Hola gente de la querida P! Aquí un relato aún más corto con un comentario final. Que lo disfruten 😉
Nada como estar sentado frente a la computadora, viendo mis videos favoritos que sacian mi sed de sexo. Entre tanta basura: cartones vacíos donde quedan restos de pizza comida hacía ya semanas; latas abiertas, viejas por el desgaste del tiempo sobre el escritorio y sobre el suelo; pilas de ropa sucia que semejan casas abandonadas por todo el dormitorio. Llevo sin bañarme un mes. Mis calzoncillos tienen manchas amarillentas. Huelen mal. Todo el dormitorio huele mal, pero no importa, mis videos me dan consuelo; me animan a soportar esta vida de soledad. Por fin lo he descargado, es la hora de lubricarme la mano y masajear mi pene erecto. No me cabe la menor duda de que esa pelirroja del video es una puta; una rica y deliciosa putita que yo abriría de piernas para penetrarla con violencia. Sus tetas de gloria reavivan mi fetiche de beber leche de ellas. Esa mujer provoca en mí un apetito voraz. La culiaría, repito, con violencia. Siento como la verga ingresa lentamente por su orificio; imagino cómo sería el espectáculo. Yo lamiendo su concha, ella chupando mi pene. Todo sería perfecto. (Pero está fría). No sé cómo, pero lo que imagino parece muy real. Puedo palpar, sentirla con las yemas de mis dedos. Es deliciosa, sin duda. Mi lengua baila sobre su sexo, hace de ella su juguete… No, no debo perder el tiempo, debo ensartar esta ricura con mi palo. Tengo que poseerla antes que… Antes de que me despierte de este maravilloso sueño. Qué delicia, ese culo pide a gritos mi verga que de un empujón ya tocó fondo. No puedo describir cuán exquisita es esta sensación que recorre todo mi cuerpo, hasta estoy a punto de llorar por la alegría, pero no, me urge aún más venirme dentro de esta guapa muchacha antes de que…
Un torrente de semen es propulsado dentro de su ano. Mi verga palpita con fuerza para dejar salir los últimos rastros de líquido masculino. Qué delicia, qué experiencia, pero extrañamente hace frío. La mujer no se mueve. No se quiere mover.
El video aún no termina. Creo que me he precipitado en acabar antes. Me gusta sincronizar mi descarga seminal con los últimos gritos de la chica del video, pero bueno, no importa. La muñeca inflable servirá unas cuantas sesiones más antes de que se heche a perder.
Comentario
La idea del relato era tocar el tema de la necrofilia. En lugar de la muñeca era un cadáver, lo que daría un giro casi esperado, pero con un toque de humor negro. La verdad no me sentía cómodo publicando un material con ese contenido, pero no sé ustedes ¿Qué piensan?
Nada como estar sentado frente a la computadora, viendo mis videos favoritos que sacian mi sed de sexo. Entre tanta basura: cartones vacíos donde quedan restos de pizza comida hacía ya semanas; latas abiertas, viejas por el desgaste del tiempo sobre el escritorio y sobre el suelo; pilas de ropa sucia que semejan casas abandonadas por todo el dormitorio. Llevo sin bañarme un mes. Mis calzoncillos tienen manchas amarillentas. Huelen mal. Todo el dormitorio huele mal, pero no importa, mis videos me dan consuelo; me animan a soportar esta vida de soledad. Por fin lo he descargado, es la hora de lubricarme la mano y masajear mi pene erecto. No me cabe la menor duda de que esa pelirroja del video es una puta; una rica y deliciosa putita que yo abriría de piernas para penetrarla con violencia. Sus tetas de gloria reavivan mi fetiche de beber leche de ellas. Esa mujer provoca en mí un apetito voraz. La culiaría, repito, con violencia. Siento como la verga ingresa lentamente por su orificio; imagino cómo sería el espectáculo. Yo lamiendo su concha, ella chupando mi pene. Todo sería perfecto. (Pero está fría). No sé cómo, pero lo que imagino parece muy real. Puedo palpar, sentirla con las yemas de mis dedos. Es deliciosa, sin duda. Mi lengua baila sobre su sexo, hace de ella su juguete… No, no debo perder el tiempo, debo ensartar esta ricura con mi palo. Tengo que poseerla antes que… Antes de que me despierte de este maravilloso sueño. Qué delicia, ese culo pide a gritos mi verga que de un empujón ya tocó fondo. No puedo describir cuán exquisita es esta sensación que recorre todo mi cuerpo, hasta estoy a punto de llorar por la alegría, pero no, me urge aún más venirme dentro de esta guapa muchacha antes de que…
Un torrente de semen es propulsado dentro de su ano. Mi verga palpita con fuerza para dejar salir los últimos rastros de líquido masculino. Qué delicia, qué experiencia, pero extrañamente hace frío. La mujer no se mueve. No se quiere mover.
El video aún no termina. Creo que me he precipitado en acabar antes. Me gusta sincronizar mi descarga seminal con los últimos gritos de la chica del video, pero bueno, no importa. La muñeca inflable servirá unas cuantas sesiones más antes de que se heche a perder.
Comentario
La idea del relato era tocar el tema de la necrofilia. En lugar de la muñeca era un cadáver, lo que daría un giro casi esperado, pero con un toque de humor negro. La verdad no me sentía cómodo publicando un material con ese contenido, pero no sé ustedes ¿Qué piensan?
1 comentarios - Los fetiches no se prestan
mas allá de esola escena y la forma de narrarla están muy bien