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Maduras Anonimas Cap. 07

MADURAS ANONIMAS
CAPITULO 07



Maduras Anonimas Cap. 07

relatos

Me encontraba desayunando en la cocina antes de marcharme a la escuela cuando mi madre entro por la puerta. Venia de terminar el turno nocturno en el hospital y se veía bastante cansada. Me saludo con un beso como de costumbre, me agradeció hubiera preparado el desayuno y luego se marchó a dormir.
Habían pasado un par de semanas desde aquella noche y aun sentía cierta incomodidad al ver a mi madre, no podía borrar de mi mente aquella imagen de ella masturbándose. La incomodidad se debía principalmente al hecho que no solo me había excitado al verla sino que me había pajeado observándola y lo que era un más, realmente pensé en entrar a aquella noche a su habitación y follarla.
Si bien era cierto que mi madre era una madura como las que me gustaban, antes de nuestra aventura en la playa, nunca había pensado en ella de una manera sexual. Parecía que con cada encuentro poco a poco iba perdiendo el pudor y ya no había casi nada que no me atreviera a hacer o experimentar; ¿pero realmente podría hacer algo tan tabú como el incesto?
Recordé a aquellas hermanas maduras que había follado con Alex la reunión pasada, no tenían el más mínimo problema en follar entre ellas, y se veían realmente felices al hacerlo, además de disfrutarlo al máximo.
Un mensaje me saco de mis pensamientos, era la fecha y hora de la próxima reunión.
Luego de varios meses de realizar mis investigaciones y gracias a la ayuda de Alex, por fin había logrado completar un esquema total de todas las maduras del complejo. Tenía todo lo que había que saber de ellas, edad, estado civil, fetiches, etc.
Un par de días después me reuní con Alex para el encuentro. Esta vez había sido durante el día por lo que tuvimos que escaparnos de clases para poder asistir. Luego del discurso de rigor pasamos a tomar nuestro número, nos quedamos hasta el final para ver si salía el número de mi madre pero una vez más este no apareció.
Alex saco el 507, doña Norma, aquella con la gran colección de juguetes sexuales, seguro que mi amigo se divertiría mucho con ella.
Yo saque el 302, un rápido vistazo a mi esquema me dijo que era un departamento vacío. Según Alex se trataba de un departamento especial que doña Elide rentaba o prestaba para maduras que no vivían en el complejo y que deseaban probar las reuniones.
Parece que enfrentaría lo desconocido esta vez. Llegue hasta el lugar y vi una nota pegada en la puerta que decía:
“Bienvenido. Entra sin golpear y por favor sígueme la corriente.”
Entre al lugar imaginando se trataría de una señora como doña Vicky, la fanática de los disfraces y juegos de rol. Pude escuchar el ruido del agua correr y de platos al apilarse, parecía que alguien estaba lavando trastes.
Me dirigí a la cocina donde me encontré con una madura de frente al fregadero que en verdad se encontraba lavando platos.
La salude con un “Buenos días” y volteo a verme.
-Buenos días, hijo. Llegas temprano, ¿Cómo te fue en la escuela?- me respondió.
La señora era rellenita, con tetas grandes y un enorme culo. Llevaba el pelo recogido y vestía de manera muy casual. Como siempre la máscara sobre el rostro. Tenía un cierto aire familiar que no lograba ubicar.
-Muy bien, mama. Nos dejaron salir antes.- dije siguiéndole la corriente, para mi suerte se trataba de un juego de rol entre madre e hijo.
-Me alegro, ya he terminado con los platos, iré a tomar una ducha.- me dijo sonriendo, me guiño un ojo y se marchó.
Espere unos momentos hasta que escuche el ruido del agua y suponiendo que era lo que ella quería me dirigí al cuarto de baño. Como sospechaba la puerta estaba semi abierta. Aceche lentamente y observe que la cortina del baño estaba corrida mientras la madura se duchaba. Sus grandes tetas tenían un par de areolas enormes y sus pezones puntiagudos revelaban su excitación. Su coño peludo estaba mojado no solo por el agua que caía sino seguramente también por sus jugos pues la señora estaba masturbándose en la ducha.
Usando la regadera de mano, la madura disparaba los chorros hacia su raja lanzando gemidos al hacerlo. Usaba una mano para separar los labios de su vagina y sentir con más intensidad la presión del agua.
Obviamente no me quedaría impávido ante aquella erótica visión y sacándome la polla del pantalón comencé a pajearme.
Toda aquella situación de fingir ser madre e hijo y espiarla en la ducha me estaba calentando más de lo acostumbrado, cosa que sin duda no ayudaba a mi situación real.
La señora continuaba su sesión con los ojos cerrados, mientras sus gemidos aumentaban de intensidad. Me despoje de mis pantalones y ropa interior para tener mayor comodidad, además que esperaba terminar follando en la ducha con ella, era algo que deseaba probar.
De pronto la madura abrió los ojos y me vio deleitándome con su sesión.
-¡Hijo! ¿Pero qué estás haciendo? ¿Acaso estas espiándome?- exclamo la señora
-Perdón, mama. No pude evitarlo, es que eres muy hermosa.- le dije
-¿Lo dices en serio, hijo? ¿De verdad encuentras atractiva a esta vieja gorda?- pregunto la señora.
Comprendí que la señora deseaba lo mismo que muchas maduras del complejo, el sentirse deseada, el saber que aun podía hacer que una polla se pusiera dura y gozar el placer que seguramente su marido ya no le brindaba.
Aunque está madura deseaba algo más, no sabía si en verdad tenía un hijo o no que deseaba la follara pero ante la situación que me encontraba me venía como anillo al dedo.
-¿Pero qué dices, mama? Si tú eres muy bonita- respondí.
- Por el estado de tu pene veo que dices la verdad. Ya que te gusta tanto mi cuerpo te dejare que lo veas más de cerca. Toma asiento y ponte más cómodo.-me dijo saliendo de la ducha.
Termine de desnudarme y me senté en el retrete con la polla al aire mientras la señora lucia su maduro cuerpo ante mí. La señora tomo una toalla y comenzó a secarse el cuerpo lentamente.
-Dime, hijo. ¿Qué te parecen mis pechos?- dijo pasando la toalla secándolos y apretándolos juntos.
-Son maravillosos, mama. Grandes y exquisitos.- respondí mientras reanudaba mi paja frente a ella.
¿Y qué opinas de mi coño? ¿No te molesta que este tan peludo?- pregunto mientras secaba sus vellos púbicos y de paso abría un poco sus labios mostrando su rosado interior.
-Claro que no. Adoro los coños peludos como el tuyo. Son más naturales- dije pajeandome con más intensidad.
-¿Y mi trasero? ¿No te parece que es muy grande?- dijo dándose la vuelta y enseñándome el culo.
-Es precioso así como esta.- le dije y le propine una fuerte nalgada.
-Ay, pero que niño tan salido. Mira nada más que decirle esas cosas a tu propia madre.- dijo la madura sonrojándose.
-Solo dije la verdad, mami. Cualquier hombre seria afortunado de estar contigo.- respondí con honestidad.
La señora se acercó hacia mí y me planto un ardiente beso en los labios. Mi lengua busco la entrada de su boca y ella abrió sus labios permitiéndome el acceso. Nuestras lenguas juguetearon un rato hasta que ella se separó de mí.
-Bueno, ya que has sido tan honesto creo que te mereces un premio.- continuo la madura y comenzó a descender quedando de rodillas frente a mi polla.
-Parece que ya no eres más un niño pequeño. Mira nada más que pedazo de polla cargas. Se ve deliciosa.- y relamiéndose los labios comenzó a darme una mamada.

Lo cierto era que la madura se parecía físicamente mucho a mi madre y todas mis respuestas habían sido honestas. Encontraba atractivas las mismas cosas en ella que en mi madre.
La madura no era una experta mamadora como algunas de las otras pero sin duda le ponía empeño a su labor y se deleitaba chupando la cabeza de mi verga mientras usaba su mano para pajearme.
-Oh, mama. Que rico chupas, mmm, como te encanta la verga de tu hijo.- dije buscando mantener el ambiente.
-Sí, me encanta la dura verga de mi hijo. Es grande y deliciosa, no puedo esperar a sentirla dentro de mí.- respondió ella.
Aquellas palabras provocaron una curiosa reacción en mí, mientras observaba como la señora me hacia la mamada imagine el rostro de mi madre en lugar del suyo. Lejos de asustarme eso solo me excito aún más.
-No pares, mama, mmmmm, que bien lo haces, mami. Me voy a correr, mama.- dije mientras fantaseaba.
Estaba a punto de correrme pero deseaba vaciarme dentro de ella. Hice que se sacara mi pene de la boca y la puse de pie para luego empinarla sobre el excusado y me dispuse a penetrarla.
-Espera cariño, estaremos más cómodos en la alcoba.- dijo deteniéndome.
A prisa nos dirigimos desnudos hacia una de las habitaciones de lugar, ambos deseábamos follar con ganas. El diseño del departamento era muy parecido al mío y la alcoba donde llegamos se asemejaba a la de mi madre solo que esta se encontraba decorada de manera diferente.
No sabía cuál era la situación de la señora pero para mí aquella fantasía era cada vez más realista.
Al entrar a la habitación me planto otro erótico beso mientras su mano bajaba hacia mi erecta verga, yo le correspondí llevando mi mano hacia su húmedo coño. Ahí de pie los dos nos dimos placer uno al otro mientras entrelazamos nuestras lenguas.
Me separe de ella y la bese en el cuello haciéndola estremecerse. Baje lentamente hasta sus pechos plantando besos por todo el camino y al llegar a ellos los chupe con lujuria. La madura gimió al sentirme devorando aquellos montes de carnes cual niño pequeño. Chupaba y lamia con deseo, succionando sus pezones como queriendo sacar leche de ellos.
Mis manos me ayudaron en la labor de darle placer al apretar y masajear esos grandes pechos maduros.
A todo esto la señora no había descuidado su labor de acariciar mi polla, pajenadola suavemente con su mano.
Aquella sesión había sido la más apasionada hasta ahora, tal vez se debía a que ambos estábamos representando algo que deseábamos que sucediera de verdad.
Nuevamente la madura se separó de mí y sensualmente camino hacia la cama. Se subió a esta y se recostó abriéndose de piernas deleitándome con la maravilla visión de su coño empapado por sus jugos.
Necesitaba probar aquel dulce coño y sorpresivamente me lance hacia él. Sus pelos me hacían cosquillas en la nariz pero sus jugos llenaron mi boca con su dulce néctar. En medio de mi labor me pregunte a que sabría el coño de mi madre. Chupe y lamí con deleite haciendo que brotaran mas jugos de su raja. Luego de darle un gran chupetón a su hinchado clítoris escuche la voz de la señora que me llamaba.
-Ya no lo soporto más. Ven aquí, hijo. Deseo sentirte dentro de mí.- Dijo llamándome con un dedo.
Obedeciendo llegue hasta ella.
-¿Quieres que te la meta, mama? ¿Deseas sentir la verga de tu hijo dentro de tu raja?- dije completamente excitado.
-Si cariño, quiero que me la metas, quiero sentir la polla de mi hijo dentro de mí.- me respondió con lujuria.
-¿Quieres que te la meta toda de golpe? ¿Deseas sentir como tu hijo te penetra?- le pregunte mientras frotaba la cabeza de mi verga por sus ansiosos labios vaginales.
-Sí, no me hagas esperar, métemela hasta el fondo. Vamos Alex, hazme tuya, mi cielo.- dijo la señora excitada y se retiró la máscara revelando su identidad.
Fue entonces que la verdad me cayó como un balde de agua fría, se trataba de Doña Rosy, ¡la madre de Alex! Estaba a punto de follar a la madre de mi mejor amigo y no solo eso sino que ella estaba pretendiendo que yo era él.
Me quede paralizado un momento, ¿Qué se suponía que hiciera? ¿Marcharme? Seguramente otro joven tomaría mi lugar. ¿Revelarle mi identidad? Eso seguramente me haría perder mi lugar en el grupo además de que no sabía cómo ella podría reaccionar.
-¿Qué te pasa, hijo? ¿Sucede algo malo?- pregunto la señora. Había cierta mezcla de preocupación y esperanza en su voz.
Tal vez cualquier otro día habría pensado con más sensatez y hubiera encontrado una solución, tal vez por respeto a mi amigo me hubiera retirado del lugar pero la verdad era que yo lo deseaba tanto como ella.
Doña Rosy deseaba a un hijo y yo a una madre y ambos íbamos a conseguir lo que queríamos, al menos por una par de horas.
-No, mama. Solo estaba admirando tu belleza. – respondí guardando la compostura.
La señora sonrió tímidamente pero pude ver como se dibujó una pequeña mueca de decepción antes de colocarse la máscara nuevamente. Decidí no darle importancia y regrese a mi labor.
Tomando sus piernas las levante abriéndolas lo más que pude y le clave mi verga hasta al fondo. Doña Rosy soltó un intenso gemido al sentirme entrar en su coño.
-Ahhhhhh, que rico, hijo. Como deseaba sentir tu gran verga penetrándome, ahhhh, vamos, Alex, follame, hijo. Te necesito.- me pidió la señora.
Fue cuando observe que tenía los ojos cerrados mientras hablaba, sin duda imaginando a mi amigo en mi lugar. Decidí hacer lo mismo y cerré los ojos. Al hacerlo el cuerpo desnudo de mi madre apareció frente a mí. Gracias a que recientemente la había visto masturbándose podía imaginar claramente que era ella quien recibía mi verga dentro de su coño.
Comencé a moverme metiendo y sacando mi polla de su raja.
La folle con fuerza haciendo que la cama se estremeciera. Ella recibía mis embestidas con deseo
Durante toda aquella faena ambos teníamos los ojos cerrados, imaginando que follabamos con otra persona. Era un encuentro peculiar pero aun así intenso.
-Que gusto, Alex, que gusto me estás dando. Hacía tiempo que te deseaba hijo. Mmmmm, no pares, hijo.- decía la señora.
-Igual yo, mama. Deseaba sentir tu coño, chupar tus pechos, deseaba follarte con fuerza, mami.- le respondí.
-Pues no te detengas, hijo, follame con ganas, mmmm, asiii , massss, masss.- me contesto doña Rosy.
Le solté las piernas y me incline hacia ella buscando sus labios donde le plante un apasionado beso, ella me correspondió y me rodeo con sus piernas.
En medio de aquel extraño encuentro tuve una revelación. Deseaba a mi madre, deseaba follar con ella.
Deseaba que todo aquel encuentro fuera verdad, deseaba que fuera mi madre quien estuviera recibiendo mi polla dentro de su coño, deseaba que fuera ella quien me estuviera besando, deseaba que fueran suyos los pechos que sentía oprimirse contra mí, que fueran sus gemidos los que llenaban la habitación y sus jugos los que bañaban mi polla.
-Me vengo, hijo, quiero sentir tu leche dentro de mí, vamos Alex, lléname el coño de mami con tu leche. Dámela toda, ahhhhhh. Dijo la señora alcanzado el orgasmo.
-Me corro, mami, me corro dentro de ti, aghhhhh.- dije llegando también al clímax.
Había descargado mi leche dentro de su raja pero aun quería más y era evidente que ella también.
-Ahora es momento que folles el culo de mami.- me pidió poniéndose a 4 patas sobre la cama y separando sus nalgas.
-Primero quiero probarlo mami.- le dije y hundí mi lengua en su oscuro agujero.
Doña Rosy se sobresaltó al sentirme besar su ojete pero pronto comenzó a gemir mientras mi lengua la penetraba.
-Mmmm, oh Alex, eres un chico travieso, ufff, que rico le comes el culo a mami.- dijo la madura
He de reconocer que era extraño escuchar el nombre de mi amigo al darle placer a su madre pero era sumamente excitante que ella fingiera ser mi madre.
Una vez que le deje el culo completamente ensalivado era hora de follarla.
-¿Estas lista para sentir nuevamente la verga de tu hijo dentro de ti?- le pregunte
-Si hijo, métemela por el culo, Alex, te necesito otra vez dentro de mí, hijo.- me respondió
Una vez más penetre dentro del interior de la madre de mi amigo. Su culo no se abrió para darme entrada y mi verga se deslizo entre aquellos enormes cachetes. Con los ojos cerrados fingí que era el culo de mi madre el que penetraba y que eran sus gemidos los que escuchaba al hacerlo.
Mi polla penetro por completo el ojete de doña Rosy quien también se encontraba disfrutando del encuentro con los ojos cerrados.
Sus gemidos eran mucho mayores que al follarla por el coño, parecía que doña Rosy sentía mas placer al usar su culo. Sentía como empujaba sus caderas hacia mí, buscando enterrarse mi polla lo más que pudiera.
-Cógeme, hijo, aghhh, métemela con fuerza, masssss, mmmmm, follate el culo de mami, Alex.- pedía la madura a gritos.
Nuevamente cada quien se sumió en su propia fantasía. Yo imaginaba que era mi madre quien recibía mi verga en el culo y ella imaginaba que era su hijo el que la penetraba con pasión.
-Que buen culo tienes mama. Mmmm, que rico es follarlo, mami. Siii, gózalo, mami.- dije
La tome por las nalgas y las apreté mientras la follaba con fuerza.
-Ahhhh, que placer, que rico es sentir la polla de mi hijo en mi culo. Ahhhhgggg, me corro, hijo, me vengo, Alex.- gimió la madura llegando al orgasmo.
-Yo también me corro mama, te voy a llenar el culo de leche, ahhhggghhh.- gemí alcanzando el orgasmo.
Nuevamente estalle dentro de ella pero esta vez llenándole de semen el ano. Caí rendido a su lado, esta había sido la sesión más intensa que había tenido. Mire hacia la señora quien aún estaba con los ojos cerrados deleitándose con el encuentro y con una sonrisa en los labios.
-Dime hijo, ¿te ha gustado?- me pregunto mirándome.
-Claro que si mama. Ha sido alucinante.- le respondí con una sonrisa igual.
-¿Me follaras todos los días, hijo? ¿Le darás a tu madre el placer que hacía tiempo no sentía?- me pregunto
-Claro que si mama. Te hare mia todos los días y todas las noches.- le respondí.
-Te amo, Alex.- dijo Doña Rosy
-Y yo a ti mama.- le respondí.
Nos dimos un último beso con los ojos cerrados para luego separarnos y levantarnos. Era momento de volver a nuestra amarga realidad.
Mientras nos vestíamos doña Rosy tomo sus bragas húmedas y me las entrego.
-Te las has ganado. Te has portado increíblemente. Te lo agradezco.- me dijo y me dio un beso de despedida.
Me topé con Alex al terminar el encuentro en nuestro punto de reunión en el parque cercano. Él se encontraba muy emocionado de su faena con doña Norma, me estaba contando acerca de sus nuevos juguetes y yo lo escuchaba sin decir palabra. Todo lo que podía pensar eran en que me había follado a su madre y en que esta deseaba follarlo a él. No sabía cómo reaccionaría se le contaba al respecto. “Acabo de follarme a tu madre.” no es algo fácil de decir. Además no sabía que sentimientos tenía el chico por ella, si iban más allá del amor fraternal. Al final decidí que no ganaba nada al contarle y actué de manera normal el resto del día.
Durante la tarde llegue a mi casa y doña Rosy seguía en mis pensamientos. La forma en la que habíamos follado había sido espectacular y el fingir que éramos madre e hijo me había excitado de sobremanera. Estaba tan caliente que me encamine hacia mi habitación para masturbarme pero la llegada de mi madre del trabajo frustro mis planes.
Me saludo y me pregunto si ya había comido. De verdad quería ir a desahogarme a mi habitación pero lo cierto era que con todo lo sucedido tenía un hambre atroz. Tome todas mis sentimientos y los enterré muy dentro buscando actuar tan normal como siempre.
Por un par de horas las cosas sucedieron como antes, comimos y charlamos como otras veces. Las cosas iban tan bien que incluso acepte sentarme a ver televisión con ella como antes solíamos hacer. Conforme la noche avanzaba terminamos viendo una película interesante pero para sorpresa de ambos termino siendo una película erótica. No era nada porno, solo mostraban las tetas, pero aun así es algo incómodo de madre e hijo.
-Si te molesta puedes cambiarlo.- le dije a mi madre.
-No, no tengo problema con ello. El que no debería estar viendo ese tipo de cosas eres tú.- me dijo en broma.
-Vamos, mama. Ya he visto mujeres desnudad antes, en la playa nudista ¿recuerdas?-le respondí bromeando también.
-Claro que lo recuerdo. Recuerdo que estabas muy emocionado aquel día, se podía ver lo emocionado que estabas.- contesto riendo.
-Pues usted tampoco se quedó atrás aquel día. Dandose
Ambos reímos y eso pareció aliviar el ambiente. Permanecimos viendo la película donde la acción continuaba subiendo de tono cada vez más.
Mi pene comenzó a despertar y mire de reojo a mi madre esperando que no se diera cuenta. La observe algo acalorada y respirando un poco agitada. Observe sus pechos donde claramente podía ver sus pezones erectos al no llevar sostén. Pero lo que más me sorprendió fue ver como disimuladamente una de sus manos frotaba su coño por encima de su pantalón.
Mi pene termino de despertar haciendo un evidente bulto en mi pantalón que esperaba que ella no notara. Con disimulo también comencé a frotarlo alternando mi mirada entre la acción del televisor y lo que mi madre hacía.
Luego de un par de minutos pude ver como mi madre se convulsionaba ligeramente, lo que seguramente significaba que se había corrido. Aquello fue un detonante y también tuve un pequeño orgasmo ahí junto a mi madre, manchando mis boxers con mi leche.
Continuamos sin decir palabra hasta que la película termino y luego de darnos las buenas noches cada quien se dirigió a su habitación. Permanecí un rato despierto en la mía, aun excitado por todo lo sucedido. Mi pene aun erecto clamaba por alivio y me dispuse a pajearme como dios manda. Por mi mente cruzo una morbosa idea, seguramente mi madre se encontraría aun excitada y al igual que yo con ansias de masturbarse.
Necesitaba verla desnuda y en acción de nuevo por lo que con cautela me dirigí a su habitación esperando descubrirla abierta. Para mi decepción la puerta estaba cerrada con llave, esperando escuchar al menos sus gemidos pegue mi oreja a la puerta pero solo encontré silencio. Parecía que mi madre estaba dormida. Resignado y frustrado me dirigí de regreso por donde vine pero entonces recordé algo más y me encamine hacia el cesto de la ropa sucia donde busque hasta hallar mi premio: sus bragas sucias. Parecía que aquella escena que presenciamos la había excitado de sobremanera pues estaban completamente húmedas. Me las lleve a la nariz y aspire aquel dulce aroma de mujer. No era diferente al de las otras maduras con las que había estado pero este era un aroma prohibido. Regrese a toda prisa a mi alcoba con mi preciado tesoro. Me recosté desnudo en la cama aspirando los olores que emanaban de la ropa interior de mi madre. Mi verga se puso dura de inmediato y comencé a pajearme. Cerré los ojos recordando el encuentro con doña Rosy, aquellos momentos cuando fingíamos ser madre e hijo y nuevamente comencé a imaginar que estaba follando a mi propia madre. Recordé su cuerpo desnudo que había admirado aquel día en la playa y como me había pajeado; también recordé esa noche cuando la observe masturbándose, su hermoso cuerpo convulsionándose mientras enterraba el consolador en su coño y alcanzaba su orgasmo.
Mi paja era cada vez más intensa mientras intentaba calmar la calentura y apagar el deseo que sentía por mi madre. Pronto aquellos recuerdos no fueron suficientes y mi mente comenzó a imaginarla en todas aquellas posiciones y prácticas que había realizado con las otras señoras así como otras que deseaba llevar a cabo con ella. La veía de rodilla mamándome la verga, empinada sobre la mesa de la cocina follandole el culo, comiéndole el coño en la ducha, follandola sin piedad en su cama hasta llenarle el coño de semen.
Me masturbaba furiosamente, aspirando y probando los restos de sus jugos que aún quedaban en sus bragas usadas hasta que termine estallando lanzando mi leche por toda la habitación
Tome las bragas sucias de mi madre y las guarde en mi lugar secreto junto a las de las demás maduras que había follado. Al hacerlo observe las más recientes, las de doña Rosy. Que surte tenia Alex al tener una madre que lo deseaba aunque este no lo supiera. Comprendí que doña Rosy estaba en la misma situación que yo, ambos deseábamos a alguien cercano pero el miedo y la incertidumbre acerca de cómo podrían reaccionar nos hacía quedarnos callados. Solo nos quedaba recurrir a fantasías para aliviarnos.
Lo que ninguno de nosotros sospechábamos era que aquellas fantasías, estaban por volverse realidad, tal vez más pronto de lo que creíamos.



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Saludos. Por fin un nuevo capitulo de esta serie. Espero les guste.
Como siempre agradezco sus comentarios y puntos. Gracias por leer.
Tambien me gusta conocer gente que le guste el incesto y las maduras, sientanse libres de contactarme.
Espero que sigan disfrutando de mis relatos.

7 comentarios - Maduras Anonimas Cap. 07

Xabier05 +1
Excelente como siempre.
GARCHELLI +1
No demores... lo próximo sera alucinante...
FreddySab +1
Días esperando está continuación, muy buena

Ojalá la próxima no demore tanto
yolaus16 +1
Excelente no tardes mucho con la.siguiente entrega x favor
Gonza97l +1
Lo estaba esperando
,muy bueno,10 puntos!!
Robert618
Muy buenos para cuándo el 8 ??