Con el mejor amigo de mi marido
Saludos Encontré este foro y los relatos me han parecido muy calientes y quiero platicarles mi experiencia:
No sé cómo empezar mi relato, es algo que me sucedió hace poco.
Empezaré por describirme, soy una mujer castaña, de labios carnosos y un lunar arriba de mi labio superior, de ojos claros, 1.75m y mis medidas son según dicen exuberantes, 95, 65 y 120. Mi esposo y yo tenemos unos 2 años de casados, yo tengo 22 años y él 28.
Somos una pareja común, nuestras relaciones sexuales se puede decir son normales, dos, tres veces por semana.
Los amigos de mi esposo siempre le han dicho que soy muy hermosa y él se siente orgulloso de cómo me miran ellos. Incluso, cuando salimos a la calle, los hombres que pasan en auto se me quedan viendo al trasero, tengo las pompas bien formadas pues me gusta ir al spinning. Como decía, se me quedan viendo de manera descarada al trasero y mi marido se da cuenta, pero se hace el desentendido, eso lo hace sentir "chingón" como él dice porque "el es el dueño de todo eso que hace babear a los demás”.
Mi esposo, hace poco empezó a traerme películas porno que veíamos mientras estamos acostados, él se empieza a excitar y terminamos haciendo el amor.
Todo era normal en nuestra vida, hasta que mi esposo perdió su trabajo y empezamos a tener problemas por la situación económica que repercutían en nuestra relación en la intimidad.
Un amigo le prestó una máquina para trabajar en casa (El es carpintero) y en casa hacia muebles. Esta persona le traía trabajos y venía seguido a la casa, yo no ponía atención cuando venía, es un hombre de 38 años, alto, barba de candado, cuerpo atlético, pero no le ponía atención cuando venía.
Una ocasión que vino yo traía un short que era muy ajustado y se me marcaba mucho el trasero, él se me quedó viendo y me dio mucha pena y me retiré al baño, pero algo dentro de mí se encendió.
No sé qué platicaron, pero cuando salí me contó mi esposo que él le dijo que venía del TableDance y otras cosas. Me platicaba mi esposo que era muy mujeriego, que le gustaba andar de cabron detrás de las mujeres y eso me hizo sentir morbo por la forma en que me miró. Me imaginé que pensaría al verme así vestida.
Desde ese día, cada que llegaba sentía su mirada lasciva recorrerme de arriba a abajo, cuando volteaba para traerle un vaso de agua sentía su mirada clavada en mi trasero y al regresar con el vaso me rozaba la mano al agarrarlo, eso me hacía estremecer. Mi marido distraído con las cuentas y la maquina no se daba cuenta de nada. Él me hacía plática, se sonreía conmigo y yo por ser atenta me sentaba cerca de él, podía oler su perfume y eso me empezó a atraer.
Mientras mi marido me seguía platicando de él, de lo mujeriego que es, que iba a los Tables a coger con las bailarinas, que le gustaban las casadas, etc. y eso me hacía imaginar que era un hombre muy caliente, que sería estar en sus brazos y ser besada por él. Pero intentaba no pensar en eso como mujer casada que soy.
Pero cada que venía de visita siempre su mirada se clavaba en mis pompas y eso rondaba mis pensamientos, me hacía sentir algo que no podía describir.
Una ocasión que no estaba mi marido porque salió a ver un cliente en la mañana, me encontraba caliente y puse un video porno y el actor se parecía mucho a el amigo de mi esposo, eso me puso a mil y empecé a masturbarme, me empecé a desnudar lentamente acariciándome el cuerpo y en mi mente vinieron imágenes de él, de cómo me miraba y cerré los ojos, me apretaba las tetas y me sobaba mi rajita ya húmeda en ese momento, más y más me excitaba, me metía los dedos en el ano y la rajita y de repente se me salió su nombre, al suceder eso empecé a gemir, mi respiración se hizo entrecortada, me estaba masturbando ¡Pensando en él!
Era como sentirlo acariciándome, me recorría toda, las pompas, los pechos, el cuello, no pude más y tome un consolador que mi marido me regaló hace mucho para jugar mientras me hacía el amor y me lo metí pensando que era su pene y al cerrar los ojos lo veía viéndome y diciéndome cosas al oído.
Estaba jadeando fuertemente cuando sonó el teléfono ¡Era él! Me dijo:
- ¿Bueno?
- Sí, bueno ¿Quien habla?
- Soy yo Araceli
-¿Esta tu marido?
- No. No está en este momento.
Mi respiración aun estaba agitada por lo que estaba haciendo y por el nerviosismo de estar hablando con él desnuda, sentía como si me pudiera ver y él notó mi agitación y me dijo:
- Oigo tu respiración agitada ¿Te sucede algo, estas bien?
- Si- le dije -Es que estaba haciendo ejercicio-.
Me dijo -Una mujer tan hermosa como tú no necesita hacer ejercicio…. perdón, no pude contenerme, mejor hablo después para ver si está tu marido.
-¡No!- Le dije sin pensar y él se dio cuenta y me dijo -¿Quieres seguir platicando?- le dije -Estoy sola y algo aburrida- y el me dijo -¡Cómo! ¡A una mujer tan hermosa como tú! ¿Tu marido se atreve a dejarte sola? Si yo fuera él...-
Cuando escuché eso tuve un orgasmo fuertísimo pues aún traía el consolador en mi puchita, traté de disimular, pero creo que se dio cuenta porque me dijo - Si yo fuera él, no te dejaría sola, estaría siempre aprovechando el tiempo- le pregunté -¿Como, cómo lo aprovecharías?- y él me dijo -Estaría haciéndote el amor todo el tiempo- Empecé a temblar y él me dijo -Ese lunar que tienes en la boca siempre me ha parecido muy sexy, eres muy atractiva, no sé porque tu marido te deja sola-
Le dije -Ya ves, el trabaja siempre y casi no tenemos tiempo de hablar- Me dijo -¡Pues que pendejo! yo con una hembra como tú no la dejaría salir de la recamara- Ya no pude aguantar y le colgué.
El me volvió a marcar y cuando contesté me dijo -Perdóname, no volverá a pasar, es que no pude contenerme- Le dije, -ok, pero por favor no vuelvas a decirme nada de eso- y colgó.
Aún así siempre buscaba hablar cuando mi marido no estaba y me decía piropos, nada inapropiado, que era muy hermosa, que suerte tenía mi marido etc. y yo al sentirme halagada lo dejaba decirlos, aunque luego me pedía perdón y colgaba. Pero eso me hizo que llegara a desear que llamara, me hizo adicta a sus llamadas.
Un día mi marido y yo peleamos porque por su falta de trabajo no había dinero para los gastos y él se fue enojado, cuando llegó no me dirigía la palabra y yo me sentía mal.
Me sentía tan mal que necesitaba hablar con alguien y fui a mi recamara, me encerré y le llamé a él. Cuando me contestó me saludó y me dijo -¿Que tienes, porque lloras?- le dije -Me acabo de pelear con mi marido, necesito platicar con alguien para desahogarme- y él me dijo -Pues si quieres puedes contar conmigo- le dije, -Necesito verte- y él me dijo -¿Donde?- Le dije -A las 9:00 tengo clases de spinning, cerca de la clase hay un parque, allí te veo a las 9:40 cuando salga de la clase- Me dijo -Ok, allí te veo-
Me sentí excitada, pero después me dije que no iría porque estaba mal eso. Pero al bajar para ir a la clase y ver a mi marido sentado en el sillón viendo la tele como si no pasara nada e ignorándome me dio coraje y me decidí a ir a verlo. Al salir de la clase una amiga a la que le platiqué de él me acompañaba y al llegar al parque, cuando vimos la camioneta mi corazón se aceleró y mi amiga me dijo -Allí está tu galán- y se rió. Le dije -Si mi marido te habla dile que estoy contigo y estoy enojada, que cuando me calme regreso- y ella se alejo riéndose.
Al llegar con él que me esperaba afuera, me saludó dándome la mano y me besó en la mejilla, pero lo hizo cerca de la boca, eso me excitó, pero aún no estaba lista para entregarme a él, me abrió la puerta y subimos, ya adentro me dijo –Ya puedes decirme que te pasa- y empecé a llorar y le dije –Es que mi marido no me entiende, me tiene abandonada, su maldita actitud de no querer buscar un trabajo estable- y él me dijo –Chihuahua, no sé qué le pasa, yo le presté la maquinaria para ayudarlos, pero si no completan le ayudo a buscar trabajo-
Como seguía llorando me tomo de las manos y secó mis lágrimas y me dijo –No puedo ver llorar a una mujer tan hermosa como tú- y me dio nuestro primer beso, fue lento, tierno pero a la vez sensual.
Lo dejé besarme, pero luego él se apartó y me dijo –Perdóname, no pude contenerme, eres tan atractiva que no entiendo cómo teniéndote él no sabe aprovechar el tiempo contigo, yo sí lo aprovecharía- cuando dijo eso se me quedó viendo a los ojos y siguió –Yo sí lo aprovecharía llenándote de halagos, caricias y besos y…- hizo una pausa y yo le dije -¿Y qué más?- y él me dijo –Y te haría el amor todos los días…- y él aprovechó que me tenía tomadas las manos, me tomo el rostro con una mano y me besó otra vez. Esta vez fue más apasionado, más largo, yo no intente alejarme, él empezó a besarme el cuello y me decía al oído -Yo no te dejaría sola, yo aprovecharía para hacerte el amor a toda hora- mientras sus manos bajaban a mi cintura, su mano fue recorriéndola hasta llegar a mi espalda y se metió debajo de la blusa mientras me mordía los labios, luego bajó sus manos y empezó a sobarme el trasero lentamente.
Yo reaccioné e intenté soltarme, pero él metió su lengua en mi boca y mi resistencia se derrumbó, me abrazó fuerte y empezó a besarme con locura mientras me decía -¡Siempre me has gustado, desde que te vi, tu lunar me excita, me vuelve loco! ¡Yo nunca te descuidaría, te trataría como a una reina!- Yo estaba jadeando, no podía hablar, mi respiración era fuerte y él me besaba y me tomaba del rostro y me veía a los ojos como para demostrarme que él era ahora mi dueño. Me dijo -¿Quieres ir a un lugar más privado para que nadie nos moleste y poder platicar mejor?- Solo pude asentir, estaba tan agitada que no podía hablar. Pensé que quizás me quería llevar a un café o algo parecido. Mientras manejaba iba acariciándome las piernas y su mano subía a mis pechos y las estrujaba. Cuando vi a donde me llevaba me alarme ¡Era un hotel!
El se detuvo y le pidió al encargado una habitación, me dio miedo y le dije -Vámonos, tengo miedo, me quiero ir- Pero él me dijo -No tengas miedo, solo vamos a platicar- y yo temblando, sabía que si entraba ya no había marcha atrás. Le dije -¿Solo platicar? ¿Me lo juras?- y él me dijo -Sí, te lo juro, solo haremos lo que quieras- y entramos.
Entramos a la habitación y él se sentó en la cama y me invitó a sentarme. Una vez que me senté me tomo de las manos y empezó a besarme otra vez, pero ahora me metía mano en todas partes, me sobaba las pompas, me acariciaba mis pechos.
Eso me dio miedo y traté de soltarme y le dije -¡No, esto no está bien, soy casada ¿Qué va a pensar mi marido? ¿Qué pensarás tú de mí?- El me dijo –No lo sabrá, nadie se lo va a decir, así que tranquila y sólo déjate llevar- mientras seguía acariciando todo mi cuerpo.
Me quitó la blusa y me bajó el pants dejándome en tanga y brasiere y empezó a agarrar mi trasero y mis pechos, me acariciaba de arriba a abajo, me mordía el cuello, me lamía y besaba mientras al oído me decía -¡Siempre soñé con tenerte así! ¡Siempre quise tenerte así!- Ya no pude más, solo cerré los ojos y me dejaba hacer, él aprovechó para quitarme el brasiere y me lamía los pezones, me los mordía, me hacía gemir, luego me quitó la tanga y me abrazó y al sentir su pene rozar mi rajita me hizo gemir, me metió la lengua en la boca, me abrió las piernas y puso su pene que era grande y grueso, yo creo de 21 cms aproximadamente, la puso en la entrada de mi concha y me dijo -¿Quieres que te la meta?- yo solo asentí pero el me dijo -Pídemela, ¡Pídemela puta!- le dije -Dámela por favor, ya no aguanto, cógeme, métemela cabrón- y me la metió, lentamente esa verga gruesa, venosa, parecía una barra de hierro caliente, me hizo gritar, luego empezó a bombearme primero lentamente, luego aumentó el ritmo como un perro en celo, me estaba cogiendo en la cama, se puso arriba de mí y me dominaba con su cuerpo atlético, me agarraba el trasero y me mordía los pezones y me decía -¿Quien es tu dueño ahora? ¿Quién putita?- Yo gimiendo y gritando le dije -¡Tu papacito, desde que te vi me gustaste por macho, por puto, por mujeriego! ¡Siempre quise saber que se sentía tener tu verga adentro!- y seguía gimiendo y él dándome verga mientras me decía
-¡Ya eres mía, eres mi puta, mi esclava!
-¡Si, soy tuya, toda tuya, soy tu puta, cógeme, culéame, métemela toda cabrón!
-¡Ahora yo soy el chingón, me estoy culeando a la mujer de mi mejor amigo! ¡JA JA JA JA JA!
-¡Ere un perro, un puto! ¡Pero cógeme!
Tuve un orgasmo intenso mientras me cogía, fue un largo tiempo en que me estaba cogiendo, me besaba y manoseaba toda, el me dijo:
-¡Te voy a dar mi leche culera!
-¡Lléname de tu leche, la quiero toda papi!
Y se vino en mi puchita. Cuando terminó empezó a besarme la boca, luego el cuello y llego a los pechos, allí empezó a morderlos y me dijo -¿Te gusta?- le dije que sí, me dijo -¿Tu marido ha sido el único que las ha chupado?- le dije -Sí, está orgulloso de ser el único que las ha chupado- y empezó a morderlas con desesperación, a lengüetearlas. Luego bajó hasta mi puchita y me dijo -¿Tu marido te ha comido la panocha?- le dije -No, es muy asqueroso y no le gusta el sexo oral- el empezó a reír y me dijo -Pues ahora será mía- y empezó a lengüetear mi conejito, metía su lengua como un perro, me lamía y me hacía arquear la espalda, le agarre la cabeza para que la metiera más, me hizo tener otro orgasmo intenso, él iba de mi puchita a mi ano y metía la punta de su lengua en mi ano volviéndome loca. Me tenía en sus manos totalmente.
Luego me levantó y me hizo arrodillarme y me dijo -De seguro nunca se la has chupado- Le dije -No, tu verga será la primera que chupe- Cuando le dije eso me la acercó y yo abrí la boca, empezó a meterla y me estaba follando la boca -Así putita, chúpasela a tu amo, ah, ah- yo estaba como loca, me estaba gustando su sabor, apenas me cabía en la boca así que la lamía desde la base hasta la punta, le chupaba los testiculos y todo el tronco lo recorría con mi lengua. El empezó a temblar y me dijo -¿Los quieres en la boca?- le dije -Sí, quiero ver a que saben- y me la metió en la boca, aceleró el ritmo y empezó a temblar y a echarme la leche en tremendas cantidades, casi me ahogo, su semen me chorreo las tetas, me trague lo que pude y lo que se chorreo en mis tetas él me lo untó y me tomó en sus brazos y me acostó.
Se puso arriba de mí, puso mis piernas en sus hombros y su pene en la entrada de mi puchita, pero solo la rozaba torturándome y me dijo -Pídemela cabrona ¡Pídeme que te la meta!- yo le dije casi a gritos -¡Métemela cabrón, métemela hijo de puta! ¡Cógeme, rómpeme la pucha!- y él me la clavó de golpe, me hizo gritar de dolor y placer, empezó a bombearme salvajemente, parecía una bestia, mientras me la metía toda y me bombeaba me metía los dedos en la boca y me decía
-¡Puta, puta, eres una puta caliente y arrecha de verga! ¡Ahora yo soy tu macho y te voy a coger cuando quiera! ¿Oíste? ¡Cuando quiera!
-¡Si, si, si, cuando tú quieras papito, mi rey, mi amor! ¡Cuando tú quieras me puedes coger! ¡Soy toda tuya, tu puta caliente!
Me apretujaba los pechos, me los mordía, me besaba y metía la lengua en la boca, yo estaba gimiendo y gritando, totalmente fuera de mí, entregada a ese hombre que me había seducido. Luego se tiró en la cama y me dijo -Cabálgame- Me monté, pero por ser muy grande su pene me tuve que montar con cuidado, pero él hizo un movimiento y me la clavó de golpe y me hizo gritar, se incorporó en parte quedando sentado y mientras me la metía, con una mano me agarró por el trasero y me apretujaba contra él con la otra, luego empezó a clavármela como bestia, en esa postura me entraba toda, me hacía sentir como me llegaba hasta adentro, luego me besó la boca y me la estaba comiendo a besos y los pechos me los mordía como un animal en celo, yo me abracé fuerte a él, a mi macho, a mi dueño.
-Jejejeje, y yo que pensé que sería más difícil cogerte, jejeje, ¿Qué diría el pendejo de tu marido si supiera que su mujercita, su santa mujercita está ahora cogiendo con su mejor amigo? Jajajaja, A mis amigos les dije que te iba a coger un día, hasta apostamos porque dijeron que yo no iba a poder siquiera tocarte, je-.
-¡Desgraciado! ¡Infeliz! ¡Eres un perro!
-Pero te gustó ¿No putita? ¡Te gusta que te coja!
-¡Sí, si me gusta cabrón, pero no le digas a nadie, hazme tuya pero no le digas a nadie!
-No te preocupes, nadie lo sabrá, porque quiero que seas mi amante, yo seré tu sancho, tu amigo con derechos.
-¡Si, sí, mi sancho, mi "amigo con derechos”!
Al decir esto tuve otro orgasmo, y él reía y repetía como era de chingón al cogerse a una casada tan buenota como yo, lo fregón que era al tenerme ensartada y gimiendo de excitación. El empezó a jadear y me dijo
-Te voy a llenar de leche
-Sí, dámela toda culero
-Allí va...
Y me llenó de leche otra vez, quedamos abrazados besándonos, acariciándonos, me miraba a los ojos y me dijo
-¿Te gustó?
-Si- le dije agachando la mirada.
-¿Soy tu amo, tu dueño?
-Si- No lo quería mirar, su mirada me dominaba.
Me tomo del rostro y me hizo mirarlo, me dijo
-Mírame y dime que te gustó.
-Sí, sí, me gustó, eres más macho que mi marido, me gustó tanto que no puedo vivir sin tu pene- Me besó en la boca.
Me llevó a la casa ya de madrugada me dejó en la esquina para que no me vieran los vecinos llegar con él y al despedirnos me volvió a besar metiendo su lengua y me dijo –Te voy a llamar después para repetir la cogida- cuando llegue mi marido ya estaba dormido y ni cuenta se dio de que llegué oliendo a sexo, me acosté y al verlo sentí remordimiento, pero al cerrar los ojos vino a mi mente lo que acababa de ocurrir y me excitaba, al grado de que me volví a masturbar repitiendo su nombre en voz baja
-Miguel, Miguel, Miguel, soy tuya, soy tu hembra...
Nuestra situación económica cambio después ya que a los pocos días mi marido consiguió trabajo en una empresa, ahora Miguel aprovecha cuando mi marido se va a las 5:00 am a trabajar y me coge en mi casa todas las mañanas.
Pero el desgraciado no pudo aguantarse las ganas de presumirles a sus amigos y les platicó como me hizo suya y ellos ahora me amenazan con decirle a mi marido todo si no accedo a ir con ellos al hotel, pero eso es otra historia.
Agradezco sus comentarios.
Saludos Encontré este foro y los relatos me han parecido muy calientes y quiero platicarles mi experiencia:
No sé cómo empezar mi relato, es algo que me sucedió hace poco.
Empezaré por describirme, soy una mujer castaña, de labios carnosos y un lunar arriba de mi labio superior, de ojos claros, 1.75m y mis medidas son según dicen exuberantes, 95, 65 y 120. Mi esposo y yo tenemos unos 2 años de casados, yo tengo 22 años y él 28.
Somos una pareja común, nuestras relaciones sexuales se puede decir son normales, dos, tres veces por semana.
Los amigos de mi esposo siempre le han dicho que soy muy hermosa y él se siente orgulloso de cómo me miran ellos. Incluso, cuando salimos a la calle, los hombres que pasan en auto se me quedan viendo al trasero, tengo las pompas bien formadas pues me gusta ir al spinning. Como decía, se me quedan viendo de manera descarada al trasero y mi marido se da cuenta, pero se hace el desentendido, eso lo hace sentir "chingón" como él dice porque "el es el dueño de todo eso que hace babear a los demás”.
Mi esposo, hace poco empezó a traerme películas porno que veíamos mientras estamos acostados, él se empieza a excitar y terminamos haciendo el amor.
Todo era normal en nuestra vida, hasta que mi esposo perdió su trabajo y empezamos a tener problemas por la situación económica que repercutían en nuestra relación en la intimidad.
Un amigo le prestó una máquina para trabajar en casa (El es carpintero) y en casa hacia muebles. Esta persona le traía trabajos y venía seguido a la casa, yo no ponía atención cuando venía, es un hombre de 38 años, alto, barba de candado, cuerpo atlético, pero no le ponía atención cuando venía.
Una ocasión que vino yo traía un short que era muy ajustado y se me marcaba mucho el trasero, él se me quedó viendo y me dio mucha pena y me retiré al baño, pero algo dentro de mí se encendió.
No sé qué platicaron, pero cuando salí me contó mi esposo que él le dijo que venía del TableDance y otras cosas. Me platicaba mi esposo que era muy mujeriego, que le gustaba andar de cabron detrás de las mujeres y eso me hizo sentir morbo por la forma en que me miró. Me imaginé que pensaría al verme así vestida.
Desde ese día, cada que llegaba sentía su mirada lasciva recorrerme de arriba a abajo, cuando volteaba para traerle un vaso de agua sentía su mirada clavada en mi trasero y al regresar con el vaso me rozaba la mano al agarrarlo, eso me hacía estremecer. Mi marido distraído con las cuentas y la maquina no se daba cuenta de nada. Él me hacía plática, se sonreía conmigo y yo por ser atenta me sentaba cerca de él, podía oler su perfume y eso me empezó a atraer.
Mientras mi marido me seguía platicando de él, de lo mujeriego que es, que iba a los Tables a coger con las bailarinas, que le gustaban las casadas, etc. y eso me hacía imaginar que era un hombre muy caliente, que sería estar en sus brazos y ser besada por él. Pero intentaba no pensar en eso como mujer casada que soy.
Pero cada que venía de visita siempre su mirada se clavaba en mis pompas y eso rondaba mis pensamientos, me hacía sentir algo que no podía describir.
Una ocasión que no estaba mi marido porque salió a ver un cliente en la mañana, me encontraba caliente y puse un video porno y el actor se parecía mucho a el amigo de mi esposo, eso me puso a mil y empecé a masturbarme, me empecé a desnudar lentamente acariciándome el cuerpo y en mi mente vinieron imágenes de él, de cómo me miraba y cerré los ojos, me apretaba las tetas y me sobaba mi rajita ya húmeda en ese momento, más y más me excitaba, me metía los dedos en el ano y la rajita y de repente se me salió su nombre, al suceder eso empecé a gemir, mi respiración se hizo entrecortada, me estaba masturbando ¡Pensando en él!
Era como sentirlo acariciándome, me recorría toda, las pompas, los pechos, el cuello, no pude más y tome un consolador que mi marido me regaló hace mucho para jugar mientras me hacía el amor y me lo metí pensando que era su pene y al cerrar los ojos lo veía viéndome y diciéndome cosas al oído.
Estaba jadeando fuertemente cuando sonó el teléfono ¡Era él! Me dijo:
- ¿Bueno?
- Sí, bueno ¿Quien habla?
- Soy yo Araceli
-¿Esta tu marido?
- No. No está en este momento.
Mi respiración aun estaba agitada por lo que estaba haciendo y por el nerviosismo de estar hablando con él desnuda, sentía como si me pudiera ver y él notó mi agitación y me dijo:
- Oigo tu respiración agitada ¿Te sucede algo, estas bien?
- Si- le dije -Es que estaba haciendo ejercicio-.
Me dijo -Una mujer tan hermosa como tú no necesita hacer ejercicio…. perdón, no pude contenerme, mejor hablo después para ver si está tu marido.
-¡No!- Le dije sin pensar y él se dio cuenta y me dijo -¿Quieres seguir platicando?- le dije -Estoy sola y algo aburrida- y el me dijo -¡Cómo! ¡A una mujer tan hermosa como tú! ¿Tu marido se atreve a dejarte sola? Si yo fuera él...-
Cuando escuché eso tuve un orgasmo fuertísimo pues aún traía el consolador en mi puchita, traté de disimular, pero creo que se dio cuenta porque me dijo - Si yo fuera él, no te dejaría sola, estaría siempre aprovechando el tiempo- le pregunté -¿Como, cómo lo aprovecharías?- y él me dijo -Estaría haciéndote el amor todo el tiempo- Empecé a temblar y él me dijo -Ese lunar que tienes en la boca siempre me ha parecido muy sexy, eres muy atractiva, no sé porque tu marido te deja sola-
Le dije -Ya ves, el trabaja siempre y casi no tenemos tiempo de hablar- Me dijo -¡Pues que pendejo! yo con una hembra como tú no la dejaría salir de la recamara- Ya no pude aguantar y le colgué.
El me volvió a marcar y cuando contesté me dijo -Perdóname, no volverá a pasar, es que no pude contenerme- Le dije, -ok, pero por favor no vuelvas a decirme nada de eso- y colgó.
Aún así siempre buscaba hablar cuando mi marido no estaba y me decía piropos, nada inapropiado, que era muy hermosa, que suerte tenía mi marido etc. y yo al sentirme halagada lo dejaba decirlos, aunque luego me pedía perdón y colgaba. Pero eso me hizo que llegara a desear que llamara, me hizo adicta a sus llamadas.
Un día mi marido y yo peleamos porque por su falta de trabajo no había dinero para los gastos y él se fue enojado, cuando llegó no me dirigía la palabra y yo me sentía mal.
Me sentía tan mal que necesitaba hablar con alguien y fui a mi recamara, me encerré y le llamé a él. Cuando me contestó me saludó y me dijo -¿Que tienes, porque lloras?- le dije -Me acabo de pelear con mi marido, necesito platicar con alguien para desahogarme- y él me dijo -Pues si quieres puedes contar conmigo- le dije, -Necesito verte- y él me dijo -¿Donde?- Le dije -A las 9:00 tengo clases de spinning, cerca de la clase hay un parque, allí te veo a las 9:40 cuando salga de la clase- Me dijo -Ok, allí te veo-
Me sentí excitada, pero después me dije que no iría porque estaba mal eso. Pero al bajar para ir a la clase y ver a mi marido sentado en el sillón viendo la tele como si no pasara nada e ignorándome me dio coraje y me decidí a ir a verlo. Al salir de la clase una amiga a la que le platiqué de él me acompañaba y al llegar al parque, cuando vimos la camioneta mi corazón se aceleró y mi amiga me dijo -Allí está tu galán- y se rió. Le dije -Si mi marido te habla dile que estoy contigo y estoy enojada, que cuando me calme regreso- y ella se alejo riéndose.
Al llegar con él que me esperaba afuera, me saludó dándome la mano y me besó en la mejilla, pero lo hizo cerca de la boca, eso me excitó, pero aún no estaba lista para entregarme a él, me abrió la puerta y subimos, ya adentro me dijo –Ya puedes decirme que te pasa- y empecé a llorar y le dije –Es que mi marido no me entiende, me tiene abandonada, su maldita actitud de no querer buscar un trabajo estable- y él me dijo –Chihuahua, no sé qué le pasa, yo le presté la maquinaria para ayudarlos, pero si no completan le ayudo a buscar trabajo-
Como seguía llorando me tomo de las manos y secó mis lágrimas y me dijo –No puedo ver llorar a una mujer tan hermosa como tú- y me dio nuestro primer beso, fue lento, tierno pero a la vez sensual.
Lo dejé besarme, pero luego él se apartó y me dijo –Perdóname, no pude contenerme, eres tan atractiva que no entiendo cómo teniéndote él no sabe aprovechar el tiempo contigo, yo sí lo aprovecharía- cuando dijo eso se me quedó viendo a los ojos y siguió –Yo sí lo aprovecharía llenándote de halagos, caricias y besos y…- hizo una pausa y yo le dije -¿Y qué más?- y él me dijo –Y te haría el amor todos los días…- y él aprovechó que me tenía tomadas las manos, me tomo el rostro con una mano y me besó otra vez. Esta vez fue más apasionado, más largo, yo no intente alejarme, él empezó a besarme el cuello y me decía al oído -Yo no te dejaría sola, yo aprovecharía para hacerte el amor a toda hora- mientras sus manos bajaban a mi cintura, su mano fue recorriéndola hasta llegar a mi espalda y se metió debajo de la blusa mientras me mordía los labios, luego bajó sus manos y empezó a sobarme el trasero lentamente.
Yo reaccioné e intenté soltarme, pero él metió su lengua en mi boca y mi resistencia se derrumbó, me abrazó fuerte y empezó a besarme con locura mientras me decía -¡Siempre me has gustado, desde que te vi, tu lunar me excita, me vuelve loco! ¡Yo nunca te descuidaría, te trataría como a una reina!- Yo estaba jadeando, no podía hablar, mi respiración era fuerte y él me besaba y me tomaba del rostro y me veía a los ojos como para demostrarme que él era ahora mi dueño. Me dijo -¿Quieres ir a un lugar más privado para que nadie nos moleste y poder platicar mejor?- Solo pude asentir, estaba tan agitada que no podía hablar. Pensé que quizás me quería llevar a un café o algo parecido. Mientras manejaba iba acariciándome las piernas y su mano subía a mis pechos y las estrujaba. Cuando vi a donde me llevaba me alarme ¡Era un hotel!
El se detuvo y le pidió al encargado una habitación, me dio miedo y le dije -Vámonos, tengo miedo, me quiero ir- Pero él me dijo -No tengas miedo, solo vamos a platicar- y yo temblando, sabía que si entraba ya no había marcha atrás. Le dije -¿Solo platicar? ¿Me lo juras?- y él me dijo -Sí, te lo juro, solo haremos lo que quieras- y entramos.
Entramos a la habitación y él se sentó en la cama y me invitó a sentarme. Una vez que me senté me tomo de las manos y empezó a besarme otra vez, pero ahora me metía mano en todas partes, me sobaba las pompas, me acariciaba mis pechos.
Eso me dio miedo y traté de soltarme y le dije -¡No, esto no está bien, soy casada ¿Qué va a pensar mi marido? ¿Qué pensarás tú de mí?- El me dijo –No lo sabrá, nadie se lo va a decir, así que tranquila y sólo déjate llevar- mientras seguía acariciando todo mi cuerpo.
Me quitó la blusa y me bajó el pants dejándome en tanga y brasiere y empezó a agarrar mi trasero y mis pechos, me acariciaba de arriba a abajo, me mordía el cuello, me lamía y besaba mientras al oído me decía -¡Siempre soñé con tenerte así! ¡Siempre quise tenerte así!- Ya no pude más, solo cerré los ojos y me dejaba hacer, él aprovechó para quitarme el brasiere y me lamía los pezones, me los mordía, me hacía gemir, luego me quitó la tanga y me abrazó y al sentir su pene rozar mi rajita me hizo gemir, me metió la lengua en la boca, me abrió las piernas y puso su pene que era grande y grueso, yo creo de 21 cms aproximadamente, la puso en la entrada de mi concha y me dijo -¿Quieres que te la meta?- yo solo asentí pero el me dijo -Pídemela, ¡Pídemela puta!- le dije -Dámela por favor, ya no aguanto, cógeme, métemela cabrón- y me la metió, lentamente esa verga gruesa, venosa, parecía una barra de hierro caliente, me hizo gritar, luego empezó a bombearme primero lentamente, luego aumentó el ritmo como un perro en celo, me estaba cogiendo en la cama, se puso arriba de mí y me dominaba con su cuerpo atlético, me agarraba el trasero y me mordía los pezones y me decía -¿Quien es tu dueño ahora? ¿Quién putita?- Yo gimiendo y gritando le dije -¡Tu papacito, desde que te vi me gustaste por macho, por puto, por mujeriego! ¡Siempre quise saber que se sentía tener tu verga adentro!- y seguía gimiendo y él dándome verga mientras me decía
-¡Ya eres mía, eres mi puta, mi esclava!
-¡Si, soy tuya, toda tuya, soy tu puta, cógeme, culéame, métemela toda cabrón!
-¡Ahora yo soy el chingón, me estoy culeando a la mujer de mi mejor amigo! ¡JA JA JA JA JA!
-¡Ere un perro, un puto! ¡Pero cógeme!
Tuve un orgasmo intenso mientras me cogía, fue un largo tiempo en que me estaba cogiendo, me besaba y manoseaba toda, el me dijo:
-¡Te voy a dar mi leche culera!
-¡Lléname de tu leche, la quiero toda papi!
Y se vino en mi puchita. Cuando terminó empezó a besarme la boca, luego el cuello y llego a los pechos, allí empezó a morderlos y me dijo -¿Te gusta?- le dije que sí, me dijo -¿Tu marido ha sido el único que las ha chupado?- le dije -Sí, está orgulloso de ser el único que las ha chupado- y empezó a morderlas con desesperación, a lengüetearlas. Luego bajó hasta mi puchita y me dijo -¿Tu marido te ha comido la panocha?- le dije -No, es muy asqueroso y no le gusta el sexo oral- el empezó a reír y me dijo -Pues ahora será mía- y empezó a lengüetear mi conejito, metía su lengua como un perro, me lamía y me hacía arquear la espalda, le agarre la cabeza para que la metiera más, me hizo tener otro orgasmo intenso, él iba de mi puchita a mi ano y metía la punta de su lengua en mi ano volviéndome loca. Me tenía en sus manos totalmente.
Luego me levantó y me hizo arrodillarme y me dijo -De seguro nunca se la has chupado- Le dije -No, tu verga será la primera que chupe- Cuando le dije eso me la acercó y yo abrí la boca, empezó a meterla y me estaba follando la boca -Así putita, chúpasela a tu amo, ah, ah- yo estaba como loca, me estaba gustando su sabor, apenas me cabía en la boca así que la lamía desde la base hasta la punta, le chupaba los testiculos y todo el tronco lo recorría con mi lengua. El empezó a temblar y me dijo -¿Los quieres en la boca?- le dije -Sí, quiero ver a que saben- y me la metió en la boca, aceleró el ritmo y empezó a temblar y a echarme la leche en tremendas cantidades, casi me ahogo, su semen me chorreo las tetas, me trague lo que pude y lo que se chorreo en mis tetas él me lo untó y me tomó en sus brazos y me acostó.
Se puso arriba de mí, puso mis piernas en sus hombros y su pene en la entrada de mi puchita, pero solo la rozaba torturándome y me dijo -Pídemela cabrona ¡Pídeme que te la meta!- yo le dije casi a gritos -¡Métemela cabrón, métemela hijo de puta! ¡Cógeme, rómpeme la pucha!- y él me la clavó de golpe, me hizo gritar de dolor y placer, empezó a bombearme salvajemente, parecía una bestia, mientras me la metía toda y me bombeaba me metía los dedos en la boca y me decía
-¡Puta, puta, eres una puta caliente y arrecha de verga! ¡Ahora yo soy tu macho y te voy a coger cuando quiera! ¿Oíste? ¡Cuando quiera!
-¡Si, si, si, cuando tú quieras papito, mi rey, mi amor! ¡Cuando tú quieras me puedes coger! ¡Soy toda tuya, tu puta caliente!
Me apretujaba los pechos, me los mordía, me besaba y metía la lengua en la boca, yo estaba gimiendo y gritando, totalmente fuera de mí, entregada a ese hombre que me había seducido. Luego se tiró en la cama y me dijo -Cabálgame- Me monté, pero por ser muy grande su pene me tuve que montar con cuidado, pero él hizo un movimiento y me la clavó de golpe y me hizo gritar, se incorporó en parte quedando sentado y mientras me la metía, con una mano me agarró por el trasero y me apretujaba contra él con la otra, luego empezó a clavármela como bestia, en esa postura me entraba toda, me hacía sentir como me llegaba hasta adentro, luego me besó la boca y me la estaba comiendo a besos y los pechos me los mordía como un animal en celo, yo me abracé fuerte a él, a mi macho, a mi dueño.
-Jejejeje, y yo que pensé que sería más difícil cogerte, jejeje, ¿Qué diría el pendejo de tu marido si supiera que su mujercita, su santa mujercita está ahora cogiendo con su mejor amigo? Jajajaja, A mis amigos les dije que te iba a coger un día, hasta apostamos porque dijeron que yo no iba a poder siquiera tocarte, je-.
-¡Desgraciado! ¡Infeliz! ¡Eres un perro!
-Pero te gustó ¿No putita? ¡Te gusta que te coja!
-¡Sí, si me gusta cabrón, pero no le digas a nadie, hazme tuya pero no le digas a nadie!
-No te preocupes, nadie lo sabrá, porque quiero que seas mi amante, yo seré tu sancho, tu amigo con derechos.
-¡Si, sí, mi sancho, mi "amigo con derechos”!
Al decir esto tuve otro orgasmo, y él reía y repetía como era de chingón al cogerse a una casada tan buenota como yo, lo fregón que era al tenerme ensartada y gimiendo de excitación. El empezó a jadear y me dijo
-Te voy a llenar de leche
-Sí, dámela toda culero
-Allí va...
Y me llenó de leche otra vez, quedamos abrazados besándonos, acariciándonos, me miraba a los ojos y me dijo
-¿Te gustó?
-Si- le dije agachando la mirada.
-¿Soy tu amo, tu dueño?
-Si- No lo quería mirar, su mirada me dominaba.
Me tomo del rostro y me hizo mirarlo, me dijo
-Mírame y dime que te gustó.
-Sí, sí, me gustó, eres más macho que mi marido, me gustó tanto que no puedo vivir sin tu pene- Me besó en la boca.
Me llevó a la casa ya de madrugada me dejó en la esquina para que no me vieran los vecinos llegar con él y al despedirnos me volvió a besar metiendo su lengua y me dijo –Te voy a llamar después para repetir la cogida- cuando llegue mi marido ya estaba dormido y ni cuenta se dio de que llegué oliendo a sexo, me acosté y al verlo sentí remordimiento, pero al cerrar los ojos vino a mi mente lo que acababa de ocurrir y me excitaba, al grado de que me volví a masturbar repitiendo su nombre en voz baja
-Miguel, Miguel, Miguel, soy tuya, soy tu hembra...
Nuestra situación económica cambio después ya que a los pocos días mi marido consiguió trabajo en una empresa, ahora Miguel aprovecha cuando mi marido se va a las 5:00 am a trabajar y me coge en mi casa todas las mañanas.
Pero el desgraciado no pudo aguantarse las ganas de presumirles a sus amigos y les platicó como me hizo suya y ellos ahora me amenazan con decirle a mi marido todo si no accedo a ir con ellos al hotel, pero eso es otra historia.
Agradezco sus comentarios.
1 comentarios - 1. con el mejor amigo de mi marido (relato SexyAracely)
TODA UNA PUTITA SEGUN TU MUY SANTA
SI TE HAGO LA PUTA PUTA CABRONAA