Saque de la heladera una botella de agua fría, y le puse tres hielos del congelador. Me senté en una silla al lado de la mesa y suspire. Tome un trago y recordaba lo que había hecho, estaba feliz por haber sido útil en cumplir una fantasía de esa pareja, creo que actué bien y ellos la pasaron aun mejor. Fue raro no ser el centro de atención.
Cerré mis ojos y levante mis piernas apoyándolas sobre la mesa, separándolas un poco,quería estirarme o ponerme un poco más cómoda. Desde chica me gustaba jugar a morder los hielos. Tome uno con la boca y mientras me desensibilizaba las mejillas por el frió, lo tomaba con mis dientes. Sonó mi celular, deje el hielo en el vaso, y este en la mesa. Me levante a buscarlo y atendí
—¿Hola Sofía? — me pregunto una voz varonil.
—Si soy yo— respondí.
—Hola, yo me llamo pablo, ¿estas disponible? — conciso y al pie el muchacho.
—Emm ahora no, en dos horas me libero — mentí, quería un respiro.
—Si no hay problema, yo a esa hora salgo de trabajar, ¿te puedo pedir que me esperes con un portaligas, medias de encaje y zapatos? — me pregunto siendo detallista.
—Ningún problema — le dije — ahora te paso la dirección — nos despedimos y corte.
Fui a mi armario a ver si realmente tenia lo que me había pedido. En efecto tenia todo.Parece que mi amiga pensó en todo. Volví a la cocina a terminar mi vaso con agua, lo agarre y fui hasta mi balcón, a sentarme en una reposera pequeña que tenia para mirar el horizonte, era una parte de la ciudad céntrica, pero al ser un piso alto tenia una vista bastante despejada. “y todo esto lo pago cogiendo”— me dije a mi misma no creyendo que fuera posible — cuando me quise dar cuenta una vecina me veía a través de su propio balcón
—Ehem —tosió a propósito intentando llamar mi atención — Ehem — lo hizo una segunda vez con mas pronunciación.
Me pare y la miraba sonriendo
—¿Hola quetal? — la salude y le pregunte, supuse que estaba dentro de mi misma edad,algunos años mas o algunos menos.
—Hola, todo muy bien, ¿y vos? — me dijo.
—Un poco cansada — le respondí.
—¿Sos puta?—me dijo de repente, mis ojos se inflaron como platos.
—¿A que viene esa pregunta? — intente guardar la calma y no enojarme enseguida.
—Y... los gemidos fuertes incesantes, tus diferentes visitas prácticamente todos los días o día por medio, nadie se repitió hasta ahora — me dijo calma — además de que estas en pelotas en pleno día en el balcón para que cualquiera te mire.
—Uy la puta madre — me insulte a mi misma y me senté en la reposera para que no me siguiera viendo.
—No son las primeras tetas que veo en mi vida y seguramente no van a ser las ultimas, y no es de mi incumbencia lo que haces en tu depto, esta todo bien — me dijo riendo.
—Emm.. soy Escort — me levante sin taparme y se lo comente mirándola a los ojos
—Ah, con razón — se volvió a reír — no te hagas drama, yo te escucho, pero abajo no van a escuchar nada, y arriba solo hay terraza, tu secreto esta a salvo.
—Uh..Perdonáme— le dije avergonzada.
—Esta todo bien, cada tanto me das la razón perfecta para dejar de estudiar y descansar un rato — me dijo sonriendo — por cierto, lindas tetas — hacia el comentario mientras me las miraba.
—Gracias—sonreí.
—Bueno tengo que seguir estudiando, un gusto... — lo decía como intentando descifrar mi nombre-
—Sofía — la interrumpí mirándola.
—Un gusto —me miro y volvió a sonreír — yo soy delfina.
—El gusto es mío delfi, y suerte con el estudio — le dije.
Con esto me fui adentro de mi departamento, me moría de vergüenza, pero no podía hacer nada. Vi el reloj y faltaba una hora para que venga pablo. Lo mejor iba a ser que siga actuando como lo venia haciendo, me di la ducha de rutina, procurando limpiar mi cuerpo entero y salí, prendí una incienso con aroma a vainillas y me secaba. Me percate de que ya venia siendo hora de que me depilara, quizás después de estar con pablo lo haga. Tome la ropa que me había indicado el hombre y me vestí. Las medias eran bastante ajustadas, al igual que el portaligas, las enganche a este ultimo y me puse los zapatos, rojos con un pronunciado tacón.Agarre de mi pequeño bolso de lápiz labial rojo y me lo aplique. Decidí hacerme una cola de caballo, quizás a el le gustaba, y si no fuera así seria fácil quitármela. Una vez vestida lo espere recostada en el sillón. Faltaban diez minutos, cerré los ojos y despeje mi mente.
Me despertó el timbre, abrí mis ojos y ya era la hora, fui al portero eléctrico y levante el teléfono.
—¿Pablo? —pregunte.
—Si soy yo,¿Sofía? Abrime — me dijo y se acomodo el pantalón, en la zona de la entrepierna. Era un hombre joven, unos 30, estaba en traje y corbata con un maletín.
Le abrí ylo espere, minutos después estaba tocando mi puerta, me asegure que fuera el por la mirilla y abrí la puerta.
—Apa — dijoél, relojeandome el cuerpo entero.
—Veni pasa— le dije y lo hizo, dejo su maletín en uno de mis sillones y me paso una de sus manos por mi cola, y la apretó
—Quiero una hora — dijo, abrió el maletín y saco un fajo de billetes.
—¿Puedo pedirte que me entregues tu celular? — le dije tomando el dinero, me lo dio y lo lleve a la caja, y guarde el dinero.
—Veni,sentate en el sillón — me lo dijo mientras se aflojaba la camisa, abría el pantalón y en un solo movimiento bajaba su bóxer y pajeaba.
Su pija ya tenia un considerable tamaño. Me senté donde me indico, mis labios quedaban muy cerca de su pija. Lo mire y el se seguía pajeando. Tome iniciativa y agarre esa pija con mi mano derecha, seguía la masturbación y lo mire, estaba gimiendo con los ojos cerrados mirando al techo.
—mmm si así dale — me decía entre gemidos.
No pare y comenzaba a tomar cada vez mas tamaño, él me tomo de las tetas, apretándome los pezones y estirándolos, yo gemí fuerte intentando no parar de masturbarlo. Sin avisarme nada empujo su pija hacia mi boca. Al estar desprevenida entro y golpee mi mano con mis labios, a el le provoco un gemido fuerte. Ahora me tomaba del pelo y comenzaba a cogerme la boca, puse mis manos a cada lado de su cintura y lo deje hacer. Parecía un hombre que sabia lo que quería. Siguió así varios minutos sin quitar la pija de mi boca, ya la saliva acumulada era substancial, intente lubricársela lo mas que pude.
—Ponete contra la mesa, manos y tetas apoyadas con piernas bien abiertas — me ordeno.
Lo hice mientras él me seguía de cerca. Estando en esa posición tomo varios de sus dedos, los chupo y me comenzó a frotar toda la extensión de mi concha, me abría los labios y los metía dentro, mientras que su pija se frotaba libremente en mi cola. Lo hizo así por varios minutos. Yo ya estaba bastante caliente y bien lubricada, en ese momento el se sujeta la pija y me la mete sin reparos,provocándome un gran gemido, intentaba acomodar mis interiores a su tamaño, deno haber estado lubricada estaría quejándome de algún dolor. Me comenzó a coger dándome estocadas fuertes y pausadas, mientras no dejaba de frotarme la concha,haciendo hincapié en el clítoris.
—¿Así te gusta? — me lo decía entre embestidas en el oído.
—Siiiii —grite yo gimiendo.
—Que apretada concha que tenes nena — no dejo de cogerme, agarro mi pierna izquierda desde el gemelo y me la levanto, apoyando la rodilla en la mesa y me daba mas fuerte.
—¡Dios! no pares — grite y debido a la posición me incline mas a la mesa.
Fue un largo tiempo de castigo ejemplar a mi concha, de verla seguramente estuviera colorada y muy mojada, estaba llena de su pija. Me agarro ambas tetas,apretujándolas fuerte, llevando mi cuerpo hacia el suyo, la totalidad de su miembro estaba dentro mio, y al oído me dijo.
—¿La vas arecibir en la cara? — me pregunto.
—Lo que quieras — le dije gimiendo y cerrando los ojos.
Me la quito de dentro mio y me nalgueo fuerte produciéndome un gran gemido. Me dio vuelta yme agarro del pelo.
—Agachate —me dijo sin soltarme el pelo. Y así lo hice, lo mire a los ojos mientras el se pajeaba, lo hacia rápido mientras él gemía.
Cerré los ojos, abrí la boca instintivamente y espere, lo escuchaba gemir mientras yo me masturbaba a mi misma. Gimió muy fuerte y luego sentí como acababa, con su semen aterrizando en mi cara, en parte sobre mi frente, que bajaba hacia mis mejillas, otra parte directamente en mi boca y luego mi cuello. Abrí los ojos y ahí estaba, con la pija quieta respirando fuerte.
—Estas hermosa así — me dijo — no te limpies.
—Esta bien— dije yo mirándolo, detrás de el, en la pared estaba el reloj y ya era momento de terminar.
—Ya es hora— le dije.
Sin que me pudiera responder agarre su pija y se la limpie, la deje reluciente y luego le subí el bóxer junto al pantalón y lo cerré. Lo mire y me levante despacio, fui hacia la caja y agarre su celular, volví con él y se lo devolví. El se acomodo la ropa y tomo su maletín, agarre las llaves y lo acompañe hasta la puerta, cerré y me fui hasta el baño.
Me vi en el espejo y era un desastre, llena de semen por la cara y el cuello. Abrí la canilla juntando agua con mis manos y me lave la cara. Me tomo unos minutos volver a una normalidad notable, volvía a verme al espejo y ya no tenia el fluido de pablo en la cara, ahora solo tenia resquicios del labial que me había puesto para el. Suspire y sonó mi celular...
Cerré mis ojos y levante mis piernas apoyándolas sobre la mesa, separándolas un poco,quería estirarme o ponerme un poco más cómoda. Desde chica me gustaba jugar a morder los hielos. Tome uno con la boca y mientras me desensibilizaba las mejillas por el frió, lo tomaba con mis dientes. Sonó mi celular, deje el hielo en el vaso, y este en la mesa. Me levante a buscarlo y atendí
—¿Hola Sofía? — me pregunto una voz varonil.
—Si soy yo— respondí.
—Hola, yo me llamo pablo, ¿estas disponible? — conciso y al pie el muchacho.
—Emm ahora no, en dos horas me libero — mentí, quería un respiro.
—Si no hay problema, yo a esa hora salgo de trabajar, ¿te puedo pedir que me esperes con un portaligas, medias de encaje y zapatos? — me pregunto siendo detallista.
—Ningún problema — le dije — ahora te paso la dirección — nos despedimos y corte.
Fui a mi armario a ver si realmente tenia lo que me había pedido. En efecto tenia todo.Parece que mi amiga pensó en todo. Volví a la cocina a terminar mi vaso con agua, lo agarre y fui hasta mi balcón, a sentarme en una reposera pequeña que tenia para mirar el horizonte, era una parte de la ciudad céntrica, pero al ser un piso alto tenia una vista bastante despejada. “y todo esto lo pago cogiendo”— me dije a mi misma no creyendo que fuera posible — cuando me quise dar cuenta una vecina me veía a través de su propio balcón
—Ehem —tosió a propósito intentando llamar mi atención — Ehem — lo hizo una segunda vez con mas pronunciación.
Me pare y la miraba sonriendo
—¿Hola quetal? — la salude y le pregunte, supuse que estaba dentro de mi misma edad,algunos años mas o algunos menos.
—Hola, todo muy bien, ¿y vos? — me dijo.
—Un poco cansada — le respondí.
—¿Sos puta?—me dijo de repente, mis ojos se inflaron como platos.
—¿A que viene esa pregunta? — intente guardar la calma y no enojarme enseguida.
—Y... los gemidos fuertes incesantes, tus diferentes visitas prácticamente todos los días o día por medio, nadie se repitió hasta ahora — me dijo calma — además de que estas en pelotas en pleno día en el balcón para que cualquiera te mire.
—Uy la puta madre — me insulte a mi misma y me senté en la reposera para que no me siguiera viendo.
—No son las primeras tetas que veo en mi vida y seguramente no van a ser las ultimas, y no es de mi incumbencia lo que haces en tu depto, esta todo bien — me dijo riendo.
—Emm.. soy Escort — me levante sin taparme y se lo comente mirándola a los ojos
—Ah, con razón — se volvió a reír — no te hagas drama, yo te escucho, pero abajo no van a escuchar nada, y arriba solo hay terraza, tu secreto esta a salvo.
—Uh..Perdonáme— le dije avergonzada.
—Esta todo bien, cada tanto me das la razón perfecta para dejar de estudiar y descansar un rato — me dijo sonriendo — por cierto, lindas tetas — hacia el comentario mientras me las miraba.
—Gracias—sonreí.
—Bueno tengo que seguir estudiando, un gusto... — lo decía como intentando descifrar mi nombre-
—Sofía — la interrumpí mirándola.
—Un gusto —me miro y volvió a sonreír — yo soy delfina.
—El gusto es mío delfi, y suerte con el estudio — le dije.
Con esto me fui adentro de mi departamento, me moría de vergüenza, pero no podía hacer nada. Vi el reloj y faltaba una hora para que venga pablo. Lo mejor iba a ser que siga actuando como lo venia haciendo, me di la ducha de rutina, procurando limpiar mi cuerpo entero y salí, prendí una incienso con aroma a vainillas y me secaba. Me percate de que ya venia siendo hora de que me depilara, quizás después de estar con pablo lo haga. Tome la ropa que me había indicado el hombre y me vestí. Las medias eran bastante ajustadas, al igual que el portaligas, las enganche a este ultimo y me puse los zapatos, rojos con un pronunciado tacón.Agarre de mi pequeño bolso de lápiz labial rojo y me lo aplique. Decidí hacerme una cola de caballo, quizás a el le gustaba, y si no fuera así seria fácil quitármela. Una vez vestida lo espere recostada en el sillón. Faltaban diez minutos, cerré los ojos y despeje mi mente.
Me despertó el timbre, abrí mis ojos y ya era la hora, fui al portero eléctrico y levante el teléfono.
—¿Pablo? —pregunte.
—Si soy yo,¿Sofía? Abrime — me dijo y se acomodo el pantalón, en la zona de la entrepierna. Era un hombre joven, unos 30, estaba en traje y corbata con un maletín.
Le abrí ylo espere, minutos después estaba tocando mi puerta, me asegure que fuera el por la mirilla y abrí la puerta.
—Apa — dijoél, relojeandome el cuerpo entero.
—Veni pasa— le dije y lo hizo, dejo su maletín en uno de mis sillones y me paso una de sus manos por mi cola, y la apretó
—Quiero una hora — dijo, abrió el maletín y saco un fajo de billetes.
—¿Puedo pedirte que me entregues tu celular? — le dije tomando el dinero, me lo dio y lo lleve a la caja, y guarde el dinero.
—Veni,sentate en el sillón — me lo dijo mientras se aflojaba la camisa, abría el pantalón y en un solo movimiento bajaba su bóxer y pajeaba.
Su pija ya tenia un considerable tamaño. Me senté donde me indico, mis labios quedaban muy cerca de su pija. Lo mire y el se seguía pajeando. Tome iniciativa y agarre esa pija con mi mano derecha, seguía la masturbación y lo mire, estaba gimiendo con los ojos cerrados mirando al techo.
—mmm si así dale — me decía entre gemidos.
No pare y comenzaba a tomar cada vez mas tamaño, él me tomo de las tetas, apretándome los pezones y estirándolos, yo gemí fuerte intentando no parar de masturbarlo. Sin avisarme nada empujo su pija hacia mi boca. Al estar desprevenida entro y golpee mi mano con mis labios, a el le provoco un gemido fuerte. Ahora me tomaba del pelo y comenzaba a cogerme la boca, puse mis manos a cada lado de su cintura y lo deje hacer. Parecía un hombre que sabia lo que quería. Siguió así varios minutos sin quitar la pija de mi boca, ya la saliva acumulada era substancial, intente lubricársela lo mas que pude.
—Ponete contra la mesa, manos y tetas apoyadas con piernas bien abiertas — me ordeno.
Lo hice mientras él me seguía de cerca. Estando en esa posición tomo varios de sus dedos, los chupo y me comenzó a frotar toda la extensión de mi concha, me abría los labios y los metía dentro, mientras que su pija se frotaba libremente en mi cola. Lo hizo así por varios minutos. Yo ya estaba bastante caliente y bien lubricada, en ese momento el se sujeta la pija y me la mete sin reparos,provocándome un gran gemido, intentaba acomodar mis interiores a su tamaño, deno haber estado lubricada estaría quejándome de algún dolor. Me comenzó a coger dándome estocadas fuertes y pausadas, mientras no dejaba de frotarme la concha,haciendo hincapié en el clítoris.
—¿Así te gusta? — me lo decía entre embestidas en el oído.
—Siiiii —grite yo gimiendo.
—Que apretada concha que tenes nena — no dejo de cogerme, agarro mi pierna izquierda desde el gemelo y me la levanto, apoyando la rodilla en la mesa y me daba mas fuerte.
—¡Dios! no pares — grite y debido a la posición me incline mas a la mesa.
Fue un largo tiempo de castigo ejemplar a mi concha, de verla seguramente estuviera colorada y muy mojada, estaba llena de su pija. Me agarro ambas tetas,apretujándolas fuerte, llevando mi cuerpo hacia el suyo, la totalidad de su miembro estaba dentro mio, y al oído me dijo.
—¿La vas arecibir en la cara? — me pregunto.
—Lo que quieras — le dije gimiendo y cerrando los ojos.
Me la quito de dentro mio y me nalgueo fuerte produciéndome un gran gemido. Me dio vuelta yme agarro del pelo.
—Agachate —me dijo sin soltarme el pelo. Y así lo hice, lo mire a los ojos mientras el se pajeaba, lo hacia rápido mientras él gemía.
Cerré los ojos, abrí la boca instintivamente y espere, lo escuchaba gemir mientras yo me masturbaba a mi misma. Gimió muy fuerte y luego sentí como acababa, con su semen aterrizando en mi cara, en parte sobre mi frente, que bajaba hacia mis mejillas, otra parte directamente en mi boca y luego mi cuello. Abrí los ojos y ahí estaba, con la pija quieta respirando fuerte.
—Estas hermosa así — me dijo — no te limpies.
—Esta bien— dije yo mirándolo, detrás de el, en la pared estaba el reloj y ya era momento de terminar.
—Ya es hora— le dije.
Sin que me pudiera responder agarre su pija y se la limpie, la deje reluciente y luego le subí el bóxer junto al pantalón y lo cerré. Lo mire y me levante despacio, fui hacia la caja y agarre su celular, volví con él y se lo devolví. El se acomodo la ropa y tomo su maletín, agarre las llaves y lo acompañe hasta la puerta, cerré y me fui hasta el baño.
Me vi en el espejo y era un desastre, llena de semen por la cara y el cuello. Abrí la canilla juntando agua con mis manos y me lave la cara. Me tomo unos minutos volver a una normalidad notable, volvía a verme al espejo y ya no tenia el fluido de pablo en la cara, ahora solo tenia resquicios del labial que me había puesto para el. Suspire y sonó mi celular...
3 comentarios - Mis experiencias como una mujer escort (VIII)