Mi sobrina

Mi sobrina se llama Natalia. Es una pendeja bastante problematica y difícil de controlar para mi hermana Carla. Como mi cuñado nunca fue de muchos recursos se crió en un barrio medio marginal y es un tanto grosera. Tiene el pelo teñido de rubio y usa flequillo. Es bajita pero tiene un cuerpo interesante. Sobre todo buenas tetas pero la cola no esta nada mal. En especial porque casi siempre usa unas calzas ajustadas.
El mes pasado mi hermana y mi cuñado viajaron al interior pero como Natalia se llevó materias debía quedarse para prepararlas. Ahí es donde entraba yo. No tenían ninguna intención de dejar a la irresponsable adolescente con la casa sola ya que se imaginaban el desastre que podrían encontrar a la vuelta. 
Eran solo unos días así que acepté quedarme en su casa para controlarla. Mi hermana partió un viernes por la tarde y yo me instalé en su cuarto con mi bolso.
A la hora comer me encontré el primer problema  
Natalia: Tío Guille, yo esta noche salgo eh
Yo: Cómo que salís? 
N: Y si, es viernes, que queres que haga?
Y: Nati no te vas a morir por un viernes que no salgas. tus papás me dijeron nada de salidas
N: Bueno pero vos no sos mi papá.
No lo dijo con tono ofensivo sino todo lo contrario. Hizo una sonrisa traviesa. Tengo que confesar que me puso bastante nervioso esa actitud.
Y: No se. Me comprometes.
Traté de cerrar ahí la charla, cambié de tema y apenas terminó la cena me volví a mi cuarto. La casa de mi hermana no es muy grande que digamos así que podía escucharla hablando por teléfono desde ahí. La borrega hizo caso omiso de nuestra conversación y estaba hablando con una amiga sobre que se iban a poner cada una para la salida de esa noche. Me Jodió bastante eso así que salí mucho más firme 
Y: Natalia, podemos hablar
N: A ver espera 
Y: Ahora Natalia
N: Después te llamo gorda... A ver que te pasa que me cortas así?
Y: Te dije que no podías salir y te escucho haciendo planes
N: Como te gusta espiar eh
Y: No seas mal educada nena. Yo estoy acá haciendo un favor
N: Y si yo te hago un favor a vos? 
Cuando dijo eso volvió a hacer esa sonrisa que ya más que traviesa era definitivamente de trola. Agarró la hebilla de mi cinturón y se pasó la lengua por los labios.
Y: Nati que haces?
N: Lo que quieras tío. Estamos solos, no pasa nada
Me bajó el pantalón mientras se arrodillaba. Me estaba pajeando lentamente y yo no podía resistirme a esas manos tan suaves. La pendeja se dio cuenta que tenía todo el control y empezó a pasar su lengua por la punta de mi pija sin descuidar la excelente paja que me hacía
N: Tío volvamos a empezar, puedo salir a bailar?
Mientras decía eso se metió mi glande entre sus labios y clavó sus ojos en los míos
Yo: Si mi amor, lo que quieras aahhh
Con esa frase se sujetó de mis piernas y sin usar sus manos empezó una mamada a fondo como la más trola. Mi pija desaparecía en esos labios una y otra vez.
Mi sobrina era una petera experta. Sentía toda su boca succionando en busqueda de su premio.
Cada tanto la sacaba y sonriente con los labios brillantes pasaba su lengua por todo el largo ida y vuelta. Dedicaba un rato de esa exquisita boca a mis huevos mientras me pajeaba sin parar. No sabía que Nati fuera tan trola y menos conmigo pero me encantaba como la chupaba esa pendeja.
No pude aguantarme mucho más en cuando sus calientes labios volvieron a recorrer mi pija sentí como toda la leche presionaba para salir. Estaba tan caliente que le apreté el pelo para metersela hasta la garganta. Sentí un quejido pero con mi pija atravesandole la boca no fue más que otro sonido caliente.
La leche empezó a salir en esa boca adolescente mientras yo gemía sin pausa, cuando sentí que era lo último de semen, solté su pelo.
Al soltarla una mezcla de semen y saliva se escapó de su boca. Ella aún media ahogada tuvo un gesto bien de trola de juntarlo con la mano y pasar la lengua para tragarse hasta la última gota. 
Natalia: Bueno me voy a preparar para salir. Va a estar bueno vivir con vos estos días