HabÃa llegado como la brisa y se iba a convertir en tempestad. Era pelirroja. MedÃa sobre 1.70. Era delgadita, de ojos azules. TenÃa tetas medianas, culo respingón y sus caderas eran generosas. SolÃa llevar el cabello recogido en dos trenzas y tenÃa pecas hasta en el carnet de identidad, aun asÃ, era preciosa. Fue llegar Ella de vacaciones al chalet que tenemos en la playa e irse mi esposa a casa de una de nuestras hijas pues habÃa tenido un accidente y necesitaba que cuidasen de nuestros dos nietos. La noche de su llegada estaba yo sentado en un sillón, en bata de casa, descalzo, mirando la Trece. Era sábado, y como no, estaban echando un western. Ella, recién duchada, con sus trencitas, con una bata de casa azul y zapatillas, estaba sentada a mi lado con un pc sobre las rodillas. Le pregunté:
-¿Qué miras?
Me enseñó lo que estaba viendo.
-¿Qué te parece esta chica?
-Guapa. ¿Quién es?
-Natalia Dylan. 3 millones 700.000 dólares.
-¿Es lo que gana al año?
-Es lo que dieron por su virginidad en una subasta de Internet.
-Hay gente para todo.
-Quiero subastar la mÃa. ¿Piensas que me darÃan tanto como a Natalia?
-No me metas en ese jardÃn que no me gustan esas flores.
-Sólo quiero tu opinión. ¿Crees que valgo tanto cómo ella?
-Una mujer no se debe vender, pero si me preguntas a quien escogerÃa entre las dos, te escogerÃa a ti, sin duda alguna.
-Es todo lo que querÃa saber. ¿Me enseñas?
-¿A qué?
-A estar con un hombre. Ya miré en Internet y tengo mucha teorÃa pero práctica ninguna. Mira esto.
Puso un video donde una morena, de pie, le estaba tocando la polla a un chico por encima de lo boxers, después le metÃa la mano dentro y lo pajeaba, para acto seguido agacharse, quitarle los boxers, cogerle el culo con las dos manos y empezar a hacerle una mamada.
-¿Me dejas entrenar?
Me querÃa usar y mi polla estaba de acuerdo porque ya se habÃa puesto tiesa. Le respondÃ:
-Si dijese que no serÃa un imbécil, y yo seré muchas cosa, pero imbécil, no.
Se levantó, puso el pc sobre la mesita, y me dijo:
-Ponte en pie.
Me puse de pie. Le dio para atrás al video, luego al play, y mirando de reojo para él, me fue haciendo todo lo que la chica le hacÃa al chico. Cuando le quitó los boxers me quitó los mÃos y la bata. Me cogió las cachas con las dos manos, metió la polla en la boca y me la comenzó a chupar... La sacaba de la boca y me masturbaba con una mano... con las dos... con dos dedos... Me volvÃa a coger las cachas y me la mamaba... La metÃa toda en la boca... La cogÃa con una mano y lamÃa y chupaba mis pelotas... Se levantó, se quitó la bata y las bragas. ¡Qué belleza! Tetas redondas y duras con areolas color café con leche, pezones casi inexistentes y escaso pelirrojo vello púbico. Desnuda, me dijo:
-Échate boca arriba en la alfombra.
Lo veÃa venir porque la chica del video habÃa echado al chico sobre la cama. Me eché boca arriba. Sentada a mi lado y dándome la espalda, Ella comenzó a masturbarme de nuevo... La metió en la boca mientras la masturbaba... La metió hasta la garganta. Yo me morÃa por tocarle el chocho, pero la almeja era terreno prohibido. Lamió la cabeza y la chupó. Chupando la cabeza aceleró los movimientos de su mano... Echó saliva en la punta y le pegó a las tetas con ella, después, con la punta acarició areolas y pezones... Lamió desde las pelotas al glande, Lo chupó largo y tendido... Bajó lamiendo hasta las pelotas y me las volvió a lamer y chupar. Ella ya estaba gimiendo como si fuese la que se iba a correr. Lamió de abajo arriba... Lamio y chupó el glande, y después me dijo:
-Levántate.
Me puse de pie. Ella, agachada, me agarró las cachas y me chupó la polla más, más, y más aprisa... Al final, la avisé, le dije:
-Me voy a correr.
Ella, mamando, me respondió
-¡Ummmf!
Me corrà en su boca. Fue la mejor corrida de mi vida.
Al acabar de tragar la leche, me dijo:
-Sabe raro
Yo, en aquel momento si la gloria fuera mÃa se la darÃa por comer su chocho y beber una corrida virginal. Me senté en el sillón, Ella, de pie, abriendo con dos dedos su pequeño chocho, lo miró, y me dijo:
-Mira que mojada estoy.
Estaba empapada, tanto que su jugo le bajaba por los dos muslos.
TenÃa que preguntárselo.
-¿Me dejas probar tu jugo?
-Prueba. Yo ya sé cómo sabe el tuyo.
Se acercó a mÃ. Sin levantarme del sillón la cogà por la cintura y lamà su pequeño chocho. Ella, exclamó:
.-¡¡¡Oooooh!!
Le pregunté:
-¿Quieres que siga hasta que tengas un orgasmo?
-¡No, no, no, no, no, no quiero perder el control!
Se sentó en el sillón y me preguntó:
-¿LlegarÃa al orgasmo chupándome las tetas?
-No sé. Puede.
-¿Me las chupas?
No me lo tuvo que preguntar dos veces. Fui a por sus tetas. Las toqué. Estaban duras como melones. Aquel era terreno sin explorar. Las magreé y pasé mi lengua por sus areolas donde tÃmidamente asomaban los pezones. Lamà con suavidad y chupé con ganas. Chupando, Ella, me puso un dedo en el mentón, me levantó la cabeza y me besó largamente. Su lengua, tan fresca, hacÃa que mi polla latiese como el corazón de un caballo desbocado, lástima que esta vez se fuese a quedar con las ganas. Me volvió llevar la cabeza a sus tetas, mamando, llevé una mano a su chocho mojado, me la apartó con la suya, me besó. Me lamió una oreja y me dijo:
-Con la mano, no, con la lengua.
Me arrodillé delante de la sobrina de mi mujer, ella abrió las piernas y se recostó hacia atrás en el sillón. Lamà los labios de su chocho y después la punta de mi lengua entró en terreno virginal. Su pequeño orificio se abrÃa y se cerraba al contacto con la punta de la lengua. Gimiendo como una loca, me dijo:
-¡¡Más, más adentro, más!! ¡Ay, qué voy a sentir mi primer orgasmo, ay que me viene! ¡¡¡¡Oooooh!!!
Ella, gimiendo y retorciéndose de gusto, se corrió en mi boca, recibà como un regalo celestial aquel jugo calentito que fue llenando mi boca, y que antes de tragar, saboreé como lo que era, ambrosÃa.
Me senté, con la polla mirando al techo, Ella se sentó en mis rodillas, con mi polla subiéndole hasta su ombligo. Me volvió a besar, y me dijo:
-Mi segundo orgasmo lo quiero tener con tu pene.
Cogió la polla con la mano, la llevó a su diminuto agujero, y como si de quitar una muela se tratase. ¡Zas! Metió el glande de un golpe. Exclamó:
-¡¡Aaaaaay!!
Al entrar mi glande en su chocho sentà bajar por mi polla algo calentito. Su jugo no era. Cuando me besó tenÃa los ojos húmedos, pero sonreÃa. La fue metiendo hasta el fondo. Dejé que me follara a su aire... Unos minutos más tarde, le dije:
-Me voy correr.
-¿Quieres que nos miremos a los ojos cuando nos corramos?
-¿Y si quedas preñada?
Su respuesta fue:
-¡¡¡MÃrame!!
La miré. Me miró. Cerró los ojos de golpe y cuando los abrió ya no veÃa nada, los tenÃa en blanco. Fue el detonante para que me corriera dentro de ella, eso y su chocho apretando y mojando mi polla con su jugo. La llené de leche, temblando de placer y sacudiéndome como temblaba y se sacudÃa ella.
Al acabar de corrernos, con la polla dentro de su chocho calentito, le dije:
-Siento haberte privado de tu sueño de ser rica con tu virginidad.
-No digas tonterÃas, ni tú lo sientes ni yo iba a vender mi virginidad. Tengo 20 años. QuerÃa perder mi virginidad y quien mejor que un hombre con experiencia. ¿Puedes echar otro polvo? Me gustarÃa hacerlo en la posición del perrito.
-Te voy a comer el ojete y puede que...
-Calla y sorpréndeme.
-¿Qué miras?
Me enseñó lo que estaba viendo.
-¿Qué te parece esta chica?
-Guapa. ¿Quién es?
-Natalia Dylan. 3 millones 700.000 dólares.
-¿Es lo que gana al año?
-Es lo que dieron por su virginidad en una subasta de Internet.
-Hay gente para todo.
-Quiero subastar la mÃa. ¿Piensas que me darÃan tanto como a Natalia?
-No me metas en ese jardÃn que no me gustan esas flores.
-Sólo quiero tu opinión. ¿Crees que valgo tanto cómo ella?
-Una mujer no se debe vender, pero si me preguntas a quien escogerÃa entre las dos, te escogerÃa a ti, sin duda alguna.
-Es todo lo que querÃa saber. ¿Me enseñas?
-¿A qué?
-A estar con un hombre. Ya miré en Internet y tengo mucha teorÃa pero práctica ninguna. Mira esto.
Puso un video donde una morena, de pie, le estaba tocando la polla a un chico por encima de lo boxers, después le metÃa la mano dentro y lo pajeaba, para acto seguido agacharse, quitarle los boxers, cogerle el culo con las dos manos y empezar a hacerle una mamada.
-¿Me dejas entrenar?
Me querÃa usar y mi polla estaba de acuerdo porque ya se habÃa puesto tiesa. Le respondÃ:
-Si dijese que no serÃa un imbécil, y yo seré muchas cosa, pero imbécil, no.
Se levantó, puso el pc sobre la mesita, y me dijo:
-Ponte en pie.
Me puse de pie. Le dio para atrás al video, luego al play, y mirando de reojo para él, me fue haciendo todo lo que la chica le hacÃa al chico. Cuando le quitó los boxers me quitó los mÃos y la bata. Me cogió las cachas con las dos manos, metió la polla en la boca y me la comenzó a chupar... La sacaba de la boca y me masturbaba con una mano... con las dos... con dos dedos... Me volvÃa a coger las cachas y me la mamaba... La metÃa toda en la boca... La cogÃa con una mano y lamÃa y chupaba mis pelotas... Se levantó, se quitó la bata y las bragas. ¡Qué belleza! Tetas redondas y duras con areolas color café con leche, pezones casi inexistentes y escaso pelirrojo vello púbico. Desnuda, me dijo:
-Échate boca arriba en la alfombra.
Lo veÃa venir porque la chica del video habÃa echado al chico sobre la cama. Me eché boca arriba. Sentada a mi lado y dándome la espalda, Ella comenzó a masturbarme de nuevo... La metió en la boca mientras la masturbaba... La metió hasta la garganta. Yo me morÃa por tocarle el chocho, pero la almeja era terreno prohibido. Lamió la cabeza y la chupó. Chupando la cabeza aceleró los movimientos de su mano... Echó saliva en la punta y le pegó a las tetas con ella, después, con la punta acarició areolas y pezones... Lamió desde las pelotas al glande, Lo chupó largo y tendido... Bajó lamiendo hasta las pelotas y me las volvió a lamer y chupar. Ella ya estaba gimiendo como si fuese la que se iba a correr. Lamió de abajo arriba... Lamio y chupó el glande, y después me dijo:
-Levántate.
Me puse de pie. Ella, agachada, me agarró las cachas y me chupó la polla más, más, y más aprisa... Al final, la avisé, le dije:
-Me voy a correr.
Ella, mamando, me respondió
-¡Ummmf!
Me corrà en su boca. Fue la mejor corrida de mi vida.
Al acabar de tragar la leche, me dijo:
-Sabe raro
Yo, en aquel momento si la gloria fuera mÃa se la darÃa por comer su chocho y beber una corrida virginal. Me senté en el sillón, Ella, de pie, abriendo con dos dedos su pequeño chocho, lo miró, y me dijo:
-Mira que mojada estoy.
Estaba empapada, tanto que su jugo le bajaba por los dos muslos.
TenÃa que preguntárselo.
-¿Me dejas probar tu jugo?
-Prueba. Yo ya sé cómo sabe el tuyo.
Se acercó a mÃ. Sin levantarme del sillón la cogà por la cintura y lamà su pequeño chocho. Ella, exclamó:
.-¡¡¡Oooooh!!
Le pregunté:
-¿Quieres que siga hasta que tengas un orgasmo?
-¡No, no, no, no, no, no quiero perder el control!
Se sentó en el sillón y me preguntó:
-¿LlegarÃa al orgasmo chupándome las tetas?
-No sé. Puede.
-¿Me las chupas?
No me lo tuvo que preguntar dos veces. Fui a por sus tetas. Las toqué. Estaban duras como melones. Aquel era terreno sin explorar. Las magreé y pasé mi lengua por sus areolas donde tÃmidamente asomaban los pezones. Lamà con suavidad y chupé con ganas. Chupando, Ella, me puso un dedo en el mentón, me levantó la cabeza y me besó largamente. Su lengua, tan fresca, hacÃa que mi polla latiese como el corazón de un caballo desbocado, lástima que esta vez se fuese a quedar con las ganas. Me volvió llevar la cabeza a sus tetas, mamando, llevé una mano a su chocho mojado, me la apartó con la suya, me besó. Me lamió una oreja y me dijo:
-Con la mano, no, con la lengua.
Me arrodillé delante de la sobrina de mi mujer, ella abrió las piernas y se recostó hacia atrás en el sillón. Lamà los labios de su chocho y después la punta de mi lengua entró en terreno virginal. Su pequeño orificio se abrÃa y se cerraba al contacto con la punta de la lengua. Gimiendo como una loca, me dijo:
-¡¡Más, más adentro, más!! ¡Ay, qué voy a sentir mi primer orgasmo, ay que me viene! ¡¡¡¡Oooooh!!!
Ella, gimiendo y retorciéndose de gusto, se corrió en mi boca, recibà como un regalo celestial aquel jugo calentito que fue llenando mi boca, y que antes de tragar, saboreé como lo que era, ambrosÃa.
Me senté, con la polla mirando al techo, Ella se sentó en mis rodillas, con mi polla subiéndole hasta su ombligo. Me volvió a besar, y me dijo:
-Mi segundo orgasmo lo quiero tener con tu pene.
Cogió la polla con la mano, la llevó a su diminuto agujero, y como si de quitar una muela se tratase. ¡Zas! Metió el glande de un golpe. Exclamó:
-¡¡Aaaaaay!!
Al entrar mi glande en su chocho sentà bajar por mi polla algo calentito. Su jugo no era. Cuando me besó tenÃa los ojos húmedos, pero sonreÃa. La fue metiendo hasta el fondo. Dejé que me follara a su aire... Unos minutos más tarde, le dije:
-Me voy correr.
-¿Quieres que nos miremos a los ojos cuando nos corramos?
-¿Y si quedas preñada?
Su respuesta fue:
-¡¡¡MÃrame!!
La miré. Me miró. Cerró los ojos de golpe y cuando los abrió ya no veÃa nada, los tenÃa en blanco. Fue el detonante para que me corriera dentro de ella, eso y su chocho apretando y mojando mi polla con su jugo. La llené de leche, temblando de placer y sacudiéndome como temblaba y se sacudÃa ella.
Al acabar de corrernos, con la polla dentro de su chocho calentito, le dije:
-Siento haberte privado de tu sueño de ser rica con tu virginidad.
-No digas tonterÃas, ni tú lo sientes ni yo iba a vender mi virginidad. Tengo 20 años. QuerÃa perder mi virginidad y quien mejor que un hombre con experiencia. ¿Puedes echar otro polvo? Me gustarÃa hacerlo en la posición del perrito.
-Te voy a comer el ojete y puede que...
-Calla y sorpréndeme.
5 comentarios - La sobrina de mi mujEr
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