Esto pasó hace unos años viajando en el ko-ko desde Neuquen hacia Roca.
Era hora pico donde los que trabajan en otras ciudades y pblos regresan hacia sus casas. El bondi iba bastante lleno y delante mio una linda morocha de no mas de 22 años, culito parado y con calzas negras que le quedaban pintadas. Al llegar a Cipolletti no cabia un alman el micro y quedo muy pegado al bombncito en cuestión.
Casi sin querer el dorso de mi mano rosa casualmente su cola y no encontré resistencia, ni un mal gesto, siquiera intentó correrse (hasta diriía que levantó unoquito mas ese culo de ensueño).
Los roces se hicieron cada vez mas frecuentes y al tener ya un bulto considerable en mi entrepierna comencé de a poco a hacérselo sentir. La rozaba, la apoyaba, la estacionaba despacito en su zanja; hasta que ya "en confianza" la estacioné bien en la zanja donde se notaba una tanguy diminuta casi como un hilo dental.
La morocha solo bajó un poco la cabeza y se dejó hacer sin ningún drama, hasta que no pudo con su calentura y comenzó a mover suavemente las caderas en forma circular. Casi me voy en seco!!!
En un momento dado, y preso de la calentura, bajé disimuladamente mi joggin y le paoyé el bulto solamente cubierto por mi slip deportivo; nos sentíamos casi como si estubieramos desnudos.
Los movimientos se hicieron mas notorios y ya era casi como si estubiéramos garchando, con mi mano izquierda la tomaba de la cintura y con la derecha acariciaba sus muy buenas lolas por debajo de su buzo amplio.
Pasé a acaricarle la conchita con una mano mientras sentía lo caliente y mojada que estaba; era hermoso sentir esa conchita etre mis dedos hasta que en un momento no pudo más y se vino, la sentí contraerse y temblar. Eso me puso a mil y sentía que la cabeza estaba por explotarme y en un acto de arrojo bajé un poquito su calza, saqué la cabeza por un costado y derramé toda ese lechita caliente y abundante en sus nalgas, la cual iba bajando siguiendo el recorrido de esa minúscula tanga.
Nos quedamos apretaditos y cuando ella fue a bajar en Allen le puse en su bolsillo un papelito con mi número; esa misma noche me escribió...
Era hora pico donde los que trabajan en otras ciudades y pblos regresan hacia sus casas. El bondi iba bastante lleno y delante mio una linda morocha de no mas de 22 años, culito parado y con calzas negras que le quedaban pintadas. Al llegar a Cipolletti no cabia un alman el micro y quedo muy pegado al bombncito en cuestión.
Casi sin querer el dorso de mi mano rosa casualmente su cola y no encontré resistencia, ni un mal gesto, siquiera intentó correrse (hasta diriía que levantó unoquito mas ese culo de ensueño).
Los roces se hicieron cada vez mas frecuentes y al tener ya un bulto considerable en mi entrepierna comencé de a poco a hacérselo sentir. La rozaba, la apoyaba, la estacionaba despacito en su zanja; hasta que ya "en confianza" la estacioné bien en la zanja donde se notaba una tanguy diminuta casi como un hilo dental.
La morocha solo bajó un poco la cabeza y se dejó hacer sin ningún drama, hasta que no pudo con su calentura y comenzó a mover suavemente las caderas en forma circular. Casi me voy en seco!!!
En un momento dado, y preso de la calentura, bajé disimuladamente mi joggin y le paoyé el bulto solamente cubierto por mi slip deportivo; nos sentíamos casi como si estubieramos desnudos.
Los movimientos se hicieron mas notorios y ya era casi como si estubiéramos garchando, con mi mano izquierda la tomaba de la cintura y con la derecha acariciaba sus muy buenas lolas por debajo de su buzo amplio.
Pasé a acaricarle la conchita con una mano mientras sentía lo caliente y mojada que estaba; era hermoso sentir esa conchita etre mis dedos hasta que en un momento no pudo más y se vino, la sentí contraerse y temblar. Eso me puso a mil y sentía que la cabeza estaba por explotarme y en un acto de arrojo bajé un poquito su calza, saqué la cabeza por un costado y derramé toda ese lechita caliente y abundante en sus nalgas, la cual iba bajando siguiendo el recorrido de esa minúscula tanga.
Nos quedamos apretaditos y cuando ella fue a bajar en Allen le puse en su bolsillo un papelito con mi número; esa misma noche me escribió...
1 comentarios - Viajando en colectivo interurbano