Observar hacia el living por la estrecha hendija entrela puerta y el marco de la habitación como disfrutaban sus cuerpos desnudos mehacía latir el corazón o el alma no sé, fue…. Indescriptible. Hacía unos pocosminutos que habíamos empezado algo que no tendría marcha atrás, y apenas unminuto que los había dejado solos. Pero hacía mucho pero mucho tiempo, años,que mi mente había fantaseado cientos de veces con escenas parecidas, peroescenas que no eran de cualquier mujer siendo acariciada por un hombre comopodía parecer a cualquier persona esa situación, sino la de mi mujer, aquellacon la cual desde sus 16 años fuimos novios y luego nos casamos compartiendonuestras vidas, aquella para la que fui su primer hombre, aquella que nuncaantes había estado con otro cuerpo desnudo, acariciándose, tocándose, entregadaal placer.
Tampoco era cualquier hombre ese al que extasiado nole alcanzaban sus manos para tocarla, ni sus labios para besarla, era mi amigode la infancia, con quien habíamos compartido travesuras, aventuras, historias,y desde ese momento, algo mucho más que eso.
Merece su propia historia aquel día, hacía ya más de 5años en el que, ocasión de cena romántica de por medio, le revele miúnico secreto que para ella tenía, mi deseo, mi fantasía y el placer, (aunqueinicialmente con culpa), que me generaba imaginármela íntimamente con otrohombre disfrutando y gozando, siempre claro ante mi pedido y mi presencia, comomuestra de su amor hacia mí, de su completa entrega a mis deseos.
Esa tarde Eliana y yo habíamos asistido a la aperturade una muestra de arte que conjuntamente con otros artistas había inauguradoPedro el esposo de mi hermana, lugar donde nos encontramos con muchos amigos,entre ellos Claudio.
Claudio era mi amigo desde la infancia, nuestrostemas: los juegos, el deporte, y las mujeres, novias o amigas con las cualessolíamos salir tiempo atrás y nos contábamos los detalles, aunque eso cambiocuando él comenzó a salir con Juana y yo con Eliana donde ya esas cosas de lapareja, cada uno por respeto a ellas y porque las relaciones iban en serio nomencionábamos. Cuestiones que habían quedado como corresponde en la intimidadde cada pareja.
Luego de estar allí en la muestra casi una hora, talcomo habíamos planeado, le informamos al resto del grupo que Eliana estaba algodescompuesta que nos marchábamos, todos se despidieron amablemente deseando queella se recupere pronto de su malestar, con excepción de Claudio que sabía laverdadera trama y que al oído me pregunto si todo seguía en pie, a lo quele dije que lo esperábamos alrededor de las 23 hs., que si había algún cambio omarcha atrás le avisaba antes, a lo que me contesto preocupado: -espero norecibir ningún mensaje ni llamado.
Salimos del taller de arte ciertamente nerviosos, tomadosde las manos que nos transpiraban, no necesitaba que ella me contara para saberque le estaba pasando lo mismo que a mí, el corazón exaltado, la mentefuncionando acelerada, temerosos de lo que vendría pero irremediablementeexcitados por esa situación a la que pretendíamos arribar.
Eran casi las 21 hs. cuando llegamos a casa, nohabíamos hablado mucho en el camino, sí nos intercambiamos miradas cómplicesque terminaban en sonrisas, apretones de manos y suaves besos en nuestroslabios.
Mientras Eliana se fue a bañar yo comencé a preparartodo para la cena que habíamos previsto, pollo al horno con papas que habíamoscomprado al mediodía en la rotisería, me serví una copa del mejor malbec quetenía, la ocasión era ideal, y puse en la notebook música suave.
Cuando salió del baño estaba estupenda, se habíapuesto una especie de blusa con escote redondo adelante, era de algodón con loque al no tener puesto sostén sus turgentes tetas se evidenciabanexquisitamente, era abierta en la espalda, con un triángulo invertido que hacialucir su piel desde los hombros y que cerraba en el nacimiento de su cola conun nudo. Una minifalda blanca muy corta y ante mi pedido me dejo ver, aquella tanga de encaje, blanca y diminuta como habíamos quedado enla noche anterior, que era una de las habituales en nuestras largas noches desexo. Sus 31 años no podían sentarle mejor con su atrevido look que cerraba conunas sandalias de altura mediana pero que no pasaban inadvertidas.
Claro estaba hermosa, así vestida no salíamos afuera acenar ni a bailar, pero esas sexis prendas sí solía usarla en casa en nuestrascenas de placer, pero en ese momento a mí me causaba algo más que alguna deesas noches, verla así me causaba un cosquilleo en el estómago porque no podíadejar de pensar que un rato más tarde llegaría Claudio y así la vería.
La observaba así vestida mientras se secaba el cabelloy no podía dejar de recordar aquella noche hacía un par de años, cuando Claudiohabía roto con Juana y tras amanecernos entre charlas y no se después de cualcopa le conté mi fantasía de imaginarme a Eliana disfrutar con otro hombre,arriesgándome incluso a decirle también que últimamente él era el depositariode esa fantasía con ella; primero quedo atónito con mi confesión, y le pedí quecon la misma sinceridad me dijera lo qué pensaba aunque pudiera no gustarme, yfue allí que pidiéndome disculpas por lo que iba a decir, me contó que algunavez había fantaseado con ella, incluso llego a decirme que dejando volar suimaginación se había masturbado pensando en sus tetas, a las cuales no mepasaba inadvertido que siempre miraba. Esa charla y las que tuvimos en adelantecon Claudio respecto de ese tema también son dignas de sus propias páginas,pero ahora solo quiero trasmitirles mi sensación de ese momento, esa excitaciónque me provocaba verla así vestida preparándose para lo que tanto habíamoshablado y fantaseado con ella, conjugado con el recuerdo de las palabras deClaudio que resonaban en mi cabeza sobre sus culposos deseos con Eliana, mimujer, la esposa de su mejor amigo.
Cuando salí de bañarme Eliana tenía la cena lista, sehabía servido una copa de vino la cual ya estaba casi vacía, se me acercodándome un caliente beso, contándome que había chequeado que todas laspersianas y cortinas de la casas estuvieran bien cerradas y susurrándome aloído me pregunto si unas copas más de vino aliviarían sus nervios. La abracefuerte y le dije que estuviera tranquila que la idea era que ella disfrute, quesi no era así tampoco sería excitante para mí, que tal como habíamos hablado sise sentía incomoda no pasaría nada que ella no quisiera, que su solo pedidoharía que cortemos la situación tal como también yo había acordado previamentecon Claudio. Me abrazo, note que se sintió algo aliviada, le dije que yo tambiénestaba nervioso pero excitado y que para su tranquilidad recordara que miplacer radicaría en verla íntimamente con Claudio, pero que a pesar de hacerloante mi insistente pedido, debe ser con su pleno goce y disfrute, comoúltimamente habíamos imaginado que sería, charlas e imaginación que tantoplacer habían dado a nuestros encuentros sexuales.
Ante esa situación no pude evitar tener una terribleerección que Eliana noto, y tocándome por encima de pantalón riéndose me dijoexultante:
-Mirá como te pones!...-
Y yo le pregunté con mi voz entrecortada por laexcitación: -Y a vos no te gusta que me ponga así?.
-Me encanta- dijo, y acotó-No puedo creerlas locura que me haces hacer-,
-Pero acaso a vos no te terminó gustando todo estodespués de tantas charlas?- le dije.
-Mmm…. Puede ser- dijo.
-Comprobemos - e introduje suavemente mi mano bajo sumini buscando su entrepierna y percibiendo con mis dedos que su sexo estabahúmedo, tanto como para poder notarlo por encima de la tanga.
-Muuuuuy húuuumedaaa- le dije.
A lo que respondió sonriendo y algo avergonzadaal sentirse expuesta de su notable excitación – Y bueno que querés que haga soyde carne, hace mucho que me venís llenando la cabeza con esto, además durantemuchas noches planeamos lo de hoy, imaginando todo lo que haríamos, nosacariciábamos y excitábamos pero no hacemos el amor desde hace más de 20 días-
-Bueno- le respondí, -no me vas a decir que hoy noestás decidida y con ganas de todo lo que pensamos hacer-.
-Sí, pero tengo también un poco de miedo por si no meanimo, o si las cosas no se dan como lo planeamos, me gusta pero también me davergüenza cuando venga Claudio y me vea como estoy vestida, mirá como se menotan las tetas que no tengo corpiño, debe pensar cualquier cosa de mí, o inclusopor momentos no me veo desnuda con él.-
Tranqui- le dije –no nos adelantemos dejemos que lascosas fluyan por su camino, y si no se dá no importa, Claudio es mi amigo detoda la vida, el también, además de los deseos que tiene contigo, te respeta yte admira, no haría nada que te ponga mal y lo que pase o no pase, quedareservado solo entre los tres. Ahora disfrutemos la cena y tomemos unvino ante que llegue.
Yo por un rato quería cambiar de tema, charlamos decualquier otra cosa, recordando algún viaje a la playa, de vez en cuando solonuestras miradas en silencio con algún beso caliente predecían que no era unanoche más.
Terminamos de cenar, juntamos la mesa y sobre las 11de la noche estábamos abriendo el segundo vino cuando sonó el timbre.
El corazón parecía que se me había paralizado, y porla cara a Eliana también, me levante le di un enorme beso, y le dije tranqui teamo, mientras me encaminé hacia la puerta de entrada y ella se fueapresuradamente al baño….
Era Claudio, claro no esperábamos a nadie más, llegócon un cabernet, lo salude como si nada y le dije:
–Adelante.
Entró, no vio a nadie más en el living-comedor y sindecir palabra me miro como preguntándome –Donde esta?-
-Eliana está el Baño- le dije, tratando de parecer lomás normal posible mientras traía otra copa y le servía vino.
Tomo su primer trago y en eso Eliana sale del baño, senotaba que se había retocado la pintura de sus labios y sus mejillas, la verdadno lo necesitaba para mi estaba radiante, y creo que Claudio pensaba lo mismoporque se quedó sin habla mirándola y luego le dijo: -Buenas…
Eliana tomo un suspiro y se acercó a darle un beso ensu mejilla diciéndole -Como estas?- y se sentó en la silla del medio entre él yyo.
-Bien todo tranquilo- dijo Claudio. La verdad que mepareció notarlo algo nervioso.
Hablamos de la muestra que había estado aburrida, delas pinturas, de los que habían estado allí, de los que habían faltado, en fintrivialidades.
Eliana se levantó de la mesa a traer el heladoque sirvió para los tres, Claudio no le sacaba los ojos de encima tratando deser discreto aunque seguro ella lo notaba, pude observar como devoraba con lamirada su piernas, su espalda descubierta y sus tetas. Era imposible evitar queambos, si ambos, no la mirásemos en forma lujuriosa.
En un momento Claudio mirándola a Eliana le preguntópícaramente si ya se le había pasado la descompostura que la había hechoabandonar la muestra. Y ella siguiéndole el juego le respondió:
-Sí Claudio, incluso ahora que estamos aquí los tres estoybastante mejor.
Genial pensé yo mientras no dejaba de hacermecosquilleos en el estómago, esto va bien.
Me levante para ir al baño, a la pasada apague una luzdiciendo: -Así está un poco mejor, ya no necesitamos luz para comer.
Cuando Salí del baño estaban hablando muy normal, meacerque a la notebook para cambiar la música que estaba demasiado lenta y eneso veo de reojo que Claudio atina a pasar su brazo por encima del cuello deEliana, para abrazarla, acercando su cara a la de ella, pues la tenía al lado.
Eliana casi inconscientemente se sobresaltó en lasilla y frenándolo con su mano en el pecho le dijo –Perdón Claudio… no se…discúlpame, yo sé que….. pero….-
El rápidamente regresando a su lugar le dijo: -Noooperdóname vos a mí, esta todo ok..
Sonamos, pensé entre mi… ahora se va a complicar salirde esta situación.
Sin embargo regrese a la mesa, la música sonó másalegre, empezamos a reírnos de algunas vestimentas de los que fueron a lamuestra…. la situación volvía a distenderse, incluso le dije a Eliana quecomparando la vestimenta que ella lucia ahora con la de algunas asistentes a lamuestra, hubiera estado hecha una diosa si hubiese ido así vestida….
-Siiii…..- reacciono Claudio, -Claro si estasbárbara así…
Eliana lo miro sorprendida por la efusividad de suspalabras.
-Claro ves. le dije yo, -A ver date una vuelta paranosotros, levantáte, le dije.
-Noooo- respondió.
-Dále, insistí yo.
-Sabes que me da vergüenza, basta porfaaaa…. dijo casiimperiosamente acomodándose la blusa que dejaba ver más de lacuenta.
-Entonces andá a cambiar la música que esto está ahorademasiado movido, le dije desistiendo del anterior pedido, sabiendo que sihubiera insistido quizás ella hubiera accedido a mi pedido pero no queríaforzar nada.
Ok dijo Eliana, se paró bebió un buen sorbo de vinoterminado lo que tenía en la copa y fue a cambiar la música.
Claudio y yo primero la miramos a ella y luego nosmiramos entre nosotros mientras terminábamos nuestras copas, haciendoambos una expresión… de no sé qué… (Él, tiempo después charlando sobreesa noche me contó que había pensado que yo le quería decir con esaexpresión que ya se había terminado, y estuvo a punto de irse – enrealidad no quise decirle nada).
A esa altura de la noche serían las 1 de la madrugada yhacía ya casi una hora del avance frustrado de Claudio, los tres estábamoscómodos, jocosos, distendidos, el buen vino había ayudado a ello, yEliana pone uno de esos temas lentos que te mueven a bailarlo.
Motivado por lo que sentía en ese momento, sin pensarsi era o no oportuno, alejándome de todo plan, me fui y la abrace para bailar…fueron unos segundos o quizás un par de minutos estupendos, creo que nosolvidamos que alguien más había allí, y nos empezamos a dar unos calientesbesos, la música más lenta y mis manos no dejaban de acariciar su espaldadenuda, mientras, despacio girábamos sobre nosotros mismos, (buenísimo elespectáculo me conto tiempo después Claudio), seguimos besándonos mientras mierección era notoria y ella apretaba su pubis hacia mí, mi mano derecha seguíaacariciando su espalda mientras mi mano izquierda comenzó a buscar sus nalgasbajo su minifalda, evidentemente no falto mucho para que mi mano sin quererlosubiera la corta prenda y quedara parciamente exhibiendo su cola. Mi lenguarecorría el interior de toda su boca, quería su saliva, su lengua, baje con mislabio y busque sus tetas que suavemente mordisquee por encima de la blusa, sususpiros eran notorios, también los míos… mientras ella con sus ojos cerradosinclinaba su cabeza hacia atrás bese su cuello, primero suavemente, luego másintensamente, sus manos me rodeaban y acariciaban, mis manos también recorríantodo su cuerpo.
En un momento note que Claudio estaba detrás deEliana, casi encima de ella, la verdad no sé cómo llego hasta allí, pero mepareció genial, por un instante, absolutamente mínimo, me pregunté: seguimos?,pero la excitación que me causó verla a ella delante de él con esa cara deplacer, disipó cualquier duda.
Alejé mis manos que acariciaban su espalda comoinsinuándole a Claudio que se apoyara detrás de ella con su cuerpo, loentendió, su reacción fue inmediata y así lo hizo, Eliana al sentir su cuerpopegado al de ella al instante abrió los ojos y me miró sorprendida, quedándosepor un segundo inmóvil, la tome con mis manos de sus mejillas y mirándola fijaa los ojos le susurre:
–ya está mi amor comencemos a disfrutar- y le diun enorme beso al cual respondió abrazándome fuerte y recorriendo con su lenguami boca.
Claudio supo que a partir de ese momento seria partede nuestra noche, que sus fantasías también estarían por cumplirse como lasnuestras. Que Eliana, como yo se lo había anticipado, sería también de él poresas horas, que podría hacer todo lo que él quisiera con ella incluso todoaquello que había sido motivo de su fantasías de masturbación, pero sabíaademás, como yo antes se lo había contado, que si todo marchaba bien, Elianaaccedería a todos, pero todos sus pedidos como ella misma me había prometido amí que haría para satisfacer no solo los deseos de Claudio sino principalmentemis deseos de verla entregada a otro hombre.
Dejamos la quietud inicial provocada por el contactosorpresivo de los tres cuerpos, muy suavemente, al ritmo de la música volvimosa movernos, pero ahora también estaba Claudio pegado a Eliana, él con susmanos, con una cómoda posición desde donde estaba pues con solo rodearlaalcanzaba, comenzó a acariciar sus tetas, yo me aleje levemente de supecho para que él actuara a placer, seguíamos con Eliana con nuestras bocas unidasy Claudio recorría su cuello y su nuca con la lengua y hasta incluso,luego me comento ella, le mordisqueaba, lo que la excitaba cada vez más,mientras sus suspiros y quejidos eran más notorios.
Unos momentos después quise más de esa excitación quesentía y dejando de besarla, la tome de los hombros girándola haciendo quequedara de frente a Claudio. Ese momento fue inolvidable, sus ojos mirándosepor un instante hasta que su bocas empezaron a encontrarse suavemente, como conmiedo, como explorando y buscando el encaje ideal de labios y lengua que porprimera vez se unían, no podía creer lo que esa imagen me causaba.
Los note como perdidos en el beso, por un instante mesentí fuera, ajeno de ese juego, pero luego la observé a ella, noté su placer ydisfruté.
Allí me quede con su espalda desnuda dándole suavesbesos, sé que Claudio se estaba llevando la mejor parte de “mi? Eliana”: suboca, sus labios, su saliva, y ahora empezaba a ver como sus manos buscaban susexo, a lo que ella parecía responder facilitando su acceso. Escuche claramentecuando él le dijo acaríciamela, a lo que ella me miro de reojo quedando ala espera como pidiendo mi asentimiento, lo que inmediatamente hice con lacabeza, y comenzó a acariciarle por encima del pantalón, pero enseguida,Claudio bajo su cierre y le llevo la mano a Eliana haciendo que comenzara atocarle el pene con un movimiento masturbatorio, él la guiaba al principio yluego ella continuo sola. Yo estaba detrás de ella por lo que podía darmecuenta que todo eso pasaba pero en realidad no podía verlo con mis propiosojos.
Los deje hacer, ambos recorrían sus sexos con lasmanos mientras se besaban, luego tome la iniciativa pero no para reclamar nada,sino para ir más allá todavía, la gire hacia mí, comencé a besarla mientras lebusque entre sus piernas su lugar más sensible, Claudio aprovecho parainclinarse, levantarle la minifalda y besar sus nalgas y sus piernas.
Yo Sabía que él no podría escuchar nuestraconversación y le pregunte a ella, como la estaba pasando?, me dijo:-Bien.
-Solo bien?. Le respondí.
-No, la verdad más que bien…
-Viste mi amor que la ibas a pasar bien. Le dije.
-Si tenías razón, y vos? Es lo que querías? Te gustatodo esto?. Me respondió ella.
-Claro. Le dije.
Mi cabeza estaba a mil, viendo a Claudio hurgar entresus nalgas y a ella disfrutando, en ese momento una pequeña dosis de algo, nosé si celos o que, parecía querer aflorar, pero sin dudas el placer fuemás fuerte, y fui por mas y le dije: -Me encanta, estas cumpliendo mi fantasía,aunqueeee….
-Aunque quéee. Me dijo entre suaves quejidos.
-Aunque me falta verte gozar más, quiero vertedisfrutar más, quiero que te liberes al placer…
-Si mi amor, de verdad querés eso? Dijo ella.
-Claro Eliana, que esperas? Absolutamente… le dije.
-Bueno. Dijo decidida, -Me calienta que hagas lo quequieras conmigo…
-Estás segura?, estas lista para disfrutar?. Lepregunte.
-MMmmm síii, síiiii. Me respondió.
-Entonces te vamos a sacar toda la ropa, te quiero verya totalmente desnuda entre nosotros dos…
Trepó hasta mi oído y me dijo en voz bien baja: -Me vaa dar vergüenza verme desnuda pero me parece que también me va a encantar.
Le indiqué a Claudio que le sacara la minifaldamientras yo le saqué la blusa. Quedó esplendorosa con sus tetas al aire, solocon su tanga.
Le dije a Claudio: -Dejala desnudita para nosotros. Élse agacho enfrente de ella y comenzó a bajarle lentamente la tanga, yo losobservaba mientras Claudio disfrutaba la visión que le quedaba ante sus ojos,el pubis casi totalmente depilado y suave, más abajo el inicio de su sexoclaramente humedecido que dejaba ver entre la diminuta bombacha que bajaba y susexo, un hilo espeso de su néctar que los seguía uniendo.
-Mmmmmm….. Exclamó Claudio que cuando observó eso,inconscientemente quiso llevar su boca a buscar ese jugo, y ella suavemente,tomándolo de la cabeza le dijo: -Me gusta de a poco, despacito, todavía no.
Luego de quitarle la diminuta bombacha Claudiodesvergonzadamente se la llevo a sus narices y olió profundamente aquellaprenda íntima totalmente humedecida. Eliana se quedó desnuda allí entrenosotros casi sin saber qué hacer, yo comencé a quitarme toda la ropa y ellaintento ayudarme cuando le dije que mejor le quitara la ropa a Claudio.
Se giró hacia él, comenzó a desprenderle lacamisa quitándosela luego. Ahí pude ver con mis ojos, algo que me habíaimaginado antes, no solo que su pantalón estaba desprendido, sino también quesu verga estaba afuera de su calzoncillo. Ella continuó bajándole el pantalónhasta sus pies mientras se agachaba quedando la verga de Claudio a la altura desu cara. Luego que le quitara el pantalón y aun estando agachada le dije que lequitara el calzoncillo, lo que hizo levantando sus manos, tomándolo por loscostados y bajándolo para sacárselo primero por un pie y luego por el otro. Sucara al mirar hacia arriba quedo a centímetros de aquel trozo de carne que selo veía, no tan grande, pero si erecto y duro como una piedra.
Eliana se paró, se dio vuelta buscándome a mí queestaba a un par de metros, pues me había alejado para disfrutar la escena, meabrazó, comenzó a besarme y en eso llegó Claudio apoyándola con su cuerpo pordetrás, pude notar que magreandose el miembro lo apoyaba y restregaba por elculo de Eliana. Ella me dijo -Me parece que no tiene nada… Y yo lecontesté: -Claro está desnudo. –No me refiero a eso. Me dijo ella, agregando: -No tiene preservativo puesto… -Si es verdad le dije, -y aunque todavía no toquecon su verga tu sexo ya le digo que se ponga uno.
Ante mi pedido que se colocara un preservativo Claudiodijo –Claro, obviamente. Y se alejó buscando en su pantalón la protección.Mientras tanto la acerque a Eliana hacia mí, y mientras la besaba jugaba con mipija entre sus piernas rozando su mojada concha. Luego comencé a bajarla einmediatamente entendió que le estaba pidiendo lo que tan exquisitamente hace,chuparme la pija. Comenzó a darme besos en el glande y luego por toda mi verga,para luego comenzar a introducirla y sacarla suavemente de su boca.
Claudio me miro y comenzó a acercarse, esta vez ni meinsinuó siquiera pedirme alguna especie de autorización, y cuando estuvolo suficientemente cerca tomo delicadamente la cabeza de Eliana y la llevohasta su pene que era sostenido por su otra mano, como indicando el caminohasta la su boca. Sus labios se abrieron e hicieron contacto con esaverga endurecida, comenzó a introducirlo y sacarlo de su boca, me miro de reojoy supe que no estaba totalmente relajada ni disfrutando lo que hacía, asíque me agache y le dije en su oído, mientras acariciaba su espalda y sus tetas:
-Lo que veo me encanta, lo estoy disfrutando y es loque quería, ahora necesito que vos también disfrutes, yo sé que te gusta lo queestás haciendo, acordate que te acabaste muchas veces imaginándote estasituación, Sé que estas a una milésima de liberarte. Por favor hacélo….
Me miro a los ojos, y aun con la pija de Claudioen la boca, me demostró una pícara y afirmativa sonrisa, cerró los ojos saco lapija de Claudio de su boca y comenzó a lamerla suavemente con su lengua recorriéndolaen toda su extensión, de a un lado al otro, de arriba hasta abajo, inclusorozando sus huevos.
Esa imagen aun la tengo nítidamente grabada en miretina, fue otro momento en el que parecía que mi corazón iba a salirse, terrible calentura me causaba, era éxtasis, no lo entendía y tampoco queríaponerme a pensar en ese momento, solo quería no perderme detalles de su cara deplacer, dándole también todo el placer a Claudio e indirectamente todo eseéxtasis también a mí.
Estando agachada fue y vino de una verga a otradándonos placer, así estuvo un par de minutos. Luego le pedí que se parara ycomenzamos entre los dos a besarle una y otra vez su cuerpo, sus tetas, suboca, a tener de ella los más profundos besos de lengua, sin discriminarsi era Claudio o yo.
Esto recién estaba empezando, y tenía que continuarcon el plan programado, tenía que colocar la filmadora en la habitación para loque vendría después, esto era solo el precalentamiento, siempre nos gustaronlargas sesiones de calentura antes de la penetración, y así habíamos acordadocon Eliana hacerlo.
Di un paso atrás y quedaron sus cuerpos entrelazadosmientras se besaban apasionadamente, “apasionadamente?” pensé en ese momento,eso me hizo ruido. Era pasión? Eso parecía.
Si pasión es cuando en un beso las lenguas recorrensendas bocas y la saliva va y viene de una cavidad a otra, donde los ojos estascerrados y donde con los brazo se rodean apretando los cuerpos tan fuerte casihasta quitarse el aire es pasión, entonces definitivamente lo era.
La verdad sentí algo que parecía una rebelión decelos, pero un segundo después, quizás dos, me sentí excitadísimo creyendo quedefinitivamente eran besos apasionados. Y no me importó, por el contrario másme calentó.
Me acerque y tocando la espalda de ella le susurré:-Voy a preparar lo de la habitación. Me miró y nada contesto, ella sabía a loque me refería, hacia un tiempo ya, luego de pensarlo mucho y calentarnos conla idea habíamos decidido que si se daba la situación nos filmaríamos,obviamente era yo el más entusiasmado. Él también me miró pero tampocodijo nada, estaban ocupados, obviamente muy ocupados, solo interrumpidos pormí, lo que había llevado a que se separaran un poco. Así que tomándolos por susespaldas los acerque uno a otro para que sus cuerpos estuvieran pegadosmientras les dije: –Disfruten, vengo en un ratito.
Hice unos pasos alejándome de ellos y pensé es buenmomento para ir al baño, tenía ganas de orinar, pero antes de salir delliving me di vuelta y los vi, como dije antes ambos parados y entrelazados,pero en detalle pude observar como las tetas de Eliana se aplastaban en elcuerpo de Claudio, su pene no se veía, seguro estaría entre ambas piernas deella, pero Eliana en ese momento levanto su pierna derecha tratando de rodearel culo de Claudio para atraerlo hacia así y pude ver por un momento claramentesu verga endurecida, para perderse nuevamente jugando con el roce de su concha.Fue una estupenda visión.
Sabía que seguirían jugando y calentándose así en miausencia, solo eso, pues habíamos planificado con Eliana que haríamos una largaprevia para recién luego, cuando ella estuviera extremadamente calientecomenzar con la penetración en la habitación donde estaría la filmadora. YClaudio sabía que era “invitado” y que nosotros manejábamos la situación y lostiempos.
Entré al baño, estaba totalmente empalmado y me costóorinar, mientras se me aflojaba el pene, pensaba y me sentía contento, en unestado placentero, orgulloso de los atributos de Eliana que estaban siendo disfrutadospor Claudio. Satisfecho de que hasta el momento Eliana fuera todo lo quele había contado a Claudio que sería. Contento de que Eliana estuvieradisfrutando...
Luego pase hacia la habitación sin intentar mirar queocurría dentro del living, encendí el velador, tome la cámara que estabapreparada encima de la mesa de luz, revise que estuviera el casete mini DVcolocado, la encendí, abrí el placard y la coloque encima de un estante a 1,50mtrs. de altura, levantándola un poco por detrás colocándole debajo para ellola misma caja del cassete. Esa era la posición que habíamos probado y tomaba loque pasaba en toda la habitación.
Cuando estaba terminando note unos ruidos, me quedequieto para escuchar mejor, claro provenían del living, y eran quejidos… MMMmmmmpensé yo, como disfrutan, me gustó, me gustó imaginarme que estaría pasando yno estar allí. Je… que morbosos mis pensamientos.
Di vuelta el visor de la cámara hacia donde se estabafilmando para poder ver cuando quisiéramos o pudiéramos, la imagen que estabatomando, luego saque la cubre cama y los almohadones dejando solo las sábanasde abajo, no tenía problemas en demorarme, imaginaba que dejarlos solos losliberaría a ambos para que lo que viniera fuera todo lo sexual que debíaser.
Salí de la habitación, me detuve para escuchar lossuaves quejidos de placer y mirarlos a escondidas antes de entrar.
Como dije al inicio “observar hacia el living por laestrecha hendija entre la puerta y el marco de la habitación como disfrutabansus cuerpos desnudos me hacía latir el corazón o el alma no sé, fue….Indescriptible”.
Ya no estaban parados como los había dejado un ratoantes, Claudio sentado en una silla y Eliana encima de él, uno enfrentadoal otro, se movían despacio mientras se besaban y seguramente sus sexos serozaban. Claudio aprovechaba y por momentos le chupaba las tetas.
Mi verga que había perdido dureza, con esa imagen sevolvió a endurecer, se volvió a poner como una roca, entonces entré despacio alliving para no sobresaltarlos, me acerque a ellos, cuando Eliana noto que yoestaba allí se levantó rápidamente de encima de él, se dio vuelta hacia mí y meabrazo. Claudio siguió sentado a escasos centímetros de nosotros por lo quepodía verse claramente su pija tiesa apuntando hacia el techo.
-No, no te levantes, le dije a ella y volví a sentarladespacio encima de él pero esta vez dándole la espalda que Claudio comenzó abesar y acariciar.
Quedé delante de ella, que se notaba que estaba muycaliente, me acercó a su cara y me beso, luego con voz entrecortada, me dijodespacito:
–No te vas a enojar?.
-No mi amor como me voy a enojar, me encanta verte asírecaliente jugando desnuda arriba de Claudio, le dije.
-Es que estábamos así sentados y Claudio me lametió un poco. Me dijo.
-Bueno, le dije, no importa está bien, para esoestamos acá, aparte a vos te gustó?.
-Si claro me gustó, dijo Eliana, -Por eso no pudeevitar que me la metiera y me la sacara varias veces, pero después le dijebasta y se detuvo. Perdoname, no quise que pasara sin vos, pero cuandoquise acordar estaba adentro mío.
Claudio seguía acariciando y besando su espalda,parecía ajeno a nuestra intima charla. Tiempo después me conto que en esemomento algo escucho de nuestra conversación y recordaba como si fuera esemismo día, que cuando se sentaron en la silla con lo caliente queestaban ambos, lo lubricada que estaba Eliana su pija se introdujo sin quereren la concha de ella, y que la penetro un par de oportunidades porque lo habíasentido “celestial”, pero, que sabía que los limites los poníamos Eliana y Yo,por lo que cuando Eliana le dijo basta, él dejo de penetrarla y siguieronjugando en la silla como luego los encontré yo cuando regrese al living.
No pude evitar molestarme por unos instantes, no sécuánto tiempo, no sé si fueron celos de que no pudieran evitar cogerse cuandohabíamos dicho con Eliana que lo haríamos en la habitación estando yotambién, o si me molestó que se cogieran sin estar controlando yo lasituación, porque creo que no me hubiera molestado si les hubiera dicho háganloaunque yo no estuviera. O simplemente estaba molesto porque se había salido unpoco la situación de lo planificado.
En cualquier caso sin dudas, si bien le exprese a ellalo contrario, algo de mi molestia se me debe haber notado porque mire la carade Eliana, note sus ojos vivaces de calentura pero también compujida, y volvióa repetirme:
-Perdóname no quisimos…. Se me entró sin querer ydespués la verdad me gustó pero nos detuvimos… Y…
Esa cara de ella y sus palabras me conmovieron, y laverdad también me calentaron, y pensé rápidamente: claro, qué más puedo pedirsi tanto lo imaginé, y ocurre así tan naturalmente algo que nos había costadoaños hacernos a la idea y a animarnos.
La tome de la cara la bese y le dije: -me encantó quehaya pasado eso, de verdad, quiero que sigas así caliente, dispuesta adisfrutar, es lo que yo quiero y con eso disfruto, sabes que no tengo problemasque esta noche hagas todo lo que quieras con Claudio y además te he pedido quehagas todo lo que él te pida, así que si bien te penetro así de imprevistotomémoslo como que te lo ha pedido, y vos, como me lo habías prometido, hasaccedido, je…, de verdad quiero que sigas disfrutando, está todo bienademás decime la verdad –te gusto mucho no?.
Síiii… claro me encantó, por eso te dije que no pudedetenerlo enseguida, la verdad hubiera seguido hasta acabarme mi amor….
Esas palabras hicieron que mi pija volviera a estarcomo para reventar, viendo su cara diciéndome eso, y Claudio que seguíabesándole y acariciándole la espalda, seguro además, aunque no podía verlo,estaría jugando con su pija en la entradita de la concha de ella,situación que luego entendí era lo que en ocasiones le hacía entrecortar la vozmientras me hablaba.
Yá quería toda la acción, yá quería todo el sexo, asíque le dije a Eliana en el oído vayamos a la habitación, se levantó me beso,Claudio esperaba sentado con su pija parada sin saber qué venía, yo le dije aella nuevamente en el oído tocándole la concha:
-Traételo así te lo coges de una vez.
Me sonrió, me hizo cara de pobrecita y pícara, se diovuelta, se agacho hacia Claudio, dejándome, sin dudas a propósito, semejantevista de su culo y las sombras de su concha, y tocándole la verga le dio unlargo beso en la boca, luego lo tomo de ambas manos e hizo que se levantara dela silla trayéndolo hacia la habitación.
Primero entro Eliana con su desnudez hermosa, yaliberada, luego le seguimos Claudio y yo, ambos empalmados con nuestras vergascomo postes moviéndose de un lado a otro a cada paso que dábamos.
A esa altura de la noche estaría por comenzar lomejor, a esa altura de la noche ya no éramos Gabriel, Eliana y Claudio, éramos dos machos dispuestos a darle a esa hembra caliente todo el placerque ella estuviera dispuesta a recibir. Allí ya no éramos solo mi esposa y yoimaginado situaciones, iniciábamos un camino entre la fantasía y la realidaddonde la lujuria y el placer dominaban la escena, era algo desconocido paranosotros pero que ya nos parecía excitante y placentero.
Una vez en la habitación lo primero era definir comoempezábamos, entonces propuse: -Empecemos nosotros Eliana… aunque un instantedespués les dije: -No mejor uds… Ella subió a la cama y luego él, ambosarrodillados uno enfrente del otro comenzaron a besarse, no se dijeron nada ycomo se percibía la duda de cómo empezar le pregunte a ella como querésprimero, y ella dijo -yo abajo.
Ella se recostó boca arriba, el seguía arrodillado allado de ella, la miro lascivamente recorriendo todo su cuerpo y se agarró lapija dándose un par de bombeos con su mano como para asegurarse que estaba losuficientemente dura para penetrarla a mi esposa.
Ella me miro, abrió sus piernas como invitándolo, ydejo ver su pubis casi totalmente depilado, sus labios vaginales mojados,enrojecidos e hinchados, él contemplo esa imagen, era la primera vez en lanoche que veía muy de cerca lo que había estado acariciando con sus dedos eincluso lo que había penetrado fugazmente sin permiso. Hizo una largaexclamación de placer y se acomodó entre sus piernas tomando su verga con lamano como apuntando hacia el adentro, ese lugar que ya estaba deseoso de carne.
Y así lo hizo, acomodo su glande entre sus labiosvaginales y embistió bruscamente, ella dio un enorme quejido que no pudecomprender si era placer o dolor, a la vez que casi inconscientemente atinó acerrar las piernas, y le dijo: -despacito… y él le contesto: -segura? Y elladijo -No.
Mientras tanto yo a un metro de la cama mirando esaescena, impávido solo atine a ir a buscar la video cámara que estaba yaencendida captando todo lo que allí ocurría, para tomar esa imagen lo máscercana posible.
El empezó a penetrarla una y otra vez, me preocupé porcaptar como esa verga entraba en su concha, me pareció que había poca luz asíque encendí el otro velador, con mejor iluminación era todo más claro, desdeatrás de ambos podía ver cada una de las piernas de ella a cada lado de él, consus rodillas flexionadas pisando con el talón casi en el extremo de la cama,también podía verse parte de su cola contra la cama, lo demás era él encima deella, con el tronco de su verga que a veces se veía para perderse enseguidadentro de ella, sus huevos golpeando la carne, y su culo que se fruncía a cadaembestida que le daba.
Tome esa escena un buen rato, luego empezaron ahacerse más lentos los movimientos pero los quejidos más intensos, quise captarlo que sucedía, recorrí con la cámara todo el perfil de ellos hasta queaparecieron sus rostros, ella le rodeaba su torso con sus brazos acariciándolela espalda con las manos, él con ambas manos la sujetaba de sus mejillasmientras se devoraban la boca… por momentos él le chupaba las tetas suavementey hacia efecto en ella que inclinaba su cabeza hacia atrás cerrando sus ojos ytomándole la cabeza de él llevándola hacia una y otra teta. Era todo muy suave,parecía placer en cámara lenta, o por lo menos así me parecía a mí.
Yo estaba ya muy excitado, quería entrar al juego,deje la cámara cuidadosamente en el mismo lugar de donde la había tomado, cuidando que el visor quede para ver que todo lo que en la habitación eraalcanzado, y decidí integrarme.
Suavemente comencé a acariciarle el cabello a ella,rozando con la yema de mis dedos su cuero cabelludo, me miro y me sonrió entrequejidos que eran provocados cada vez que Claudio la penetraba.
Me subí a la cama encargándome de que mi verga quedaracerca de su cara, y ella entendió claramente empezando a chupármela, despacio,recorriendo con su lengua toda mi verga, Claudio se levantó un poco, saliéndosedel medio para inclinarse hacia el otro lado del cuerpo de ella, sin bajarse deencima ni dejar de penetrarla y empezando a chupar solo su teta izquierda.
Luego de un rato, la bese en la boca y le dije:-quiero que te pongas en 4 patas y que Claudio te coja de atrás mientras me laseguís chupando… querés?… -siii me respondió.
Así que él se levantó de encima de ella, y se quedó aun costado arrodillado con su tiesa verga esperando que Eliana se acomode.
Yo me senté arriba de la almohada con mis piernasabiertas, mi espalada en el espaldar de la cama y mi pija apuntando al techo,Eliana se puso en 4, con su cara muy cerca de la mía mirándome a los ojos yClaudio se colocó arrodillado detrás de ella.
Él jugó con su pija entre las piernas y como ellaestaba un tanto alta para empezar a penetrarla, le abrió un poco hacia loscostados cada una de las piernas y allí sí quedo en inmejorable posición.
Rápidamente la embistió y ella soltó su primer quejidoen aquella posición…me miró con sus ojos vivaces de placer y tomándome la pijacon una de sus manos agacho la cabeza para empezar a chupármela.
Él la tomo de las caderas, a veces la embestíabruscamente y otras suavemente, el quejido de ella era proporcional a la fuerzacon la que la penetraba, y ella me chupaba la verga en la misma forma, mássuave o más bruscamente.
Yo le acariciaba su espalda y sus tetas con mis manos,luego en un momento con mi mano derecha después de acariciarle su pezón la fuibajando pasando por su abdomen, luego su pubis y llegando a su clítoris queempecé a acariciar con mi anular suavemente, me costaba la posición pero queríatocarla, sentí el tronco de la verga de Claudio o sus huevos que rozaban losnudillos de mis dedos que estaban más abiertos porque como dije mi dedo anularera el que se encargaba de darle placer a ella.
Eliana entro en un estado de placer evidente, tambiénClaudio y yo excitadísimos.
Yo quería más morbo, más excitación, así que se meocurrió algo que imagine lograría esa situación:
La saque de esa comodidad en donde estaba con sucabeza hundida entre mis piernas a la altura de mis huevos pero sinchupármelos, porque solo estaba disfrutando de la cogida que le estaba dandoClaudio, incluso como dije sin chupármela porque eso seguro la distraía y le pregunte a Eliana:
-Estas caliente?
-Siiii, me contesto. Con su voz quejosa.
-Pero muy caliente?
-Si mi amor estoy recaliente. Dijo.
-Entonces miralo a Claudio como te está cogiendo ycontale lo que te has imaginado con él...
Y con su voz entrecortada por el placer y la cogidaque le estaban dando me dijo:
-Hay… nooo me da vergüenza…
Dale míralo a la cara y decile todo lo que me hasdicho a mí…
Allí, ella con su boca semiabierta de placer, y susojos entrecerrados dio vuelta su cara y lo miró, antes no lo había hecho,intentó decirle algo pero volvió la cara hacia mi pecho y no le dijo nada, elmiraba todos su movimientos y estaba atento a todo lo que hablábamos entrenosotros aunque seguía con su tarea detrás de ella.
-Miralo, dale!... le dije. –te gusta lo que te estáhaciendo Claudio?
-Siii. Me contesto.
-Bueno Mira lo que te hace y contale lo que tehas imaginado con él. Le insistí.
Yo estaba totalmente lanzado y buscando todo el morboposible, queriendo que ella le dijera todo aquello que le daba pudor yvergüenza decirle cara a cara mientras la estaba cogiendo. Porque una cosa esimaginarte algo en la intimidad con tu pareja, como invitar a alguien más a lacama, y entre ambos decirse esas cosas que podes imaginar para calentartemutuamente, otra situación distinta es animarse al fin a hacerlo con untercero, y otra cosa distinta, y más morbosa a mi entender, es que a su vezella lo estuviera haciendo con ese tercero, que era el mejor amigo de sumarido, y que además le dijera lo que me había dicho a mi respecto de hacer conél en esa intimidad entre nosotros dos mientras nos imaginábamos estasituación.
Porque no se lo diría a alguien que nunca más vería,se lo diría a alguien que luego seguiría viendo, le contaría esa atracciónsexual que yo le había hecho despertar en ella.
Esa dificultad que note en ella para animarse adecírselo, más me excitaba, así que con mi corazón retumbando de calentura y mivoz entrecortada por el placer que ello me causaba insistí: -Dale miralo ycontale.
Ella dio vuela su cara y mientras lo miraba a él a losojos me decía para que el escuchara claramente:
-que querés que le cuente mi amor? Que me imaginé queClaudio me cogía como me está cogiendo ahora? Que me imaginé que me iba agustar y la verdad que me encanta.
-Que más te imaginaste- contale a él no a mí. Le dije.
Me miro pícaramente y viéndolo a él a los ojos ledijo:
Tampoco era cualquier hombre ese al que extasiado nole alcanzaban sus manos para tocarla, ni sus labios para besarla, era mi amigode la infancia, con quien habíamos compartido travesuras, aventuras, historias,y desde ese momento, algo mucho más que eso.
Merece su propia historia aquel día, hacía ya más de 5años en el que, ocasión de cena romántica de por medio, le revele miúnico secreto que para ella tenía, mi deseo, mi fantasía y el placer, (aunqueinicialmente con culpa), que me generaba imaginármela íntimamente con otrohombre disfrutando y gozando, siempre claro ante mi pedido y mi presencia, comomuestra de su amor hacia mí, de su completa entrega a mis deseos.
Esa tarde Eliana y yo habíamos asistido a la aperturade una muestra de arte que conjuntamente con otros artistas había inauguradoPedro el esposo de mi hermana, lugar donde nos encontramos con muchos amigos,entre ellos Claudio.
Claudio era mi amigo desde la infancia, nuestrostemas: los juegos, el deporte, y las mujeres, novias o amigas con las cualessolíamos salir tiempo atrás y nos contábamos los detalles, aunque eso cambiocuando él comenzó a salir con Juana y yo con Eliana donde ya esas cosas de lapareja, cada uno por respeto a ellas y porque las relaciones iban en serio nomencionábamos. Cuestiones que habían quedado como corresponde en la intimidadde cada pareja.
Luego de estar allí en la muestra casi una hora, talcomo habíamos planeado, le informamos al resto del grupo que Eliana estaba algodescompuesta que nos marchábamos, todos se despidieron amablemente deseando queella se recupere pronto de su malestar, con excepción de Claudio que sabía laverdadera trama y que al oído me pregunto si todo seguía en pie, a lo quele dije que lo esperábamos alrededor de las 23 hs., que si había algún cambio omarcha atrás le avisaba antes, a lo que me contesto preocupado: -espero norecibir ningún mensaje ni llamado.
Salimos del taller de arte ciertamente nerviosos, tomadosde las manos que nos transpiraban, no necesitaba que ella me contara para saberque le estaba pasando lo mismo que a mí, el corazón exaltado, la mentefuncionando acelerada, temerosos de lo que vendría pero irremediablementeexcitados por esa situación a la que pretendíamos arribar.
Eran casi las 21 hs. cuando llegamos a casa, nohabíamos hablado mucho en el camino, sí nos intercambiamos miradas cómplicesque terminaban en sonrisas, apretones de manos y suaves besos en nuestroslabios.
Mientras Eliana se fue a bañar yo comencé a preparartodo para la cena que habíamos previsto, pollo al horno con papas que habíamoscomprado al mediodía en la rotisería, me serví una copa del mejor malbec quetenía, la ocasión era ideal, y puse en la notebook música suave.
Cuando salió del baño estaba estupenda, se habíapuesto una especie de blusa con escote redondo adelante, era de algodón con loque al no tener puesto sostén sus turgentes tetas se evidenciabanexquisitamente, era abierta en la espalda, con un triángulo invertido que hacialucir su piel desde los hombros y que cerraba en el nacimiento de su cola conun nudo. Una minifalda blanca muy corta y ante mi pedido me dejo ver, aquella tanga de encaje, blanca y diminuta como habíamos quedado enla noche anterior, que era una de las habituales en nuestras largas noches desexo. Sus 31 años no podían sentarle mejor con su atrevido look que cerraba conunas sandalias de altura mediana pero que no pasaban inadvertidas.
Claro estaba hermosa, así vestida no salíamos afuera acenar ni a bailar, pero esas sexis prendas sí solía usarla en casa en nuestrascenas de placer, pero en ese momento a mí me causaba algo más que alguna deesas noches, verla así me causaba un cosquilleo en el estómago porque no podíadejar de pensar que un rato más tarde llegaría Claudio y así la vería.
La observaba así vestida mientras se secaba el cabelloy no podía dejar de recordar aquella noche hacía un par de años, cuando Claudiohabía roto con Juana y tras amanecernos entre charlas y no se después de cualcopa le conté mi fantasía de imaginarme a Eliana disfrutar con otro hombre,arriesgándome incluso a decirle también que últimamente él era el depositariode esa fantasía con ella; primero quedo atónito con mi confesión, y le pedí quecon la misma sinceridad me dijera lo qué pensaba aunque pudiera no gustarme, yfue allí que pidiéndome disculpas por lo que iba a decir, me contó que algunavez había fantaseado con ella, incluso llego a decirme que dejando volar suimaginación se había masturbado pensando en sus tetas, a las cuales no mepasaba inadvertido que siempre miraba. Esa charla y las que tuvimos en adelantecon Claudio respecto de ese tema también son dignas de sus propias páginas,pero ahora solo quiero trasmitirles mi sensación de ese momento, esa excitaciónque me provocaba verla así vestida preparándose para lo que tanto habíamoshablado y fantaseado con ella, conjugado con el recuerdo de las palabras deClaudio que resonaban en mi cabeza sobre sus culposos deseos con Eliana, mimujer, la esposa de su mejor amigo.
Cuando salí de bañarme Eliana tenía la cena lista, sehabía servido una copa de vino la cual ya estaba casi vacía, se me acercodándome un caliente beso, contándome que había chequeado que todas laspersianas y cortinas de la casas estuvieran bien cerradas y susurrándome aloído me pregunto si unas copas más de vino aliviarían sus nervios. La abracefuerte y le dije que estuviera tranquila que la idea era que ella disfrute, quesi no era así tampoco sería excitante para mí, que tal como habíamos hablado sise sentía incomoda no pasaría nada que ella no quisiera, que su solo pedidoharía que cortemos la situación tal como también yo había acordado previamentecon Claudio. Me abrazo, note que se sintió algo aliviada, le dije que yo tambiénestaba nervioso pero excitado y que para su tranquilidad recordara que miplacer radicaría en verla íntimamente con Claudio, pero que a pesar de hacerloante mi insistente pedido, debe ser con su pleno goce y disfrute, comoúltimamente habíamos imaginado que sería, charlas e imaginación que tantoplacer habían dado a nuestros encuentros sexuales.
Ante esa situación no pude evitar tener una terribleerección que Eliana noto, y tocándome por encima de pantalón riéndose me dijoexultante:
-Mirá como te pones!...-
Y yo le pregunté con mi voz entrecortada por laexcitación: -Y a vos no te gusta que me ponga así?.
-Me encanta- dijo, y acotó-No puedo creerlas locura que me haces hacer-,
-Pero acaso a vos no te terminó gustando todo estodespués de tantas charlas?- le dije.
-Mmm…. Puede ser- dijo.
-Comprobemos - e introduje suavemente mi mano bajo sumini buscando su entrepierna y percibiendo con mis dedos que su sexo estabahúmedo, tanto como para poder notarlo por encima de la tanga.
-Muuuuuy húuuumedaaa- le dije.
A lo que respondió sonriendo y algo avergonzadaal sentirse expuesta de su notable excitación – Y bueno que querés que haga soyde carne, hace mucho que me venís llenando la cabeza con esto, además durantemuchas noches planeamos lo de hoy, imaginando todo lo que haríamos, nosacariciábamos y excitábamos pero no hacemos el amor desde hace más de 20 días-
-Bueno- le respondí, -no me vas a decir que hoy noestás decidida y con ganas de todo lo que pensamos hacer-.
-Sí, pero tengo también un poco de miedo por si no meanimo, o si las cosas no se dan como lo planeamos, me gusta pero también me davergüenza cuando venga Claudio y me vea como estoy vestida, mirá como se menotan las tetas que no tengo corpiño, debe pensar cualquier cosa de mí, o inclusopor momentos no me veo desnuda con él.-
Tranqui- le dije –no nos adelantemos dejemos que lascosas fluyan por su camino, y si no se dá no importa, Claudio es mi amigo detoda la vida, el también, además de los deseos que tiene contigo, te respeta yte admira, no haría nada que te ponga mal y lo que pase o no pase, quedareservado solo entre los tres. Ahora disfrutemos la cena y tomemos unvino ante que llegue.
Yo por un rato quería cambiar de tema, charlamos decualquier otra cosa, recordando algún viaje a la playa, de vez en cuando solonuestras miradas en silencio con algún beso caliente predecían que no era unanoche más.
Terminamos de cenar, juntamos la mesa y sobre las 11de la noche estábamos abriendo el segundo vino cuando sonó el timbre.
El corazón parecía que se me había paralizado, y porla cara a Eliana también, me levante le di un enorme beso, y le dije tranqui teamo, mientras me encaminé hacia la puerta de entrada y ella se fueapresuradamente al baño….
Era Claudio, claro no esperábamos a nadie más, llegócon un cabernet, lo salude como si nada y le dije:
–Adelante.
Entró, no vio a nadie más en el living-comedor y sindecir palabra me miro como preguntándome –Donde esta?-
-Eliana está el Baño- le dije, tratando de parecer lomás normal posible mientras traía otra copa y le servía vino.
Tomo su primer trago y en eso Eliana sale del baño, senotaba que se había retocado la pintura de sus labios y sus mejillas, la verdadno lo necesitaba para mi estaba radiante, y creo que Claudio pensaba lo mismoporque se quedó sin habla mirándola y luego le dijo: -Buenas…
Eliana tomo un suspiro y se acercó a darle un beso ensu mejilla diciéndole -Como estas?- y se sentó en la silla del medio entre él yyo.
-Bien todo tranquilo- dijo Claudio. La verdad que mepareció notarlo algo nervioso.
Hablamos de la muestra que había estado aburrida, delas pinturas, de los que habían estado allí, de los que habían faltado, en fintrivialidades.
Eliana se levantó de la mesa a traer el heladoque sirvió para los tres, Claudio no le sacaba los ojos de encima tratando deser discreto aunque seguro ella lo notaba, pude observar como devoraba con lamirada su piernas, su espalda descubierta y sus tetas. Era imposible evitar queambos, si ambos, no la mirásemos en forma lujuriosa.
En un momento Claudio mirándola a Eliana le preguntópícaramente si ya se le había pasado la descompostura que la había hechoabandonar la muestra. Y ella siguiéndole el juego le respondió:
-Sí Claudio, incluso ahora que estamos aquí los tres estoybastante mejor.
Genial pensé yo mientras no dejaba de hacermecosquilleos en el estómago, esto va bien.
Me levante para ir al baño, a la pasada apague una luzdiciendo: -Así está un poco mejor, ya no necesitamos luz para comer.
Cuando Salí del baño estaban hablando muy normal, meacerque a la notebook para cambiar la música que estaba demasiado lenta y eneso veo de reojo que Claudio atina a pasar su brazo por encima del cuello deEliana, para abrazarla, acercando su cara a la de ella, pues la tenía al lado.
Eliana casi inconscientemente se sobresaltó en lasilla y frenándolo con su mano en el pecho le dijo –Perdón Claudio… no se…discúlpame, yo sé que….. pero….-
El rápidamente regresando a su lugar le dijo: -Noooperdóname vos a mí, esta todo ok..
Sonamos, pensé entre mi… ahora se va a complicar salirde esta situación.
Sin embargo regrese a la mesa, la música sonó másalegre, empezamos a reírnos de algunas vestimentas de los que fueron a lamuestra…. la situación volvía a distenderse, incluso le dije a Eliana quecomparando la vestimenta que ella lucia ahora con la de algunas asistentes a lamuestra, hubiera estado hecha una diosa si hubiese ido así vestida….
-Siiii…..- reacciono Claudio, -Claro si estasbárbara así…
Eliana lo miro sorprendida por la efusividad de suspalabras.
-Claro ves. le dije yo, -A ver date una vuelta paranosotros, levantáte, le dije.
-Noooo- respondió.
-Dále, insistí yo.
-Sabes que me da vergüenza, basta porfaaaa…. dijo casiimperiosamente acomodándose la blusa que dejaba ver más de lacuenta.
-Entonces andá a cambiar la música que esto está ahorademasiado movido, le dije desistiendo del anterior pedido, sabiendo que sihubiera insistido quizás ella hubiera accedido a mi pedido pero no queríaforzar nada.
Ok dijo Eliana, se paró bebió un buen sorbo de vinoterminado lo que tenía en la copa y fue a cambiar la música.
Claudio y yo primero la miramos a ella y luego nosmiramos entre nosotros mientras terminábamos nuestras copas, haciendoambos una expresión… de no sé qué… (Él, tiempo después charlando sobreesa noche me contó que había pensado que yo le quería decir con esaexpresión que ya se había terminado, y estuvo a punto de irse – enrealidad no quise decirle nada).
A esa altura de la noche serían las 1 de la madrugada yhacía ya casi una hora del avance frustrado de Claudio, los tres estábamoscómodos, jocosos, distendidos, el buen vino había ayudado a ello, yEliana pone uno de esos temas lentos que te mueven a bailarlo.
Motivado por lo que sentía en ese momento, sin pensarsi era o no oportuno, alejándome de todo plan, me fui y la abrace para bailar…fueron unos segundos o quizás un par de minutos estupendos, creo que nosolvidamos que alguien más había allí, y nos empezamos a dar unos calientesbesos, la música más lenta y mis manos no dejaban de acariciar su espaldadenuda, mientras, despacio girábamos sobre nosotros mismos, (buenísimo elespectáculo me conto tiempo después Claudio), seguimos besándonos mientras mierección era notoria y ella apretaba su pubis hacia mí, mi mano derecha seguíaacariciando su espalda mientras mi mano izquierda comenzó a buscar sus nalgasbajo su minifalda, evidentemente no falto mucho para que mi mano sin quererlosubiera la corta prenda y quedara parciamente exhibiendo su cola. Mi lenguarecorría el interior de toda su boca, quería su saliva, su lengua, baje con mislabio y busque sus tetas que suavemente mordisquee por encima de la blusa, sususpiros eran notorios, también los míos… mientras ella con sus ojos cerradosinclinaba su cabeza hacia atrás bese su cuello, primero suavemente, luego másintensamente, sus manos me rodeaban y acariciaban, mis manos también recorríantodo su cuerpo.
En un momento note que Claudio estaba detrás deEliana, casi encima de ella, la verdad no sé cómo llego hasta allí, pero mepareció genial, por un instante, absolutamente mínimo, me pregunté: seguimos?,pero la excitación que me causó verla a ella delante de él con esa cara deplacer, disipó cualquier duda.
Alejé mis manos que acariciaban su espalda comoinsinuándole a Claudio que se apoyara detrás de ella con su cuerpo, loentendió, su reacción fue inmediata y así lo hizo, Eliana al sentir su cuerpopegado al de ella al instante abrió los ojos y me miró sorprendida, quedándosepor un segundo inmóvil, la tome con mis manos de sus mejillas y mirándola fijaa los ojos le susurre:
–ya está mi amor comencemos a disfrutar- y le diun enorme beso al cual respondió abrazándome fuerte y recorriendo con su lenguami boca.
Claudio supo que a partir de ese momento seria partede nuestra noche, que sus fantasías también estarían por cumplirse como lasnuestras. Que Eliana, como yo se lo había anticipado, sería también de él poresas horas, que podría hacer todo lo que él quisiera con ella incluso todoaquello que había sido motivo de su fantasías de masturbación, pero sabíaademás, como yo antes se lo había contado, que si todo marchaba bien, Elianaaccedería a todos, pero todos sus pedidos como ella misma me había prometido amí que haría para satisfacer no solo los deseos de Claudio sino principalmentemis deseos de verla entregada a otro hombre.
Dejamos la quietud inicial provocada por el contactosorpresivo de los tres cuerpos, muy suavemente, al ritmo de la música volvimosa movernos, pero ahora también estaba Claudio pegado a Eliana, él con susmanos, con una cómoda posición desde donde estaba pues con solo rodearlaalcanzaba, comenzó a acariciar sus tetas, yo me aleje levemente de supecho para que él actuara a placer, seguíamos con Eliana con nuestras bocas unidasy Claudio recorría su cuello y su nuca con la lengua y hasta incluso,luego me comento ella, le mordisqueaba, lo que la excitaba cada vez más,mientras sus suspiros y quejidos eran más notorios.
Unos momentos después quise más de esa excitación quesentía y dejando de besarla, la tome de los hombros girándola haciendo quequedara de frente a Claudio. Ese momento fue inolvidable, sus ojos mirándosepor un instante hasta que su bocas empezaron a encontrarse suavemente, como conmiedo, como explorando y buscando el encaje ideal de labios y lengua que porprimera vez se unían, no podía creer lo que esa imagen me causaba.
Los note como perdidos en el beso, por un instante mesentí fuera, ajeno de ese juego, pero luego la observé a ella, noté su placer ydisfruté.
Allí me quede con su espalda desnuda dándole suavesbesos, sé que Claudio se estaba llevando la mejor parte de “mi? Eliana”: suboca, sus labios, su saliva, y ahora empezaba a ver como sus manos buscaban susexo, a lo que ella parecía responder facilitando su acceso. Escuche claramentecuando él le dijo acaríciamela, a lo que ella me miro de reojo quedando ala espera como pidiendo mi asentimiento, lo que inmediatamente hice con lacabeza, y comenzó a acariciarle por encima del pantalón, pero enseguida,Claudio bajo su cierre y le llevo la mano a Eliana haciendo que comenzara atocarle el pene con un movimiento masturbatorio, él la guiaba al principio yluego ella continuo sola. Yo estaba detrás de ella por lo que podía darmecuenta que todo eso pasaba pero en realidad no podía verlo con mis propiosojos.
Los deje hacer, ambos recorrían sus sexos con lasmanos mientras se besaban, luego tome la iniciativa pero no para reclamar nada,sino para ir más allá todavía, la gire hacia mí, comencé a besarla mientras lebusque entre sus piernas su lugar más sensible, Claudio aprovecho parainclinarse, levantarle la minifalda y besar sus nalgas y sus piernas.
Yo Sabía que él no podría escuchar nuestraconversación y le pregunte a ella, como la estaba pasando?, me dijo:-Bien.
-Solo bien?. Le respondí.
-No, la verdad más que bien…
-Viste mi amor que la ibas a pasar bien. Le dije.
-Si tenías razón, y vos? Es lo que querías? Te gustatodo esto?. Me respondió ella.
-Claro. Le dije.
Mi cabeza estaba a mil, viendo a Claudio hurgar entresus nalgas y a ella disfrutando, en ese momento una pequeña dosis de algo, nosé si celos o que, parecía querer aflorar, pero sin dudas el placer fuemás fuerte, y fui por mas y le dije: -Me encanta, estas cumpliendo mi fantasía,aunqueeee….
-Aunque quéee. Me dijo entre suaves quejidos.
-Aunque me falta verte gozar más, quiero vertedisfrutar más, quiero que te liberes al placer…
-Si mi amor, de verdad querés eso? Dijo ella.
-Claro Eliana, que esperas? Absolutamente… le dije.
-Bueno. Dijo decidida, -Me calienta que hagas lo quequieras conmigo…
-Estás segura?, estas lista para disfrutar?. Lepregunte.
-MMmmm síii, síiiii. Me respondió.
-Entonces te vamos a sacar toda la ropa, te quiero verya totalmente desnuda entre nosotros dos…
Trepó hasta mi oído y me dijo en voz bien baja: -Me vaa dar vergüenza verme desnuda pero me parece que también me va a encantar.
Le indiqué a Claudio que le sacara la minifaldamientras yo le saqué la blusa. Quedó esplendorosa con sus tetas al aire, solocon su tanga.
Le dije a Claudio: -Dejala desnudita para nosotros. Élse agacho enfrente de ella y comenzó a bajarle lentamente la tanga, yo losobservaba mientras Claudio disfrutaba la visión que le quedaba ante sus ojos,el pubis casi totalmente depilado y suave, más abajo el inicio de su sexoclaramente humedecido que dejaba ver entre la diminuta bombacha que bajaba y susexo, un hilo espeso de su néctar que los seguía uniendo.
-Mmmmmm….. Exclamó Claudio que cuando observó eso,inconscientemente quiso llevar su boca a buscar ese jugo, y ella suavemente,tomándolo de la cabeza le dijo: -Me gusta de a poco, despacito, todavía no.
Luego de quitarle la diminuta bombacha Claudiodesvergonzadamente se la llevo a sus narices y olió profundamente aquellaprenda íntima totalmente humedecida. Eliana se quedó desnuda allí entrenosotros casi sin saber qué hacer, yo comencé a quitarme toda la ropa y ellaintento ayudarme cuando le dije que mejor le quitara la ropa a Claudio.
Se giró hacia él, comenzó a desprenderle lacamisa quitándosela luego. Ahí pude ver con mis ojos, algo que me habíaimaginado antes, no solo que su pantalón estaba desprendido, sino también quesu verga estaba afuera de su calzoncillo. Ella continuó bajándole el pantalónhasta sus pies mientras se agachaba quedando la verga de Claudio a la altura desu cara. Luego que le quitara el pantalón y aun estando agachada le dije que lequitara el calzoncillo, lo que hizo levantando sus manos, tomándolo por loscostados y bajándolo para sacárselo primero por un pie y luego por el otro. Sucara al mirar hacia arriba quedo a centímetros de aquel trozo de carne que selo veía, no tan grande, pero si erecto y duro como una piedra.
Eliana se paró, se dio vuelta buscándome a mí queestaba a un par de metros, pues me había alejado para disfrutar la escena, meabrazó, comenzó a besarme y en eso llegó Claudio apoyándola con su cuerpo pordetrás, pude notar que magreandose el miembro lo apoyaba y restregaba por elculo de Eliana. Ella me dijo -Me parece que no tiene nada… Y yo lecontesté: -Claro está desnudo. –No me refiero a eso. Me dijo ella, agregando: -No tiene preservativo puesto… -Si es verdad le dije, -y aunque todavía no toquecon su verga tu sexo ya le digo que se ponga uno.
Ante mi pedido que se colocara un preservativo Claudiodijo –Claro, obviamente. Y se alejó buscando en su pantalón la protección.Mientras tanto la acerque a Eliana hacia mí, y mientras la besaba jugaba con mipija entre sus piernas rozando su mojada concha. Luego comencé a bajarla einmediatamente entendió que le estaba pidiendo lo que tan exquisitamente hace,chuparme la pija. Comenzó a darme besos en el glande y luego por toda mi verga,para luego comenzar a introducirla y sacarla suavemente de su boca.
Claudio me miro y comenzó a acercarse, esta vez ni meinsinuó siquiera pedirme alguna especie de autorización, y cuando estuvolo suficientemente cerca tomo delicadamente la cabeza de Eliana y la llevohasta su pene que era sostenido por su otra mano, como indicando el caminohasta la su boca. Sus labios se abrieron e hicieron contacto con esaverga endurecida, comenzó a introducirlo y sacarlo de su boca, me miro de reojoy supe que no estaba totalmente relajada ni disfrutando lo que hacía, asíque me agache y le dije en su oído, mientras acariciaba su espalda y sus tetas:
-Lo que veo me encanta, lo estoy disfrutando y es loque quería, ahora necesito que vos también disfrutes, yo sé que te gusta lo queestás haciendo, acordate que te acabaste muchas veces imaginándote estasituación, Sé que estas a una milésima de liberarte. Por favor hacélo….
Me miro a los ojos, y aun con la pija de Claudioen la boca, me demostró una pícara y afirmativa sonrisa, cerró los ojos saco lapija de Claudio de su boca y comenzó a lamerla suavemente con su lengua recorriéndolaen toda su extensión, de a un lado al otro, de arriba hasta abajo, inclusorozando sus huevos.
Esa imagen aun la tengo nítidamente grabada en miretina, fue otro momento en el que parecía que mi corazón iba a salirse, terrible calentura me causaba, era éxtasis, no lo entendía y tampoco queríaponerme a pensar en ese momento, solo quería no perderme detalles de su cara deplacer, dándole también todo el placer a Claudio e indirectamente todo eseéxtasis también a mí.
Estando agachada fue y vino de una verga a otradándonos placer, así estuvo un par de minutos. Luego le pedí que se parara ycomenzamos entre los dos a besarle una y otra vez su cuerpo, sus tetas, suboca, a tener de ella los más profundos besos de lengua, sin discriminarsi era Claudio o yo.
Esto recién estaba empezando, y tenía que continuarcon el plan programado, tenía que colocar la filmadora en la habitación para loque vendría después, esto era solo el precalentamiento, siempre nos gustaronlargas sesiones de calentura antes de la penetración, y así habíamos acordadocon Eliana hacerlo.
Di un paso atrás y quedaron sus cuerpos entrelazadosmientras se besaban apasionadamente, “apasionadamente?” pensé en ese momento,eso me hizo ruido. Era pasión? Eso parecía.
Si pasión es cuando en un beso las lenguas recorrensendas bocas y la saliva va y viene de una cavidad a otra, donde los ojos estascerrados y donde con los brazo se rodean apretando los cuerpos tan fuerte casihasta quitarse el aire es pasión, entonces definitivamente lo era.
La verdad sentí algo que parecía una rebelión decelos, pero un segundo después, quizás dos, me sentí excitadísimo creyendo quedefinitivamente eran besos apasionados. Y no me importó, por el contrario másme calentó.
Me acerque y tocando la espalda de ella le susurré:-Voy a preparar lo de la habitación. Me miró y nada contesto, ella sabía a loque me refería, hacia un tiempo ya, luego de pensarlo mucho y calentarnos conla idea habíamos decidido que si se daba la situación nos filmaríamos,obviamente era yo el más entusiasmado. Él también me miró pero tampocodijo nada, estaban ocupados, obviamente muy ocupados, solo interrumpidos pormí, lo que había llevado a que se separaran un poco. Así que tomándolos por susespaldas los acerque uno a otro para que sus cuerpos estuvieran pegadosmientras les dije: –Disfruten, vengo en un ratito.
Hice unos pasos alejándome de ellos y pensé es buenmomento para ir al baño, tenía ganas de orinar, pero antes de salir delliving me di vuelta y los vi, como dije antes ambos parados y entrelazados,pero en detalle pude observar como las tetas de Eliana se aplastaban en elcuerpo de Claudio, su pene no se veía, seguro estaría entre ambas piernas deella, pero Eliana en ese momento levanto su pierna derecha tratando de rodearel culo de Claudio para atraerlo hacia así y pude ver por un momento claramentesu verga endurecida, para perderse nuevamente jugando con el roce de su concha.Fue una estupenda visión.
Sabía que seguirían jugando y calentándose así en miausencia, solo eso, pues habíamos planificado con Eliana que haríamos una largaprevia para recién luego, cuando ella estuviera extremadamente calientecomenzar con la penetración en la habitación donde estaría la filmadora. YClaudio sabía que era “invitado” y que nosotros manejábamos la situación y lostiempos.
Entré al baño, estaba totalmente empalmado y me costóorinar, mientras se me aflojaba el pene, pensaba y me sentía contento, en unestado placentero, orgulloso de los atributos de Eliana que estaban siendo disfrutadospor Claudio. Satisfecho de que hasta el momento Eliana fuera todo lo quele había contado a Claudio que sería. Contento de que Eliana estuvieradisfrutando...
Luego pase hacia la habitación sin intentar mirar queocurría dentro del living, encendí el velador, tome la cámara que estabapreparada encima de la mesa de luz, revise que estuviera el casete mini DVcolocado, la encendí, abrí el placard y la coloque encima de un estante a 1,50mtrs. de altura, levantándola un poco por detrás colocándole debajo para ellola misma caja del cassete. Esa era la posición que habíamos probado y tomaba loque pasaba en toda la habitación.
Cuando estaba terminando note unos ruidos, me quedequieto para escuchar mejor, claro provenían del living, y eran quejidos… MMMmmmmpensé yo, como disfrutan, me gustó, me gustó imaginarme que estaría pasando yno estar allí. Je… que morbosos mis pensamientos.
Di vuelta el visor de la cámara hacia donde se estabafilmando para poder ver cuando quisiéramos o pudiéramos, la imagen que estabatomando, luego saque la cubre cama y los almohadones dejando solo las sábanasde abajo, no tenía problemas en demorarme, imaginaba que dejarlos solos losliberaría a ambos para que lo que viniera fuera todo lo sexual que debíaser.
Salí de la habitación, me detuve para escuchar lossuaves quejidos de placer y mirarlos a escondidas antes de entrar.
Como dije al inicio “observar hacia el living por laestrecha hendija entre la puerta y el marco de la habitación como disfrutabansus cuerpos desnudos me hacía latir el corazón o el alma no sé, fue….Indescriptible”.
Ya no estaban parados como los había dejado un ratoantes, Claudio sentado en una silla y Eliana encima de él, uno enfrentadoal otro, se movían despacio mientras se besaban y seguramente sus sexos serozaban. Claudio aprovechaba y por momentos le chupaba las tetas.
Mi verga que había perdido dureza, con esa imagen sevolvió a endurecer, se volvió a poner como una roca, entonces entré despacio alliving para no sobresaltarlos, me acerque a ellos, cuando Eliana noto que yoestaba allí se levantó rápidamente de encima de él, se dio vuelta hacia mí y meabrazo. Claudio siguió sentado a escasos centímetros de nosotros por lo quepodía verse claramente su pija tiesa apuntando hacia el techo.
-No, no te levantes, le dije a ella y volví a sentarladespacio encima de él pero esta vez dándole la espalda que Claudio comenzó abesar y acariciar.
Quedé delante de ella, que se notaba que estaba muycaliente, me acercó a su cara y me beso, luego con voz entrecortada, me dijodespacito:
–No te vas a enojar?.
-No mi amor como me voy a enojar, me encanta verte asírecaliente jugando desnuda arriba de Claudio, le dije.
-Es que estábamos así sentados y Claudio me lametió un poco. Me dijo.
-Bueno, le dije, no importa está bien, para esoestamos acá, aparte a vos te gustó?.
-Si claro me gustó, dijo Eliana, -Por eso no pudeevitar que me la metiera y me la sacara varias veces, pero después le dijebasta y se detuvo. Perdoname, no quise que pasara sin vos, pero cuandoquise acordar estaba adentro mío.
Claudio seguía acariciando y besando su espalda,parecía ajeno a nuestra intima charla. Tiempo después me conto que en esemomento algo escucho de nuestra conversación y recordaba como si fuera esemismo día, que cuando se sentaron en la silla con lo caliente queestaban ambos, lo lubricada que estaba Eliana su pija se introdujo sin quereren la concha de ella, y que la penetro un par de oportunidades porque lo habíasentido “celestial”, pero, que sabía que los limites los poníamos Eliana y Yo,por lo que cuando Eliana le dijo basta, él dejo de penetrarla y siguieronjugando en la silla como luego los encontré yo cuando regrese al living.
No pude evitar molestarme por unos instantes, no sécuánto tiempo, no sé si fueron celos de que no pudieran evitar cogerse cuandohabíamos dicho con Eliana que lo haríamos en la habitación estando yotambién, o si me molestó que se cogieran sin estar controlando yo lasituación, porque creo que no me hubiera molestado si les hubiera dicho háganloaunque yo no estuviera. O simplemente estaba molesto porque se había salido unpoco la situación de lo planificado.
En cualquier caso sin dudas, si bien le exprese a ellalo contrario, algo de mi molestia se me debe haber notado porque mire la carade Eliana, note sus ojos vivaces de calentura pero también compujida, y volvióa repetirme:
-Perdóname no quisimos…. Se me entró sin querer ydespués la verdad me gustó pero nos detuvimos… Y…
Esa cara de ella y sus palabras me conmovieron, y laverdad también me calentaron, y pensé rápidamente: claro, qué más puedo pedirsi tanto lo imaginé, y ocurre así tan naturalmente algo que nos había costadoaños hacernos a la idea y a animarnos.
La tome de la cara la bese y le dije: -me encantó quehaya pasado eso, de verdad, quiero que sigas así caliente, dispuesta adisfrutar, es lo que yo quiero y con eso disfruto, sabes que no tengo problemasque esta noche hagas todo lo que quieras con Claudio y además te he pedido quehagas todo lo que él te pida, así que si bien te penetro así de imprevistotomémoslo como que te lo ha pedido, y vos, como me lo habías prometido, hasaccedido, je…, de verdad quiero que sigas disfrutando, está todo bienademás decime la verdad –te gusto mucho no?.
Síiii… claro me encantó, por eso te dije que no pudedetenerlo enseguida, la verdad hubiera seguido hasta acabarme mi amor….
Esas palabras hicieron que mi pija volviera a estarcomo para reventar, viendo su cara diciéndome eso, y Claudio que seguíabesándole y acariciándole la espalda, seguro además, aunque no podía verlo,estaría jugando con su pija en la entradita de la concha de ella,situación que luego entendí era lo que en ocasiones le hacía entrecortar la vozmientras me hablaba.
Yá quería toda la acción, yá quería todo el sexo, asíque le dije a Eliana en el oído vayamos a la habitación, se levantó me beso,Claudio esperaba sentado con su pija parada sin saber qué venía, yo le dije aella nuevamente en el oído tocándole la concha:
-Traételo así te lo coges de una vez.
Me sonrió, me hizo cara de pobrecita y pícara, se diovuelta, se agacho hacia Claudio, dejándome, sin dudas a propósito, semejantevista de su culo y las sombras de su concha, y tocándole la verga le dio unlargo beso en la boca, luego lo tomo de ambas manos e hizo que se levantara dela silla trayéndolo hacia la habitación.
Primero entro Eliana con su desnudez hermosa, yaliberada, luego le seguimos Claudio y yo, ambos empalmados con nuestras vergascomo postes moviéndose de un lado a otro a cada paso que dábamos.
A esa altura de la noche estaría por comenzar lomejor, a esa altura de la noche ya no éramos Gabriel, Eliana y Claudio, éramos dos machos dispuestos a darle a esa hembra caliente todo el placerque ella estuviera dispuesta a recibir. Allí ya no éramos solo mi esposa y yoimaginado situaciones, iniciábamos un camino entre la fantasía y la realidaddonde la lujuria y el placer dominaban la escena, era algo desconocido paranosotros pero que ya nos parecía excitante y placentero.
Una vez en la habitación lo primero era definir comoempezábamos, entonces propuse: -Empecemos nosotros Eliana… aunque un instantedespués les dije: -No mejor uds… Ella subió a la cama y luego él, ambosarrodillados uno enfrente del otro comenzaron a besarse, no se dijeron nada ycomo se percibía la duda de cómo empezar le pregunte a ella como querésprimero, y ella dijo -yo abajo.
Ella se recostó boca arriba, el seguía arrodillado allado de ella, la miro lascivamente recorriendo todo su cuerpo y se agarró lapija dándose un par de bombeos con su mano como para asegurarse que estaba losuficientemente dura para penetrarla a mi esposa.
Ella me miro, abrió sus piernas como invitándolo, ydejo ver su pubis casi totalmente depilado, sus labios vaginales mojados,enrojecidos e hinchados, él contemplo esa imagen, era la primera vez en lanoche que veía muy de cerca lo que había estado acariciando con sus dedos eincluso lo que había penetrado fugazmente sin permiso. Hizo una largaexclamación de placer y se acomodó entre sus piernas tomando su verga con lamano como apuntando hacia el adentro, ese lugar que ya estaba deseoso de carne.
Y así lo hizo, acomodo su glande entre sus labiosvaginales y embistió bruscamente, ella dio un enorme quejido que no pudecomprender si era placer o dolor, a la vez que casi inconscientemente atinó acerrar las piernas, y le dijo: -despacito… y él le contesto: -segura? Y elladijo -No.
Mientras tanto yo a un metro de la cama mirando esaescena, impávido solo atine a ir a buscar la video cámara que estaba yaencendida captando todo lo que allí ocurría, para tomar esa imagen lo máscercana posible.
El empezó a penetrarla una y otra vez, me preocupé porcaptar como esa verga entraba en su concha, me pareció que había poca luz asíque encendí el otro velador, con mejor iluminación era todo más claro, desdeatrás de ambos podía ver cada una de las piernas de ella a cada lado de él, consus rodillas flexionadas pisando con el talón casi en el extremo de la cama,también podía verse parte de su cola contra la cama, lo demás era él encima deella, con el tronco de su verga que a veces se veía para perderse enseguidadentro de ella, sus huevos golpeando la carne, y su culo que se fruncía a cadaembestida que le daba.
Tome esa escena un buen rato, luego empezaron ahacerse más lentos los movimientos pero los quejidos más intensos, quise captarlo que sucedía, recorrí con la cámara todo el perfil de ellos hasta queaparecieron sus rostros, ella le rodeaba su torso con sus brazos acariciándolela espalda con las manos, él con ambas manos la sujetaba de sus mejillasmientras se devoraban la boca… por momentos él le chupaba las tetas suavementey hacia efecto en ella que inclinaba su cabeza hacia atrás cerrando sus ojos ytomándole la cabeza de él llevándola hacia una y otra teta. Era todo muy suave,parecía placer en cámara lenta, o por lo menos así me parecía a mí.
Yo estaba ya muy excitado, quería entrar al juego,deje la cámara cuidadosamente en el mismo lugar de donde la había tomado, cuidando que el visor quede para ver que todo lo que en la habitación eraalcanzado, y decidí integrarme.
Suavemente comencé a acariciarle el cabello a ella,rozando con la yema de mis dedos su cuero cabelludo, me miro y me sonrió entrequejidos que eran provocados cada vez que Claudio la penetraba.
Me subí a la cama encargándome de que mi verga quedaracerca de su cara, y ella entendió claramente empezando a chupármela, despacio,recorriendo con su lengua toda mi verga, Claudio se levantó un poco, saliéndosedel medio para inclinarse hacia el otro lado del cuerpo de ella, sin bajarse deencima ni dejar de penetrarla y empezando a chupar solo su teta izquierda.
Luego de un rato, la bese en la boca y le dije:-quiero que te pongas en 4 patas y que Claudio te coja de atrás mientras me laseguís chupando… querés?… -siii me respondió.
Así que él se levantó de encima de ella, y se quedó aun costado arrodillado con su tiesa verga esperando que Eliana se acomode.
Yo me senté arriba de la almohada con mis piernasabiertas, mi espalada en el espaldar de la cama y mi pija apuntando al techo,Eliana se puso en 4, con su cara muy cerca de la mía mirándome a los ojos yClaudio se colocó arrodillado detrás de ella.
Él jugó con su pija entre las piernas y como ellaestaba un tanto alta para empezar a penetrarla, le abrió un poco hacia loscostados cada una de las piernas y allí sí quedo en inmejorable posición.
Rápidamente la embistió y ella soltó su primer quejidoen aquella posición…me miró con sus ojos vivaces de placer y tomándome la pijacon una de sus manos agacho la cabeza para empezar a chupármela.
Él la tomo de las caderas, a veces la embestíabruscamente y otras suavemente, el quejido de ella era proporcional a la fuerzacon la que la penetraba, y ella me chupaba la verga en la misma forma, mássuave o más bruscamente.
Yo le acariciaba su espalda y sus tetas con mis manos,luego en un momento con mi mano derecha después de acariciarle su pezón la fuibajando pasando por su abdomen, luego su pubis y llegando a su clítoris queempecé a acariciar con mi anular suavemente, me costaba la posición pero queríatocarla, sentí el tronco de la verga de Claudio o sus huevos que rozaban losnudillos de mis dedos que estaban más abiertos porque como dije mi dedo anularera el que se encargaba de darle placer a ella.
Eliana entro en un estado de placer evidente, tambiénClaudio y yo excitadísimos.
Yo quería más morbo, más excitación, así que se meocurrió algo que imagine lograría esa situación:
La saque de esa comodidad en donde estaba con sucabeza hundida entre mis piernas a la altura de mis huevos pero sinchupármelos, porque solo estaba disfrutando de la cogida que le estaba dandoClaudio, incluso como dije sin chupármela porque eso seguro la distraía y le pregunte a Eliana:
-Estas caliente?
-Siiii, me contesto. Con su voz quejosa.
-Pero muy caliente?
-Si mi amor estoy recaliente. Dijo.
-Entonces miralo a Claudio como te está cogiendo ycontale lo que te has imaginado con él...
Y con su voz entrecortada por el placer y la cogidaque le estaban dando me dijo:
-Hay… nooo me da vergüenza…
Dale míralo a la cara y decile todo lo que me hasdicho a mí…
Allí, ella con su boca semiabierta de placer, y susojos entrecerrados dio vuelta su cara y lo miró, antes no lo había hecho,intentó decirle algo pero volvió la cara hacia mi pecho y no le dijo nada, elmiraba todos su movimientos y estaba atento a todo lo que hablábamos entrenosotros aunque seguía con su tarea detrás de ella.
-Miralo, dale!... le dije. –te gusta lo que te estáhaciendo Claudio?
-Siii. Me contesto.
-Bueno Mira lo que te hace y contale lo que tehas imaginado con él. Le insistí.
Yo estaba totalmente lanzado y buscando todo el morboposible, queriendo que ella le dijera todo aquello que le daba pudor yvergüenza decirle cara a cara mientras la estaba cogiendo. Porque una cosa esimaginarte algo en la intimidad con tu pareja, como invitar a alguien más a lacama, y entre ambos decirse esas cosas que podes imaginar para calentartemutuamente, otra situación distinta es animarse al fin a hacerlo con untercero, y otra cosa distinta, y más morbosa a mi entender, es que a su vezella lo estuviera haciendo con ese tercero, que era el mejor amigo de sumarido, y que además le dijera lo que me había dicho a mi respecto de hacer conél en esa intimidad entre nosotros dos mientras nos imaginábamos estasituación.
Porque no se lo diría a alguien que nunca más vería,se lo diría a alguien que luego seguiría viendo, le contaría esa atracciónsexual que yo le había hecho despertar en ella.
Esa dificultad que note en ella para animarse adecírselo, más me excitaba, así que con mi corazón retumbando de calentura y mivoz entrecortada por el placer que ello me causaba insistí: -Dale miralo ycontale.
Ella dio vuela su cara y mientras lo miraba a él a losojos me decía para que el escuchara claramente:
-que querés que le cuente mi amor? Que me imaginé queClaudio me cogía como me está cogiendo ahora? Que me imaginé que me iba agustar y la verdad que me encanta.
-Que más te imaginaste- contale a él no a mí. Le dije.
Me miro pícaramente y viéndolo a él a los ojos ledijo:
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