Mi cuñado
Este relato se ubica antes de mi primer relato (Con el mejor amigo de mi marido) y quizás fue el que despertó en mí la sensualidad y deseos por seguir siendo poseída.
Teníamos poco tiempo de casados mi esposo y yo. Apenas estábamos acoplándonos a la vida marital así que no podían faltar los momentos que toda pareja tiene de intimidad, pero también de problemas por nuestros caracteres.
Mi esposo tiene 3 hermanos mayores que él y 2 concuños. Uno de sus hermanos que es el mayor desde siempre me ha tratado como a una hermana menor, platicábamos, a veces se burlaba de mi cuando más chica ya que era delgada y me decía –“Pinche huerca fea, flaca”- y se reía de mí haciéndome enojar.
Ya en la secundaria mi cuerpo empezó a desarrollarse, fue allí cuando mi actual esposo se volvió de mi mejor amigo a mi novio hasta llegar a casarnos cuando yo tenía 18 años. Mi cuñado siempre me seguía tratando igual, aunque ahora me decía gorda en son de burla y me seguía haciendo enojar pero luego me decía que era broma. El no se ha casado a pesar de ser atractivo, alto de 1.95, cuerpo atlético, barba de candado, tez blanca y mirada intensa.
Ya casados y viviendo aparte, ordenando la casa, arreglándola a mi gusto un día llego mi cuñado con unas cajas que me mandaba mi suegra llenas de cosas. Como eran pesadas me ayudo a meterlas a la casa y se ofreció a ayudarme a acomodar las cosas, yo estaba vestida con un short corto y una blusa de tirantes amarrada a la cintura y una cola de caballo, era temprano, así que entre cosa y cosa bromeando de repente me decía:
-Oyes cuñis, ya no eres la flaquita de antes y gorda no estás, al contrario, estas bien hermosa…
Yo me puse nerviosa porque nunca me había dicho algo así, había habido varias veces que lo sorprendida mirándome y desviaba la mirada, pero no le había dado importancia.
-Ay ¿Otra de tus bromitas?
Le dije tratando de ocultar el nerviosismo que sus palabras me ocasionaron. Era la primera vez que alguien a parte de mi esposo me decía eso porque todos en la colonia nos conocían y sabían que estábamos casados, así que me tenían respeto.
-Es en serio, hasta hace poco no te había puesto atención muy bien, pero antier en casa de mama te vi con ese vestido amarillo con minifalda me di cuenta que tienes unas piernas hermosas y un cuerpo…
Se detuvo dudando de seguir y yo me quede sorprendida y nerviosa por sus palabras.
–No, nada, perdón, luego te la vas a creer huerca fea- Y soltó la carcajada.
-Ya, menso.
Y riéndonos seguimos acomodando y ya no volvió a decirme nada pero yo sin querer lo sorprendida mirando mi cuerpo o mi trasero y su mirada intensa me hacía sentir nerviosa. Ya más tarde regreso mi esposo y al encontrarnos atareados acomodando el contenido de las cajas lo saludó y lo invitó a cenar. Se quedo con nosotros hasta tarde, pero a cada oportunidad que mi esposo se distraía aprovechaba para recorrerme con su mirada lo que me ponía nerviosa por ser mi cuñado a quien siempre había visto como hermano.
Me turbaba su forma de mirarme, me ponía nerviosa ¡Qué lejos estaba yo de imaginarme que esas miradas estaban despertando deseos y fantasías en mí que luego él haría realidad! Como se quedó hasta tarde mi esposo le ofreció quedarse y el al principio no quiso, pero ante la insistencia aceptó y se quedo en el cuarto del frente. Nosotros dormíamos en el del fondo. Esa noche, mi esposo al acostarnos empezó a acariciarme, sus dedos hurgaban en mi vagina húmeda desde antes por las miradas y palabras de mi cuñado.
Cuando lo hacía un gemido suave escapó de mi boca y mi esposo me besó y metió su lengua a lo que yo correspondí, estaba ardiendo de deseos y quería que mi esposo los apagara. Sus manos me recorrían ya desnuda mientras su boca me chupaba mis senos, mi vagina, lamia y mordía lo que por derecho era suyo: Mi cuerpo, mientras yo me entregaba sin reservas.
Cuando metió su lengua en mi vagina un fuerte gemido escapó de mi boca y a mi esposo pareció no importarle, más bien parecía como si quisiera presumirle a su hermano su hembra, yo gemía en voz alta y él no me reprimía, cada que gemía y cerraba mis ojos mientras mi esposo lamía mi vagina y yo apretujaba mis senos, al cerrarlos veía los ojos de mi cuñado contemplándome y eso me hacía calentarme más.
No entendía porque cada que los cerraba lo veía y tampoco entendía porque me excitaba cada vez que lo hacía, así que gemía cada vez más alto. Mi esposo daba la espalda a la puerta, así que no vio como ligeramente se abría y pude ver a mi cuñado viéndonos lo que me encendió, me volvió loca saber que él miraba como mi esposo me poseía. No dije nada, solo aumente el volumen de mis gemidos.
Saber que me estaba viendo desnuda, que veía como mi esposo se comía mi concha y mi ano me volvía loca, me excitaba, me hacía arder. Mientras mi esposo consiguió arrancarme un intenso orgasmo ayudado por la excitación que me producía el morbo de ser observada. Entonces, tomando mis piernas las colocó sobre sus hombros y metiendo su pene en mi vagina empezó a bombear lentamente, pero yo estaba loca de deseos, empecé a moverme rápido, deseaba ser partida por su pene.
Entonces él dándose cuenta de eso aceleró sus embestidas hasta hacer que mis pechos rebotaran y yo gritara, me empalaba, me poseía, me hacía suya. Cuando terminamos, cayó rendido de espaldas a la puerta y se quedo dormido empezando inmediatamente a roncar, yo continuaba jadeando y viendo la puerta y entonces mi cuñado se asomo y me mostró su pene en su mano, un pene grandísimo, cabeza rojiza y grande, grueso, venoso y se masturbó hasta venirse dejando su semen en el piso, luego mandándome un beso de lengua mirando mi vagina se despidió y yo quede encendida sin poder dormir.
Apenas se fue, me levanté a limpiar, no quería que mi esposo viera eso, pero al limpiarlo con un paño, no pude evitar la tentación de acercarlo a mi nariz, olerlo, su olor a macho me excitó, me levanté y en el baño lo restregué a mi cuerpo, me sentía desconocida, ardía de lujuria, imaginarme que ese paño era su pene vaciando su semen en mi me hizo excitarme tanto que lo metí en mi vagina mientras mis dedos me masturbaban y metía mis dedos en mi ano también, cerrando los ojos totalmente encendida lo veía a él mirándome con lujuria lo que me hizo tener el primer orgasmo que él me produciría.
Me fui a acostar, pero esa noche y las siguientes con cada contacto con mi cuñado, los sueños que tendría serían de su pene poseyéndome, haciéndome suya por completo, lo veía encima de mí besándome, con su intensa mirada recorriéndome y su lengua penetrando mi sexo, entonces despertaba sobresaltada, mi pulso acelerado, sintiendo mi vagina arder de deseos, temblando de lo real de esos sueños, pero aún no entendía que estaba siendo seducida lentamente…
En días siguientes él seguía visitándome ya sea para llevar cajas u ofrecerme ayuda para ordenar la casa y yo agradecida lo invitaba a pasar ya que muchas cosas eran pesadas y ayuda masculina era muy bien recibida. Así, entre broma y broma de repente volvía a decirme piropos –Que hermosa boca tienes cuñis, para morderla suave y comérsela, mmmmmm, que rico mueves tus caderas, se ven deliciosas tus piernas así sudadas- y yo le decía que no jugara, pero él insistía que era en serio, que era una mujer hermosa. Yo nerviosamente le di las gracias ruborizada.
El aprovechaba cada ocasión para tocarme, cuando me daba algo sus manos intentaban tocar las mías y a veces las retenía, yo las quitaba inmediatamente, pero el roce de sus dedos me hacía estremecer. Otras veces, pasaba detrás de mí y sentía su bulto restregarse suavemente en mi trasero a la vez que lo sentía aspirar el olor de mi cabello, o fingiendo hacer espacio para pasar me sujetaba de la cintura suavemente, cada contacto me hacía estremecer, me excitaba cada vez más sin ser consciente de que él estaba seduciéndome lentamente, sin prisas, sabía que me tenía y no quería que me le escapara y por eso era paciente, para no asustarme.
En una de esas ocasiones que su bulto se restregó en mi trasero aprovechó para sujetarme de la cintura y colocó su bulto en medio de mis pompas… lo que sentí fue un orgasmo inmediato, electrizante, una descarga de adrenalina me inundo de inmediato, sentí como mi respiración se agitaba y me excuse y me fui a la cocina, quería calmarme, me sentía turbada, tome un vaso de refresco y me intente calmar. En eso llego mi esposo y me sentí aliviada aunque me extraño que llegara temprano, apenas las 2:00 pm, cuando vio a su hermano se alegró.
-Que onda cabrón, que haces aquí- Y lo abrazó.
-Ya ves, mama les envió otras cosas y me quede a ayudarle a esta huerca fea, jajajajaja.
-¿Te vas a quedar a cenar? Yo vine a comer porque tengo que regresar a trabajar por unos problemas y no creo regresar temprano.
-Nombre mano, como voy a molestar a tu mujer.
-No es molestia, al contrario, sabiendo que estas aquí acompañándola me sentiré tranquilo.
-Ok, solo porque me lo pides.
Mi esposo no se imaginaba las intenciones de su hermano, él pensó aprovechar esa oportunidad para consumar sus deseos carnales en mí y yo no me imaginaba lo que ocurriría esa tarde. Al momento de comer, en cada descuido de mi esposo la mirada de mi cuñado seguía mirándome fijamente, miraba mi escote, mi boca, como se sentó a mi lado su mirada recorría mi cuerpo y me hacía sentir desnuda turbándome demasiado y más por lo de aquella noche.
Se levantó mi esposo y se despidió regresando a su trabajo, ya solos, mu cuñado seguía en lo suyo, de repente me decía cosas feas o bromas, pero a veces, poniéndose serio me decía:
–Que cuerpo tan hermoso tienes, estas bien buena, tienes unas caderas y unas piernas… mi hermano se da gusto contigo en las noches mamacita-
Recordar cómo me había visto mientras mi esposo me follaba me excito, me encendió, yo no sabía que decirle, me sentía turbada, nerviosa, vulnerable e indefensa, con miedo a su cercanía, así que me alejaba. Yo traía ese día mi short y mi blusa de tirantes amarrada a la cintura que dejaban ver mi ombligo y mi cintura. Tenía que poner una cortina, así que aproveché para alejarme de él y me subí a una silla, mi cuñado se acercó a ayudarme, me la pasó y se quedó allí, cuando me puse de puntitas en la silla, sentí su alentó en mi trasero….
La cortina se me resbaló por los nervios, él se agachó para recogerla y me la dio, sujetando mis manos mientras su rostro quedó a la altura de mi vientre, sin decir nada sacó su lengua y la metió en mi ombligo…
-No, no, ¿Qué haces?
No decía nada, soltando mis manos me sujetó por mi trasero y su lengua recorría mi vientre introduciéndose en mi ombligo mientras su respiración se hacía más intensa.
-¡NO, NO, DEJAME, ERES MI CUÑADO!
Entonces en el forcejeo estuve a punto de caer de la silla y él gracias a tenerme sujetada impidió que llegara al suelo, pero ahora me sujetó contra la pared, buscaba mi boca mientras me sometía y sus manos rasgaban la blusa. Yo luchaba por escapar, pero sus brazos eran cadenas que me sujetaban y me hacían sentir atada, la blusa cayó al piso hecha girones, sus manos sujetaron las mías contra la pared y entonces su boca encontró la mía… una descarga recorrió mi cuerpo, inconscientemente, por reflejo se abrió mi boca dejándolo meter su lengua y la mía buscaba entrelazarse con ella.
Entonces sujetó mis manos con una de las suyas y su mano libre desabrocho mi short que cayó finalmente al piso. Ahora sus manos apretujaban mis nalgas, recorrían mi piel, cerré los ojos y ya no pude más, me dejé llevar lo que aprovechó para abrazarme y besarme a placer, morder mi cuello mientras mis gemidos se hacían más intensos y sus manos me recorrían toda mientras yo lo abrazaba llena de lujuria.
Entonces, su mano hizo a un lado mi tanga y abrió mi vagina, húmeda, candente, deseosa de ser poseída e introdujo sus dedos haciéndome retorcer y su boca iba de la mía a mis pechos donde mordía y lamia mis pezones. Cuando vio que estaba totalmente sometida sin dejar de comerse mis pechos se quitó su camisa y luego su pantalón cayó al suelo junto a mi short…
Entonces se alejó y me contemplaba triunfalmente, su trofeo, su presa, Yo seguía apoyada en la pared con los ojos cerrados, jadeando, esperando que él continuara tocándome, se acercó y arrancó la tanga, plantándome otro beso candente, su lengua hurgaba mi boca, cada rincón fue recorrido por su lengua, sujetándome de los hombros me hizo hincarme manteniéndome contra la pared, yo me dejé llevar, no sabía que iba a hacer ni me importaba, quería ser suya.
Entonces, con mis ojos aun cerrados, sentí algo contra mis labios y abrí mis ojos, era su pene inmenso que tantas veces soñé desde que lo vi. Allí pude ver su pene en plenitud, era grandísimo, más de lo que recordaba, grueso. Presionó contra mis labios su glande y yo le dije:
-No mi amor, nunca se la he chupado a nadie, solo a mi esposo.
-Jejejejejejejeje, pues ya es hora de que pruebes otros sabores zorra…
Y volvió a presionar su glande en mis labios, su olor y mi lujuria me hizo abrir la boca y la introdujo en parte, era demasiado grande para meterla toda, empecé a mamarla con desesperación, sentirme sometida contra la pared y tener su pene en mi boca me hacía escurrir mis jugos, con una mano sujetaba su tronco y mi otra mano buscó mi vagina.
-¡MMMMMM, QUE RICO MAMAS ZORRITA!
Levanté mi vista mientras seguía mamando, él me miraba con rostro de satisfacción mientras sus manos sujetaban mi cabeza para empezar a bombear en mi boca, yo chupaba, lamía su pene en su totalidad y luego sus testículos para volver a meterla en mi boca. Entonces, me sujetó fuertemente y me empezó a follar la boca salvajemente, más y más intensamente, hasta que estalló en mi boca en medio de gritos de placer, me ahogaba tanta cantidad de semen, me trague lo que pude y el resto escurrió de mi boca al piso.
Entonces, tomándome de las manos me hizo levantarme y seguirle hasta una silla… Entonces tuve un leve momento de cordura -¡NO, NO, POR FAVOR!- Pero él sujetando mis manos me fue acercando a él. Su pene era tan grande, que aun sentado alcanzaba a introducirse en la entrada de mi vagina. Entonces tomándome de las caderas me fue guiando hasta hacerme bajar y clavármela toda…
-¡AAAAAAAAAHHHHHHHGGGGGG!
Sentir esa barra de carne palpitante y viril introducirse centímetro a centímetro en mi vagina era algo increíble, sentía como abría mi vagina totalmente. Ya teniéndome ensartada empezó a cogerme brutalmente, a bombear, a dirigirme para que cabalgara. Volvió a buscar mi boca pero me negué, entonces él atacaba mis pechos, mordía mis pezones arrancándome gritos mientras seguí cogiéndome con su terrible verga…
-¡ASI QUERIA TENERTE MAMACITA, ASI QUERIA METERTELA, COMO ME GUSTAS, CUANTAS GANAS TENIA DE METERTELA DESDE QUE VI AL PENDEJO DE MI HERMANO COGERTE!
-¡AAAAHHHH, AH, AH, AH, AH, AAAAHHHH!
Seguía bombeando mi vagina, cada embestida me arrancaba gritos, sujetaba mi culo, con lo que lograba que sus penetraciones fueran más intensas tanto que sentía que me partía en dos hasta que me arrancó un orgasmo haciéndome gritar como si me estuvieran matando. Ahora yo busque su boca y mientras seguía cogiéndome nos comíamos las bocas, ahora yo blincaba sobre su pene, mientras él seguía sujetando mi culo.
-¡YA ERES MIA MAMACITA, ERES MIA, MI AMANTE!
-¡SI, SI, SI, SOY TUYA PAPITO, TE AMO, TE AMO, TE DESEO, DESDE QUE NOS VISTE SUEÑO CONTIGO!
-¡SI MAMACITA, ME DI CUENTA QUE LIMPIASTE MI SEMEN, JEJEJEJEJEJE, SE QUE LO OLISTE Y TE GUSTO!
Me tenía en la gloria, sus embestidas me arrancaron otro orgasmo violento y mis gritos eran descontrolados. Entonces aumento sus embestidas sujetándome fuertemente por el culo para que no me fuera a escapar…
-¡TE VOY A DAR MI LECHE, TE VOY A LLENAR!
-¡NO, NO, NO, ME VAS A EMBARAZAR, NO ME ESTOY CUIDANDO!
-¡TOMALA, TOMA MI LECHEEEEE, AAAGHHHHH!
-¡NO, NO, NOOOO AAAAHHHGGGGG!
Y sentía su pene estremecerse y como su leche caliente inundaba mis entrañas arrancándome otro orgasmo… Me quedé encima de él y abrazados seguíamos comiéndonos las bocas, entonces se levantó y me cargó. Me llevó a la mesa y aventando todo lo que había me acostó –AHORA VOY A COMERTE MAMITA- dijo mientras su lengua recorría mis pechos hasta llegar a mi vagina, abriendo mis piernas introdujo su lengua y comenzó a lamer de la forma más deliciosa que he sentido, apretujaba mis pechos y su lengua continuaba hurgando cada pliegue de mi vagina, a veces bajaba hasta mi ano y luego volvía a mi vagina que estaba totalmente encharcada, los estertores de un nuevo orgasmo lo hicieron acelerar sus lamidas para hacerme terminar en su boca y se bebió mis jugos mientras yo, en el paroxismo del deseo gemía sin control.
Después de ese orgasmo volvió a colocar su pene en mi vagina y comenzó a arremeter nuevamente con furia animal contra ella, cada embestida me cortaba el aliento, me ahogaba, sujetando mis piernas las mantenía en alto y yo sentía como sus huevos chocaban contra mi culo mientras mis pechos rebotaban. No tarde mucho en tener otro orgasmo violentísimo.
Entonces, sin decir nada, la sacó y yo sentía mi vagina palpitar, él empezó a rozar desde mi vagina hasta mi ano, al sentir su pene rozar mi vagina mi vientre la buscó pero él solo la rozaba haciéndome gemir de deseos desenfrenados.
Entonces ¡Metió su dedo en mi ano! -¡OOOOOHHHHH!- Luego de estar metiéndolo y sacándolo metió otro y volvía al mete y saca arrancándome gemidos, llevándome a la locura, luego metió otro, yo no aguantaba más, sentía que perdía la razón, pero no imaginaba que solo estaba dilatándolo y preparándome para lo que seguía…
Entonces, sin decir nada colocó su glande en la entrada de mi ano:
– ¡NO, NO PAPI, NUNCA ME LA HAN METIDO ALLI!
-¡JEJEJEJEJEJEJE, PUES AHORA VA A SER MIO TU CULO PUTITA!
Y comenzó a meterla lentamente, la lubricación de mi vagina y la excitación hicieron que entrara hasta la mitad mientras yo apretaba mis dientes y la respiración se me iba del tremendo dolor que sentía, entonces se detuvo, dando tiempo a que mi ano se acostumbrara, el dolor inicial se fue convirtiendo lentamente en un placer nuevo para mí, diferente, cuando vio que gemía otra vez continuó metiéndola hasta que su pelvis chocó contra mi vagina y empezó el mete y saca en mi ano por primera vez mientras sus manos recorrían mi cuerpo y se introducían en mi vagina.
Estábamos bañados en sudor, me tenía empalada y sus embestidas me arrancaban gritos, bombeaba sin piedad, a veces lento para que yo disfrutara y a veces violentamente como un macho y me arrancó otro orgasmo. Luego la sacó y me levantó de la mesa solo para empinarme en ella y tener mi culo a su entera disposición, me dio una nalgada fuertísima que me marcó la mano en mi pompa y volvió a clavármela lentamente en el culo para que la disfrutara.
Cuando ya la tenía otra vez adentro empezó a bombear como loco, jalándome el cabello, nalgueándome y mordiendo mi espalda que ahora era de él…
Mis piernas se doblaban por el placer, solo el estar en la mesa impedía que me callera…
-¡ESTE CULO YA ES MÍO, YO TE LO REVENTÉ PRIMERO JAJAJAJAJAJA, ERES MI YEGUA, MI HEMBRA, MI PERRA, MI ZORRAAAAAA!
-¡AAAHHH, AH, AH, AH, AAAHHHH!
-¡CADA QUE YO QUIERA TE VOY A COGER MAMACITA!
-¡SSSIIII! ¡SIIIII PAPACITOOO! ¡AH, AH, AH, AH!
-¡QUE RICO REBOTA TU CULOTE, QUE RICO SE VE COMO ENTRA Y SALE MI VERGA DE TU CULO!
¡-AH, AH, AH, AH, PAPITOOOOO!
Y tuve un orgasmo terrible, las piernas se me doblaron y al ver eso arremetió con furia hasta venirse dentro de mi culo haciéndome venir otra vez ante la sensación de me producía sentir su semen inundando mis entrañas. Cuando la sacó, mi culo estaba abierto totalmente y escurría su semen. Así me dejó un rato, acostada en la mesa jadeando, mientras él de vez en cuando me daba una palmada en el culo, una mordida en la nalga o un beso en la boca.
Después se vistió y se retiró dejándome tendida en la mesa. Desde ese día, mi cuerpo es de mi cuñado…
Continuará...
Este relato se ubica antes de mi primer relato (Con el mejor amigo de mi marido) y quizás fue el que despertó en mí la sensualidad y deseos por seguir siendo poseída.
Teníamos poco tiempo de casados mi esposo y yo. Apenas estábamos acoplándonos a la vida marital así que no podían faltar los momentos que toda pareja tiene de intimidad, pero también de problemas por nuestros caracteres.
Mi esposo tiene 3 hermanos mayores que él y 2 concuños. Uno de sus hermanos que es el mayor desde siempre me ha tratado como a una hermana menor, platicábamos, a veces se burlaba de mi cuando más chica ya que era delgada y me decía –“Pinche huerca fea, flaca”- y se reía de mí haciéndome enojar.
Ya en la secundaria mi cuerpo empezó a desarrollarse, fue allí cuando mi actual esposo se volvió de mi mejor amigo a mi novio hasta llegar a casarnos cuando yo tenía 18 años. Mi cuñado siempre me seguía tratando igual, aunque ahora me decía gorda en son de burla y me seguía haciendo enojar pero luego me decía que era broma. El no se ha casado a pesar de ser atractivo, alto de 1.95, cuerpo atlético, barba de candado, tez blanca y mirada intensa.
Ya casados y viviendo aparte, ordenando la casa, arreglándola a mi gusto un día llego mi cuñado con unas cajas que me mandaba mi suegra llenas de cosas. Como eran pesadas me ayudo a meterlas a la casa y se ofreció a ayudarme a acomodar las cosas, yo estaba vestida con un short corto y una blusa de tirantes amarrada a la cintura y una cola de caballo, era temprano, así que entre cosa y cosa bromeando de repente me decía:
-Oyes cuñis, ya no eres la flaquita de antes y gorda no estás, al contrario, estas bien hermosa…
Yo me puse nerviosa porque nunca me había dicho algo así, había habido varias veces que lo sorprendida mirándome y desviaba la mirada, pero no le había dado importancia.
-Ay ¿Otra de tus bromitas?
Le dije tratando de ocultar el nerviosismo que sus palabras me ocasionaron. Era la primera vez que alguien a parte de mi esposo me decía eso porque todos en la colonia nos conocían y sabían que estábamos casados, así que me tenían respeto.
-Es en serio, hasta hace poco no te había puesto atención muy bien, pero antier en casa de mama te vi con ese vestido amarillo con minifalda me di cuenta que tienes unas piernas hermosas y un cuerpo…
Se detuvo dudando de seguir y yo me quede sorprendida y nerviosa por sus palabras.
–No, nada, perdón, luego te la vas a creer huerca fea- Y soltó la carcajada.
-Ya, menso.
Y riéndonos seguimos acomodando y ya no volvió a decirme nada pero yo sin querer lo sorprendida mirando mi cuerpo o mi trasero y su mirada intensa me hacía sentir nerviosa. Ya más tarde regreso mi esposo y al encontrarnos atareados acomodando el contenido de las cajas lo saludó y lo invitó a cenar. Se quedo con nosotros hasta tarde, pero a cada oportunidad que mi esposo se distraía aprovechaba para recorrerme con su mirada lo que me ponía nerviosa por ser mi cuñado a quien siempre había visto como hermano.
Me turbaba su forma de mirarme, me ponía nerviosa ¡Qué lejos estaba yo de imaginarme que esas miradas estaban despertando deseos y fantasías en mí que luego él haría realidad! Como se quedó hasta tarde mi esposo le ofreció quedarse y el al principio no quiso, pero ante la insistencia aceptó y se quedo en el cuarto del frente. Nosotros dormíamos en el del fondo. Esa noche, mi esposo al acostarnos empezó a acariciarme, sus dedos hurgaban en mi vagina húmeda desde antes por las miradas y palabras de mi cuñado.
Cuando lo hacía un gemido suave escapó de mi boca y mi esposo me besó y metió su lengua a lo que yo correspondí, estaba ardiendo de deseos y quería que mi esposo los apagara. Sus manos me recorrían ya desnuda mientras su boca me chupaba mis senos, mi vagina, lamia y mordía lo que por derecho era suyo: Mi cuerpo, mientras yo me entregaba sin reservas.
Cuando metió su lengua en mi vagina un fuerte gemido escapó de mi boca y a mi esposo pareció no importarle, más bien parecía como si quisiera presumirle a su hermano su hembra, yo gemía en voz alta y él no me reprimía, cada que gemía y cerraba mis ojos mientras mi esposo lamía mi vagina y yo apretujaba mis senos, al cerrarlos veía los ojos de mi cuñado contemplándome y eso me hacía calentarme más.
No entendía porque cada que los cerraba lo veía y tampoco entendía porque me excitaba cada vez que lo hacía, así que gemía cada vez más alto. Mi esposo daba la espalda a la puerta, así que no vio como ligeramente se abría y pude ver a mi cuñado viéndonos lo que me encendió, me volvió loca saber que él miraba como mi esposo me poseía. No dije nada, solo aumente el volumen de mis gemidos.
Saber que me estaba viendo desnuda, que veía como mi esposo se comía mi concha y mi ano me volvía loca, me excitaba, me hacía arder. Mientras mi esposo consiguió arrancarme un intenso orgasmo ayudado por la excitación que me producía el morbo de ser observada. Entonces, tomando mis piernas las colocó sobre sus hombros y metiendo su pene en mi vagina empezó a bombear lentamente, pero yo estaba loca de deseos, empecé a moverme rápido, deseaba ser partida por su pene.
Entonces él dándose cuenta de eso aceleró sus embestidas hasta hacer que mis pechos rebotaran y yo gritara, me empalaba, me poseía, me hacía suya. Cuando terminamos, cayó rendido de espaldas a la puerta y se quedo dormido empezando inmediatamente a roncar, yo continuaba jadeando y viendo la puerta y entonces mi cuñado se asomo y me mostró su pene en su mano, un pene grandísimo, cabeza rojiza y grande, grueso, venoso y se masturbó hasta venirse dejando su semen en el piso, luego mandándome un beso de lengua mirando mi vagina se despidió y yo quede encendida sin poder dormir.
Apenas se fue, me levanté a limpiar, no quería que mi esposo viera eso, pero al limpiarlo con un paño, no pude evitar la tentación de acercarlo a mi nariz, olerlo, su olor a macho me excitó, me levanté y en el baño lo restregué a mi cuerpo, me sentía desconocida, ardía de lujuria, imaginarme que ese paño era su pene vaciando su semen en mi me hizo excitarme tanto que lo metí en mi vagina mientras mis dedos me masturbaban y metía mis dedos en mi ano también, cerrando los ojos totalmente encendida lo veía a él mirándome con lujuria lo que me hizo tener el primer orgasmo que él me produciría.
Me fui a acostar, pero esa noche y las siguientes con cada contacto con mi cuñado, los sueños que tendría serían de su pene poseyéndome, haciéndome suya por completo, lo veía encima de mí besándome, con su intensa mirada recorriéndome y su lengua penetrando mi sexo, entonces despertaba sobresaltada, mi pulso acelerado, sintiendo mi vagina arder de deseos, temblando de lo real de esos sueños, pero aún no entendía que estaba siendo seducida lentamente…
En días siguientes él seguía visitándome ya sea para llevar cajas u ofrecerme ayuda para ordenar la casa y yo agradecida lo invitaba a pasar ya que muchas cosas eran pesadas y ayuda masculina era muy bien recibida. Así, entre broma y broma de repente volvía a decirme piropos –Que hermosa boca tienes cuñis, para morderla suave y comérsela, mmmmmm, que rico mueves tus caderas, se ven deliciosas tus piernas así sudadas- y yo le decía que no jugara, pero él insistía que era en serio, que era una mujer hermosa. Yo nerviosamente le di las gracias ruborizada.
El aprovechaba cada ocasión para tocarme, cuando me daba algo sus manos intentaban tocar las mías y a veces las retenía, yo las quitaba inmediatamente, pero el roce de sus dedos me hacía estremecer. Otras veces, pasaba detrás de mí y sentía su bulto restregarse suavemente en mi trasero a la vez que lo sentía aspirar el olor de mi cabello, o fingiendo hacer espacio para pasar me sujetaba de la cintura suavemente, cada contacto me hacía estremecer, me excitaba cada vez más sin ser consciente de que él estaba seduciéndome lentamente, sin prisas, sabía que me tenía y no quería que me le escapara y por eso era paciente, para no asustarme.
En una de esas ocasiones que su bulto se restregó en mi trasero aprovechó para sujetarme de la cintura y colocó su bulto en medio de mis pompas… lo que sentí fue un orgasmo inmediato, electrizante, una descarga de adrenalina me inundo de inmediato, sentí como mi respiración se agitaba y me excuse y me fui a la cocina, quería calmarme, me sentía turbada, tome un vaso de refresco y me intente calmar. En eso llego mi esposo y me sentí aliviada aunque me extraño que llegara temprano, apenas las 2:00 pm, cuando vio a su hermano se alegró.
-Que onda cabrón, que haces aquí- Y lo abrazó.
-Ya ves, mama les envió otras cosas y me quede a ayudarle a esta huerca fea, jajajajaja.
-¿Te vas a quedar a cenar? Yo vine a comer porque tengo que regresar a trabajar por unos problemas y no creo regresar temprano.
-Nombre mano, como voy a molestar a tu mujer.
-No es molestia, al contrario, sabiendo que estas aquí acompañándola me sentiré tranquilo.
-Ok, solo porque me lo pides.
Mi esposo no se imaginaba las intenciones de su hermano, él pensó aprovechar esa oportunidad para consumar sus deseos carnales en mí y yo no me imaginaba lo que ocurriría esa tarde. Al momento de comer, en cada descuido de mi esposo la mirada de mi cuñado seguía mirándome fijamente, miraba mi escote, mi boca, como se sentó a mi lado su mirada recorría mi cuerpo y me hacía sentir desnuda turbándome demasiado y más por lo de aquella noche.
Se levantó mi esposo y se despidió regresando a su trabajo, ya solos, mu cuñado seguía en lo suyo, de repente me decía cosas feas o bromas, pero a veces, poniéndose serio me decía:
–Que cuerpo tan hermoso tienes, estas bien buena, tienes unas caderas y unas piernas… mi hermano se da gusto contigo en las noches mamacita-
Recordar cómo me había visto mientras mi esposo me follaba me excito, me encendió, yo no sabía que decirle, me sentía turbada, nerviosa, vulnerable e indefensa, con miedo a su cercanía, así que me alejaba. Yo traía ese día mi short y mi blusa de tirantes amarrada a la cintura que dejaban ver mi ombligo y mi cintura. Tenía que poner una cortina, así que aproveché para alejarme de él y me subí a una silla, mi cuñado se acercó a ayudarme, me la pasó y se quedó allí, cuando me puse de puntitas en la silla, sentí su alentó en mi trasero….
La cortina se me resbaló por los nervios, él se agachó para recogerla y me la dio, sujetando mis manos mientras su rostro quedó a la altura de mi vientre, sin decir nada sacó su lengua y la metió en mi ombligo…
-No, no, ¿Qué haces?
No decía nada, soltando mis manos me sujetó por mi trasero y su lengua recorría mi vientre introduciéndose en mi ombligo mientras su respiración se hacía más intensa.
-¡NO, NO, DEJAME, ERES MI CUÑADO!
Entonces en el forcejeo estuve a punto de caer de la silla y él gracias a tenerme sujetada impidió que llegara al suelo, pero ahora me sujetó contra la pared, buscaba mi boca mientras me sometía y sus manos rasgaban la blusa. Yo luchaba por escapar, pero sus brazos eran cadenas que me sujetaban y me hacían sentir atada, la blusa cayó al piso hecha girones, sus manos sujetaron las mías contra la pared y entonces su boca encontró la mía… una descarga recorrió mi cuerpo, inconscientemente, por reflejo se abrió mi boca dejándolo meter su lengua y la mía buscaba entrelazarse con ella.
Entonces sujetó mis manos con una de las suyas y su mano libre desabrocho mi short que cayó finalmente al piso. Ahora sus manos apretujaban mis nalgas, recorrían mi piel, cerré los ojos y ya no pude más, me dejé llevar lo que aprovechó para abrazarme y besarme a placer, morder mi cuello mientras mis gemidos se hacían más intensos y sus manos me recorrían toda mientras yo lo abrazaba llena de lujuria.
Entonces, su mano hizo a un lado mi tanga y abrió mi vagina, húmeda, candente, deseosa de ser poseída e introdujo sus dedos haciéndome retorcer y su boca iba de la mía a mis pechos donde mordía y lamia mis pezones. Cuando vio que estaba totalmente sometida sin dejar de comerse mis pechos se quitó su camisa y luego su pantalón cayó al suelo junto a mi short…
Entonces se alejó y me contemplaba triunfalmente, su trofeo, su presa, Yo seguía apoyada en la pared con los ojos cerrados, jadeando, esperando que él continuara tocándome, se acercó y arrancó la tanga, plantándome otro beso candente, su lengua hurgaba mi boca, cada rincón fue recorrido por su lengua, sujetándome de los hombros me hizo hincarme manteniéndome contra la pared, yo me dejé llevar, no sabía que iba a hacer ni me importaba, quería ser suya.
Entonces, con mis ojos aun cerrados, sentí algo contra mis labios y abrí mis ojos, era su pene inmenso que tantas veces soñé desde que lo vi. Allí pude ver su pene en plenitud, era grandísimo, más de lo que recordaba, grueso. Presionó contra mis labios su glande y yo le dije:
-No mi amor, nunca se la he chupado a nadie, solo a mi esposo.
-Jejejejejejejeje, pues ya es hora de que pruebes otros sabores zorra…
Y volvió a presionar su glande en mis labios, su olor y mi lujuria me hizo abrir la boca y la introdujo en parte, era demasiado grande para meterla toda, empecé a mamarla con desesperación, sentirme sometida contra la pared y tener su pene en mi boca me hacía escurrir mis jugos, con una mano sujetaba su tronco y mi otra mano buscó mi vagina.
-¡MMMMMM, QUE RICO MAMAS ZORRITA!
Levanté mi vista mientras seguía mamando, él me miraba con rostro de satisfacción mientras sus manos sujetaban mi cabeza para empezar a bombear en mi boca, yo chupaba, lamía su pene en su totalidad y luego sus testículos para volver a meterla en mi boca. Entonces, me sujetó fuertemente y me empezó a follar la boca salvajemente, más y más intensamente, hasta que estalló en mi boca en medio de gritos de placer, me ahogaba tanta cantidad de semen, me trague lo que pude y el resto escurrió de mi boca al piso.
Entonces, tomándome de las manos me hizo levantarme y seguirle hasta una silla… Entonces tuve un leve momento de cordura -¡NO, NO, POR FAVOR!- Pero él sujetando mis manos me fue acercando a él. Su pene era tan grande, que aun sentado alcanzaba a introducirse en la entrada de mi vagina. Entonces tomándome de las caderas me fue guiando hasta hacerme bajar y clavármela toda…
-¡AAAAAAAAAHHHHHHHGGGGGG!
Sentir esa barra de carne palpitante y viril introducirse centímetro a centímetro en mi vagina era algo increíble, sentía como abría mi vagina totalmente. Ya teniéndome ensartada empezó a cogerme brutalmente, a bombear, a dirigirme para que cabalgara. Volvió a buscar mi boca pero me negué, entonces él atacaba mis pechos, mordía mis pezones arrancándome gritos mientras seguí cogiéndome con su terrible verga…
-¡ASI QUERIA TENERTE MAMACITA, ASI QUERIA METERTELA, COMO ME GUSTAS, CUANTAS GANAS TENIA DE METERTELA DESDE QUE VI AL PENDEJO DE MI HERMANO COGERTE!
-¡AAAAHHHH, AH, AH, AH, AH, AAAAHHHH!
Seguía bombeando mi vagina, cada embestida me arrancaba gritos, sujetaba mi culo, con lo que lograba que sus penetraciones fueran más intensas tanto que sentía que me partía en dos hasta que me arrancó un orgasmo haciéndome gritar como si me estuvieran matando. Ahora yo busque su boca y mientras seguía cogiéndome nos comíamos las bocas, ahora yo blincaba sobre su pene, mientras él seguía sujetando mi culo.
-¡YA ERES MIA MAMACITA, ERES MIA, MI AMANTE!
-¡SI, SI, SI, SOY TUYA PAPITO, TE AMO, TE AMO, TE DESEO, DESDE QUE NOS VISTE SUEÑO CONTIGO!
-¡SI MAMACITA, ME DI CUENTA QUE LIMPIASTE MI SEMEN, JEJEJEJEJEJE, SE QUE LO OLISTE Y TE GUSTO!
Me tenía en la gloria, sus embestidas me arrancaron otro orgasmo violento y mis gritos eran descontrolados. Entonces aumento sus embestidas sujetándome fuertemente por el culo para que no me fuera a escapar…
-¡TE VOY A DAR MI LECHE, TE VOY A LLENAR!
-¡NO, NO, NO, ME VAS A EMBARAZAR, NO ME ESTOY CUIDANDO!
-¡TOMALA, TOMA MI LECHEEEEE, AAAGHHHHH!
-¡NO, NO, NOOOO AAAAHHHGGGGG!
Y sentía su pene estremecerse y como su leche caliente inundaba mis entrañas arrancándome otro orgasmo… Me quedé encima de él y abrazados seguíamos comiéndonos las bocas, entonces se levantó y me cargó. Me llevó a la mesa y aventando todo lo que había me acostó –AHORA VOY A COMERTE MAMITA- dijo mientras su lengua recorría mis pechos hasta llegar a mi vagina, abriendo mis piernas introdujo su lengua y comenzó a lamer de la forma más deliciosa que he sentido, apretujaba mis pechos y su lengua continuaba hurgando cada pliegue de mi vagina, a veces bajaba hasta mi ano y luego volvía a mi vagina que estaba totalmente encharcada, los estertores de un nuevo orgasmo lo hicieron acelerar sus lamidas para hacerme terminar en su boca y se bebió mis jugos mientras yo, en el paroxismo del deseo gemía sin control.
Después de ese orgasmo volvió a colocar su pene en mi vagina y comenzó a arremeter nuevamente con furia animal contra ella, cada embestida me cortaba el aliento, me ahogaba, sujetando mis piernas las mantenía en alto y yo sentía como sus huevos chocaban contra mi culo mientras mis pechos rebotaban. No tarde mucho en tener otro orgasmo violentísimo.
Entonces, sin decir nada, la sacó y yo sentía mi vagina palpitar, él empezó a rozar desde mi vagina hasta mi ano, al sentir su pene rozar mi vagina mi vientre la buscó pero él solo la rozaba haciéndome gemir de deseos desenfrenados.
Entonces ¡Metió su dedo en mi ano! -¡OOOOOHHHHH!- Luego de estar metiéndolo y sacándolo metió otro y volvía al mete y saca arrancándome gemidos, llevándome a la locura, luego metió otro, yo no aguantaba más, sentía que perdía la razón, pero no imaginaba que solo estaba dilatándolo y preparándome para lo que seguía…
Entonces, sin decir nada colocó su glande en la entrada de mi ano:
– ¡NO, NO PAPI, NUNCA ME LA HAN METIDO ALLI!
-¡JEJEJEJEJEJEJE, PUES AHORA VA A SER MIO TU CULO PUTITA!
Y comenzó a meterla lentamente, la lubricación de mi vagina y la excitación hicieron que entrara hasta la mitad mientras yo apretaba mis dientes y la respiración se me iba del tremendo dolor que sentía, entonces se detuvo, dando tiempo a que mi ano se acostumbrara, el dolor inicial se fue convirtiendo lentamente en un placer nuevo para mí, diferente, cuando vio que gemía otra vez continuó metiéndola hasta que su pelvis chocó contra mi vagina y empezó el mete y saca en mi ano por primera vez mientras sus manos recorrían mi cuerpo y se introducían en mi vagina.
Estábamos bañados en sudor, me tenía empalada y sus embestidas me arrancaban gritos, bombeaba sin piedad, a veces lento para que yo disfrutara y a veces violentamente como un macho y me arrancó otro orgasmo. Luego la sacó y me levantó de la mesa solo para empinarme en ella y tener mi culo a su entera disposición, me dio una nalgada fuertísima que me marcó la mano en mi pompa y volvió a clavármela lentamente en el culo para que la disfrutara.
Cuando ya la tenía otra vez adentro empezó a bombear como loco, jalándome el cabello, nalgueándome y mordiendo mi espalda que ahora era de él…
Mis piernas se doblaban por el placer, solo el estar en la mesa impedía que me callera…
-¡ESTE CULO YA ES MÍO, YO TE LO REVENTÉ PRIMERO JAJAJAJAJAJA, ERES MI YEGUA, MI HEMBRA, MI PERRA, MI ZORRAAAAAA!
-¡AAAHHH, AH, AH, AH, AAAHHHH!
-¡CADA QUE YO QUIERA TE VOY A COGER MAMACITA!
-¡SSSIIII! ¡SIIIII PAPACITOOO! ¡AH, AH, AH, AH!
-¡QUE RICO REBOTA TU CULOTE, QUE RICO SE VE COMO ENTRA Y SALE MI VERGA DE TU CULO!
¡-AH, AH, AH, AH, PAPITOOOOO!
Y tuve un orgasmo terrible, las piernas se me doblaron y al ver eso arremetió con furia hasta venirse dentro de mi culo haciéndome venir otra vez ante la sensación de me producía sentir su semen inundando mis entrañas. Cuando la sacó, mi culo estaba abierto totalmente y escurría su semen. Así me dejó un rato, acostada en la mesa jadeando, mientras él de vez en cuando me daba una palmada en el culo, una mordida en la nalga o un beso en la boca.
Después se vistió y se retiró dejándome tendida en la mesa. Desde ese día, mi cuerpo es de mi cuñado…
Continuará...
2 comentarios - 16. Mi cuñado (SexyAracely)