro flaco que ni idea quien era. Se meten los 3 en el baño. "Dale pendeja chupala", siento que dice el otro flaco por lo que me di cuenta era argentino también.
Yo estaba ya cabalgando la pija del nene, mientras Flor acostada, era garchada con una fuerza y violencia digna de un adolescente con toda esa energía acumulada. El que estaba conmigo tenía sus manos apretándome el culo mientras yo subía y bajaba. En un momento se aferra de mi cintura y empieza a subir y bajar él a toda velocidad. Me destruyó de una manera preciosa, hasta hacerme acabar.
Me tiré a un costado y dejé que él siguiera encima mío. No paró un segundo. Adentro, afuera, adentro... la sacaba toda, la metía al fondo. Un animal. Y yo, una perra en celo gritando y deseando que me sigan cogiendo como una putita.
Las voces del baño llegaban a desconcentrar un poco. "Dale boluda, seguí chupando!", se escuchaba al pibe. "No se te para, que querés que haga!" le dice ya de mala manera Sofi. El flaco se va a la mierda y aparece ella con el brasilero donde estábamos nosotros cogiendo. "Mirá lo que es estooo!" gritaba Sofi agarrando el tronco del brasuca y mostrándoselo a su amiga.
Flor, en 4, no podía decir mucho ya que su machito la seguía destrozando sin piedad. La tenía agarrada de la cola y la cacheteaba cada vez que su pija se clavaba al fondo. Yo seguía disfrutando al otro nene, que ahora había bajado el ritmo. Sentí que estaba por acabar de nuevo, pero no podía.
Lo saqué y lo hice bajar a mi concha. El nene, obediente, se puso entre mis piernas y me la chupaba desesperado. No lo hacía bien, pero yo estaba tan caliente que no tardé en acabar. Con su tarea cumplida, el pibe volvió a cogerme. Me puso de costado levantando una de mis piernas. Sentí como su pija buscaba la entrada, rozándome toda la concha, aun sensible por el orgasmo reciente.
Sofi estaba cabalgando el tronco del brasilero como si su vida dependiera de ese bombeo. Mientras, el pibe le amasaba las tetas. Flor y el pibito se tiraron al piso también. La cama hacía mucho ruido, estaba media hecha mierda. Encima, el nene tenían una energía descomunal. Cuando ella se acuesta en el piso, Sofi hace lo mismo quedando las dos una al lado de la otra. Mientras los pibes se las cogían, empezaron a besarse entre ellas.
Mi pibito seguía bombeando, ahora me había puesto boca abajo y él trepado arriba. Se levantaba y se dejaba caer chocando contra mi cola. La sacó, levantó mis caderas poniéndome en 4 y siguió bombeando. Una bestia. Me tiraba del pelo, me besaba el cuello, me pegaba en la cola. Me sentía re puta y me calentaba mucho. "Que buen culo que tenés... te quiero romper la cola" me susurraba al oído.
Lo saqué de atrás mío y lo tiré en la cama. La carita se le transformó. Pensaba que me había molestado eso y me había enojado. En realidad, tenía terribles ganas que me rompiera el culo, pero la situación en esa habitación no me hacía sentir cómoda.
Me subí arriba suyo, me clavé la pija y dejando caer mi cuerpo contra el suyo le susurré "aca no... vamos a mi habitación y mi cola es tuya". Los ojitos se le abrieron de par en par. Subí y bajé un par de veces y acabó.
Su amigo estaba tirado en el piso, mientras Flor le chupaba la pija y lo pajeaba. Sofi en 4 estaba siendo garchada por el brasilero, que la tenía agarrada de los pelos como si montara una yegua que debía ser domada. El pendejo de Flor acabó con 2 chorros de leche que le llegaron hasta el pecho. La cordobesa no dejó de chupar un segundo. Se la limpió y la dejó dormida sobre el cuerpo del pibe.
Se levantaron los dos pampeanos y salieron de la habitación. Yo los seguí, sin decir nada, dejando a las dos trolitas con el brasilero. Me fui con los dos para mi habitación. No iba a dejar a uno solo, pobrecito... cuando entré, mis dos amigas estaban charlando entre ellas solas. "Y los pibes?" les pregunté. Ya se habían ido. Entramos y nos quedamos los 5 hablando, y nos contaron varias cosas de las minitas estas.
Ni ellos ni los cordobeses son de esta posada, estaban en otra. Se conocieron en la playa. Las pibas estaban re alzadas. Se cogieron todo lo que les pasaba por al lado. Los pibes al principio muy convencidos no estaban, no les calentaban mucho, pero "son muy putas" fue la respuesta para justificarse. "Pero ya fue" dijo uno, mientras el que me había cogido a mi me agarra la cara y me besa. Nos dejamos caer en la cama manoseandonos.
Vale y Agus se sentaron con el otro flaco. Lo besaron y al toque empezaron a chuparle la pija entre las dos. Alternaban la verga con besos entre ellas. El que estaba conmigo tenía la idea fija. Quería darme por el orto. "No te olvides lo que prometiste", me decía. "Siempre cumplo mis promesas", le respondí poniéndome en 4.
El nene ya me la quería meter de una. Inexpertos. Cuando le dije que me chupara el culo, no quiso. Su amigo, que observaba la situación, se tiró encima mío y empezó a chuparme la cola. "Boludo!!" le gritaba mientras hundía su lengua en mi ano.
Mis amigas se encargaron de la pija del "boludo". Luego, Agus apartó al que me chupaba la cola y apuntó la pija del otro nene en mi ano. Empujó y suavemente se fue enterrando toda. "Dale sin miedo, que tiene kilómetros recorridos esa cola" le decía Agus riéndose. El que me había chupado el orto ahora se puso a coger con mis dos amigas. Una al lado de la otra, iba alternándose de conchita mientras manoseaba las tetas de Vale.
"Cogeme que acabo" gritaba Vale. El flaco se quedó penetrándola más fuerte. Agus se arrodilló a su lado besándolo y ofreciéndole para chupar sus tetas, mientras se tocaba el clítoris y metía sus dedos en la concha. Vale y Agus acabaron casi al mismo tiempo.
"Dale más fuerte", suplicaba yo, al que me culeaba. Me tenía agarrada de las caderas y me daba embestidas cortitas y profundas. Yo deseaba sentir como salía toda su pija y de golpe me llenaba hasta lo más profundo que alcanzara. Empujando fuerte, como intentando llegar más allá.
Un rato más, y sentí el chorro caliente de leche sobre mi espalda. "Ahora me toca a mi", escuché mientras sentía como otra pija me llenaba el culo. El amigo no perdió oportunidad y empezó a culearme. Este si lo hacía como a mi me gustaba.
Vale se puso a su lado y le amasaba las bolas acompañando las embestidas. Agus se acostó delante mío, y me puso la concha en la boca. La hice acabar, mientras me culeaban bien fuerte. La chupé y le metí dos dedos en su ya dilatada concha, hasta que sentí los espasmos en todo su cuerpo y sus jugos chorrearse en mi mano.
Vale se estaba comiendo a los dos pendejos al mismo tiempo. Hasta que se acostó y agarró al que me había culeado primero y lo obligó a que se la chupe. Mi amiga acabó gritando como una loca desquiciada. El que me culeaba a mi acabó también en mi espalda. Agus se levantó y desparramó toda la leche de los dos pibes por mi cuerpo. Me dejé caer en la cama. Aun sentía mi cola abierta y latiendo.
Descansamos un poco. Me habían dejado el culo bien cogido, estaba satisfecha aunque sabía que faltaba más. Esto recién empezaba. Los pibitos se levantaron como para irse. "Donde van?" les dijo Agus. Mis amigas querían la misma atención.
Y si que la tuvieron. Empezaron con Agus. Aunque primero, les dejó de recuerdo un pete que no se lo van a olvidar en sus vidas. Luego, si, le atendieron la cola. Entre los dos se la culearon y la cogieron. Después llegó el turno de Vale. También le dejaron la cola abierta, y como recompensa los dejó acabar en sus tetas y en su boca. A Vale le gusta recibir la lechita en su boca y tomarsela toda.
Una vez que estuvimos las 3 satisfechas, y con las colas bien atendidas, los dejamos ir. No los volvimos a ver, ni a ellos ni a las cordobesas. Pero a nosotras aún nos faltaban algunos días.
Tercera Parte
Las cordobesas
Una de Agustina
******************************************************************
Indice
25 comentarios - Vacaciones en Brasil. Parte 2
Con el nivel que tuvieron los primeros dos, creo que con el último me voy a morir, jajaja
gracias por pasar!
Admito q me había un poco q embolado y alejado de tus relatos en la saga de las 50 sombras, pero con este material vuelvo a sintonizarme de lleno.
Saludos, Diosa!
bienvenido nuevamente 😉
gracias por pasar
Y un placer pasar, Juli. Por más garches para vos y relatos para nosotros, salud! 🍻
Muy buen relato. Y una vez más se demuestra que si una mujer quiere follar, folla aunque no sea tan bonita jajjajaja
Van diez puntos.
no me sentia comoda. por mas que de una imagen distinta, para entregar tengo que estar tranquila, comoda; no solamente caliente. y ahi, con las dos pibas estas que realmente eran cualquiera jaja no me sentia comoda. por eso preferi rajar jeje
gracias por comentar!
Se tomaron su tiempo para probar la carne autóctona, jeje
Van 10.
No te enojes, es un chiste. Nos encanta que hayas vivido todas estas historias y que las hayas compartido con nosotros.
gracias por pasar!
espero disfrutes los proximos
Que es eso de miniatura:vale ? Siento que me estoy perdiendo de verlas jaja