Gente, va una relato. Un experiencia propia, que puede ser una las primeras mías. Espero comentarios si le gusta.
20 CM
Eltipo me enculaba de una manera tan formidable que cada vez me lametía bien al fondo. Me agujereaba el culo y podía sentir como esosveinte centímetros de verga caliente se incrustaban cada vez másadentro mío, mientras sus dos hermosas y gigantes pelotas rebotabanen mis muslos a cada vaivén. Estaba en cuatro, todo desnudo, sobreun colchón medio arruinado y manchado que poco me importaba. Elviejo detrás mío metía y metía, sus dos manos me agarraban de lascaderas y el solo hacía los movimientos. Era todo tan gozoso que noquería que se terminara. En un momento, el tipo, tiro todo sucuerpo sobre mí, así que también caí. Quedé boca abajo en esecolchón inmundo con el viejo encima mío y su verga adentro. Penséque todo había terminando, y como no sabía actuar por miinexperiencia me quedé así, inmóvil sintiendo toda sutranspiración y respiración sobre mi espalda.
Alrato el tipo balbuceo algo, no lo entendí, pero sus movimientoscomenzaron a andar. Me cogía de forma tranquila, aunque su pijónera tan inmenso y tan caliente, que con cada movimiento me empalabamás. Tan adentro la tenía que podía sentir como tiritaba esepedazo de carne. Tenía el culo tan abierto que podría habermebancado dos de esas. Fue entonces que me dijo “¿Te gustapendejo?”. “Me encantá”, le contesté jadeando. “Tenés unacola hermosa”, dijo y continuó “Qué es lo que más te gusta”.Sin dudarlo contesté “Tu pija, tu pija. Y tus huevos calientes yllenos de leche” Esto lo calentó más y me la hundió de un solotirón, creo que la sentí hasta en la garganta y grité. Empezó,entonces, a culiarme más rápido, con movimientos cada vez másintensos. Ya para ese momento estaba como flotando, solo sentía comome la hundía y jadeaba cada vez más. Hasta que de pronto se salióy se tiró a mi lado.
Eltipo no había acabado (yo tampoco) y eso fue una grata sorpresa. “Meencantá culiarte, no quiero terminar tan rápido”, dijo. Me divuelta y quedé junto a él en el medio del colchón. Miré paraabajo y tenía el palo todo rojo y parado. Así que no lo dudé y mefui en busca del tesoro.
Suverga era tan grande y gorda que ni con mis dos manos alcanzaba.Igual, probé de apoco: primero olí eso, chupetié el glande, abríla boca y me lo mandé. Era tan delicioso eso, que chupaba, chupabacada parte y me la hundía. Quería tragármela toda, quería que esapija me ahogara. El viejo la ponía cada vez más dura e hinchada,sentía como gozaba mientras me cogía por la boca y esto meenloquecía.
Enmomento paré con la mamada porque la quería adentro, quería que mepartiera en dos. Así que me paré abrí las piernas y me montésobre él. Me lubriqué el agujero con mi saliva y me hundí esospreciosos veinte centímetros de caño de carne caliente el culo. ¡Ycómo entró!, de una, partiéndome en el medio y sintiéndome todolleno por dentro. Sentía como al muy hijo de puta la pija se lehincha más cuando estaba adentro, sentía esa sensación de que encualquier momento iba a estallar. “Date vuelta, que me gustaempujarla a mí”, me dijo. Paré, entonces me salí y quedé yoabajo boca arriba. El tipo sabía muy bien su trabajo, encima mío meabrió de piernas y se las puso por sobre los hombros. Listo para laembestida me abría con las manos el culo y vino la verga. Era untaladro, un hermoso taladro que me rompía deliciosamente el agujero.Su movimientos comenzaron a acelerarse y en un momento después de ungrito me la metió tanto que pensé que había quedado empalado.
“Pendejo,no pudeo sacarla. No me sale, se me ha hinchado tanto que nos hemosquedado trabados”, dijo. No entendí muy bien la situación ycontesté “Reventame, dame toda la leche adentro” Entonces, lemetí un dedo en el culo y el tipo después de una sacudida empezó aescupir por la verga toda la leche adentro mío. Sentí como unlíquido caliente y sedoso me llenaba por dentro, tan delicioso fueque vino mi leche también. Cuando acabé, entre los dos, el viejo setentó con mi pija chorreante y comenzó a chuparmela.
Habíaacabado, pero quería más. Así que me metí la manó por el culo yextraje restos de semen del tipo que me chorreban, me los llevé a laboca y lo invité a besarnos.
Así,los dos exhaustos después de lenguetearnos un rato con la leche delos dos quedamos tirados.
20 CM
Eltipo me enculaba de una manera tan formidable que cada vez me lametía bien al fondo. Me agujereaba el culo y podía sentir como esosveinte centímetros de verga caliente se incrustaban cada vez másadentro mío, mientras sus dos hermosas y gigantes pelotas rebotabanen mis muslos a cada vaivén. Estaba en cuatro, todo desnudo, sobreun colchón medio arruinado y manchado que poco me importaba. Elviejo detrás mío metía y metía, sus dos manos me agarraban de lascaderas y el solo hacía los movimientos. Era todo tan gozoso que noquería que se terminara. En un momento, el tipo, tiro todo sucuerpo sobre mí, así que también caí. Quedé boca abajo en esecolchón inmundo con el viejo encima mío y su verga adentro. Penséque todo había terminando, y como no sabía actuar por miinexperiencia me quedé así, inmóvil sintiendo toda sutranspiración y respiración sobre mi espalda.
Alrato el tipo balbuceo algo, no lo entendí, pero sus movimientoscomenzaron a andar. Me cogía de forma tranquila, aunque su pijónera tan inmenso y tan caliente, que con cada movimiento me empalabamás. Tan adentro la tenía que podía sentir como tiritaba esepedazo de carne. Tenía el culo tan abierto que podría habermebancado dos de esas. Fue entonces que me dijo “¿Te gustapendejo?”. “Me encantá”, le contesté jadeando. “Tenés unacola hermosa”, dijo y continuó “Qué es lo que más te gusta”.Sin dudarlo contesté “Tu pija, tu pija. Y tus huevos calientes yllenos de leche” Esto lo calentó más y me la hundió de un solotirón, creo que la sentí hasta en la garganta y grité. Empezó,entonces, a culiarme más rápido, con movimientos cada vez másintensos. Ya para ese momento estaba como flotando, solo sentía comome la hundía y jadeaba cada vez más. Hasta que de pronto se salióy se tiró a mi lado.
Eltipo no había acabado (yo tampoco) y eso fue una grata sorpresa. “Meencantá culiarte, no quiero terminar tan rápido”, dijo. Me divuelta y quedé junto a él en el medio del colchón. Miré paraabajo y tenía el palo todo rojo y parado. Así que no lo dudé y mefui en busca del tesoro.
Suverga era tan grande y gorda que ni con mis dos manos alcanzaba.Igual, probé de apoco: primero olí eso, chupetié el glande, abríla boca y me lo mandé. Era tan delicioso eso, que chupaba, chupabacada parte y me la hundía. Quería tragármela toda, quería que esapija me ahogara. El viejo la ponía cada vez más dura e hinchada,sentía como gozaba mientras me cogía por la boca y esto meenloquecía.
Enmomento paré con la mamada porque la quería adentro, quería que mepartiera en dos. Así que me paré abrí las piernas y me montésobre él. Me lubriqué el agujero con mi saliva y me hundí esospreciosos veinte centímetros de caño de carne caliente el culo. ¡Ycómo entró!, de una, partiéndome en el medio y sintiéndome todolleno por dentro. Sentía como al muy hijo de puta la pija se lehincha más cuando estaba adentro, sentía esa sensación de que encualquier momento iba a estallar. “Date vuelta, que me gustaempujarla a mí”, me dijo. Paré, entonces me salí y quedé yoabajo boca arriba. El tipo sabía muy bien su trabajo, encima mío meabrió de piernas y se las puso por sobre los hombros. Listo para laembestida me abría con las manos el culo y vino la verga. Era untaladro, un hermoso taladro que me rompía deliciosamente el agujero.Su movimientos comenzaron a acelerarse y en un momento después de ungrito me la metió tanto que pensé que había quedado empalado.
“Pendejo,no pudeo sacarla. No me sale, se me ha hinchado tanto que nos hemosquedado trabados”, dijo. No entendí muy bien la situación ycontesté “Reventame, dame toda la leche adentro” Entonces, lemetí un dedo en el culo y el tipo después de una sacudida empezó aescupir por la verga toda la leche adentro mío. Sentí como unlíquido caliente y sedoso me llenaba por dentro, tan delicioso fueque vino mi leche también. Cuando acabé, entre los dos, el viejo setentó con mi pija chorreante y comenzó a chuparmela.
Habíaacabado, pero quería más. Así que me metí la manó por el culo yextraje restos de semen del tipo que me chorreban, me los llevé a laboca y lo invité a besarnos.
Así,los dos exhaustos después de lenguetearnos un rato con la leche delos dos quedamos tirados.
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