Hola nuevamente a todos y todas.
Quería agradecerles por la aceptación y los mensajitos recibidos por mi primer post.
Voy a contar la continuación del relato anterior:
http://www.poringa.net/posts/relatos/3114900/Despedida-con-mi-vecinito.html
Desde el día siguiente a aquella primera vez, siempre supe que habría una segunda parte.
El mensajito de whatsapp que desencadenaría todo lo demás, parecía inevitable.
Hasta ese momento, nos volvimos a ver en el gym un par de veces, y nos mensajeamos otro par, pero sin decirnos ninguna guarangada ni invitarnos a sacarnos las ganas otra vez.
Viernes por la noche, salgo con mi grupito de amigas a comer y tomar algo, como cualquier otro fin de semana de verano, donde se presta para estas salidas.
Transcurría la cena con charla y cerveza de por medio para las cuatro amigas.
El lugar era un bar en el que nos juntábamos la mayoría de las veces:
Nos gusta el lugar, la vista, la comida, la atención, los baños, y nos queda relativamente cerca a las cuatro.
Por dentro del bar, se podia ver la distribución típica de los baños, con una entrada casi compartida para Hombres y Mujeres, que luego se separan para que cada uno vaya para su lado.
Como normalmente pasa a las mujeres, solemos ir seguido al baño: arreglarnos, pintarnos, peinarnos, mirarnos al espejo, y demás.
En una de esas pasadas por el baño, casi al llegar a esa entrada común, me pareció ver una carita conocida.
Instantes después intento darme vuelta para confirmar si era quien yo creía que era.
Simultáneamente a eso, escucho que pronuncian mi nombre.
Sí, era él: Nico, mi ex vecinito, con el que había tenido una noche de sexo tremenda hacía unos días atrás.
Lo saludé como cuando te encontrás con alguien con quien te llevás bien.
Lo presenté también a una de mis amigas, conla que estaba yendo al baño en ese momento, con el típico besito de presentación:
- Hola! Como estás?
- Hola! Todo bien, vos?
- Bien! Vine con unas amigas a tomar algo, vos?
- Yo también, estoy con unos amigos tomando algo.
- Bueno, nos vemos después!
- Dale, nos vemos!
Y seguimos camino al baño, después de esa conversación que no duró mas de treinta segundos.
Mi amiga ni siquiera me preguntó quién era.
Pareció que era una persona mas del montón, con la que una se suele cruzar de casualidad por ahi.
Tengo mucha confianza con mis amigas, pero preferí mantener lo que había pasado en secreto.
Nunca se les hubiese cruzado por la cabeza a ninguna de las tres, que con ese pendejo había tenido el mejor polvo de mis últimos años.
Me gustaba tener ese secreto para mí sola.
Minutos después, ya otra vez en la mesa, presté más atención a quiénes estaban también en el bar.
A varias mesas de distancia, estaba mi ex-vecinito, con su grupito de cuatro amigos más.
Creo que me sentí bien, por el hecho de verlo con varios amigos, y no con alguna otra mujer con la que seguramente terminaría la noche teniendo sexo.
Casi que ni nos veiamos, por lo que prácticamente nos ignoramos.
Pasada ya la medianoche, y habiendo terminado de comer, y con los primeros síntomas de cansancio, saco el celu de la cartera para ver la hora.
Para mí ya era fin de semana, y no tenía ninguna obligación al dia siguiente.
Además de ver la hora, veo un mensajito de whatsapp de hacía apenas unos poquitos minutos atrás:
- Estás tremenda, no aguanto las ganas de verte otra vez.
Entendí en ese momento, que podría ser el principio de ese reencuentro que tantas ganas teníamos de que ocurra:
- Gracias, vos también estas lindo como siempre (y la carita de whatsapp del besito sonrojada).
Creo que el par de cervezas que habíamos tomado, hacía que me sienta un poco mas desinhibida para escribir.
Quizás esa carita, fue otra vez una provocación. Esta vez, tampoco me arrepentí de nada.
Veo que el "en línea", se convierte en un "escribiendo..." por lo que quedo esperando su respuesta:
- Me estas comiendo la cabeza, Pame,
Te espero en casa a las 2 ?
Era obvio lo que quería mi ex-vecinito.
Y también sabía perfectamente qué quería yo.
Sin embargo, pasaron unos minutos de charla con mis amigas, simulando que no estaba tan desesperada ni nada por el estilo, hasta que vuelvo a sacar el celu.
Las ganas que tenía, hicieron que escriba simplemente:
- Dale...
Faltaba casi una hora para eso, cuando lo veo ir otra vez adentro del bar.
Pasó caminando a una mesa de distancia.
Nos confirmamos con la mirada y con una sonrisa lo que pasaría un rato después.
Faltando algo menos de media hora para el horario acordado, y ya varias con evidente cansancio, nos decimos a irnos.
Como casi siempre, nos volvemos en taxi: dos para un lado en un taxi, y dos para el otro lado en otro taxi.
Bajó primero mi amiga en su casa.
Le digo entonces al chofer el próximo destino: la direccion de mi ex-edificio
Obviamente recordaba la dirección, por lo que le indico con precisión.
Unas cuadras antes de llegar, saco nuevamente el celu para avisarle a mi vecinito que estaba llegando.
Veo entonces los mensajitos de confirmación/seguridad que nos enviamos con las chicas luego de volvernos en taxi de noche.
- Llegando
Me sentí una puta bajando a esa hora de un taxi en el edificio en el que habia vivido hasta hacía unos días atrás, para tener otra noche de abundante sexo.
No sé qué hubiese dicho si me encontraba algún otro ex-vecino en esa situación.
Inconscientemente no me importó el "qué dirían".
Las cervezas que tomé, habían hecho algo en mi cabeza (además de un pendejo hermoso que tampoco me lo podía sacar de la cabeza).
Toqué timbre bien cortito como para hacer el menor ruido posible.
Un segundo después me abre la puerta por el portero.
Entro lo más rapida y disimuladamente posible al ascensor que todavía me parecía cotidiano, para dirigirme al 4ºB.
Ya llegando, y antes de tener que tocar, me abre la puerta por fin, mi ex-vecinito.
Nos miramos los dos con mucha cara de trampa sabiendo lo que iba a pasar, y nos saludamos con un beso.
Una vez adentro y con la puerta cerrada, me sentí libre, como que me había sacado la mochila de la posibilidad de que alguien me viera.
Creo que esos nervios que tenía, hicieron que quiera darle un beso en la boca para saludarlo, cuando él me quiso saludar con un beso en la mejilla.
Fué una situación rara y graciosa a la vez, por lo que a los dos nos salió casi una carcajada de dentro.
Mi vecinito estaba descalzo, pero con la misma bermuda y camisa que tenía en el bar.
Yo tenía una pollera no muy corta, pero pegada al cuerpo, con una remerita sin mangas, y unos zapatos como los de la foto de mi perfil.
- No sabés las ganas que tenía de verte...
Pregunté con vos de ironía al tiempo que dejaba la cartera en la mesa:
- Si? En serio?
Sentándose ya en una esquina de la cama, y agarrándome de la cintura:
- Ni te imaginás...
Otra vez con el mismo tono de voz, dudando de mentira, y levantándome la pollera para sentarme de frente en la bragueta de su pantalón:
- Si? Tantas ganitas tenías de verme?
- Ya vas a ver...
Empezamos el jueguito del manoseo y de los besos:
Yo con mis brazos sobre sus hombros, juntando mis manos por detrás de su cabeza
Él con sus dos manos acariciándome la cintura y la espalda.
Comenzando a disfrutar esos franeleos y jueguitos previos, inclino un poco mi cabeza hacia un costado, entregándole un costado de mi cuello al descubierto.
Me encantaba que el pendejo siempre entendiera lo que quería.
Me besó la oreja con pequeñas mordiditas y viendo lo mucho que me gustaba, siguió un buen rato hasta empezar a besarme el cuello, mientras no dejaba de acariciarme.
Seguía sentada arriba suyo, con la pollera casi en la cintura.
Un par de minutos así, y ya estaba prendida fuego.
Ya podía sentir como su pija estaba cada vez mas dura.
Sentía que me estaba haciendo el amor con la ropa puesta.
Con la respiración bastante agitada y quitándole la camisa para tirarla hecha un bollo arriba de una cómoda, salgo de arriba suyo dejándolo caer en la cama, mirando hacia arriba.
Me saco los zapatos y la pollera.
Ya tenía el corpi desabrochado durante las caricias, por lo que al querer sacarme la remera, quedé en tetas.
Él se sacó la bermuda, quedando recostado solo con un boxer de color blanco.
La pija dura y parada que guardaba, era imposible de disimular.
Mis ganas de tener su pija también.
Me arrodille en un costado de la cama, y comencé a besar y chupar su panza dura y trabajada.
Me agarró del pelo mientras disfrutaba de mis labios en su panza, notando sus ganas de que bajara un poco más.
Podía notar que dentro de su boxer ya no podía contener más esa pija enorme.
Pero era tan estimulante lo que veía, que quería disfrutarlo un rato mas antes de dejarlo al desnudo total.
Empecé a besarle y morderle suavemente el tronco de la pija, por arriba del boxer.
Mientras lo miraba de reojo, para ver si lo estaba disfrutando.
Sus ojos estaban cerrados, con su boca abierta, intercalando con mordidas de su labio inferior.
- Te gusta ?
- Qué puta que sos! Cómo te gusta la pija!
- Mhhm.. Me encanta tu pija...
Te gusta como te la chupo ?
- Mhhmm.. Me encanta..
La tengo durísima!
Esa confesión era evidente, ya que la pija era imposible de esconder y empezaba a asomarse por encima del elástico llegando casi a su ombligo.
El boxer empezaba a molestar, por lo que rapidamente quedó tirado en algún lugar del dormitorio.
Otra vez me estaba dando el gusto de chupar esa pija hermosa, dura bien parada, y muy prolijamente afeitada.
Podía sentir cómo latía adentro de mi boca, envolviéndola con mi lengua, y haciéndose cada vez mas grande.
Me reincorporo ubicándome de frente encima suyo, ésta vez con una rodilla de cada lado:
- Me vas a coger ahora?
O me iba a coger él a mí, o lo iba a coger yo a él.
Agarré su pija con una mano, y la arrimé para ponerla dentro mío.
Otra vez sentí como cada centímetro de esa pija hermosa, entraba lentamente en mí.
- Ajjhh...
Él estaba acostado con sus dos manos en mi cadera.
Yo estaba dispuesta a empezar una buena cabalgada de las que tanto me gustan.
Pero se acomodó y se sentó en la cama, quedando yo arriba suyo con mis piernas envolviendo su cintura y sintiendo cómo su pija seguía dura dentro mío.
- Me vuelven loco las gomas y los tatuajes que tenes!
Casi al mismo tiempo empezó a amamantarse de mis tetas.
Besaba y chupaba mis dos pechos, pasando de uno a otro.
Incliné mi cabeza hacia atrás para disfrutar de la textura de su lengua.
- Si ? Te gustan ?
Probalas entonces. Comeme toda!
No pude no empezar a gemir de placer:
No me estaba cogiendo: me estaba haciendo el amor, mientras no dejaba de comerme delicadamente los pechos.
- Ajjhh...
Me encantaba, y estaba super caliente.
Pero quería más: quería coger. Como la última vez.
Volví a dejarlo caer, como en la posición inicial.
Ahora sí estaba empezando a cabalgarlo a un ritmo mayor.
Sus dos manos alternaban entre mi cintura y mis pechos, todos llenos de saliva.
Su mirada estaba firme viendo como rebotaban mis tetas, al ritmo de la cama crujiendo a más no poder.
Pasaron varios minutos así, con una intensidad creciendo lentamente.
Mi cabeza se inclinó hacia atrás, esperando ese orgasmo que tanto quería, mientras me mordía los labios por el placer que generaba tener una pija soñada, entrando y saliendo sin parar:
- Ay! así, así! seguí así!
Ay! Más, Mas! No parés!
- Mmmm! Qué puta que sos!
- AHHHHHH!
Sentí ese cosquilleo que me llegó hasta el cerebro.
El pendejo me había hecho acabar otra vez, antes que él
Mientras seguía con su pija firme como un mástil dentro mío.
Me sentía una puta, queriendo sacarle toda la leche que tenía encima.
Me acosté ahora yo mirando hacia arriba, y él arrodillado con su pija dura apuntando no hacia arriba, sino hacia adelante.
Agarró mis piernas y las acomodó por sobre su hombro.
Metió nuevamente su pija adentro mío, empezando otra serie de embestidas furiosas.
Comenzó a escucharse el ruido de su cadera chocando conmigo, haciéndome sentir como su pija llegaba hasta el interior de mi ombligo.
- Ahh, Ahh, Ahh!
Era hermoso sentir semejante pedazo entrando y saliendo fuertemente de mí.
Al mismo tiempo tenía una vista hermosa de esa panza dura y chata, y su cara de pendejo todo transpirado haciendo hasta su último esfuerzo sexual.
Él miraba como su pija en cada movimiento salía casi hasta la cabeza, para volver a entrar hasta el fondo.
Así, un buen rato más, con la pija durísima.
- Ahh, Ahh, Ahh!
- No aguanto más, voy a acabar!
- Ahh, Ahh, Ahh!
- Querés leche, puta ?!
- Ahh, Ahh!
Acabame afuera!
- Ahh, Ahh, Ahh!
Te la quiero tirar en las tetas!
- Ahh, Ahh, Ahh, Ahhh!
Sentí como si quedó esperando mi aprobación.
En ese momento estaba explotando de placer, por lo que no contesté anda.
Solamente seguí gozando como una perra en celo.
- Voy a acabar! No aguanto más!
Inmediatamente sacó su pija enorme con la cabeza bien roja, y siguiendo en esa posición, con mis piernas abiertas apoyadas sobre su panza, tomó su pija a punto de explotar, para apuntar sus tres o cuatro chorros de leche caliente sobre mis tetas y mi panza.
- AHHH AHHH AHHH!
Otra vez quedamos los dos exhaustos y tirados sobre la cama.
Pasé al baño a limpiarme toda esa leche que el pendejo tiró sobre mi, pudiendo ver que tenía más de la que esperaba.
Volví a la cama, donde sin mediar palabra, quedamos dormidos.
A la mañana siguiente, desayunamos juntos y salí lo mas decentemente posible, pudiendo evitar el contacto con cualquier ex-vecino del edificio.
Pude confirmar que ésta tampoco sería la última vez...
Quería agradecerles por la aceptación y los mensajitos recibidos por mi primer post.
Voy a contar la continuación del relato anterior:
http://www.poringa.net/posts/relatos/3114900/Despedida-con-mi-vecinito.html
Desde el día siguiente a aquella primera vez, siempre supe que habría una segunda parte.
El mensajito de whatsapp que desencadenaría todo lo demás, parecía inevitable.
Hasta ese momento, nos volvimos a ver en el gym un par de veces, y nos mensajeamos otro par, pero sin decirnos ninguna guarangada ni invitarnos a sacarnos las ganas otra vez.
Viernes por la noche, salgo con mi grupito de amigas a comer y tomar algo, como cualquier otro fin de semana de verano, donde se presta para estas salidas.
Transcurría la cena con charla y cerveza de por medio para las cuatro amigas.
El lugar era un bar en el que nos juntábamos la mayoría de las veces:
Nos gusta el lugar, la vista, la comida, la atención, los baños, y nos queda relativamente cerca a las cuatro.
Por dentro del bar, se podia ver la distribución típica de los baños, con una entrada casi compartida para Hombres y Mujeres, que luego se separan para que cada uno vaya para su lado.
Como normalmente pasa a las mujeres, solemos ir seguido al baño: arreglarnos, pintarnos, peinarnos, mirarnos al espejo, y demás.
En una de esas pasadas por el baño, casi al llegar a esa entrada común, me pareció ver una carita conocida.
Instantes después intento darme vuelta para confirmar si era quien yo creía que era.
Simultáneamente a eso, escucho que pronuncian mi nombre.
Sí, era él: Nico, mi ex vecinito, con el que había tenido una noche de sexo tremenda hacía unos días atrás.
Lo saludé como cuando te encontrás con alguien con quien te llevás bien.
Lo presenté también a una de mis amigas, conla que estaba yendo al baño en ese momento, con el típico besito de presentación:
- Hola! Como estás?
- Hola! Todo bien, vos?
- Bien! Vine con unas amigas a tomar algo, vos?
- Yo también, estoy con unos amigos tomando algo.
- Bueno, nos vemos después!
- Dale, nos vemos!
Y seguimos camino al baño, después de esa conversación que no duró mas de treinta segundos.
Mi amiga ni siquiera me preguntó quién era.
Pareció que era una persona mas del montón, con la que una se suele cruzar de casualidad por ahi.
Tengo mucha confianza con mis amigas, pero preferí mantener lo que había pasado en secreto.
Nunca se les hubiese cruzado por la cabeza a ninguna de las tres, que con ese pendejo había tenido el mejor polvo de mis últimos años.
Me gustaba tener ese secreto para mí sola.
Minutos después, ya otra vez en la mesa, presté más atención a quiénes estaban también en el bar.
A varias mesas de distancia, estaba mi ex-vecinito, con su grupito de cuatro amigos más.
Creo que me sentí bien, por el hecho de verlo con varios amigos, y no con alguna otra mujer con la que seguramente terminaría la noche teniendo sexo.
Casi que ni nos veiamos, por lo que prácticamente nos ignoramos.
Pasada ya la medianoche, y habiendo terminado de comer, y con los primeros síntomas de cansancio, saco el celu de la cartera para ver la hora.
Para mí ya era fin de semana, y no tenía ninguna obligación al dia siguiente.
Además de ver la hora, veo un mensajito de whatsapp de hacía apenas unos poquitos minutos atrás:
- Estás tremenda, no aguanto las ganas de verte otra vez.
Entendí en ese momento, que podría ser el principio de ese reencuentro que tantas ganas teníamos de que ocurra:
- Gracias, vos también estas lindo como siempre (y la carita de whatsapp del besito sonrojada).
Creo que el par de cervezas que habíamos tomado, hacía que me sienta un poco mas desinhibida para escribir.
Quizás esa carita, fue otra vez una provocación. Esta vez, tampoco me arrepentí de nada.
Veo que el "en línea", se convierte en un "escribiendo..." por lo que quedo esperando su respuesta:
- Me estas comiendo la cabeza, Pame,
Te espero en casa a las 2 ?
Era obvio lo que quería mi ex-vecinito.
Y también sabía perfectamente qué quería yo.
Sin embargo, pasaron unos minutos de charla con mis amigas, simulando que no estaba tan desesperada ni nada por el estilo, hasta que vuelvo a sacar el celu.
Las ganas que tenía, hicieron que escriba simplemente:
- Dale...
Faltaba casi una hora para eso, cuando lo veo ir otra vez adentro del bar.
Pasó caminando a una mesa de distancia.
Nos confirmamos con la mirada y con una sonrisa lo que pasaría un rato después.
Faltando algo menos de media hora para el horario acordado, y ya varias con evidente cansancio, nos decimos a irnos.
Como casi siempre, nos volvemos en taxi: dos para un lado en un taxi, y dos para el otro lado en otro taxi.
Bajó primero mi amiga en su casa.
Le digo entonces al chofer el próximo destino: la direccion de mi ex-edificio
Obviamente recordaba la dirección, por lo que le indico con precisión.
Unas cuadras antes de llegar, saco nuevamente el celu para avisarle a mi vecinito que estaba llegando.
Veo entonces los mensajitos de confirmación/seguridad que nos enviamos con las chicas luego de volvernos en taxi de noche.
- Llegando
Me sentí una puta bajando a esa hora de un taxi en el edificio en el que habia vivido hasta hacía unos días atrás, para tener otra noche de abundante sexo.
No sé qué hubiese dicho si me encontraba algún otro ex-vecino en esa situación.
Inconscientemente no me importó el "qué dirían".
Las cervezas que tomé, habían hecho algo en mi cabeza (además de un pendejo hermoso que tampoco me lo podía sacar de la cabeza).
Toqué timbre bien cortito como para hacer el menor ruido posible.
Un segundo después me abre la puerta por el portero.
Entro lo más rapida y disimuladamente posible al ascensor que todavía me parecía cotidiano, para dirigirme al 4ºB.
Ya llegando, y antes de tener que tocar, me abre la puerta por fin, mi ex-vecinito.
Nos miramos los dos con mucha cara de trampa sabiendo lo que iba a pasar, y nos saludamos con un beso.
Una vez adentro y con la puerta cerrada, me sentí libre, como que me había sacado la mochila de la posibilidad de que alguien me viera.
Creo que esos nervios que tenía, hicieron que quiera darle un beso en la boca para saludarlo, cuando él me quiso saludar con un beso en la mejilla.
Fué una situación rara y graciosa a la vez, por lo que a los dos nos salió casi una carcajada de dentro.
Mi vecinito estaba descalzo, pero con la misma bermuda y camisa que tenía en el bar.
Yo tenía una pollera no muy corta, pero pegada al cuerpo, con una remerita sin mangas, y unos zapatos como los de la foto de mi perfil.
- No sabés las ganas que tenía de verte...
Pregunté con vos de ironía al tiempo que dejaba la cartera en la mesa:
- Si? En serio?
Sentándose ya en una esquina de la cama, y agarrándome de la cintura:
- Ni te imaginás...
Otra vez con el mismo tono de voz, dudando de mentira, y levantándome la pollera para sentarme de frente en la bragueta de su pantalón:
- Si? Tantas ganitas tenías de verme?
- Ya vas a ver...
Empezamos el jueguito del manoseo y de los besos:
Yo con mis brazos sobre sus hombros, juntando mis manos por detrás de su cabeza
Él con sus dos manos acariciándome la cintura y la espalda.
Comenzando a disfrutar esos franeleos y jueguitos previos, inclino un poco mi cabeza hacia un costado, entregándole un costado de mi cuello al descubierto.
Me encantaba que el pendejo siempre entendiera lo que quería.
Me besó la oreja con pequeñas mordiditas y viendo lo mucho que me gustaba, siguió un buen rato hasta empezar a besarme el cuello, mientras no dejaba de acariciarme.
Seguía sentada arriba suyo, con la pollera casi en la cintura.
Un par de minutos así, y ya estaba prendida fuego.
Ya podía sentir como su pija estaba cada vez mas dura.
Sentía que me estaba haciendo el amor con la ropa puesta.
Con la respiración bastante agitada y quitándole la camisa para tirarla hecha un bollo arriba de una cómoda, salgo de arriba suyo dejándolo caer en la cama, mirando hacia arriba.
Me saco los zapatos y la pollera.
Ya tenía el corpi desabrochado durante las caricias, por lo que al querer sacarme la remera, quedé en tetas.
Él se sacó la bermuda, quedando recostado solo con un boxer de color blanco.
La pija dura y parada que guardaba, era imposible de disimular.
Mis ganas de tener su pija también.
Me arrodille en un costado de la cama, y comencé a besar y chupar su panza dura y trabajada.
Me agarró del pelo mientras disfrutaba de mis labios en su panza, notando sus ganas de que bajara un poco más.
Podía notar que dentro de su boxer ya no podía contener más esa pija enorme.
Pero era tan estimulante lo que veía, que quería disfrutarlo un rato mas antes de dejarlo al desnudo total.
Empecé a besarle y morderle suavemente el tronco de la pija, por arriba del boxer.
Mientras lo miraba de reojo, para ver si lo estaba disfrutando.
Sus ojos estaban cerrados, con su boca abierta, intercalando con mordidas de su labio inferior.
- Te gusta ?
- Qué puta que sos! Cómo te gusta la pija!
- Mhhm.. Me encanta tu pija...
Te gusta como te la chupo ?
- Mhhmm.. Me encanta..
La tengo durísima!
Esa confesión era evidente, ya que la pija era imposible de esconder y empezaba a asomarse por encima del elástico llegando casi a su ombligo.
El boxer empezaba a molestar, por lo que rapidamente quedó tirado en algún lugar del dormitorio.
Otra vez me estaba dando el gusto de chupar esa pija hermosa, dura bien parada, y muy prolijamente afeitada.
Podía sentir cómo latía adentro de mi boca, envolviéndola con mi lengua, y haciéndose cada vez mas grande.
Me reincorporo ubicándome de frente encima suyo, ésta vez con una rodilla de cada lado:
- Me vas a coger ahora?
O me iba a coger él a mí, o lo iba a coger yo a él.
Agarré su pija con una mano, y la arrimé para ponerla dentro mío.
Otra vez sentí como cada centímetro de esa pija hermosa, entraba lentamente en mí.
- Ajjhh...
Él estaba acostado con sus dos manos en mi cadera.
Yo estaba dispuesta a empezar una buena cabalgada de las que tanto me gustan.
Pero se acomodó y se sentó en la cama, quedando yo arriba suyo con mis piernas envolviendo su cintura y sintiendo cómo su pija seguía dura dentro mío.
- Me vuelven loco las gomas y los tatuajes que tenes!
Casi al mismo tiempo empezó a amamantarse de mis tetas.
Besaba y chupaba mis dos pechos, pasando de uno a otro.
Incliné mi cabeza hacia atrás para disfrutar de la textura de su lengua.
- Si ? Te gustan ?
Probalas entonces. Comeme toda!
No pude no empezar a gemir de placer:
No me estaba cogiendo: me estaba haciendo el amor, mientras no dejaba de comerme delicadamente los pechos.
- Ajjhh...
Me encantaba, y estaba super caliente.
Pero quería más: quería coger. Como la última vez.
Volví a dejarlo caer, como en la posición inicial.
Ahora sí estaba empezando a cabalgarlo a un ritmo mayor.
Sus dos manos alternaban entre mi cintura y mis pechos, todos llenos de saliva.
Su mirada estaba firme viendo como rebotaban mis tetas, al ritmo de la cama crujiendo a más no poder.
Pasaron varios minutos así, con una intensidad creciendo lentamente.
Mi cabeza se inclinó hacia atrás, esperando ese orgasmo que tanto quería, mientras me mordía los labios por el placer que generaba tener una pija soñada, entrando y saliendo sin parar:
- Ay! así, así! seguí así!
Ay! Más, Mas! No parés!
- Mmmm! Qué puta que sos!
- AHHHHHH!
Sentí ese cosquilleo que me llegó hasta el cerebro.
El pendejo me había hecho acabar otra vez, antes que él
Mientras seguía con su pija firme como un mástil dentro mío.
Me sentía una puta, queriendo sacarle toda la leche que tenía encima.
Me acosté ahora yo mirando hacia arriba, y él arrodillado con su pija dura apuntando no hacia arriba, sino hacia adelante.
Agarró mis piernas y las acomodó por sobre su hombro.
Metió nuevamente su pija adentro mío, empezando otra serie de embestidas furiosas.
Comenzó a escucharse el ruido de su cadera chocando conmigo, haciéndome sentir como su pija llegaba hasta el interior de mi ombligo.
- Ahh, Ahh, Ahh!
Era hermoso sentir semejante pedazo entrando y saliendo fuertemente de mí.
Al mismo tiempo tenía una vista hermosa de esa panza dura y chata, y su cara de pendejo todo transpirado haciendo hasta su último esfuerzo sexual.
Él miraba como su pija en cada movimiento salía casi hasta la cabeza, para volver a entrar hasta el fondo.
Así, un buen rato más, con la pija durísima.
- Ahh, Ahh, Ahh!
- No aguanto más, voy a acabar!
- Ahh, Ahh, Ahh!
- Querés leche, puta ?!
- Ahh, Ahh!
Acabame afuera!
- Ahh, Ahh, Ahh!
Te la quiero tirar en las tetas!
- Ahh, Ahh, Ahh, Ahhh!
Sentí como si quedó esperando mi aprobación.
En ese momento estaba explotando de placer, por lo que no contesté anda.
Solamente seguí gozando como una perra en celo.
- Voy a acabar! No aguanto más!
Inmediatamente sacó su pija enorme con la cabeza bien roja, y siguiendo en esa posición, con mis piernas abiertas apoyadas sobre su panza, tomó su pija a punto de explotar, para apuntar sus tres o cuatro chorros de leche caliente sobre mis tetas y mi panza.
- AHHH AHHH AHHH!
Otra vez quedamos los dos exhaustos y tirados sobre la cama.
Pasé al baño a limpiarme toda esa leche que el pendejo tiró sobre mi, pudiendo ver que tenía más de la que esperaba.
Volví a la cama, donde sin mediar palabra, quedamos dormidos.
A la mañana siguiente, desayunamos juntos y salí lo mas decentemente posible, pudiendo evitar el contacto con cualquier ex-vecino del edificio.
Pude confirmar que ésta tampoco sería la última vez...
10 comentarios - Reencuentro con mi ex vecino
Gracias por el piropo zarpadito!
Besito bien de perra!
Muack!