Hola a todos, aqui esta otra parte de mis aventuras, besos a todos:
Cuando decidimos ir de vacaciones navideñas, nunca pensé que serian tan divertidas. Fuimos a Miami, a casa de unos primos de mi esposo.
Nos recibieron muy bien, los tíos de mi esposo son muy lindos, ellos me conocieron desde antes, desde que tenía 12 años igual que los muchachos, así que cuando nos vieron porque desde la boda no nos veían les dio mucho gusto.
Los muchachos me abrazaron muy efusivamente y me decían al oído “Primita, estas mas buena que cuando te vimos por última vez” y no pude evitar sentir un bulto en su entrepierna cuando me abrazaban.
Durante los días siguientes se dedicaron a enseñarnos los lugares turísticos como Downtown a ver los grandes edificios, a South Beach con sus hermosas playas, además fuimos muchas veces allí de noche a bailar, fuimos al acuario, en fin.
Pero las veces que fuimos a la playa los primos aprovechaban para rodearme, siempre lleve bikini, a veces me daba pena llevar tanga y me envolvía la cintura con una toalla para no dejar que me vieran el trasero, pero los primos me hacían bulla porque muchas mujeres andaban como si nada, así que con pena me quitaba la toalla y ellos aplaudían diciéndome cosas como “Que hermosa estas” “Primita, que buen trasero tienes” “Que envidia al primo que lo disfruta cada noche” en fin.
A veces, al entrar al agua se ofrecían a cuidarme y a veces las olas me empujaban hasta casi caerme lo que aprovechaban para abrazarme con el pretexto de no dejarme caer y así aprovechaban para tocar mi cuerpo debajo del agua sobando mi trasero o pegando el bulto de su erección.
Mi esposo no sospechaba nada, lo veía como juegos normales de familiares, pero yo era consciente de sus intenciones.
Una ocasión mi esposo se sintió mal y yo quería ir a la playa, así que ellos se ofrecieron a llevarme y mi esposo estuvo de acuerdo, decía que no era justo que por un malestar yo no pudiera divertirme. Así que me llevaron ellos.
Ah, se me olvidaba decir, los que viven donde estábamos son 2, uno es mulato llamado Mike de 22 años, ojos verdes y el otro aperlado llamado Peter de 25 de ojos azules, ambos muy guapos, sobre todo el mulato. A parte ellos tienen 3 primos más allí, así que cuando llegamos los 5 se juntaron para verme y acompañarme.
Al llegar a la playa, como siempre llevaba mi bikini blanco, ellos fueron a meterse al agua mientras yo me acosté en la arena boca abajo. Pasaban hombres que me decían cosas como: “that is fucking nice ass the whore” “Yes, you delicious bitch” así que le pedía a mi primo el Mike cuando regreso que me dijera que significaban esas palabras, cuando me lo dijo me puse colorada y él me dijo “¿Por qué te da pena? ¡Es la verdad! ¡Tienes un culo delicioso!”
Mejor ya no le dije nada, me recosté otra vez y el sólo me contemplaba de arriba abajo así que mejor cherre los ojos para no sentirme turbada. En eso lo llamaron los otros y vi como se alejaba, luego alcance a escuchar sus risas y al voltear me di cuenta que todos me miraban y hacían comentarios.
No le di importancia y me volví a recostar. Se acercó Peter su hermano y me dijo “¿No quieres que te ponga bronceador? Te puede hacer daño asolearte sin proteger tu piel”. Le dije que sí, que si me podía ayudar. El volteo con los demás que miraban de lejos y les guiñó un ojo. Se puso bronceador en las manos y empezó a sobar mi espalda en un rico masaje.
-Mmmmmm -suspire.
-¿Te gusta?
-Sip. Es muy relajante.
-No te preocupes, tu solo disfruta.
Y continuo untando el bronceador en la espalda, luego hizo algo que no esperaba, desamarro el bra dejándome en topless, como estaba boca abajo no veía nada.
-¡Oye! ¿Qué haces?
-Calma, es normal, mira.
Y voltee y si, estaba una pareja mas allá en la misma situación, ya no le dije nada y el continuó con su labor, de vez en cuando su mano bajaba más de la cuenta hasta donde terminaba mi espalda sobando levemente el inicio de mis pompas lo que me hizo dar un ligero gemido, al escucharlo se animo a bajar la mano un poco mas llegando a masajear mis pompas de manera completa.
Luego se unto mas bronceador y empezó a bajar de mis pompas a mis piernas, la sensación tan placentera que me producía me hizo abrir las piernas para que pudiera llegar más adentro libremente. Así sus manos masajeaban mis muslos tocando todo hasta rozar levemente mi vagina haciéndome gemir suavemente.
Termino, pero no intento nada más dejándome extrañada, antes de regresar con los demás me dio un beso en la mejilla, casi en la comisura de la boca y me dio las gracias por permitirle ponerme el bronceador. Se fue dejándome picada. Me quede así y me dormí unos minutos.
Luego me despertó una palmada en mi trasero de parte de Mike que me dijo:
-Ándale bella durmiente, ya nos vamos.
Me levante sin recordar que estaba en topless dándole a los 5 una vista de mis pechos y todos soltaron un chiflido de admiración. Rápidamente me tape y me coloqué el bra.
Durante el trayecto de regreso nadie comento nada, platicaban como si nada hubiera pasado mientras yo me sentía apenada por el espectáculo que di.
Los días siguientes fueron normales, pero el día viernes previo a navidad la tía y yo estábamos realizando algunos arreglos para adornar la casa para la cena navideña.
La tía me pidió que le trajera unas cosas que olvido en su cuarto, subí para traérselas y al salir del cuarto iba saliendo Mike del suyo totalmente desnudo, su magnífica herramienta colgaba entre sus piernas y aun dormida su tamaño era considerable.
Cuando me vio la tomo en sus manos balanceándola mientras me sonreía al notar el tremendo poder de atracción que su sola vista me producía igual que su cuerpo musculoso, atlético y bien formado.
Al balancearla su tamaño empezó a crecer y me dijo mirándome a los ojos:
-¿Te gusta? Vamos a bañarnos y la tendrás toda.
Sin pensar di unos pasos hacia él totalmente hipnotizada por su hermoso pene, largo, de cabeza rojiza y grande, venosa, que ya empezaba a mostrar el líquido que empezaba a escurrir.
En eso la voz de la tía me saco de mi estupor y sin decir nada baje corriendo mientras Mike no dejaba de mirarme y se metió a bañar. Estaba agitada, jadeando y la tía me pregunto qué me pasaba.
-Nada tía, me agito bajar corriendo la escalera.
-Niña ¿De qué te sirve tanto ejercicio en el GYM’? –Y se rió.
Todo ese día, la imagen de Mike desnudo y ofreciéndome su portentoso pene no se apartaba de mi mente. En la noche cuando mi esposo me hizo el amor, cada vez que cerraba los ojos veía a Mike y su pene lo que me ponía de a mil haciéndome más intensa y mi marido notándolo me penetraba mas violentamente, mis gemidos al recordar ese hermoso pene se hacían más intensos al grado que mi esposo tuvo que taparme la boca pues al estallar mi orgasmo casi gritaba. Así me quede dormida, soñando con Mike.
El 24, después de la cena empezamos a bailar, los 5 se turnaban para bailar conmigo a pesar de haber llevado a sus novias mientras mi esposo tomaba con su tío. Cada uno me tomaba más descaradamente viendo que mi esposo ya estaba borracho.
Sus bocas se acercaban a mi oído y me decían cosas calientes:
-Mamacita, estas buenísima, deseo poseerte.
Eran las frases que mas me decían mientras pegaban su erección a mi cuerpo. Ya pasada la media noche la mayoría se despidió para ir a dejar a sus novias.
Mike en cambio me tomo en sus brazos, sus manos bajaban peligrosamente casi hasta donde mi espalda terminaba, entonces me dijo al oído:
-Cuando todos se duerman, te espero en mi recamara para darte lo que tanto te gustó…
Me moje inmediatamente de solo recordarlo, pero le dije:
-Estás loco, no creas que voy a ir.
-Irás, se que irás porque te gusto, no lo puedes negar.
Dijo mientras restregaba su dura erección contra mi concha haciéndome empapar más de lo que ya estaba. Luego que dejamos de bailar se retiro diciendo que tenía sueño y al irse volteó y me guiño un ojo.
Mi esposo y su tío se quedaron dormidos en la sala, la tía se fue a su recamara y yo me quedé sentada en la sala, luchando contra la calentura que sentía, sentía mis jugos empapar mi tanga y las palabras de Mike me taladraban la mente.
Mi respiración se empezó a convertir en jadeos, ya no podía renegar de mi excitación, de esos ojos verdes que me subyugaban y saber que me esperaba en su recamara totalmente desnudo para mí, que ese portento de macho me deseaba y nada impedía que nos poseyéramos.
No pude más, me levante y fui a mi recamara primero, me quite el vestido y la ropa interior y me puse la bata, me arregle y me puse un perfume que él me regaló cuando llegamos. Cuando abrí la puerta de su recamara, el estaba acostado con los ojos cerrados y su pene erecto como un mástil.
No dije nada, me acerque y lo tomé en mis manos, ni mis dos manos podían abarcarlo, era muy grande y jugoso, le di una lamida a la cabeza y al ver a Mike el me estaba mirando, sin decir nada metí en la boca ese pedazo de carne vibrante y viril y le di una mamada como nunca, hasta hacerlo jadear.
-Primita, Aracely, que rico mamas putita, eres una diosa…
Lamia y chupaba su pene como a mí me gustaba, lo besaba y recorría con mi lengua hasta sus huevos totalmente depilados lo que hacía más placentera mi labor. Chupaba y chupaba como loca, su pene empezó a vibrar y lo masajee con fuerza hasta que empezó a expulsar su leche salpicando mi cara y pechos.
Después del rico baño de leche continué masajeándolo y chupándolo para que no perdiera su vigor, luego el se levantó y me dijo “Va la mía mamita” y me arrojó en la cama, entonces desabotono la bata y al contemplar mi cuerpo desnudo solo silbó y abrió mis piernas dejando mi vagina húmeda a su disposición.
Primero besó mi vagina, luego su lengua se abrió paso entrando y recorriendo cada pliegue de mi sexo, lamía y mordisqueaba mi clítoris succionándolo arrancándome profundos gemidos. Mi cuerpo empezó a tener fuertes estertores anunciando la llegada de un orgasmo inminente que estallo en su boca, el cual él se bebió como si de un delicioso néctar se tratase.
Luego subió besando mi vientre hasta llegar a mi pecho para juguetear con su lengua en mis pezones durísimos, mordía mis pechos, los lamía, los apretujaba con sus manos morenas que hacían un contraste caliente con mi piel. Entonces me plantó un beso cargado de pasión y yo lo abracé para sentirlo sobre mí.
Nuestras respiraciones eran jadeos intensos, animales, nuestras manos recorrían la piel del otro, hurgaban en nuestros sexos libremente. Entonces se levantó, tomó mis piernas colocándolas en sus hombros y puso su magnífica herramienta en mi vagina.
-Papi, por favor, despacio, está muy grande.
-No te preocupes mami, no eres la primera…
Cuando dijo esto me enloqueció y empezó a meterla lentamente, me producía una mezcla de dolor y placer enloquecedor sentir como se abría paso en mi vagina, metió solo la mitad dejándome acostumbrarme ante su monstruoso tamaño.
-Mas, mas, mas… -Le rogué y entonces metió el resto de golpe, lancé un grito desgarrador que él ahogo tapándome la boca y empezó a bombearme salvajemente, sin piedad.
-¡AH, AH, AH, AH, PAPIIII!
-Jejejeje, mamacita, desde que llegaron supe que serias mi puta, que te tendría en mi cama.
-¡¡AAAAAAGGGGGHHHHH!!!
Sus penetraciones eran intensas, violentas, el sonido de nuestros sexos chocando salvajemente inundaba la recámara y nuestros aromas a sexo eran la esencia de la lujuria.
Entonces soltó mis piernas bajándolas a sus costados para inclinarse y levantarme, me besó y nos comíamos la boca literalmente, me sujetó y me levantó teniéndome ensartada, se levantó y así de pie me siguió penetrando.
Luego me pegó contra un muro y seguía embistiéndome con furia animal, para entonces ya no era dueña de mi misma y en vez de gemir gritaba.
-Mamita ¿Quieres que se den cuenta?
-¡No me importa que me oigan, que oigan como me haces gozar!
Y continuaba gritando pero él me tapó la boca:
-No mami, quiero cogerte todos los días hasta que se vayan, así que es mejor no te oigan…
Y siguió penetrándome con la boca tapada ya que yo no dejaba de gritar y entonces le clave las uñas en la espalda y él me mordió el cuello, éramos dos bestias copulando. Orgasmos se sucedían uno tras otro hasta que Mike estalló llenándome de leche la vagina, nuestros jugos escurrían mezclados hasta el piso mientras él seguía bombeando a pesar de haber tenido un orgasmo.
Entonces se volteó y me llevó a la cama y me acostó en el borde, volvió a sujetar mis piernas sobre sus hombros y sacó su verga de mi concha, entonces la colocó en mi ano, estaba tan mojada de nuestros jugos que estaba muy lubricada, empezó a empujar hasta que entro el glande…
-¡AAAAAAAAHHHHHHH!
Se detuvo, esperó a que me acostumbrara y entonces empezó a empujar lentamente arrancándome gritos de dolor que ahogaba con la almohada, empujo hasta llegar a la mitad.
-Tranquila, ya casi termino, vas a disfrutarlo mamita.
¡Como me enloquecía que me dijera así! Cuando me acostumbre un poco a su tamaño, lo ayude un poco a que siguiera penetrando, entonces el volvió a presionar hasta conseguir meterla casi toda, entonces lo que faltaba lo metió de golpe…
-¡¡¡AAAAAGGGGGGGGHHHHHHHH!!!
Y volvió a embestirme de manera animal mientras yo me apretujaba los pechos y me sobaba mi clítoris.
-¡ESTE CULO YA ES MÍO MAMACITA! ¿OISTE? ¡MIO!
-¡SI PAPITO, ES TUYO, TODO TUYO, ROMPEMELO, CULEAME TODOS LOS DIAS!
Gritaba mientras sus embestidas me hacían sentir que me partía a la mitad, mientras sentía como su pene llegaba hasta mis entrañas.
Cuando aceleró el ritmo mis gritos eran intensos ahogados por la almohada hasta que empecé a sentir como su pene estallaba inundando mis entrañas de leche provocándome el más delicioso orgasmo que jamás he experimentado.
Luego la sacó y se acostó junto a mí abrazándome y besándome…
-¡Que rico regalo de navidad me has dado!
-Tú también me diste un rico regalo papi
Cuando le Dije eso volvió a meter su lengua en mi boca. Nos quedamos dormidos en su recamara y me levante antes de que alguien se diera cuenta para ir a mi recamara a bañarme y dormir un poco.
Continuará.
Cuando decidimos ir de vacaciones navideñas, nunca pensé que serian tan divertidas. Fuimos a Miami, a casa de unos primos de mi esposo.
Nos recibieron muy bien, los tíos de mi esposo son muy lindos, ellos me conocieron desde antes, desde que tenía 12 años igual que los muchachos, así que cuando nos vieron porque desde la boda no nos veían les dio mucho gusto.
Los muchachos me abrazaron muy efusivamente y me decían al oído “Primita, estas mas buena que cuando te vimos por última vez” y no pude evitar sentir un bulto en su entrepierna cuando me abrazaban.
Durante los días siguientes se dedicaron a enseñarnos los lugares turísticos como Downtown a ver los grandes edificios, a South Beach con sus hermosas playas, además fuimos muchas veces allí de noche a bailar, fuimos al acuario, en fin.
Pero las veces que fuimos a la playa los primos aprovechaban para rodearme, siempre lleve bikini, a veces me daba pena llevar tanga y me envolvía la cintura con una toalla para no dejar que me vieran el trasero, pero los primos me hacían bulla porque muchas mujeres andaban como si nada, así que con pena me quitaba la toalla y ellos aplaudían diciéndome cosas como “Que hermosa estas” “Primita, que buen trasero tienes” “Que envidia al primo que lo disfruta cada noche” en fin.
A veces, al entrar al agua se ofrecían a cuidarme y a veces las olas me empujaban hasta casi caerme lo que aprovechaban para abrazarme con el pretexto de no dejarme caer y así aprovechaban para tocar mi cuerpo debajo del agua sobando mi trasero o pegando el bulto de su erección.
Mi esposo no sospechaba nada, lo veía como juegos normales de familiares, pero yo era consciente de sus intenciones.
Una ocasión mi esposo se sintió mal y yo quería ir a la playa, así que ellos se ofrecieron a llevarme y mi esposo estuvo de acuerdo, decía que no era justo que por un malestar yo no pudiera divertirme. Así que me llevaron ellos.
Ah, se me olvidaba decir, los que viven donde estábamos son 2, uno es mulato llamado Mike de 22 años, ojos verdes y el otro aperlado llamado Peter de 25 de ojos azules, ambos muy guapos, sobre todo el mulato. A parte ellos tienen 3 primos más allí, así que cuando llegamos los 5 se juntaron para verme y acompañarme.
Al llegar a la playa, como siempre llevaba mi bikini blanco, ellos fueron a meterse al agua mientras yo me acosté en la arena boca abajo. Pasaban hombres que me decían cosas como: “that is fucking nice ass the whore” “Yes, you delicious bitch” así que le pedía a mi primo el Mike cuando regreso que me dijera que significaban esas palabras, cuando me lo dijo me puse colorada y él me dijo “¿Por qué te da pena? ¡Es la verdad! ¡Tienes un culo delicioso!”
Mejor ya no le dije nada, me recosté otra vez y el sólo me contemplaba de arriba abajo así que mejor cherre los ojos para no sentirme turbada. En eso lo llamaron los otros y vi como se alejaba, luego alcance a escuchar sus risas y al voltear me di cuenta que todos me miraban y hacían comentarios.
No le di importancia y me volví a recostar. Se acercó Peter su hermano y me dijo “¿No quieres que te ponga bronceador? Te puede hacer daño asolearte sin proteger tu piel”. Le dije que sí, que si me podía ayudar. El volteo con los demás que miraban de lejos y les guiñó un ojo. Se puso bronceador en las manos y empezó a sobar mi espalda en un rico masaje.
-Mmmmmm -suspire.
-¿Te gusta?
-Sip. Es muy relajante.
-No te preocupes, tu solo disfruta.
Y continuo untando el bronceador en la espalda, luego hizo algo que no esperaba, desamarro el bra dejándome en topless, como estaba boca abajo no veía nada.
-¡Oye! ¿Qué haces?
-Calma, es normal, mira.
Y voltee y si, estaba una pareja mas allá en la misma situación, ya no le dije nada y el continuó con su labor, de vez en cuando su mano bajaba más de la cuenta hasta donde terminaba mi espalda sobando levemente el inicio de mis pompas lo que me hizo dar un ligero gemido, al escucharlo se animo a bajar la mano un poco mas llegando a masajear mis pompas de manera completa.
Luego se unto mas bronceador y empezó a bajar de mis pompas a mis piernas, la sensación tan placentera que me producía me hizo abrir las piernas para que pudiera llegar más adentro libremente. Así sus manos masajeaban mis muslos tocando todo hasta rozar levemente mi vagina haciéndome gemir suavemente.
Termino, pero no intento nada más dejándome extrañada, antes de regresar con los demás me dio un beso en la mejilla, casi en la comisura de la boca y me dio las gracias por permitirle ponerme el bronceador. Se fue dejándome picada. Me quede así y me dormí unos minutos.
Luego me despertó una palmada en mi trasero de parte de Mike que me dijo:
-Ándale bella durmiente, ya nos vamos.
Me levante sin recordar que estaba en topless dándole a los 5 una vista de mis pechos y todos soltaron un chiflido de admiración. Rápidamente me tape y me coloqué el bra.
Durante el trayecto de regreso nadie comento nada, platicaban como si nada hubiera pasado mientras yo me sentía apenada por el espectáculo que di.
Los días siguientes fueron normales, pero el día viernes previo a navidad la tía y yo estábamos realizando algunos arreglos para adornar la casa para la cena navideña.
La tía me pidió que le trajera unas cosas que olvido en su cuarto, subí para traérselas y al salir del cuarto iba saliendo Mike del suyo totalmente desnudo, su magnífica herramienta colgaba entre sus piernas y aun dormida su tamaño era considerable.
Cuando me vio la tomo en sus manos balanceándola mientras me sonreía al notar el tremendo poder de atracción que su sola vista me producía igual que su cuerpo musculoso, atlético y bien formado.
Al balancearla su tamaño empezó a crecer y me dijo mirándome a los ojos:
-¿Te gusta? Vamos a bañarnos y la tendrás toda.
Sin pensar di unos pasos hacia él totalmente hipnotizada por su hermoso pene, largo, de cabeza rojiza y grande, venosa, que ya empezaba a mostrar el líquido que empezaba a escurrir.
En eso la voz de la tía me saco de mi estupor y sin decir nada baje corriendo mientras Mike no dejaba de mirarme y se metió a bañar. Estaba agitada, jadeando y la tía me pregunto qué me pasaba.
-Nada tía, me agito bajar corriendo la escalera.
-Niña ¿De qué te sirve tanto ejercicio en el GYM’? –Y se rió.
Todo ese día, la imagen de Mike desnudo y ofreciéndome su portentoso pene no se apartaba de mi mente. En la noche cuando mi esposo me hizo el amor, cada vez que cerraba los ojos veía a Mike y su pene lo que me ponía de a mil haciéndome más intensa y mi marido notándolo me penetraba mas violentamente, mis gemidos al recordar ese hermoso pene se hacían más intensos al grado que mi esposo tuvo que taparme la boca pues al estallar mi orgasmo casi gritaba. Así me quede dormida, soñando con Mike.
El 24, después de la cena empezamos a bailar, los 5 se turnaban para bailar conmigo a pesar de haber llevado a sus novias mientras mi esposo tomaba con su tío. Cada uno me tomaba más descaradamente viendo que mi esposo ya estaba borracho.
Sus bocas se acercaban a mi oído y me decían cosas calientes:
-Mamacita, estas buenísima, deseo poseerte.
Eran las frases que mas me decían mientras pegaban su erección a mi cuerpo. Ya pasada la media noche la mayoría se despidió para ir a dejar a sus novias.
Mike en cambio me tomo en sus brazos, sus manos bajaban peligrosamente casi hasta donde mi espalda terminaba, entonces me dijo al oído:
-Cuando todos se duerman, te espero en mi recamara para darte lo que tanto te gustó…
Me moje inmediatamente de solo recordarlo, pero le dije:
-Estás loco, no creas que voy a ir.
-Irás, se que irás porque te gusto, no lo puedes negar.
Dijo mientras restregaba su dura erección contra mi concha haciéndome empapar más de lo que ya estaba. Luego que dejamos de bailar se retiro diciendo que tenía sueño y al irse volteó y me guiño un ojo.
Mi esposo y su tío se quedaron dormidos en la sala, la tía se fue a su recamara y yo me quedé sentada en la sala, luchando contra la calentura que sentía, sentía mis jugos empapar mi tanga y las palabras de Mike me taladraban la mente.
Mi respiración se empezó a convertir en jadeos, ya no podía renegar de mi excitación, de esos ojos verdes que me subyugaban y saber que me esperaba en su recamara totalmente desnudo para mí, que ese portento de macho me deseaba y nada impedía que nos poseyéramos.
No pude más, me levante y fui a mi recamara primero, me quite el vestido y la ropa interior y me puse la bata, me arregle y me puse un perfume que él me regaló cuando llegamos. Cuando abrí la puerta de su recamara, el estaba acostado con los ojos cerrados y su pene erecto como un mástil.
No dije nada, me acerque y lo tomé en mis manos, ni mis dos manos podían abarcarlo, era muy grande y jugoso, le di una lamida a la cabeza y al ver a Mike el me estaba mirando, sin decir nada metí en la boca ese pedazo de carne vibrante y viril y le di una mamada como nunca, hasta hacerlo jadear.
-Primita, Aracely, que rico mamas putita, eres una diosa…
Lamia y chupaba su pene como a mí me gustaba, lo besaba y recorría con mi lengua hasta sus huevos totalmente depilados lo que hacía más placentera mi labor. Chupaba y chupaba como loca, su pene empezó a vibrar y lo masajee con fuerza hasta que empezó a expulsar su leche salpicando mi cara y pechos.
Después del rico baño de leche continué masajeándolo y chupándolo para que no perdiera su vigor, luego el se levantó y me dijo “Va la mía mamita” y me arrojó en la cama, entonces desabotono la bata y al contemplar mi cuerpo desnudo solo silbó y abrió mis piernas dejando mi vagina húmeda a su disposición.
Primero besó mi vagina, luego su lengua se abrió paso entrando y recorriendo cada pliegue de mi sexo, lamía y mordisqueaba mi clítoris succionándolo arrancándome profundos gemidos. Mi cuerpo empezó a tener fuertes estertores anunciando la llegada de un orgasmo inminente que estallo en su boca, el cual él se bebió como si de un delicioso néctar se tratase.
Luego subió besando mi vientre hasta llegar a mi pecho para juguetear con su lengua en mis pezones durísimos, mordía mis pechos, los lamía, los apretujaba con sus manos morenas que hacían un contraste caliente con mi piel. Entonces me plantó un beso cargado de pasión y yo lo abracé para sentirlo sobre mí.
Nuestras respiraciones eran jadeos intensos, animales, nuestras manos recorrían la piel del otro, hurgaban en nuestros sexos libremente. Entonces se levantó, tomó mis piernas colocándolas en sus hombros y puso su magnífica herramienta en mi vagina.
-Papi, por favor, despacio, está muy grande.
-No te preocupes mami, no eres la primera…
Cuando dijo esto me enloqueció y empezó a meterla lentamente, me producía una mezcla de dolor y placer enloquecedor sentir como se abría paso en mi vagina, metió solo la mitad dejándome acostumbrarme ante su monstruoso tamaño.
-Mas, mas, mas… -Le rogué y entonces metió el resto de golpe, lancé un grito desgarrador que él ahogo tapándome la boca y empezó a bombearme salvajemente, sin piedad.
-¡AH, AH, AH, AH, PAPIIII!
-Jejejeje, mamacita, desde que llegaron supe que serias mi puta, que te tendría en mi cama.
-¡¡AAAAAAGGGGGHHHHH!!!
Sus penetraciones eran intensas, violentas, el sonido de nuestros sexos chocando salvajemente inundaba la recámara y nuestros aromas a sexo eran la esencia de la lujuria.
Entonces soltó mis piernas bajándolas a sus costados para inclinarse y levantarme, me besó y nos comíamos la boca literalmente, me sujetó y me levantó teniéndome ensartada, se levantó y así de pie me siguió penetrando.
Luego me pegó contra un muro y seguía embistiéndome con furia animal, para entonces ya no era dueña de mi misma y en vez de gemir gritaba.
-Mamita ¿Quieres que se den cuenta?
-¡No me importa que me oigan, que oigan como me haces gozar!
Y continuaba gritando pero él me tapó la boca:
-No mami, quiero cogerte todos los días hasta que se vayan, así que es mejor no te oigan…
Y siguió penetrándome con la boca tapada ya que yo no dejaba de gritar y entonces le clave las uñas en la espalda y él me mordió el cuello, éramos dos bestias copulando. Orgasmos se sucedían uno tras otro hasta que Mike estalló llenándome de leche la vagina, nuestros jugos escurrían mezclados hasta el piso mientras él seguía bombeando a pesar de haber tenido un orgasmo.
Entonces se volteó y me llevó a la cama y me acostó en el borde, volvió a sujetar mis piernas sobre sus hombros y sacó su verga de mi concha, entonces la colocó en mi ano, estaba tan mojada de nuestros jugos que estaba muy lubricada, empezó a empujar hasta que entro el glande…
-¡AAAAAAAAHHHHHHH!
Se detuvo, esperó a que me acostumbrara y entonces empezó a empujar lentamente arrancándome gritos de dolor que ahogaba con la almohada, empujo hasta llegar a la mitad.
-Tranquila, ya casi termino, vas a disfrutarlo mamita.
¡Como me enloquecía que me dijera así! Cuando me acostumbre un poco a su tamaño, lo ayude un poco a que siguiera penetrando, entonces el volvió a presionar hasta conseguir meterla casi toda, entonces lo que faltaba lo metió de golpe…
-¡¡¡AAAAAGGGGGGGGHHHHHHHH!!!
Y volvió a embestirme de manera animal mientras yo me apretujaba los pechos y me sobaba mi clítoris.
-¡ESTE CULO YA ES MÍO MAMACITA! ¿OISTE? ¡MIO!
-¡SI PAPITO, ES TUYO, TODO TUYO, ROMPEMELO, CULEAME TODOS LOS DIAS!
Gritaba mientras sus embestidas me hacían sentir que me partía a la mitad, mientras sentía como su pene llegaba hasta mis entrañas.
Cuando aceleró el ritmo mis gritos eran intensos ahogados por la almohada hasta que empecé a sentir como su pene estallaba inundando mis entrañas de leche provocándome el más delicioso orgasmo que jamás he experimentado.
Luego la sacó y se acostó junto a mí abrazándome y besándome…
-¡Que rico regalo de navidad me has dado!
-Tú también me diste un rico regalo papi
Cuando le Dije eso volvió a meter su lengua en mi boca. Nos quedamos dormidos en su recamara y me levante antes de que alguien se diera cuenta para ir a mi recamara a bañarme y dormir un poco.
Continuará.
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