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Tiene pinta de machote

Hola comunidad de Poringa. Espero disfruten este relato. Es un poco de lectura caliente para pasar el rato. Un abrazo... (Un verso sin esfuerzo).






Tiene pinta de machote


Mi mejor amiga, Lina, dice que los hombres son las criaturas menos conscientes de la naturaleza. No se dan cuenta de lo que les rodea. Les hace falta una pizca de razón, de astucia y de paciencia. Pero Lina es muy consciente de que, lo que dice, es cháchara de chica decepcionada.

Lina sabe de mis preferencias sexuales. Desde pequeños jugamos con muñecas, con carros o con un balón de fútbol. Nunca me cuestionó o me insultó por ser como soy. Para ella soy su “sisbrother”. En el colegio me apoyó mucho. Todos mis compañeros de clases llegaron a quererme  como soy, incluso mis padres, desde que era un niño, me apoyaron.

Hoy, después de un largo tiempo, Lina vino a visitarme. Le sirvo vino tinto añejado por 30 años en una copa de cristal. Nos ponemos al día en los chismes. Reímos y recordamos los viejos tiempos del cole. Se me ocurre sacar el álbum de fotos que tanto protejo. Lina me queda mirando desconfiada.
- ¿No me digas que todavía guardas ese vejestorio? Actualízate. Hoy usamos smart phones - Dice Lina en tono burlón.
- Ya sabes loca. Soy anticuado hasta en la cama. Sólo una vez rompí la regla de tres ¿Sabes a lo que me refiero? - Indiqué bromenado y ambos reímos recordando ese hecho que nos puso patas arriba (literalmente).

humor

Eran inicios de año. Estudiantes y profesores regresaban de sus vacaciones con pereza. Lina y yo cursamos el mismo año en la misma aula. Éramos cómplices para lograr esos arreglos, pues teníamos que salirnos con la nuestra. Todo el mundo conocía nuestro pacto, hasta nos llamaban siameses porque casi nunca nos separamos. Nos cogimos de la mano y entramos al mismo tiempo al plantel, era nuestro rito para traer buena suerte.
- ¿Ese no es Esteban? ¿Qué mierda hace besando a esa mocosa? - Pregunté furioso. Estaban era el novio de Lina que acabamos de ver besando a otra chica. Lina me soltó violenta la mano y se acercó echando humo hasta esos dos traicioneros. No pude detenerla.
- ¡Linda escena pedazo de estúpido! - Gritó Lina mientras agarró de los hombros a Esteban. El muchacho se quedó colorado por la impresión, todo el sector se paralizó por el escándalo. Los estudiantes miraron atónitos una escena de telenovela.
- ¿Lina, no estabas enferma…? - Preguntó sinvergüenza el colegial, pero mi hermana del alma no dejó que terminara la pregunta y estrelló su mano derecha contra su cachete haciendo que este traidor diera un giro antes de caer al piso. Los presentes soltaron al unísono un “ouch”, pues el sonido fue tan fuerte que más espectadores se unieron a la paliza. Corrí a sujetarla para evitar que se lance sobre Esteban. De no haberlo hecho, mínimo dos costillas rotas. La sujeté con fuerza y la llevé a un lugar más tranquilo. La pobre lloraba desconsolada, pero no por su despecho, sino porque no permití que le rompiera los huesos.
- Ya mi linda, ya. Algún día recibirá su merecido - Dije consolando a Lina. Ella se secó las lágrimas y agregó.
- Tienes razón, no vale la pena.

sexo

Pasaron los meses y Lina no se recuperaba del todo. Al parecer sí le dolió más de lo que estimé. Cada vez que veía a Esteban su temple cambiaba para mal. Es que ese muchacho se estaba convirtiendo en un cáncer para nuestra felicidad y cada vez tenía que inventar frases más ingeniosas para consolar a Lina o simplemente contarle sobre algo interesante. Me dolía verla así.
- El profesor de educación física está como para chuparse los dedos - Comenté a Lina. Ella sonrió murmurando que ha visto mejores. Yo, por mi parte, insistí en que me gustaba ese profesor, cosa que era a medias cierto, la intención fue calmar la tristeza de mi querida amiga.
- No me importaría perder la virginidad con semejante macho. De solo imaginarme lamerle sus hinchadas bolas pierdo la noción del tiempo - Dije curioso.
- ¿De verdad piensas que al profe de educa le gustaría hacerlo contigo? No sé, parece varonil - Preguntó intrigada.
- No pierdo nada con intentarlo - Respondí seguro. Y de ahí nació una inocente apuesta. No habría ganador ni perdedor, solo las ganas de sacarnos la duda.

relato

Por fin logré que Lina olvide a Esteban. Nuestra felicidad creció, pero a un precio poco convencional. Estaba dispuesto a que ese gigante hermoso me reviente el culo a vergazos por ver que mi amiga olvide el doloroso pasado. Así ideamos un plan que se llevaría a cabo por un tiempo corto. Un mes sería suficiente para saber si el profesor de educación física estaba dispuesto a romperme el ano en dos. El plan consistía en darle presentes al profesor (a escondidas desde luego), para llamar su atención. La segunda fase consistía en insinuarle cosas, como: si tiene novia, hijos, esposa, con quién vive, gustos, aficiones, etc. La tercera etapa serían los halagos. Yo debía ser más atrevido y decirle cosas como: me gustan sus músculos, su trasero está muy firme o mirar directo su ardiente bulto. Por último, la parte más difícil, proponerle sexo duro.

gay

El día en que comenzaría el plan llegó. Yo estaba nervioso, pero Lina me daba ánimos y me decía que la recompensa será grande.
- Por supuesto que será grande. Ese paquete se disfruta a leguas de distancia - Le decía bromeando. Lina mientras tanto, llevó una funda con golosinas para una semana. Cada día le obsequiaría una al profesor. Era el momento, me acerqué despacio, estaba solo.
- Buenas profe. Quería regalarle este chocolate, ya sabe, por su gran esfuerzo como docente - Dije adulador.
- Oh gracias señor González. Lo guardaré para el almuerzo - Dijo alegre el profesor. Subió las gradas hasta el segundo piso mientras sus nalgas se frotaban una con otra provocando que su pantalón cediera y dejara a la vista el elástico de su ropa interior de color rojo.
- ¿Qué te dijo? Preguntó curiosa Lina.
- Solo dijo “gracias” y que lo iba a guardar para el almuerzo - Respondí inquieto.
- Ok, mañana será un chupete de manzana - Dijo Lina mientras rebuscaba en la funda de plástico.

Profesor

La semana pasó sin más detalles. Una a una las golosinas llegaron a las manos del sexi profesor. Llegó el lunes y con él la segunda etapa.
- No olvides lo que tienes que preguntar - Aconsejó Lina. La oportunidad se presentó en el recreo. El profesor de educación física se encontraba sólo en su oficina.
- Buenas profe ¿Me permite pasar? - Pregunté miedoso.
- Claro señor González. Entre - Dijo la estampa de Hércules. Yo no sabía cómo iniciar la conversación, así que usé de pretexto mis bajas calificaciones.
- Quería comentarle sobre mis notas. Están muy bajas ¿Hay alguna forma de aumentar mi promedio? - Pregunté.
- Unas golosinas no serán suficientes señor González. Debe esforzarse más y hacer lo que le pida en clases - Explicó el maestro mientras se sacaba la camiseta para colgarse de una barra lateral y hacer dominadas frontales mientras escuchaba y hablaba.
- Tengo miedo al salto de garrocha ¿Y si me caigo y me rompo el cuello? - Indiqué. El profesor seguía con su rutina de ejercicios. Sus músculos pectorales, biceps, triceps y demás, iluminaron de deseo mis ojos.
- Nada de eso va a pasar si cree en usted mismo. Además su cuerpo es ideal para ese tipo de ejercicios - Comentó el profesor.
- Yo sí creo en mi mismo, pero mis padres no - Mentí mientras agachaba la cabeza. El profesor se detuvo y tomó una toalla para limpiarse el sudor. Se sentó en su escritorio y prosiguió.
- No diga eso señor González. Seguro que sus padre lo quieren muchísimo - Aseguró.
- Casi nunca los veo. No sé qué se siente estar rodeado de una familia cariñosa ¿Usted vive con sus padres? - Pregunté para dar comienzo a la etapa número dos. El profesor contestó enseguida que sí, que vive con ellos porque así lo desea.

En los días siguientes aprendí mucho de él. Poco a poco me fui acercando y él se abría a contarme casi todo de su vida. Me enteré que es un sujeto reservado con una relación terminada hace poco. Cree en el amor a primera vista. Le gusta el rock y el rap. Muy a menudo cocina en su casa para sus padres. Le encanta pasear y conocer nuevos sitios. Es amante de los animales y las plantas, en definitiva, todo “cute”.

Amor

Lina quedó sorprendida por la información que yo pude adquirir. Ella decía que no muy a menudo se conocen hombres así. Desde luego, yo estaba enamorado como un muchacho atolondrado, pero el plan debía seguir.

De nuevo llegó otro lunes. La tercera etapa daría inicio. Estaba nervioso. El profesor se encontraba comprando una manzana en el bar. Me acerqué y con cuidado le mencioné lo bonita que le queda la camiseta. Él agradeció con una sonrisa y yo estaba colorado como un tomate. Lina se me acercó para apagarme el fuego de la vergüenza. No sabía cómo iba a reaccionar el profesor ante esos piropos. Sin embargo, seguí campante con el plan. Los siguientes días serían cada vez más intensos, con halagos cada vez más atrevidos. El viernes consistía en decirle que está muy guapo y miraría su bulto con interés. Lina me subió el ego, frotó sobre mi cuello un perfume de fragancia exquisita, me dio otra golosina y me encaminó a la tarea de seducir al profesor gracias a mi coartada de las malas calificaciones, mismas que subieron como por arte de magia. Él se encontraba sentado en su oficina, estaba calificando las pruebas escritas.
- Hola profe. Le traigo un pequeño detalle para agradecerle por sus consejos. Gracias a ellos he subido las notas en su materia - Dije. El profesor inició nuevamente su rutina de ejercicios bajo la barra de metal horizontal.
- Gracias señor Gonzáles, pero el crédito es solamente suyo, lo único que hice fue guiarle - Dijo el seductor maestro.
- Por eso. Y porque hoy está más guapo que ayer ¡Ups! - Dije tapando mi boca. El maestro dejó sus ejercicios a un lado y se quedó parado mirándome con recelo.

- Ok… Pero los halagos ya no son necesarios. Tus notas han mejorado - Aclaró el docente.
- No quiero que piense mal, pero usted me gusta mucho ¿Es que no se da cuenta que su sola presencia hace vibrar a más de un corazón? - Pregunté con tono dulce.
- La verdad no sé qué decir. Yo te respeto como eres y no te veo más allá que mi alumno - Respondió serio el profesor.
- Tranquilo profesor, no quería importunar con un capricho de niño malcriado - Dije actuando un sollozo. Salí de inmediato esperando que el hacerme la víctima dé resultado. Lina me esperaba tras las aulas del preescolar.
- Cuéntame ¿Qué pasó? - Preguntó intrigada.
- Me pasé a una etapa antes de tiempo. Le conté al profesor sobre mis sentimientos - Dije asustado.

- ¿Te pasaste… qué? ¡Maldición! Hay que esperar unos días. Así tendremos respuestas - Dijo preocupada Lina. Pero yo me rendí ante el llanto. Sin querer salí lastimado por un juego absurdo, un juego del que realmente soy la víctima. Lina se percató de eso y me abrazó con fuerza. Me pidió perdón por seguirme el juego.
- Al menos logré que olvidaras al patán de Esteban - Dije con lágrimas en los ojos y una sonrisa pobre.
- No digas eso que me harás llorar a mi también - Me consolaba y siguió - No te preocupes. Ya llegará alguien que verdaderamente te corresponda ¿Qué importa sino es hoy o mañana? Lo que importa es que estamos juntos y siempre nos vamos a apoyar - Dijo elocuente mi amada amiga. Comenzó a caer la lluvia, nos miramos fijamente y un beso acalorado nació de esa amistad. Las gotas de lluvia caían por sus cabellos. Estábamos empapados, pero el tiempo se detuvo mientras nos besamos con locura. Nadie nos veía. Nadie nos podía ver. En esas circunstancias somos nosotros los que creamos el mundo, la realidad que traemos de vuelta. Nuestras ropas caían al piso dejando nuestros cuerpos listos para el ardor de la carne. Ella probó de mi sexo con su boca y yo el suyo con mi lengua. Ambos drogados por las delicias de una primera vez, ambos entregando el verdadero amor a la persona correcta, pero a la vez incorrecta, porque mis sentimientos y preferencias podían atravesar esa frágil barrera de amor verdadero hacia una amiga del alma. No obstante, consumamos el acto antes de que la campana que anuncia el fin del recreo suene. Me sentía raro. Los hombres me gustaban, pero al mismo tiempo ella también. Pensaba en el profesor que me rechazó para luego cuestionarme sobre las posibilidades que tendría con un hombre así. Lina se vistió, yo después de ella. Aún quedaban cinco minutos de recreo. La lluvia había cesado.
- ¿Qué nos pasó? - Pregunté.
- La verdad debo confesarte algo - Dijo Lina. Yo presté atención y siguió - Después de lo de Esteban, tú me brindaste apoyo moral, espiritual y emocional. Cuando nadie más estaba ahí para ayudarme, tú me tomaste entre tus brazos para consolarme. Hiciste que me olvidara de Esteban, pero al mismo tiempo te estabas metiendo en mi corazón. Cuando hicimos esa apuesta o reto del profesor, ya empezaba a sentir algo por ti, pero estaba confundida. Tú no te dabas cuenta. Sin embargo, cada día tus ojos se iluminaban más ante la presencia del profe, así que decidí encerrar ese sentimiento por el bien de los dos. Dejaría que entregaras tu cuerpo al hombre que has elegido, sellando con eso mi verdadero sentimiento hacia ti. Sabía que lo nuestro no podría ser. Pero aquí estamos, juguetes del destino - Lina agachó la cabeza para derramar las lágrimas que se acumulaban en medio de su discurso. Me quedé pensativo. Yo estaba en shock, pues nada cambiaría nada. Yo soy como soy - pensaba.
- Lina, si hay una mujer con la quisiera pasar el resto de mi vida esa eres tú. Pero entiende que mis gustos son otros. No quiero hacerte daño a ti ni a la familia que podríamos llegar a tener - Abracé a Lina y juntos lloramos hasta que la campana sonó.

pasion

Nuestra amistad se opacó con el tiempo, pero no fue nada que no se resolviera con nuestras locuras. Un día, me encontraba solo sentado sobre el césped del jardín, cuando sentí una mano tocarme el hombro izquierdo, era Lina que me traía una noticia picante.
- ¿Sabes quién no aparta la mirada de ti? Sobre todo hoy que dejas al aire libre tu ropa interior - Preguntó traviesa Lina.
- ¿Quién puede ser? - Pregunté.
- Mira - Me dijo Lina. Volteé la mirada y ahí estaba el profesor, mirándome desde el otro lado. Emocionado quité la mirada y unas risitas cómplices salieron de Lina y de mi. No cabía duda, de alguna forma le interesé al profesor. Lina me dijo que esa era una muy buena oportunidad, que no la pierda. Así lo hice. Cauteloso, día tras día, me acerqué a ese adonis.
- Contigo sé que es verdad y no corro ningún riesgo - Dijo el profesor.
- Es lo que he tratado de decirle profesor - Indiqué dominante. Fue entonces que acordamos salir un fin de semana a pasear.

amistad

El profesor me llevó a una caminata por el bosque. Veíamos aves de todo tipo, mariposas, reptiles y anfibios. Cerca pasaba un río donde los venados acudían para beber agua. El musculoso hombre me enseñó muchas cosas bellas de la naturaleza y de vez en cuando aprovechaba para abrazarme, hasta me subió a sus hombros para alcanzar una fruta del árbol. Llegamos hasta una cabaña que él había rentado. Me invitó a pasar. Sacó las provisiones de su mochila y comenzó a cocinar una rica cena. Me platicó más cosas sobre su vida. Me sirvió un poco de vino y brindamos por nosotros. El ansioso hombre se lanzó hasta mis labios para besarlos con desesperación. Me decía que yo era su niño, su bebé, que siempre estará ahí para protegerme, que estaba loco por mi. Se desnudó por completo y dejó escapar su depredador. Estaba hinchado, medía más de 20 centímetros. Pero así me lo comí. El profesor gritaba de placer. Pedía más con cada lamida, suplicaba meter toda la verga dentro de mi boca. Él estaba como loco. Me dio la vuelta y me bañó en lubricante. Lentamente comenzó a meter su musculoso pene en mi ano. Me relajé para dar paso a esa cosa y así evitar el dolor, hasta que por fin entró por completo el tren. Ahí se quedó quieto por un momento. Los embistes comenzaron a tomar fuerza y con ello su deseo de más. Estaba insaciable. Me levanto hasta sus brazos para seguir fornicando de pie, luego me puso patas arriba para ensartar su enorme banana mientras yo apoyaba mis manos sobre el piso. Un gemido violento indicó su derrame de petróleo blanco en mi hoyo. Me alzó sin esfuerzo y me llevó hasta sus brazos para rodearme con sus músculos y jurarme amor. Me sujeté alrededor de su abdomen con mis piernas. Hilachas de semen caían desde mi ano hasta su zona baja. Se tumbó sobre la cama sin soltarme. Nos quedamos dormidos.

drama

- ¡Qué recuerdos! Y pensar que nuestra amistad estuvo a punto de terminar por un roce equivocado - Dice Lina mientras se apresura a contestar un mensaje de texto que le llegó al teléfono.
- Si no hubiera sido por ti, nunca me habría atrevido a dar el primer paso. Mi primer paso - Digo agradecido.
- Mira quien recién se aparece - Reclama Lina. Es Guillermo, que llega de su trabajo quien emocionado abraza a Lina con alegría.
- Tú que no nos visitas ingrata - Gruñe amable Guillermo.
- Pero bueno, quiero escuchar las dos versiones ¿Cómo es que llegaron a convivir tanto tiempo? Ya son… A ver… Ya son como veinte años desde que salimos del colegio y más aún desde que ustedes se enamoraron - Argumenta Lina. Guillermo, el profesor de educa se sienta a mi lado y me regala un cariñoso beso.
- ¡Qué romántico! - Dice Lina. Empecé a contar la otra parte de la historia.

Después de lo de la cabaña nosotros...


Tiene pinta de machote

Pásate por mis otros relatos.

http://www.poringa.net/posts/relatos/3075232/La-laguna-escondida.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/3072141/El-bar-de-la-estrella.html

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