Estábamos en casa con mi marido en el cumpleaños de la pareja de mi padre. Como siempre fuimos a comprar unas cervecitas para animarnos. Todo bastante normal; charlas, charlas y más charlas. Hasta que se hicieron las 03:00 de la madrugada y la fiesta terminó. Debido a las ganas de seguir tomando decidimos Bolichear.
Fuimos casi sin rumbo fijo ya que solo queríamos pasar bien el rato y al cabo de unos minutos ya teníamos destino fijo. Entramos al bolichongo que en la puerta decía "Trix" , Muy acorde a la situación....con un estilo de los 80' que se veía en sus cuadros. Nos acercamos a la barra y pedimos una cerveza, la cuarta de la noche ya. Comenzamos a tocarnos y besarnos. Jugamos con nuestros cuerpos y a medida que subía el alcohol bajaba la ropa que llevábamos puesta. Y aunque no teníamos ni la menor idea de la música que pasaban, ese no era el objetivo, más bien encimarnos a otros...
Se nos ocurrió rozar a las personas del lugar. Y todo empezó muy ligth, un roce en los pechos de una chica, otro en el torso de un chico y hasta una apoyada disimulada o no tanto de un par de muchachitos agradecidos. Comenzaba a sentir sus penes erectos y me calentaba el hecho de ser el centro de atención de tantos hombres, incluido mi marido, pero sobre todo que él lo permitiera y casi me entregara a ellos.
Hasta ese momento me reía y la realidad es que mi entrepierna se mojaba cada vez un poco más por la excitación.
En un momento de la noche en que ya eran poco más de seis cervezas acumuladas en nuestros cuerpos, nos fuimos al medio de la pista donde un muchachito encontró su lugar detrás de mí. Comenzaron a tocar mi cuerpo, mi marido me besaba intensamente y tocaba mis pechos mientras que el chico se dedicaba a mis caderas y apoyarme su erección en mi culo. Sentía unas manos en mi espalda y otra dentro de mi pantalón que comenzaba a bajar. A este punto estaba exaltada y emocionada. Comenzaron a besarme el cuello y yo me dejaba hacer. Lleve mi mano hacia atrás, toqué el paquete que me apoyaba y por delante el de mi marido. Me encantó sentir aquellas pijas duros entre mis manos que provocaban que me mojara más.
Mi marido me dio la vuelta y el chico comenzó a besarme... juguetear más exactamente con mi lengua. Metí mi mano en su pantalón y su pene estaba durísimo. Quería que me cogieran toda.
Entre gemidos, besos y apoyadas girando entre uno y otro de pronto me llevaron hacia el baño. Comenzaron a manosearme más fuerte y jadeaba de deseo. Bajaron mi tanga. Mi marido penetró mi mojada vagina y con mis manos tomé el erecto pene del chico masturbándolo ferozmente. Los jadeos de los tres se acompasaban en uno y mi cuerpo pedía más.
Me senté sobre el chico en el inodoro y comencé a cabalgar mientras los dos chicos que estaban en el baño nos miraban. Entonces, con las miradas, los invitamos a acercarse y respondieron rápidamente con sus penes en mi cara. Tomé los dos con mis manos y empecé a chuparlos desde el tronco hasta la cabeza sin dejar al chico debajo de mí.
Disfrutaba como una putita barata y me encantaba.
Sus manos comenzaron a tocar todo mi cuerpo como si estuviera en una exposición abierta y gratuita. Solo quedaba el brasier en mi cuerpo y los pantalones por los pies. Me quitaron del cubículo y en el medio del baño comenzaron a cogerme de a uno. Entraban y salían mientras me lubricaba más y más. Sin embargo, lo que me excitaba más era que mi marido observaba la situación a un costado, tocándose.
Con una pija en mi boca y otra en mi vagina tuve un orgasmo riquísimo, pero aún quería más porque mi ano comenzaba a dilatarse. Quería que me cogieran
por todos lados y disfrutar al máximo.
Me puse en medio de dos de los chicos y los acomodé en mis agujeros gimiendo de placer y un poco de dolor pero del lindo. Me orinaba de la excitación y me estremecía al estar tan llena. Tomé el tercer pene y lo puse en mi boca mientras eyaculaba casi sin poder meterlo dentro. Goteó en mi cara y besé al chico que estaba delante de mí.
Quería la leche de todos en mi boca.
Me corrí algo mareada y les chupé la pija a ambos haciéndolos acabar en mi lengua. Me relamí y me dirigí a mi marido con su erección a más no poder. Lo besé en la boca y tomé la leche como si fuera un pene más. Luego nos vestimos y salimos como si nada a por otra cerveza.
Fuimos casi sin rumbo fijo ya que solo queríamos pasar bien el rato y al cabo de unos minutos ya teníamos destino fijo. Entramos al bolichongo que en la puerta decía "Trix" , Muy acorde a la situación....con un estilo de los 80' que se veía en sus cuadros. Nos acercamos a la barra y pedimos una cerveza, la cuarta de la noche ya. Comenzamos a tocarnos y besarnos. Jugamos con nuestros cuerpos y a medida que subía el alcohol bajaba la ropa que llevábamos puesta. Y aunque no teníamos ni la menor idea de la música que pasaban, ese no era el objetivo, más bien encimarnos a otros...
Se nos ocurrió rozar a las personas del lugar. Y todo empezó muy ligth, un roce en los pechos de una chica, otro en el torso de un chico y hasta una apoyada disimulada o no tanto de un par de muchachitos agradecidos. Comenzaba a sentir sus penes erectos y me calentaba el hecho de ser el centro de atención de tantos hombres, incluido mi marido, pero sobre todo que él lo permitiera y casi me entregara a ellos.
Hasta ese momento me reía y la realidad es que mi entrepierna se mojaba cada vez un poco más por la excitación.
En un momento de la noche en que ya eran poco más de seis cervezas acumuladas en nuestros cuerpos, nos fuimos al medio de la pista donde un muchachito encontró su lugar detrás de mí. Comenzaron a tocar mi cuerpo, mi marido me besaba intensamente y tocaba mis pechos mientras que el chico se dedicaba a mis caderas y apoyarme su erección en mi culo. Sentía unas manos en mi espalda y otra dentro de mi pantalón que comenzaba a bajar. A este punto estaba exaltada y emocionada. Comenzaron a besarme el cuello y yo me dejaba hacer. Lleve mi mano hacia atrás, toqué el paquete que me apoyaba y por delante el de mi marido. Me encantó sentir aquellas pijas duros entre mis manos que provocaban que me mojara más.
Mi marido me dio la vuelta y el chico comenzó a besarme... juguetear más exactamente con mi lengua. Metí mi mano en su pantalón y su pene estaba durísimo. Quería que me cogieran toda.
Entre gemidos, besos y apoyadas girando entre uno y otro de pronto me llevaron hacia el baño. Comenzaron a manosearme más fuerte y jadeaba de deseo. Bajaron mi tanga. Mi marido penetró mi mojada vagina y con mis manos tomé el erecto pene del chico masturbándolo ferozmente. Los jadeos de los tres se acompasaban en uno y mi cuerpo pedía más.
Me senté sobre el chico en el inodoro y comencé a cabalgar mientras los dos chicos que estaban en el baño nos miraban. Entonces, con las miradas, los invitamos a acercarse y respondieron rápidamente con sus penes en mi cara. Tomé los dos con mis manos y empecé a chuparlos desde el tronco hasta la cabeza sin dejar al chico debajo de mí.
Disfrutaba como una putita barata y me encantaba.
Sus manos comenzaron a tocar todo mi cuerpo como si estuviera en una exposición abierta y gratuita. Solo quedaba el brasier en mi cuerpo y los pantalones por los pies. Me quitaron del cubículo y en el medio del baño comenzaron a cogerme de a uno. Entraban y salían mientras me lubricaba más y más. Sin embargo, lo que me excitaba más era que mi marido observaba la situación a un costado, tocándose.
Con una pija en mi boca y otra en mi vagina tuve un orgasmo riquísimo, pero aún quería más porque mi ano comenzaba a dilatarse. Quería que me cogieran
por todos lados y disfrutar al máximo.
Me puse en medio de dos de los chicos y los acomodé en mis agujeros gimiendo de placer y un poco de dolor pero del lindo. Me orinaba de la excitación y me estremecía al estar tan llena. Tomé el tercer pene y lo puse en mi boca mientras eyaculaba casi sin poder meterlo dentro. Goteó en mi cara y besé al chico que estaba delante de mí.
Quería la leche de todos en mi boca.
Me corrí algo mareada y les chupé la pija a ambos haciéndolos acabar en mi lengua. Me relamí y me dirigí a mi marido con su erección a más no poder. Lo besé en la boca y tomé la leche como si fuera un pene más. Luego nos vestimos y salimos como si nada a por otra cerveza.
8 comentarios - mi marido caliente ve como me enfiesto
Muy buen relato!
Besos, Pao y Pablo