la sensibilidad de mis pezones

hoy mientras me levantaba para llevar a mis hijas a los boy scout, como todos los sábados, cumpliendo con una rutina que desde hace mucho realizo, que es la de ponerme un pantalón, las zapatillas y encima de la remera que uso para dormir una campera ya que vivo en Tierra del Fuego y aquí siempre se usa campera, sentía mis pezones rozando la remera y recordaba que es un "padecimiento" que desde niña sufro y aqui viene la historia: la pubertad es una etapa en la vida de las mujeres, en la que empiezan a suceder cosas que una no sabe bien a que están relacionadas, pero son de un placer infinito y que van a acompañarte toda la vida, este es el caso de la sensibilidad de mis pezones, en esa época, la pubertad, comienzan a hincharse y a tener sensibilidad a los roces y a las caricias, por lo que es un juego muy placentero tocarlos, recuerdo incluso la vez que me puse una chomba de papa para dormir, era de pique y la tela tiene una trama gruesa, por lo que al caminar se movían mis tetitas y rozaban en esa tela áspera y moría de placer, ese día descubrí que las tetitas y mi chochito estaban íntimamente ligados por lo que la masturbación era mucho mas deliciosa si se acompañaba de la caricia en los pezones y fue así que experimente y descubrí mil maneras de acariciarmelos y sin dudas la que mas me gusta es colocarles una gotita de crema y tocarlos hasta que la piel la absorba, a todo esto el orgasmo ya llego varias veces.
entre las cosas que mas disfruto es la de hacer un rollito con una toalla de mano, ponérmelo entre las piernas, sin sacarme la bombacha y acariciarme los pezones mientras aprieto las piernas, de verdad que es exquisito y puedo hacerlo en la cama sin que nadie se de cuenta ya que, si bien estoy divorciada, vivo con mis hijas.
otra técnica es la del bidet, en la que dejo que el chorrito de agua juegue con mi clítoris mientras juego con mis pezones y puedo terminar muchas veces.
pero los sábados son especiales porque me quedo sola en casa y puedo usar algún juguete el que me lo pongo no muy adentro, aprieto las piernas y me pongo boca abajo tocándome las tetas con crema y juro que mojo la sabana.
recuerdo la época en la que amamantaba las nenas, mi ex marido sabia que estaba muy mojada y me masturbaba, pero si no lo hacia o yo estaba sola, el orgasmo en varias oportunidades llego sin que me tocara el chocho.
es por eso que cuando llego a casa después del trabajo lo primero que hago es desabrocharme el corpiño y comenzar a sentir ese roce exquisito y que llega a lo máximo a la noche cuando me acuesto, quizas no sea una historia magnifica la mía, pero quería compartirla con ustedes