"Vení a comer a mi departamento esta noche. Tengo una sorpresa para darte". Después de un tiempo sin vernos, volví a hablar con Christian. El fin de semana pasado me invitó y fui a comer a su casa.
Al principio lo noté extremadamente recatado. Me abrió, en el ascensor no pasamos de unos besos (siendo que en general un poco más no me deja en bolas), tenía la comida preparada y un vino abierto. Nos sentamos, yo no quise hacer nada porque no sabía que estaba tramando. Llegué a pensar que se había puesto de novio y estaba haciendo una especie de despedida.
Terminamos de comer, se levantó de la silla y se paró al lado mío. "Me tuviste abandonado mucho tiempo" me decía mientras acariciaba mi pelo por detrás de la oreja. "Te extrañé", dijo luego de darme un beso metiendo su lengua dentro de mi boca.
Me quise parar para abrazarlo pero él me volvió a sentar en la silla. De a poco empezó a desvestirme. Me sacó la remera, levantó mi pollerita hasta la cintura y desabrochó el corpiño. Metía su mano por los bordes de mi tanga mientras empezaba a chupar mis tetas.
Mi calentura iba en aumento, y la de él también. Se notaba su pija marcada por encima del jean. Estiré mi mano y empecé a tocarla mientras él seguía manoseándome entera. "Dame pija" le pedí entre suspiros. Se desabrochó el jean y dejó escapar la verga que de un golpe se puso sobre mi cara. Abrí la boca y me la metí. Christian me agarró de las manos y las puso en mi nuca, obligándome a que el pete sea solo con la boca.
Mientras yo seguía chupando él empujaba su verga cada vez más adentro. Las arcadas me hacían toser, pero no podía (ni quería) escapar. Respiré profundo y seguí soportando la embestida de esa pija cada vez más dura. "Asiiii como te extrañaba!" gritó cuando por fin mi nariz se estrelló contra su panza.
Me la saqué de a poco, y empecé a respirar y toser desesperada, como si hubiese estado mucho tiempo bajo el agua. Christian me agarró de las manos y me hizo parar. Me tumbó boca abajo sobre la mesa y me pegó un par de chirlos en la cola.
Con la pollerita aun puesta, me sacó la tanguita y se arrodilló a chuparme la cola y luego, bajando la lengua, la concha. Sus dedos empezaron a hurgar en mi agujerito. Sentía como me chorreaba y mojaba mis piernas.
Gemía desesperada ante cada roce de su lengua contra mi clítoris. Me di vuelta y me senté en la silla. Christian aun arrodillado, se abalanzó contra mi y me la chupó hasta hacerme acabar. Se levantó y me besó. El gusto de mis jugos hizo que lanzara un suspiro cuando su lengua entró en mi boca. Lejos de calmarme, ese orgasmo me daba ganas de más.
"Tengo una sorpresa para vos", me dijo mientras se paraba y se vestía. Yo quedé desnuda en la silla. Trajo un pañuelo, y me tapó los ojos. Me levantó y me obligó a arrodillarme. Sentí como su pantalón caía al suelo. Instintivamente, abrí mi boca esperando su pija nuevamente. Pero no. Me hizo poner en 4, y agarrándome de los pelos me llevó gateando hasta su habitación.
Me paré y sentí como me ataba las manos con las sogas. Me ató de la barra para hacer dominadas, quedando yo con los brazos levantados, desnuda y con los ojos tapados. Mi respiración se agitaba, imaginando que vendría ahora. Lo sentía. Él estaba merodeando cerca mío, podía sentir su olor. Pero no hacía nada.
De pronto, sus dedos rozaron mis pechos. Suavemente. Luego fue bajando hasta mis muslos. Ahora, el mismo camino lo hacía con algo más suave, reconocí la pluma que habíamos usado varias veces. Se puso atrás mío. Empezó a acariciarme con la pluma en mis nalgas. "Que hermosa cola que tenés... hoy te la voy a romper toda de nuevo" me decía sin dejar de tocarme. "Si, por favor!" gemía yo, que ya estaba con unas ganas terribles de ser penetrada.
De pronto se detuvo. Y empezó la sorpresa. Otra vez sentí que me rozaban, pero era otra cosa. Otro material. "Que es eso?" dije yo sorprendida. "Tu regalo". Diciendo esto, sentí un golpe en mi cola. No era su mano. Pegué un grito mezcla de dolor, excitación y sorpresa. Otra vez, la fusta acariciaba mi cola para luego golpearme ahora un poco más fuerte. El grito ahora era un suspiro.
Me pegó hasta dejarme la cola marcada y roja (no es una práctica recomendable en esta época donde una se tiene que poner a tomar sol jeje). Yo estaba re caliente y ya quería que me la metiera por donde se le ocurriera. Estaba sacadisima y quería soltarme y cabalgarle la pija hasta romperla. "Soltame" le suplicaba yo, pero esos no era sus planes. Me agarró fuerte del cuello mientras la otra mano se aferraba a mi culo. "Callate", me dijo en tono autoritario y firme. "Si señor, perdón" le respondí totalmente sumisa y regalada.
Aun sentía el ardor de los golpes en mi cola cuando Christian empezó a dejar caer gotas de agua fría sobre mis nalgas coloradas. Un cubito de hielo fue rozando mi columna vertebral hasta llegar a mis piernas. Quedé petrificada ante ese cambio de temperatura. Luego hizo lo mismo pero por adelante. Mis pezones se endurecieron y él no perdió oportunidad para lamerlos y morderlos.
Mis piernas empezaron a temblar. Sus dedos fríos tocaron mi concha hirviendo haciéndola explotar. Casi sin tocarme, estaba al borde de otro orgasmo. Me besó y sentí su lengua fría calentarse con la mía. "No doy más" le dije entre suspiros. Desató mis manos, me apoyó contra la pared y me cogió. Su pija entró fácil, estaba empapada, y empezó a sacudirme sin parar.
Tiré a la mierda el pañuelo y me agarré como pude de la pared. Me estaba dando con tanta fuerza que parecía que en cualquier momento pasábamos al departamento de al lado. Christian se agarró de mi cintura y empujaba mi cuerpo contra el suyo. Su verga se enterraba hasta el fondo en mi. Él no se detenía. Y yo estaba cada vez más cerca de acabar de nuevo.
"Agarrame que me caigo" llegué a suspirar justo antes de acabar nuevamente. Mis piernas se aflojaron al punto que perdí el equilibrio. Él me soltó y dejó que me cayera al piso. Con mis piernas aun temblando, Christian me levantó y me tiró en la cama. Me siguió cogiendo con fuerza hasta que acabó, tirándome toda la leche en mi panza.
Se dejó caer en la cama, mientras yo me desparramaba toda la acabada por mi cuerpo. "Siempre tan putita", me dijo mientras me besaba. Nos empezamos a besar cada vez con más pasión. Casi no iba a haber descanso. Por mi, no tenía problemas. Seguía re caliente y sintiendo lo que se apoyaba en mi pierna, él tampoco iba a tener problemas. Su pija seguía durísima.
Me ubiqué para chuparsela un rato, se la limpié bien y volví otra vez para arriba. "Compré algo más para usar con vos" me dijo con una sonrisa en la cara. "Es para cuando te haga la colita". Su dedo estaba buscando mi ano. Quebré mi cintura para sacar cola y facilitarle la tarea. "Ayy siii cuando quieras" suspiré yo cuando sentí sus dedos rodear mi colita.
Me acosté boca abajo, con la cola levantada por un par de almohadas. Abrí un poco las piernas y dejé que la lengua de Christian haga maravillas. Me chupó toda toda. Llegaba hasta mi concha, volvía al ano, escupía, me metió un dedo mientras me chupaba la concha, me metía el dedo en la concha mientras su lengua se enterraba en mi ano. Me volvió loca. Loca al punto de suplicarle que me la metiera.
Me hizo sentar en la cama. Abrió un cajón y sacó la otra parte de mi sorpresita: una de esas mordazas con una bola para tapar la boca. Mis ojos se abrieron de par en par. No podía creer lo que estaba a punto de hacer (porque, en el estado que estaba, no me iba a negar a nada con tal de que me la ponga). Me besó y me tapó la boca con eso. Me puso en 4 y siguió chupándome la cola y la concha desesperadamente.
Después, con la fusta siguió castigándome. Quería gritar, pero la mordaza ahogaba todos mis gemidos. Apoyó su pija en mi cola y fue empujando despacio, hasta lograr meter la punta. Me agarré del borde de la cama y aguanté las embestidas.
De a poco, su pija se fue enterrando toda. Sentí su cuerpo golpear contra mis nalgas. Rápidamente me acostumbré de nuevo a su pija, y empecé a gozar. Me volvía loca como metía y sacaba la verga de mi culo.
Despacio la sacaba y de golpe la metía. La enterraba toda. Me daba embestidas fuertes y cortitas con la pija enterrada por completo. Luego la sacaba y volvía a meterla fuerte. Estaba castigándome sin piedad por la cola y me encantaba.
Me agarró de las manos, y las juntó en mi espalda. Mi cabeza cayó y golpeó contra el colchón. Mi cola se elevó más y no se como, pero la empecé a sentir aún más adentro. "Ahhh siiiii!!" gritaba yo, aunque poco se entendía lo que estaba diciendo.
Christian solo se detuvo cuando sintió que la lubricación ya no era la misma. Me estaba empezando a doler, pero no podía hablar. Por suerte, cuando él notó esto, se detuvo. Me tiró en la cama y me dio vuelta y mientras se cambiaba el forro, me chupaba la concha. Enseguida estuvo listo para seguir cogiéndome.
Levantó mis piernas sobre sus hombros y agarrándose fuerte de mis muslos me empujaba contra su cuerpo. El golpe de nuestros cuerpos le daba a la escena el toque porno que faltaba. "No aguanto más" decía mientras aflojaba el ritmo. Me sacó la mordaza y me hizo arrodillar en el piso. Él se paró frente a mi y apuntó su pija a mi cara.
Agarré la verga con una mano, mientras con la otra acariciaba sus bolas. Sentí como se endurecían y su pija temblaba. Saqué la lengua y mientras lo pajeaba le rozaba la cabeza. Christian agarró con sus manos mi cabeza acompañando mis movimientos. No tardó mucho en saltar un chorro de leche hasta mi frente, y varios chorros más que cayeron en mi lengua.
Tragué un poco y el resto dejé que cayera por mis mejillas hacia mis hombros, pecho y panza. Me tiré en el piso, para que él pudiera observar su obra de arte. Su putita sumisa bañada en leche. Estábamos los dos transpirados y exhaustos.
Nunca pensé que iba a llegar a tanto este juego. Esa fue la primera noche donde me sentí realmente sumisa y dominada por completo. Nunca me imaginé que algo así iba a excitarme tanto. Sin dudas siempre me gustó más ese rol pasivo, pero pasar ese límite hizo que este fuera el comienzo de una etapa mucho más sumisa en mi vida.
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La historia completa:
#0 Mis 50 sombras
#1 Sometida y entregada
#2 Pagando deudas
#3 Atame y haceme tuya
#4 Suplicando que me hagan la cola
#5 Sacandome las ganas acumuladas
#6 La mucamita
#7 Recibiendo regalos navideños
#8 Festejando San Valentín
#9 Polvazo inesperado con algo de morbo
#10 Nena con juguete nuevo
#11 Hasta el eXtremo
#12 Porno Star
#14 Disfrutando el mundial
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Indice
Al principio lo noté extremadamente recatado. Me abrió, en el ascensor no pasamos de unos besos (siendo que en general un poco más no me deja en bolas), tenía la comida preparada y un vino abierto. Nos sentamos, yo no quise hacer nada porque no sabía que estaba tramando. Llegué a pensar que se había puesto de novio y estaba haciendo una especie de despedida.
Terminamos de comer, se levantó de la silla y se paró al lado mío. "Me tuviste abandonado mucho tiempo" me decía mientras acariciaba mi pelo por detrás de la oreja. "Te extrañé", dijo luego de darme un beso metiendo su lengua dentro de mi boca.
Me quise parar para abrazarlo pero él me volvió a sentar en la silla. De a poco empezó a desvestirme. Me sacó la remera, levantó mi pollerita hasta la cintura y desabrochó el corpiño. Metía su mano por los bordes de mi tanga mientras empezaba a chupar mis tetas.
Mi calentura iba en aumento, y la de él también. Se notaba su pija marcada por encima del jean. Estiré mi mano y empecé a tocarla mientras él seguía manoseándome entera. "Dame pija" le pedí entre suspiros. Se desabrochó el jean y dejó escapar la verga que de un golpe se puso sobre mi cara. Abrí la boca y me la metí. Christian me agarró de las manos y las puso en mi nuca, obligándome a que el pete sea solo con la boca.
Mientras yo seguía chupando él empujaba su verga cada vez más adentro. Las arcadas me hacían toser, pero no podía (ni quería) escapar. Respiré profundo y seguí soportando la embestida de esa pija cada vez más dura. "Asiiii como te extrañaba!" gritó cuando por fin mi nariz se estrelló contra su panza.
Me la saqué de a poco, y empecé a respirar y toser desesperada, como si hubiese estado mucho tiempo bajo el agua. Christian me agarró de las manos y me hizo parar. Me tumbó boca abajo sobre la mesa y me pegó un par de chirlos en la cola.
Con la pollerita aun puesta, me sacó la tanguita y se arrodilló a chuparme la cola y luego, bajando la lengua, la concha. Sus dedos empezaron a hurgar en mi agujerito. Sentía como me chorreaba y mojaba mis piernas.
Gemía desesperada ante cada roce de su lengua contra mi clítoris. Me di vuelta y me senté en la silla. Christian aun arrodillado, se abalanzó contra mi y me la chupó hasta hacerme acabar. Se levantó y me besó. El gusto de mis jugos hizo que lanzara un suspiro cuando su lengua entró en mi boca. Lejos de calmarme, ese orgasmo me daba ganas de más.
"Tengo una sorpresa para vos", me dijo mientras se paraba y se vestía. Yo quedé desnuda en la silla. Trajo un pañuelo, y me tapó los ojos. Me levantó y me obligó a arrodillarme. Sentí como su pantalón caía al suelo. Instintivamente, abrí mi boca esperando su pija nuevamente. Pero no. Me hizo poner en 4, y agarrándome de los pelos me llevó gateando hasta su habitación.
Me paré y sentí como me ataba las manos con las sogas. Me ató de la barra para hacer dominadas, quedando yo con los brazos levantados, desnuda y con los ojos tapados. Mi respiración se agitaba, imaginando que vendría ahora. Lo sentía. Él estaba merodeando cerca mío, podía sentir su olor. Pero no hacía nada.
De pronto, sus dedos rozaron mis pechos. Suavemente. Luego fue bajando hasta mis muslos. Ahora, el mismo camino lo hacía con algo más suave, reconocí la pluma que habíamos usado varias veces. Se puso atrás mío. Empezó a acariciarme con la pluma en mis nalgas. "Que hermosa cola que tenés... hoy te la voy a romper toda de nuevo" me decía sin dejar de tocarme. "Si, por favor!" gemía yo, que ya estaba con unas ganas terribles de ser penetrada.
De pronto se detuvo. Y empezó la sorpresa. Otra vez sentí que me rozaban, pero era otra cosa. Otro material. "Que es eso?" dije yo sorprendida. "Tu regalo". Diciendo esto, sentí un golpe en mi cola. No era su mano. Pegué un grito mezcla de dolor, excitación y sorpresa. Otra vez, la fusta acariciaba mi cola para luego golpearme ahora un poco más fuerte. El grito ahora era un suspiro.
Me pegó hasta dejarme la cola marcada y roja (no es una práctica recomendable en esta época donde una se tiene que poner a tomar sol jeje). Yo estaba re caliente y ya quería que me la metiera por donde se le ocurriera. Estaba sacadisima y quería soltarme y cabalgarle la pija hasta romperla. "Soltame" le suplicaba yo, pero esos no era sus planes. Me agarró fuerte del cuello mientras la otra mano se aferraba a mi culo. "Callate", me dijo en tono autoritario y firme. "Si señor, perdón" le respondí totalmente sumisa y regalada.
Aun sentía el ardor de los golpes en mi cola cuando Christian empezó a dejar caer gotas de agua fría sobre mis nalgas coloradas. Un cubito de hielo fue rozando mi columna vertebral hasta llegar a mis piernas. Quedé petrificada ante ese cambio de temperatura. Luego hizo lo mismo pero por adelante. Mis pezones se endurecieron y él no perdió oportunidad para lamerlos y morderlos.
Mis piernas empezaron a temblar. Sus dedos fríos tocaron mi concha hirviendo haciéndola explotar. Casi sin tocarme, estaba al borde de otro orgasmo. Me besó y sentí su lengua fría calentarse con la mía. "No doy más" le dije entre suspiros. Desató mis manos, me apoyó contra la pared y me cogió. Su pija entró fácil, estaba empapada, y empezó a sacudirme sin parar.
Tiré a la mierda el pañuelo y me agarré como pude de la pared. Me estaba dando con tanta fuerza que parecía que en cualquier momento pasábamos al departamento de al lado. Christian se agarró de mi cintura y empujaba mi cuerpo contra el suyo. Su verga se enterraba hasta el fondo en mi. Él no se detenía. Y yo estaba cada vez más cerca de acabar de nuevo.
"Agarrame que me caigo" llegué a suspirar justo antes de acabar nuevamente. Mis piernas se aflojaron al punto que perdí el equilibrio. Él me soltó y dejó que me cayera al piso. Con mis piernas aun temblando, Christian me levantó y me tiró en la cama. Me siguió cogiendo con fuerza hasta que acabó, tirándome toda la leche en mi panza.
Se dejó caer en la cama, mientras yo me desparramaba toda la acabada por mi cuerpo. "Siempre tan putita", me dijo mientras me besaba. Nos empezamos a besar cada vez con más pasión. Casi no iba a haber descanso. Por mi, no tenía problemas. Seguía re caliente y sintiendo lo que se apoyaba en mi pierna, él tampoco iba a tener problemas. Su pija seguía durísima.
Me ubiqué para chuparsela un rato, se la limpié bien y volví otra vez para arriba. "Compré algo más para usar con vos" me dijo con una sonrisa en la cara. "Es para cuando te haga la colita". Su dedo estaba buscando mi ano. Quebré mi cintura para sacar cola y facilitarle la tarea. "Ayy siii cuando quieras" suspiré yo cuando sentí sus dedos rodear mi colita.
Me acosté boca abajo, con la cola levantada por un par de almohadas. Abrí un poco las piernas y dejé que la lengua de Christian haga maravillas. Me chupó toda toda. Llegaba hasta mi concha, volvía al ano, escupía, me metió un dedo mientras me chupaba la concha, me metía el dedo en la concha mientras su lengua se enterraba en mi ano. Me volvió loca. Loca al punto de suplicarle que me la metiera.
Me hizo sentar en la cama. Abrió un cajón y sacó la otra parte de mi sorpresita: una de esas mordazas con una bola para tapar la boca. Mis ojos se abrieron de par en par. No podía creer lo que estaba a punto de hacer (porque, en el estado que estaba, no me iba a negar a nada con tal de que me la ponga). Me besó y me tapó la boca con eso. Me puso en 4 y siguió chupándome la cola y la concha desesperadamente.
Después, con la fusta siguió castigándome. Quería gritar, pero la mordaza ahogaba todos mis gemidos. Apoyó su pija en mi cola y fue empujando despacio, hasta lograr meter la punta. Me agarré del borde de la cama y aguanté las embestidas.
De a poco, su pija se fue enterrando toda. Sentí su cuerpo golpear contra mis nalgas. Rápidamente me acostumbré de nuevo a su pija, y empecé a gozar. Me volvía loca como metía y sacaba la verga de mi culo.
Despacio la sacaba y de golpe la metía. La enterraba toda. Me daba embestidas fuertes y cortitas con la pija enterrada por completo. Luego la sacaba y volvía a meterla fuerte. Estaba castigándome sin piedad por la cola y me encantaba.
Me agarró de las manos, y las juntó en mi espalda. Mi cabeza cayó y golpeó contra el colchón. Mi cola se elevó más y no se como, pero la empecé a sentir aún más adentro. "Ahhh siiiii!!" gritaba yo, aunque poco se entendía lo que estaba diciendo.
Christian solo se detuvo cuando sintió que la lubricación ya no era la misma. Me estaba empezando a doler, pero no podía hablar. Por suerte, cuando él notó esto, se detuvo. Me tiró en la cama y me dio vuelta y mientras se cambiaba el forro, me chupaba la concha. Enseguida estuvo listo para seguir cogiéndome.
Levantó mis piernas sobre sus hombros y agarrándose fuerte de mis muslos me empujaba contra su cuerpo. El golpe de nuestros cuerpos le daba a la escena el toque porno que faltaba. "No aguanto más" decía mientras aflojaba el ritmo. Me sacó la mordaza y me hizo arrodillar en el piso. Él se paró frente a mi y apuntó su pija a mi cara.
Agarré la verga con una mano, mientras con la otra acariciaba sus bolas. Sentí como se endurecían y su pija temblaba. Saqué la lengua y mientras lo pajeaba le rozaba la cabeza. Christian agarró con sus manos mi cabeza acompañando mis movimientos. No tardó mucho en saltar un chorro de leche hasta mi frente, y varios chorros más que cayeron en mi lengua.
Tragué un poco y el resto dejé que cayera por mis mejillas hacia mis hombros, pecho y panza. Me tiré en el piso, para que él pudiera observar su obra de arte. Su putita sumisa bañada en leche. Estábamos los dos transpirados y exhaustos.
Nunca pensé que iba a llegar a tanto este juego. Esa fue la primera noche donde me sentí realmente sumisa y dominada por completo. Nunca me imaginé que algo así iba a excitarme tanto. Sin dudas siempre me gustó más ese rol pasivo, pero pasar ese límite hizo que este fuera el comienzo de una etapa mucho más sumisa en mi vida.
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La historia completa:
#0 Mis 50 sombras
#1 Sometida y entregada
#2 Pagando deudas
#3 Atame y haceme tuya
#4 Suplicando que me hagan la cola
#5 Sacandome las ganas acumuladas
#6 La mucamita
#7 Recibiendo regalos navideños
#8 Festejando San Valentín
#9 Polvazo inesperado con algo de morbo
#10 Nena con juguete nuevo
#11 Hasta el eXtremo
#12 Porno Star
#14 Disfrutando el mundial
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Indice
38 comentarios - #13 Esclava y sumisa
Las ganas acumuladas que tengo de leer un nuevo relato!!! A VEEEEEEEEEEEEEEEEEER
gracias por pasar
gracias por pasar!
la foto del relato no es mia. la foto de la miniatura si
gracias por pasar!
graciasp or pasar
espero disfrutes los proximos!
Van muchos pts! 👏👏👏
Yo tampo imaginaba que te gustara la sumisión, siempre me pareciste de otro estilo jaajjajaj
Y sexo anal, y con todo lo que me gusta, llevo más de un año sin catar culo jajjajaja
gracias por pasar!
gracias por pasar! 😉
gracias por pasar!
GRACIAS POR PASAR!
Hermoso relato como siempre. Te mando muchos y hartos besos jejeje. Saludos!!
sos increible..
+10
espero sigas disfruntando los proximos 😉
Espero que subas más, aquí tenés un fiel lector de Rosario,
Un Beso !
gracias por pasar!
gracias por pasar !
gracias por pasar!