Como saben, y si no saben lesrecuerdo, cada tanto me gusta hacer alguna locurita fetichista, como lacolección de bombachas ajenas que tengo en casa, o pasarme crema después delbaño. Pero el miércoles a la noche fui un poquito más allá, ya que como hehecho varias veces, estuve vestido de mujer en una cena en lo de Estela.Travestismo fetichista, y algo más.
Como hace cada mes, Estela hizoen su casa la picada de pelirrojas, donde junta a todas sus amigas, que sean ono tienen que ir con el pelo rojo. Como había hecho el año pasado, quise prendermepero para pasarla bien. Pero la delgadita potra de casi 70 me avisó:"Diegui, mirá que si querés venir tenés que venirte de mujer, eh".Uh, dije en un primer momento, qué cagada, no sé si da que las mujeres me veantravestido. Le conté mi miedo a Teli, y la pelirroja me contestó genial"sí, dale, si las chicas te conocen, no pasa nada, dale Diegui, no te lapierdas amor". OK, dije, gusté la onda de Estela, y aparte, me iba a darel gusto que cada tanto hago en mi departamento. Aparte, por ahí capaz me ibade mambo y me cogía una dama.
Estela la hizo genial, me mandó asu amiga Haydée, maquilladora y vestuarista, la tipa vino a casa, me saludó,charlamos, tomamos café y luego de intercambiar ideas, me vistió con ropa quetrajo especialmente: saco fino, blusa con flores, pollera negra, tacos. Abajotambién de mujer, corpiño y bombacha blanca fina, quería todo, estaba muycaliente. Y qué decir cuando la mujer me maquilló finamente con sus cosméticosde su cartera. Me puse perfume y crema para las manos, con lo que me gusta, y Haydée me dio una linda carterade cuero fino, que me colgué nomás al hombro, y así me fui excitado con laseñora a lo de Estela, donde al llegar las que ya estaban me saludaron yelogiaron mi travestismo. Me vi y besé con María Teresa y María Beatriz,Annabella, Belinda (muy pegaditas), Carmen y Mónica, Ana María a los besos conPatri, Susy Guerrero del bracito de María Clara, Susy Calderioni con Ana Maríala tía de Solange y otras maduras, no así las chicas. Vestido de mujer y maquillado,compartí con las mujeres picada de queso y fiambre, aceitunas, sandwiches demiga, luego postres varios y las locas le dieron al champagne y otras bebidasfuertonas, y después algunas como siempre acabaron la noche en un telo, unaarriba de otra, me imagino María Teresa que se debe haber bajado a su amigotaEstela.
Pero yo, mujer improvisada,también tuve mi noche. Ojo, no cogí con un hombre, soy fetichista pero nohomosexual, si bien no tengo drama con los gays. Pero una vez que todas sefueron, me quedé solo con Ernesto, el marido de Estela, que me ofreció divinoquedarme a dormir en su casa. Y ahí rápido me salió la idea: le pedía ropitapara dormir y me acostaba en su cama, como si fuera Estela. Le dije, Erneestuvo de acuerdo y se rió "eso sí, no vayas a ponerte en bolas conmigo,yo cojo con Estela, eh". Le aclaré que no, que sólo quería excitarme.Nomás, revolví el placard de Estela, y tras buscar saqué un fino camisón blancocon bordadito. Loco, sacado, me pegó la calentura, fui al baño en corpiño ybombacha, me pasé crema en todo el cuerpo y me puse el camisón, y fui a la camamatrimonial con Ernesto. Nos dijimos hasta mañana, él apagó la luz y me puse aintentar dormir en camisón. Pero la calentura pudo más, me fui en camisón albaño, me levanté un poco el camisón, y con bombacha y todo me di una masturbadade novela, pene largo, duro, grueso, me creció como la concha, entre la cena,el travestismo, mi aroma a cremita ydemás. Me di duro, pegué un par de alaridos de locura y exploté de inmenso placeral eyacular semen en la bombacha, bañándola bien y a mis piernas y parte delcamisón. Y no conforme, me di otra y volví a acabar mucho semen en la ropa demujer. Después sí, todo maquillado y en camisón volví a la cama y dormíplácidamente con el marido de Estela. Qué noche, suerte que el tipo no meconfundió con su mujer, a ver si me daba. Estela me dio los gustos, y yo chochoaproveché a mis anchas y le mandé travestismo. Porque cuando uno está querevienta de semen, todo sirve.
Como hace cada mes, Estela hizoen su casa la picada de pelirrojas, donde junta a todas sus amigas, que sean ono tienen que ir con el pelo rojo. Como había hecho el año pasado, quise prendermepero para pasarla bien. Pero la delgadita potra de casi 70 me avisó:"Diegui, mirá que si querés venir tenés que venirte de mujer, eh".Uh, dije en un primer momento, qué cagada, no sé si da que las mujeres me veantravestido. Le conté mi miedo a Teli, y la pelirroja me contestó genial"sí, dale, si las chicas te conocen, no pasa nada, dale Diegui, no te lapierdas amor". OK, dije, gusté la onda de Estela, y aparte, me iba a darel gusto que cada tanto hago en mi departamento. Aparte, por ahí capaz me ibade mambo y me cogía una dama.
Estela la hizo genial, me mandó asu amiga Haydée, maquilladora y vestuarista, la tipa vino a casa, me saludó,charlamos, tomamos café y luego de intercambiar ideas, me vistió con ropa quetrajo especialmente: saco fino, blusa con flores, pollera negra, tacos. Abajotambién de mujer, corpiño y bombacha blanca fina, quería todo, estaba muycaliente. Y qué decir cuando la mujer me maquilló finamente con sus cosméticosde su cartera. Me puse perfume y crema para las manos, con lo que me gusta, y Haydée me dio una linda carterade cuero fino, que me colgué nomás al hombro, y así me fui excitado con laseñora a lo de Estela, donde al llegar las que ya estaban me saludaron yelogiaron mi travestismo. Me vi y besé con María Teresa y María Beatriz,Annabella, Belinda (muy pegaditas), Carmen y Mónica, Ana María a los besos conPatri, Susy Guerrero del bracito de María Clara, Susy Calderioni con Ana Maríala tía de Solange y otras maduras, no así las chicas. Vestido de mujer y maquillado,compartí con las mujeres picada de queso y fiambre, aceitunas, sandwiches demiga, luego postres varios y las locas le dieron al champagne y otras bebidasfuertonas, y después algunas como siempre acabaron la noche en un telo, unaarriba de otra, me imagino María Teresa que se debe haber bajado a su amigotaEstela.
Pero yo, mujer improvisada,también tuve mi noche. Ojo, no cogí con un hombre, soy fetichista pero nohomosexual, si bien no tengo drama con los gays. Pero una vez que todas sefueron, me quedé solo con Ernesto, el marido de Estela, que me ofreció divinoquedarme a dormir en su casa. Y ahí rápido me salió la idea: le pedía ropitapara dormir y me acostaba en su cama, como si fuera Estela. Le dije, Erneestuvo de acuerdo y se rió "eso sí, no vayas a ponerte en bolas conmigo,yo cojo con Estela, eh". Le aclaré que no, que sólo quería excitarme.Nomás, revolví el placard de Estela, y tras buscar saqué un fino camisón blancocon bordadito. Loco, sacado, me pegó la calentura, fui al baño en corpiño ybombacha, me pasé crema en todo el cuerpo y me puse el camisón, y fui a la camamatrimonial con Ernesto. Nos dijimos hasta mañana, él apagó la luz y me puse aintentar dormir en camisón. Pero la calentura pudo más, me fui en camisón albaño, me levanté un poco el camisón, y con bombacha y todo me di una masturbadade novela, pene largo, duro, grueso, me creció como la concha, entre la cena,el travestismo, mi aroma a cremita ydemás. Me di duro, pegué un par de alaridos de locura y exploté de inmenso placeral eyacular semen en la bombacha, bañándola bien y a mis piernas y parte delcamisón. Y no conforme, me di otra y volví a acabar mucho semen en la ropa demujer. Después sí, todo maquillado y en camisón volví a la cama y dormíplácidamente con el marido de Estela. Qué noche, suerte que el tipo no meconfundió con su mujer, a ver si me daba. Estela me dio los gustos, y yo chochoaproveché a mis anchas y le mandé travestismo. Porque cuando uno está querevienta de semen, todo sirve.
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