Follando con mi tía parte 1

Hola amig@s soy nuevo en la comunidad, y hoy vengo a contar mi historia con mi tía cuarentona.

En mi familia siempre se ha comentado que mi tía en su juventud era un tanto loca, tuvo varias aventuras, y entre una de ellas una vez se escapó de su casa para irse con un amor (bueno ese es otro tema XD), pero es para que se hagan una idea.
Desde mi adolescencia mi tía siempre fue el fruto prohibido, con un buen cuerpo, unas tetas enormes, un culo grande que llama la atención de cualquier hombre. Es ahí donde comenze a mirarla con ojos de deseo, y ella lo notaba, por qué siempre estaba provocándome, pero siempre tuve el temor de insinuarme, ya que temia estar confundiendo las cosas.
Ella siempre me invitaba a quedarme a su casa, tengo una prima casi de mi edad y nos llevábamos súper bien, entonces no había problemas en que yo me quedara los fin de semana con ellos.
Cuando mi tío no estaba en casa yo entraba en su cuarto con la excusa de saludarla y ella me invitaba a ganarme a su lado en la cama, momento que yo aprovechaba para mirar su escote que se dejaba ver en su camisa de dormir y fantasear con esas enormes tetas que me provocaban erecciones que ocultaba con una almohada.
Nunca pasamos más allá de la fantasía que me provocaba, hasta un par de años después.

Un día de visita en su casa me pidió que la acompañara a comprar al supermercado algunas cosas que necesitaba, así que fuimos en mi auto. Al principio todo normal, hicimos las compras y cuando veníamos de regreso a su casa detuve el auto en un lugar tranquilo, con poco tráfico. Ese día ella traía puesto un vestido que marcaba su cuerpo y mostraba su escote, ya no aguantaba más las ganas de decirle que me exitaba mucho y que siempre había fantaseado con ella.
Tomé aire y le dije lo bien que se veia con ese vestido, a lo que ella me respondió con una sonrisa, después me arme de valor y le dije que yo deseaba haber perdido mi virginidad con ella. Al principio se mostró un poco incómoda con el tema, pero al paso de los minutos ya se relajó, le puse una mano en la pierna, cosa que no objetó.
Puse el auto en marcha y comenzé a conducir lentamente mientras seguíamos hablando del tema, yo le acariciaba su pierna y lentamente fui subiendo hacia su entrepiernas, y al acercarme más me apreto la mano con sus piernas y me dijo que no estaba bien lo que estábamos haciendo.
Al principio pensé que ya se había arruinado todo, pero al cabo de unos segundos soltó sus piernas y toque su tanga, noté que estaba mojada, por lo que el tema le producía mucho morbo y le exitaba tanto como a mí.
Yo tenía una erección de los mil demonios, le tome su mano y la puse sobre mi pija y comenzó a masajearmela por sobre el pantalón. Ya estábamos a full, no ponía ninguna objeción a las caricias que le daba, solo se dejaba querer.
Cuando ya estábamos cerca de su casa tomé un desvío para un lugar más tranquilo, un lugar de campo que estaba relativamente cerca de su casa, pero no era muy concurrido.
Detuve el auto y me acerque a esas enormes tetas que desde mi adolescencia quería chupar y comenze a succionar con tantas ganas que ella empezó a gemir de placer, mientras con la otra mano acariciaba su concha que a esa altura ya estaba toda mojada.
Cuando ya alcanzó su punto máximo de excitación soltó mi pantalón y se montó encima mío y comenzó a cabalgar con tanta pasión, hacía unos movimientos tan deliciosos que sentía tocar el cielo, ella gemía de una manera tan dulce hasta que acabó, y yo al ver su cara de satisfacción y exitacion acabe junto con ella, fue un momento mágico... Todo lo que había deseado tantos años se había vuelto realidad.
Nos arreglamos y regresamos a su casa. Tomamos once y me regresé a mi casa.
Por un par de días no hablamos, hasta que decidí visitarla otra vez y conversamos del tema, claro que yo tenía más confianza con ella, así que nos programamos una cita para otro día.
En otro post les voy a contar cómo fue nuestra segunda experiencia.

Saludos amig@s, espero que les guste mi historia, dejen sus comentarios y será hasta la próxima