Hola a todos! En mis dos primeros relatos les hablé de Belén, una ex novia con la que pasé hermosos momentos masturbatorios. Pero hoy les traigo la que fue mi primera experiencia sexual.
Cuando yo estaba en mi último año de escuela, pasaba casi todo el tiempo con mis amigos. Había terminado hace un año con la que fuese mi primer novia, si bien estuvimos varios meses juntos, nunca había pasado de besos y abrazos.
Yo estaba realmente enamorado de ella y por eso no quería intentar nada con ninguna otra chica. Sin embargo una tarde en que mi curso y otro curso del mismo año (en mi escuela había cinco cursos por año) hizo una fiesta. Allí conocí a Clara, yo tenía apenas 18 años, sin embargo clara tenía ya 23 en su último año de escuela. Los dos eramos sumamente tímidos y acomplejados, yo por mi altura, con mi 1,65 mt era el más pequeño de todos los chicos, mientras ella no tenía rasgos que la hicieran sentir atractiva. Era delgada hasta los huesos, su altura era de 1.55 mts. tenía una nariz enorme con un acné que la hacía ver como si tuviese berrugas, dientes grandes como conejos y una cara de calavera y una piel pálida que habían hecho merecedora del apodo "la monstruito".
Pero había algo que me había llamado la atención de ella de inmediato, sus tetas. Eran grandes y redondas. Apenas la vi no podía sacarles los ojos de encima. Necesitaba agarrarlas, chuparlas y luego pajearme con ellas hasta cubrirlas de mi leche.
Comenzamos a hablar y poco a poco nos volvimos grandes amigos. Pero lo unico que deseaba era cogermela duro y a medida que nuestra amistad creció, tambien creció la confianza entre ambos. Cada vez que saliamos a caminar tocaba su culo fingiendo que lo hacía por accidente. La abrazaba por atras apoyando mi pija dura contra su culo flácido, miraba sin disimulo sus escote que dejaban ver sus blancas y enormes tetas y en los días frescos, dejaba ver sus largos y puntiagudos pezones, y ella tambien mostraba su deseo de coger conmigo, una vez estabamos en el living de su casa mirando MTV, yo estaba acostado en su sofa cuando sin previo aviso se sentó sobre mi pija y comenzó a frotar su culo contra ella.
Mi gran problema era su cara, era excesivamente fea. Hoy por hoy me la cogeria sin dudar, pero en aquella época me resultaba muy chocante imaginarme dentro de ella. Imaginense que tienen a una mujer zombie delante de ustedes sin el mal olor pero con ese aspecto y ahí me entenderán.
Luego de darme un hermoso masaje con sus nalgas se levantó haciendo que yo me sentase en el sofa. Ella acercandose a mi oido susurró "¿Te gustó?". Esa fue la gota que colmó mi vaso. Sin decir una sola palabra la tomé de la nunca y puse su cara contra mi duro y caliente bulto. Si me preguntan qué estaba pensando les diría que no pensaba en nada, pero como ella fue la que primera que cruzó la línea entre un juego entre amigos y una insinuación real me pareció justo pagarle con la misma moneda.
Sin embargo jamás imaginé lo que pasó después. Apenas llevé su cara a mi bulto solté mi mano, esperando que se incorpore, me abofetee, o se largue a llorar y me eche de su casa. Pero en lugar de eso se quedó ahí. Había empezado a dar pequeños y constantes besos a mi bulto. Nunca antes había sentido algo así, mi corazón parecía salirse del pecho. De pronto, ella bajó mi bragueta y comenzó a lamer mi calzoncillo que para entonces estaba completamente empapado de mi leche. Yo aproveché que llevaba una mini falda de jean y la levanté hasta su cintura dejando ver un calzó blanco, ella no era la clase de chica que usaba tanga, aún así comencé a acariciar sus nalgas por encima de su calzón, algo que pareció gustarle ya que casi de inmediato sacó a la vista mi pija y con si fuera un pezón y ella una bebé hambrienta, se la llevó subitamente a la boca.
Un temblor de placer sacudió todo mi cuerpo, no quería hacer ruido por que sus hermanos podían aparecer en cualquier momento, pero nunca habia sentido un placer tan grande en mi vida, recosté mi cabeza sobre el sillón y cerrando sentía su lengua haciendo círculos en mi pija alternando con sus labios que subian y bajaban sobre ella.
Pero todo acabó subitamente cuando oimos un golpeteo en su puerta.Era su hermano mayor que volvía del trabajo. Rápidamente se incorporó del sofa volviendo a bajar su pollera y asegurándose que ya había vuelto a cerrar mi bragueta lo dejó entrar. Él era la clase de hermano celoso al que nadie le caía bien y al vernos nerviosos supuso algo, pero Clara lo mandó a la mierda rapidamente y fue a su habitación sin decir nada.
¿Me esperás? - Me preguntó. Afirmando con la cabeza la vi yendose a su baño. Mi cabeza daba vueltas todavía, no había caído en todo lo que había pasado cuando ella salió de ahí. Tal vez deberías ir vos tambien - Sugirió con una sonrisa tímida. - Buena idea - Respondí tambien con timidez
Al entrar pensaba en quedarme ahí hasta que mi pija volviera a su tamaño normal, pero casi al instante sentí como algo vibraba en mi pantalón. Era mi celular que me decía que había recibido un mensaje de ella. "Mira en el cesto" decía el mensaje. Había un cesto con ropa sucia junto al lavado. Al abrir la tapa vi un calzón, era el mismo calzón que ella estaba usando mientras me la chupaba. "Hace lo que quieras con él" decía en otro mensaje.
Con una gran sonrisa lo llevé a mi cara y comencé a pajearme con alegría. Tenía un olor muy fuerte, como queso. Pero aún así alcancé a acabar llenando ese calzón con mi leche y limpiandome la pija con él.
Al salir, ella estaba sentada frente al sillón donde habíamos gozado hace apenas unos minutos. ¿Estás mejor? - Me preguntó con una sonrisa entre tímida y pícara - Sí, mucho - Respondí soltando una breve carcajada. Ella abrió sus piernas dejando ver una gran cantidad de pelo oscuro y hondulado, tanto que ni siquiera podía ver su conchita.
- Tengo que cocinar, está por venir mi cuñada - Dijo en señal de que era momento de irme - Sí, ya se hizo tarde - Respondí. Al salir de su casa nos dimos un abrazo como siempre hacíamos, solo que esta vez le susurré - Dejé una sorpresa para vos en el cesto.
Esa noche me hice tres pajas antes de poder dormir y justo cuando empezaba a ganarme el sueño recibo un mensaje, era clara que me decía "Muy rica tu sorpresa".
FIN
Cuando yo estaba en mi último año de escuela, pasaba casi todo el tiempo con mis amigos. Había terminado hace un año con la que fuese mi primer novia, si bien estuvimos varios meses juntos, nunca había pasado de besos y abrazos.
Yo estaba realmente enamorado de ella y por eso no quería intentar nada con ninguna otra chica. Sin embargo una tarde en que mi curso y otro curso del mismo año (en mi escuela había cinco cursos por año) hizo una fiesta. Allí conocí a Clara, yo tenía apenas 18 años, sin embargo clara tenía ya 23 en su último año de escuela. Los dos eramos sumamente tímidos y acomplejados, yo por mi altura, con mi 1,65 mt era el más pequeño de todos los chicos, mientras ella no tenía rasgos que la hicieran sentir atractiva. Era delgada hasta los huesos, su altura era de 1.55 mts. tenía una nariz enorme con un acné que la hacía ver como si tuviese berrugas, dientes grandes como conejos y una cara de calavera y una piel pálida que habían hecho merecedora del apodo "la monstruito".
Pero había algo que me había llamado la atención de ella de inmediato, sus tetas. Eran grandes y redondas. Apenas la vi no podía sacarles los ojos de encima. Necesitaba agarrarlas, chuparlas y luego pajearme con ellas hasta cubrirlas de mi leche.
Comenzamos a hablar y poco a poco nos volvimos grandes amigos. Pero lo unico que deseaba era cogermela duro y a medida que nuestra amistad creció, tambien creció la confianza entre ambos. Cada vez que saliamos a caminar tocaba su culo fingiendo que lo hacía por accidente. La abrazaba por atras apoyando mi pija dura contra su culo flácido, miraba sin disimulo sus escote que dejaban ver sus blancas y enormes tetas y en los días frescos, dejaba ver sus largos y puntiagudos pezones, y ella tambien mostraba su deseo de coger conmigo, una vez estabamos en el living de su casa mirando MTV, yo estaba acostado en su sofa cuando sin previo aviso se sentó sobre mi pija y comenzó a frotar su culo contra ella.
Mi gran problema era su cara, era excesivamente fea. Hoy por hoy me la cogeria sin dudar, pero en aquella época me resultaba muy chocante imaginarme dentro de ella. Imaginense que tienen a una mujer zombie delante de ustedes sin el mal olor pero con ese aspecto y ahí me entenderán.
Luego de darme un hermoso masaje con sus nalgas se levantó haciendo que yo me sentase en el sofa. Ella acercandose a mi oido susurró "¿Te gustó?". Esa fue la gota que colmó mi vaso. Sin decir una sola palabra la tomé de la nunca y puse su cara contra mi duro y caliente bulto. Si me preguntan qué estaba pensando les diría que no pensaba en nada, pero como ella fue la que primera que cruzó la línea entre un juego entre amigos y una insinuación real me pareció justo pagarle con la misma moneda.
Sin embargo jamás imaginé lo que pasó después. Apenas llevé su cara a mi bulto solté mi mano, esperando que se incorpore, me abofetee, o se largue a llorar y me eche de su casa. Pero en lugar de eso se quedó ahí. Había empezado a dar pequeños y constantes besos a mi bulto. Nunca antes había sentido algo así, mi corazón parecía salirse del pecho. De pronto, ella bajó mi bragueta y comenzó a lamer mi calzoncillo que para entonces estaba completamente empapado de mi leche. Yo aproveché que llevaba una mini falda de jean y la levanté hasta su cintura dejando ver un calzó blanco, ella no era la clase de chica que usaba tanga, aún así comencé a acariciar sus nalgas por encima de su calzón, algo que pareció gustarle ya que casi de inmediato sacó a la vista mi pija y con si fuera un pezón y ella una bebé hambrienta, se la llevó subitamente a la boca.
Un temblor de placer sacudió todo mi cuerpo, no quería hacer ruido por que sus hermanos podían aparecer en cualquier momento, pero nunca habia sentido un placer tan grande en mi vida, recosté mi cabeza sobre el sillón y cerrando sentía su lengua haciendo círculos en mi pija alternando con sus labios que subian y bajaban sobre ella.
Pero todo acabó subitamente cuando oimos un golpeteo en su puerta.Era su hermano mayor que volvía del trabajo. Rápidamente se incorporó del sofa volviendo a bajar su pollera y asegurándose que ya había vuelto a cerrar mi bragueta lo dejó entrar. Él era la clase de hermano celoso al que nadie le caía bien y al vernos nerviosos supuso algo, pero Clara lo mandó a la mierda rapidamente y fue a su habitación sin decir nada.
¿Me esperás? - Me preguntó. Afirmando con la cabeza la vi yendose a su baño. Mi cabeza daba vueltas todavía, no había caído en todo lo que había pasado cuando ella salió de ahí. Tal vez deberías ir vos tambien - Sugirió con una sonrisa tímida. - Buena idea - Respondí tambien con timidez
Al entrar pensaba en quedarme ahí hasta que mi pija volviera a su tamaño normal, pero casi al instante sentí como algo vibraba en mi pantalón. Era mi celular que me decía que había recibido un mensaje de ella. "Mira en el cesto" decía el mensaje. Había un cesto con ropa sucia junto al lavado. Al abrir la tapa vi un calzón, era el mismo calzón que ella estaba usando mientras me la chupaba. "Hace lo que quieras con él" decía en otro mensaje.
Con una gran sonrisa lo llevé a mi cara y comencé a pajearme con alegría. Tenía un olor muy fuerte, como queso. Pero aún así alcancé a acabar llenando ese calzón con mi leche y limpiandome la pija con él.
Al salir, ella estaba sentada frente al sillón donde habíamos gozado hace apenas unos minutos. ¿Estás mejor? - Me preguntó con una sonrisa entre tímida y pícara - Sí, mucho - Respondí soltando una breve carcajada. Ella abrió sus piernas dejando ver una gran cantidad de pelo oscuro y hondulado, tanto que ni siquiera podía ver su conchita.
- Tengo que cocinar, está por venir mi cuñada - Dijo en señal de que era momento de irme - Sí, ya se hizo tarde - Respondí. Al salir de su casa nos dimos un abrazo como siempre hacíamos, solo que esta vez le susurré - Dejé una sorpresa para vos en el cesto.
Esa noche me hice tres pajas antes de poder dormir y justo cuando empezaba a ganarme el sueño recibo un mensaje, era clara que me decía "Muy rica tu sorpresa".
FIN
3 comentarios - La fea que sabía chuparla