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Mis experiencias como una mujer escort (VIII)

Saque de la  heladera una botella de agua fría, y le puse tres hielos del congelador. Me  senté en una silla al lado de la mesa y suspire. Tome un trago y recordaba lo  que había hecho, estaba feliz por haber sido útil en cumplir una fantasía de  esa pareja, creo que actué bien y ellos la pasaron aun mejor. Fue raro no ser  el centro de atención.
Cerré mis  ojos y levante mis piernas apoyándolas sobre la mesa, separándolas un poco,quería estirarme o ponerme un poco más cómoda. Desde chica me gustaba jugar a  morder los hielos. Tome uno con la boca y mientras me desensibilizaba las  mejillas por el frió, lo tomaba con mis dientes. Sonó mi celular, deje el hielo  en el vaso, y este en la mesa. Me levante a buscarlo y atendí
—¿Hola  Sofía? — me pregunto una voz varonil.
—Si soy yo— respondí.
—Hola, yo  me llamo pablo, ¿estas disponible? — conciso y al pie el muchacho.
—Emm ahora  no, en dos horas me libero — mentí, quería un respiro.
—Si no hay  problema, yo a esa hora salgo de trabajar, ¿te puedo pedir que me esperes con un  portaligas, medias de encaje y zapatos? — me pregunto siendo detallista.
—Ningún  problema — le dije — ahora te paso la dirección — nos despedimos y corte.
Fui a mi  armario a ver si realmente tenia lo que me había pedido. En efecto tenia todo.Parece que mi amiga pensó en todo. Volví a la cocina a terminar mi vaso con  agua, lo agarre y fui hasta mi balcón, a sentarme en una reposera pequeña que  tenia para mirar el horizonte, era una parte de la ciudad céntrica, pero al ser  un piso alto tenia una vista bastante despejada. “y todo esto lo pago cogiendo”— me dije a mi misma no creyendo que fuera posible — cuando me quise dar cuenta  una vecina me veía a través de su propio balcón
—Ehem —tosió a propósito intentando llamar mi atención — Ehem — lo hizo una segunda  vez con mas pronunciación.
Me pare y  la miraba sonriendo
—¿Hola quetal? — la salude y le pregunte, supuse que estaba dentro de mi misma edad,algunos años mas o algunos menos.
—Hola, todo  muy bien, ¿y vos? — me dijo.
—Un poco  cansada — le respondí.
—¿Sos puta?—me dijo de repente, mis ojos se inflaron como platos.
—¿A que  viene esa pregunta? — intente guardar la calma y no enojarme enseguida.
—Y... los  gemidos fuertes incesantes, tus diferentes visitas prácticamente todos los días  o día por medio, nadie se repitió hasta ahora — me dijo calma — además de que  estas en pelotas en pleno día en el balcón para que cualquiera te mire.
—Uy la puta  madre — me insulte a mi misma y me senté en la reposera para que no me siguiera  viendo.
—No son las  primeras tetas que veo en mi vida y seguramente no van a ser las ultimas, y no  es de mi incumbencia lo que haces en tu depto, esta todo bien — me dijo riendo.
—Emm.. soy  Escort — me levante sin taparme y se lo comente mirándola a los ojos
—Ah, con  razón — se volvió a reír — no te hagas drama, yo te escucho, pero abajo no van  a escuchar nada, y arriba solo hay terraza, tu secreto esta a salvo.
—Uh..Perdonáme— le dije avergonzada.
—Esta todo  bien, cada tanto me das la razón perfecta para dejar de estudiar y descansar un  rato — me dijo sonriendo — por cierto, lindas tetas — hacia el comentario  mientras me las miraba.
—Gracias—sonreí.
—Bueno  tengo que seguir estudiando, un gusto... — lo decía como intentando descifrar  mi nombre-
—Sofía — la  interrumpí mirándola.
—Un gusto —me miro y volvió a sonreír — yo soy delfina.
—El gusto  es mío delfi, y suerte con el estudio — le dije.
Con esto me  fui adentro de mi departamento, me moría de vergüenza, pero no podía hacer  nada. Vi el reloj y faltaba una hora para que venga pablo. Lo mejor iba a ser  que siga actuando como lo venia haciendo, me di la ducha de rutina, procurando  limpiar mi cuerpo entero y salí, prendí una incienso con aroma a vainillas y me  secaba. Me percate de que ya venia siendo hora de que me depilara, quizás después  de estar con pablo lo haga. Tome la ropa que me había indicado el hombre y me  vestí. Las medias eran bastante ajustadas, al igual que el portaligas, las  enganche a este ultimo y me puse los zapatos, rojos con un pronunciado tacón.Agarre de mi pequeño bolso de lápiz labial rojo y me lo aplique. Decidí hacerme  una cola de caballo, quizás a el le gustaba, y si no fuera así seria fácil  quitármela. Una vez vestida lo espere recostada en el sillón. Faltaban diez  minutos, cerré los ojos y despeje mi mente.
Me despertó  el timbre, abrí mis ojos y ya era la hora, fui al portero eléctrico y levante  el teléfono.
—¿Pablo? —pregunte.
—Si soy yo,¿Sofía? Abrime — me dijo y se acomodo el pantalón, en la zona de la  entrepierna. Era un hombre joven, unos 30, estaba en traje y corbata con un  maletín.
Le abrí ylo espere, minutos después estaba tocando mi puerta, me asegure que fuera el  por la mirilla y abrí la puerta.
—Apa — dijoél, relojeandome el cuerpo entero.
—Veni pasa— le dije y lo hizo, dejo su maletín en uno de mis sillones y me paso una de  sus manos por mi cola,  y la apretó
—Quiero una  hora — dijo, abrió el maletín y saco un fajo de billetes.
—¿Puedo  pedirte que me entregues tu celular? — le dije tomando el dinero, me lo dio y  lo lleve a la caja, y guarde el dinero.
—Veni,sentate en el sillón — me lo dijo mientras se aflojaba la camisa, abría el  pantalón y en un solo movimiento bajaba su bóxer y pajeaba.
Su pija ya  tenia un considerable tamaño. Me senté donde me indico, mis labios quedaban muy  cerca de su pija. Lo mire y el se seguía pajeando. Tome iniciativa y agarre esa  pija con mi mano derecha, seguía la masturbación y lo mire, estaba gimiendo con  los ojos cerrados mirando al techo.
—mmm si así  dale — me decía entre gemidos.
No pare y  comenzaba a tomar cada vez mas tamaño, él me tomo de las tetas, apretándome los  pezones y estirándolos, yo gemí fuerte intentando no parar de masturbarlo. Sin  avisarme nada empujo su pija hacia mi boca. Al estar desprevenida entro y  golpee mi mano con mis labios, a el le provoco un gemido fuerte. Ahora me  tomaba del pelo y comenzaba a cogerme la boca, puse mis manos a cada lado de su  cintura y lo deje hacer. Parecía un hombre que sabia lo que quería. Siguió así  varios minutos sin quitar la pija de mi boca, ya la saliva acumulada era  substancial, intente lubricársela lo mas que pude.
—Ponete  contra la mesa, manos y tetas apoyadas con piernas bien abiertas — me ordeno.
Lo hice  mientras él me seguía de cerca. Estando en esa posición tomo varios de sus  dedos, los chupo y me comenzó a frotar toda la extensión de mi concha, me abría  los labios y los metía dentro, mientras que su pija se frotaba libremente en mi  cola. Lo hizo así por varios minutos. Yo ya estaba bastante caliente y bien  lubricada, en ese momento el se sujeta la pija y me la mete sin reparos,provocándome un gran gemido, intentaba acomodar mis interiores a su tamaño, deno haber estado lubricada estaría quejándome de algún dolor. Me comenzó a coger  dándome estocadas fuertes y pausadas, mientras no dejaba de frotarme la concha,haciendo hincapié en el clítoris.
—¿Así te  gusta? — me lo decía entre embestidas en el oído.
—Siiiii —grite yo gimiendo.
—Que  apretada concha que tenes nena — no dejo de cogerme, agarro mi pierna izquierda  desde el gemelo y me la levanto, apoyando la rodilla en la mesa y me daba mas  fuerte.
—¡Dios! no  pares — grite y debido a la posición me incline mas a la mesa.
Fue un  largo tiempo de castigo ejemplar a mi concha, de verla seguramente estuviera  colorada y muy mojada, estaba llena de su pija. Me agarro ambas tetas,apretujándolas fuerte, llevando mi cuerpo hacia el suyo, la totalidad de su  miembro estaba dentro mio, y al oído me dijo.
—¿La vas arecibir en la cara? — me pregunto.
—Lo que  quieras — le dije gimiendo y cerrando los ojos.
Me la quito  de dentro mio y me nalgueo fuerte produciéndome un gran gemido. Me dio vuelta yme agarro del pelo.
—Agachate —me dijo sin soltarme el pelo. Y así lo hice, lo mire a los ojos mientras el se  pajeaba, lo hacia rápido mientras él gemía.
Cerré los  ojos, abrí la boca instintivamente y espere, lo escuchaba gemir mientras yo me  masturbaba a mi misma. Gimió muy fuerte y luego sentí como acababa, con su  semen aterrizando en mi cara, en parte sobre mi frente, que bajaba hacia mis  mejillas, otra parte directamente en mi boca y luego mi cuello. Abrí los ojos y  ahí estaba, con la pija quieta respirando fuerte.
—Estas  hermosa así — me dijo — no te limpies.
—Esta bien— dije yo mirándolo, detrás de el, en la pared estaba el reloj y ya era momento  de terminar.
—Ya es hora— le dije.
Sin que me  pudiera responder agarre su pija y se la limpie, la deje reluciente y luego le subí  el bóxer junto al pantalón y lo cerré. Lo mire y me levante despacio, fui hacia  la caja y agarre su celular, volví con él y se lo devolví. El se acomodo la  ropa y tomo su maletín, agarre las llaves y lo acompañe hasta la puerta, cerré  y me fui hasta el baño.
Me vi en el  espejo y era un desastre, llena de semen por la cara y el cuello. Abrí la  canilla juntando agua con mis manos y me lave la cara. Me tomo unos minutos  volver a una normalidad notable, volvía a verme al espejo y ya no tenia el  fluido de pablo en la cara, ahora solo tenia resquicios del labial que me había  puesto para el. Suspire y sonó mi celular...

3 comentarios - Mis experiencias como una mujer escort (VIII)

faos00
Muy bien te deje puntos, escribime mp
Rub1t0
Obsesionado con tus relatos. Ya es hora de una foto certificada!!