No me lo esperaba Parte 4 (club Sw)

(Francesca en fotos, espera comentarios)


Habían pasado ya unpar de semanas desde nuestro encuentro, y durante ese periodo no tuve la másmínima noticia de ella, ni un mensaje, ni un like en facebook, absolutamentenada. Por lo que comencé a pensar que todo no había sido más que una aventurade una sola noche. A fin de cuenta, para mí era lo mejor. Siempre he buscado nometerme en problemas, y sin duda esa noche podría haber traído más de uno. Definitivamenteprefería que todo se quedara así. Era lo mejor. 


 Precisamente estaba en esas reflexiones, cuando el típico sonido de mensajeentrante sonó en mi teléfono, este se encontraba a una media distancia de mí,en mi velador para ser más exacto. Desde mi escritorio escuche la vibración, mequedé inmóvil por unos segundos. Me reí solo pensando que podría ser ella, eraposible tal coincidencia? - me acerqué a mi teléfono, no sin un poco desorpresa, podía ser cualquiera, pero mi interior completo quería que fueseella. A pesar de haberme jurado y requetecontra jurado que no pasaría nunca másnada. Tomé mi teléfono, y revisé los mensajes. 
- en que estas? .- se leía en la pantalla, acompañado con un emoticón de unguiño 
no podía creerlo, efectivamente era ella, no supe que responder, me quedéinmóvil por unos segundos, hasta que el teléfono volvió a vibrar en mismanos... 
- estas ocupado parece... ahora acompañado con un emoticón de caritatriste. 
Esta vez me apuré en contestar 
- no, estoy en mi casa.... haciendo nada importante. - con guiñoobviamente 
- que bueno, porque voy en camino para allá, supongo que no te incomoda .- mequedé de una pieza, rápidamente conteste con un cortés - obviamente que no meincomoda, eres más que bienvenida. 



 Comencé a mirar a mí alrededor, el departamento era un desastre. En tiemporecord ordené todo. Por ordenar me refiero a que todo lo que estaba fuera delugar encontró un acomodo forzado en la habitación desocupada. Salté en laducha y en menos de un minuto me había refregado mis partes nobles y enjuagadopor completo. Salía del baño cuando el timbre sonó, nuevamente quedéparalizado. Volvió a sonar, me tuve que envolver la toalla en la cintura ypartir a abrir la puerta. Ahí estaba ella, en cuerpo y alma. Al verme así se ledibujó su maliciosa sonrisa, me dio un beso en la mejilla y entró, traíaconsigo una botella de champaña. Vestía jeans ajustados y una chaqueta de cuerocorta, se veía mucho más joven, el aire travieso que tenía cuando estabaconmigo hacia que se viese mas jovial, dejaba el rotulo de madre y esposa enotro lugar, y conmigo era quien ella quisiese ser.



 Le sonreí y la invité asentarse y le dije que se pusiera cómoda, mientras yo terminaba de secarme. Ellano hizo caso, se acerco a mí, y me quitó la toalla, le dio una rápida mirada ami pene, el que comenzaba a bombear sangre. Luego sin dejar de mirarme a losojos, bajo desde mi boca hasta mi amigo, y abrió la boca y se lo trago de untirón, jugo unos segundo con su lengua en mi glande, sonrió con la boca llena,pude sentir la erección total llenando su boca, se aferro de mis nalgas confuerza, casi clavándome las uñas, y lamió rítmicamente, y siempre, sin dejar demirarme a los ojos. Se detuvo de improviso, vio mi sorpresa, se rio maliciosamente,me dio una leve palmada en una de mis nalgas y se sentó. 
- anda a vestirte, te tengo una invitación.- 
- una invitación? - pregunté confundido 
- si, una invitación. hoy vamos a salir... 
por mi cabeza pasaron mil sensaciones diferentes, la que estaba frente a mí, yacaba darme una gran mamada era mi ex cuñada, la hermana de la que fue mimujer. Jamás me imagine, paseándome en público con ella. No imaginaba que tipode invitación me tenía preparada. Al parecer notó mi confusión y comenzó ahablar mientras me vestía. 
- hay un lugar que quiero conocer, es un club 
me empezó a caer la teja, aun así tenía mis sospechas 
-has oído hablar de los clubes Swinger? 



 Era lo que me temía, la noche se venía interesante. Se dio el tiempo demirar mientras me vestía, aprovechó el espejo del baño para darse los últimosretoques, de cuando en cuando me lanzaba picaras miradas, debió notar miinseguridad desde el momento que me dijo que iríamos a un club swinger. Por micabeza comenzaron a pasar una serie de ideas respecto a ella, su relación consu marido, y lo que estaba haciendo conmigo. Al parecer adivinó mispensamientos.
- tenemos un matrimonio abierto- dijo mientras se tiraba en mi cama y destapabala botella de espumante. - tienes copas ?- yo solo atiné a asentir mientrasabotonaba mi camisa, rápidamente fue a la cocina y volvió con un par de copas. Laslleno y me pasó una. 
- andas silencioso, salud- chocó su copa contra la mía.
- mas que silencioso, estoy gratamente sorprendido, y eso me deja sin palabras-respondí con absoluta verdad. La idea de ir a un club swinger rondaba por micabeza desde hace años. Jamás imaginé que iría con ella.
- sorprendido por que vine, o por donde vamos a ir ?- preguntó mientrasacercaba la copa a su boca
- ambas-
río, y se tomó la copa de un solo gran sorbo, y volvió a rellenarla.
- deberías hacer lo mismo- dijo al ver mi mirada con algo de reprobación . -para los dos será nuestra primera vez-.
Eso me tomó por sorpresa, con la liviandad que había tirado la invitación, mehizo asumir que para ella estas lides eran cosa casi rutinaria. Y fuese en esemomento que vi los primeros rasgos de nerviosismo en ella.
- No te creo- 
- te lo juro, es mi primera vez en un club de este tipo-
- y por qué conmigo ? -
-y por que no ?- su respuesta me dejó callado por un rato
- ahora, si tienes miedo. Puedo buscar alguien más que me acompañe-
 esa respuesta me dio como un puñetazo en elestomago. Mi mente comenzó a correr a mil por hora nuevamente, sabía que erauna trampa para presionarme, pero aun así me molestó, no quería que ella fuesecómplice con nadie mas
- estoy listo, vamos? - y me tomé la copa al seco, me dirijí a la salida y tomémis llaves, ella me vio con picardía e hizo lo mismo
- vamos- tomó sus cosas me dio un beso en la mejilla y salió por la puerta queyo ya tenía abierta.




Después que el Uber nos dejó en nuestro destino, nos quedamos un buen ratofuera de la puerta del club, nos mirábamos entre nerviosos y entusiasmados, letomé la mano, le di un pequeño beso, y una palmadita en el trasero paraentusiasmarla. Al parecer dio resultado, porque le volvió a sonrisa y se animóa tocar la puerta. 
Nos abrió una guapa mujer, ya en sus cuarentas, en un ajustado vestido negro,nos dio la bienvenida y cortésmente nos invito a pasar. Mientras avanzaba porun largo pasillo que unía la recepción con el salón principal, la mujer iba contandola dinámica del lugar y a la vez haciendo preguntas las que Francescacontestaba rápidamente. Fue poco lo que alcance a captar, ya que iba absortomirando el lugar, pero mi compañera parecía tener todo claro. Me miró con unagran sonrisa y me dio un leve empellón con su trasero en la ingle, lo queprovocó la risa de nuestra anfitriona. 
Entramos al salón, habían alrededor de quince parejas, todas hablabananimadamente entre sí, casi no se percataron de nuestra llegada, salvo por unajoven pareja que parecía tan novata como nosotros. Nos acercamos a la barra ypedimos nuestros tragos. Nos quedamos en silencio un rato, mientras nuestraanfitriona se acercaba a los demás, quienes la recibieron alegremente, a lamediana distancia pude ver como ella compartía con particular familiaridad, yse dejaba manosear suavemente por el grupo. Las mujeres eran las másentusiastas. Francesca, le había llamado la atención lo mismo y me hizo unpícaro guiño como anticipando lo que se venía. Por un buen rato nos dedicamosprincipalmente a observar, y vimos como a medida avanzaba la noche, pequeñosgrupos de parejas se perdían detrás de pesadas cortinas negras, obviamenteintuimos que deberían llevar a salones mas privados. Mientras nos animabamos aarmarnos de valor, nos pedimos un último trago, lo bebimos sin decir nada, yfuimos a ver que había detrás de la misteriosa cortina. 
Un largo corredor con acceso a tres habitaciones sin puerta, en cada una deellas una gran ventana daba hacia el pasillo por el que ingresamos, lo primeroque me impresiono fue el olor, un aroma a sexo inundaba todo el lugar, era unolor intenso, pero no desagradable. Junto al olor venían los sonidos, entregemidos, risas y cómplices conversaciones se podían oír como un murmulloconstante, a medida que nuestros ojos comenzaban acostumbrarse a la semipenumbra pudimos ver como las siluetas desnudas se dibujaban en cada una de lashabitaciones, Francesca apretó mi mano con fuerza y acercó su cuerpo a mí. Encada una de las habitaciones estaban al menos tres parejas, pudimos identificara varias de las que estuvieron momentos antes conversando animadamente. Nuestraanfitriona estaba en la primera de las habitaciones, la más iluminada. Llegamosen el momento que comenzaba a ser desnudada por dos mujeres de mediana edad,mientras esto ocurría no quitaba los ojos de nosotros. Nos miraba invitándonosa cruzar el umbral y aventurarnos a esa pequeña bacanal. Francesca volvió aapretar mi mano con fuerza, me dio una mirada cómplice y me hizo entrar a lahabitación. Estaba toda cubierta de una superficie acolchada, excepto unapequeña porción, donde había una cómodo sillón, en el que nos sentamos ytomamos palco. Las otras parejas ni se inmutaron, es mas parecían disfrutar denuestra presencia, la mayoría aun conservaban algo de ropa, la que fueronquitando a medida que la escena se encendía. Francesca se movía, entre nerviosay excitada, ansiosa de ver que seguía. Nuestra anfitriona completamentedesnuda, se acercó a mí, beso mi mejilla y me invitó a tocarla, lo mismo hizocon Francesca. Ambos la tocamos tímidamente en sus nalgas y piernas. Luego nosdio la espalda y volvió al grupo que la esperaba ganosos. Primero se acercó auna de las mujeres que le quito la ropa, y comenzó a besarla apasionadamente,el marido de la mujer, un hombre de apariencia tímida comenzó a jugar con suerecto miembro contemplando este espectáculo. La otra mujer se acerco a losotros dos hombres y comenzó a masturbarlos a dos manos. Una tercera mujer, unpoco mayor que las otras dos, se instalo en una esquina a jugar con su vagina,mientras observaba como a su marido le acariciaban el miembro. No podíamos darcrédito a lo que veíamos, nuestra expresión era de real sorpresa, sentí la manode Francesca buscar mi ingle, llegó a al cierre de mi pantalón, lo desabotono,y buscó mi pene sin dejar de mirar el espectáculo. Jugó con el bajo elcalzoncillo, hasta que se animó a sacarlo y masturbarme delante de todos. En elmomento no supe cómo reaccionar, me dejé llevar por ella y por el momento. Siguiómasturbándome sin quitar la vista del resto, puede ver como mi anfitriona memiraba a los ojos mientras veía como mi chica jugaba con mi miembro. Dejo debesar a la mujer y se acercó a mí, miró a Francesca a los ojos y le preguntócortésmente - me permites? - Francesca confundida solo asintió, la mujer searrodilló y comenzó a mamármela, tomando a Francesca de la mano la invitó ahacer lo mismo. Ella ni lo pensó, se arrodillo y metió mi pene en su boca,compartiéndolo con nuestra anfitriona. No podía creer lo que veía, la orgia defondo dejo de ser mi centro de atención y me dediqué como dos hermosas mujerescompartían sus lenguas y mi pene con pasión, me sentí en el cielo. Comencé adesnudarme, saqué mi pantalón ayudado por mis musas y luego mi camisa. Hastaquedar como dios me trajo al mundo. Francesca se sintió animada a hacer lomismo, separó sus labios de mi glande, besó a nuestra chica, y con una rapidezincreíble se desnudó completamente. En una rápida mirada vi como todos yaestaba desnudos y jugando con sus cuerpos. La imagen era indescriptible. unatercera mujer, la que se masturbaba en la esquina se acercó a nosotros, sesentó junto a mí en el lugar que antes había ocupado Francesca, y acarició lacara de nuestra anfitriona mientras me la mamaba, me dio una sonrisa cómplice yse fue derecho a buscar la lengua de la mujer, la besó efusivamente rozando mipene, y luego se acostó boca arriba, entre sus piernas, y empezó a lamer losjugos que corrían por los muslos, para enterrar su cara por completo en suvagina, lamia con delicadeza en los labios de aquella virtuosa dama, quienhacia acuso recibo de las caricias, apretando con fuerza mi pene con suslabios.



 Francesca se separó de mi miembro y se sentó junto a mí nuevamente conlas piernas abiertas, nuestra chica al verla así, se lanzo como una fiera a losdulces y húmedos labios, besándolos dulcemente, al principio se alarmó un pocoal recibir sexo oral de una mujer, pero luego se entregó. La mujer se movía conmaestría, alternando entre mi pene y la bella vagina de Francesca. El placerera intenso, habíamos perdido la noción de estar con los demás, solo se sentíangemidos y risas apagadas, solo se respiraba placer, placer sin límites, sincondiciones, solo piel. Francesca buscaba mi lengua, y yo también, necesitababesarla con desesperación, encontré su boca más dulce que nunca, era un besointenso, orgásmico, cómplice, duró una eternidad. No nos percatamos que nuestraanfitriona había dejado de lamernos, ahora nos miraba, buscando ser parte deese beso, y así lo hizo. Mientras nos besamos los tres, hundía sus dedos en lavagina de Francesca, suavemente el tomo por las caderas y la puso en unaposición receptiva, y me invito a penetrarla, a lo que accedí sin muchaprotesta. Los muros de su sexo palpitaban en torno a mi hinchado miembro,nuestra chica nos acariciaba a ambos con cada embestida, hasta que se acomodóde tal manera que su boca besaba nuestros genitales durante la acción, luegolamió mis testículos, hasta llegar a mi ano. Nuevamente me estaban buscando poresos lugares. La excitación era tanta que solo me deje llevar y al cabo de unrato una sensación quemante recorrió mi pene y chorros abundantes de tibiosemen fueron lanzados sobre la espalda de Francesca, cada uno de los chorrosfueron lamidos por nuestra anfitriona hasta no dejar huella, tanto a mí y Francescanos temblaban las piernas, nos desplomamos cansados de placer. La mujermientras se limpiaba la boca solo nos miro dulcemente, nos acarició y dijo. -bienvenidos al club !!!




Continuará....