Mi timidez y las mujeres de mi familia 4
RECOMIENDO LEER LOS ANTERIORES RELATOS:
Mi timidez y las mujeres de mi familia 1
http://www.poringa.net/posts/relatos/3077430/Mi-timidez-y-las-mujeres-de-mi-familia-1.html
Mi timidez y las mujeres de mi familia. (2)
http://www.poringa.net/posts/relatos/3077434/Mi-timidez-y-las-mujeres-de-mi-familia-2.html
Mitimidez y las mujeres de mi familia. (3)
http://www.poringa.net/posts/relatos/3077449/Mi-timidez-y-las-mujeres-de-mi-familia-3.html
Mi timidez y mi responsabilidad guiaron mi juventud, hasta quemi tía y también mi madre me hicieron despertar
Cuando llegué a casa mi madre estaba planchando en la salita, mepreguntó por las reformas que estaba haciendo su hermana, sin dar muchaimportancia le dije que pretendía cambiar un poco el ambiente reubicando losmuebles y alguna cosa más, me senté cerca de mi madre viendo el televisor sinmucho interés, la veía planchar con esmero mi ropa y la suya, las sabanas ydemás ropa, sobre la mesa un montón de prendas esperaban para ordenar.
- Manu me podríasayudar? Puedes ir plegando la ropa para guardarla
- Claro mamá.
Me puse a plegar mi ropa, calcetines, calzoncillos, camisas,etc, no era la primera vez que le ayudaba y no se me daba mal.
Cuando hube acabado mi madre me acercó la suya, las camisas, lasfaldas, suéter era fácil, cuando llegué a la ropa interior mi madre me mirabade reojo, las bragas normales las plegué sin problemas, pero cuando llegué aunas de licra muy escuetas las extendí como imaginándolas puestas, mi madresonreía disimuladamente, con los sujetadores pasó igual los que ya conocía notuvieron efecto pero con el blanco de blonda me entretuve más de la cuenta, lorellené con mis manos incluso comprobé la transparencia, mi madre sin mirarmeme dijo suavemente…
- Qué te parece elregalo de tu tía? No me lo esperaba, a mi me encanta y a ti?
- Si quieres la verdadte diré que el sujetador es precioso, pero… tú lo haces mucho más sexi.
Mi madre dejó la plancha de golpe, no esperaba tanta sinceridad,después se repuso e intento quitarle importancia…
- Que galante eres nohace falta que me adules, sé que no tengo buen tipo, no tengo ni tetas ni culoni piernas ni nada…
- Mamá no digas eso,eres mi madre y no debería decir esto, pero me parece que tienes todo lo que unhombre puede desear, tus tetas no son grandes, pero son o deben ser muysensibles, tus piernas están muy bien y de culo no está mal pequeño peroredondito.
- Ja ja ja, noexageres, vaya par de tetas más ridículas, no sé como dices eso, sensibles,nada de eso.
- Yo no exagero,tus tetas no son ridículas, las tienes duras y los pezones salen comodisparados negros y ásperos, vaya, ya lo he dicho! Oh! perdón mamá, no sé cómose me ha escapado.
- Que imaginacióntienes, de sensibles nada y los pezones ya no sirven para nada.
- Pues yo los hetenido en mis manos y estaban duros y los pezones parecen de piedra, paracomérselos.
- No te creo, de todasformas gracias, me gusta que me veas sexi.
- El otro día estabanmuy sexi, te hubiese comido toda, es una pena que no te cuides y e arreglesmás.
- Mmm sabes decircosas muy bonitas, y empiezo a creer que tienes algo de razón, se me estánponiendo los pezones duros.
- Por favor mamá, nome digas esto, ya no soy un bebe.
- Ya lo sé Manu, no mehabía dado cuenta hasta el otro día que me regalaste el perfume, primero por eldetalle, después por la forma de abrazarme por detrás, luego por cómo meabarcabas las tetas con tus manos y como me besaste el cuello y por último comome incrustaste la polla entre mi culo, por cierto la tienes muy grande y muydura.
- Perdona mamá, nopude controlarme, te sentí tan cercana y el olor de tu piel y el calor de tucuerpo me hicieron desatarme.
- No pasa nada, tecomprendo, tienes una edad ideal para descubrir cosas y si quieres saber unsecreto a mí me gustó mucho, me hizo sentirme viva otra vez al notar tu pollapegada a mí.
- Gracias mamá me hesentido muy mal estos días, no me atrevía a mirarte otra vez a la cara.
- Pues puedes estar tranquilo,ya he notado que mientras mirabas mi sujetador la polla se te ponía dura y aúnno se te ha bajado, si quieres hacemos un trato, de ahora en adelante no nostendremos reparos y además de madre e hijo seremos amigos, que te parece?
- Mamá solo te puedodecir que además de la mejor madre eres una mujer especial, te quiero.
- Pues vamos a sellarel pacto.
Mi madre desenchufó la plancha y se acercó a mí, sentado comoestaba se puso de pie frente a mi entre mis piernas, se desabrocho la camisaque llevaba y se soltó el cierre del sujetador por la espalda, bajándose lostirantes sostuvo con las manos las copas que cubrían sus tetas, con unmovimiento rápido se lo quitó dejándolas frente a mis ojos, con las manos meatrajo la cabeza hacia ella y me dijo suavemente…
- Cómeme las tetas,haz con mis pezones los que desees.
Me abalance con la boca abierta sobre ellas, me llevé la gransorpresa de que al estar de pié las tetas abultaban mucho más y formaban elansiado canalillo, aspiré con toda mi boca y la llené de teta suave y dura, elpezón rozaba mi paladar, miraba hacia arriba y veía la cara de mi madre,cerraba los ojos y se mordía los labios entre suspiros, cuando ya no podíarespirar y había llenado de saliva el pecho de mi madre estaba lleno demoratones, ella se arrodilló y me soltó el cinturón, me empujó contra el respaldode la silla y me bajo los pantalones hasta el suelo, me los quitó y los plegóen otra silla, mi polla después de la visita a Ana no estaba de la mejor formapero ella se la metió en la boca igual, estaba blanda pero a fuerza delametones y chupadas fue cogiendo dureza hasta que estuvo a su gusto, como unabarra de hierro…
- Este es mi niño,dijo.
Lamio el glande y fue metiéndose la polla hasta que le dieronarcadas, miré y no se veía más que mis huevos fuera, estuvo chupando con unapaciencia bíblica, con el glande entre los labios y agitando con las manos eltronco hizo que por fin me corriera, no paró hasta que se aseguró de queestaban mis huevos vacios, luego me enseño la boca llena de leche y se latragó, se levantó y me dio un beso en la boca.
Desde entonces la rutina de mi casa cambió bastante, yo fuiabandonando la costumbre de estar en mi habitación casi todo el tiempo, ya nojugaba tanto con la consola, seguía estudiando con la misma dedicación queantes, pero ahora gozaba de largas sobremesas con mi madre, descubrí que erauna gran conversadora, me gustaba estar con ella, me contaba cosas interesantesy yo procuraba aprender de ella, curiosamente no volvimos a hablar de nuestropacto y la forma en que lo sellamos, pero el concepto de parentesco se fuediluyendo un poco y gano el de amistad, muchas noches nos sentábamos en el sofáde la salita donde estaba la televisión, si el programa era interesante loseguíamos y lo comentábamos, ya no estábamos aislados cada uno en un sillón,ahora compartíamos el sofá, muchas veces cogidos por el cuello y recostados unocontra el otro, siempre encontrábamos un tema para pasarnos horas conversando yriendo.
Nunca lo pensé, pero no nos extrañó que la cercanía de nuestroscuerpos tuviera nada de reprochable, muchas veces mi madre se tumbaba a mi ladoy apoyaba su cabeza en mi muslo, me hablaba mirándome desde bajo, nos reíamoscon nuestras ocurrencias y sin pensarlo ni dando importancia me cogía mi mano yse la llevaba al estomago, yo la mantenía notando la cercanía y el calor de supiel, la movía sin prestar atención, a veces tan cerca de las tetas de mi madreque notaba la suavidad de su piel y el leve promontorio que había bajo elsujetador.
En alguna ocasión y por motivo de que le molestaban los aros dela prenda se lo quitaba, entonces más de una vez pasaba la mano sobre una deellas incluso era mi madre quien me la dejaba sobre un pezón, yodescuidadamente lo cogía con dos dedos y los masajeaba suavemente sin pudor.
Si por algún motivo se ponían duros y ásperos mi pollainstintivamente se ponía tiesa y no era raro que al estar pegada a su cabeza lerozara incluso le golpeara con sus palpitaciones, ella simplemente pasaba lamano sobre su cabeza, me la cogía y me decía…
- Algún día me vas ahacer un chichón.
Luego cuando era ya tarde me daba un besito en el tronco y medespedía…
- Ya es muy tarde,mañana hay que madrugar.
Este nuevo ambiente me hacía sentirme como el hombre de la casa,ya había dejado de ser el niño de golpe y me gustaba.
CONTINUARA
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Mi timidez y mi responsabilidad guiaron mi juventud, hasta quemi tía y también mi madre me hicieron despertar
Cuando llegué a casa mi madre estaba planchando en la salita, mepreguntó por las reformas que estaba haciendo su hermana, sin dar muchaimportancia le dije que pretendía cambiar un poco el ambiente reubicando losmuebles y alguna cosa más, me senté cerca de mi madre viendo el televisor sinmucho interés, la veía planchar con esmero mi ropa y la suya, las sabanas ydemás ropa, sobre la mesa un montón de prendas esperaban para ordenar.
- Manu me podríasayudar? Puedes ir plegando la ropa para guardarla
- Claro mamá.
Me puse a plegar mi ropa, calcetines, calzoncillos, camisas,etc, no era la primera vez que le ayudaba y no se me daba mal.
Cuando hube acabado mi madre me acercó la suya, las camisas, lasfaldas, suéter era fácil, cuando llegué a la ropa interior mi madre me mirabade reojo, las bragas normales las plegué sin problemas, pero cuando llegué aunas de licra muy escuetas las extendí como imaginándolas puestas, mi madresonreía disimuladamente, con los sujetadores pasó igual los que ya conocía notuvieron efecto pero con el blanco de blonda me entretuve más de la cuenta, lorellené con mis manos incluso comprobé la transparencia, mi madre sin mirarmeme dijo suavemente…
- Qué te parece elregalo de tu tía? No me lo esperaba, a mi me encanta y a ti?
- Si quieres la verdadte diré que el sujetador es precioso, pero… tú lo haces mucho más sexi.
Mi madre dejó la plancha de golpe, no esperaba tanta sinceridad,después se repuso e intento quitarle importancia…
- Que galante eres nohace falta que me adules, sé que no tengo buen tipo, no tengo ni tetas ni culoni piernas ni nada…
- Mamá no digas eso,eres mi madre y no debería decir esto, pero me parece que tienes todo lo que unhombre puede desear, tus tetas no son grandes, pero son o deben ser muysensibles, tus piernas están muy bien y de culo no está mal pequeño peroredondito.
- Ja ja ja, noexageres, vaya par de tetas más ridículas, no sé como dices eso, sensibles,nada de eso.
- Yo no exagero,tus tetas no son ridículas, las tienes duras y los pezones salen comodisparados negros y ásperos, vaya, ya lo he dicho! Oh! perdón mamá, no sé cómose me ha escapado.
- Que imaginacióntienes, de sensibles nada y los pezones ya no sirven para nada.
- Pues yo los hetenido en mis manos y estaban duros y los pezones parecen de piedra, paracomérselos.
- No te creo, de todasformas gracias, me gusta que me veas sexi.
- El otro día estabanmuy sexi, te hubiese comido toda, es una pena que no te cuides y e arreglesmás.
- Mmm sabes decircosas muy bonitas, y empiezo a creer que tienes algo de razón, se me estánponiendo los pezones duros.
- Por favor mamá, nome digas esto, ya no soy un bebe.
- Ya lo sé Manu, no mehabía dado cuenta hasta el otro día que me regalaste el perfume, primero por eldetalle, después por la forma de abrazarme por detrás, luego por cómo meabarcabas las tetas con tus manos y como me besaste el cuello y por último comome incrustaste la polla entre mi culo, por cierto la tienes muy grande y muydura.
- Perdona mamá, nopude controlarme, te sentí tan cercana y el olor de tu piel y el calor de tucuerpo me hicieron desatarme.
- No pasa nada, tecomprendo, tienes una edad ideal para descubrir cosas y si quieres saber unsecreto a mí me gustó mucho, me hizo sentirme viva otra vez al notar tu pollapegada a mí.
- Gracias mamá me hesentido muy mal estos días, no me atrevía a mirarte otra vez a la cara.
- Pues puedes estar tranquilo,ya he notado que mientras mirabas mi sujetador la polla se te ponía dura y aúnno se te ha bajado, si quieres hacemos un trato, de ahora en adelante no nostendremos reparos y además de madre e hijo seremos amigos, que te parece?
- Mamá solo te puedodecir que además de la mejor madre eres una mujer especial, te quiero.
- Pues vamos a sellarel pacto.
Mi madre desenchufó la plancha y se acercó a mí, sentado comoestaba se puso de pie frente a mi entre mis piernas, se desabrocho la camisaque llevaba y se soltó el cierre del sujetador por la espalda, bajándose lostirantes sostuvo con las manos las copas que cubrían sus tetas, con unmovimiento rápido se lo quitó dejándolas frente a mis ojos, con las manos meatrajo la cabeza hacia ella y me dijo suavemente…
- Cómeme las tetas,haz con mis pezones los que desees.
Me abalance con la boca abierta sobre ellas, me llevé la gransorpresa de que al estar de pié las tetas abultaban mucho más y formaban elansiado canalillo, aspiré con toda mi boca y la llené de teta suave y dura, elpezón rozaba mi paladar, miraba hacia arriba y veía la cara de mi madre,cerraba los ojos y se mordía los labios entre suspiros, cuando ya no podíarespirar y había llenado de saliva el pecho de mi madre estaba lleno demoratones, ella se arrodilló y me soltó el cinturón, me empujó contra el respaldode la silla y me bajo los pantalones hasta el suelo, me los quitó y los plegóen otra silla, mi polla después de la visita a Ana no estaba de la mejor formapero ella se la metió en la boca igual, estaba blanda pero a fuerza delametones y chupadas fue cogiendo dureza hasta que estuvo a su gusto, como unabarra de hierro…
- Este es mi niño,dijo.
Lamio el glande y fue metiéndose la polla hasta que le dieronarcadas, miré y no se veía más que mis huevos fuera, estuvo chupando con unapaciencia bíblica, con el glande entre los labios y agitando con las manos eltronco hizo que por fin me corriera, no paró hasta que se aseguró de queestaban mis huevos vacios, luego me enseño la boca llena de leche y se latragó, se levantó y me dio un beso en la boca.
Desde entonces la rutina de mi casa cambió bastante, yo fuiabandonando la costumbre de estar en mi habitación casi todo el tiempo, ya nojugaba tanto con la consola, seguía estudiando con la misma dedicación queantes, pero ahora gozaba de largas sobremesas con mi madre, descubrí que erauna gran conversadora, me gustaba estar con ella, me contaba cosas interesantesy yo procuraba aprender de ella, curiosamente no volvimos a hablar de nuestropacto y la forma en que lo sellamos, pero el concepto de parentesco se fuediluyendo un poco y gano el de amistad, muchas noches nos sentábamos en el sofáde la salita donde estaba la televisión, si el programa era interesante loseguíamos y lo comentábamos, ya no estábamos aislados cada uno en un sillón,ahora compartíamos el sofá, muchas veces cogidos por el cuello y recostados unocontra el otro, siempre encontrábamos un tema para pasarnos horas conversando yriendo.
Nunca lo pensé, pero no nos extrañó que la cercanía de nuestroscuerpos tuviera nada de reprochable, muchas veces mi madre se tumbaba a mi ladoy apoyaba su cabeza en mi muslo, me hablaba mirándome desde bajo, nos reíamoscon nuestras ocurrencias y sin pensarlo ni dando importancia me cogía mi mano yse la llevaba al estomago, yo la mantenía notando la cercanía y el calor de supiel, la movía sin prestar atención, a veces tan cerca de las tetas de mi madreque notaba la suavidad de su piel y el leve promontorio que había bajo elsujetador.
En alguna ocasión y por motivo de que le molestaban los aros dela prenda se lo quitaba, entonces más de una vez pasaba la mano sobre una deellas incluso era mi madre quien me la dejaba sobre un pezón, yodescuidadamente lo cogía con dos dedos y los masajeaba suavemente sin pudor.
Si por algún motivo se ponían duros y ásperos mi pollainstintivamente se ponía tiesa y no era raro que al estar pegada a su cabeza lerozara incluso le golpeara con sus palpitaciones, ella simplemente pasaba lamano sobre su cabeza, me la cogía y me decía…
- Algún día me vas ahacer un chichón.
Luego cuando era ya tarde me daba un besito en el tronco y medespedía…
- Ya es muy tarde,mañana hay que madrugar.
Este nuevo ambiente me hacía sentirme como el hombre de la casa,ya había dejado de ser el niño de golpe y me gustaba.
CONTINUARA
2 comentarios - Mi timidez y las mujeres de mi familia 4
Buen relato, van ocho puntos