Sigo con la historia que me contara, mi amiga que pormotivos de identificación y para conservar el anonimato he dado en llamarKarina, como dije en mi relato anterior http://www.poringa.net/posts/relatos/3124816/Kari-su-paso-en-falso-y-su-encuentro-con-un-paraguayo.htmlvive en una buena zona de la Capital, el barrio de Belgrano, bien casada, doshijos adolescentes y un marido con un buen pasar laboral.
Retomando el relato anterior, en parte, Kari había salidocon algunos machos para saciar su sed de sexo aventurero y arriesgado, que sumarido una persona rutinaria y aburrida en esa materia no le daba, lo que nuncaquiso arriesgar ésta Milf capitalina fue su posición económica y social, unacosa es el placer y otra muy distinta el buen pasar y su status social.
Continuó algunos meses manteniendo encuentros clandestinoscon Salvador (el poco higiénico jardinero paraguayo ) que vivía en la zona deTigre, primero los encuentros eran en hoteles alojamiento, donde en privado mi amiga, una respetada madre residente enBelgrano, se deglutía por las cavidades entre sus piernas unos gruesos 22 cmsde carne paraguaya, en varias posiciones, la preferida por ella era bienabierta tradicional primero arriba de la cama con su macho entre las piernas,adonde era bien abierta y luego penetrada duramente hasta que la cabeza de lapija de su amante guaraní ( cruza con italiano, según ella) le pujaba rudamenteen sus entrañas hasta causarle dolores por algunas horas debajo de su ombligo,digo algunas horas porque duraba la intensidad del dolor por bastante tiempo.Luego disfrutaba del ensarte en la posición perrito o ella encima de él,sentado él en un sillón o en la misma cama, se comprende que ésta posición leera cómoda porque gozaba y al mismo tiempo regulaba la penetración de su macho.
Es claro que las primeras veces, por mas que Kari no teniaproblemas de lubricación vaginal su macho no podía introducir semejante vara decarne, la introducción completa de su pija la realizó después de varios encuentros, hasta que mediono se dio cuenta y un día estando penetrada se percató que le había hecho lugaral monstruo de carne completamente, sintiéndose realizada por ello (ella hastalo considera un logro realmente).
El procedimiento y la secuencia en esos encuentros primero, la petera de Kari,le mamaba la pija con el fin de deslecharlo primero y que su macho dure más enlas siguientes cópulas, asi como tambiénpara que él pueda apreciarla comiéndose la lefa o con su cara y tetas llenasdel producto de sus gónadas masculinas. El segundo polvo en general era vaginaly el tercero era cuando su macho introducía en su ojete, unos 15 cms, no más decarne paraguaya dura, porque no aguantaba más mi amiga que esa introducción.Por lo indicado por mi amiga, en cada cita él acababa dos veces y ella igual otres veces. En esos encuentros el amante de mi amiga, nunca quiso colocarsepreservativos no le gustaba, le desagradaba y es probable que para su tamañohasta fuera molesto, y ella quedó plenamente convencida que era mejor “acuerito” que bien le gustaba correr y descubrir la cabeza de aquel falo queadoraba y como se dijo al principio que muy afecto a la limpieza el paraguayono era precisamente, cuando tiraba el cuero hacia arriba descubriendo la cabezade su adoraba pija, se encontraba con “secreciones blancas” debajo de lafinalización de la cabeza en su unión con el tronco de la verga, que ellamenciona como sin sabor alguno. Solia ser común encontrar esas secreciones, elolor a transpiración también bastante común por una escasa limpieza, pero esejardinero guaraní rutinariamente depositaba en su todavía fértil vagina, lechemasculina producto de sus gónadas, y ella aceptaba mansamente esa imposición, yhasta comenzó a tomar pastillas para prevenir embarazos aspecto que le ocultabaa su esposo, que para penetrarla (siempre con la rutina de los sábados usabapreservativos) y hasta alguna vez que no tenía protección, pero si muchasganas, cuando recibió la oleada de masculinidad de su amante, tuvo que recurrira la “ pastilla del dia después” según la propia confesión de Karina. Hay quepensar que mi amiga era un fértil hembra de unos 31 años y el guaraní uncobrizo semental que tendría por entonces unos 52 años aproximadamente, al queno se le conocían hijos, y Karina nunca quiso tampoco indagar acerca de si élmantenía alguna relación o relaciones paralelas (aunque sinceramente ellapensaba que si tenia otra relación), pero al parecer preferia no enterarse,ojos que no ven…ya sabemos qué pasa, verdad?
Lo cierto es que ella en aquel momento avanzó con su culpa,sentía mucha culpa por tener que buscar satisfacción sexual y saciar sucuriosidad fuera de su matrimonio, dejando a su marido e hijos que en esemomento eran todavía pequeños, todo su bagaje cultural y su educación en esemomento le jugó en contra y cortó su relación con el semental paraguayo, enbuenos términos pero cortó drásticamente los encuentros.
Pasó un tiempo y sus necesidades pudieron más, laimportancia que para su marido revestía el sexo con ella no cambió, tanto nocambió que nunca pudo conversar con el padre de sus hijos acerca de si se sentíao no satisfecha, si lo satisfacía a él, no le hacia orales, no se dejaba por elojete porque él tampoco se lo pedía (aunque ya a esas alturas, bien abierto y dilatado tenia su ocote porotros machos), y sus encuentros sexuales se limitaban a uno semanal, localizadoprecisamente los días sábados, es decir más rutina que ésta, imposible!! Peroesto será materia de un relato posterior….
Retomando el relato anterior, en parte, Kari había salidocon algunos machos para saciar su sed de sexo aventurero y arriesgado, que sumarido una persona rutinaria y aburrida en esa materia no le daba, lo que nuncaquiso arriesgar ésta Milf capitalina fue su posición económica y social, unacosa es el placer y otra muy distinta el buen pasar y su status social.
Continuó algunos meses manteniendo encuentros clandestinoscon Salvador (el poco higiénico jardinero paraguayo ) que vivía en la zona deTigre, primero los encuentros eran en hoteles alojamiento, donde en privado mi amiga, una respetada madre residente enBelgrano, se deglutía por las cavidades entre sus piernas unos gruesos 22 cmsde carne paraguaya, en varias posiciones, la preferida por ella era bienabierta tradicional primero arriba de la cama con su macho entre las piernas,adonde era bien abierta y luego penetrada duramente hasta que la cabeza de lapija de su amante guaraní ( cruza con italiano, según ella) le pujaba rudamenteen sus entrañas hasta causarle dolores por algunas horas debajo de su ombligo,digo algunas horas porque duraba la intensidad del dolor por bastante tiempo.Luego disfrutaba del ensarte en la posición perrito o ella encima de él,sentado él en un sillón o en la misma cama, se comprende que ésta posición leera cómoda porque gozaba y al mismo tiempo regulaba la penetración de su macho.
Es claro que las primeras veces, por mas que Kari no teniaproblemas de lubricación vaginal su macho no podía introducir semejante vara decarne, la introducción completa de su pija la realizó después de varios encuentros, hasta que mediono se dio cuenta y un día estando penetrada se percató que le había hecho lugaral monstruo de carne completamente, sintiéndose realizada por ello (ella hastalo considera un logro realmente).
El procedimiento y la secuencia en esos encuentros primero, la petera de Kari,le mamaba la pija con el fin de deslecharlo primero y que su macho dure más enlas siguientes cópulas, asi como tambiénpara que él pueda apreciarla comiéndose la lefa o con su cara y tetas llenasdel producto de sus gónadas masculinas. El segundo polvo en general era vaginaly el tercero era cuando su macho introducía en su ojete, unos 15 cms, no más decarne paraguaya dura, porque no aguantaba más mi amiga que esa introducción.Por lo indicado por mi amiga, en cada cita él acababa dos veces y ella igual otres veces. En esos encuentros el amante de mi amiga, nunca quiso colocarsepreservativos no le gustaba, le desagradaba y es probable que para su tamañohasta fuera molesto, y ella quedó plenamente convencida que era mejor “acuerito” que bien le gustaba correr y descubrir la cabeza de aquel falo queadoraba y como se dijo al principio que muy afecto a la limpieza el paraguayono era precisamente, cuando tiraba el cuero hacia arriba descubriendo la cabezade su adoraba pija, se encontraba con “secreciones blancas” debajo de lafinalización de la cabeza en su unión con el tronco de la verga, que ellamenciona como sin sabor alguno. Solia ser común encontrar esas secreciones, elolor a transpiración también bastante común por una escasa limpieza, pero esejardinero guaraní rutinariamente depositaba en su todavía fértil vagina, lechemasculina producto de sus gónadas, y ella aceptaba mansamente esa imposición, yhasta comenzó a tomar pastillas para prevenir embarazos aspecto que le ocultabaa su esposo, que para penetrarla (siempre con la rutina de los sábados usabapreservativos) y hasta alguna vez que no tenía protección, pero si muchasganas, cuando recibió la oleada de masculinidad de su amante, tuvo que recurrira la “ pastilla del dia después” según la propia confesión de Karina. Hay quepensar que mi amiga era un fértil hembra de unos 31 años y el guaraní uncobrizo semental que tendría por entonces unos 52 años aproximadamente, al queno se le conocían hijos, y Karina nunca quiso tampoco indagar acerca de si élmantenía alguna relación o relaciones paralelas (aunque sinceramente ellapensaba que si tenia otra relación), pero al parecer preferia no enterarse,ojos que no ven…ya sabemos qué pasa, verdad?
Lo cierto es que ella en aquel momento avanzó con su culpa,sentía mucha culpa por tener que buscar satisfacción sexual y saciar sucuriosidad fuera de su matrimonio, dejando a su marido e hijos que en esemomento eran todavía pequeños, todo su bagaje cultural y su educación en esemomento le jugó en contra y cortó su relación con el semental paraguayo, enbuenos términos pero cortó drásticamente los encuentros.
Pasó un tiempo y sus necesidades pudieron más, laimportancia que para su marido revestía el sexo con ella no cambió, tanto nocambió que nunca pudo conversar con el padre de sus hijos acerca de si se sentíao no satisfecha, si lo satisfacía a él, no le hacia orales, no se dejaba por elojete porque él tampoco se lo pedía (aunque ya a esas alturas, bien abierto y dilatado tenia su ocote porotros machos), y sus encuentros sexuales se limitaban a uno semanal, localizadoprecisamente los días sábados, es decir más rutina que ésta, imposible!! Peroesto será materia de un relato posterior….
6 comentarios - Kari y su predilección por la penetración paraguaya