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Una morocha de once (experiencia)

Estimados colegas, les quería dejar esta experiencia que tuve hace unas semanas con una cenicienta de saldo y esquina en Once. Soy miembro del Foro Escort, con el Nick de Explorador. Me sorprendió que se limitara el número de caracteres a 2000, ya que soy de escribir laaargo y tendido. Por eso, luego de publicar un resumen de mi experiencia allí, he decidido publicar la versión original y larga acá.


Espero que sea de vuestro agrado.

Queridoscolegas
Es un honory un placer poder publicar, otra vez en este foro. Hace varios años fui unactivo miembro. Me acuerdo con qué satisfacción entraba para consultar yagradecer, para publicar y recomendar. Recuerdo (y espero ahora también) escribircon dedicación y afecto las experiencias que me tocaban.
No siempre,reconozco, fueron todas satisfactorias, pero por eso mismo había elegido esteapodo “Explorador”.
Pero bueno,si bien desde hace un tiempo venía haciendo buena letra, el “gatero” es “gatero”y no puede perder ese gusto por las meretrices, por las cenicientas de esquina,y es con una de ellas, de las “callejeras” como se las llamaba antes en esteforo, que quisiera compartir la historia.
La mismaocurrió el viernes 12 de enero del corriente 2018 cerca de las 10 de la mañana.Bajé del tren (odio ir a Capital en auto) y en lugar de bajar directamente alsubte, me vi impulsado a recorrer la Plaza. Quizás (pensé) había algo bueno,algo nuevo. Y sí, porque el que es habitué de la zona sabe muy bien que lasdominicanas que allí están son las mismas que desde hace años y que, además dehaberles crecido las nalgas, creció el costo de sus servicios con la inflación.
Caminé unoscuantos metros cuando, cerca del mausoleo vi a una morocha jovencita. ¡Sí!Jovencita. Tenía puesto un vestido de verano, bien ceñido, el cabello abundantecon rulos y una tez morena que denotaban una clara afroascendencia. Un tipo,con un aspecto de poco menos que un marginal la estaba acosando. Yo me acerquéun poco y a tres metros se podía sentir el hedor a vino barato que despedía. Lachica trataba de miarar en busca de ayuda, pero las otras porneia, avejentadasy seguramente celosas de esta nínfula miraban para otro lado. Me acerqué y ledije:
-¿Estástrabajando? –y sin esperar respuesta- ¿Cuánto estás cobrando?
-$400 lamedia hora.
-Esosignifica que la hora está ¿700? Mirá que conozco del precio y sé del rubro…
-No, lahora $800 y el hotel lo pagás vos.
Miré a uncostado y me abrí el saco, el calor era agobiante, pero la nínfula bien lovalía. Vi sus piernas proporcionadas y delgadas, sus pechos grandes y su colaredondeada y normal… no me costó imaginarla en la cama ni un segundo.
-¡Vamos!
Mi frasezonó más como una orden y así nos encaminamos al hotel. Como parecía jovencitaempecé a mirar a los costados con el mayor disimulo que pude. No quería caer enalguna redada de las “fuerzas del orden”, pero no pasó nada.
El hotel esel típico de la zona y estaba a ciento veinte metros. Pagué $120 y subimos unaempinada escalera. Le rogué que pasara primero pero ella se negó.
-Mirá, enun minuto te voy a ver desnuda. ¿Vos sos una profesional? Pasá primero, porfavor.
Ya meestaba dando cuenta que la muchacha no tenía mucha experiencia y que debíahaber empezado hacía poco. Entramos a una habitación y ella dejó la puerta sintraba al tiempo que pasaba al baño. Yo trabé la puerta y empecé a quitarme laropa. El olor a alcohol y lavandina, las sábanas que en otrora fueron grises,el colchón ahuecado… todo me recordó mis primeros años en este mundo. Cerré lapersiana un poco, para que haya más intimidad y ni bien ella salió del bañopasé yo.
Cuando laencontré estaba, aún vestida y sentada en la cama. Yo seguí desvistiéndome ypara mi sorpresa ella me dijo “vení que te pongo el forro”. Lo hizo y después,para mi espanto se dio vuelta, se levantó el vestido y esperó a que simplementele diera… y yo pensé “a esta mocosa la educo después”. Y sin miramientos,previa salivada la penetré de una. Ella hizo un movimiento como de molestia yempecé a mover las caderas mientras le separaba las nalgas. Ella respiraba másagitada y yo fui a sus pechos pero me sacó las manos. Con mi rodilla golpelevemente el muslo y la hice caer en la cama. Me acerqué a su oído y le dije:
-Te voy apagar bien… ¿Cuánto por la ropa?
-300 más…
-¡Hecho! Ysin mediar palabras la di vuelta y le arranqué el vestido. Tenía un cuerpoperfecto, pero el sexo no fue de lo mejor. Pero ¿Qué podía hacer, sinodisfrutar todo lo que pudiera de esa piel tersa y morena? ¿Qué podía hacer sinotocar esos pezones obscuros y duros mientras miraba sus rostro que se resistía,que hacía algo que ella no quería realmente? Estuve así un buen rato hasta queaceleré, ella, que no tenía mucha experiencia, tenía la suficiente como parasaber que estaba por eyacular, así que me tomó de las nalgas y me dijo “¡Acabá!¡Acabá”.
Y así lohice. Mi mente se nubló mientras sentía que mi esencia vital salía de mí ychocaba en las fronteras de un profiláctico barato de esos que regalan en lascampañas contra el HIV, en una habitación mugrienta de un sucio y viejo hotelde once… en ese momento, mientras esa nínfula me recibía yo volvía a ser yo,volvía a ser el “Explorador” y mis manos alargaban mi orgasmo mientras recorríaa la morocha…
Saqué mimiembro de ella, con un pañuelo descartable me quité el preservativo y loenvolví. Ella fue al baño, se tambaleaba un poco… salió vestida y me dijo:
-Yo voysaliendo…
-¿No querésesperarme? Te invito un café.
-No,gracias, estoy trabajando.
-Sí, lo sé.¿Cómo te llamás?
-No importa.Siempre estoy dónde me encontraste.
La mirémientras ella tomaba el picaporte y salía, y antes de que se perdiera en aquelpasillo dónde tantos amantes fortuitos se habían cruzado le dije:
-Es cierto.No importa.
 
Tablita:
 
CARA: 9(belleza)
CULO: 9(duro, piel suave, una pendeja)
TETAS: 9(sin comentario)
CUERPOGENERAL: 9 (promedio de lo anterior)
EDAD: 20-22como mucho. Era mayor seguro que sí.
ONDA: 4(muy poca)
RELOJEA:No.
PT: Nohace. Según ella cuesta $100.
ENTREGACOLA: No.
GARCHING: 7hubo que remarla.
GIFT: 800(media hora sin ropa)


Como siempre agradezco comentarios y aquí les dejo un link de mis otros post
http://www.poringa.net/Explorador_FE/posts

2 comentarios - Una morocha de once (experiencia)

kramalo +1
es decir....te recontraafanó...!! ja!
kramalo +1
si tenías experiencia.... en cuanto no se sacó la ropa.. la hubieras hechado a la mierda... por lo menos, perdés lo del telo, solamente...
juan226 +1
La verdad odio cuando te toca una mina así,es un bajón.